Hola gente, este es mi tercer relato en P!
Otros relatos míos:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2393528/Me-cogi-a-mi-amiga-por-el-culo-en-el-negocio-y-te-lo-cue.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2398939/Deguste-la-dulce-conchita-de-mi-amiga-colorada-y-te-lo-c.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2455510/Te-cuento-como-le-ensene-a-mi-amiga-a-tomar-la-la-leche.html
Ya les habia contado un poco de mi amiga Florencia, la rellenita fogosa que en buena época de mi vida solia darme unos polvos alucinantes que dejaban dando vueltas mi cabeza.
Siempre con ella fue una relación si bien de amistad, de tener bien las cosas en claro por suerte: sabíamos que ambos en la cama éramos una explosión de sexo y desenfreno que no obtenemos con nadie más. Capaz era por conocernos mucho y sabiendo de antemano que cada uno con el otro podía cumplir sus fantasías de adolescentes a los que las hormonas hacen que imagine hasta formas insólitas o lugares de donde consumar esas necesidades de, aunque sea por un rato, estar matándose unos a otros y culminando en un frenesí de orgasmo puro, sin culpas ni sentimientos o mentiras de por medio. Era claro, los dos nos cogiamos como loco y no había falsedades de por medio. Sexo puro… y del muy bueno que hace que todavía hoy, años después, vuelva a recordar muchos encuentros con mucho cariño (y excitación).
Hoy voy a relatarles el último que me toco con ella. Ya habían pasado unos años desde que nos habíamos visto y encamado por primera vez, y si bien la lujuria adolescente de a poco iba yendose y cada uno quería diferentes cosas de su vida: algo más estable, estudiar y definirse como persona, etc. Pero era algo recíproco: las pocas veces que nos veíamos, no podíamos contenernos y terminar en una habitación partiendonos entre los dos.
Bueno, ya estábamos un poco mas grandes (20 o 21, pero la justa edad para ir repensando un par de cosas), y cada uno ya estaba enfilando a tener una pareja estable, por lo cual, habíamos decidido “una última noche, y nada más, como despedida”.
La pase a buscar a su trabajo por microcentro a la tarde, y enfilamos para Belgrano. Tomamos algo y luego de un par de vueltas, de comentarios, y finalmente de convencerla (era algo arisca al principio, pero yo pienso que en el fondo quería que yo le siga un poco el juego) encaramos para un viejo telo que yo conocía.
En la habitación, nos tiramos en la cama, y puse algo de tele, luego de charlar y tomar algo, inmediatamente me invadieron unas ganas asesinas de que ella estuviera devorando mi falo de forma inmediata. No voy a negar que capaz, un poco canalla en mi, le hice saber mi deseo ardiente en ese momento… no perdí más tiempo, me baje los pantalones y ropa interior, me puse encima de ella con mi pija parada en sus labios y le dije
Vos sabes cuanto me exita como me la chupas…
Ella, bien obediente, procedió a succionarla, primero con pequeños besos y luego, me obligo a sentarme en la punta de la cama. Se arrodilló y empezó a engullir y trabajar con su boca y lengua de forma que mi excitación ya estaba al límite. Luego de un buen rato de jugueteo oral, la hice sacarse la remera y chupe sus pequeños pero hermosos senos. Se sento encima mio ya sin pantalones ,corrió un poco la bombacha y empezó a juguetear con el roce de mi pene con su clítoris, hasta el punto de mojarse absolutamente toda. Corrí definitivamente su bombacha y la ensarte al mismo tiempo que la levantaba de abajo de los sobacos y ayudaba a que me cabalgue y la bombee por alrededor de 20 minutos, cambiando de posición y a veces tirandola encima mia, jugando con sus pequeños y puntiagudos pechos, y dandole nalgadas en sus grandes y vibrantes carnes traseras.
Luego de un buen rato dandole a esa concha jugosa que ahora estallaba de lubricación, y luego de que ella llegara una o capaz dos veces, masajeando sus nalgas le dije al oído:
No puedo irme de aca, y no me puedo despedir sin antes haberte hecho por última vez esta cola.
Ella, algo siempre reacia como siempre al principio de cualquier idea sexual, negó todo, y dijo que no, que no estaba de humor y no se cuantas excusas.
