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Mi reencuentro con Laurita

Bueno llegó, después de tanto tiempo me animé a contar alguna de las cosas que me han sucedido a lo largo de esta vida. por ahora contamos las ganadas en otra oportunidad contaremos las otras también, pero mas que nada las mas entretenidas experiencias que me han tocado pasar.
Espero que les sea de su agrado y si no bueno, con el correr de los relatos iremos mejorando paulatinamente.
Espero opiniones, consejos, críticas (constructivas por supuesto) para ir mejorando en esto de contar situaciones vividas.
Y claro no podía dejar de pedirles que me sigan y compartan. Pronto habrán más historias y si se puede con mejor calidad en el relato.



Enero, ardiente Enero. Era uno de esos días de intenso calor, sofocante con un viento igual de caliente. Inclusive a la sombra uno podía sentir el resplandor quemándole el rostro.
Por alguna razón que no recuerdo pude salir bastante más temprano del trabajo, cosa que era muy raro y que aproveché para pasar por el centro de la cuidad para poder comprar alguna bebida refrescante ya que a esa hora no había casi transito. Me vi casi solitario por las calles a esa hora de la tarde, eran alrededor de las 15:00 hs aproximadamente y a pesar de ir en el auto con el aire acondicionado a full podía evidenciar el calor que hacía afuera. El brillo de los edificios, ese espejismo que forma el asfalto, ese reflejo cegador que hace que parezca que todo es de un tono blanquecino me decían que la calle estaba intratable y que no debía salir de mi capullo protector.
Por esas casualidades del destino doblé en una calle por la que nunca transito cuando a lo lejos distingo una figura, al principio pensé que era uno de esos espejismos, pero un poco después di cuentas de que era una figura humana aunque no podía distinguir el género, ni siquiera su altura o complexión. A medida que me fui acercando pude dilucidar que se trataba de una mujer que caminaba por la vereda a pleno rayo del sol y si por si esto fuera poco en un tramo de varias cuadras no se advertía ningún árbol o una sombra salvadora. El sol castigaba de forma perpendicular a la acera, no había piedad.
En cuanto iba llegando cerca de esa silueta y ese espejismo se me hacía, metro a metro, cada vez más familiar. Paré al un par de metros delante de donde ella caminaba, su movimiento al caminar era tan provocativo pero nada forzado, se notaba que era natural su meneo de caderas al avanzar. Aun cuando la tenía centrada en el retrovisor no llegaba a verla en plenitud cuando pasa por al lado del auto y con la mayor de las cortesía le pregunto si podía llevarla a algún lado, alcanzarla unas cuadras hasta su destino. ¿Un poco lanzado? Si, ¿un poco rara la propuesta? También, pero sinceramente no sé por qué lo hice, tal vez me hipnotizó su andar, no lo sé pero algo me decía que por algún extraño capricho del universo debía yo estar allí. Entonces fue ahí donde ella con la mayor de las calmas y sin miedo , teniendo en cuenta la inseguridad con la que se vive en la actualidad, me dice: “¿desde cuándo vos andas proponiéndoles a las mujeres en la calle levarlas a algún lado?”; a lo que yo aún deslumbrado por el resplandor de los edificios pude reconocer esa voz. Una voz con la que no solamente había soñado infinidad de veces sino que también había fantaseado en igual cantidad. Segundos después pude enfocar mi vista y vaya mi sorpresa, era Laura una amiga de la adolescencia con la que habíamos sido muy amigos, me arriesgaría a decir que mejores amigos.
En ese preciso instante se me olvidó el calor, el castigo de la luz del sol en mis ojos y en mi piel, todo se me olvido ante la alegría de haberme encontrado con una amistad tan querida para mí y que me traía a la mente tantos recuerdos , tal es así que automáticamente baje del coche y fui a saludarla. Así, sin dejar mi sorpresa fue que me acerque le di un abrazo y decantaron todas las preguntas de rigor, ¿cómo estás? ¿Qué fue de tu vida? ¿Qué haces por acá?, etc.
