Holal poringueros y poringueras. Este relato fue inspirado viendo a mi vecina pasar frente a mi casa, volviendo de retirar a su hijo de la guardería y discutiendo acaloradamente con el marido. Mi vecina no puede estar más buena y el marido... bue'... No se si lo vio meando atrás de un árbol y le vio buena máquina, porque sino no se explica que ande con él. Aquí mi relato que, por supuesto, espero les guste.
El clima no puede ser más tenso. Nos acababan de pescar in fraganti cuando tu mujer, Laura, cabalgaba sobre mi pene, desnuda y alocada. Vos seguías nervioso, fumabas y caminabas de un lado a otro. Ella, avergonzada, cubría su bella desnudez con una sábana sucia mientras, en vano intentaba disculparse. Yo no sabía que hacer, estaba aún parado, desnudo, con mi pene ganando flacidez a medida que pasaba el tiempo. Me querías pegar, tus ojos llenos de ira y odio te evidenciaban, pero no te animabas a nada. Tu parálisis te mostraba más patético. Cortando de cuajo con la situación encendí un cigarrillo y descargué mis verdades en un monólogo casi inésperado.
- Sentate Carlos, es necesario que hablemos. - te dije con una leve calma.
- Callate!!! Con vos no tengo nada que hablar - me respondiste con furia.
Esperaba alguna agresión de tu parte, me acababas de ver como me estaba cojiendo a tu mujer de lo lindo, fuiste testigo de mi cuerpo y el de tu esposa desnudos fundidos y entregados a nuestros bajos deseos. Sin embargo nada de eso pasó.
-No!!!! Callate vos y escuchame bien -respondí con más energía.
Resignado, prendiste un nuevo cigarrillo y te preparaste a escuchar todo lo que podía decir.
- Mirá Carlos, no tenés la culpa de todo, o sí. No podés esperar que tu mujer se conforme con vos. Mirá lo que es tu mujer!!!!! Es un camión!!!! Y en la cama es el diablo hecho mujer. Insaciable y fogosa, perversa y morbosa. Todo lo que un hombre espera de una mujer en la cama lo tiene ella. Y su físico, con ese culo perfecto y esas tetas bien paraditas es una invitación a cojerla. En cambio vos... con ese físico tan delgado, casi que das la sensación de ser enfermizo, es muy poco para tremenda mujer. Ella no tiene en vos al hombre que la pueda saciar, que pueda apagar tanto fuego, que pueda frenar ese volcán en erupción que es tu mujer en la cama. Te ama pero no te desea. Cada vez que hacen el amor espera que te duermas para llamarme a casa y masturbarse con alguna palabra que le pueda llegar a decir. Perdoná mi franqueza, pero con tu pijita tu mujer no hace más que quedarse con las ganas. Para cuando llego a tu casa Laura se me cuelga del cuello y nos comemos la boca en un beso apasionado y caliente. Ansiosa, me desabrocha los botones del jeans y saca mi pene tieso para darle una buena chupada. Le encanta que la agarre de los pelos y la obligue que la trague toda, por más que al principio le provoque arcadas. Y más loca se ponía cuando le pegaba en la cara con mi pene. Todo eso jamás lo podrías hacer aunque ella me dijo que con los dedos la calentás bastante, pero con tu pijita solo la dejás más caliente. Cuando nos hacemos un 69 gozamos a más no poder. Me gusta meterle mis gruesos dedos en su ano uno por uno y ella lo goza aún más. De entrada ella arriba quiere montarse sobre mi pene y tratar de domarlo como si fuera un toro embravecido. Más tarde, como una contorsionista, abre las piernas de par en par, las apoya sobre mi hombro y espera a que su macho le clave con fuerza ese pedazo de carne que tanto anhela. Y más anhela que le llene la concha de abundante leche. Es más, hasta busca que le haga un hijo... Un hijo que hace tres años no le das, ella tiene mucho amor materno para dar.
Pero como si eso fuera poco vos te vas con tus amigos a jugar al fútbol, te vas a visitar a tus amigos (que por cierto, cuidate de ellos porque alguno de ellos ya se están cojiendo a la trola de tu mujer) y la dejás a la insaciable de tu mujer completamente insatisfecha a merced de cualquier hombre.
Ahora, entre nosotros... ¿Cómo no le vas a hacer la cola a tu mujer con tremendo orto? Es como invitarte a un asado y que te comas las ensaladas...
Me acuerdo la primera vez no quizo saber nada, pero... ahora está incluido en el menú.
Empiezo dándole un profundo beso negro que de inmediato acusa recibo moviéndose alocada. Empiezo a acariciar la puerta del ano y se retuerce con ritmo.
Como tengo mi buena máquina, una buena pija que alcanza para dejarla satisfecha a Laura, la tengo que lubricar bien para que entre paulatinamente. Ella al principio se queja del dolor y me pide que se la ponga de a poco, pero cuando el dolor le da lugar al placer me pide como poseída que le rompa bien el culo. Toda una materia pendiente para vos...
