"Como traga trapo ese ojete!"

Para la banda fiel que sigue mis relatos y va entretejiendo las relaciones familiares, creo necesario brindarles un breve racconto, para tener una ubicación temporo-espacial de los hechos.

Cuando viví esta experiencia ya tenía en mi haber la gloriosa garchada que nos dimos con mi suegra, con quien todavía hoy nos damos murra cuando tenemos oportunidad, of course, y aún no me comía a mi cuñadita Silvia "la insaciable" 😉 Jejeje!

(Si, es todo enquilombado como George Lucas cuando filmó primero Stars Wars 4-5 y 6 y muchos años después hizo el principio! 😫 )

Mi suegra regresó a Lincoln, ciudad en el interior de la provincia de Buenos Aires cuando su esposo estuvo en condiciones y allí retomaron su vida normal. Es decir, ella acumulando unas monstruosas ganas de coger y el viejo dando lástima con el pito difunto hacía años y sólo útil para mear...

Mientras tanto, en mi casa parecía que las cosas con Sandra, mi jermu, reflotarían después del bajón que causó en la relación la visita de sus padres, (era incómodo coger y explayarnos a gusto con los suegros en la habitación de al lado) sumado a la renuencia de Sandy a permitirme llevarla a un telo, a un albergue transitorio o al sótano del edificio (de última) a sacarme la calentura.

Si a eso le sumamos que por mi temperamento ando siempre con el deseo de ponerla a flor de piel (soy un calentón bah!) las cosas entre nosotros venían para el orto.

Afortunadamente se dió joya el tirito que me jugué con mi suegra y pude vaciar mis pelotas varias veces En/Dentro y Con la señora madre de mi legítima esposa. Pero ahora se avecinaba la prueba de fuego para nuestra relación.

Cuando mis suegros partieron, nos imaginé cual novios solos un fin de semana, cogiendo como si el mundo fuera a desintegrarse el lunes, meta bomba y bomba hasta incendiarle la cajeta a pijazos, pero no fue lo que pasó...

La misma tarde que se fueron los progenitores de mi señora, en el viaje de regreso desde la terminal de buses, ella me anunció que la empresa para la cual trabajaba estaba en expansión y abrirían franquicias en el interior del país.

Hasta ahí, nada raro, en mi mente proyectaba la película de las posiciones sexuales que intentaríamos apenas llegáramos a casa, iba manejando con la vista en sus tetas y el tránsito! Se me amorcillaba la poronga de solo pensar en los polvazos que nos echaríamos.

Pero...

Pero ella, chocha de la vida, me notificó que la nombraron supervisora, y que debería viajar INMEDIATAMENTE y controlar cada nueva apertura, aprobar los locales, capacitar personal, etc. Se me desinflaba la chota de manera directamente proporcional al aumento de su alegría. Para no ser mala onda y pecar de egoísta, fingí alegría, festejé su progreso y la invité a cenar para agasajarla.

Cenamos, brindamos y volvimos a casa a las 11 de la noche, preparó su valija, se duchó, un polvo mediocre, a ponerla y punto (ninguno de los dos estaba inspirado, ella se dió cuenta de mi disgusto, pero se hizo la boluda y yo no me iba a hacer el exquisito, un polvo es un polvo la puta madre!) luego del "trámite"; a dormir. Al otro día a las 6 de la mañana se fué al aeropuerto y voló a Córdoba.

Pasé dos días de mierda, en los cuales sólo recibí 3 míseros mensajitos de texto de parte de Sandra. Para peor entré a carburar que la hija de puta me estaría metiendo los cuernos, que tendría una historia con algún pelotudo del trabajo o que allá me cagaría hasta con la Mona Giménez, etc.

Hipótesis que elabora uno cuando la patrona se comporta como gaucho malo y no le da de comer al pingo, jé!

Al tercer día volví a mi gran amor; Poringa! y era tal mi estado de desahucio sexual, que casi me pajeo recorriendo la categoría "Info" (Eso si que era desesperación!)

Cuando de pronto suena el teléfono; y me devuelve de la matrix porno a la realidad.
Atiendo y era mi suegra! Oír su voz mantuvo la erección con la que me dejó P!

