Como para que me recuerden soy Mario, el albañil diplomado en otro relato que comparto con ustedes.
Como ya les conté, trabajaba en un centro de salud, era para su tipo uno de los más grandes y su influencia eran varios barrios grandes, abarcando un conjunto social que iba desde clase media baja, hasta clase baja o de escasos recursos, es bastante completo en lo que a servicios se refiere, desde atención medica y especialidades, ginecología, cardiología, etc, hasta un laboratorio de análisis clínicos, hay una parte de administrativos, están los enfermeros y técnicos de laboratorio, rayos, dentales, personal de mantenimiento reparación (gasista, plomero, electricista), personal de limpieza, servicios generales como choferes, cadetes, hay dos informáticos, en fin una planta de casi 100 personas, abierto las 24 hrs por guardias y hay hasta una ambulancia del sistema de emergencia, que tiene su base allí.
Era para mí, un trabajo piola, mi turno era de 6 horas, pero en rigor de verdad, hay que estar en un lugar así, gente accidentada, enferma, la miseria desoladora, en lo personal lo que más me llega es cuando veo a esos viejos desprotegidos, que no escuchan, que pueden estar sentados todo el día, esperando un turno, un remedio o que un medico se apiade de ellos, te parte el alma ver eso y te asusta la frialdad de los médicos, enfermeros, es como que te adaptas, tratas de no mirar, te metes una coraza, mi labor era lo eléctrico y aunque no lo crean siempre hay mucho trabajo, enchufes, luces, siempre era para ayer, sobre todo lo que más presionan, son los profesionales, no anda el enchufe del aparato y se muere el paciente, es culpa tuya más o menos, al principio a mis 20 años, contratado, era como que, era el idiota pal sopapo, después al año, me pasaron a planta y con la experiencia, mas la seguridad laboral, del estado no echan a nadie, entras en una actitud, de primero no dar bola, después contestas y después ya te plantas de mala manera, por eso justamente con un medico clínico, como de unos 40 años, plomo de dos manos, siempre con un trato arrogante y despectivo, con los pacientes y detrás de justamente un foco de mierda, empezó que ésta gente no hace su trabajo, inútiles, que son vagos, enorme quilombo por un foco y se me salió la chaveta mal, es jodido meterse con los médicos, siempre tienen la sartén por el mango, lo más sorprendente del caso, que como no le gusto mi contestación, me invito a que dirimamos nuestros asuntos, en el fondo del centro, pensando en mi como un pendejo olor a leche, que me asustaría de su reto y desconociendo el doctor, que si hay algo que nos gusta, nos encanta, nos apasiona a los albañiles, es hacernos cagar de vez en cuando... creo que no llego a los dos minutos, la cara ensangrentada, dos dientes menos, costura en la boca, costillas fisuradas, un quilombo de aquellos, por supuesto sumario, denuncia policial y todo el circo, pensé que me cambiaban y me mandaban a la Siberia, no sé qué paso, pero quedé, el médico también, pero obvio que me trataba con cuidado y yo más cuidado también, no quería que me rajaran de ese lugar.
Se me veía como bicho raro, meterse con un medico siendo casi personal de maestranza o era suicida o estaba mal de la cabeza, la cuestión que mucha gente me tomo más en cuenta, era como un puterio jugoso del trabajo, nadie sabía a ciencia cierta porque la pelea, tampoco nadie creía que había sido por un foco de mierda, parecía más un problema de polleras, que una discusión boluda de dos tipos que se levantaron con el pie izquierdo y como mi contrincante era un medico arrogante, pedante, mala vuelta, algunos detractores hicieron circular el rumor que yo había tenido algo que ver con una pendeja que salía con él, novia oficial, antes su clandestina amante, causante de la ruptura de su matrimonio, con otra medica de la edad de él, que antes también trabajaba en el mismo centro, es como que va pasando el mensaje de boca a boca y cada vez se hace un poco más grande, más perverso, mas exagerado, a todo eso, había una administrativa en la oficina de personal con la que empecé a tratar detrás de mi sumario y cuestiones administrativas, media petisa, el corte de pelo tipo varón que le quedaba de maravillas, 25 años, casada con un policía, mamá de un bebe de 4 meses, un cuerpo que si lo ves en otro momento te parece bueno, pero nada para notar, pero tampoco sé porque, cuando la viste panzona y después de tener el bebe, en menos de tres meses se pone flaquita, se le para la colita, resaltan esas tetas con leche, uno dice… che esta para hacerle otra vez otro hijo ¿no?.