De esa manera charlamos un breve instante y ella me dice “¿Por qué no seguimos charlando en el auto? Me estoy asando acá afuera; accedí no sin antes recorrer un poco su humanidad con la vista. Se había convertido en una bellísima mujer, y aunque yo la recordaba como una chica realmente preciosa, notaba en ella una evolución de chica adolescente a mujer y digo MUJER. Un poco más alta que yo digamos de 1,73 o 1,75 m aproximadamente contra mi 1,69 m me superaba con claridad, claro, eso teniendo en cuenta que llevaba unos tacos de unos 7 u 8 cm lo que por cierto también levantaba su carnosa y bien formada cola; sus piernas largas, extensas, torneadas tan delicadamente y una cinturita que las esculpía como a la más bella de las obras de arte y como no contarles de sus no tan grandes pero turgentes pechos. Sus hombros brillaban con el sol y delineaban una espalda pequeña, en su cuello descansaba una mínima gargantilla que se contagiaba del apetitoso perfume de su piel, ahh… olía tan bien! Aun siento su perfume en el viento. Y para finalizar su descripción que puedo decirles de esa de esa carita angelical, esa carita que puede a cualquier hombre por más duro que sea, que te hace olvidar tu pensamientos, que quebranta tus convicciones. ¿Qué decir de esa carita? Que adornada por gruesos y sensuales labios y por unos ojos café con la mirada más profunda del universo, llama a las puertas de la fantasía.
Obnubilado aun por la visión de su belleza le di la mano con caballerosidad para ayudarla a subir mientras sostenía la puerta, fue allí donde pude sentir la suavidad deliciosa de su mano. Comencé a sentirme un poco tenso, nervioso, no sé… algo despertaba en mi esta mujer algo más que apetito o lujuria era más profundo que eso, no lo sé.
Le pegunte a donde quería que la lleve, a lo que me respondió que iba para su casa, que también había salido un poco antes de su trabajo y no había conseguido taxi, que si no me era molestia aceptaría que la acercara unas cuadras. Definitivamente para mí no era ningún problema, al contrario, le comenté que ese había sido mi día de suerte al poder encontrarla después de tantos años. Tomamos rumbo hacia su casa guiado bajo sus indicaciones y charlando un poco de cosas banales hasta que en un momento y no sé por qué razón surgió de mis labios una confesión que ni en sueños le hubiera hecho. Tal vez fue un momento de vulnerabilidad o quizás el efecto del calor pero le comente que de adolescente había fantaseado muchísimas veces con tener algo con ella. De inmediato me disculpé con ella por haberle dicho eso y le dije que no era mi intención aprovecharme del momento y que era algo que tenía guardado desde hace tantos años que al verla instintivamente lo dije. Me sorprendió cuando me dice “¿tanto lio por eso? Si es por eso no te preocupes, yo también me he guardado cosas desde nuestra adolescencia y no puedo negar que en aquel entonces yo también te vi más que como a un amigo pero no se por qué nunca me animé a decírtelo. Pero bueno el tiempo pasa y todos cambiamos sea para bien o para mal.” Y agregó sonriendo “no te vuelvas loco quedate tranquilo que yo lo tomo como un alago y a la vez me da lástima que hayamos callado lo que sentíamos en ese momento por cualquiera que sea la razón para no decirlo, pero bueno ya pasó”. El resto del camino traté de cambiar el tema y charlar de temas un poco más cotidianos pero me había quedado clavada la espina de que pudimos haber estado juntos de alguna manera, sea como novios o tan solo como algo más casual, lo que tampoco me hubiera molestado.
Al momento de llegar a su departamento me dice: “¿querés pasar a tomar algo fresco? Es lo menos que puedo hacer después de haberme traído a casa, además nos tenemos que poner al corriente, después de todo hace años que no nos vemos”. Obviamente accedí gustoso y tal vez inconscientemente esperaba algo más que una charla amena acompañada por algo fresco para beber.
