Esta oficina fria de unos pocos metros cuadrados, recordaba en mi mente aquellos momentos que en mi vida marcaron mi experiencia y dejaron huella con tinta indeleble sobre mi. Pero hoy, quiero recordar uno en especial... Aquella tarde a pesar de estar concentrado en mi trabajo, tenia mi mente a unos cuantos kilómetros de distancia porque, sabia que, en cualquier momento ella llegaría y tocaría a esa puerta esperando tener una reunión, como soliamos tenerla cada mes, donde debatiríamos temas, algunos de trabajo, otros sociales y otros que se convertian en una mezcla de risas, miradas y antelaciones.
Ya había perdido la esperanza de que llegara, pues el reloj marcaba las cuatro de la tarde y el sol empezaba su triste descenso sobre la cordillera dejando, en una sombría penumbra gris, todo lo que divisaba desde la ventana, cuando, el ruido del citófono recobro mi esperanza y el anuncio de mi recepcionista alegro mi rostro... era ella. Al fin había llegado. Toco la puerta y su voz retumbo en todo el espacio, saludo a mis compañeros y se dirigio a mi oficina, donde tome su bolso y con delicadeza la salude de un beso en la mejilla. Ya sentado en mi silla y ella, justo frente a mi, comenzamos nuestra conversación con matices laborales, dejando espacio de vez en cuando para temas alejados de esa linea que provocaban nuestras sonrisas y a veces enojos por la disparidad de criterios, pero entre ese devenir de palabras, su mirada, algunas veces esquiva, algunas veces fija, me provocaba momentos cautivantes que expresaba con una sonrisa tímida en mi rostro.
La tarde fue avanzando y nuestros temas se fueron agotando, su celular no paraba de recibir mensajes y yo, atinaba a concentrarme en el computador para no pensar en esa figura que tenia en frente, de dulces cabellos negros, ojos de mirada fuerte e inquisitiva; unos labios matizados entre el rosado fuerte y unos puntillos blancos que asemejan las estrellas en una noche oscura de verano; su cuello, lozano, escoltado por un par de tímidas damicelas que se esconden bajo el escote de su blusa; y su abdomen, dulce camino hacia un terreno desconocido que termina en unas sandalias cuyos barrotes como cárceles lejanas, dejan entrever los más sublimes pies que mujer pudiese llegar a tener. Si toda ella, impactante y rebozante de blancura, provocaba mi falta de concentración....
Uno a uno se fueron despidiendo mis compañeros, dejándonos solos a la merced del silencio que solo se cortaba con el silbido del aire acondicionado que para ese momento en nuestros oidos parecía una catarata con todo su auge y determinación. Nuestra conversación se torno mucho más informal y en un momento tome su mano para acentuar una de mis frases, y sentí su frio, ese frío que recorre nuestro cuerpo completamente y la solte prontamente, recibiendo una mirada que mis mente no supo procesar. Volvi a mi computador mientras ella, se embelezaba con el suyo.
En un momento, se levanto de su silla, y con paso lento se dirigió fuera de la oficina, y mientras su entrada al baño se convertía en un flujo de sensaciones extrañas, simplemente decidí esperarla, sentado alli, tratando de engañar a mi mente por que en alquel momento y con la soledad reinante, pasaban por ella miles de situaciones que se conjugaban entre el deseo y la sensación. En un momento regreso, y me advirtió... "estamos solos". La mire a sus ojos y solo atine en decir "tranquila que ya nos vamos", comence a cerrar mi equipo y ella a organizar sus cosas, tomo su maletín y lo llevo sobre su espalda, justo en el instante en que me apresure a tomárselo para que no cargara ese peso en su espalda.. fue alli, en ese preciso momento, cuando nuestros cuerpos estuvieron tan cercanos el uno del otro que alcanzamos a sentir como emanaba un calor abrumador... la mire fijamente a sus ojos, que inmóviles decían a gritos NO. Tome su mano, que por su forma de temblar y las finas gotas cual rocio acarician un pétalo, decían NO. Acaricie su cabello, y su figura inmóvil erguida frente a mi atinaba a alejarme de su lado... Roce su mejilla junto a la mia y de sus labios, muy tímidamente, escuche nuevamente un NO. Pero rápidamente, pose mis labios sobre los suyos, acallando ese sentimiento y provocando que su mano se posara sobre mi pecho, en un intento por separar esa tentación que comenzaba a esparcirse por sus venas.