Al principio teníamos un trato medio frio y distante, después es como que se rompió el hielo y le era más simpático, yo le consultaba preocupado por el estado y la resolución de mi sumario y ella me retaba diciéndome ahora te venís a preocupar después de que como un animal te peleaste y cosas por el estilo, esos retos que provocaban las risas de otras dos mujeres de la misma oficina y de paso solapadamente preguntaban o en una extorsión como juego, me arreglaban el problema si les contaba porque había sido la pelea y se me hizo una rutina pasar un ratito a la mañana por esa oficina, por ahí compraba unas facturas o bizcochitos y llevar para compartir, saludarlas, tomar unos mates, bromear de distintas cosas y si bien es cierto que yo le cebaba mates a las tres, más cercano era para Miriam, empezar a contarnos cosas, en alguna mañana encontrarla con sueño, porque con su bebe no tuvo una buena noche, empezar a acercarse de una manera que uno no busca, que no facilita, pero con el trato diario se va dando irremediablemente.
Toda esa semana había sido convulsionada y difícil, el viernes había un llamado a paro general, como siempre los delegados gremiales andaban en la semana por el centro de salud, algunos apretaban, a otros trataban de convencer;
Por esos días, Miriam estaba callada y de pocas palabras, ojeras enormes, no estaba arregladita, coqueta, maquillada suave como siempre, le pregunte reiteradas veces que le pasaba y las mismas respuestas de siempre, que su bebe y sus preocupaciones, pero obvio que si le pasaba antes lo mismo, porque ahora la afectaba mas, era más que evidente que era otra cosa y que ella no deseaba contar. El día anterior al paro, al salir tipo 14 hrs, ya subiéndome a la moto, me manda un sms pidiéndome que la espere que me quiere preguntar algo,
-Hola Mario, que te pasa que andas perdido
-Hola Miri, ¿Qué? Esta mañana fui a verte y andas de mala vuelta
Hizo un gesto como asintiendo y me dijo que no es verdad, que son ideas mías y que cuando voy a dejar de hinchar, pero lo decía casi como excusa…
-¿mañana haces paro?
-yo vengo Miri, sino hay nadie me voy, pero si hay uno solo me quedo, esos sindicalistas de mierda cuando les conviene
-y porque si no hay nadie te vas, sino estás de acuerdo,
-porque ahí es de compañero
-mañana no hay colectivos, si es masivo no creo que descuenten el día, pero si no lo es y hago paro y me descuentan, me sale caro y no estoy para gastos…
La forma en que me lo dijo, me di cuenta que ella ya no pensaba en conjunto como familia, sino que ese no estaba para gastos, lo pensaba como que estaba sola y mas su estado de ánimo estaba claro entonces que venía con problemas en su casa, marido o similares.
-Mario me haces un favor
-si decime
-mañana vos podes pasar por x lugar, (15 cuadras me desviaba de mi recorrido habitual) me recoges y nos venimos, sino hay nadie nos vamos, yo te doy lo del colectivo para la nafta de la moto.
-dale no hay dramas, tipo 6:45 hrs paso y no me tenes que pagar nada, que odiosa que estas… y eso que me estas pidiendo un favor
-no me hagas caso, dale mañana y gracias
Me dio una sonrisa triste, un beso apurado, nos vemos mañana, se dio la vuelta y se fue.
Llegue al lugar convenido un poco antes de 6.45 hrs, ella no estaba, me detuve en la esquina y espere, cuando se hizo 6.55 hrs, apenas si tenía tiempo para llegar al trabajo, aparece Miri en un remis, se baja desesperada, pidiendo perdón por la tardanza, le doy el casco y que se suba que llegamos tarde, como recuerdo andar en la moto y a Miri agarrarse fuerte del abdomen, sus piernas abiertas haciendo contacto con los cachetes de mi cola y esos pechos, con los pezones duros apoyados en mi espalda, llegamos al centro de salud, que estaba cerrado, con una fila de policías de infantería en la entrada, detrás de un lio con una ambulancia, ni siquiera paramos, seguí andando un par de cuadras, había cortes de calle por todos lados, quema de gomas, todas las avenidas cortadas, quería buscar un lugar tranquilo y hablar con Miri.
Pare en una calle ancha, sin ser avenida, tiene una arboleda que la recorre de punta a punta, unos eucaliptos enormes, como guardianes le dan esa apariencia de tranquilidad, se bajo se saco el casco,
-que tonta que soy, que estúpida
-que te pasa, (le pregunto en mi sorpresa)
-mi marido me dijo que todo esto iba a pasar, encima andar con el bebe en el remis hasta lo de mi suegra, que cuadrada por favor, ahora tiene el motivo justo…
Hablaba como para ella, se retaba ella o algo parecido, era un dialogo para ella misma, pero contado, hasta que en un momento se dio cuenta que estaba yo al frente.
