Dominada por un.. Cap IV- me exhibo delante de compañeros y debuto en el lesbianismo
Paso el viernes donde ni siquiera lo vi, eso me alegró porque estaba extenuada. Pero ya cerca del mediodía, me llama el Director y me pregunta que me pasa que estoy algo demacrada, como cansada, le digo que pase una mala noche algo descompuesta.
Bueno que pena dice porque yo vine con muchas ganas de follarte, le pedí que hoy no, pero él comento que hacía más de una semana que no hacíamos nada y que él estaba muy caliente.
Director: “Vamos Sole desvístete que hoy no solo quiero follarte sino también gozar de la vista de tus buenos pechos y tu hermosa cola.”
Sole: “Por favor, hoy no.”
Director: “¿Sole me estas engañando con otro? Porque nunca antes te habías negado o quizás ya no quieres tener nada conmigo, tendré que buscar una nueva Secretaria.”
Sole: “No señor, no es eso, claro que deseo tener sexo con usted, pero hoy… “
Director: “Hoy nada, ¿quieres o no quieres?”
Me di cuenta que tenía razón y sin decir nada comencé a desvestirme. Quede totalmente desnuda…
Director: “Eres hermosa, putita mía.”
Comenzó a acariciarme y beso mis pechos mientras sus manos sobaban mi cola y metía dedos en mi conchita. Luego me sentó en el escritorio se bajo el pantalón, se puso entre mis piernas y me penetró de un solo golpe. Era evidente que estaba con muchas ganas, parecía que pronto acabaría, pero la saco y dijo que quería también mi colita. Baje del escritorio y en cuatro patas sobre la alfombra, penetro violentamente mi cola que creo aún estaba dilatada porque no me dolió nada y pronto acabo. Yo no llegue a tener un solo orgasmo.
Director: “Que buena que estas Sole, no sabes las ganas que tenía de follarte, me gusta que sigas siendo condescendiente conmigo, sino vas a perder ciertos privilegios.”
Beso mis labios y me dijo que la próxima semana iríamos a hacerlo a algún lugar más tranquilo.
Encima durante el fin de semana tuve sexo con mi esposo.
Llegó el lunes, y a poco de la hora de ingreso Alberto me fue a visitar, se sentó frente a mí y me comento cual era su plan para esta semana. Como algo ya me había adelantado tenía previsto hacer calentar a otros empleados del área. Para eso diseño un plan que consistía en que yo debía concurrir al trabajo bastante provocativa. Fundamentalmente con faldas muy cortas y amplios escotes.
Vestida así debía recorrer distintas oficinas y debía acompañar la vestimenta con movimientos que permitieran ver más, fundamentalmente agacharme a recoger cosas caídas permitiendo que todos vean mi tanga a partir de lo corto de la falda. Le explique que era peligroso que se hiciese muy notorio, pero me dijo que no pedía mi opinión simplemente me explicaba lo que debería hacer. Para esta situación me dijo que a partir del día siguiente y por el resto de la semana debía concurrir con faldas muy cortas y escotes pronunciados.
Alb: “Mañana vendré apenas ingreses y te diré en forma detallada lo que debes hacer, pero antes de irme quiero que me beses apasionadamente y me agradezcas el excelente momento que pasaste el jueves.”
Sole: “Si amo...”
Me acerque a él y le di un fuerte beso en la boca y nuestras lenguas se trenzaron en una feroz lucha mientras sus manos acariciaban mi cola y mis pechos.
Sole: “Gracias amo por haberme hecho gozar tanto el jueves, jamás en mi vida había gozado tanto.” (cosa que era cierto)
Alb: “Bien mi putita, desde ahora en más su amo la va a hacer gozar siempre así, pero para eso debe seguir siendo una buena esclava, cumplir todas mis órdenes y ser muy, pero muy puta, cosa que te resulta fácil porque lo eres, ¿no?
Sole: “Si amo, soy muy puta, pero fundamentalmente su puta.”
Alb: “Bien putita, ¿qué es lo que más deseas en este momento?”
Sole: “Que me folle nuevamente, que me rompa el culo como usted bien lo hace y tragarme toda su lechita.”
Esto lo dije deseándolo en serio, realmente me estaba convirtiendo en una puta total, yo misma me sorprendía por cómo lo dije.
Alb: “Así me gusta, pero hoy no habrá nada, debes mantenerte excitada para mañana jugar a calentar al mundo, hoy nada con tu marido.”
Sole: “Si amo, lo que usted diga.”
Mientras decía esto y como estaba realmente excitada lleve mi mano a su bulto y lo acaricie, lo tenía erecto, me dejo hacerlo y el introdujo su mano por dentro de mi pantalón y metió un par de dedos en mi conchita ya toda mojadita. Esto me excito más aún y pensé que me iba a follar, pero saco su mano retiro la mía y dijo suficiente, hasta mañana. Me quede sola y muy excitada, me daba cuenta que necesitaba sexo a cada rato, pero tenía la orden de no follar siquiera con mi marido, pero me dije que él nada había dicho de masturbarme. Así que me fui al baño y me masturbe hasta tener un orgasmo, esto hacía mucho tiempo que no lo practicaba.
El martes concurrí con una falda extremadamente corta, una blusa que desprendí bastante para que se vean mis pechos y un tanga minúsculo, que en la cola era casi del tipo hilo dental y comenzó el juego. Lo primero que debía hacer era ir a una oficina donde trabajan 10 personas, 7 de ellos hombres. Debía llevar un comunicado interno recordando unos procedimientos que ya todos conocían, pero era solo una excusa, al salir de la misma, debía dejar caer algún papel y agacharme a recogerlo sin flexionar mis rodillas y tardando lo más posible en recogerlo.
Así lo hice y escuche a mis espaldas un, “¡Ooh!” Y por lo bajo alguno murmuro algo que no entendí muy bien, pero sonó como que buen culo tiene esta puta. Salí y recorrí el resto de las oficinas, no haciendo lo mismo en todas, pero si en algunas y en otras al dejar la circular en el escritorio de alguno de mis compañeros varones agacharme para que aprecien mis pechos.
En uno de estos (no elegido al azar por Alberto, ya que era un zarpado) mi compañero mira sin disimulo, me toma la mano para que permanezca inclinada y me dice, “¡que buenas tetas tienes Soledad!”
Solté mi mano sin decir nada, pero esgrimiendo una sonrisa me retire. En toda nuestra área somos unos 50 empleados de los cuales, 30 son varones y unos 20 habían podido ver mi diminuto tanga. Ese día no volví a recorrer las oficinas, pero como nunca entraron a mi oficina distintos compañeros a preguntar cualquier estupidez.
Alberto había previsto esto y ya me había dicho que cada vez que alguien golpeara la puerta yo debía pararme, salir de detrás del escritorio y recién allí decir que pasen. Y en la medida de lo posible en alguna oportunidad debía hacer movimientos que permitieran que vean mi tanga y mis pechos.
Uno de los que me visito fue el zarpado que comento sobre mis pechos, ingresa y me dice:
Jorge: “Hola Soledad, he perdido mi copia del comunicado que hoy llevaste, ¿me podrías dar una nueva copia?”
Sole: “Si Jorge, aquí tengo (para recogerla y dado que estaban en el estante más bajo de un mueble, debí agacharme, dejando a su vista mi tanga, tome una me incorpore y se la di.) Aquí tienes Jorge.”
Jorge: “Por Dios, que hermosa cola que tienes, ya me habían dicho que tenías un tanga diminuta, estas buenísima Sole.”
Sole: “Bueno Jorge, lo tomo como un cumplido y lo agradezco, pero no te zarpes.”
Jorge: “Esta bien, me comporto bien, pero no serías tan amable de darme otra copia.”
Sole: “¿Precisas dos copias?”
Jorge: “No, solo para verte nuevamente la cola, se buenita.”
Alberto ya me había dicho que debía ser condescendiente con mis compañeros, creo que previendo situaciones como estas. Así que sin contestar me agache para tomar una nueva copia, mientras estaba agachada, Jorge dijo:
Jorge: “Ya que estas de tan buen carácter hoy, quédate lo más posible en esa posición para poder observarte bien. (Le hice caso, por lo cual siguió) y si no es mucho pedir, ¿me dejarías tocártela para ver cuán firme esta?”
Sole: (Incorporándome) “no Jorge, me quede para que observes, pero solo eso.”