Me dice que le habló de mí a su hermana (hago trabajos como técnico de PC) y si podía hacerle el favor de ir a configurarle una impresora, ya que vive a unos 20 minutos de mi casa.

Me hice el langa y le advertí a mi suegrita que el favorcito me lo tendría que "pagar" como ella sabía.
- Quedate tranqui que cuando vaya a Bs. As. te voy a dejar sequito-sequito Dany; hasta la última gotita de leche te voy a sacar pendejo!.-Me dijo con esa voz de rea que me recalentó.
- Ok Mary, entonces avisale a tu hermana que voy!.-Respondí entusiasmado.
- Bueno dale, y vos ojito con mi hermana que es una señora!.-Me advirtió.

No se porqué pero cada vez que me hablan de una mina y me recalcan que es "una señora", me hago el cuadro mental de la dama en cuestión prendida a tres pijas, recibiendo una doble penetración y faciales de una docena de negros porongudos!

Porque gente, seamos realistas, las "señoras" también se suelen comen una buena verga, también chupan, tragan y hasta ofrendan el ocote cuando están obnubiladas de calentura! El estado civil nos las vuelve "extraterrestres" jejeje!

Cuestión que me dió la dirección y el celu de su hermana Martha. Le envié un mensajito y arreglamos para que vaya a las 14:30 hs del día siguiente.

A la noche empeoró mi desnutrición sexual, estaba al borde de la embolia láctea. Mientras comía el menú rotisero del día, todo despatarrado en el sofá mirando Telenoche, casi me clavo una paja mirando alternativamente, las tetas de María Laura Santillán y Catalina Dlugi. Afortunadamente, la cara de bulldog de Santo, fue el sopapo que me trajo de nuevo a la cruda realidad.

Mas tarde me quedé dormido mirando una película. Al día siguiente me levanté tarde, me duché y me preparé un sandwich y unos mates. Después preparé mi maletín y partí rumbo a la casa de Martha.
Ahí arranca la historia!





La hermana de mi suegra me recibió con muy buena onda;
- Hola Daniel! Me han hablado mucho de vos!.-Me dijo sonriente y dándome un beso en la mejilla.
- Hola Martha! Mucho gusto! No crea todo lo que se dice de mi.-Agregué pícaro.-Mejor conózcame usted misma y saque sus propias conclusiones.

- Bueno, mirá, en primer lugar tuteame, no me hagas sentir una vieja si?
- Okey Martha, te tuteo, vos también a mi, y podés decirme Dany.-Respondí.

- Dale Dany, decime Tita, asi me llaman mis amigos.-Me guiñó un ojo.-Un gusto che, pasa y ponete cómodo. Tomamos algo te parece?
- Si Tita, encantado!

Tita estaba linda, para darle matraca a piaccere! (Bueno, a esa altura, todo bicho que caminaba iba a parar a la catrera, mientras tuviera unos 50 kilos y 12/8 de presión, calificaba para el polvo!)

Demasiado elegante para ser las 2 y media de la tarde de un dia de semana. Maquillada, labios pintados de rojo pasion, muy perra la gata!

Tenía un perfume de esos que, después, cuando los recordás, asociás enseguida a la hembra que te voló el bocho oliendo a angelito lujurioso...

La mina era delgada, apenas se le notaba una pequeña pancita. Tenía puestas unas calzas negras bien ajustadas, y cuando hablo de "bien ajustadas" me refiero a esas onda "talle 3º Piso", porque el único modo que se me ocurre para hacer caber tanta carne en esa tela, es arrojándose del 3º y ensartársela en la caída!

Calzas lujuriosas, de esas medio transparentonas, que te permiten ver hasta los pelitos del ojete asomándose. Precisamente, fue su orto lo que casi me hace desencajar la mandíbula cuando se dió vuelta para ir en busca de unos tragos. Redondo, firme, parado y divino. El sueño de cualquier inodoro! 😉




- "Cómo come trapo ese ojete!".-Pensé. Y vaya que sabía como mover ese culo la guacha! Se perdió por el pasillo contoneando ese caquero divino y yo babeando su piso de parquet. En las profundidades de la zanja que divide en dos el ojete, se perdían quién sabe cuántos centímetros de lycra.

