You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Una Mano Solidaria (relato muy morboso)

Una Mano Solidaria[/b]
Me llamo Franco, estoy casado con Mónica, profesora de ingles en un instituto privado y maratonista desde hace muchos años. Ella es una mujer hermosa, de pelo enrulado hasta media espalda de color castaño oscuro, una boca alucinante de gruesos labios, nariz recta y Sejas muy expresivas que enmarcan sus ojos de color miel. Mide 1.70mts. tiene un cuerpo muy fibroso, con unas piernas maravillosas que hacen juego con su perfecta cola y con su estrecha cintura. Siendo poseedora de un busto pequeño. cosa que la acomplejaba bastante hasta que decidió implantarse unas siliconas que le quedan de maravilla y que yo disfruto como un loco ya que su excelente tamaño nos brinda la satisfacción de que la observen y la deseen todos los hombres de nuestro entorno. Y que la envidien las mujeres. Pero además de que a mi me excite mucho esta situación, lo que mas me gusta es que, el nuevo tamaño de sus pechos, me abre nuevos “horizontes” en lo que se refiera a los juegos sexuales en la pareja, es decir, me practica unas “turcas de novela”.
Estas prácticas no son rechazadas por ella, todo lo contrario ya que es muy abierta sexualmente, segura de si misma y, además, le encanta poder dar placer con algo e su ser que, hasta hace poco, la acomplejaba.
Como dije, tanto ella como yo somos muy abiertos sexualmente pero siempre en el circulo de la pareja;”en nuestra cama y entre nosotros dos, hacemos de todo”. Antes de ser novios aviamos tenido algún tipo de experiencia sexual pero luego de casados jamás estuvimos con otras personas. Pero en nuestra cama exteriorizamos todo tipo de fantasías pero sabíamos que fuera de este ámbito podían ser peligrosas e incluso costarnos el matrimonio.
Un verano decidimos tomarnos unas vacaciones distintas, y planeamos ir a recorrer los lagos y los bosques del sur de nuestro hermoso país. Lo cierto es que nos preparamos con anticipación, preparamos nuestro automóvil, ropas deportivas, alistamos la tienda de campaña y saliendo a comprar todo lo necesario para salir, cuando en el centro comercial nos encontramos con Ricardo que es un amigo en común, al saludarnos nos comenta que se su novia lo avía engañado con un compañero del trabajo y que avían decidido separarse, todo esto lo tenia sumamente mal y a mi, verlo de esta manera me conmovió mucho pero mas me sorprendió cuando Mónica, sin previo consultarlo y claramente consternada, le dijo a Ricardo :
-¿Por qué no nos acompañas? Total vamos solos y en el auto tenemos espacio. ¡La vamos a pasar genial!
No lo podía creer, más que unas simples vacaciones, ¡eran “las vacaciones que nos merecíamos los dos en pareja”!
Yo no atine a protestar, sorprendido miré a MONICA de forma interrogativa y cuando ella me miro a los ojos con esa actitud tan compasiva y a la vez mezclada con dolor, como diciendo “no lo vamos a dejar solo en este estado, debemos ayudarlo” lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza.
R pregunto que como el iba a interrumpir nuestras vacaciones y luego de insistir el acepto la propuesta.
Al salir del local, luego de arreglar con Ricardo de que íbamos a llamarlo por tel. para ultimar detalles, la agarre a Mónica del brazo y enojado le dije:
-¿¡Estas loca, que te pasa!? ¡Este viaje era para nosotros, tenía planes para pasarla bien, quería disfrutar, quería, quería...!
-¡Pará Franco! ¿¡A vos que te pasa!?- Me recrimino Mónica-¿No ves que Ricardo está mal, que necesita contención, necesita una mano?!¿Acaso no es tu amigo, nuestro amigo?
La malvada me hizo sentir mal, un descorazonado. ¡Un déspota hijo de...!
Accedí.
Sin más acepté lo que hizo Mónica y me resigne a descartar mis “lujuriosos planes para esta temporada”. La verdad es que venía fantaseando con verla en la orilla de un lago con esos hermosos y pequeños bikinis que “Santa Claus” le trajo para navidad, pensaba en observar como “la observaban” a ella tal vez por un viejo verde o un adolescente excedido en hormonas que no le saque la vista de encima y que seguramente se termine masturbando en el agua pensando en ella, pensaba en hacerle el amor en alguna cascada escondida en el bosque o que nos toquemos mientras viajamos en el automóvil. Todos muy ligeros de ropa. ¡ A la mierda con todo!
