He visto varias historias “alternativas” y eróticas de Harry Potter, pero ninguna me pareció realmente interesante o entretenida de leer.
Si bien el universo de Harry Potter fue creado como una historia para chicos/jóvenes con una idea más educativa y con fin de dejar una lección acerca del valor, el trabajo en equipo y el amor al prójimo, siempre suele suceder que sentimos cierta atracción a saber cómo sería un encuentro sexual entre dos o más personajes de una historia. A mí me parece que no le vendría mal a ninguna historia de todo tipo incluir el sexo, ya que realmente es algo normal en la vida. El hombre quiere tener sexo con la mujer y viceversa.
No pretendo hacer algunas de las historias que he visto por allí dando vueltas, que son más orgías entre todos que otra cosa, sino hacer algo más realista, algo que podría pasar en la realidad (lo voy a intentar, no soy ningún profesional).
Bueno arranco. Aclaro que esto lo hago de pura diversión y si veo que tiene buena respuesta, seguiré escribiendo. Al mismo tiempo, aprovecho y digo que esto lo hago como simple entretenimiento y porque me interesa la lectura y escritura erótica, no con intenciones de ofender a ningún fan de la saga (ya que yo también lo soy) ni tampoco a la autora, J. K. Rowling.
Voy a comenzar la historia en el sexto libro, El Misterio del Príncipe (Príncipe Mestizo… ejem), justamente en la parte en que Harry sale de la Sala de Griffindor luego de besarse con Ginny.
SE ME HIZO ALGO LARGA ESTA PARTE, DEJO MARCADAS LAS PARTES ERÓTICAS PARA EL QUE QUIERA EVITARSE UNA LARGA INTRODUCCIÓN. LA PARTE 2 VA A TENER MÁS CONTENIDO ERÓTICO, LO PROMETO xD
Harry Potter Relato Erótico
Harry y Ginny
Mientras se alejaban por el pasillo, Harry no podía dejar de sentirse algo nervioso. Hacía tiempo que le gustaba Ginny y posiblemente sentía algo más profundo por ella, pero le resultaba extraño estar con ella. Aun la recordaba como la hermana pequeña de Ron, su mejor amigo. La niña que se ponía nerviosa cada vez que lo veía acercarse.
Ginny caminaba a su lado, aferrando su mano con firmeza pero cierta ternura, de su rostro manaba una felicidad casi palpable y una sonrisa de oreja a oreja se le dibujaba en el rostro.
Pasaron frente a grupos de chicas y chicos que los miraban boquiabiertos al notar que sus manos iban entrelazadas y recibieron algunos silbidos picarones. Harry sentía cierto recelo ante eso, pero Ginny parecía encantada. Aun así le producía cierta satisfacción comprobar que le hacía algo feliz ser observado y cuchicheado por una razón un poco menos macabra y atemorizante que Voldemort o la profecía.
Ginny se había convertido, en poco tiempo, en una de las chicas más deseadas del colegio. A medida que fue creciendo, también lo hizo su cuerpo. Harry notaba esto normalmente los veranos que iba a La Madriguera, cuando usaba ropa muggle y algo más reveladora. El verano anterior, en Grimuald Place la había alcanzado a ver en bikini durante una fracción de segundo, mientras subía las escaleras hacia su dormitorio y Hermione entraba en la suya. Antes de que cerrara la puerta, Harry había mirado hacia adentro por simple casualidad y se había encontrado con la mirada de Ginny, junto con las curvas atractivas de su cuerpo, que ya eran bastante provocadoras. Pero ahora, mientras le había dado el beso y había tenido tiempo de pensar en otra cosa que no fuese el contacto de sus labios, había sentido como los pechos de la pelirroja le hacían presión sobre la parte alta de su abdomen. Por la presión ejercida, Harry había calculado su tamaño y no dejaban nada que desear. Había sentido el impulso de sentirlos con sus manos, pero el sentido común superó el deseo. Ya tendría tiempo.
Siguieron caminando, pasando por el Gran Comedor y saliendo al patio, cruzando por los jardines de Botánica y llegando, por fin, al estadio de Quidditch. Habían ido allí automáticamente, sin pensarlo siquiera ni acordarlo mutuamente.
Cuando llegaron a los tres aros opuestos, se sentaron a su base y volvieron a besarse, esta vez más apasionadamente, en un beso francés que hizo que la sangre le hirviera en las venas.
Ginny, por su parte desbordaba felicidad, sentía como su cuerpo intentaba contrarse hacia Harry y envolverlo en un abrazo con las piernas en su cintura, pero no podía permitir entregarse tan fácilmente. Su virginidad le pesaba y el miedo era más alto que el deseo aún. Había tenido varias charlas con Hermione y otras compañeras de curso que habían tenido sexo ya, ellas decían que era doloroso la primera vez, algunas decían que mucho, otras que no tanto, pero que era doloroso en fin. Por un lado la idea de que un pedazo de carne dura y palpitante, le entrara por la vagina le producía cierto rechazo, pero fascinación al mismo tiempo. Y si pensaba en que ese miembro viril y duro era el de Harry, sentía como si su propio órgano sexual pidiera a gritos que permitiera esa entrada.