Subimos a su departamento que quedaba en el tercer piso, pero para mi sorpresa el edificio no tenía ascensor y le digo ¿no hay ascensor? A lo que me contesta: “¿por qué te pensás que me veo así?” mientras se golpeaba con la mano abierta entre el muslo y su cola. Diosss, como me voló la cabeza ese sonoro chirlo en esa firme y apetitosa carne. A partir de ahí subimos las escaleras hasta su departamento y claro, que yo durante todo el camino, obligadamente tuve que observar su delicioso culo delante de mí inclusive tuve la inmensa tentación de darle un buen chirlo en esa cola pero al final milagrosamente pude controlarme. Abrió la puerta y entró diciéndome, pasá y sentate donde más te guste que yo vuelvo enseguida, me voy a refrescar un poco. Había un sofá cerca de la puerta apuntando en esa dirección y más adelante a la izquierda una mesa con 6 sillas en lo que sería la cocina, todo en un mismo ambiente sin divisiones que daba la sensación de que el departamento parecía más grande de lo que realmente era. Tomé asiento en las sillas de la cocina cuando de repente escucho el sonido de la ducha. No sé por qué pero comencé a pensar y a preguntarme como se vería en la ducha, visualizaba como se deslizaría el agua por su delicado cuerpo e inevitablemente comencé a tener una erección. Nadie me veía pero aun asi me dio apuro, ella saldría en cualquier momento del baño y me encontraría en ese estado en su casa. ¿Qué pensaría de mi si me viera así en su cocina? Pensaba para mis adentros.
Claro, lo que yo nunca imaginé es ,que como si no hubiera nadie en la casa, salió de baño hacía su dormitorio que estaba pegado al living, solamente cubriéndose con una más que diminuta toalla. Se da vuelta en la puerta de su dormitorio y me dice “ no te vayas que en un minuto estoy con vos”. Entonces se mete en la habitación dejando la puerta entreabierta lo que permitía que pudiera ver como secaba su hermoso cuerpo y creo que ella sabía que yo la espiaba porque creo que se sonreía mientras se cambiaba. Me sentí nervioso cuando salió de su cuarto y me preguntó “¿me extrañaste?” “nah, no creo, me perdiste por unos minutos nomás jaja”, sonriéndose pícaramente.
¿Qué querés tomar? Me pregunta y por supuesto, aunque parezca un poco ordinario le pedí una cerveza. Ok, me dice, yo también me voy a tomar una y caminando hacia le heladero no pude dejar de mirar su culo, tan firme, tan paradito, en definitiva tan apetitoso y peor fue cuando se agachó quebrando su cintura y parando aun mas su culo. No quería creer que lo hiciera a propósito, bueno si quería creerlo jaja… lo curioso es que me sentía tan extasiado y tan nervioso al mismo tiempo que no lograba reaccionar para ir a tomarla por las caderas y aprovecharme totalmente de su posición. Lo cierto es que mientras no tomábamos las cervezas comenzamos a charlar de nuestros trabajos, de nuestras vidas en general. Mientras nos contábamos cosas y recordábamos viejos tiempos nos tomábamos otra cerveza que, a causa del calor, pasaban como agua y claro eso no iba a dejar de causar su efecto. Después de habernos tomado unas cuantas cervezas la charla se fue tornando un poco más interesante en la medida que iban surgiendo secretos y algunas confesiones inclusive algunas experiencias con nuestras ex parejas incluyendo algunas respectivas a las sábanas.
Creo que esas cosas que nos contábamos comenzaron a tener un efecto en mi porque empezaba a sentirme muy excitado y claro no lo podía disimular, ya en ese momento mi pija empezaba a tomar otras dimensiones y creo que Laura se había percatado de la situación porque en ese preciso momento comenzó a ser más explícita con sus experiencias sexuales, hasta que en un momento me pregunta:
- ¿a vos que te volvería loco que te hicieran?
-uhh, tantas cosas hay… (contestando con cierto dejo de pudor)
-ah, que vivo, yo te pregunto de lo que te estoy contando ¿Qué te gustaría probar alguna vez?
