Mas que una pareja amiga

Mucho mas que una pareja amiga
Mi nombre es Karina y para aquellos que no han leido mis historias les comento que tengo 45, soy madre de mellizos, morocha de pelo largo y ondulado, mido 1,74, soy flaca y atletica, de cola normal y tengo 95 de busto natural. Estoy casada con Esteban desde hace mas de 20 años y somos una pareja muy abierta. Tuvimos un par de experiencias con terceros hombres porque a mi marido le encanta ver como me cojen.
Esto que les voy a contar sucedio hace unos meses aprovechando que Esteban y los chicos habian viajado a una gira con el equipo de rugby donde juegan nuestros hijos.
Ana y Carlos, una pareja amiga desde hace unos cuantos años, sabiendo que el sabado me quedaba sola, me invitaron a cenar a un restaurant que habia inaugurado hacia pocas semanas.
Ana es flaca, alta, pelo enrulado , muy parecida a Florencia Raggi.
Carlos es bastante buenmozo. Tiene unos 50 años, pelo corto y entrecano, y de cuerpo bien formado.
A medida que fue avanzando la noche, el alcohol fue tomando protagonismo. Cuando nos dimos cuenta, nos habiamos tomado una botella de vino cada uno.
En este estado las conversaciones se fueron tornando hacia lo sexual y hacia las fantasias que teniamos cada uno. A pesar que con Esteban habiamos tenido nuestras experiencias con terceros, yo no me anime a contarlas.
Ellos tenian una fantasia en comun, conocer un club swinger y experimentar.
Aprovechando la cercania, despues de comer ellos iban a ir a uno que queda en la calle Anchorena y me invitaron. Viendo que nada me lo impedia, acepte la invitacion.
Para que la situacion no se volviera traumatica, los tres nos pusimos de acuerdo en que apenas traspasabamos la puerta de entrada, nos separabamos. Ellos por un lado y yo por otro.
Llegamos y comence a desandar el lugar.
Subi al primer piso, donde habia una especie de jacuzzi gigante y una barra de tragos. Me sente en un taburete, me pedi un daiquiri y me dispuse a ver las pequeñas orgias que sucedian en cada uno de los rincones.
Despues de un buen rato decidi bajar y encarar un largo pasillo, de una luz muy tenue, que dejaba trasludir los cuerpos de varias parejas teniendo relaciones. Un par de ellas me ofrecieron unirme pero no era mi intencion hacer algo con Esteban ausente.
Cuando doble el codo del pasillo me encontre con una gran sopresa. Ana estaba siendo “atendida” por dos sementales desconocidos.
Ella estaba en un sillon puesta cuatro. Uno de ellos le daba por detrás a buen ritmo mientras que el otro la tenia tomada del pelo y le hacia mamar su verga. Anita gozaba como nunca. Era un situacion digna de una pelicula triple x.
Pero eso no fue lo unico asombroso de ese momento. Me quede mas atonita cuando lo vi a Carlos a unos 5 metros, desnudo, masturbandose y gozando de la escena. La sorpresa fue mas aun cuando vi que el miembro de Carlos era descomunal. Gruesa y venosa, no miento si digo que esa pija era digna de un actor porno, y tampoco miento si digo que su tamaño era mayor a 20 cm.
Ana siempre se habia jactado de tener un marido pijon pero nunca imagine que era para tanto.
Debo reconocer que verlo en esa situacion, me excito de sobremanera.
No se si fue la mezcla del alcohol y de la calentura pero no dude ni un instante...quiero probar esa pija, me dije.
Sin dudarlo me acerque y me puse de cuclillas frente a él.
Carlos me miro y poco le importo que fuera la mejor amiga de su esposa y la mujer de su amigo. Me tomo de la nuca y delicadamente me invito a probarla. La comence a besar en forma desesperada y cuando no aguante mas me la meti entera en la boca. Me llego hasta la campanilla de la garganta, nunca habia probado algo tan grande. Era un mangar y no podia parar de chupar.
Estuve catando esa poronga mas de 10 minutos hasta que me tomo de un brazo y me llevo a uno de los sillones que se encontraban en el pasillo, lejos de la vista de Ana, que seguia en su fiesta personal. No nos importo que en el sillon estuvieran dos mujeres “amandose”. Me saco el vestido y se sorprendio al ver que no llevaba ropa interior. El tamaño de mis tetas y el estar toda depilada hizo que la expresion de su cara se convirtiera en lividinosa.
Me ordeno que me pusiera en cuatro y que arqueara bien la espalda. De esta manera quede entregada y desguarnecida. Él sin dudarlo tomo mis cantos con ambas manos y los abrio delicadamente. Se posiciono, acomodo la cabeza de su pija entre mis labios vaginales y me la clavo sin piedad, hasta el fondo, con contundencia, como un torero ejecutando a su victima.
Comence a sentir cosas que en otras experiencia no habia sentido. El placer que me estaba dando Carlos ante cada pijazo era inmenso. Cogia como un animal y ante cada embestida me decia...te gusta puta?, y yo sin emitir palabras, solo quejidos de placer, asentia con la cabeza.
En esa posicion llegue a tener dos orgasmos.
Luego él se sento y comence a montarlo dandole la espalda. En el momento que estaba por tener una nueva “explosion” senti que un par de manos me tomaban de la cara y alguien comenzaba a besarme en la boca. Cuando abri los ojos, no podia creer lo que veia, era Ana.
Me quede inmovil, paralizada...siempre con Carlos quisimos cogerte, me dijo y comenzo a chupetearme los pezones de mis enormes tetas. Luego comenzo a bajar y se detuvo en mi clitoris al cual lleno de lenguetazos mientras la pija de Carlos no paraba de taladrarme. La respuesta a esto fue mi tercer orgasmo.
Ana siguio besandome y tocandome como ningun hombre lo habia hecho en su vida. Era dulce, delicada, sutil, inigualable. Sabia donde tocar, como hacerlo, y me llevo a un estado de nirvana donde mas placer no podia sentir.
Los tabues de estar con una mujer habian quedado despedazados.
Carlos aviso que iba a acabar. Ambas nos arrodillamos frente a él y nos pusimos a tiro de su verga. Ana tomo la pija con su mano, le arranco el preservativo de un tiron y comenzo a masturbarlo cerca de mi cara. A los pocos segundos los bombazos de leche alcanzaron nuestras bocas y mejillas. Era un torrente blanco inagotable.
Al rato decidimos irnos y volver a nuestras casas. Carlos nos ofrecio viajar en el asiento trasero, haciendo de chofer. Ninguna de las dos se resistio a la tentacion de seguir “jugando”.
Cuando llegamos a mi casa, le pedi a Carlos si no me prestaba a Ana por el resto de la noche. Carlos accedio a cambio de una sola condicion, mañana seria él quien se quedara a dormir a la noche conmigo. Tanto Ana como yo no tuvimos ninguna objecion.