Hermione había contado que su primera vez había sido con Victor Krum, y que había sentido bastante dolor, pero tras leer varios libros y consultar con su madre, había llegado a la conclusión de que se debía al tamaño del pene de su pareja. Que según dijo, era grande. Bastante grande.
Ginny se había imaginado a sí mismo preguntándole a su madre acerca de cualquier cosa relacionada con sexo y se había reído sola. Ni en sueños lo haría.
Pensó todo eso en una fracción de segundo, porque luego, Harry le acarició el cuello y la parte trasera de la oreja y sintió como si todo su cuerpo se derritiera en una onda única de placer. Lo abrazó, besó más fuerte y su espalda se arqueó acercando más su pecho a él. Sintió como sus senos se apoyaban en su pecho y como se aprisionaban con fuerza. Sabía que eso le gustaba a los hombres, ya que cuando salía con Dean y Michael, ellos habían querido tocarlos y apretarlos con las manos, pero no los había dejado. Le había producido cierto rechazo sentir sus manos en su cuerpo con tanta libertad. Aunque lo negaba en ese entonces, sabía que se debía a que aún estaba enamorada de Harry, siempre lo había estado y ahora entendía por qué. Ese beso, junto con el anterior, dejaban claro que estaban hechos el uno para el otro.
Cuando por fin se separaron, ambos se miraron unos segundos con seriedad y luego sonrieron.
Se recostaron y Ginny apoyó su cabeza en el pecho de Harry, mientras este le acariciaba el pelo.
-¿Alguna vez pensaste que este momento podría llegar?-Le preguntó la chica a Harry con suavidad.
-La verdad, no me había imaginado, pero lo deseaba desde hace unos meses.-Respondió el chico con seriedad y cierta diversión.- ¿Tú?-
-Hace años que lo espero.-
Estuvieron otro rato en silencio, disfrutando la compañía del otro y saboreando la felicidad reinante, en el que parecía que nada podía salir mal.
-¿Viste a Ron?-Le preguntó Ginny a Harry.
-Según su gesto, no tiene ningún inconveniente en nuestra unión.-Le dijo Harry y le besó la coronilla, como afirmando esas palabras con felicidad.
-Me hubiese importado poco que no lo aprobara, la verdad.- Dijo la chica con rebeldía.
-Lo mismo digo.-Contestó Harry y sonrió sin que la chica pudiese verlo.
Ginny, que se había recostado en una posición cómoda para ella, no había notado que su túnica se había enredado bastante y le quedaba tirante en toda la parte trasera de su cuerpo. Sus nalgas se marcaban con mucha fuerza y fiereza juvenil y Harry no podía evitar dirigir la vista hacia allí. Ya incluso verla caminar en los pasillos del colegio, era bastante duro, ya que le resultaba más difícil mirarle el culo mientras caminaba junto a su hermano. No quería que lo descubriera y le dijera algo. Hermione lo había cachado varias veces y solo había sonreído, pero con su amiga era diferente. Harry sentía como la sangre comenzaba a fluirle por el miembro, amenazando con dejar aparecer una erección y decidió ser precavido. Levantó una rodilla y apoyó su talón sobre ella, de esa manera, si su miembro crecía y se levantaba, no sería evidente.
-¿Estás incómodo?-Le preguntó inocentemente Ginny.
-No, no.-Respondió Harry.- Solo quería cambiar de posición las piernas.- Pensó un momento mirando el cielo y las nubes que se movían con parsimonia y agregó.- ¿Piensas decirles a tus padres?-
-Posiblemente lo haga, ellos se pondrán más felices que yo al enterarse… sea o no poco probable.-Ella sonrió con satisfacción, apreciando el contacto de su lado derecho del rostro contra el pecho de su amado. El Elegido.
-Está bien.-Dijo Harry que no pareció muy preocupado.
Harry comenzó a acariciarle la espalda a Ginny, mientras le observaba el culo con fascinación y la chica fue consciente de su túnica por primera vez. Supo que su cuerpo estaba definido por la túnica y que Harry debería estar contemplando un espectáculo para cualquier ser masculino, ya que la posición en que sus caderas estaban acomodadas dejaban ver mucho mejor su cuerpo. Sabía que su cuerpo era bueno. Cuando estaba en los baños y se contemplaba en los espejos, se daba cuenta de que cada vez tenía curvas más pronunciadas, su cadera se iba estrechando y el pecho y el culo se le estiraban con belleza juvenil y madura al mismo tiempo. Tenía una mata de pelo pelirrojo sobre su entrepierna, que intentaba mantener a raya, al menos en la zona labial y sus piernas eran más elegantes y esbeltas.
Pero a pesar de saber lo que dejaba ver a Harry, no le molestó. Sentía que le otorgaba todo el derecho a disfrutar la vista de su cuerpo y que cuando llegara el momento, le dejaría sentirlo con todo gusto. Aun no, no estaba lista, pero lo estaría pronto, lo sabía.