Se sento de nuevo, como desconcertada, pero de su boca no salia una sola palabra, y su mirada se poso fijamente sobre la mia, las cuales se fueron acercando en un baile lento y cadencioso; bese de nuevo sus labios con mayor pasión y tome su cuello firmemente, sus manos tomaron las mías afrendando con empuje el delicioso movimiento de aquello que habia comenzado. No pude dejar de besarla, era para mi como alcanzar el cielo, sentir sus labios sobre los míos era como llegar a donde nunca pensar llegar, era como estar inmerso en un paraíso de miles de colores, de miles de nubes y cielos estrellados, solo pude arrollidarme frente a ella mientras mi boca bajaba por su cuello, mientras mis manos acariciaban su cuerpo...
Tome su blusa, y la despoje de ella, y mientras salía de su cuerpo, su rostro aparecio de nuevo brillando, es como si lo hubiese encontrado por primera vez, pero con su dorso desnudo en un conjunto de tal belleza que mi mente absorta solo atino en contemplar. Acaricie sus senos sobre su top y contemple su dorso con tal suavidad que sentía sus palpitaciones. Ella, tomaba mi rostro y dirigía un encuentro desenfrenado de besos que fueron subiendo la temperatura de nuestros cuerpos. La levante con fuerza y la lleve hasta mi silla donde me senté y coloque sobre mi ese tesoro que acababa de reclamar; aun con los jeans, me despojo de mi camisa y arrebate su top, y mi cuerpo quedo expuesto ante su dorso, que se unieron para compartir el calor que nos abrazaba en ese momento, su boca volvió inquieta a buscar la mía mientras mis manos recorrian su espalda, su cuello, sus senos, atravezaban su cabello de palmo a palmo, no podia detenerlas, estaban en una danza interminable de descubrimiento y pasion, estaban dibujando un mapa de su cuerpo para grabarlo en lo mas recondito de mi mente y dejarlo alli para siempre.
En un momento, la tome por sus costados y la levante, con mis manos fue quitando uno a uno los botones de su jean y con cada roce de mi piel sobre la suya, sentia esos temblores que la pasión desenfrena y nuestro conciente no puede detener, los baje y quedo expuesto ese material minusculo que guardaba tras de si, un conjunto de armoniosas formas... Me detuve y mire a su rostro, tome mi mano y la pase por su boca donde suavemente tomo mis dedos dando impulso a que mi otra mano bajara con cuidado su panty y provocando que mi boca se acercara mucho mas a su cuerpo.
La tome firmemente por sus nalgas y recorri con mi lengua su vagina, buscando incesantemente el encuentro con su clítoris; el cual encontré y acaricie con suavidad, mientras mis manos provocaban un movimiento armonioso ...
Ya había perdido la esperanza de que llegara, pues el reloj marcaba las cuatro de la tarde y el sol empezaba su triste descenso sobre la cordillera dejando, en una sombría penumbra gris, todo lo que divisaba desde la ventana, cuando, el ruido del citófono recobro mi esperanza y el anuncio de mi recepcionista alegro mi rostro... era ella. Al fin había llegado. Toco la puerta y su voz retumbo en todo el espacio, saludo a mis compañeros y se dirigio a mi oficina, donde tome su bolso y con delicadeza la salude de un beso en la mejilla. Ya sentado en mi silla y ella, justo frente a mi, comenzamos nuestra conversación con matices laborales, dejando espacio de vez en cuando para temas alejados de esa linea que provocaban nuestras sonrisas y a veces enojos por la disparidad de criterios, pero entre ese devenir de palabras, su mirada, algunas veces esquiva, algunas veces fija, me provocaba momentos cautivantes que expresaba con una sonrisa tímida en mi rostro.
La tarde fue avanzando y nuestros temas se fueron agotando, su celular no paraba de recibir mensajes y yo, atinaba a concentrarme en el computador para no pensar en esa figura que tenia en frente, de dulces cabellos negros, ojos de mirada fuerte e inquisitiva; unos labios matizados entre el rosado fuerte y unos puntillos blancos que asemejan las estrellas en una noche oscura de verano; su cuello, lozano, escoltado por un par de tímidas damicelas que se esconden bajo el escote de su blusa; y su abdomen, dulce camino hacia un terreno desconocido que termina en unas sandalias cuyos barrotes como cárceles lejanas, dejan entrever los más sublimes pies que mujer pudiese llegar a tener. Si toda ella, impactante y rebozante de blancura, provocaba mi falta de concentración....