Jorge: “Bueno Sole, gracias, eres un sueño y ya que solo estas dispuesta a mostrar y sin tocar. Me mostrarías tu tanga por delante.”
Sole: “No Jorge, basta.”
Jorge: “Bueno no te enojes, solo te pedí, si es no, es no, está bien. Tienes un cuerpo espectacular, es un placer verlo, sueño con verte desnuda. Me has dejado muy excitado.”
Llevo una mano hacia su bulto que se notaba estaba despertándose. Dicho esto se retiro.
A los pocos minutos, entró Alberto.
Alb: “Por los comentarios escuchados, se que te has portado muy bien. Jorge salió como loco y comento lo siguiente: “la puta de Soledad accedió a mostrarme su cola, pero no me permitió tocársela, a la muy puta le gusta calentarnos.”
Sole: “Ve amo, me porto bien, pero es peligroso, esos comentarios me asustan.”
Alb: “Quédate tranquila, estoy yo para cuidarte y evitar problemas. Por lo que escuche pronto vendrán algunos más con la intención de verte la cola, pero yo vendré con ellos para evitar que se propasen, vos debes complacerlos, mostrándoles solamente.”
Sole: “Amo soy suya, y haga conmigo lo que quiera, pero no me exponga ante todos.”
Alb: “Pero lo que yo quiero es lo que ya te dije. Así que prepárate para mostrarte, yo pondré el límite.”
Unos minutos después escucho golpear la puerta, salgo de atrás del escritorio digo que entren y veo entrar a Alberto con tres compañeros.
Alb: “Hola Sole, venimos a buscar más copias del comunicado que repartiste hoy.”
Sole: “¿Pero qué pasa todos lo perdieron?”
Osvaldo: “No Sole, pero Jorge contó que tienes unas copias muy buenas.”
Sole: “Jorge es un bocón, o sea que lo que ustedes quieren es verme la cola, ya que al darle la copia a Jorge, me agache y él vio mi cola.”
Osvaldo: “Si Sole, si bien hoy vi tu tanga en la oficina, me quede con ganas de ver más, y como Jorge dijo que estas de buen humor.”
Sole: “Si estoy de buen humor, y me agrada gustar y que me admiren, pero tampoco soy una exhibicionista.”
Alb: “Tienes razón Sole, pero Jorge ya habló y nosotros queremos el mismo trato. Además creo que a vos te gusta mostrar la cola, sino no vendrías con una faldita tan corta, ¿o me equivoco?”
Sole: “Es verdad Alberto yo estoy orgullosa de mi cola, y mucho esfuerzo me demanda mantenerla en este estado, por lo cual me gusta que la admiren, pero como dije no soy una exhibicionista.”
Alb: “Mira Sole si te gusta mostrarla, se buena y deja que nosotros la admiremos, para tu tranquilidad y ante lo que dijo Jorge nos comprometemos a no decir nada, y por el contrario diremos que nos hiciste tomar la copia a nosotros y ante nuestro pedido de que nos muestres la cola te enojaste y nos pediste que nos retiremos de tu oficina o comenzarías a gritar y dirías que intentamos propasarnos con vos. ¿Están de acuerdo chicos?”
Alejandro: “Si, totalmente de acuerdo, se buena con nosotros, déjanos admirar tu cola y tendrás absoluto silencio nuestro. Te damos nuestra palabra.”
Sole: “Está bien accedo, pero espero cumplan con su palabra.”
Todos: “Si, si, cumpliremos.”
Me di vuelta y me agache, incluso más que en las veces anteriores, yo sabía que toda mi cola estaba a su vista, escuche distintos comentarios acerca de lo hermosa que era y de lo buena que estaba, debo confesar que la situación y esos comentarios me hicieron excitar un poquito.
Alb: “Sole, para ver bien y que no tengas que permanecer agachada porque no te quitas la faldita.”
Sole: (Incorporándome y poniéndome de frente a ellos) Bueno, está bien. (Desprendo el botón y la dejo caer, me doy vuelta y me agacho para recoger la falda) ¿Así está bien? ¿Les gusta mi colita?”
Omar: “La mejor cola que vi en mi vida.”
Alejandro: “Siempre me gusto verte, y jamás pensé que algún día te vería así, tienes una cola divina.”
Osvaldo: “Es un espectáculo. ¿Es mucho pedir que te bajes el tanga?”
Sole: “Si es mucho pedir, a eso no accedo.”
Alb: “Esa bien Sole, no te quites el tanga, ¿pero serías tan amable de menearla un poquito?”
Sole: “Si eso no hay problema.”
Moví mi colita, haciendo círculos con ella y escuche comentarios maravillosos sobre mi cola y mi actitud, ninguno me falto el respeto. Me incorpore me puse de frente y les dije que creía que era suficiente, a lo cual dijeron que estaba bien y cada uno se acerco a darme un beso en la mejilla y agradecerme y junto con el agradecimiento elogiaban mi cola.
Al rato entra Alberto.
Alb: “Hola mi putita, que lindo momento, tus compañeros quedaron fascinados y vos quedaste caliente, porque pude observar que tu tanguita se había mojado un poquito.”
Sole: “Si amo, la situación fue muy excitante, pero tengo miedo que hablen.”
Alb: “Tranquila esta todo bajo control, ellos no hablaran, a lo sumo pedirán repetir el jueguito. Bueno por hoy basta, mañana vuelve con otra faldita bien cortita, que seguiremos el juego en otros pisos.”
Sole: “Si amo, como usted diga.”
Alb: “Has quedado bien caliente, pero recuerda hoy tampoco debes tener relaciones. ¿Deseas algo?”
Sole: “Si amo, estoy muy excitada y deseo que me folle como solo usted sabe hacerlo.”
Alb: “No Sole, por ahora nada. Cuanto más excitada estés harás mejor el jueguito de exhibirte.”
Se acerco, me dio un beso en los labios y acaricio mi cola por debajo de la falda diciendo esta cola vale oro, En este edificio la van a desear hasta los perros de seguridad. Quede muy excitada, realmente siempre disfrute mostrarme y escuchar comentarios sobre mí, pero esto era mucho más fuerte, era una situación que me ponía a mil. Seguí todo el día excitada, incluso al salir del trabajo iba por la calle con esa faldita tan cortita y cada tanto hacia algún movimiento para que los transeúntes me observaran y esto aumentaba mi excitación.
Al día siguiente continuo el juego, en esta oportunidad fue en algunas oficinas e incluso en algunos pasillos. Todo se desarrollo normalmente y escuche varios comentarios sobre mi cola, algunos realizados por lo bajo entre los que me miraban y otros directamente me lo decían a mí. Mi excitación subía en forma abismal.
Incluso recibí varios comentarios del director y este directamente me pedía que me levante la falda cada vez que entraba en su despacho, y en varias oportunidades me acariciaba la cola. Por suerte pude convencerlo de no tener sexo, debía cumplir lo exigido por Alberto.
Sobre el final del día Alberto vino a mi oficina y me felicito por el comportamiento y comento que en todos los pisos se habla de mi culo.
Alb: “Debes estar feliz, tienes a todos hablando de tu culo, cada vez es más famoso. Mañana tomate descanso, pero el viernes vuelve a traer la faldita del martes que haremos otra recorrida. ¿Hoy tuviste sexo con el director?”
Sole: “No, no lo tuve, me costó convencerlo, pero lo logre. Si me toco varias veces la cola. Ahora no se si mañana podré seguir conteniéndolo.”
Alb: “Debes evitar tener sexo hasta el viernes después de la exhibición.”
Nuevamente se acerca me besa acaricia mi cola, esta vez mete su mano por debajo de ella e introduce de una un dedo en mi culito, esto me excito mucho y le pedí más, se río y dijo por ahora nada.
El jueves fue tranquilo, fui con pantalones y al director lo convencí que estaba con el periodo, Alberto no apareció en todo el día, pero si pasaron por la oficina compañeros que nunca vienen, venían con cualquier excusa y algunos hicieron comentarios acerca de lo linda que estaba y lo bien que me quedaba la faldita de ayer.
El viernes concurrí vestida como me pidió Alberto y seguimos con el jueguito, pero ocurrió un hecho que transformo el juego y mi vida. En un momento viene Alberto a mi oficina lo note algo raro y me dice:
Alb: “No sabes lo que acaba de pasar, ya no solo excitas a los hombres, hay mujeres que también se excitaron.”