Harry sentía que su pija crecía cada vez más, estaba ya casi en una erección casi completa y no podía dejar de imaginarse el cuerpo desnudo de Ginny. Desde su primera vez con Cho Chang, no había vuelto a tener sexo con nadie, ya que se habían peleado en poco tiempo y justo en ese año todos lo odiaban. Recordaba que la chica le había confesado que su primera vez había sido con Cedric y que casi se había largado a llorar, pero enseguida se repuso y se había desnudado. No había podido evitar mirarla casi babeando y ella había sonreído y lo había empujado con suavidad, cubriéndose los senos, que eran enormes.
-Deja de mirarlos así y exprímelos.-Le había dicho, sosteniéndolos sensualmente con sus manos.
Cho Chang había resultado ser una chica bastante pervertida y con gustos extraños en el sexo. Como estaban en la sala multipropósito, Harry había hecho aparecer una cama y ambos se habían recostado. Cho lo desnudó con tanta velocidad que Harry apenas se dio cuenta. Su pija rebotó contra su vientre y quedó parada apuntando ligeramente hacia la derecha, con una vena gruesa marcada fuertemente por toda la circunferencia, ascendiendo por el prepucio hasta el glande.
Cho la había chupado, besado, lamido y meneado tanto que Harry no pudo aguantar, y antes siquiera de ver la concha de Cho, ya había estallado en un orgasmo que llenó de semen la boca, rostro y manos de la china. Esta había sonreído, tragado y limpiado el miembro de Harry con un conjuro y luego, se había sentado sobre el rostro de él, mientras lo masturbaba con su mano derecha. Harry probó y tragó los jugos de la chica mientras ésta gemía, gritaba y se sacudía sobre su rostro.
La había follado en la posición del perrito, tanto vaginal como oralmente, ya que esta le había pedido ambas. Cuando lo hizo oralmente, Cho le había pedido que fuese excesivamente violento. Que intentara llegar hasta el fondo continuamente.
Harry había terminado aferrando a la chica de los pelos y embestido su rostro con fuerza, produciéndole arcadas y orgasmos a la chica por igual. Aunque podía parecer algo incómodo y asqueroso, Harry había sentido tanto placer que tuvo dos orgasmos más, mientras que la china tuvo tantos que hasta ella había perdido la cuenta.
EL chico intentó sacarse eso de la cabeza, ya que solo producían que su erección mientras estaba con Ginny fuese más duradera y firme. Intentó pensar en las tareas que aún tenía para hacer pero no pudo concentrarse, el fluir de la sangre en su pija y el culo dibujado perfectamente debajo de la túnica de la chica eran una distracción muy persistentes.
-¿Vamos adentro?-Le preguntó Ginny girando la cabeza para mirarlo.
-Aun no.-Dijo Harry en parte porque no quería separarse de ella y en parte porque su erección sería muy evidente en cuanto se pusiera en pie.
-¿Por qué no?-Le preguntó ella.
Como respuesta Harry la abrazó y la subió encima de el, procurando que su erección no se notara. La chica rio y se besaron. Harry intentaba que ella no se acomodara de alguna forma en que su erección la tocara y ella se diera cuenta.
Como era obvio, Ginny cruzó ambas piernas sobre el, ya que era la posición más cómoda y casi al instante, la pija erecta se apoyó sobre su muslo derecho. La chica paró de besarlo, levantó la cabeza entre una cortina de pelo pelirrojo y lo miró con sorpresa, como dudando entre decir algo o no.
-Perdón.-Dijo Harry algo nervioso, sin saber muy bien como reaccionaría Ginny.
-Está bien, no tienes que disculparte, prefiero que te pase eso conmigo y no con cualquiera. Significa que te gusto.-Sonrió y volvió a besarlo, dejando que el contacto en su pierna continuara. Harry había pensado que Ginny intentaría acomodarse para que la erección quedara apuntando hacia un lugar más lógico, como por ejemplo, su concha. No alcanzó a entender de inmediato por qué no lo había hecho, así que se acomodó él y sintió que su pija se apoyaba libremente sobre algo más blando y cálido.
La chica levantó la mirada nuevamente y lo miró asustada.
-Perdón.-Volvió a repetir Harry.- ¿No..? ¿Te molesta que…?-
-No, no.-Ella parecía muy nerviosa.- Es que… yo nunca…-
-¿Eh?-Harry no había entendido, pero creía saber que quería decir.- ¿Nunca?-
-Nunca.-
-Osea que eres…-
-Sí…-
-Eh…-
-Soy virgen, Harry.-Esas palabras fueron tan excitantes como si ella se hubiese desnudado y le hubiese pedido en ese mismo momento que la penetrara febrilmente.
-¿De verdad?-Preguntó Harry con emoción y algo de dudas.
-Sí, de verdad.- Dijo ella.- Nunca he tenido sexo.-
-¿Dean?-
-No. Nunca junté valor.-
-Oh.-Harry no salía de su asombro.- ¿No tienes valor aún?-
Ella lo pensó un momento, Harry pudo sentir como movía su cuerpo para que su pija se apoyara con más fuerza.