La verdad es que estaba bastante cachondo con estas expectativas y esto de invitar a Ricardo me desmoralizo muchísimo hasta que me dije a mi mismo: -¡No, tenés que pasarla bien y hacer lo que querés hacer!- Claro que con algunas restricciones, ya no nos podíamos “tocar” en el automóvil pero algo íbamos a hacer.
Lo cierto es que llegó el día “D” y partimos rumbo a “lo natural”. Mónica estaba hermosísima y muy sensual, como me la avía imaginado, sobre su minúsculo bikini fucsia tenía puesto una musculosa blanca y una pollerita tableada muy corta de color rosa y en los pies unas franciscanas con algo de taco; Ricardo y yo con trajes de baño y playeras.
En todo el viaje note que cuando Ricardo tenía oportunidad miraba con lujuria a Mónica pero siempre tratando de que no nos diéramos cuenta aunque en un par de oportunidades nuestras miradas se cruzaron y el, sorprendido, desviaba su atención para disimular los hechos.
Cuando llegamos a nuestro primer destino decidimos que debíamos acomodar todo en la cabaña que habíamos reservado con anticipación, lógicamente que era una hermosa pequeña cabañita de 2 ambientes, la cual resultaba “apretada para los 3. Lógicamente que nosotros 2 tomamos la habitación y Ricardo se acomodó en el sillón de la sala frente al modesto TV.
Cenamos y bebimos, charlamos y nos reímos. Todo con mucho gusto, la estábamos pasando bien pero yo pensaba que seria un problema poder tener la ración de sexo que creía merecer ya que, seguramente, Moni se iba a inhibir por la cercanía de nuestro. Nada mas desacertado y, una vez mas, prejuzgue a mi mujer que llegado el momento de acostarnos me empujo sobre la cama y, sin mediar palabra, se arrodillo y me empezó a hacer una mamada como solo ella sabe, me la comió muy despacio, la lamía empapándomela toda con su saliva siempre mirándome a los ojos y cuando estaba muy húmeda y a punto de estallar, se incorporó y quitándose únicamente el tanga, se sentó sobre mi y me cabalgo desenfrenadamente asta que estallamos en el primer orgasmo de la noche. Me llamo poderosamente la atención que no ahorro gemidos ya que seguramente Ricardo pudo escuchar todo desde la sala en la cual dormía y, efectivamente, así había sucedido.
Cuando, avanzada la noche y después de barios encuentros, Mónica se vistió precariamente con su pijamas veraniego y salió de la habitación para ir al baño a higienizarse, cuando regreso (con mas cuidado que con el que salió) estaba descolocada y medio excitada, con esa actitud que tiene la gente cuando se enteran de esas cosas que es necesario contar de inmediato y que rayan con lo morboso, me dijo:
-¿no sabes lo que acabo de ver?
-¿qué?
-Cuando iba al baño tratando de no hacer ruido para no despertar a Ricardo pase por la sala y lo vi masturbándose.
-¿¡Que!?- No lo podía creer, mi mujer vio a mi amigo como se masturbaba.- ¿qué hiciste?
-¡Nada! ¿Qué querés que haga? Me vine para acá y listo. Es su intimidad.
Nos miramos a los ojos y un silencio inundo la habitación.
¿Que abra sentido ella cuando lo vio? Pensé yo mientras miraba a Moni que me clavaba sus ojos en los míos y que, definitivamente, algo le pasaba. Hasta que por fin y no pudiendo sostener más su silencio soltó a boca de jarro:
-¡No sabes que grande que la tiene!
¡ Ha, listo! ¡Lo que me faltaba, o mejor dicho, lo que falta ahora es que se lo quiera follar para aliviar su “sufrimiento!
-¿No te da lastima, pobre, el masturbándose mientras la puta de su ex acostándose con otro?
Y de bronca solté:
-¡En sima de cornudo, pagero!
-¡Sos un des ubicado!
-¡¿Yo soy el desubicado y vos le miras la pija a R; quién se desubica ahora; por que no le ayudas a masturbarse y listo?!
¡Que mal que estuve! ¿O no? ¿Capas que tenia razón, pero..?.
Mónica se transformo, me miro con odio, se desabotono la camisa, quedando expuesto todo su vientre y el canalillo formado por sus preciosas tetas, y dijo:
-Ok, mi amor. La verdad que tienes razón. ¿Cómo Ricardo va a ser tan... mmm, pajero?
¡Bien, dije yo, recapacito mi niña!
-¡Que pedazo de pajero! Inaceptable y alguien tiene que hacer algo.- Dijo ella mientras yo miraba sus grandes pezones que parecían querer rasgar la fina tela de raso.
Y con sus grandes y firmes tetas insinuándose bajo la tela del piyama se dio la vuelta y se encamino a la sala.
