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Mi hermanita

(Todos los personajes de la historia son mayores de edad y ficticios)

En mi casa éramos una familia muy humilde, vivíamos 9 personas, mi papá, mi mamá, 3 hermanas, 3 hermanos y yo, que justamente era el quinto hijo. Cuando nació mi hermana menor, mi madre me dio la tarea de cuidar de ella.

Así fui creciendo cuidando a mi hermana y jugando con ella para distraerla, cuando entre a la adolescencia empecé a sentir sensaciones extrañas, amanecía con el pene duro, los calzoncillos mojados, me daba vergüenza pensar que me orinaba en la noche.

En el barrio había un chico de unos 20 años, un día que fuimos a la cancha a jugar futbol, el llevo una revista pornográfica, esa fue la primera vez que vi, y aprendí para que servía el pene, y donde uno tenía que introducirlo.

Yo nunca mire a mi hermanita con deseos, pero un dí¬a estaba haciendo los deberes, y ella se acerca y me pide que le ayude, estaba sentado en una silla, mi hermanita se sube a mis piernas y pone sus cuadernos en la mesa, ella usaba vestiditos largos, yo siempre andaba de shorts, al sentir sus nalguitas, tuve una erección, al comienzo quería apartarla pero ella insistía en que tenía que ayudarla en su tarea.

Mi hermanita era rellenita, con sus piernas blancas y gorditas, tenía unas nalguitas redonditas.

Empecé a colaborarla en sus tareas mientras trataba de poner mi pene al medio de sus nalgas, ella se agachaba para escribir y yo la acomodaba a ella poco a poco para que quede sentada al medio de mis piernas encima de mi bulto.

Cuando ella sintió mi pene, me pregunto qué era eso duro que le estaba sunchando las nalgas, y con sus manos toco mi pene, yo no le respondí, ella lo toco y no le dio mayor importancia y siguió con sus tareas.

Ese dí¬a fue el comienzo del deseo a mi hermana, como yo era quien siempre estaba con ella, en la casa todo pasaba desapercibido.

Todos los días esperaba la llegada de la noche para ayudarla con sus tareas, pues ella iba a estudiar en la mañana y yo en las tardes.

Como de costumbre yo primero me sentaba en la mesa a realizar mis tareas y luego ella llegaba para que la colabore, se sentaba primero en una pierna y luego se acomodaba hasta que tenía mi miembro al medio de sus nalgas, a mi hermanita al parecer le gustaba ese juego, luego se abalanzaba hacia delante para escribir, relajando sus nalgas y yo apuntado mi pene a su culito y después de escribir una palabra se volvía a sentarse en mi paquete apretándolo mas.

Mi hermanita era cómplice en mis juegos, yo no sé el conocimiento que ella tenía del sexo, pero lo seguro es que le gustaba el juego.

Los fines de semanas jugábamos a toda clases de juegos, entonces le propuse jugar a luchar, al comienzo del juego yo siempre me hacia el que perdía, ella se abalanzaba hacia mí, como yo era más grande, me sentaba en la cama y ella parada. Cuando me agarraba el cuello para tumbarme, yo la apretaba a mi pecho con mis manos en su espalda, y luego ella con toda su fuerza trataba de tumbarme y yo empezaba a bajar mis manos a sus nalguitas, y las apretaba y manoseaba un momento y luego fingía que mi hermanita me vencía.

Luego volvíamos a la lucha, nos revolcábamos en la cama, pero yo quería sentir su linda vagina, dado que yo era mucho más grande cuando la tumbaba o estaba yo encima mi pene quedaba en sus rodillas, así que la tumbaba en la cama y le agarraba las manos y subía mi cuerpo deslizando mi pene por sus piernas, ella trataba de soltar sus manos y abría sus piernas, entonces yo alcanzaba a tocar con mi pene su vagina y me refregaba en ella como teniendo sexo, ella siempre estaba con su vestido largo y yo de short.

Mi obsesión por mi hermana era cada día mayor, cuando se sentaba en mis piernas para hacer sus tareas, empecé a acariciar sus piernas por encima de su vestido, ella no decía nada, era mi cómplice, poco a poco empecé a subir su vestido, ahora sentía su piel tierna, acariciaba sus lindas piernitas mientras ella escribía, levantaba un poco las nalgas y volvía a sentarse.