-Perdona Mario, ¿vos que vas a hacer?
-irme a mi casa, ¿vos?
-Yo ni idea, no sé que voy a hacer
Y me empieza a contar que su marido, con el que no anda muy bien, por muchos temas, le dijo que no venga a trabajar, pero que ella cómo anda media de pica con él y para llevarle la contra no escucho su consejo, detrás de eso, gasto en remis llevando a su bebe a la casa de su suegra, vieja que la critica mucho bla bla bla, porque la niñera no podía venir por el paro de colectivo y que ahora volver a la casa de su suegra bla bla bla… cuando se calmo después de 10 minutos de hablar sin parar, casi como tomando aire, pude decir
-vení conmigo, desayunemos y después tranquila ves que haces
Se volvió a subir a la moto y creo que se dio cuenta de la situación, cuando estuvo dentro de mi departamento, mirándome poner la pava…
-Yo no debería estar acá, soy una mujer casada, sola con vos, en un departamento de soltero…
Y me termino de inflar los huevos, de mala manera busque mi casco, diciéndole que la llevaba de nuevo, que no la aguantaba más, de una, corta y encima de mala manera
-pero Mario, porque me decís eso,
-dale cállate Miriam, vos me hablaste ayer para que te traiga, vos te metiste en ese lío de tu marido, suegra y demás, esta todo cerrado, te digo de desayunar y que te tranquilices y me salís con que no debes y no sé que mas… que queres que te diga, como si yo fuera hacer algo que vos no quieras, mejor cállate queres y apúrate, que podría estar en el séptimo sueño y no escucharte histérica.
Yo me había calentado en serio, ella no salía de su sorpresa del tono y la forma de mi reclamo… fue un silencio mortal, de miradas,
-que me queres decir con eso de que no harías nada que yo no quiera, yo vine a desayunar porque me invitaste, no otra cosa si lo estas pensando
-la que pensaste mal fuiste vos, por eso te parece incorrecto estar acá, yo estaba poniendo la pava para hacerte el desayuno, no te dije que te bajaras la bombacha…
Mi enojo le causaba gracia, me miraba casi en el punto de la risa, se me acerco caminando como una gata, una risa maliciosa, casi de sorna y me comió la boca, literalmente, que chupón caliente el de Miriam, cayó el casco al piso haciendo ruido y la abrace, nos besamos apasionadamente, intercambiando nuestras salivas…
-sos tan lento que pusiste la pava, en vez de decirme que me saque la bombacha
Tono desafiante y de hembra en celo, se separo busco la cocina, apago la hornalla, fue hasta el equipo de música y puso un CD de lentos internacionales, besándonos nos fuimos a la cama, me hizo que me siente y empezó a desvestirse ella, provocándome, bailaba al compas la música, primero la blusa blanca de los botones, uno por uno, con un remolino en la mano, lo hizo caer al piso, se saco la sandalias, las medias quedando descalza, abrió el cinturón de un pantalón de vestir claro, soltar el botón, bajar el cierre y bailando como una perra en celo, se los fue bajando con ambas manos…
-y lento que decís, ¿me saco la bombacha?
Ese tono de burla, yo la miraba extasiado, las tetas enormes, metidas y apretadas en ese corpiño blanco, esa bombacha media ancha del mismo tono, la pancita con rollitos y estrías de la maternidad reciente, su mirada sensual, su baile, su juego, yo disfrutaba el momento, por ahí se daba vuelta y me mostraba esa colita, dos cachetes normales de tamaños, blancos, altamente mordibles, en ese juego me acercaba la cola y la apoyaba en mi pecho…
-y lento ¿no vas a hacer nada?