Sole: ¿Quien?
Alb: Te cuento. Cuando vos te agachaste en el pasillo del cuarto piso, cuando había varios tipos charlando, yo me quede atrás de ellos y vi su reacción, pero no vi que detrás de mí estaba Ana Luz. Ella se acerca por detrás y me dice, “como te quedaste mirando el culo de Sole, ¿no?” Me quede callado por la sorpresa y ella continua diciendo, “y no es para menos, esta buenísima, tiene una cola y unos pechos espectaculares.” Yo afirme y ella continuo.”
Ana Luz: “Realmente esta que la rompe, cuando ella pasa todos se babosean.”
Alb: “Bueno, pero tú no te quedas detrás, también eres muy linda y tienes muy buena cola y tetas.”
Ana Luz: “Si puede ser, pero al lado de ella no existo.”
Alb: “Esta muy buena y si tienes razón, me quede mirándole el culo, encima la muy putita se agacha de una forma que parece lo hiciera adrede para mostrarnos. Pero por tu tono lo dices con bronca, envidia, ¿o también te gusta?”
Ana Luz: “Mira Alberto, nos conocemos hace años y tenemos cierta confianza, así que no te voy a mentir… si me gusta.”
Alb: (Sorprendido) “¿cómo?”
Ana Luz: “Si, no te sorprendas. Acaso no diste cuenta que en estos años nunca me conocieron un novio, pero te pido reserva, no lo cuentes… Soy lesbiana.”
Alb: “Realmente nunca lo imagine, más acá nadie se dio cuenta y son muchos los hombres que te desean, y yo me incluyo.”
Ana Luz: “Bueno ahora tú lo sabes, así que no pierdas el tiempo.”
Alb: “¿Tú estás caliente con Sole?”
Ana Luz: “Sí, pero ella no da el perfil de lesbiana, por el contrario da el perfil de putita y por cómo se florea delante de ustedes les encanta excitarlos.”
Alb: “¿Alguna vez intentaste algo con ella?”
Ana Luz: “No, porque nunca hubo pie.”
Alb: “¿Deseas acostarte con Sole?”
Ana Luz: “Si tonto, si te lo estoy diciendo.”
Alb: “… y, ¿estás dispuesta a pagar un costo por estar con Sole?”
Ana Luz: “No te entiendo.”
Alb: “Si yo consigo que Soledad tenga sexo contigo, ¿vos estarías dispuesta a pagar un costo?”
Ana Luz: “¿Qué, lo hace por plata?”
Alb: “No, pero yo puedo convencerla, pero también pido algo a cambio.”
Ana Luz: “Uhmm, ¿y como la podes convencer?”
Alb: “Ese es mi problema, ella me debe un favor muy grande, y yo sé que puedo lograrlo, pero...”
Ana Luz: “Si ya se, tengo que pagar un costo. Si no es plata, ¿cuál es ese costo?”
Alb: “Nos conocemos hace años como ya dijiste, y desde siempre te he deseado. El costo es que te acuestes conmigo.”
Ana Luz: “Estas loco, no me gustan los hombres.”
Alb: “Bueno, como quieras, yo sé que puedo conseguirlo, pero también quiero conseguirte a ti. Tú decides.”
Ana Luz: “Realmente no creo que lo consigas. Pero estoy dispuesta a pagar el costo, Sole es una de mis fantasías más grandes y ya la tenía descartada. Pero te repito no creo que lo logres.”
Alb: “Bueno eso déjamelo a mí, luego espero que cumplas.”
Ana Luz: “Palabra de amiga y lesbiana.” (Riéndose.)
Terminado de contarme este acontecimiento se lo veía eufórico y yo comencé a imaginar mi futuro. Alberto continúo…
Alb: “Bueno esclava mía, mi querida putita, como ya te habrás dado cuenta, tu próxima tarea será acostarte con Ana Luz, para que tu amo luego satisfaga sus deseos con ella.”
Sole: “Amo no sea malo, me da asco. Yo no puedo acostarme con una mujer, me gustan y mucho los hombres y usted lo sabe. No me obligue a hacer eso, además, ¿yo no le soy suficiente?”
Alb: “¿Cómo te atreves a cuestionarme? Ya está todo claro entre nosotros, yo digo lo que tienes que hacer y tu lo haces, ¿o quieres romper el pacto?”
Sole: “No amo, usted me dijo que el juego de exhibirme era solo eso, exhibirme sin pasar a hechos.”
Alb: “Si eso te dije, pero paso esta situación especial. Ahora dime te acuestas con Ana Luz, ¿o comienzo la distribución del material que tengo?”
Sole: (Casi llorisqueando) “me acuesto con Ana Luz.”
Alb: “Bien así me gusta, vas a ver la vas a pasar muy bien. Ana Luz es muy linda y seguro te va a hacer gozar, y a mí también me va a dar mucho gozo, esto sí que no lo esperaba. Además como premio te dejare tener sexo este fin de semana con quien quieras, así te quitas la calentura que llevas.”
Sole: “Ya al amo no le gusto, ni siquiera me propone tener sexo. Ahora solo piensa en esta lesbiana de mierda.”
Alb: “Más respeto con Ana Luz, no sea que luego te hagas lesbiana también. Y si putita mía si quieras tener sexo conmigo lo tendremos, yo solo te di la oportunidad de elegir.”
Sole: “Si amo, quiero que me coja, estuve toda la semana sin sexo y muy excitada.”
Ese día salimos de la oficina, fuimos a un hotel y tuvimos sexo desenfrenado, nuevamente me hizo llegar a varios orgasmos y por supuesto me perforo el culito. En todo ese momento ni pensé en Ana Luz, me dedique a gozar y sí que lo hice. Estaba ardiendo quería sexo y sexo, incluso empecé a pedirle casi a gritos que me rompa el culo y él comenzó a tratarme como puta y me decía mientras me follaba lo puta que yo era, eso me excitaba aún más. Realmente me había convertido en una puta.
En la semana siguiente recién tuve noticias de Alberto el día martes cuando vino a contarme que estaba todo arreglado con Ana Luz, que yo debía concurrir a su apartamento y allí tendría mi primera relación lésbica. Alberto estaba eufórico, ya saboreaba el cuerpo de Ana Luz, ¿o se excitaba pensando en vernos? Se lo pregunte y me dijo que por ahora él no estaría presente, pero que en algún momento eso también sería posible.
Todo quedo confirmado para el viernes.
Llegue al apartamento de Ana Luz, me recibió nerviosa, estaba muy linda debo reconocerlo y tenía un muy lindo cuerpo también. A mí me costaba creer que fuera lesbiana, ya que era muy femenina y las que conozco me parecen más rusticas, más varoniles. Al recibirme beso mis mejillas, me invito a pasar y me ofreció tomar algo, le dije que un té estaría bien.
Me senté en un sillón y enseguida apareció con dos tazas de té y unas confituras, se sentó frente a mí, me miro y comentó:
Ana Luz: “Mira Sole, estoy algo nerviosa y veo que vos también, tomemos este te y conversemos como amigas.”
Sole: “Si, como gustes.”
Ana Luz: “Las dos sabemos para qué estamos juntas, pero como ya debes saber yo voy a cumplir un sueño que tengo desde hace mucho, pero no quiero hacerlo sin tu consentimiento. Para mí el sexo hay que acompañarlo con por lo menos cariño si no hay amor. No lo haría si tú lo sientes como una violación.”
Sole: “No Ana Luz, yo estoy nerviosa, pero quiero hacerlo, comprende que es mi primera vez.”
Ana Luz: “Quieres, ¿o cumples el pedido de Alberto?”
Sole: “Cumplo el pedido de Alberto, pero estoy dispuesta. No lo siento como si fuera a ser violada.”
Ana Luz: “Entonces debes relajarnos y prepararnos para gozar, si no te molesta y para no apurar el sexo, conversemos acerca de nuestros gustos, de nuestros deseos, si quieres te cuento como llegue a lesbiana, que se siente, ¿o cuéntame porque debes hacerle caso a Alberto?”
Sole: “Lo de Alberto lo dejamos para otra oportunidad. Pero si me interesa saber cómo llegaste al lesbianismo, siendo que los hombres son tan lindos.” (En ese momento sentí que comenzaba a relajarme, sin duda me ayudaba mucho la actitud de Ana Luz y me llamaba la atención que seguía comportándose muy femenina.)