Sin dudas no era el tipo de calzas que una "señora" vestiría, a no ser para calentar a su legítimo esposo. Todo el atuendo de la veterana la pintaba casi como una trola, y encima caí yo, con la guasca anegándome el cerebro y la chota amotinada exigiendo hembra!

Era un culo angurriento sin dudas, pero también era cierto que la prueba de fuego para concluir fehacientemente acerca de su calidad, era admirarlo sin la asistencia de la elástica tela, recurso que, al igual que un buen corpiño, "levanta caídos" impecablemente, vendiéndonos gato por liebre.

Babeaba mi verga mirándola. La vete tenía el pelo corto y estaba teñida de rubia. (Lo que me cagó la inmortal rima/piropo/guasada; "Morocha de pelo corto, agachate que te atiendo el orto!" 😉 )

Además lucía una remerita pegada al cuerpo con generoso escote, tetas de buen tamaño, algo caídas, a ojo de buen tetero, y la piel bronceada. Se notaba que le encantaba tirarse al sol cuando tenía la oportunidad.

Otro detalle que me relampagueó la chota; la mina tenía puestos unos zapatos negros taco aguja. Calzado que realzaba ese orto, empinándolo mas. Bellos pies, con las uñas pintadas de rojo.

No podía ser esa su manera habitual de vestirse, flasheé con que tal vez se produjo para la ocasión, pero si así solía recibir a los técnicos reparadores, su marido debería de ser MUUUUY cornudo...

Mas de una docena de años menor que mi suegra, tenía un hijo de 25 que ya había formado su propio hogar en el conurbano bonaerense. Su marido era camionero, por lo que pasaba largas temporadas fuera del hogar, ya que los viajes le demandaban entre 8 y 10 días y regresaba para la carga y descarga, quedándose en casa 3 días seguidos como máximo, para volver a salir.

De todo esto me fuí enterando mientras bebíamos dos porrones de cerveza bien fría. Nos sentamos en el mismo sofá, uno en cada punta, y charlamos largo y tendido. Hablamos de su hermana, de mi suegro, de su marido, de la vida, en fin...

Me gustaba la voz de Marthita, ese tiembre nasal, esa sonrisita que tenía. Era jovial y muy graciosa, me sentí a gusto enseguida.

Cruzó las piernas muy sensual, dejándome al alcance de la mano su piecito, con ese empeine divino, sobre el cual imaginé mi lengua dejando un rastro de saliva. Tengo un fetiche con los pies y esta loca me estaba dinamitando los ratones.



Cada tanto le relojeaba la entrepierna, porque acomodaba las gambas a cada rato, inquieta, y como les dije mas arriba, la calza permitía ver la ropita interior, en este caso el triángulito de la tanga, que me volvía loco!

-Vamos a ver la compu?.-Me dice sobresaltándome, ya que justo le estaba "sacando fotos"a sus tetas y sus gambas.
- Si, si, Tita, vamos!.-Le respondo sin saber donde meterme. Me puteé por ser tan pajero y disimulé mi cachondez.

La seguí. Subió las escaleras delante mío para mi deleite. Era un delicioso culo-cometrapos cuyo contoneo me agarrotó la pija de inmediato. Tenía ese caquero a 30 centímetros de mi rostro, ya que la dejé ir un par de peldaños adelante, a propósito.




Era un espectáculo excitante, Martha se movía despacio, como dándome tiempo a gozar de su orto, podía disfrutar de como se enterraba el hilo de la tanga entre sus nalgas golosas que también se morfaban la lycra de la calza, a cada peldaño "masticaba" trapo sin compasión ese ojete... Ufff!!! Infernal!

Se apreciaba perfecta la lencería, estirándose al hundirse en sus profundidades. Dejaba apreciar el triángulito con detalles de encaje y hasta un par de lunares sobre la tersa piel, hasta eso pude mirarle!

Imaginen el palo que traía encima! Hubiera tenido que alambrarme la japi para que no me mandara en cana el bulto! Pero afortunadamente tenía el maletín para cubrir esa erección buchona que amenazaba meterme en quilombos.

- "Una manteca nene!".-Me gritaba el Bambino interior que todos llevamos dentro!