Y se me sentó encima, abriendo las piernas, me comió la boca, vinieron momentos de mis caricias en su espalda, en su cola, en sus piernas, en su cuello, en su cara, su boca se llevaba mi aire, mi boca le entregaba caricias, Miriam respondió a mis caricias con gemidos intensos, me saco la remera, luego me saco las zapatillas y las medias y me bajo el pantalón, casi de la misma forma que ella se había desvestido, jugando ese juego sensual, de bailar, de desear y ser deseada, me bajo el bóxer y subió con sus dos manos por mis piernas, indicando con presión que debía ir abriéndolas, estaba buscando eso que tanto las excita, encontró una pija venosa, parada, bien dura, como el color de mi piel un tanto oscura, la acaricia con una mano mirándola con deseo, para metérsela en la boca, sin preámbulos ni rodeos, un pete profundo, mamado, humedeciendo con su saliva, subía y bajaba la cabeza con ritmo, chupándome como sopapa, me acariciaba por debajo con las manos los huevos, de forma muy suave, gimiendo fuerte, con cada embestida, cada vez que profundamente dentro de su boca mi pija desaparecía, la miraba cerrar los ojos y disfrutar chuparme la cabeza con ese gemido de placer, la miraba mirarme chuparme y recorrerme la pija… tuve que pararla, estando parada le baje la bombacha, me encontré con una concha grande, con la raya hasta arriba, vellos del pubis negros prolijos incipientes, le metí mi nariz como buscando su olor inclinando la cabeza hacia arriba con la lengua afuera, buscando pasarle una buena pala, ella abrió un poco la piernas y arqueándose, levanto la el pubis para darme esa belleza de concha, de labios grandes y largos, una de sus manos se había agarrado en mi pelo y me indicaba el movimiento que ella deseaba, chuparla, pasarle la lengua, a veces solo sacaba la lengua y ella en su movimiento de parada, se acariciaba su hermosa y enorme concha, estaba mojada entera, podía sentir toda mi cara húmeda de su liquido y sus gemidos excitantes, fuertes y sentidos, fue ella misma la que detuvo esa chupada de concha, al igual que yo, temió acabar sin habernos penetrado, me indico que me acueste en la cama y vino los más maravilloso, se saco el corpiño, a mi vista dos tetas enormes, gordas, los pezones largos en punta, las aureolas grandes, mis ojos se llenaron de esas hermosuras y de calentura.
Me apoye en el respaldo de la cama y ella se me sentó, acomodo la pija sin mayor demora y se penetro hecha un gemido fuerte, sentido, su humedad era enorme, su olor me inundaba, su calor interno podía sentirlo en la cabeza de la pija y empezó a moverse entrando y saliendo, cabalgando con maestría y yo maravillosamente busque esas tetas deseadas, que metí en mi boca casi con desesperación, las chupaba desesperado, mordiendo el pezón enorme parado y duro…
-Mario, gimiendo, no me chupes así, por favor, me va a bajar la leche
Mas fuerte chupe, pude sentir el sabor del primer chorro leche materna que salía de su teta, mas fuerte le chupe, cuando sintió que salía de su pecho, emitió un grito, mezcla de dolor y placer, tres o cuatro chupones, llevándome esa leche materna deliciosa, excitante como ninguna, pase al otro pecho, podía ver el pecho como quedaba goteando leche, chupe el otro con la misma desesperación, también volver a sentir como se estremecía Miriam, al entregarme ese pecho su leche, mientras sus gemidos eran intensos, su movimiento de entrar y cabalgar se hacía más intenso, mas fuerte apretaba profundamente, mas fuerte era su gemido de placer, mas fuerte… apoyo su dos manos en mi abdomen, sentada casi verticalmente, sus tetas derramando gotas con leche se balanceaban, ella solo apoyaba con más fuerza su pubis y buscaba penetración más profunda,
-Mario acaríciame la cola
Y con mis manos en sus nalgas, acompañe su movimiento, que de pronto fue más lento, sentía como presionaba su clítoris contra mi pija y lo recorría, un poco más lento entro y salió, un poco más lento y un gemido fuerte acompaño ese movimiento, sentir que se humedecía mas, sentir como tenia pequeños temblores en el cuerpo, su grito casi contenido pero sentido, hasta que se fue quedando quieta, abrazándome, sus gemidos se volvieron silencio y sus besos hechos saciedad.
Me pidió en medio de sus besos que me le suba encima, me abrió las piernas recibiéndome
-Vení para acá, me tenes que dar algo vos también
Y la penetre profundamente, ella con sus manos en mi cadera me indicaba el movimiento de entrar y salir, sus besos en mi perita, su lenguaje diciéndome movete, movete Mario, por favor movete, arqueaba mi cuerpo mirando hacia abajo, sus enormes tetas a un costado, nuestros vellos que se encontraban y la humedad de su concha envolviéndome la pija, llamándola, haciéndola latir y entra y salir en Miriam, ese gemido que empieza uno a sentir, el latir de la pija, empujar instintivamente profundo y soltar el chorro de leche que te estremece, ella que lo siente, que gime en su placer, que mueve su cadera buscando mas, otro chorro mas enorme, me voy desplomando, se me van yendo las fuerzas, mas chorros me salen, todo es mas humedad… todo es maravilloso, me voy quedando quieto, dejo que mi pija vaya muriendo lentamente dentro de Miriam… hasta que salgo, ella me abraza y se apoya en mi pecho, me deja que disfrute en silencio… después de un rato me dice, anda a hacerme el desayuno, porque vos atorrante ya desayunaste, te tomaste la leche que no era tuya, con esa sonrisa que te mata.