Ana Luz: “En mi adolescencia estuve con chicos y si bien la pasaba bien, siempre me molesto su apuro por tener sexo, la falta de tiempo dedicado a acariciarnos, a besarnos. No me gustaba esa actitud casi animal de descontrol, al primer beso empezaban a querer sacarte la ropa. Después gozaba, pero esa previa o mejor dicho esa falta de previa siempre me molesto. Quizás elegía mala los chicos.”
Sole: “Si, en realidad cuando son muy pendejos son brutos, son toscos, yo tuve de muy jovencita historias con chicos mayores y ellos se comportan diferente, va, no siempre.”
Ana Luz: “Un día estaba en casa de una compañera de estudio, una chica hermosísima, como teníamos mucho que estudiar, yo me quedaba a dormir en su casa. Y una noche al desvestirnos para acostarnos observo que me mira libidinosamente y le pregunto qué le pasa, me mira dulcemente y solo dice me gustas mucho. La miro asombrada y solo comenta soy lesbiana y siempre te he deseado espero no te enojes conmigo. En ese momento entre asombro y recuerdos de los chicos y ella que era muy dulce, sentí deseos, me acerque y bueno tuvimos sexo y fuimos pareja por un buen tiempo.”
Sole: “Yo siempre pensé que las lesbianas son más masculinas, por eso nunca imagine que tú lo fueras.”
Ana Luz: “Ese es un error común, las más masculinas o machorras son más visibles, se les nota fácilmente, pero somos muchas las chicas que preferimos a chicas femeninas, sino sería como estar con un hombre.”
Sole: “Claro nunca lo vi de esa forma.”
Siguió relatándome con más detalle esa su primera vez y hablamos de otras cosas, ya ninguna estaba nerviosa a pesar del tema tratado y que ambas sabíamos como seguía. En ese clima de distensión nos fuimos acercando y comenzamos a besarnos, muy suavemente con mucha dulzura los primeros besos parecían suaves caricias. Luego comenzaron nuestras manos a pasar por el cuerpo de la otra y sin casi darme cuenta estábamos ambas desnudas y caminando hacia la cama, sin dejar de besarnos y acariciarnos.
Ya tendidas en la cama Ana Luz llevo por primera vez su mano a mi sexo, allí noto la humedad de mi vagina, clara señal que yo estaba disfrutando y comenzó a besar mis pezones. Todo era muy placentero y muy suave, muy lindo debo reconocer que en ningún momento sentí la más mínima repulsión, como pensé me iba a pasar.
Luego comenzó a besar mi cuerpo desde el cuello, fue bajando, paso por mis pechos, besaba y pasaba la lengua, fue todo tan dulce, tan lindo, llego a mi pubis allí se quedo más tiempo como retrasando la llegada a mi sexo. Luego continuo, ya sus labios pasaban por mis labios vaginales. Yo estaba teniendo una excitación espectacular, sentía como mi conchita estaba toda mojada y hubiese gritado “cómemela toda,” pero me contuve. Su lengua paso casi como el roce de una pluma por mi rajita, sin abrirla, siguió bajando (yo quería que volviese) se fue por mis piernas y beso hasta mis dedos, luego subió por la otra pierna. Cuando ya estaba en mis muslos, sentí que el primer orgasmo era inminente.
Su lengua llego nuevamente a mi vagina, y esta vez entro un poquito en ella, la recorrió lentamente, tan lentamente que parecía un tiempo interminable, estaba a punto de estallar y cuando su lengua hizo contacto con mi clítoris, estalle en un orgasmo hermoso, dulce no pude evitar gemir con mucha fuerza, ella retiro su boca de mi vagina, se incorporó me miro a los ojos y dijo, “que hermosa eres Soledad,” y acerco sus labios a los míos y nos fundimos en un beso interminable.
Mi cabeza estaba confundida, no eran los orgasmos consecutivos que me provoco Alberto, no eran los distintos orgasmos que tuve en mi vida, era algo totalmente distinto como si hubiese descubierto una nueva dimensión del placer.
Ana Luz: “Eres preciosa Sole, eres mucho más de todo lo que imagine en mis fantasías, quisiera permanecer en esta cama contigo por el resto de mis días. ¿Quieres que siga?”
Sole: “Acabo de vivir un momento maravilloso, como jamás he soñado, aún no lo puedo entender. Es un placer tan distinto a todo, es imposible explicarlo… Mmmm y si, sigue soy toda tuya.”
Ana Luz me miro con una dulzura indescriptible, me dio un dulce besito en mis labios y nuevamente dirigió su boca a mis pechos y comenzó a recorrer mi cuerpo. Su boca ahora buscaba mi espalda mi cuerpo fue girando como suspendido en el aire y ahora su boca recorría mi cintura, llegando a mi cola, estuvo varios minutos besando y lamiendo mis cachetes, iba de uno a otro evitando la zanjita que los separaba y yo cada vez más deseosa de sentir su lengua justo en el centro.
Ese momento deseado llego… su lengua recorría esa hendidura que separa mis cachetes, lo hacía como recorriendo las paredes laterales sin tocar el fondo, luego si su lengua hizo contacto con mi culito, ese culito que últimamente había recibido unas penetraciones que me habían dado placer, pero que ahora las recordaba como una agresión ante la delicadeza de este nuevo trato. Era increíble lo que gozaba, era distinto a todo. La lengua de Ana Luz pasaba por mi agujerito en forma suave, luego presiono como para ingresar, mientras su puntita estaba casi dentro de mí, volví a tener un orgasmo, eran increíbles las sensaciones.
Ana Luz se retiro, dejándome disfrutar de mi orgasmo y observándome. Se quedo callada como respetando mi gozo, de a poco sus manos volvieron a acariciarme, suavemente en forma casi imperceptible, creo que solo mi piel que estaba súper excitada la podía sentir. Luego dijo:
Ana Luz: “Quería preguntarte si la estas pasando bien, me parece una obviedad ante tanto gozo y placer que muestras.”
Sole: “Si, la estoy pasando de maravillas, jamás imagine algo así.”
Ana Luz: “Seguramente llegaste a mi apartamento con cierta repulsión, ¿al pensar en acostarte con una mujer?”
Sole: “Si, debo confesar que sí...”
Ana Luz: “… y ahora, ¿qué piensas?”
Sole: “No puedo pensar, solo sentir… y siento un placer maravilloso.”
No sabía qué hacer, pero quería agradecerle este momento, la mire y vi que me observaba extasiada, observe su boca, sus labios carnosos y los desee. Me incorporé un poquito, acerque mis labios a los suyos y le di un beso prolongado, separe nuestros labios, dije “gracias” y volví a besarla.
Ese beso duro mucho, era apasionado, pero no bestial, era dulce y suave. Luego quedamos ambas tendidas en la cama mirando el techo, mucho silencio, hasta que dije:
Sole: “No sé cómo seguir, no sé qué hacer. Creo que debo proporcionarte el placer que acabas de darme, pero no sé.”
Ana Luz: “Nada Sole, no debes hacer nada. Solo dejar que nuestras mentes sigan disfrutando el momento maravilloso que vivimos... y si cuando te retires de aquí recuerdas este momento como placentero volverás y allí será tu oportunidad. Por hoy fue suficiente, has cumplido uno de mis sueños.”
Sole: “Eres, no sé ni que decir… Te quiero.”
Ana Luz: has dicho lo más lindo, yo también te quiero. Hasta hace un rato solo te deseaba, ahora te quiero, eres divina, eres angelical y yo que te tenía como una mina altanera y soberbia, que equivocada estaba eres dulce.
Sole: no si soy tanto, pero tú has sacado de mí lo mejor. Ana volveré de eso no te quepa duda.
Nos fundimos en un nuevo beso y quedamos abrazadas tendidas sobre la cama un buen rato.
Nota del Autor: Este fue mi comienzo de lesbiana, debo decirles que desde ese día jamás abandone las relaciones lésbicas, aunque tampoco deje de lado a los hombres. Desde ese día me asumí como lo que ahora sigo siendo bisexual. Espero les haya gustado esta parte de mi vida, yo quiero que sepan que al escribir este momento lo recordé con mucho placer e incluso varias veces debí dejar de escribir, porque la excitación no me lo permitía… Besos espero comentarios y puntos como siempre.
