La violación más placentera

Serían las dos de la tarde cuando volví de Ezeiza de dejar a Esteban que había partido por trabajo a Australia.
Apenas pasé la puerta de casa, alguien me golpeó la cabeza.
Cuando desperté me encontré en una cama, desnuda, boca abajo, atada de pies y mano y con los ojos vendados.
Estaba aterrada y comenze a los gritos. Recibí un cachetazo y enseguida se escucho un portazo y luego un silencio era terrorífico.
Trataba de desatarme pero era imposible. Estaba desguarnecida por completo.
A los pocos minutos alguien entro a la habitación y se sentó en la cama. Yo lo insultaba de arriba a abajo pero el o ella no emitía ni una palabra.
Sentí que dos manos rústicas se posaron sobre mis cantos y los abrieron delicadamente. Era el comienzo de una violación placentera e inolvidable.
Enseguida hundió su boca y su nariz en mi vagina y mi ano, y con su lengua comenzó a juguetear con mi clítoris. Trate de resistirme y volví a recibir otro cachetazo y fue ahí donde escuche su tono de vos que me resulto familiar pero no puede distinguir..."relajate puta que vas a gozar como nunca".
Luego introdujo un par de dedos en mi y comenzó a sacar mis primeros gemidos.
Acto seguido acomodó su pija en la puerta de mi vagina y la introdujo con fuerza hasta el fondo. Lance un alarido de placer que retumbó en el lugar donde estábamos. Sentí que era un miembro muy grueso, viril pero sobretodo soberbio.
Pego tres bombeadas más y yo ya estaba empapada.
Decidió sacarme la venda de los ojos y lo primero que distinguí era una habitación muy humilde con paredes de ladrillos huecos. Gire la cabeza para ver quien era y quede petrificada. Era Don Antonio, el jardinero de 65 años de edad que tenemos en casa desde hace más de una década.
Correntino, de tez trigueña, cuerpo fibroso y algo calvo, tenía una pija demoledora.
Al principio sentí bastante rechazo pero luego poco me importo y hasta diría que me excito más el hecho de la diferencia de clase social...
- que pedazo de pija tiene don Antonio, no pare, siga por favor!, le suplique.
El jardinero acelero el ritmo y comenzó a taladrarme de una manera inigualable. Yo no podía creer la virilidad de este anciano, el golpe de su cadera en mis cantos se escuchaba en toda la habitación.
Teniendo en cuenta que Esteban estaba en vuelo a Australia, y no se iba a comunicar conmigo hasta el día siguiente le pedí a don Antonio que me siguiera cogiendo toda la noche.
Acto seguido tomó un frasco de aceite Jonhson para bebés y me lo esparció por todo el culo.
Luego se embadurno sus dedos...
- por favor no!!!, le supliqué, por ahí no!!! nunca lo hice por ahí!!!
- Señora créame!, al principio duele, y mucho, pero después me va a pedir que no se la saque más.
Efectivamente fue así. Primero me lo dilató con su dedo mayor, que tenía el tamaño de la pija de Esteban, y luego me hundió toda su poronga, sin ningún tipo de delicadeza.
Creí que me moría del dolor por la brutalidad conque lo hizo, sentí que me había desgarrado toda pero tuve que darle la razón, después de varios minutos la sensación de placer era inigualable, me gustaba demasiado.
Al rato me desato, me sentó en el colchón de frente a el y me obligo a chuparle la pija. Me tomaba de la nuca y me la hundía hasta la garganta, era una bestia bruta y yo más me excita, me encantaba que me maltratara.
Sin hacer ningún tipo de anuncio me empezó a llenar de leche la boca. Podía sentir la potencia de sus descargas porque pegaban furiosamente en mi paladar.
Cuando creí que todo había terminado, me equivoque. El viejo era un verdadero semental, un padrillo fuera de serie y siguió durante mucho tiempo más con la pija parada "abusando" de mi.
Luego de pasar la noche en su humilde vivienda de Rafael Calzada, me llevo con su rastrojero hasta la puerta de mi casa.
Fue tan buena la cogida que me pego y el placer que me dio, que decidí no hacer ningún tipo de denuncia.
Es más, al día de hoy don Antonio cada vez que viene a arreglar el jardín hace conmigo lo que quiere, es más fuerte que yo, pero el poder de su pija me doblega.