Como ya les conté, trabajaba en un centro de salud, era para su tipo uno de los más grandes y su influencia eran varios barrios grandes, abarcando un conjunto social que iba desde clase media baja, hasta clase baja o de escasos recursos, es bastante completo en lo que a servicios se refiere, desde atención medica y especialidades, ginecología, cardiología, etc, hasta un laboratorio de análisis clínicos, hay una parte de administrativos, están los enfermeros y técnicos de laboratorio, rayos, dentales, personal de mantenimiento reparación (gasista, plomero, electricista), personal de limpieza, servicios generales como choferes, cadetes, hay dos informáticos, en fin una planta de casi 100 personas, abierto las 24 hrs por guardias y hay hasta una ambulancia del sistema de emergencia, que tiene su base allí.
Era para mí, un trabajo piola, mi turno era de 6 horas, pero en rigor de verdad, hay que estar en un lugar así, gente accidentada, enferma, la miseria desoladora, en lo personal lo que más me llega es cuando veo a esos viejos desprotegidos, que no escuchan, que pueden estar sentados todo el día, esperando un turno, un remedio o que un medico se apiade de ellos, te parte el alma ver eso y te asusta la frialdad de los médicos, enfermeros, es como que te adaptas, tratas de no mirar, te metes una coraza, mi labor era lo eléctrico y aunque no lo crean siempre hay mucho trabajo, enchufes, luces, siempre era para ayer, sobre todo lo que más presionan, son los profesionales, no anda el enchufe del aparato y se muere el paciente, es culpa tuya más o menos, al principio a mis 20 años, contratado, era como que, era el idiota pal sopapo, después al año, me pasaron a planta y con la experiencia, mas la seguridad laboral, del estado no echan a nadie, entras en una actitud, de primero no dar bola, después contestas y después ya te plantas de mala manera, por eso justamente con un medico clínico, como de unos 40 años, plomo de dos manos, siempre con un trato arrogante y despectivo, con los pacientes y detrás de justamente un foco de mierda, empezó que ésta gente no hace su trabajo, inútiles, que son vagos, enorme quilombo por un foco y se me salió la chaveta mal, es jodido meterse con los médicos, siempre tienen la sartén por el mango, lo más sorprendente del caso, que como no le gusto mi contestación, me invito a que dirimamos nuestros asuntos, en el fondo del centro, pensando en mi como un pendejo olor a leche, que me asustaría de su reto y desconociendo el doctor, que si hay algo que nos gusta, nos encanta, nos apasiona a los albañiles, es hacernos cagar de vez en cuando... creo que no llego a los dos minutos, la cara ensangrentada, dos dientes menos, costura en la boca, costillas fisuradas, un quilombo de aquellos, por supuesto sumario, denuncia policial y todo el circo, pensé que me cambiaban y me mandaban a la Siberia, no sé qué paso, pero quedé, el médico también, pero obvio que me trataba con cuidado y yo más cuidado también, no quería que me rajaran de ese lugar.
Se me veía como bicho raro, meterse con un medico siendo casi personal de maestranza o era suicida o estaba mal de la cabeza, la cuestión que mucha gente me tomo más en cuenta, era como un puterio jugoso del trabajo, nadie sabía a ciencia cierta porque la pelea, tampoco nadie creía que había sido por un foco de mierda, parecía más un problema de polleras, que una discusión boluda de dos tipos que se levantaron con el pie izquierdo y como mi contrincante era un medico arrogante, pedante, mala vuelta, algunos detractores hicieron circular el rumor que yo había tenido algo que ver con una pendeja que salía con él, novia oficial, antes su clandestina amante, causante de la ruptura de su matrimonio, con otra medica de la edad de él, que antes también trabajaba en el mismo centro, es como que va pasando el mensaje de boca a boca y cada vez se hace un poco más grande, más perverso, mas exagerado, a todo eso, había una administrativa en la oficina de personal con la que empecé a tratar detrás de mi sumario y cuestiones administrativas, media petisa, el corte de pelo tipo varón que le quedaba de maravillas, 25 años, casada con un policía, mamá de un bebe de 4 meses, un cuerpo que si lo ves en otro momento te parece bueno, pero nada para notar, pero tampoco sé porque, cuando la viste panzona y después de tener el bebe, en menos de tres meses se pone flaquita, se le para la colita, resaltan esas tetas con leche, uno dice… che esta para hacerle otra vez otro hijo ¿no?.