Paso el viernes donde ni siquiera lo vi, eso me alegró porque estaba extenuada. Pero ya cerca del mediodía, me llama el Director y me pregunta que me pasa que estoy algo demacrada, como cansada, le digo que pase una mala noche algo descompuesta.
Bueno que pena dice porque yo vine con muchas ganas de follarte, le pedí que hoy no, pero él comento que hacía más de una semana que no hacíamos nada y que él estaba muy caliente.
Director: “Vamos Sole desvístete que hoy no solo quiero follarte sino también gozar de la vista de tus buenos pechos y tu hermosa cola.”
Sole: “Por favor, hoy no.”
Director: “¿Sole me estas engañando con otro? Porque nunca antes te habías negado o quizás ya no quieres tener nada conmigo, tendré que buscar una nueva Secretaria.”
Sole: “No señor, no es eso, claro que deseo tener sexo con usted, pero hoy… “
Director: “Hoy nada, ¿quieres o no quieres?”
Me di cuenta que tenía razón y sin decir nada comencé a desvestirme. Quede totalmente desnuda…
Director: “Eres hermosa, putita mía.”
Comenzó a acariciarme y beso mis pechos mientras sus manos sobaban mi cola y metía dedos en mi conchita. Luego me sentó en el escritorio se bajo el pantalón, se puso entre mis piernas y me penetró de un solo golpe. Era evidente que estaba con muchas ganas, parecía que pronto acabaría, pero la saco y dijo que quería también mi colita. Baje del escritorio y en cuatro patas sobre la alfombra, penetro violentamente mi cola que creo aún estaba dilatada porque no me dolió nada y pronto acabo. Yo no llegue a tener un solo orgasmo.
Director: “Que buena que estas Sole, no sabes las ganas que tenía de follarte, me gusta que sigas siendo condescendiente conmigo, sino vas a perder ciertos privilegios.”
Beso mis labios y me dijo que la próxima semana iríamos a hacerlo a algún lugar más tranquilo.
Encima durante el fin de semana tuve sexo con mi esposo.
Llegó el lunes, y a poco de la hora de ingreso Alberto me fue a visitar, se sentó frente a mí y me comento cual era su plan para esta semana. Como algo ya me había adelantado tenía previsto hacer calentar a otros empleados del área. Para eso diseño un plan que consistía en que yo debía concurrir al trabajo bastante provocativa. Fundamentalmente con faldas muy cortas y amplios escotes.
Vestida así debía recorrer distintas oficinas y debía acompañar la vestimenta con movimientos que permitieran ver más, fundamentalmente agacharme a recoger cosas caídas permitiendo que todos vean mi tanga a partir de lo corto de la falda. Le explique que era peligroso que se hiciese muy notorio, pero me dijo que no pedía mi opinión simplemente me explicaba lo que debería hacer. Para esta situación me dijo que a partir del día siguiente y por el resto de la semana debía concurrir con faldas muy cortas y escotes pronunciados.
Alb: “Mañana vendré apenas ingreses y te diré en forma detallada lo que debes hacer, pero antes de irme quiero que me beses apasionadamente y me agradezcas el excelente momento que pasaste el jueves.”
Sole: “Si amo...”
Me acerque a él y le di un fuerte beso en la boca y nuestras lenguas se trenzaron en una feroz lucha mientras sus manos acariciaban mi cola y mis pechos.
Sole: “Gracias amo por haberme hecho gozar tanto el jueves, jamás en mi vida había gozado tanto.” (cosa que era cierto)
Alb: “Bien mi putita, desde ahora en más su amo la va a hacer gozar siempre así, pero para eso debe seguir siendo una buena esclava, cumplir todas mis órdenes y ser muy, pero muy puta, cosa que te resulta fácil porque lo eres, ¿no?
Sole: “Si amo, soy muy puta, pero fundamentalmente su puta.”
Alb: “Bien putita, ¿qué es lo que más deseas en este momento?”
Sole: “Que me folle nuevamente, que me rompa el culo como usted bien lo hace y tragarme toda su lechita.”
Esto lo dije deseándolo en serio, realmente me estaba convirtiendo en una puta total, yo misma me sorprendía por cómo lo dije.
Alb: “Así me gusta, pero hoy no habrá nada, debes mantenerte excitada para mañana jugar a calentar al mundo, hoy nada con tu marido.”
Sole: “Si amo, lo que usted diga.”
Mientras decía esto y como estaba realmente excitada lleve mi mano a su bulto y lo acaricie, lo tenía erecto, me dejo hacerlo y el introdujo su mano por dentro de mi pantalón y metió un par de dedos en mi conchita ya toda mojadita. Esto me excito más aún y pensé que me iba a follar, pero saco su mano retiro la mía y dijo suficiente, hasta mañana. Me quede sola y muy excitada, me daba cuenta que necesitaba sexo a cada rato, pero tenía la orden de no follar siquiera con mi marido, pero me dije que él nada había dicho de masturbarme. Así que me fui al baño y me masturbe hasta tener un orgasmo, esto hacía mucho tiempo que no lo practicaba.
El martes concurrí con una falda extremadamente corta, una blusa que desprendí bastante para que se vean mis pechos y un tanga minúsculo, que en la cola era casi del tipo hilo dental y comenzó el juego. Lo primero que debía hacer era ir a una oficina donde trabajan 10 personas, 7 de ellos hombres. Debía llevar un comunicado interno recordando unos procedimientos que ya todos conocían, pero era solo una excusa, al salir de la misma, debía dejar caer algún papel y agacharme a recogerlo sin flexionar mis rodillas y tardando lo más posible en recogerlo.
Así lo hice y escuche a mis espaldas un, “¡Ooh!” Y por lo bajo alguno murmuro algo que no entendí muy bien, pero sonó como que buen culo tiene esta puta. Salí y recorrí el resto de las oficinas, no haciendo lo mismo en todas, pero si en algunas y en otras al dejar la circular en el escritorio de alguno de mis compañeros varones agacharme para que aprecien mis pechos.
En uno de estos (no elegido al azar por Alberto, ya que era un zarpado) mi compañero mira sin disimulo, me toma la mano para que permanezca inclinada y me dice, “¡que buenas tetas tienes Soledad!”
Solté mi mano sin decir nada, pero esgrimiendo una sonrisa me retire. En toda nuestra área somos unos 50 empleados de los cuales, 30 son varones y unos 20 habían podido ver mi diminuto tanga. Ese día no volví a recorrer las oficinas, pero como nunca entraron a mi oficina distintos compañeros a preguntar cualquier estupidez.
Alberto había previsto esto y ya me había dicho que cada vez que alguien golpeara la puerta yo debía pararme, salir de detrás del escritorio y recién allí decir que pasen. Y en la medida de lo posible en alguna oportunidad debía hacer movimientos que permitieran que vean mi tanga y mis pechos.
Uno de los que me visito fue el zarpado que comento sobre mis pechos, ingresa y me dice:
Jorge: “Hola Soledad, he perdido mi copia del comunicado que hoy llevaste, ¿me podrías dar una nueva copia?”
Sole: “Si Jorge, aquí tengo (para recogerla y dado que estaban en el estante más bajo de un mueble, debí agacharme, dejando a su vista mi tanga, tome una me incorpore y se la di.) Aquí tienes Jorge.”
Jorge: “Por Dios, que hermosa cola que tienes, ya me habían dicho que tenías un tanga diminuta, estas buenísima Sole.”
Sole: “Bueno Jorge, lo tomo como un cumplido y lo agradezco, pero no te zarpes.”
Jorge: “Esta bien, me comporto bien, pero no serías tan amable de darme otra copia.”
Sole: “¿Precisas dos copias?”
Jorge: “No, solo para verte nuevamente la cola, se buenita.”
Alberto ya me había dicho que debía ser condescendiente con mis compañeros, creo que previendo situaciones como estas. Así que sin contestar me agache para tomar una nueva copia, mientras estaba agachada, Jorge dijo:
Jorge: “Ya que estas de tan buen carácter hoy, quédate lo más posible en esa posición para poder observarte bien. (Le hice caso, por lo cual siguió) y si no es mucho pedir, ¿me dejarías tocártela para ver cuán firme esta?”
Sole: (Incorporándome) “no Jorge, me quede para que observes, pero solo eso.”