Un dí¬a que solo estaba mi madre, todos mis hermanos salieron y mi padre trabajaba en el campo, mi madre estaba entretenida con sus costuras, mi hermanita me pide que le ayude con sus tareas, estaba mirando televisión, le pedí que fuera a la mesa con sus cuaderno y yo enseguida la alcanzaba, mama costuraba en la sala y nosotros siempre realizábamos la tarea en la mesa que se encontraba en la cocina; fui a mi cuarto me saque mi calzoncillo y me puse un short un poco ancho.

Cuando llego al comedor mi hermanita estaba sentada esperándome, la levanto, me siento en la silla y la pongo sobre mi pene, ella empieza a realizar su tarea, yo la levante un poco, y saque mi pene por un lado del short, ahora tenía el pene afuera y se sienta sobre mi pene sintiendo con más intensidad sus nalguitas, empiezo a acariciarle las piernas y subo su vestido, ella seguía realizando su tarea, estaba muy excitado acariciándola y sintiendo mi pene rozar sus nalgas, entonces decido levantarla le subo el vestido y la siento sobre mi pene, tocando sus calzoncitos, a ella le gusto y empezó a moverse, con mi pene rozando su vagina y su anito, ella se movía de adelante hacia atrás. Esta situación es increí¬blemente excitante, seguíamos así, ella fingía escribir, se levantaba un poco yo apuntaba mi pene en su culito, luego ella volvía a sentarse, hasta que sentí deseo de terminar, levante a mi hermanita y fui al baño corriendo para eyacular.

En mi casa desde la ventana de la casa se podía observar la calle, cuando salió mi madre con mi padre el sábado por la tarde, me quede solo con mi hermana, fui a buscarla, y estaba parada en una silla pequeña apoyada en la ventana observando la calle, yo me acerque apegando mi cuerpo al de ella, poniendo mi miembro en su culito.

Nuestros contactos siempre eran sin comentarios al respecto, conversábamos de cualquier tema mientras yo me masturbaba en su cuerpo.

Le pregunte qué estaba haciendo y me respondió que miraba los autos pasar, ella permanecía quieta y yo apretaba sus nalguitas, acomode mi pene apuntando mejor a su culito y presionaba mientras le agarraba sus caderitas, ella me comentaba de los vehículos que pasaban, pero yo estaba concentrado en su cuerpecito, empecé a moverme como teniendo sexo y ella no paraba de hablar de los vehículos.

Mientras estábamos mirando la calle decidí bajar mi short y sacar mi miembro, le subí su vestidito, y allí estaba sus lindas nalguitas cubierta por un calzoncito blanco, empecé a refregarme en ella poniendo mi pene al medio de sus piernas rozando su vagina.

Ella no decía nada del asunto solo miraba la calle y hablaba de todo menos de lo que hacíamos, yo empecé a meter y sacar mi pene, disfrutando sus gorditas piernas y sus linda vaginita, hasta que termine, eyaculando y manchando su vestidito y regándole un poco las piernas.

Al sentirse humedecida me dijo enfurecida porque me había orinado sobre ella, y me dijo que si lo hacia otra vez, ya no iba a jugar, yo no sabía cómo explicarle que eso era semen y no orine, así que le dije que no lo volvería a hacer, entonces le dije que tenía que bañarse y cambiarse de ropa.

Ella fue a la ducha a bañarse y yo fui a su cuarto a buscarle ropa, para que se cambiara, al entrar en el baño estaba desnudita, yo siempre jugaba con ella, pero era mi mama que la bañaba, así que era la primera vez que la vi desnuda, y mi pene otra vez empezó a crecer, ella me pregunto por qué era dura mi cosita, yo le dije que se ponía así, cuando estaba cerca de ella, y se la mostré, ella quedo sorprendida, y me miraba con mucha atención, yo tenía mi pene erecto, y le dije que lo agarre, ella obedeció y me dijo que estaba muy duro, y me confeso que le gustaba sentarse encima mío, porque cuando sentía mi pene tenía unas sensaciones bonita en su cuerpo y nunca creía que fuera grande.

Entonces empecé a bañarla, acariciando su cuerpito, me entretuve con sus nalguitas, las apretaba, manoseaba, acariciaba, ella me dijo que quería que me desnudara para ver mejor mi pene, así que obedecí, ahí¬ estábamos los dos desnudos, entonces me pidió que me sentara en el suelo y luego ella se sentó encima mío, con el pene en medio de sus piernas, y ella se movía de adelante hacia atrás y viceversa.