Al principio teníamos un trato medio frio y distante, después es como que se rompió el hielo y le era más simpático, yo le consultaba preocupado por el estado y la resolución de mi sumario y ella me retaba diciéndome ahora te venís a preocupar después de que como un animal te peleaste y cosas por el estilo, esos retos que provocaban las risas de otras dos mujeres de la misma oficina y de paso solapadamente preguntaban o en una extorsión como juego, me arreglaban el problema si les contaba porque había sido la pelea y se me hizo una rutina pasar un ratito a la mañana por esa oficina, por ahí compraba unas facturas o bizcochitos y llevar para compartir, saludarlas, tomar unos mates, bromear de distintas cosas y si bien es cierto que yo le cebaba mates a las tres, más cercano era para Miriam, empezar a contarnos cosas, en alguna mañana encontrarla con sueño, porque con su bebe no tuvo una buena noche, empezar a acercarse de una manera que uno no busca, que no facilita, pero con el trato diario se va dando irremediablemente.
Toda esa semana había sido convulsionada y difícil, el viernes había un llamado a paro general, como siempre los delegados gremiales andaban en la semana por el centro de salud, algunos apretaban, a otros trataban de convencer;
Por esos días, Miriam estaba callada y de pocas palabras, ojeras enormes, no estaba arregladita, coqueta, maquillada suave como siempre, le pregunte reiteradas veces que le pasaba y las mismas respuestas de siempre, que su bebe y sus preocupaciones, pero obvio que si le pasaba antes lo mismo, porque ahora la afectaba mas, era más que evidente que era otra cosa y que ella no deseaba contar. El día anterior al paro, al salir tipo 14 hrs, ya subiéndome a la moto, me manda un sms pidiéndome que la espere que me quiere preguntar algo,
-Hola Mario, que te pasa que andas perdido
-Hola Miri, ¿Qué? Esta mañana fui a verte y andas de mala vuelta
Hizo un gesto como asintiendo y me dijo que no es verdad, que son ideas mías y que cuando voy a dejar de hinchar, pero lo decía casi como excusa…
-¿mañana haces paro?
-yo vengo Miri, sino hay nadie me voy, pero si hay uno solo me quedo, esos sindicalistas de mierda cuando les conviene
-y porque si no hay nadie te vas, sino estás de acuerdo,
-porque ahí es de compañero
-mañana no hay colectivos, si es masivo no creo que descuenten el día, pero si no lo es y hago paro y me descuentan, me sale caro y no estoy para gastos…
La forma en que me lo dijo, me di cuenta que ella ya no pensaba en conjunto como familia, sino que ese no estaba para gastos, lo pensaba como que estaba sola y mas su estado de ánimo estaba claro entonces que venía con problemas en su casa, marido o similares.
-Mario me haces un favor
-si decime
-mañana vos podes pasar por x lugar, (15 cuadras me desviaba de mi recorrido habitual) me recoges y nos venimos, sino hay nadie nos vamos, yo te doy lo del colectivo para la nafta de la moto.
-dale no hay dramas, tipo 6:45 hrs paso y no me tenes que pagar nada, que odiosa que estas… y eso que me estas pidiendo un favor
-no me hagas caso, dale mañana y gracias
Me dio una sonrisa triste, un beso apurado, nos vemos mañana, se dio la vuelta y se fue.
Llegue al lugar convenido un poco antes de 6.45 hrs, ella no estaba, me detuve en la esquina y espere, cuando se hizo 6.55 hrs, apenas si tenía tiempo para llegar al trabajo, aparece Miri en un remis, se baja desesperada, pidiendo perdón por la tardanza, le doy el casco y que se suba que llegamos tarde, como recuerdo andar en la moto y a Miri agarrarse fuerte del abdomen, sus piernas abiertas haciendo contacto con los cachetes de mi cola y esos pechos, con los pezones duros apoyados en mi espalda, llegamos al centro de salud, que estaba cerrado, con una fila de policías de infantería en la entrada, detrás de un lio con una ambulancia, ni siquiera paramos, seguí andando un par de cuadras, había cortes de calle por todos lados, quema de gomas, todas las avenidas cortadas, quería buscar un lugar tranquilo y hablar con Miri.
Pare en una calle ancha, sin ser avenida, tiene una arboleda que la recorre de punta a punta, unos eucaliptos enormes, como guardianes le dan esa apariencia de tranquilidad, se bajo se saco el casco,
-que tonta que soy, que estúpida
-que te pasa, (le pregunto en mi sorpresa)
-mi marido me dijo que todo esto iba a pasar, encima andar con el bebe en el remis hasta lo de mi suegra, que cuadrada por favor, ahora tiene el motivo justo…
Hablaba como para ella, se retaba ella o algo parecido, era un dialogo para ella misma, pero contado, hasta que en un momento se dio cuenta que estaba yo al frente.
-Perdona Mario, ¿vos que vas a hacer?