-No. Lo siento.-Se quedó mirándolo un momento y luego apartó la mirada.- ¿Puedes esperarme unos días?-
-Si, Ginny.-Dijo Harry le acarició el rostro algo decepcionado, pero ocultándolo.- Te amo.- Ella volvió a mirarlo y se besaron.
Unas horas más tarde, cuando Harry estaba en el baño, dándose una ducha, pensaba en la imagen mental que le había quedado del culo de Ginny y se masturbaba a toda máquina apoyado con la mano izquierda contra la pared, mientras el agua le caía por el cuerpo y se deslizaba hacia el piso y el desague.
En las duchas contiguas, los demás conversaban y reían. Harry escuchaba a Ron decir algo acerca del culo de Fleur Delacour, que como siempre, sacaba a relucir en cuanto tenía oportunidad. Harry siempre había pensado que el baño, en el momento de las duchas era un lugar algo inapropiado para una paja, pero en ese momento estaba demasiado necesitado de una descarga como para tener que esperar un momento a solas. Se imaginó a Ginny abriendo la boca, mirándolo a los ojos y dejando que su pija le entre entera hasta la garganta, y como sus mejillas se inflaban al llenarse de carne, mientras su mirada inocente seguía posado en el, como preguntando si todo estaba bien y si lo estaba haciendo bien.
Sintió como el semen brotaba desde el interior de su cuerpo y lo expulsó apuntando hacia el desague, doblando ligeramente las rodillas y jadeando en silencio, mientras cuatro, cinco y hasta seis chorros de semen caliente caían al agua chapoteando y desaparecían en el desague. Se sorprendió de la cantidad.
Ginny, mientras tanto, estaba en la Torre de las Lechuzas, apoyada contra una pared, escribiendo en un pergamino con paciencia y lentitud, midiendo las palabras. No podía creer que hubiese llegado a hacer lo que estaba haciendo.
La carta decía:
Mamá:
¡Hoy ganamos la final de Quidditch! ¡Ganamos la Copa! ¡Y más buenas noticias! ¡Estoy de novia de nuevo, pero esta vez, con Harry! ¡Harry Potter! ¿Cuántas veces te dije que solo era cuestión de tiempo?
En fin. Sé que tal vez no sea el mejor momento, ni la mejor manera, pero quisiera hacerte algunas preguntas, acerca de… sexo. También sé que es muy pronto ya que hace unas horas que salimos juntos, pero siento que es el indicado para quitarme la virginidad.
Me siento extraña diciendo esto en una carta dirigida a mi madre, pero no sé a quién recurrir, siendo alguien de total confianza.
Por favor no te enfades. Quiero saber, ¿es doloroso la primera vez? ¿Crees que debería animarme sin dudarlo? ¿Cuántas veces tienen que ser para que no duela más? ¿Debería hacerlo o no?
Espero que me respondas cuanto antes, ya que tengo ganas de seguir adelante pero tengo miedo. Gracias y cariños.
Ginny
Cerró la carta, la guardó en un sobre y llamó a una lechuza. La ató a su pata y la dejó salir.
Mientras esperaba que la lechuza desapareciera de su vista, Ginny comenzó a pensar en lo que había sentido al apoyar la pija de Harry contra su concha, y supo que era un signo de preparación. Su concha se había mojado ampliamente, como ya le había pasado en otras ocasiones y le había entrado mucho calor de repente, pero el miedo había superado cualquier sensación.
Se imaginó a Harry penetrando su pequeña y cerrada conchita con suavidad, empujando un miembro grueso y largo, causando dolor.
Cruzó levemente las piernas y flexionó las rodillas. Una sensación extraña le había sacudido el cuerpo y procedía de su entrepierna. Se llevó una mano hacia allí, metiéndola debajo de la túnica, para palpar preguntándose si le había bajado la regla y mientras acariciaba y palpaba, sintió como esa sensación aumentaba y se hacía más placentera. Siguió unos segundos más y lo hizo cada vez más rápido. Su cuerpo reaccionó con descargas de placer en todas direcciones, se agachó un poco más sobre el borde la ventanilla de la torre y dejó escapar un gemido involuntario. Buscó con impaciencia el punto en que la sensación era más fuerte y lo encontró, frotó esa zona con fuerza y tuvo que dejarse caer de rodillas al piso, gimiendo y jadeando con fuerza. Apoyó su rostro contra el piso de paja y con las rodillas aun apoyadas, dejó su culo levantado y la mano metida entre las piernas por debajo del cuerpo. Continuó acariciando y frotando hasta que notó como el placer aumentó hasta niveles insospechados para ella y algo más de fluído le mojó la mano. Estuvo en esa posición, respirando entrecortadamente durante unos segundos y luego se levantó, pensando que tendría que bañarse antes de acostarse y que acababa de masturbarse por primera vez en su vida.