Jorge: “Bueno Sole, gracias, eres un sueño y ya que solo estas dispuesta a mostrar y sin tocar. Me mostrarías tu tanga por delante.”
Sole: “No Jorge, basta.”
Jorge: “Bueno no te enojes, solo te pedí, si es no, es no, está bien. Tienes un cuerpo espectacular, es un placer verlo, sueño con verte desnuda. Me has dejado muy excitado.”
Llevo una mano hacia su bulto que se notaba estaba despertándose. Dicho esto se retiro.
A los pocos minutos, entró Alberto.
Alb: “Por los comentarios escuchados, se que te has portado muy bien. Jorge salió como loco y comento lo siguiente: “la puta de Soledad accedió a mostrarme su cola, pero no me permitió tocársela, a la muy puta le gusta calentarnos.”
Sole: “Ve amo, me porto bien, pero es peligroso, esos comentarios me asustan.”
Alb: “Quédate tranquila, estoy yo para cuidarte y evitar problemas. Por lo que escuche pronto vendrán algunos más con la intención de verte la cola, pero yo vendré con ellos para evitar que se propasen, vos debes complacerlos, mostrándoles solamente.”
Sole: “Amo soy suya, y haga conmigo lo que quiera, pero no me exponga ante todos.”
Alb: “Pero lo que yo quiero es lo que ya te dije. Así que prepárate para mostrarte, yo pondré el límite.”
Unos minutos después escucho golpear la puerta, salgo de atrás del escritorio digo que entren y veo entrar a Alberto con tres compañeros.
Alb: “Hola Sole, venimos a buscar más copias del comunicado que repartiste hoy.”
Sole: “¿Pero qué pasa todos lo perdieron?”
Osvaldo: “No Sole, pero Jorge contó que tienes unas copias muy buenas.”
Sole: “Jorge es un bocón, o sea que lo que ustedes quieren es verme la cola, ya que al darle la copia a Jorge, me agache y él vio mi cola.”
Osvaldo: “Si Sole, si bien hoy vi tu tanga en la oficina, me quede con ganas de ver más, y como Jorge dijo que estas de buen humor.”
Sole: “Si estoy de buen humor, y me agrada gustar y que me admiren, pero tampoco soy una exhibicionista.”
Alb: “Tienes razón Sole, pero Jorge ya habló y nosotros queremos el mismo trato. Además creo que a vos te gusta mostrar la cola, sino no vendrías con una faldita tan corta, ¿o me equivoco?”
Sole: “Es verdad Alberto yo estoy orgullosa de mi cola, y mucho esfuerzo me demanda mantenerla en este estado, por lo cual me gusta que la admiren, pero como dije no soy una exhibicionista.”
Alb: “Mira Sole si te gusta mostrarla, se buena y deja que nosotros la admiremos, para tu tranquilidad y ante lo que dijo Jorge nos comprometemos a no decir nada, y por el contrario diremos que nos hiciste tomar la copia a nosotros y ante nuestro pedido de que nos muestres la cola te enojaste y nos pediste que nos retiremos de tu oficina o comenzarías a gritar y dirías que intentamos propasarnos con vos. ¿Están de acuerdo chicos?”
Alejandro: “Si, totalmente de acuerdo, se buena con nosotros, déjanos admirar tu cola y tendrás absoluto silencio nuestro. Te damos nuestra palabra.”
Sole: “Está bien accedo, pero espero cumplan con su palabra.”
Todos: “Si, si, cumpliremos.”
Me di vuelta y me agache, incluso más que en las veces anteriores, yo sabía que toda mi cola estaba a su vista, escuche distintos comentarios acerca de lo hermosa que era y de lo buena que estaba, debo confesar que la situación y esos comentarios me hicieron excitar un poquito.
Alb: “Sole, para ver bien y que no tengas que permanecer agachada porque no te quitas la faldita.”
Sole: (Incorporándome y poniéndome de frente a ellos) Bueno, está bien. (Desprendo el botón y la dejo caer, me doy vuelta y me agacho para recoger la falda) ¿Así está bien? ¿Les gusta mi colita?”
Omar: “La mejor cola que vi en mi vida.”
Alejandro: “Siempre me gusto verte, y jamás pensé que algún día te vería así, tienes una cola divina.”
Osvaldo: “Es un espectáculo. ¿Es mucho pedir que te bajes el tanga?”
Sole: “Si es mucho pedir, a eso no accedo.”
Alb: “Esa bien Sole, no te quites el tanga, ¿pero serías tan amable de menearla un poquito?”
Sole: “Si eso no hay problema.”
Moví mi colita, haciendo círculos con ella y escuche comentarios maravillosos sobre mi cola y mi actitud, ninguno me falto el respeto. Me incorpore me puse de frente y les dije que creía que era suficiente, a lo cual dijeron que estaba bien y cada uno se acerco a darme un beso en la mejilla y agradecerme y junto con el agradecimiento elogiaban mi cola.
Al rato entra Alberto.
Alb: “Hola mi putita, que lindo momento, tus compañeros quedaron fascinados y vos quedaste caliente, porque pude observar que tu tanguita se había mojado un poquito.”
Sole: “Si amo, la situación fue muy excitante, pero tengo miedo que hablen.”
Alb: “Tranquila esta todo bajo control, ellos no hablaran, a lo sumo pedirán repetir el jueguito. Bueno por hoy basta, mañana vuelve con otra faldita bien cortita, que seguiremos el juego en otros pisos.”
Sole: “Si amo, como usted diga.”
Alb: “Has quedado bien caliente, pero recuerda hoy tampoco debes tener relaciones. ¿Deseas algo?”
Sole: “Si amo, estoy muy excitada y deseo que me folle como solo usted sabe hacerlo.”
Alb: “No Sole, por ahora nada. Cuanto más excitada estés harás mejor el jueguito de exhibirte.”
Se acerco, me dio un beso en los labios y acaricio mi cola por debajo de la falda diciendo esta cola vale oro, En este edificio la van a desear hasta los perros de seguridad. Quede muy excitada, realmente siempre disfrute mostrarme y escuchar comentarios sobre mí, pero esto era mucho más fuerte, era una situación que me ponía a mil. Seguí todo el día excitada, incluso al salir del trabajo iba por la calle con esa faldita tan cortita y cada tanto hacia algún movimiento para que los transeúntes me observaran y esto aumentaba mi excitación.
Al día siguiente continuo el juego, en esta oportunidad fue en algunas oficinas e incluso en algunos pasillos. Todo se desarrollo normalmente y escuche varios comentarios sobre mi cola, algunos realizados por lo bajo entre los que me miraban y otros directamente me lo decían a mí. Mi excitación subía en forma abismal.
Incluso recibí varios comentarios del director y este directamente me pedía que me levante la falda cada vez que entraba en su despacho, y en varias oportunidades me acariciaba la cola. Por suerte pude convencerlo de no tener sexo, debía cumplir lo exigido por Alberto.
Sobre el final del día Alberto vino a mi oficina y me felicito por el comportamiento y comento que en todos los pisos se habla de mi culo.
Alb: “Debes estar feliz, tienes a todos hablando de tu culo, cada vez es más famoso. Mañana tomate descanso, pero el viernes vuelve a traer la faldita del martes que haremos otra recorrida. ¿Hoy tuviste sexo con el director?”
Sole: “No, no lo tuve, me costó convencerlo, pero lo logre. Si me toco varias veces la cola. Ahora no se si mañana podré seguir conteniéndolo.”
Alb: “Debes evitar tener sexo hasta el viernes después de la exhibición.”
Nuevamente se acerca me besa acaricia mi cola, esta vez mete su mano por debajo de ella e introduce de una un dedo en mi culito, esto me excito mucho y le pedí más, se río y dijo por ahora nada.
El jueves fue tranquilo, fui con pantalones y al director lo convencí que estaba con el periodo, Alberto no apareció en todo el día, pero si pasaron por la oficina compañeros que nunca vienen, venían con cualquier excusa y algunos hicieron comentarios acerca de lo linda que estaba y lo bien que me quedaba la faldita de ayer.
El viernes concurrí vestida como me pidió Alberto y seguimos con el jueguito, pero ocurrió un hecho que transformo el juego y mi vida. En un momento viene Alberto a mi oficina lo note algo raro y me dice:
Alb: “No sabes lo que acaba de pasar, ya no solo excitas a los hombres, hay mujeres que también se excitaron.”
Sole: ¿Quien?