La hice que se tranquilizara, que vuelva a arrodillarse y tomándola del pelo la obligue a que me devorara y entretuviera mejor su boca chupandome la pija. Luego de calmada y entretenida, la senté al lado mio, abrazandola por la cintura, sacando definitivamente su ropa interior y quedando tal cual la habían traido al mundo, y con una mano en su blanda nalga le dije
Decime la verdad, quien te hace el culo como yo bebe?
No, dale che… me muero de ganas pero…
Pero nada, dale, es nuestra despedida, vayámosnos en grande, si encima tenes el culito mas goloso y apretadito que probe en mi vida, y ahora le quedaría perfecto esta poronga dándote bomba…
Realmente no le estaba mintiendo. A pesar de no tener un cuerpo escultural y tonificado, y capaz algo blando, esas nalgas eran las mejores y más sabrosas que había probado.
La idea también a ella la excito bastante a pesar de que nunca emitió ni un simple Sí o confirmación alguna, me dedique rápidamente a agarrarme el tronco con mi mano izquierda y guiar mi poronga hacia ese agujerito estrecho que ahora reclamaba una despedida a lo grande… una destrucción anal y festejo de puro sexo, con justamente, puro sexo.
Fue entrando de a poco, utilizando un poco de lubricante que tenía de una caja de preservativos, en posición de cucharita y siempre diciendole porquerias a los oidos y agarrandole y tirándole el pelo mientras bajaba la vista y veía como mi palo carnoso iba desapareciendo en ese culo al mismo tiempo que la presión de sus nalgas ahogaba pero daba mayor vida a mi poronga.
Cuando estuvo entrada toda, tuve recaudo de darle muy despacio, entrando y saliendo con precaución y cautela, para excitarla todavía más, al mismo tiempo que con mi mano derecha pude pasarla por delante y le manoseaba todos sus pechos cada vez más en punta.
Seguimos asi por un rato largo, con la respiración cada vez mas entrecortada de parte de ambos, fundiendo pija y culo cada vez de forma más profunda y penetrante, pero cada vez más profundamente mi cabeza de chota quería entrar mas y adentrarme más en ese culo y nalgas, aumentando la presión, el calor y el morbo…
No aguantamos mas, y la agarre y puse en posición de 4 patas, volvi a insertarla y entre a cabalgarla y darle de forma casi animal, al mismo tiempo que sonó un teléfono…
Señor, su turno termina en 15 minutos.
Con media pija en el culo, cara de sorpresa, pero principalmente, con la leche pidiendome permiso de pasar desde los huevos y depositarse POR FAVOR ya mismo en ese hermoso ojete que era objeto de mi deseo y a la vez destrucción, le dije firmemente:
Acompáñame al baño… y lo terminamos.
Pusimos la ducha fuerte, la tome de la cintura y le dije antes que nada al oido
Ahora si agarrate fuerte que te lo voy a romper todo.
El agua corría y ayudo un poco con la lubricación por suerte, porque mi tonalidad y humor eran los de un mismo demonio.
Tomándola fuerte de la cintura con un brazo y del pelo con el otro, la penetré de forma salvaje y única. Una vez estacionado mi compañero venoso entre dos eslabones de carne blanda y ahora toda mojada, comencé el empuje y tortura de ese precioso agujero, de forma poseida y cada vez más profundamente.
Los gritos, tanto de ella como míos, empezaron a retumbar en todo el pequeño baño junto con el agua cayendo y enfriando un poco nuestros cuerpos y sexos que estaban en estado de ignición pura.
Admirando como estaba destruyendo realmente ese culito y agujerito y ahora en esta fase final, le dije bien fuerte al oído mientras seguía bombeando contra la pared de azulejos
Florencia, si hay algo más hermoso que romperte el culo es rellenarlo de leche.
Un morboso total, lo se… pero al mismo tiempo que me exorcizaba y despedía ese cuerpo caliente para siempre, depositaba todo mi contenido de semen en aquel túnel de felicidad caliente mientras la tomaba a ella de sus nalgas, abriendolas y dándole el paso final de mi pija en lo más profundo de ese ojete. La apretaba mas y mas contra el azulejo, haciendo que mi pija penetre hasta su infinito y dejando en el camino un ardiente cargamento de leche estacionado en el fondo de su culo.
Nos higienizamos, vestimos, salimos y pagamos… tomamos cada uno por su lado un colectivo y camino diferente...