Ella volteó dos veces a mirarme y, Puta madre!, en ambas ocasiones me enganchó en orsay; con mis ojos clavados en su manso ojete. Yo, petrificado me quedé todo mal cagado, como el inodoro de Mchael J. Fox. Ella me sonrió y me dijo;
- Ojo con los escalones Dany, si te distraes te vas a caer jijiji!.-Me advirtió con tono sarcástico.

Evidentemente se había percatado de mis lujuriosas miradas, lo cual me habría preocupado en demasía, sino fuera por que ella lo tomó bien. Demasiado bien...
Me daba toda la sensación que la hija de puta estaba jugando conmigo, que me estaba cocinando a fuego lento.

Estaba en esa etapa de la calentura cuando todos los sentidos se agudizan, y la mas mínima boludez te calienta; hasta el sonido de los tacos al subir la escalera me morbeaba todo!





La suculenta tortura acabó al final de la escalera. Caminamos un corto pasillo y abrió una puerta, invitándome a pasar. Me quedé boquiabierto. Tenía la compu en su dormitorio!

Ustedes van a pensar:
- "Si claro, dale hijo de puta, estas verseando cualquiera, ahora vas a decir que se te tiró en palomita a la verga y te peteó hasta que acabaste y se tragó la chele no sin antes mostrártela!
Jejeje".

Lo digo porque yo también creería que me están vendiendo un buzón, pero eso es lo increíble de las cosas que a veces nos pasan en esta vida; hay días en que todo viene tan regalado, que es mejor no cuestionar al destino y agarrar viaje sin enreverarse en preguntas pelotudas.

El pulso se aceleró, la tensión aumentó, miré la cama de dos plazas prolijamente hecha, el aroma a flores, el espejo grande sobre la cómoda, el escritorio a un costado, con una silla y la computadora.

La cortina de la ventana cerrada, un frigobar junto a la mesa de luz. Parecía una habitación de telo! Jeje!

- Sentate.-Me dijo.
Me senté y me explicó el problema.
- Mostrame como te conectas a internet.-Le pedí..
- Si, si, a ver, permiso.-Me responde y se recuesta con sus gomas sobre mi antebrazo para teclear, incómoda.

- Querés sentarte?.-Le pregunté con la intención de cederle mi lugar. Ella no me respondió, simplemente empujó mi silla hacia atrás (era de esas con rueditas).

- Me siento en tus rodillas si?.-Me dice y me corre los brazos a los costados.- No pienses mal eh? Total somos parientes nene!.-Exclamó sonriente y posó ese upite celestial en mi entrepierna, no sin removerlo un par de veces para acomodarlo a su gusto.

- Jajaja!.-Me reí como un boludo.-Yo decía para darte el asiento!.-Le expliqué.
- Daleee!.-Me tiró ella.-Dejame aca que no muerdo; total solo me vas a explicar, no pasa nada Dany!.-Completó pícara.

No los voy a "aburrir" con detalles de como se me fue inflamando la garcha bajo el peso de ese culo. Tampoco les contaré acerca de los "saltitos" que pegaba la hija de puta cuando se equivocaba y puteaba su destreza mecanográfica. Amé cada error! Me estaba rebotando sobre la japi a cada rato! Era imposible que ella no se percatara del súbito crecimiento de mi garcha, ya que estaba sentada sobre ella, aplastándola.

Fui tomando confianza y rodeé su cintura con mi brazo, para poner mi mano sobre la suya y "guiarla" con el mouse. Le rozaba las tetas de lo lindo y ella como si nada, imposible que no notara mi verga enfierrada bajo el peso de su anatomía, pero no parecía molestarle.

Seguí explicándole sus dudas y poco a poco la cosa se fue caldeando de mas. Ella se daba vuelta para preguntar boludeces y quedábamos cara a cara. Me estaba matando ese perfume y tenerla así, al alcance de mi boca, toda perra, jugando a la inocente, poniéndome trompita...

Una vez mas dudó y se volvió hacia mi para preguntarme, y no la escuché, la quedé mirando, se hizo un silencio y le mandé la lengua a la jeta, de una. Ella inmediatamente abrió la boca y nos transamos como animales, casi entrechocando dientes, labios, lenguas, salivas. Un sinfín de escalofríos y temblores nos sacudió a los dos al confundirnos en aquel salvaje y delicioso beso.

