Algo temerosa por oootro baneo injustificado de P!, subo uno más de mis relatos. Espero que les guste (:
Francesca había vuelto hace ya 5 años del encuentro divino de aleccionamiento anal y demás artes de admirable puta; y en ese tiempo habían pasado por su ojete miles de enormes pijas de alrededor del mundo, había sabido cosechar vergas y su nutritivo semen y enseñanzas anales; en su escuela, con sus amigos, con familiares generosos y cuánto hombre de bien, y verga gruesa, que se le cruzase. Ya sea en 4, arrodillada, o cabalgando pijas, ella era admirable en ello, y su ojete solidario y delicioso, inigualable.
Francesca sin embargo estaba a punto de casarse, con 19 años iba a casarse con aquel hombre que había sabido culeársela de un modo extraordinario, dulce y extenso; aquel hombre que había sabido alimentarla con litros de leche de gruesa verga, ya sea eyaculando profundamente en su garganta, o dentro de su recto para que ella lo rescatase luego cagando la lechita, y bondadosamente se lo trague agradecida.
Francesca estaba preciosa en su vestido de novia y muy nerviosa por esa noche tan especial, a punto estaba, a sólo media hora, de casarse con el hombre de su vida, para que al fin así casada en sagrado matrimonio, se la puedan coger, y esta vez por su virginal y deseosa concha. Y he aquí que mientras ella se daba los últimos retoques, revisando su precioso peinado, su blanco vestido, y el correcto depilado de su vagina y orto, para parecer toda una nena puta ya grande y muy lista; mientras ella se alistaba, apareció una vez más detrás de ella, su maestro, el Hombre que le había enseñado todo. Lo vió en el espejo y al instante se dió vuelta emocionada y fue a abrazarlo, llorando de emoción y amor, hace 5 años que no lo veía a su todo.
Mientras ella lo abrazaba amorosamente, Él le levantaba el vestido, corrío la bombacha y manoseaba el orto apretadito aunque bien roto ya, perfumado, calentito y siempre hermoso de Francesca. Recién cuando ya uno de esos lubricados y gruesos dedos la dedeaban profundo en el orto, Francesca se dió cuenta que eso no podía seguir porque en sólo quince minutos estaría casándose en sagrado matrimonio, y cuando estaba dulcemente diciéndoselo mirando emocionada a los ojos de aquel hombre excepcional mientras le dedeaba el orto dijo: "supremo, me gustaría mucho que me culeés, pero debo glof gloof.. " y en ese último instante Él sacó su grueso dedo del ojete de Francesca, y junto a otro dedo, el índice, se lo metió en la boca para callarla, y hasta la garganta se los metió, para que ella saboree su delicioso ojete mientras él la disponía de modo tal de que levantando el vestido convenientemente, se la pueda volver a coger por el culo con su ya gruesa y tiesa verga. Culeo nostálgico de amor.
Y así lo hizo, mientras ocupaba con sus dedos la boquita de Francesca, manteniéndola callada y chupando, le metió toda la enorme verga en la cola, una y otra vez se la culeó por ese apretadito esfínter anal que de algún modo también chupaba y exigía más pija, mientras Francesca gozaba también, aunque con algo de pena porque ya ha de haberse hecho hora de casarse y sin embargo estaba siendo re culeada, duro y sin piedad. Y lloraba por ello, y por el goce de ese dulce reencuentro con su maestro, que la castigaba duramente, deliciosamente...
Y así Francesca, con numerosos órgasmos y con la concha bien dilatadita y mojada, con ese ojete todo estropeado y bendecido, fue obligada a arrodillarse ante Él y abrir la boca mirándolo a los ojos mientras Él le acababa abundantes chorros de semen de premio a su nena a punto de casarse, para que ella beba. Y así lo hizo, sin desperdiciar ni una gota, sonriente ante el Todo, con algo de pena porque en ese momento debería estar casándose, pensaba... pero saboreando esa leche no podía no estar feliz, y tragó todo, y lamió la verga aún tiesa para dejarla limpita y brillante...
Y Él besó la frente de Francesca, le escupió la cara y se alejó de ahí dejándola ahí arrodillada, pipona de semen, con el orto bien roto, y con una carita entre feliz y preocupada.. y ya casi yéndose Él le dijo sin mirarla "apúrate Francesca tragaleche, aún puedes llegar a tu boda, mi hermosa puta del orto...".
Francesca miró el reloj y no lo pudo creer:estaba aún a tiempo; sin poder creerlo, porque aunque haya parecido que se hubiesen culeado por horas, sólo habían pasado 5 minutos, y así, extremadamente feliz, se acomodó un poco su vestido, y fue a su boda en perfecto horario y así, milagrosamente a tiempo, alimentada y bien cogida por el ojete, se casó —virgen de la concha, como debe ser— y con la bendición anal y láctea de su maestro que la había alimentado con abundante semen.
Esa noche su marido se la cogería duramente, en tanto que un juguete anal le ocuparía la cola, pero ella, maravillosa puta del orto, ya había tenido todo el culeo que podría desear... Por ese día al menos.