Otros relatos míos:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2393528/Me-cogi-a-mi-amiga-por-el-culo-en-el-negocio-y-te-lo-cue.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2398939/Deguste-la-dulce-conchita-de-mi-amiga-colorada-y-te-lo-c.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2455510/Te-cuento-como-le-ensene-a-mi-amiga-a-tomar-la-la-leche.html
Ya les habia contado un poco de mi amiga Florencia, la rellenita fogosa que en buena época de mi vida solia darme unos polvos alucinantes que dejaban dando vueltas mi cabeza.
Siempre con ella fue una relación si bien de amistad, de tener bien las cosas en claro por suerte: sabíamos que ambos en la cama éramos una explosión de sexo y desenfreno que no obtenemos con nadie más. Capaz era por conocernos mucho y sabiendo de antemano que cada uno con el otro podía cumplir sus fantasías de adolescentes a los que las hormonas hacen que imagine hasta formas insólitas o lugares de donde consumar esas necesidades de, aunque sea por un rato, estar matándose unos a otros y culminando en un frenesí de orgasmo puro, sin culpas ni sentimientos o mentiras de por medio. Era claro, los dos nos cogiamos como loco y no había falsedades de por medio. Sexo puro… y del muy bueno que hace que todavía hoy, años después, vuelva a recordar muchos encuentros con mucho cariño (y excitación).
Hoy voy a relatarles el último que me toco con ella. Ya habían pasado unos años desde que nos habíamos visto y encamado por primera vez, y si bien la lujuria adolescente de a poco iba yendose y cada uno quería diferentes cosas de su vida: algo más estable, estudiar y definirse como persona, etc. Pero era algo recíproco: las pocas veces que nos veíamos, no podíamos contenernos y terminar en una habitación partiendonos entre los dos.
Bueno, ya estábamos un poco mas grandes (20 o 21, pero la justa edad para ir repensando un par de cosas), y cada uno ya estaba enfilando a tener una pareja estable, por lo cual, habíamos decidido “una última noche, y nada más, como despedida”.
La pase a buscar a su trabajo por microcentro a la tarde, y enfilamos para Belgrano. Tomamos algo y luego de un par de vueltas, de comentarios, y finalmente de convencerla (era algo arisca al principio, pero yo pienso que en el fondo quería que yo le siga un poco el juego) encaramos para un viejo telo que yo conocía.
En la habitación, nos tiramos en la cama, y puse algo de tele, luego de charlar y tomar algo, inmediatamente me invadieron unas ganas asesinas de que ella estuviera devorando mi falo de forma inmediata. No voy a negar que capaz, un poco canalla en mi, le hice saber mi deseo ardiente en ese momento… no perdí más tiempo, me baje los pantalones y ropa interior, me puse encima de ella con mi pija parada en sus labios y le dije
Vos sabes cuanto me exita como me la chupas…
Ella, bien obediente, procedió a succionarla, primero con pequeños besos y luego, me obligo a sentarme en la punta de la cama. Se arrodilló y empezó a engullir y trabajar con su boca y lengua de forma que mi excitación ya estaba al límite. Luego de un buen rato de jugueteo oral, la hice sacarse la remera y chupe sus pequeños pero hermosos senos. Se sento encima mio ya sin pantalones ,corrió un poco la bombacha y empezó a juguetear con el roce de mi pene con su clítoris, hasta el punto de mojarse absolutamente toda. Corrí definitivamente su bombacha y la ensarte al mismo tiempo que la levantaba de abajo de los sobacos y ayudaba a que me cabalgue y la bombee por alrededor de 20 minutos, cambiando de posición y a veces tirandola encima mia, jugando con sus pequeños y puntiagudos pechos, y dandole nalgadas en sus grandes y vibrantes carnes traseras.
Luego de un buen rato dandole a esa concha jugosa que ahora estallaba de lubricación, y luego de que ella llegara una o capaz dos veces, masajeando sus nalgas le dije al oído:
No puedo irme de aca, y no me puedo despedir sin antes haberte hecho por última vez esta cola.
Ella, algo siempre reacia como siempre al principio de cualquier idea sexual, negó todo, y dijo que no, que no estaba de humor y no se cuantas excusas.