-Todo, bombón, todo… y tomando coraje, bah para ese momento habría sido estúpido no hacerlo, le dije “pero todo con vos preciosa” a lo que en ese mismo instante se levantó de un salto y mirándome con mucha intensidad se dirigió rápidamente hacia mí. Tuve miedo que se hubiera enojado y se levantara para abofetearme por lo que le acababa de decir, pero no, al llegar frente a mi inmediatamente se sentó sobre mí y me propinó un profundo beso que me quitó el aliento. Me tomaba de la nuca y acariciaba mi pelo mientras me besaba y refregaba su cuerpo contra el mío. Podía sentir como su cuerpo también iba reaccionando, sus pezones se endurecían y percibía como su respiración se agitaba mientras los besos se tornaban más calientes e intensos sus pequeñísimos shorts marcaban la deliciosa forma de su cola que no tardé en corroborar su suave textura y la increíble firmeza de ese suculento manjar.
Laura comenzaba evidenciar señales de su excitación al mover sus caderas y rozar su caliente sexo contra el mío separados solamente por un par de milímetros de tela. Nuestras respiraciones estaban tan aceleradas estábamos tan desesperado por probarnos el uno al otro con tanta ansiedad que no queríamos perdernos de besar ni un milímetro del otro, besaba su carnosa boca, sus mejillas, su perfumado cuello, mordía suavemente su hombro y eso parecía tener un efecto importante sobre ella porque me abrazaba con más fuerza a la vez que su respiración se cortaba y volvía con un gran suspiro.
Luego de uno de los besos más húmedos y apasionados que haya experimentado Laura se incorporó y aún sentada sobre mi me quedo mirando por un par de segundos mordiéndose los labios para luego, con una sexy sonrisa sobre los labios me dice “no te haces una idea de las veces que soñé con una situación como esta con vos, he despertado tan mojada como estoy ahora. Pero esta vez voy a poder cumplir con algunas cosas que he soñado con vos”. No puedo explicar con palabras lo que ese comentario me hizo calentar, sentí que mi pija aparte de dura comenzaba a gotear líquido pre seminal.
Por lo que estaba a punto de suceder no podía permitir que todo no saliera perfecto, fue por eso que le dije si no le molestaba que me diera una ducha, me miró y me respondió con vos bien de calentona que lo único que le molestaba es que no le había pedido que me bañara con ella a lo que le dije que no podía esperar a que me acompañara. Rápidamente me tomó de la mano y casi a los tirones me llevó hasta el baño. Ya en el baño me sacó con suma velocidad toda la ropa y luego se desnudó aún más rápido ella para que ambos entráramos en la ducha. Tan agradable fue percibir el aroma y la suave caricia de su cuerpo , besar sus labios bajo el agua, saborear sus pechos, acariciar desde su espalda hasta su firme culo. Ella se dedicaba a besarme casi con desesperación al tiempo que tomaba con su mano mi pene masturbándolo lenta pero ininterrumpidamente y yo para no ser menos busqué con mis dedos su carnosa y húmeda concha. Increíblemente húmeda su apetitosa conchita permitía que mis dedos la invadieran totalmente. Así estuvimos un buen rato disfrutándonos mutuamente y haciéndonos disfrutar mutuamente. En un momento Laura me empuja contra la pared de la ducha y me dice: -ahora te voy a enseñar lo que es bueno” con una mirada desafiante y una cara bien de puta, se arrodilla frente a mi me agarra la pija, la saliva y la engulle hasta la mitad. Se esmera, le da un par de chupadas con mucha succión al tiempo que no deja de mirarme y lamerse los labios cuando estos no están ocupado por mi miembro. Le pasa la lengua desde los testículos hasta la punta y la vuelve a engullir dándole un par de chupadas casi frenéticas, mientras disfruto y trato de hacer un esfuerzo para que esa maravillosa mamada no haga que me corra como un animal, quedo hipnotizado por la hermosa vista que me proporciona el agua que corre por su pequeña espalda y desemboca en su culo mientras ella se masturba.