FIN PARTE 1
Gracias por leer 🙂 pronto subiré el resto
Si bien el universo de Harry Potter fue creado como una historia para chicos/jóvenes con una idea más educativa y con fin de dejar una lección acerca del valor, el trabajo en equipo y el amor al prójimo, siempre suele suceder que sentimos cierta atracción a saber cómo sería un encuentro sexual entre dos o más personajes de una historia. A mí me parece que no le vendría mal a ninguna historia de todo tipo incluir el sexo, ya que realmente es algo normal en la vida. El hombre quiere tener sexo con la mujer y viceversa.
No pretendo hacer algunas de las historias que he visto por allí dando vueltas, que son más orgías entre todos que otra cosa, sino hacer algo más realista, algo que podría pasar en la realidad (lo voy a intentar, no soy ningún profesional).
Bueno arranco. Aclaro que esto lo hago de pura diversión y si veo que tiene buena respuesta, seguiré escribiendo. Al mismo tiempo, aprovecho y digo que esto lo hago como simple entretenimiento y porque me interesa la lectura y escritura erótica, no con intenciones de ofender a ningún fan de la saga (ya que yo también lo soy) ni tampoco a la autora, J. K. Rowling.
Voy a comenzar la historia en el sexto libro, El Misterio del Príncipe (Príncipe Mestizo… ejem), justamente en la parte en que Harry sale de la Sala de Griffindor luego de besarse con Ginny.
SE ME HIZO ALGO LARGA ESTA PARTE, DEJO MARCADAS LAS PARTES ERÓTICAS PARA EL QUE QUIERA EVITARSE UNA LARGA INTRODUCCIÓN. LA PARTE 2 VA A TENER MÁS CONTENIDO ERÓTICO, LO PROMETO xD
Harry Potter Relato Erótico
Harry y Ginny
Mientras se alejaban por el pasillo, Harry no podía dejar de sentirse algo nervioso. Hacía tiempo que le gustaba Ginny y posiblemente sentía algo más profundo por ella, pero le resultaba extraño estar con ella. Aun la recordaba como la hermana pequeña de Ron, su mejor amigo. La niña que se ponía nerviosa cada vez que lo veía acercarse.
Ginny caminaba a su lado, aferrando su mano con firmeza pero cierta ternura, de su rostro manaba una felicidad casi palpable y una sonrisa de oreja a oreja se le dibujaba en el rostro.
Pasaron frente a grupos de chicas y chicos que los miraban boquiabiertos al notar que sus manos iban entrelazadas y recibieron algunos silbidos picarones. Harry sentía cierto recelo ante eso, pero Ginny parecía encantada. Aun así le producía cierta satisfacción comprobar que le hacía algo feliz ser observado y cuchicheado por una razón un poco menos macabra y atemorizante que Voldemort o la profecía.
Ginny se había convertido, en poco tiempo, en una de las chicas más deseadas del colegio. A medida que fue creciendo, también lo hizo su cuerpo. Harry notaba esto normalmente los veranos que iba a La Madriguera, cuando usaba ropa muggle y algo más reveladora. El verano anterior, en Grimuald Place la había alcanzado a ver en bikini durante una fracción de segundo, mientras subía las escaleras hacia su dormitorio y Hermione entraba en la suya. Antes de que cerrara la puerta, Harry había mirado hacia adentro por simple casualidad y se había encontrado con la mirada de Ginny, junto con las curvas atractivas de su cuerpo, que ya eran bastante provocadoras. Pero ahora, mientras le había dado el beso y había tenido tiempo de pensar en otra cosa que no fuese el contacto de sus labios, había sentido como los pechos de la pelirroja le hacían presión sobre la parte alta de su abdomen. Por la presión ejercida, Harry había calculado su tamaño y no dejaban nada que desear. Había sentido el impulso de sentirlos con sus manos, pero el sentido común superó el deseo. Ya tendría tiempo.
Siguieron caminando, pasando por el Gran Comedor y saliendo al patio, cruzando por los jardines de Botánica y llegando, por fin, al estadio de Quidditch. Habían ido allí automáticamente, sin pensarlo siquiera ni acordarlo mutuamente.
Cuando llegaron a los tres aros opuestos, se sentaron a su base y volvieron a besarse, esta vez más apasionadamente, en un beso francés que hizo que la sangre le hirviera en las venas.
Ginny, por su parte desbordaba felicidad, sentía como su cuerpo intentaba contrarse hacia Harry y envolverlo en un abrazo con las piernas en su cintura, pero no podía permitir entregarse tan fácilmente. Su virginidad le pesaba y el miedo era más alto que el deseo aún. Había tenido varias charlas con Hermione y otras compañeras de curso que habían tenido sexo ya, ellas decían que era doloroso la primera vez, algunas decían que mucho, otras que no tanto, pero que era doloroso en fin. Por un lado la idea de que un pedazo de carne dura y palpitante, le entrara por la vagina le producía cierto rechazo, pero fascinación al mismo tiempo. Y si pensaba en que ese miembro viril y duro era el de Harry, sentía como si su propio órgano sexual pidiera a gritos que permitiera esa entrada.