La hice que se tranquilizara, que vuelva a arrodillarse y tomándola del pelo la obligue a que me devorara y entretuviera mejor su boca chupandome la pija. Luego de calmada y entretenida, la senté al lado mio, abrazandola por la cintura, sacando definitivamente su ropa interior y quedando tal cual la habían traido al mundo, y con una mano en su blanda nalga le dije
Decime la verdad, quien te hace el culo como yo bebe?
No, dale che… me muero de ganas pero…
Pero nada, dale, es nuestra despedida, vayámosnos en grande, si encima tenes el culito mas goloso y apretadito que probe en mi vida, y ahora le quedaría perfecto esta poronga dándote bomba…
Realmente no le estaba mintiendo. A pesar de no tener un cuerpo escultural y tonificado, y capaz algo blando, esas nalgas eran las mejores y más sabrosas que había probado.
La idea también a ella la excito bastante a pesar de que nunca emitió ni un simple Sí o confirmación alguna, me dedique rápidamente a agarrarme el tronco con mi mano izquierda y guiar mi poronga hacia ese agujerito estrecho que ahora reclamaba una despedida a lo grande… una destrucción anal y festejo de puro sexo, con justamente, puro sexo.
Fue entrando de a poco, utilizando un poco de lubricante que tenía de una caja de preservativos, en posición de cucharita y siempre diciendole porquerias a los oidos y agarrandole y tirándole el pelo mientras bajaba la vista y veía como mi palo carnoso iba desapareciendo en ese culo al mismo tiempo que la presión de sus nalgas ahogaba pero daba mayor vida a mi poronga.
Cuando estuvo entrada toda, tuve recaudo de darle muy despacio, entrando y saliendo con precaución y cautela, para excitarla todavía más, al mismo tiempo que con mi mano derecha pude pasarla por delante y le manoseaba todos sus pechos cada vez más en punta.
Seguimos asi por un rato largo, con la respiración cada vez mas entrecortada de parte de ambos, fundiendo pija y culo cada vez de forma más profunda y penetrante, pero cada vez más profundamente mi cabeza de chota quería entrar mas y adentrarme más en ese culo y nalgas, aumentando la presión, el calor y el morbo…
No aguantamos mas, y la agarre y puse en posición de 4 patas, volvi a insertarla y entre a cabalgarla y darle de forma casi animal, al mismo tiempo que sonó un teléfono…
Señor, su turno termina en 15 minutos.
Con media pija en el culo, cara de sorpresa, pero principalmente, con la leche pidiendome permiso de pasar desde los huevos y depositarse POR FAVOR ya mismo en ese hermoso ojete que era objeto de mi deseo y a la vez destrucción, le dije firmemente:
Acompáñame al baño… y lo terminamos.
Pusimos la ducha fuerte, la tome de la cintura y le dije antes que nada al oido
Ahora si agarrate fuerte que te lo voy a romper todo.
El agua corría y ayudo un poco con la lubricación por suerte, porque mi tonalidad y humor eran los de un mismo demonio.
Tomándola fuerte de la cintura con un brazo y del pelo con el otro, la penetré de forma salvaje y única. Una vez estacionado mi compañero venoso entre dos eslabones de carne blanda y ahora toda mojada, comencé el empuje y tortura de ese precioso agujero, de forma poseida y cada vez más profundamente.
Los gritos, tanto de ella como míos, empezaron a retumbar en todo el pequeño baño junto con el agua cayendo y enfriando un poco nuestros cuerpos y sexos que estaban en estado de ignición pura.
Admirando como estaba destruyendo realmente ese culito y agujerito y ahora en esta fase final, le dije bien fuerte al oído mientras seguía bombeando contra la pared de azulejos
Florencia, si hay algo más hermoso que romperte el culo es rellenarlo de leche.
Un morboso total, lo se… pero al mismo tiempo que me exorcizaba y despedía ese cuerpo caliente para siempre, depositaba todo mi contenido de semen en aquel túnel de felicidad caliente mientras la tomaba a ella de sus nalgas, abriendolas y dándole el paso final de mi pija en lo más profundo de ese ojete. La apretaba mas y mas contra el azulejo, haciendo que mi pija penetre hasta su infinito y dejando en el camino un ardiente cargamento de leche estacionado en el fondo de su culo.
Nos higienizamos, vestimos, salimos y pagamos… tomamos cada uno por su lado un colectivo y camino diferente...
2 comentarios - Me despedi de mi amiga rompiendole el culo y te lo cuento