Alb: Te cuento. Cuando vos te agachaste en el pasillo del cuarto piso, cuando había varios tipos charlando, yo me quede atrás de ellos y vi su reacción, pero no vi que detrás de mí estaba Ana Luz. Ella se acerca por detrás y me dice, “como te quedaste mirando el culo de Sole, ¿no?” Me quede callado por la sorpresa y ella continua diciendo, “y no es para menos, esta buenísima, tiene una cola y unos pechos espectaculares.” Yo afirme y ella continuo.”
Ana Luz: “Realmente esta que la rompe, cuando ella pasa todos se babosean.”
Alb: “Bueno, pero tú no te quedas detrás, también eres muy linda y tienes muy buena cola y tetas.”
Ana Luz: “Si puede ser, pero al lado de ella no existo.”
Alb: “Esta muy buena y si tienes razón, me quede mirándole el culo, encima la muy putita se agacha de una forma que parece lo hiciera adrede para mostrarnos. Pero por tu tono lo dices con bronca, envidia, ¿o también te gusta?”
Ana Luz: “Mira Alberto, nos conocemos hace años y tenemos cierta confianza, así que no te voy a mentir… si me gusta.”
Alb: (Sorprendido) “¿cómo?”
Ana Luz: “Si, no te sorprendas. Acaso no diste cuenta que en estos años nunca me conocieron un novio, pero te pido reserva, no lo cuentes… Soy lesbiana.”
Alb: “Realmente nunca lo imagine, más acá nadie se dio cuenta y son muchos los hombres que te desean, y yo me incluyo.”
Ana Luz: “Bueno ahora tú lo sabes, así que no pierdas el tiempo.”
Alb: “¿Tú estás caliente con Sole?”
Ana Luz: “Sí, pero ella no da el perfil de lesbiana, por el contrario da el perfil de putita y por cómo se florea delante de ustedes les encanta excitarlos.”
Alb: “¿Alguna vez intentaste algo con ella?”
Ana Luz: “No, porque nunca hubo pie.”
Alb: “¿Deseas acostarte con Sole?”
Ana Luz: “Si tonto, si te lo estoy diciendo.”
Alb: “… y, ¿estás dispuesta a pagar un costo por estar con Sole?”
Ana Luz: “No te entiendo.”
Alb: “Si yo consigo que Soledad tenga sexo contigo, ¿vos estarías dispuesta a pagar un costo?”
Ana Luz: “¿Qué, lo hace por plata?”
Alb: “No, pero yo puedo convencerla, pero también pido algo a cambio.”
Ana Luz: “Uhmm, ¿y como la podes convencer?”
Alb: “Ese es mi problema, ella me debe un favor muy grande, y yo sé que puedo lograrlo, pero...”
Ana Luz: “Si ya se, tengo que pagar un costo. Si no es plata, ¿cuál es ese costo?”
Alb: “Nos conocemos hace años como ya dijiste, y desde siempre te he deseado. El costo es que te acuestes conmigo.”
Ana Luz: “Estas loco, no me gustan los hombres.”
Alb: “Bueno, como quieras, yo sé que puedo conseguirlo, pero también quiero conseguirte a ti. Tú decides.”
Ana Luz: “Realmente no creo que lo consigas. Pero estoy dispuesta a pagar el costo, Sole es una de mis fantasías más grandes y ya la tenía descartada. Pero te repito no creo que lo logres.”
Alb: “Bueno eso déjamelo a mí, luego espero que cumplas.”
Ana Luz: “Palabra de amiga y lesbiana.” (Riéndose.)
Terminado de contarme este acontecimiento se lo veía eufórico y yo comencé a imaginar mi futuro. Alberto continúo…
Alb: “Bueno esclava mía, mi querida putita, como ya te habrás dado cuenta, tu próxima tarea será acostarte con Ana Luz, para que tu amo luego satisfaga sus deseos con ella.”
Sole: “Amo no sea malo, me da asco. Yo no puedo acostarme con una mujer, me gustan y mucho los hombres y usted lo sabe. No me obligue a hacer eso, además, ¿yo no le soy suficiente?”
Alb: “¿Cómo te atreves a cuestionarme? Ya está todo claro entre nosotros, yo digo lo que tienes que hacer y tu lo haces, ¿o quieres romper el pacto?”
Sole: “No amo, usted me dijo que el juego de exhibirme era solo eso, exhibirme sin pasar a hechos.”
Alb: “Si eso te dije, pero paso esta situación especial. Ahora dime te acuestas con Ana Luz, ¿o comienzo la distribución del material que tengo?”
Sole: (Casi llorisqueando) “me acuesto con Ana Luz.”
Alb: “Bien así me gusta, vas a ver la vas a pasar muy bien. Ana Luz es muy linda y seguro te va a hacer gozar, y a mí también me va a dar mucho gozo, esto sí que no lo esperaba. Además como premio te dejare tener sexo este fin de semana con quien quieras, así te quitas la calentura que llevas.”
Sole: “Ya al amo no le gusto, ni siquiera me propone tener sexo. Ahora solo piensa en esta lesbiana de mierda.”
Alb: “Más respeto con Ana Luz, no sea que luego te hagas lesbiana también. Y si putita mía si quieras tener sexo conmigo lo tendremos, yo solo te di la oportunidad de elegir.”
Sole: “Si amo, quiero que me coja, estuve toda la semana sin sexo y muy excitada.”
Ese día salimos de la oficina, fuimos a un hotel y tuvimos sexo desenfrenado, nuevamente me hizo llegar a varios orgasmos y por supuesto me perforo el culito. En todo ese momento ni pensé en Ana Luz, me dedique a gozar y sí que lo hice. Estaba ardiendo quería sexo y sexo, incluso empecé a pedirle casi a gritos que me rompa el culo y él comenzó a tratarme como puta y me decía mientras me follaba lo puta que yo era, eso me excitaba aún más. Realmente me había convertido en una puta.
En la semana siguiente recién tuve noticias de Alberto el día martes cuando vino a contarme que estaba todo arreglado con Ana Luz, que yo debía concurrir a su apartamento y allí tendría mi primera relación lésbica. Alberto estaba eufórico, ya saboreaba el cuerpo de Ana Luz, ¿o se excitaba pensando en vernos? Se lo pregunte y me dijo que por ahora él no estaría presente, pero que en algún momento eso también sería posible.
Todo quedo confirmado para el viernes.
Llegue al apartamento de Ana Luz, me recibió nerviosa, estaba muy linda debo reconocerlo y tenía un muy lindo cuerpo también. A mí me costaba creer que fuera lesbiana, ya que era muy femenina y las que conozco me parecen más rusticas, más varoniles. Al recibirme beso mis mejillas, me invito a pasar y me ofreció tomar algo, le dije que un té estaría bien.
Me senté en un sillón y enseguida apareció con dos tazas de té y unas confituras, se sentó frente a mí, me miro y comentó:
Ana Luz: “Mira Sole, estoy algo nerviosa y veo que vos también, tomemos este te y conversemos como amigas.”
Sole: “Si, como gustes.”
Ana Luz: “Las dos sabemos para qué estamos juntas, pero como ya debes saber yo voy a cumplir un sueño que tengo desde hace mucho, pero no quiero hacerlo sin tu consentimiento. Para mí el sexo hay que acompañarlo con por lo menos cariño si no hay amor. No lo haría si tú lo sientes como una violación.”
Sole: “No Ana Luz, yo estoy nerviosa, pero quiero hacerlo, comprende que es mi primera vez.”
Ana Luz: “Quieres, ¿o cumples el pedido de Alberto?”
Sole: “Cumplo el pedido de Alberto, pero estoy dispuesta. No lo siento como si fuera a ser violada.”
Ana Luz: “Entonces debes relajarnos y prepararnos para gozar, si no te molesta y para no apurar el sexo, conversemos acerca de nuestros gustos, de nuestros deseos, si quieres te cuento como llegue a lesbiana, que se siente, ¿o cuéntame porque debes hacerle caso a Alberto?”
Sole: “Lo de Alberto lo dejamos para otra oportunidad. Pero si me interesa saber cómo llegaste al lesbianismo, siendo que los hombres son tan lindos.” (En ese momento sentí que comenzaba a relajarme, sin duda me ayudaba mucho la actitud de Ana Luz y me llamaba la atención que seguía comportándose muy femenina.)