Uno a uno se fueron despidiendo mis compañeros, dejándonos solos a la merced del silencio que solo se cortaba con el silbido del aire acondicionado que para ese momento en nuestros oidos parecía una catarata con todo su auge y determinación. Nuestra conversación se torno mucho más informal y en un momento tome su mano para acentuar una de mis frases, y sentí su frio, ese frío que recorre nuestro cuerpo completamente y la solte prontamente, recibiendo una mirada que mis mente no supo procesar. Volvi a mi computador mientras ella, se embelezaba con el suyo.
En un momento, se levanto de su silla, y con paso lento se dirigió fuera de la oficina, y mientras su entrada al baño se convertía en un flujo de sensaciones extrañas, simplemente decidí esperarla, sentado alli, tratando de engañar a mi mente por que en alquel momento y con la soledad reinante, pasaban por ella miles de situaciones que se conjugaban entre el deseo y la sensación. En un momento regreso, y me advirtió... "estamos solos". La mire a sus ojos y solo atine en decir "tranquila que ya nos vamos", comence a cerrar mi equipo y ella a organizar sus cosas, tomo su maletín y lo llevo sobre su espalda, justo en el instante en que me apresure a tomárselo para que no cargara ese peso en su espalda.. fue alli, en ese preciso momento, cuando nuestros cuerpos estuvieron tan cercanos el uno del otro que alcanzamos a sentir como emanaba un calor abrumador... la mire fijamente a sus ojos, que inmóviles decían a gritos NO. Tome su mano, que por su forma de temblar y las finas gotas cual rocio acarician un pétalo, decían NO. Acaricie su cabello, y su figura inmóvil erguida frente a mi atinaba a alejarme de su lado... Roce su mejilla junto a la mia y de sus labios, muy tímidamente, escuche nuevamente un NO. Pero rápidamente, pose mis labios sobre los suyos, acallando ese sentimiento y provocando que su mano se posara sobre mi pecho, en un intento por separar esa tentación que comenzaba a esparcirse por sus venas.
Se sento de nuevo, como desconcertada, pero de su boca no salia una sola palabra, y su mirada se poso fijamente sobre la mia, las cuales se fueron acercando en un baile lento y cadencioso; bese de nuevo sus labios con mayor pasión y tome su cuello firmemente, sus manos tomaron las mías afrendando con empuje el delicioso movimiento de aquello que habia comenzado. No pude dejar de besarla, era para mi como alcanzar el cielo, sentir sus labios sobre los míos era como llegar a donde nunca pensar llegar, era como estar inmerso en un paraíso de miles de colores, de miles de nubes y cielos estrellados, solo pude arrollidarme frente a ella mientras mi boca bajaba por su cuello, mientras mis manos acariciaban su cuerpo...
Tome su blusa, y la despoje de ella, y mientras salía de su cuerpo, su rostro aparecio de nuevo brillando, es como si lo hubiese encontrado por primera vez, pero con su dorso desnudo en un conjunto de tal belleza que mi mente absorta solo atino en contemplar. Acaricie sus senos sobre su top y contemple su dorso con tal suavidad que sentía sus palpitaciones. Ella, tomaba mi rostro y dirigía un encuentro desenfrenado de besos que fueron subiendo la temperatura de nuestros cuerpos. La levante con fuerza y la lleve hasta mi silla donde me senté y coloque sobre mi ese tesoro que acababa de reclamar; aun con los jeans, me despojo de mi camisa y arrebate su top, y mi cuerpo quedo expuesto ante su dorso, que se unieron para compartir el calor que nos abrazaba en ese momento, su boca volvió inquieta a buscar la mía mientras mis manos recorrian su espalda, su cuello, sus senos, atravezaban su cabello de palmo a palmo, no podia detenerlas, estaban en una danza interminable de descubrimiento y pasion, estaban dibujando un mapa de su cuerpo para grabarlo en lo mas recondito de mi mente y dejarlo alli para siempre.
En un momento, la tome por sus costados y la levante, con mis manos fue quitando uno a uno los botones de su jean y con cada roce de mi piel sobre la suya, sentia esos temblores que la pasión desenfrena y nuestro conciente no puede detener, los baje y quedo expuesto ese material minusculo que guardaba tras de si, un conjunto de armoniosas formas... Me detuve y mire a su rostro, tome mi mano y la pase por su boca donde suavemente tomo mis dedos dando impulso a que mi otra mano bajara con cuidado su panty y provocando que mi boca se acercara mucho mas a su cuerpo.
La tome firmemente por sus nalgas y recorri con mi lengua su vagina, buscando incesantemente el encuentro con su clítoris; el cual encontré y acaricie con suavidad, mientras mis manos provocaban un movimiento armonioso ...
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