-“¿Te gusta lo que te hago bebé” – me dice con voz de gata.
- Me encanta, pero si seguís así no te voy a durar mucho– le digo con voz entrecortada
- Tranquilo, tenemos tiempo para hacer lo que sea.
- Si, pero lo haces tan bien que vas a hacer que me corra enseguida.
- No te hagas problema, tengo ganas de probar el sabor de tu leche.
Esto, demás está decir que, me voló la tapa de los sesos y ella dándose cuenta de esto incrementó la velocidad y la intensidad de la mamada, la chupaba y mientras me miraba a los ojos ponía su mejor carita de puta y gemía. Se la sacaba de la boca, la escupía y volvía a chuparla como una endemoniada, me decía con la voz más provocativa “dale pa, dame toda tu leche en mi boquita amor, dale mmm la quiero ahora” (me acuerdo de su voz y se me pone dura de nuevo, así es el efecto de ella sobre mi jaja).
Siguió mamándomela hasta que sentí que no podía luchar más contra el impulso de explotar en la golosa boca de Laurita, que sin sacársela comenzó a recibir toda mi caliente leche en su boca.
-MMMMM!!! –decía como disfrutando de el más sabroso manjar. Era lo único que podía expresar Laurita ya que mi pija le había inundado hasta la garganta. No dejó de chupar y lamer mi pija hasta que estuvo lo más limpia posible, ni una gotita le dejó. Se paró apoyó su hermosa carita sobre mi pecho y mientras me seguía acariciando la pija y yo la abrazaba me dice:
- me encanta tu verga papi, no veo la hora de tenerla dentro de mi concha.
- ¿si? ¿Querés que te coja ya?
- si, y quiero que me digas cuan duro me vas a coger.
- Te voy a coger tanto!!! Toda la tarde te voy a clavar.
- me encanta que me hables así.
El angelito se me había transformado en demonio pero no le tenía miedo, le tenía ganas. Increíblemente mi pija estaba dura todavía y Laura no pensaba desperdiciar ni esa erección ni la calentura que teníamos los dos aún. Tomándome de la verga me condujo a su habitación, un no muy amplio pero agradable lugar, con una cama gigante y un par de puf grandes que disfrutaríamos en otras oportunidades.
Cuando entramos a su cuarto se sentó sobre la cama y yo frente a ella quiso volver a hacerme una mamada pero la detuve y le dije “ahora me toca demostrarte yo lo que es bueno” a lo que me miró con su mejor expresión de complicidad. Se puso en posición perrito sobre la cama y yo casi como un desesperado me zambullí en su hermoso culo, comencé a saborear su deliciosa concha y con el mismo esmero me dedicaba a darle igual placer a su culito. Después de un rato le pedí que se diera vuelta y se recostara bien al borde de la cama, tome sus torneadas piernas y besé cada centímetro hasta llegar a su concha, la lamí completa prestándole mayor atención a su clítoris. Lo estimulaba con mi lengua y lo masajeaba con mis labios, mi dedo se adentró en la humedad de su vagina sintiendo como era bien recibido. Jugaba con mi lengua desde su culo, pasando por su sabrosa concha y llegando a detenerme en su ombligo. Así pasaron varios minutos hasta que Laura comenzaba a gemir más fuerte y me decía “me vas a hacer explotar bebé, como me gusta lo que me estás haciendo, me siento tan puta, me siento tu puta”. Su cuerpo comenzó a retorcerse y a dar espasmos, sus gemidos eran bramidos casi gritos, me tomó de la cabeza y me decía “si te detenés te asesino” “seguí así papi no pares” e inmediatamente todo fue silencio comenzó a temblar y luego quedó quieta con su cintura arqueada hacia arriba, sin emitir sonido y sin respirar, fue un par de segundos y luego un alarido y nuevamente los temblores y espasmos. Me levanté para besarla y me abrazo muy fuerte mientras aún duraban los espasmos que le había provocado el orgasmo. Cuando me tenia abrazado tan fuerte que casi dolía me dice al oído: “hijo de puta, mirá como me dejas como me pones, ahora me vas a coger entera, me la vas a clavar hasta las bolas”.