Nuestros cuerpos se apretaban en un estrecho abrazo. Mi verga, rabiosamente enhiesta, se estrujaba furiosa, presionando mi bragueta. Le manoteaba el orto sin pudores, le sobaba las tetas a lo guaso. Ella respondía igual, con las uñas de una mano rasguñaba mi nuca y la otra bajó escabulléndose bajo mi camisa, sobre mi piel, frotando mi pecho, jugueteando con mis pezones, hasta que finalmente apoyó la palma sobre mi bulto, con energía, recorriéndolo de arriba a abajo.

Entretanto mi mano izquierda se movía agresivamente, magreando ese par de jugosas tetas que se bamboleaban que daba gusto y cuyos pezones tiesos, duros y erguidos me invitaban a lamerlos y mamarlos con tremendas ansias. Mis dedos los acariciaban, y mi boca se hacía agua por poseerlos.

Los tomé entre mis labios, primero con delicadeza y luego salvajemente, estaban deliciosos y no quería soltarlos por nada del mundo.

Que tetas sabrosas tenía la hija de puta! Las mamé, las chupé y las mordisqueé hasta más no poder, sintiéndola gemir y retorcerse.

Si lo estaba gozando como me indicaban sus estremecimientos y grititos; me jugaba que su conchita ya estaría echa un mar de flujos, como me encantaba a mi. Asi que, para "comprobar el aceite" como quien dice, mis dedos fueron bajando y luchando con sus prendas, palpando hasta encontrar aquella húmeda caverna de carnes, jugos y escasos pelos.

Su argolla estaba hirviendo y los jugos ardientes de su pasión brotaban como lava de su interior. Su vulva hinchada palpitaba de placer, y supe que necesitaría mucho esfuerzo para arrancarle el primer orgasmo a aquella hembra. Para ayudarla, posé las yemas de mis dedos índice y mayor sobre ese clítoris en llamas, no sin antes lubricarlos bien en sus propios jugos.

Acto seguido inicié las caricias variando la velocidad y la presión, ante lo cual, Tita perdió inexorablemente toda compostura y sus gemidos se transformaron en gritos y sacudidas espasmódicas incontrolables, anunciando su llegada a un orgasmo descomunal, fruto de una larga abstinencia, según me contaría mas tarde. Seguí chupándole las tetas y pezones al tiempo que mis dedos entraban, salían y revoloteaban dentro de su vagina.

-Shhplasch! Schaff! .-Sonaban los furiosos vaivenes de mis dedos en su concha chorreante de juguito.

Su acabada fue espectacular, temblaba arqueando su cuerpo para atrás. Con un brazo tuve que sostenerla para no caernos de aquella silla, mientras mi otra mano se regodeaba manoseándole la empapada conchita. Su respiración se entrecortaba y su cuerpo se agitaba de pies a cabeza.

La alcé a upa y la llevé a la cama.

-Qué me vas a hacer?.-Preguntó ella con esa vocecita de trola descarriada.
-Te voy a pegar la cogida de tu vida bebe.-Le respondí ya cegado por la calentura.

Me comió la boca, nada de romanticismo, nada de sensualidad, éramos dos caníbales tratando de devorarse uno al otro. Ella me rompió los botones de la camisa al querer arrancármela.

Nos terminamos de desnudar a los manotazos, mas desordenados que cumpleaños de mono! Le rompí la tanguita, su calza quedó trabada en los zapatos de taco, pero no me importó, la dejé ahí, toda enredada.

Continué besando su boca, lamiendo sus tetas, y bajé por su vientre hasta ese volcán agitado que era su concha. Mis labios se posaron en su vulva, y sus jugos vaginales quemaban mi lengua.

Sentía como su argolla temblaba y temblaba, sin poder recomponerse de la acabada estruendosa. Se contraían los músculos descontroladamente cada vez que mi boca succionaba ese clítoris hinchado, y mi lengua entraba, salía y revoloteaba en su caliente interior.