Ana Luz: “En mi adolescencia estuve con chicos y si bien la pasaba bien, siempre me molesto su apuro por tener sexo, la falta de tiempo dedicado a acariciarnos, a besarnos. No me gustaba esa actitud casi animal de descontrol, al primer beso empezaban a querer sacarte la ropa. Después gozaba, pero esa previa o mejor dicho esa falta de previa siempre me molesto. Quizás elegía mala los chicos.”
Sole: “Si, en realidad cuando son muy pendejos son brutos, son toscos, yo tuve de muy jovencita historias con chicos mayores y ellos se comportan diferente, va, no siempre.”
Ana Luz: “Un día estaba en casa de una compañera de estudio, una chica hermosísima, como teníamos mucho que estudiar, yo me quedaba a dormir en su casa. Y una noche al desvestirnos para acostarnos observo que me mira libidinosamente y le pregunto qué le pasa, me mira dulcemente y solo dice me gustas mucho. La miro asombrada y solo comenta soy lesbiana y siempre te he deseado espero no te enojes conmigo. En ese momento entre asombro y recuerdos de los chicos y ella que era muy dulce, sentí deseos, me acerque y bueno tuvimos sexo y fuimos pareja por un buen tiempo.”
Sole: “Yo siempre pensé que las lesbianas son más masculinas, por eso nunca imagine que tú lo fueras.”
Ana Luz: “Ese es un error común, las más masculinas o machorras son más visibles, se les nota fácilmente, pero somos muchas las chicas que preferimos a chicas femeninas, sino sería como estar con un hombre.”
Sole: “Claro nunca lo vi de esa forma.”
Siguió relatándome con más detalle esa su primera vez y hablamos de otras cosas, ya ninguna estaba nerviosa a pesar del tema tratado y que ambas sabíamos como seguía. En ese clima de distensión nos fuimos acercando y comenzamos a besarnos, muy suavemente con mucha dulzura los primeros besos parecían suaves caricias. Luego comenzaron nuestras manos a pasar por el cuerpo de la otra y sin casi darme cuenta estábamos ambas desnudas y caminando hacia la cama, sin dejar de besarnos y acariciarnos.
Ya tendidas en la cama Ana Luz llevo por primera vez su mano a mi sexo, allí noto la humedad de mi vagina, clara señal que yo estaba disfrutando y comenzó a besar mis pezones. Todo era muy placentero y muy suave, muy lindo debo reconocer que en ningún momento sentí la más mínima repulsión, como pensé me iba a pasar.
Luego comenzó a besar mi cuerpo desde el cuello, fue bajando, paso por mis pechos, besaba y pasaba la lengua, fue todo tan dulce, tan lindo, llego a mi pubis allí se quedo más tiempo como retrasando la llegada a mi sexo. Luego continuo, ya sus labios pasaban por mis labios vaginales. Yo estaba teniendo una excitación espectacular, sentía como mi conchita estaba toda mojada y hubiese gritado “cómemela toda,” pero me contuve. Su lengua paso casi como el roce de una pluma por mi rajita, sin abrirla, siguió bajando (yo quería que volviese) se fue por mis piernas y beso hasta mis dedos, luego subió por la otra pierna. Cuando ya estaba en mis muslos, sentí que el primer orgasmo era inminente.
Su lengua llego nuevamente a mi vagina, y esta vez entro un poquito en ella, la recorrió lentamente, tan lentamente que parecía un tiempo interminable, estaba a punto de estallar y cuando su lengua hizo contacto con mi clítoris, estalle en un orgasmo hermoso, dulce no pude evitar gemir con mucha fuerza, ella retiro su boca de mi vagina, se incorporó me miro a los ojos y dijo, “que hermosa eres Soledad,” y acerco sus labios a los míos y nos fundimos en un beso interminable.
Mi cabeza estaba confundida, no eran los orgasmos consecutivos que me provoco Alberto, no eran los distintos orgasmos que tuve en mi vida, era algo totalmente distinto como si hubiese descubierto una nueva dimensión del placer.
Ana Luz: “Eres preciosa Sole, eres mucho más de todo lo que imagine en mis fantasías, quisiera permanecer en esta cama contigo por el resto de mis días. ¿Quieres que siga?”
Sole: “Acabo de vivir un momento maravilloso, como jamás he soñado, aún no lo puedo entender. Es un placer tan distinto a todo, es imposible explicarlo… Mmmm y si, sigue soy toda tuya.”
Ana Luz me miro con una dulzura indescriptible, me dio un dulce besito en mis labios y nuevamente dirigió su boca a mis pechos y comenzó a recorrer mi cuerpo. Su boca ahora buscaba mi espalda mi cuerpo fue girando como suspendido en el aire y ahora su boca recorría mi cintura, llegando a mi cola, estuvo varios minutos besando y lamiendo mis cachetes, iba de uno a otro evitando la zanjita que los separaba y yo cada vez más deseosa de sentir su lengua justo en el centro.
Ese momento deseado llego… su lengua recorría esa hendidura que separa mis cachetes, lo hacía como recorriendo las paredes laterales sin tocar el fondo, luego si su lengua hizo contacto con mi culito, ese culito que últimamente había recibido unas penetraciones que me habían dado placer, pero que ahora las recordaba como una agresión ante la delicadeza de este nuevo trato. Era increíble lo que gozaba, era distinto a todo. La lengua de Ana Luz pasaba por mi agujerito en forma suave, luego presiono como para ingresar, mientras su puntita estaba casi dentro de mí, volví a tener un orgasmo, eran increíbles las sensaciones.
Ana Luz se retiro, dejándome disfrutar de mi orgasmo y observándome. Se quedo callada como respetando mi gozo, de a poco sus manos volvieron a acariciarme, suavemente en forma casi imperceptible, creo que solo mi piel que estaba súper excitada la podía sentir. Luego dijo:
Ana Luz: “Quería preguntarte si la estas pasando bien, me parece una obviedad ante tanto gozo y placer que muestras.”
Sole: “Si, la estoy pasando de maravillas, jamás imagine algo así.”
Ana Luz: “Seguramente llegaste a mi apartamento con cierta repulsión, ¿al pensar en acostarte con una mujer?”
Sole: “Si, debo confesar que sí...”
Ana Luz: “… y ahora, ¿qué piensas?”
Sole: “No puedo pensar, solo sentir… y siento un placer maravilloso.”
No sabía qué hacer, pero quería agradecerle este momento, la mire y vi que me observaba extasiada, observe su boca, sus labios carnosos y los desee. Me incorporé un poquito, acerque mis labios a los suyos y le di un beso prolongado, separe nuestros labios, dije “gracias” y volví a besarla.
Ese beso duro mucho, era apasionado, pero no bestial, era dulce y suave. Luego quedamos ambas tendidas en la cama mirando el techo, mucho silencio, hasta que dije:
Sole: “No sé cómo seguir, no sé qué hacer. Creo que debo proporcionarte el placer que acabas de darme, pero no sé.”
Ana Luz: “Nada Sole, no debes hacer nada. Solo dejar que nuestras mentes sigan disfrutando el momento maravilloso que vivimos... y si cuando te retires de aquí recuerdas este momento como placentero volverás y allí será tu oportunidad. Por hoy fue suficiente, has cumplido uno de mis sueños.”
Sole: “Eres, no sé ni que decir… Te quiero.”
Ana Luz: has dicho lo más lindo, yo también te quiero. Hasta hace un rato solo te deseaba, ahora te quiero, eres divina, eres angelical y yo que te tenía como una mina altanera y soberbia, que equivocada estaba eres dulce.
Sole: no si soy tanto, pero tú has sacado de mí lo mejor. Ana volveré de eso no te quepa duda.
Nos fundimos en un nuevo beso y quedamos abrazadas tendidas sobre la cama un buen rato.
Nota del Autor: Este fue mi comienzo de lesbiana, debo decirles que desde ese día jamás abandone las relaciones lésbicas, aunque tampoco deje de lado a los hombres. Desde ese día me asumí como lo que ahora sigo siendo bisexual. Espero les haya gustado esta parte de mi vida, yo quiero que sepan que al escribir este momento lo recordé con mucho placer e incluso varias veces debí dejar de escribir, porque la excitación no me lo permitía… Besos espero comentarios y puntos como siempre.
18 comentarios - Dominada IV-exhibición con compañeros y debut en el lesbia
que rico culo tienes