Parado al costado de la cama la puse en cuatro bien al borde disfrutando del glorioso panorama que brindaba la imagen de su hermoso culo y me dispuse a penetrarla. Tan mojada estaba esa rosada vagina que no ofreció casi resistencia a mi pija, que estimulada por el placer que reflejaba la carita de Laura había permanecido con la dureza máxima. Al momento de entrar en ella Laura soltó un suspiro mezclado con un gemido desde lo más profundo de su garganta y su rostro expresaba el placer máximo, casi una súplica de que no deje de brindárselo. La penetraba lenta pero profundamente al mismo tiempo que me tomaba firmemente de sus gloriosas caderas. Nuestros gemidos llegaban a confundirse en la habitación a medida que se aceleraba esa sensual danza que nuestros cuerpos ejecutaban con impensada sincronía. Después de algunos minutos se separó de mí y me invitó a que me acostara sobre la cama, cuando estuve sobre la cama de un solo movimiento Laura se sube sobre mi y se clava mi pija con admirable habilidad, de esa forma comienza a cabalgar sobre mi pegando sus tetas sobre mi cara a lo que respondo tomándolas con mis dos manos y llevándolas a mi boca comienzo a chupar casi con desesperación sus rozados pezones. Eran una delicia no solo por su sabor sino también por su perfume, su textura, su suavidad, tan firmes como el resto de su cuerpo los lamía tratando de no perderme un solo centímetro de aquel par de delicias. No me había dado cuenta de que mientras me entretenía con sus tetas, Laura me miraba extasiada casi con incredulidad de la experiencia tan excitante que estábamos viviendo.
Para todo esto Laura cabalgaba y se meneaba con admirable destreza, gemía, bufaba y de a ratos daba pequeños grititos, lo que a mí me ponía aun mas frenético. Sin sacar mi pija del interior de su vagina la di vuelta quedando ella acostada en la cama para un perfecto misionero. Seguíamos mirándonos a los ojos mientras nos disfrutábamos mutuamente y nos besábamos con extremo deseo, tanto es así que de a ratos ella me daba pequeños mordiscos en los labios mientras me repetía una y otra vez que quería que la coja como a una puta, que quería ser mi puta personal. Para ese momento mi calentura se elevaba a escalas inimaginables. Luego de varios minutos de un duro mete y saca se incorporó quedando ambos sentados en la cama, ella aún con mi pija adentro suyo, me abraza y comienza a saltar sobre mi verga casi con violencia. Fue allí donde comencé a sentir como contraía los músculos de su vagina apretando así mi pija mientras seguía con su furibunda cabalgada. Esto fue seguido por gemidos más sonoros de parte de Laura y por temblores en su cuerpo cuando aún mi duro miembro estaba dentro de ella. A punto de explotar yo también le digo que ya no aguanto más, entonces es ahí cuando Laura hábilmente se tira en la cama frente a mi pija y comienza a chuparla como una loca mientras me recuerda que quiere toda mi leche en sus tetas. Después de unos segundos de una magistral chupada ayudada por una masturbación de sus delicadas manos no pude aguantar más y llené sus tetas, su cuello y parte de su cara con unos buenos chorros de mi semen, un poco cayó en su boca y me volvió loquito verla saborear esos restos de leche que habían quedado sobre su cuerpo. Tomó mi pija y se la llevó a la boca, la chupó como queriendo extraer hasta lo último y me dice “te dije que quería toda tu leche” el mismo tiempo que se sonríe pícaramente.
Terminamos tirados sobre la cama, exhaustos totalmente transpirados acariciándonos sobre la cama. Después tomamos una ducha, obviamente juntos donde hubo un poco más de acción un poco más soft, más que nada besos y caricias, para luego tomarnos algo para rehidratarnos jeje. Pero claro, nuestro reencuentro no terminaría acá, la tarde-noche nos deparaba más placer pero eso lo dejaremos para otro relato.
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