Tita continuó el concierto de gritos de placer que resonaron en el silencio de la alcoba.
Se arqueaba, se doblaba, y se estremecía de placer y más placer. A mi me dolía la pija de tan parada que estaba.

Ella estaba tan lubricada, que decidí que ya era hora de darle masa. Pelé la chota, toda baboseada y se la quise meter, pero ella me empujó y se lanzó a petearla con una voracidad y desesperación que casi me hace acabar ahí mismo.

La punta de mi glande chocó con el fondo de su garganta en la primer tragada que me hizo. Su lengua se desparramaba por el trono y la cabeza a una velocidad inusitada.

Yo no podía permanecer quietito, observando su deliciosa técnica petera, asi que, con una mano le abrí bien los cantos, me ensalivé un dedo y se lo enterré en el ojete sin mucho esfuerzo. Ella apenás dió un saltito nervioso al sentir al invasor palpándole la vena cacarea.

De mirar ese señor culo incitándome en esas inolvidables escaleras, ya estaba explorándolo con un dedo, que no tardaría en cambiar por mi verga. Ese ojete era mi obsesión. Se me metió entre ceja y ceja (o entre testículo y testículo, mejor dicho) hacerle el orto antes que la argolla.

Así que un dedo recorría la escarapela, mientras el otro se metía lo mas que podía en sus profundidades. Hasta el olor de su ojete encendía mi calentura aun mas!

Quiso devolver gentilezas y sacó mi pija un momento del refugio de su boca, para dedicarme una maravillosa lamida de orto. Pasó de largo los huevos y fue a encajar su lengüita tripera en mi cerradito ano. Mas dura se me puso la pija!

Me estaba haciendo un beso negro bestial. Ella también abrió mis libros para asegurarse mayor libertad de movimientos, y me perforaba el agujerito con su lengua taladradora, haciéndome ver estrellas.

Entretanto mi dedo seguía hurgando en las profundidades de su recto, pero ya decidido a dilatar lo mas posible ese túnel maravilloso que prometía ordeñarme la poronga en breves instantes.

Tita abandonó mi ojete con una lenguadita bien honda y subió a atender a los melli. Se metía alternando, uno y otro en la boca, dentro de la cual, les propinaba el tratamiento linguístico suficiente para enloquecerme.

Mi verga palpitaba balanceándose ansiosa a centímetros de su nariz. Me chupó las bolas un rato que disfruté infernalmente. Recibir una chupada de pelotas es relajante, te da una sensación de gozo placentero tranqui, no se si les pasa, a mi me relaja mucho, será porque me rompen tanto las bolas, que cuando me las miman, se disfruta el doble!

Volvió a tragarme la pija y reanudar un petardo angurriento. Se la tuve que sacar de la jeta peleándola, y la puse en 4.

-Me vas a culear bebe?.-Preguntó la muy puta.

Ni respondí. Le mandé un salivazo en el asterisco, le apoyé la cabeza y se abrio paso resbalando suavemente, sin resistencia. Sentía como que mi verga viboreaba por el pasillito de su recto, pasillito cremoso y ajustadito, y me hacía delirar de placer.

-Como traga trapo este ojete putita! Se la tenía jurada a este orto, ahora va a tragarse mi poronga!

Ella volvió a gritar y a gemir sin importarle en absoluto el volumen que le daba a su pasión y el horario de protección al menor.

Estaba gozando ese caquero celestial, despacio, dejando que el ojete tragara poronga a su propio ritmo. Pero ella quería mas, asi que empujaba la cola acelerándolo todo y asi salia y entraba más rápido, recorría todo su ano por adentro, cada vez más profundo, cada vez mas fuerte el golpe de mis huevos al chocar con su conchita.

Estaba mas contento que chancho en el barro con la ensartada que le estaba propinando! Afortunadamente mi chota salía limpita, reluciente, no se dió, por suerte, la ley del palo del gallinero.

Yo le sacaba toda la pija afuera y me buscaba como enloquecida, tirando el orto para atrás, para enterrarse solita de nuevo el miembro en ese pedazo de orto, luego volvía a bombearla con ese ímpetu que a veces uno le pone a un polvo cuando quiere que la mina NUNCA se olvide de cómo le dimos.