Hermione había contado que su primera vez había sido con Victor Krum, y que había sentido bastante dolor, pero tras leer varios libros y consultar con su madre, había llegado a la conclusión de que se debía al tamaño del pene de su pareja. Que según dijo, era grande. Bastante grande.
Ginny se había imaginado a sí mismo preguntándole a su madre acerca de cualquier cosa relacionada con sexo y se había reído sola. Ni en sueños lo haría.
Pensó todo eso en una fracción de segundo, porque luego, Harry le acarició el cuello y la parte trasera de la oreja y sintió como si todo su cuerpo se derritiera en una onda única de placer. Lo abrazó, besó más fuerte y su espalda se arqueó acercando más su pecho a él. Sintió como sus senos se apoyaban en su pecho y como se aprisionaban con fuerza. Sabía que eso le gustaba a los hombres, ya que cuando salía con Dean y Michael, ellos habían querido tocarlos y apretarlos con las manos, pero no los había dejado. Le había producido cierto rechazo sentir sus manos en su cuerpo con tanta libertad. Aunque lo negaba en ese entonces, sabía que se debía a que aún estaba enamorada de Harry, siempre lo había estado y ahora entendía por qué. Ese beso, junto con el anterior, dejaban claro que estaban hechos el uno para el otro.
Cuando por fin se separaron, ambos se miraron unos segundos con seriedad y luego sonrieron.
Se recostaron y Ginny apoyó su cabeza en el pecho de Harry, mientras este le acariciaba el pelo.
-¿Alguna vez pensaste que este momento podría llegar?-Le preguntó la chica a Harry con suavidad.
-La verdad, no me había imaginado, pero lo deseaba desde hace unos meses.-Respondió el chico con seriedad y cierta diversión.- ¿Tú?-
-Hace años que lo espero.-
Estuvieron otro rato en silencio, disfrutando la compañía del otro y saboreando la felicidad reinante, en el que parecía que nada podía salir mal.
-¿Viste a Ron?-Le preguntó Ginny a Harry.
-Según su gesto, no tiene ningún inconveniente en nuestra unión.-Le dijo Harry y le besó la coronilla, como afirmando esas palabras con felicidad.
-Me hubiese importado poco que no lo aprobara, la verdad.- Dijo la chica con rebeldía.
-Lo mismo digo.-Contestó Harry y sonrió sin que la chica pudiese verlo.
Ginny, que se había recostado en una posición cómoda para ella, no había notado que su túnica se había enredado bastante y le quedaba tirante en toda la parte trasera de su cuerpo. Sus nalgas se marcaban con mucha fuerza y fiereza juvenil y Harry no podía evitar dirigir la vista hacia allí. Ya incluso verla caminar en los pasillos del colegio, era bastante duro, ya que le resultaba más difícil mirarle el culo mientras caminaba junto a su hermano. No quería que lo descubriera y le dijera algo. Hermione lo había cachado varias veces y solo había sonreído, pero con su amiga era diferente. Harry sentía como la sangre comenzaba a fluirle por el miembro, amenazando con dejar aparecer una erección y decidió ser precavido. Levantó una rodilla y apoyó su talón sobre ella, de esa manera, si su miembro crecía y se levantaba, no sería evidente.
-¿Estás incómodo?-Le preguntó inocentemente Ginny.
-No, no.-Respondió Harry.- Solo quería cambiar de posición las piernas.- Pensó un momento mirando el cielo y las nubes que se movían con parsimonia y agregó.- ¿Piensas decirles a tus padres?-
-Posiblemente lo haga, ellos se pondrán más felices que yo al enterarse… sea o no poco probable.-Ella sonrió con satisfacción, apreciando el contacto de su lado derecho del rostro contra el pecho de su amado. El Elegido.
-Está bien.-Dijo Harry que no pareció muy preocupado.
Harry comenzó a acariciarle la espalda a Ginny, mientras le observaba el culo con fascinación y la chica fue consciente de su túnica por primera vez. Supo que su cuerpo estaba definido por la túnica y que Harry debería estar contemplando un espectáculo para cualquier ser masculino, ya que la posición en que sus caderas estaban acomodadas dejaban ver mucho mejor su cuerpo. Sabía que su cuerpo era bueno. Cuando estaba en los baños y se contemplaba en los espejos, se daba cuenta de que cada vez tenía curvas más pronunciadas, su cadera se iba estrechando y el pecho y el culo se le estiraban con belleza juvenil y madura al mismo tiempo. Tenía una mata de pelo pelirrojo sobre su entrepierna, que intentaba mantener a raya, al menos en la zona labial y sus piernas eran más elegantes y esbeltas.
Pero a pesar de saber lo que dejaba ver a Harry, no le molestó. Sentía que le otorgaba todo el derecho a disfrutar la vista de su cuerpo y que cuando llegara el momento, le dejaría sentirlo con todo gusto. Aun no, no estaba lista, pero lo estaría pronto, lo sabía.