Sentía sus labios vaginales encima de mi pene, esta frotación es indescriptible, ella disfrutaba esta situación, yo no me atrevía a penetrarla, pues era muy chica, y tenía miedo de lastimarla, seguimos jugando hasta que termine, y ella me pregunto porque me volví a orinar, entonces le explique que no era orine, que era semen, con algunos detalles que se me pasaron por la mente en ese momento.

Así nuestra relación fue avanzando poco a poco, yo me estaba enloqueciendo porque deseaba penetrarla pero tenía mucho miedo lastimarla y que me descubrieran.

Todos los días como siempre ella me pedía que le ayudara en sus tareas, la rutina excitante la misma, se sentaba encima mío, acomodaba su culito en mi miembro, ella hacia su tarea y se movía, mientras acariciaba sus piernitas y presionaba mi pene en sus nalgas.

Un día llego a la casa con una curiosidad, me pregunto por qué los perros le metían su miembro en la cosita de la perra, yo le explique que así tenían hijos, y le dije que los seres humanos también lo hacían, mi hermanita quedo sorprendida, y me volvió a consultar y pregunto si yo le metía mi pene en su vagina ella se iba a embarazar, yo le respondí que no, que las mujeres solo se embarazaban si se les eyaculaba dentro de la vagina.

El dí¬a sábado por la tarde, como siempre todos salían, mi mama se quedaba en la casa a costurar y yo me quedaba a cuidar de mi hermanita, ese dí¬a estábamos jugando en el patio y mama nos dijo que hagamos primero nuestras tareas y que luego deberíamos jugar, busque mis cuadernos y lo propio hizo mi hermana, cada uno sentado en su respectiva silla, en la mesa de la cocina. Mi hermanita se levantó y dijo que necesitaba su libro de matemáticas, luego de unos instantes volvió, pero esta vez me dijo que le ayude y como siempre se sentó en mis piernas, al instante tuve una erección, saque mi miembro del short, y levante su falda para acomodar mi pene entre sus piernas, al sentarse ella me di cuenta que se había quitado su calzoncito, con sus movimientos sentía su vaginita encima de mi miembro rozar, estaba con el pene a reventar, mientras tanto mama seguía costurando, acariciaba sus lindos muslos, mientras le enseñaba a sumar, lleve mis manos hasta su clí¬toris, acariciándolo con un dedo suavemente, y mi hermanita dejo escapar un suspiro, ella se levantó agarro mi pene y lo puso en la entrada de su vagina, tenía un nerviosismo impresionante estaba a punto de follar a mi hermana y mama estaba costurando en la otra habitación, tenía miedo lastimarla y que mama se diera cuenta, mi hermanita empieza a sentarse despacio en mi miembro, estaba dentro de ella la cabeza de mi pene, mi hermana temblaba, sus manitos temblaban agarrando el lápiz con el que escribía, y yo con dos sensaciones al mismo tiempo, mucho temor y una gran excitación. Ella empezó a subir y bajar lentamente, introduciendo solo la cabeza de mi pene, mientras yo acariciaba sus piernitas, deseaba enterrar todo mi miembro en esa cavidad, de repente mama nos habla desde la sala donde estaba costurando, casi me muero de susto, y nos dice que va a dejar un vestido que había costurado a la vecina, en ese instante mi hermanita saco mi pene de su vagina y se sentó rápidamente en unas de mis piernas.

Al salir mama, mi hermanita volvió a acomodar mi pene en su vagina , ambos estábamos temblando de excitación, de nuevo la cabeza de mi pene estaba dentro de ella y me acomode inclinando mi cuerpo para estar más cómodo, mi hermanita empezó a respirar muy fuerte mientras se introducía poco a poco mi miembro, sentía las paredes de su vagina y como ingresaba mi miembro, sentía una linda presión alrededor de mi pene, que parecía que esa vaginita palpitaba y cuando ya estaba la mitad del pene dentro de su vaginita, se detiene, y me dice… (continuará….)

7 comentarios - Mi hermanita

egs549
maaaaaaaaaaaaassssssssssssssssssssssssssssssssssss
Zarcelo77
Interesante, espero el desenlace
Qajero
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Naixex
Quiero leer el desenlace