- Te gusta putita? Sentis mis bolas reventandose contra tu argolla cuando te la entierro toda en el ojete?.-Le pregunté enloquecido.

-Seee Dany, metemela toda! Bombeame el culo nene! Soy tu puta! Rompeme el ortoooo!!!.-
Pedia mas y mas le daba, enterraba a fondo la garcha entre sus nalgas.
Se la sacaba toda, puerteaba otra vez, un poco de presión y entraba resbalando hasta tocar fondo!!!!

- Me emputeciste desde que llegué con ese orto Tita, te lo voy a coger bien cogido, para que siempre te acuerdes de mi putita!.-Le dije con la voz ronca de placer.

-Siii nene! Ahh!!!Quería re-calentarte para que... Ahhh Ahhh Ahhh! me cojas toda! Y por lo visto, lo logré!.- Respondió.

Cada vez su cola me desafiaba más, empinándose a cada embestida, empecé a gozar de una manera inédita para mi, quería que mi verga la penetrara mas hasta el fondo, metersela hasta que las pelotas dolieran queriendo colarse también en ese alucinante caquero.

Estaba tan caliente, que la empecé a embestir sin piedad, ella chillaba, pataleaba, puteaba.


Y yo quería partirla en 2 y me estaba acercando al pináculo del placer, sus pezones parecían estallar, me prendí de esas tetas dándole a lo perrito, su vulva estaba mojadisíma e hinchada, y ella se frotaba el clítoris mientras la orteaba, asi que le corrí la manito y la suplanté en la tarea, dándole estimulación directa en su clítoris, aumentando sus jadeos y grititos.

Tenia la sensación de tener un corazón en mi chota de cómo me latía la verga ensartada en ese agujero. El chasquido de mi pelvis en sus nalgas era estruendoso, mi verga entraba ya como cuchillo en la manteca, desencajado por completo, le separé las piernas un poquito mas, mucho no se podía por las putas calzas que quedaron en sus tobillos.

El bombeo de mis bolas la enloquecían, cuando como latigazos, chocaban contra su vulva, en aquel momento sentí que la yegüa tuvo otro orgasmo, una catarata salía entre sus piernas, mientras era empalada por mi verga, que cuando salía era apretaba con esas nalgas como para no dejarla salir más.

- Ahhh!!! Ahhhhhhhhhhhgggggsssrrrr!! Ahhhhhhh!!! MMMMMMMrrrrr!!! AhhhhH!!!

Solo intento resumir los sonidos que salieron de su garganta, fueron unos gemidos terribles y gritos como de animal en celo!

Estaba acabando la guacha y me exprimía la verga con el esfínter, la tenía mas apretada que tuerca de submarino!
A pesar de eso, no paré ni un solo instante, ella se me desarmaba de goce y yo aceleré en la recta final, a puro pijazo, ya desbocado.

-Ahí va mi leche putita!!!.-Le avisé.
-Llename el culo bebee!!! Ahhhh!!! Seee!.-Gritó poseída.

Se la clavé y sentí uno, dos, tres latigazos interminables de semen, y luego pequeñas acabadas, también 3 o 4, que inundaron su cola. Una acabada que pagó por esos putos dias a pura paja!

Sentí hasta el cabello erizado y ella apoyó la cara contra el colchón, dejando el culo bien levantadito, empinado con mi pija temblando adentro, desagotando las últimas gotas de leche.

Con un pacto silencioso decidimos no sacar mi verga de su cola, nos recostamos de lado, mientras amasaba sus pechos y le mordía el lóbulo de la oreja. Mas transpirados que media de cartero los dos.

Le pregunté si le habia gustado,me dijo que le habia encantado y me pidió que no me fuera.

- Quedate conmigo esta noche bebe, quiero ser tu hembra hasta agotarnos todo...

Y así fue. Ella me contó que con mi suegra no tenían secretos. Que como buenas hermanas, se contaban todo, incluso mis fifadas a la madre de mi esposa!
Asi que, sabiendo cuán necesitada estaba Tita de verga, urdieron un plan para que yo fuera a acabar con su malaria sexual. De paso cuidaba al machito de la familia, según me confesó le dijo mi suegrita.

Lo que siguió a esa culeada, se los cuento en la próxima!