Harry sentía que su pija crecía cada vez más, estaba ya casi en una erección casi completa y no podía dejar de imaginarse el cuerpo desnudo de Ginny. Desde su primera vez con Cho Chang, no había vuelto a tener sexo con nadie, ya que se habían peleado en poco tiempo y justo en ese año todos lo odiaban. Recordaba que la chica le había confesado que su primera vez había sido con Cedric y que casi se había largado a llorar, pero enseguida se repuso y se había desnudado. No había podido evitar mirarla casi babeando y ella había sonreído y lo había empujado con suavidad, cubriéndose los senos, que eran enormes.
-Deja de mirarlos así y exprímelos.-Le había dicho, sosteniéndolos sensualmente con sus manos.
Cho Chang había resultado ser una chica bastante pervertida y con gustos extraños en el sexo. Como estaban en la sala multipropósito, Harry había hecho aparecer una cama y ambos se habían recostado. Cho lo desnudó con tanta velocidad que Harry apenas se dio cuenta. Su pija rebotó contra su vientre y quedó parada apuntando ligeramente hacia la derecha, con una vena gruesa marcada fuertemente por toda la circunferencia, ascendiendo por el prepucio hasta el glande.
Cho la había chupado, besado, lamido y meneado tanto que Harry no pudo aguantar, y antes siquiera de ver la concha de Cho, ya había estallado en un orgasmo que llenó de semen la boca, rostro y manos de la china. Esta había sonreído, tragado y limpiado el miembro de Harry con un conjuro y luego, se había sentado sobre el rostro de él, mientras lo masturbaba con su mano derecha. Harry probó y tragó los jugos de la chica mientras ésta gemía, gritaba y se sacudía sobre su rostro.
La había follado en la posición del perrito, tanto vaginal como oralmente, ya que esta le había pedido ambas. Cuando lo hizo oralmente, Cho le había pedido que fuese excesivamente violento. Que intentara llegar hasta el fondo continuamente.
Harry había terminado aferrando a la chica de los pelos y embestido su rostro con fuerza, produciéndole arcadas y orgasmos a la chica por igual. Aunque podía parecer algo incómodo y asqueroso, Harry había sentido tanto placer que tuvo dos orgasmos más, mientras que la china tuvo tantos que hasta ella había perdido la cuenta.
EL chico intentó sacarse eso de la cabeza, ya que solo producían que su erección mientras estaba con Ginny fuese más duradera y firme. Intentó pensar en las tareas que aún tenía para hacer pero no pudo concentrarse, el fluir de la sangre en su pija y el culo dibujado perfectamente debajo de la túnica de la chica eran una distracción muy persistentes.
-¿Vamos adentro?-Le preguntó Ginny girando la cabeza para mirarlo.
-Aun no.-Dijo Harry en parte porque no quería separarse de ella y en parte porque su erección sería muy evidente en cuanto se pusiera en pie.
-¿Por qué no?-Le preguntó ella.
Como respuesta Harry la abrazó y la subió encima de el, procurando que su erección no se notara. La chica rio y se besaron. Harry intentaba que ella no se acomodara de alguna forma en que su erección la tocara y ella se diera cuenta.
Como era obvio, Ginny cruzó ambas piernas sobre el, ya que era la posición más cómoda y casi al instante, la pija erecta se apoyó sobre su muslo derecho. La chica paró de besarlo, levantó la cabeza entre una cortina de pelo pelirrojo y lo miró con sorpresa, como dudando entre decir algo o no.
-Perdón.-Dijo Harry algo nervioso, sin saber muy bien como reaccionaría Ginny.
-Está bien, no tienes que disculparte, prefiero que te pase eso conmigo y no con cualquiera. Significa que te gusto.-Sonrió y volvió a besarlo, dejando que el contacto en su pierna continuara. Harry había pensado que Ginny intentaría acomodarse para que la erección quedara apuntando hacia un lugar más lógico, como por ejemplo, su concha. No alcanzó a entender de inmediato por qué no lo había hecho, así que se acomodó él y sintió que su pija se apoyaba libremente sobre algo más blando y cálido.
La chica levantó la mirada nuevamente y lo miró asustada.
-Perdón.-Volvió a repetir Harry.- ¿No..? ¿Te molesta que…?-
-No, no.-Ella parecía muy nerviosa.- Es que… yo nunca…-
-¿Eh?-Harry no había entendido, pero creía saber que quería decir.- ¿Nunca?-
-Nunca.-
-Osea que eres…-
-Sí…-
-Eh…-
-Soy virgen, Harry.-Esas palabras fueron tan excitantes como si ella se hubiese desnudado y le hubiese pedido en ese mismo momento que la penetrara febrilmente.
-¿De verdad?-Preguntó Harry con emoción y algo de dudas.
-Sí, de verdad.- Dijo ella.- Nunca he tenido sexo.-
-¿Dean?-
-No. Nunca junté valor.-
-Oh.-Harry no salía de su asombro.- ¿No tienes valor aún?-
Ella lo pensó un momento, Harry pudo sentir como movía su cuerpo para que su pija se apoyara con más fuerza.