-irme a mi casa, ¿vos?
-Yo ni idea, no sé que voy a hacer
Y me empieza a contar que su marido, con el que no anda muy bien, por muchos temas, le dijo que no venga a trabajar, pero que ella cómo anda media de pica con él y para llevarle la contra no escucho su consejo, detrás de eso, gasto en remis llevando a su bebe a la casa de su suegra, vieja que la critica mucho bla bla bla, porque la niñera no podía venir por el paro de colectivo y que ahora volver a la casa de su suegra bla bla bla… cuando se calmo después de 10 minutos de hablar sin parar, casi como tomando aire, pude decir
-vení conmigo, desayunemos y después tranquila ves que haces
Se volvió a subir a la moto y creo que se dio cuenta de la situación, cuando estuvo dentro de mi departamento, mirándome poner la pava…
-Yo no debería estar acá, soy una mujer casada, sola con vos, en un departamento de soltero…
Y me termino de inflar los huevos, de mala manera busque mi casco, diciéndole que la llevaba de nuevo, que no la aguantaba más, de una, corta y encima de mala manera
-pero Mario, porque me decís eso,
-dale cállate Miriam, vos me hablaste ayer para que te traiga, vos te metiste en ese lío de tu marido, suegra y demás, esta todo cerrado, te digo de desayunar y que te tranquilices y me salís con que no debes y no sé que mas… que queres que te diga, como si yo fuera hacer algo que vos no quieras, mejor cállate queres y apúrate, que podría estar en el séptimo sueño y no escucharte histérica.
Yo me había calentado en serio, ella no salía de su sorpresa del tono y la forma de mi reclamo… fue un silencio mortal, de miradas,
-que me queres decir con eso de que no harías nada que yo no quiera, yo vine a desayunar porque me invitaste, no otra cosa si lo estas pensando
-la que pensaste mal fuiste vos, por eso te parece incorrecto estar acá, yo estaba poniendo la pava para hacerte el desayuno, no te dije que te bajaras la bombacha…
Mi enojo le causaba gracia, me miraba casi en el punto de la risa, se me acerco caminando como una gata, una risa maliciosa, casi de sorna y me comió la boca, literalmente, que chupón caliente el de Miriam, cayó el casco al piso haciendo ruido y la abrace, nos besamos apasionadamente, intercambiando nuestras salivas…
-sos tan lento que pusiste la pava, en vez de decirme que me saque la bombacha
Tono desafiante y de hembra en celo, se separo busco la cocina, apago la hornalla, fue hasta el equipo de música y puso un CD de lentos internacionales, besándonos nos fuimos a la cama, me hizo que me siente y empezó a desvestirse ella, provocándome, bailaba al compas la música, primero la blusa blanca de los botones, uno por uno, con un remolino en la mano, lo hizo caer al piso, se saco la sandalias, las medias quedando descalza, abrió el cinturón de un pantalón de vestir claro, soltar el botón, bajar el cierre y bailando como una perra en celo, se los fue bajando con ambas manos…
-y lento que decís, ¿me saco la bombacha?
Ese tono de burla, yo la miraba extasiado, las tetas enormes, metidas y apretadas en ese corpiño blanco, esa bombacha media ancha del mismo tono, la pancita con rollitos y estrías de la maternidad reciente, su mirada sensual, su baile, su juego, yo disfrutaba el momento, por ahí se daba vuelta y me mostraba esa colita, dos cachetes normales de tamaños, blancos, altamente mordibles, en ese juego me acercaba la cola y la apoyaba en mi pecho…
-y lento ¿no vas a hacer nada?
