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Fiesta de fin de año

Bueno aquí mi primer relato, espero sea del agrado y logre calentarlos.

MI nombre es Gonzalo trabajo en una oficina, como sabrán todo transcurre de manera muy rápida, todos con mucho estrés, solo en ocasiones escasas tenemos tiempo compartir y festejar, una de estas ocasiones es la fiesta de fin de año; y es aquí donde entra Artemisa mi compañera de trabajo, Temis como le digo de cariño entro justo al mismo tiempo que yo a la empresa, durante seis meses estuvimos en entrenamiento, por lo cual teníamos que llevar unos uniformes espantosos y jamás me percate de lo que había debajo de estos uniformes, Temis es una chica de tez clara, cabello rubio lacio, 1.62 m. de complexión delgada; yo le conocía ciertas aventurillas con tipos de otros sectores, ella siempre me decía que solo eran amigos; yo en cambio salía con chica y a la cual debido al trabajo casi no veía por lo cual la relación no era la mejor. Sin embargo al terminar nuestro periodo de prueba dejamos atrás es horrible uniforme y es donde me di cuenta de la gran hembra que tenía frente a mi todos los días, ahora que llevaba esos vestiditos pegados a sus curvas, con esos tacones que resaltan sus caderas y sus nalgas de campeonato, además de sus blusitas que deja entrever los hermosos y blancos senos que hacen añorar la lactancia.
Por esos días la falta de sexo y lo provocadora que se veía Temis me hacían acercarme más y más, con el pretexto de darle masajito en los hombros, llevarla a comer fuera de la oficina, abrazarla para que no se cayera con esos tacones de aguja que me erizan la piel, aunque jamás vi una señal clara de interés en mi más que de amistad por eso nunca me atreví a ir mas allá… hasta el día de la fiesta de fin de año.
Unas semanas antes había terminado con mi novia, Temis me aconsejaba que me buscara alguien más, por eso le dije me iba dispuesto a todo en la fiesta. El día llego yo me vestí casual jeans, camisa, zapato, cartera llena, pero me deslumbro ver a Temis con un calzas negras entalladísimas que no dejaban nada a la imaginación un culito redondo y firme que por lo visto era acompañado de una tanguita tan delgada que seguro se metía entre sus pliegues, una blusa dorada con un escote bárbaro y que marcaba unos hermosos pezones pequeños y erectos, su rubia cabellera olor a ese perfume suyo, que me dejaron con el corazón a punto del infarto.
Nos fuimos a la fiesta casa de un jefe de área, al principio todos se dejaron ir sobre Temis por lo cual yo empecé a perder la fe en un milagro, así que me fui donde el barman y comencé con los vasos de whisky, hasta empezar a sentir la fiesta por dentro, fue donde nuevamente me encontré a Temis que me pregunto si ya había cachado algo, mi respuesta fue negativa y le hice la misma pregunta, ella respondió que solo le interesaba un tipo pero que aún no se daba valor pues no sabía si sería correspondida, yo le respondí que cualquier tipo de este lugar mataría por estar con ella, y me respondió “todos, incluso tú?”, yo me quede callado no sabía si era una indirecta tan directa o solo era para molestar y ver mi reacción, le respondí nuevamente que todos, entre el brindis y la comida nos hicieron alejarnos de ese momento para mí un tanto incómodo. Ya con el paso del tiempo y el alcohol empezamos a bailar, yo estaba que me explotaba la vejiga y le dije que regresaba, Temis un tanto mareada me dijo que también tenía que ir al tocador, entre un mar de personas nos abrimos paso y para lograrlo juntamos nuestro cuerpos ella adelante mío, eso me excito full y por un momento sentí como movía su culito en mi poronga que ya estaba creciendo, pasamos cada quien al baño que estaba en la parte superior de la casa; al salir ella e intentar bajar el escalón del baño y con el efecto del alcohol tropezó y yo alcance a agarrarla quedando frente a frente, sentí como sus pechos rozaban esos hermosos y duros pezones, nos miramos a los ojos y fue entonces que lo inimaginable sucedió, ella lanzo sus hermosos y carnosos labios hacia los míos introduciendo esa cálida lengua que jugaba con la mía, por un momento nos dejamos llevar por el momento, mis manos bajaban por su espalda hasta sus caderas y después de pensarlo comencé a jugar con su culito firme, lo cual pareció gustarle porque nunca las quito, después de unos minutos así y por la calentura que teníamos decidimos tomar un último trago e irnos, tomamos un taxi y la lleve a mi departamento, al llegar y después de besarnos desenfrenadamente en el taxi dejamos nuestras cosas en el sillón, ella paso al baño y yo acomode mi cama. Al salir me dijo que si estaba seguro de lo que hacía y si era consciente que después de lo que pasara nuestra amistad no sería la misma, yo no le respondí y en vez de eso lleve sus labios a los míos, acaricie su hermoso cabello, bajando por su espalda a sus nalgas las cuales apreté, para llevarla directo a la cama; ahí me despoje de mi ropa la acosté sobre su espalda y le baje su blusa quedando antes unos hermosos pechos blancos con un pezón rosita los cuales saboree con mi lengua hasta dejarlos duros, recorrí mi lengua hasta su ombligo y comencé a jugarlo en forma de circulo, con mis manos fui bajando esas calzas negras dejándola en su hermosa tanga negra, baje la lengua un poco más hasta llegar a ese fruto que había deseado desde hace mucho, hice a un lado la tanguita y comencé a jugar con su clítoris con el dedo y luego lo introduje entre sus labios los cuales ya estaban húmedos por tanto jugos vaginales que secretaba, con mi lengua comencé a chupar su clítoris al mismo tiempo que apretujaba con mis manos sus senos, introducía un y luego dos dedos en su conchita húmeda, lo cual hizo que descargar un orgasmo, su calor era tanto que agarro mi pene el cual ya estaba dilatado y engrosado a su máximo, al sentírmelo me dijo: “hasta que este enorme trozo de carne será mío”, sin más preámbulos se lo llevo directo a su concha y se lo metió produciéndole unos gemidos barbaros, aun con la tanguita puesta y haciendo de lado comencé a bombear con más fuerza embistiéndola , ella gritaba y gritaba, yo sentía esa cálida y húmeda concha, hasta que me detuvo, yo me pare para quitarme el resto de la ropa ella comenzó a chuparme mi poronga de un manera genial estuvo así unos 5 minutos, por lo que me sentí en la necesidad de devolver el favor, nuevamente chupe sus jugos vaginales y jugué con mi lengua su clítoris, me acomoden nuevamente sobre ella y comencé a bombearla con más fuerza, luego ella se puso sobre mi dejando que mi enorme poronga se metiera más entre su rajita, ella estaba que explotaba, no sé cuántas veces habrá llegado, pero seguro fueron varias, sentía su culito redondito y comencé a meter un dedo en su ano, eso la éxito más y me decía; ” así papito, dame así papi”; yo la puse en cuatro y la monte como se montan a las yeguas finas, fue entonces que no aguanto más y soltó tal grito que seguro despertó a mis vecinos, se dejó caer en la cama bocabajo y yo seguí bombeando, ella me decía “ vente papi, vente conmigo” eso me recalentó y descargue todo mi semen en su conchita, yo encima de ella, el efecto del alcohol y el cansancio de esa sesión de sexo hizo que no acomodáramos y durmiéramos, hasta el amancer…..
Continuara.

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