-No. Lo siento.-Se quedó mirándolo un momento y luego apartó la mirada.- ¿Puedes esperarme unos días?-
-Si, Ginny.-Dijo Harry le acarició el rostro algo decepcionado, pero ocultándolo.- Te amo.- Ella volvió a mirarlo y se besaron.
Unas horas más tarde, cuando Harry estaba en el baño, dándose una ducha, pensaba en la imagen mental que le había quedado del culo de Ginny y se masturbaba a toda máquina apoyado con la mano izquierda contra la pared, mientras el agua le caía por el cuerpo y se deslizaba hacia el piso y el desague.
En las duchas contiguas, los demás conversaban y reían. Harry escuchaba a Ron decir algo acerca del culo de Fleur Delacour, que como siempre, sacaba a relucir en cuanto tenía oportunidad. Harry siempre había pensado que el baño, en el momento de las duchas era un lugar algo inapropiado para una paja, pero en ese momento estaba demasiado necesitado de una descarga como para tener que esperar un momento a solas. Se imaginó a Ginny abriendo la boca, mirándolo a los ojos y dejando que su pija le entre entera hasta la garganta, y como sus mejillas se inflaban al llenarse de carne, mientras su mirada inocente seguía posado en el, como preguntando si todo estaba bien y si lo estaba haciendo bien.
Sintió como el semen brotaba desde el interior de su cuerpo y lo expulsó apuntando hacia el desague, doblando ligeramente las rodillas y jadeando en silencio, mientras cuatro, cinco y hasta seis chorros de semen caliente caían al agua chapoteando y desaparecían en el desague. Se sorprendió de la cantidad.
Ginny, mientras tanto, estaba en la Torre de las Lechuzas, apoyada contra una pared, escribiendo en un pergamino con paciencia y lentitud, midiendo las palabras. No podía creer que hubiese llegado a hacer lo que estaba haciendo.
La carta decía:
Mamá:
¡Hoy ganamos la final de Quidditch! ¡Ganamos la Copa! ¡Y más buenas noticias! ¡Estoy de novia de nuevo, pero esta vez, con Harry! ¡Harry Potter! ¿Cuántas veces te dije que solo era cuestión de tiempo?
En fin. Sé que tal vez no sea el mejor momento, ni la mejor manera, pero quisiera hacerte algunas preguntas, acerca de… sexo. También sé que es muy pronto ya que hace unas horas que salimos juntos, pero siento que es el indicado para quitarme la virginidad.
Me siento extraña diciendo esto en una carta dirigida a mi madre, pero no sé a quién recurrir, siendo alguien de total confianza.
Por favor no te enfades. Quiero saber, ¿es doloroso la primera vez? ¿Crees que debería animarme sin dudarlo? ¿Cuántas veces tienen que ser para que no duela más? ¿Debería hacerlo o no?
Espero que me respondas cuanto antes, ya que tengo ganas de seguir adelante pero tengo miedo. Gracias y cariños.
Ginny
Cerró la carta, la guardó en un sobre y llamó a una lechuza. La ató a su pata y la dejó salir.
Mientras esperaba que la lechuza desapareciera de su vista, Ginny comenzó a pensar en lo que había sentido al apoyar la pija de Harry contra su concha, y supo que era un signo de preparación. Su concha se había mojado ampliamente, como ya le había pasado en otras ocasiones y le había entrado mucho calor de repente, pero el miedo había superado cualquier sensación.
Se imaginó a Harry penetrando su pequeña y cerrada conchita con suavidad, empujando un miembro grueso y largo, causando dolor.
Cruzó levemente las piernas y flexionó las rodillas. Una sensación extraña le había sacudido el cuerpo y procedía de su entrepierna. Se llevó una mano hacia allí, metiéndola debajo de la túnica, para palpar preguntándose si le había bajado la regla y mientras acariciaba y palpaba, sintió como esa sensación aumentaba y se hacía más placentera. Siguió unos segundos más y lo hizo cada vez más rápido. Su cuerpo reaccionó con descargas de placer en todas direcciones, se agachó un poco más sobre el borde la ventanilla de la torre y dejó escapar un gemido involuntario. Buscó con impaciencia el punto en que la sensación era más fuerte y lo encontró, frotó esa zona con fuerza y tuvo que dejarse caer de rodillas al piso, gimiendo y jadeando con fuerza. Apoyó su rostro contra el piso de paja y con las rodillas aun apoyadas, dejó su culo levantado y la mano metida entre las piernas por debajo del cuerpo. Continuó acariciando y frotando hasta que notó como el placer aumentó hasta niveles insospechados para ella y algo más de fluído le mojó la mano. Estuvo en esa posición, respirando entrecortadamente durante unos segundos y luego se levantó, pensando que tendría que bañarse antes de acostarse y que acababa de masturbarse por primera vez en su vida.
FIN PARTE 1
Gracias por leer 🙂 pronto subiré el resto
2 comentarios - Harry Potter Relato Propio (Parte 1)
pasaste por mis aportes a la comunidad?
comentar es el mejor agradecimiento.
de esta forma te digo GRACIAS.