Y se me sentó encima, abriendo las piernas, me comió la boca, vinieron momentos de mis caricias en su espalda, en su cola, en sus piernas, en su cuello, en su cara, su boca se llevaba mi aire, mi boca le entregaba caricias, Miriam respondió a mis caricias con gemidos intensos, me saco la remera, luego me saco las zapatillas y las medias y me bajo el pantalón, casi de la misma forma que ella se había desvestido, jugando ese juego sensual, de bailar, de desear y ser deseada, me bajo el bóxer y subió con sus dos manos por mis piernas, indicando con presión que debía ir abriéndolas, estaba buscando eso que tanto las excita, encontró una pija venosa, parada, bien dura, como el color de mi piel un tanto oscura, la acaricia con una mano mirándola con deseo, para metérsela en la boca, sin preámbulos ni rodeos, un pete profundo, mamado, humedeciendo con su saliva, subía y bajaba la cabeza con ritmo, chupándome como sopapa, me acariciaba por debajo con las manos los huevos, de forma muy suave, gimiendo fuerte, con cada embestida, cada vez que profundamente dentro de su boca mi pija desaparecía, la miraba cerrar los ojos y disfrutar chuparme la cabeza con ese gemido de placer, la miraba mirarme chuparme y recorrerme la pija… tuve que pararla, estando parada le baje la bombacha, me encontré con una concha grande, con la raya hasta arriba, vellos del pubis negros prolijos incipientes, le metí mi nariz como buscando su olor inclinando la cabeza hacia arriba con la lengua afuera, buscando pasarle una buena pala, ella abrió un poco la piernas y arqueándose, levanto la el pubis para darme esa belleza de concha, de labios grandes y largos, una de sus manos se había agarrado en mi pelo y me indicaba el movimiento que ella deseaba, chuparla, pasarle la lengua, a veces solo sacaba la lengua y ella en su movimiento de parada, se acariciaba su hermosa y enorme concha, estaba mojada entera, podía sentir toda mi cara húmeda de su liquido y sus gemidos excitantes, fuertes y sentidos, fue ella misma la que detuvo esa chupada de concha, al igual que yo, temió acabar sin habernos penetrado, me indico que me acueste en la cama y vino los más maravilloso, se saco el corpiño, a mi vista dos tetas enormes, gordas, los pezones largos en punta, las aureolas grandes, mis ojos se llenaron de esas hermosuras y de calentura.
Me apoye en el respaldo de la cama y ella se me sentó, acomodo la pija sin mayor demora y se penetro hecha un gemido fuerte, sentido, su humedad era enorme, su olor me inundaba, su calor interno podía sentirlo en la cabeza de la pija y empezó a moverse entrando y saliendo, cabalgando con maestría y yo maravillosamente busque esas tetas deseadas, que metí en mi boca casi con desesperación, las chupaba desesperado, mordiendo el pezón enorme parado y duro…
-Mario, gimiendo, no me chupes así, por favor, me va a bajar la leche
Mas fuerte chupe, pude sentir el sabor del primer chorro leche materna que salía de su teta, mas fuerte le chupe, cuando sintió que salía de su pecho, emitió un grito, mezcla de dolor y placer, tres o cuatro chupones, llevándome esa leche materna deliciosa, excitante como ninguna, pase al otro pecho, podía ver el pecho como quedaba goteando leche, chupe el otro con la misma desesperación, también volver a sentir como se estremecía Miriam, al entregarme ese pecho su leche, mientras sus gemidos eran intensos, su movimiento de entrar y cabalgar se hacía más intenso, mas fuerte apretaba profundamente, mas fuerte era su gemido de placer, mas fuerte… apoyo su dos manos en mi abdomen, sentada casi verticalmente, sus tetas derramando gotas con leche se balanceaban, ella solo apoyaba con más fuerza su pubis y buscaba penetración más profunda,
-Mario acaríciame la cola
Y con mis manos en sus nalgas, acompañe su movimiento, que de pronto fue más lento, sentía como presionaba su clítoris contra mi pija y lo recorría, un poco más lento entro y salió, un poco más lento y un gemido fuerte acompaño ese movimiento, sentir que se humedecía mas, sentir como tenia pequeños temblores en el cuerpo, su grito casi contenido pero sentido, hasta que se fue quedando quieta, abrazándome, sus gemidos se volvieron silencio y sus besos hechos saciedad.
Me pidió en medio de sus besos que me le suba encima, me abrió las piernas recibiéndome
-Vení para acá, me tenes que dar algo vos también
Y la penetre profundamente, ella con sus manos en mi cadera me indicaba el movimiento de entrar y salir, sus besos en mi perita, su lenguaje diciéndome movete, movete Mario, por favor movete, arqueaba mi cuerpo mirando hacia abajo, sus enormes tetas a un costado, nuestros vellos que se encontraban y la humedad de su concha envolviéndome la pija, llamándola, haciéndola latir y entra y salir en Miriam, ese gemido que empieza uno a sentir, el latir de la pija, empujar instintivamente profundo y soltar el chorro de leche que te estremece, ella que lo siente, que gime en su placer, que mueve su cadera buscando mas, otro chorro mas enorme, me voy desplomando, se me van yendo las fuerzas, mas chorros me salen, todo es mas humedad… todo es maravilloso, me voy quedando quieto, dejo que mi pija vaya muriendo lentamente dentro de Miriam… hasta que salgo, ella me abraza y se apoya en mi pecho, me deja que disfrute en silencio… después de un rato me dice, anda a hacerme el desayuno, porque vos atorrante ya desayunaste, te tomaste la leche que no era tuya, con esa sonrisa que te mata.
4 comentarios - Cuentos para un albañil, Que no era tuya.