Eran como las 3 de las tarde de un viernes, por fin me iba a descansar después de una larga semana de trabajo, tomé la combi (que en mi país suelen ser muy usadas como transporte público) para llegar a la casa y por alguna extraña razón me senté en la parte de adelante, donde caben tres personas, el conductor y dos pasajeros.
A las pocas cuadras la combi se llenó y tuve que recorrerme de mi asiento de tal forma que quede del lado del chofer, un tipo joven en sus treintas, alto, fornido, cabello corto y cara redonda, bastante bien parecido, el simple olor de su loción me excita un poco.
A mitad del camino una camioneta trató de rebasar la combi, el chofer viró muy bruscamente, fue tan fuerte que recargué lado de tal forma que mi mano toco el bulto que tenia el chofer en la entrepierna, lo único que atiné a hacer fue apretarlo más, se sentía enorme y bastante duro lo que provoco que instantáneamente se me humedecieran mis labios inferiores dejándome totalmente mojada.
La persona que iba a mí alrededor no se dio cuenta o al menos eso pensé, recobré mi postura y seguimos con el viaje; poco a poco la combi se fue vaciando y yo no sabía que hacer, para colmo de males mi casa esta ubicada una parada antes de la base de las combis así que tendría que ir todo el recorrido con él.
A pesar del incidente me encontraba más caliente que avergonzada, los últimos pasajeros se bajaron en una parada antes que la mía, discretamente veía el tremendo bulto que se le había formado al conductor, parecía que iba a explotar debajo de sus pantalones.
Al darme cuenta de que estábamos completamente solos y a unas cuantas cuadras de mi destino, me lancé sobre él y empecé a besarlo al mismo tiempo que le masajeaba su palo sobre su pantalón, él cambió el rumbo y se estaciono detrás de unos terrenos baldíos donde nadie vería lo que sucedería.
Me preguntó como me llamaba y le di mi nombre, él me dijo que se llamaba José, mientras le baja el zíper de su pantalón el me levantó mi minifalda y metió sus dedos dentro de mi lo que hizo que le dejara completamente empapada su mano, mientras tanto yo me bajaba a chupar lentamente su verga, era deliciosa calculé que medía unos 20 cm de largo y estaba bastante gorda tanto que llegué a pensar que no me cabría.
El simple hecho de mamarla me provoco un grandioso orgasmo mientras que él seguía divirtiéndose con su mano dentro de mi, me pidió me sentara encima de él, no lo pensé dos veces y lo hice, con mi cara viendo hacia el volante y mis nalgas sobre su verga empecé a montármele bien rico, me deshacía en gemidos y mientras con sus manos me acariciaba mis tetas y su boca me mordía el cuello lenta pero deliciosamente.
Estaba llegando a mi tercer orgasmo cuando me pidió que regresara mi boca a su verga pues ya iba a terminar, me la metí tanto como pude y sentí la descarga de su leche caliente recorriendo mi garganta, fue espectacular.
Nos vestimos y regresó a la ruta normal, afortunadamente a esa hora no había nadie por las calles aledañas, me dejó en mi parada y siguió con su camino, nunca lo olvidaré.
Estos últimos tres viernes hemos repetido la hazaña con consecuencias sumamente placenteras que de sólo recordarlas me mojo aún más.
A las pocas cuadras la combi se llenó y tuve que recorrerme de mi asiento de tal forma que quede del lado del chofer, un tipo joven en sus treintas, alto, fornido, cabello corto y cara redonda, bastante bien parecido, el simple olor de su loción me excita un poco.
A mitad del camino una camioneta trató de rebasar la combi, el chofer viró muy bruscamente, fue tan fuerte que recargué lado de tal forma que mi mano toco el bulto que tenia el chofer en la entrepierna, lo único que atiné a hacer fue apretarlo más, se sentía enorme y bastante duro lo que provoco que instantáneamente se me humedecieran mis labios inferiores dejándome totalmente mojada.
La persona que iba a mí alrededor no se dio cuenta o al menos eso pensé, recobré mi postura y seguimos con el viaje; poco a poco la combi se fue vaciando y yo no sabía que hacer, para colmo de males mi casa esta ubicada una parada antes de la base de las combis así que tendría que ir todo el recorrido con él.
A pesar del incidente me encontraba más caliente que avergonzada, los últimos pasajeros se bajaron en una parada antes que la mía, discretamente veía el tremendo bulto que se le había formado al conductor, parecía que iba a explotar debajo de sus pantalones.
Al darme cuenta de que estábamos completamente solos y a unas cuantas cuadras de mi destino, me lancé sobre él y empecé a besarlo al mismo tiempo que le masajeaba su palo sobre su pantalón, él cambió el rumbo y se estaciono detrás de unos terrenos baldíos donde nadie vería lo que sucedería.
Me preguntó como me llamaba y le di mi nombre, él me dijo que se llamaba José, mientras le baja el zíper de su pantalón el me levantó mi minifalda y metió sus dedos dentro de mi lo que hizo que le dejara completamente empapada su mano, mientras tanto yo me bajaba a chupar lentamente su verga, era deliciosa calculé que medía unos 20 cm de largo y estaba bastante gorda tanto que llegué a pensar que no me cabría.
El simple hecho de mamarla me provoco un grandioso orgasmo mientras que él seguía divirtiéndose con su mano dentro de mi, me pidió me sentara encima de él, no lo pensé dos veces y lo hice, con mi cara viendo hacia el volante y mis nalgas sobre su verga empecé a montármele bien rico, me deshacía en gemidos y mientras con sus manos me acariciaba mis tetas y su boca me mordía el cuello lenta pero deliciosamente.
Estaba llegando a mi tercer orgasmo cuando me pidió que regresara mi boca a su verga pues ya iba a terminar, me la metí tanto como pude y sentí la descarga de su leche caliente recorriendo mi garganta, fue espectacular.
Nos vestimos y regresó a la ruta normal, afortunadamente a esa hora no había nadie por las calles aledañas, me dejó en mi parada y siguió con su camino, nunca lo olvidaré.
Estos últimos tres viernes hemos repetido la hazaña con consecuencias sumamente placenteras que de sólo recordarlas me mojo aún más.
4 comentarios - En el Transporte Público (re-subida)