¡Noooo, que hace, no lo podía creer! ¿qué iría a hacer, en que estaba pensando?
Yo la avía “punzado” y ella que es muy orgullosa salio a... ¡¿ Darme un escarmiento?!
En ese instante sentí a Ricardo que gimió asustado y a Moni que decía:
-Shhhhhh, tranquilo, no pasa nada.
-¿Pero, Fran?
-No te preocupes.
Se izo un silencio que me izo saltar de la cama y me asome con cuidado a la sala y allí lo vi a Ricardo sentado en el sillón y Moni arrodillada ante el. ¡Le estaba masturbando con mucha delicadeza el miembro a Ricardo que más que miembro parecía un garrote pero para matar gorilas!
Yo miraba sin saber que hacer con una mezcla de excitación, celos, morbo, vergüenza, en fin, no sabía que me pasaba. Lo único que sabia es que se me avía parado mi pene y que no podía entrar en la sala ni para detener eso ni para alentar a que continuaran. Solo quería poder ver sin que me vieran.
Pero Moni levanto apenas la vista y me miró a los ojos como diciendo:
-¿Y, desí algo? ¡CABRON!
En ese momento, y sin bajar la vista, escupió el capullo y, ahora si mirando lo que hacía, desparramo la saliva por toda la enorme polla de R, el cual estaba con los ojos serrados y la cabeza tirada hacia atrás. El no se percato de que yo estaba allí, o al menos no se quiso dar cuenta.
Moni seguía masturbando a Ricardo con mucha sensualidad y dedicación. Se mordía el labio, me miraba y lo miraba a el. En un momento Ricardo quiso empujar suavemente su cabeza hacia su miembro para que se la chupara y ella se resistió diciendo:
-Si me tocas nuevamente esto se termina acá y se echa a perder todo. ¿Queda claro? Además no te la voy a chupar, solo estoy dándote “una mano” ¡Que irónica! Definitivamente estaba enojada.
El no dijo nada y se volvió a recostar en el sillón.
En ese instante Moni me miro para imponer definitivamente las reglas del juego al menos para dejar en claro que se hacía lo que ella quería.
Continuo con su trabajo dejando caer saliva que “descolgaba de su boca” para dejarla caer sobre ese enorme capullo que tenia entre sus manos cuando, de repente y sin mucho preámbulo, Ricardo comenzó a tensarse y de la punta de su miembro salió disparado un potente chorro de semen, sorprendiendo a Moni en el momento que aceleraba el ritmo de sus masajes, que fue a dar en el mentón de Moni, y otro que dio en su pecho gracias a que ella se hizo hacia atrás, y otro en su vientre y otro, y otro en su mano y otro y...
¡Que maquina de tirar lecho!¡Este hombre es un tambo! Pensé yo mientras me sorprendí tocando mi paquete.
En ese instante Moni me miro burlonamente con un tremendo y espeso “moco” colgando de su mentón.
Yo me ruborice y me metí rápidamente en la habitación y en la cama con la pija dura como una piedra.
Al instante entro ella toda llena de semen, se limpió con la camisa de su piyama, se metió en la cama. Se asomo detrás de mí arrimándose a mi oreja, tomo mi miembro y mientras lo meneaba me dijo al oído:
-¿Y, quien es el pajero ahora?
Lamió mi oreja y en ese momento yo acabe sobre su mano.
Luego me dio un beso en la mejilla; yo podía sentir el olor a semen que ella tenia. Se dio la vuelta y se durmió.
Este fue el comienzo de esta aventura, mas adelante les contare como sigue esto.
Espero que les halla gustado y que me escriban comentando que les pareció mi historia, que me manden otras historias parecidas o no y que me envíen fotos de sus de excitantes mujeres, amantes, novias y, porque no, de sus esposas.
Un saludo grande y espero vuestros comentarios.
Carlos19142003@yahoo.com.ar

6 comentarios - Una Mano Solidaria (relato muy morboso)

pasto183 +1
Huy muy bueno amigo, re gauchita tu mujer. Gracias por compartir
XcornudoX +1
quiero saber mas de ese viajeeeeeeeeeee
tu_potro_sex
Si que le dio una buena mano, y el viaje recién empieza
morochadel84
Gran historia, muy interesante y bien contada. Te dejo muchos puntos porque me gustó mucho, tanto que seguí leyendo hasta el final a pesar de las faltas de ortografía! (media pila ahí te lo ruego...)
Besote grande!
kramalo
muy bueno, bien caliente.... para cuando la continuación del relato...? o terminó ahi la cosa...?
(Ah!, revisa los errores de ortografia, que son muchos, porque te tira para abajo el relato).