Francesca había vuelto hace ya 5 años del encuentro divino de aleccionamiento anal y demás artes de admirable puta; y en ese tiempo habían pasado por su ojete miles de enormes pijas de alrededor del mundo, había sabido cosechar vergas y su nutritivo semen y enseñanzas anales; en su escuela, con sus amigos, con familiares generosos y cuánto hombre de bien, y verga gruesa, que se le cruzase. Ya sea en 4, arrodillada, o cabalgando pijas, ella era admirable en ello, y su ojete solidario y delicioso, inigualable.
Francesca sin embargo estaba a punto de casarse, con 19 años iba a casarse con aquel hombre que había sabido culeársela de un modo extraordinario, dulce y extenso; aquel hombre que había sabido alimentarla con litros de leche de gruesa verga, ya sea eyaculando profundamente en su garganta, o dentro de su recto para que ella lo rescatase luego cagando la lechita, y bondadosamente se lo trague agradecida.
Francesca estaba preciosa en su vestido de novia y muy nerviosa por esa noche tan especial, a punto estaba, a sólo media hora, de casarse con el hombre de su vida, para que al fin así casada en sagrado matrimonio, se la puedan coger, y esta vez por su virginal y deseosa concha. Y he aquí que mientras ella se daba los últimos retoques, revisando su precioso peinado, su blanco vestido, y el correcto depilado de su vagina y orto, para parecer toda una nena puta ya grande y muy lista; mientras ella se alistaba, apareció una vez más detrás de ella, su maestro, el Hombre que le había enseñado todo. Lo vió en el espejo y al instante se dió vuelta emocionada y fue a abrazarlo, llorando de emoción y amor, hace 5 años que no lo veía a su todo.
Mientras ella lo abrazaba amorosamente, Él le levantaba el vestido, corrío la bombacha y manoseaba el orto apretadito aunque bien roto ya, perfumado, calentito y siempre hermoso de Francesca. Recién cuando ya uno de esos lubricados y gruesos dedos la dedeaban profundo en el orto, Francesca se dió cuenta que eso no podía seguir porque en sólo quince minutos estaría casándose en sagrado matrimonio, y cuando estaba dulcemente diciéndoselo mirando emocionada a los ojos de aquel hombre excepcional mientras le dedeaba el orto dijo: "supremo, me gustaría mucho que me culeés, pero debo glof gloof.. " y en ese último instante Él sacó su grueso dedo del ojete de Francesca, y junto a otro dedo, el índice, se lo metió en la boca para callarla, y hasta la garganta se los metió, para que ella saboree su delicioso ojete mientras él la disponía de modo tal de que levantando el vestido convenientemente, se la pueda volver a coger por el culo con su ya gruesa y tiesa verga. Culeo nostálgico de amor.
Y así lo hizo, mientras ocupaba con sus dedos la boquita de Francesca, manteniéndola callada y chupando, le metió toda la enorme verga en la cola, una y otra vez se la culeó por ese apretadito esfínter anal que de algún modo también chupaba y exigía más pija, mientras Francesca gozaba también, aunque con algo de pena porque ya ha de haberse hecho hora de casarse y sin embargo estaba siendo re culeada, duro y sin piedad. Y lloraba por ello, y por el goce de ese dulce reencuentro con su maestro, que la castigaba duramente, deliciosamente...
Y así Francesca, con numerosos órgasmos y con la concha bien dilatadita y mojada, con ese ojete todo estropeado y bendecido, fue obligada a arrodillarse ante Él y abrir la boca mirándolo a los ojos mientras Él le acababa abundantes chorros de semen de premio a su nena a punto de casarse, para que ella beba. Y así lo hizo, sin desperdiciar ni una gota, sonriente ante el Todo, con algo de pena porque en ese momento debería estar casándose, pensaba... pero saboreando esa leche no podía no estar feliz, y tragó todo, y lamió la verga aún tiesa para dejarla limpita y brillante...
Y Él besó la frente de Francesca, le escupió la cara y se alejó de ahí dejándola ahí arrodillada, pipona de semen, con el orto bien roto, y con una carita entre feliz y preocupada.. y ya casi yéndose Él le dijo sin mirarla "apúrate Francesca tragaleche, aún puedes llegar a tu boda, mi hermosa puta del orto...".
Francesca miró el reloj y no lo pudo creer:estaba aún a tiempo; sin poder creerlo, porque aunque haya parecido que se hubiesen culeado por horas, sólo habían pasado 5 minutos, y así, extremadamente feliz, se acomodó un poco su vestido, y fue a su boda en perfecto horario y así, milagrosamente a tiempo, alimentada y bien cogida por el ojete, se casó —virgen de la concha, como debe ser— y con la bendición anal y láctea de su maestro que la había alimentado con abundante semen.
Esa noche su marido se la cogería duramente, en tanto que un juguete anal le ocuparía la cola, pero ella, maravillosa puta del orto, ya había tenido todo el culeo que podría desear... Por ese día al menos.
Lorena AKA GooLolita
3 comentarios - Francesca se casa virgen, pero con el culo roto