Creo que tenemos que saber ubicarnos y asumir el lugar que corresponde a cada uno si no querés perder a tu mujer... Y el tuyo es el de cornudo, claramente.
El clima no puede ser más tenso. Nos acababan de pescar in fraganti cuando tu mujer, Laura, cabalgaba sobre mi pene, desnuda y alocada. Vos seguías nervioso, fumabas y caminabas de un lado a otro. Ella, avergonzada, cubría su bella desnudez con una sábana sucia mientras, en vano intentaba disculparse. Yo no sabía que hacer, estaba aún parado, desnudo, con mi pene ganando flacidez a medida que pasaba el tiempo. Me querías pegar, tus ojos llenos de ira y odio te evidenciaban, pero no te animabas a nada. Tu parálisis te mostraba más patético. Cortando de cuajo con la situación encendí un cigarrillo y descargué mis verdades en un monólogo casi inésperado.
- Sentate Carlos, es necesario que hablemos. - te dije con una leve calma.
- Callate!!! Con vos no tengo nada que hablar - me respondiste con furia.
Esperaba alguna agresión de tu parte, me acababas de ver como me estaba cojiendo a tu mujer de lo lindo, fuiste testigo de mi cuerpo y el de tu esposa desnudos fundidos y entregados a nuestros bajos deseos. Sin embargo nada de eso pasó.
-No!!!! Callate vos y escuchame bien -respondí con más energía.
Resignado, prendiste un nuevo cigarrillo y te preparaste a escuchar todo lo que podía decir.
- Mirá Carlos, no tenés la culpa de todo, o sí. No podés esperar que tu mujer se conforme con vos. Mirá lo que es tu mujer!!!!! Es un camión!!!! Y en la cama es el diablo hecho mujer. Insaciable y fogosa, perversa y morbosa. Todo lo que un hombre espera de una mujer en la cama lo tiene ella. Y su físico, con ese culo perfecto y esas tetas bien paraditas es una invitación a cojerla. En cambio vos... con ese físico tan delgado, casi que das la sensación de ser enfermizo, es muy poco para tremenda mujer. Ella no tiene en vos al hombre que la pueda saciar, que pueda apagar tanto fuego, que pueda frenar ese volcán en erupción que es tu mujer en la cama. Te ama pero no te desea. Cada vez que hacen el amor espera que te duermas para llamarme a casa y masturbarse con alguna palabra que le pueda llegar a decir. Perdoná mi franqueza, pero con tu pijita tu mujer no hace más que quedarse con las ganas. Para cuando llego a tu casa Laura se me cuelga del cuello y nos comemos la boca en un beso apasionado y caliente. Ansiosa, me desabrocha los botones del jeans y saca mi pene tieso para darle una buena chupada. Le encanta que la agarre de los pelos y la obligue que la trague toda, por más que al principio le provoque arcadas. Y más loca se ponía cuando le pegaba en la cara con mi pene. Todo eso jamás lo podrías hacer aunque ella me dijo que con los dedos la calentás bastante, pero con tu pijita solo la dejás más caliente. Cuando nos hacemos un 69 gozamos a más no poder. Me gusta meterle mis gruesos dedos en su ano uno por uno y ella lo goza aún más. De entrada ella arriba quiere montarse sobre mi pene y tratar de domarlo como si fuera un toro embravecido. Más tarde, como una contorsionista, abre las piernas de par en par, las apoya sobre mi hombro y espera a que su macho le clave con fuerza ese pedazo de carne que tanto anhela. Y más anhela que le llene la concha de abundante leche. Es más, hasta busca que le haga un hijo... Un hijo que hace tres años no le das, ella tiene mucho amor materno para dar.
Pero como si eso fuera poco vos te vas con tus amigos a jugar al fútbol, te vas a visitar a tus amigos (que por cierto, cuidate de ellos porque alguno de ellos ya se están cojiendo a la trola de tu mujer) y la dejás a la insaciable de tu mujer completamente insatisfecha a merced de cualquier hombre.
Ahora, entre nosotros... ¿Cómo no le vas a hacer la cola a tu mujer con tremendo orto? Es como invitarte a un asado y que te comas las ensaladas...
Me acuerdo la primera vez no quizo saber nada, pero... ahora está incluido en el menú.
Empiezo dándole un profundo beso negro que de inmediato acusa recibo moviéndose alocada. Empiezo a acariciar la puerta del ano y se retuerce con ritmo.
Como tengo mi buena máquina, una buena pija que alcanza para dejarla satisfecha a Laura, la tengo que lubricar bien para que entre paulatinamente. Ella al principio se queja del dolor y me pide que se la ponga de a poco, pero cuando el dolor le da lugar al placer me pide como poseída que le rompa bien el culo. Toda una materia pendiente para vos...
Creo que tenemos que saber ubicarnos y asumir el lugar que corresponde a cada uno si no querés perder a tu mujer... Y el tuyo es el de cornudo, claramente.
6 comentarios - Charla de corneador a cornudo