Relato: El Taxista

Ustedes disculpara la longitud del relato, espero que le tengan paciencia....elita



Eran aproximadamente las 3 de la mañana, yo iba caminando rápidamente por la calle y el único acompañante que tenía era el sonido de mis tacones cuando chocaban con el pavimento, empezaba a sentir frio y arrepentimiento de haberme retirado de la fiesta; estuve esperando a mis amigas por alrededor de una hora y media hasta que recibí un mensaje en el que me decían que no podrían llegar debido a un contratiempo, harta de esperar , de beber y bailar sola, y con un ligero dolor de cabeza salí del lugar en el que me encontraba y camine en dirección a la avenida central con la esperanza de encontrar un taxi libre a esa hora.

Aun me faltaban unas cuantas cuadras para llegar a la avenida y empezaba a sentirme francamente nerviosa; un minivestido y tacones no son exactamente la mejor elección para caminar en la madrugada por las calles. Llegue por fin a mi destino y espere en la esquina, hacia bastante frio y ningún medio de transporte pasaba, espere aproximadamente 20 minutos y paso una camioneta negra, en ella iban tres señores . Se frenaron y sin bajarse de la camioneta el conductor me pregunto:
- ¿te llevamos amor?- y me dedico la más seductora de sus sonrisas
_¿perdón?
-¿súbete nena? Arriba nos explicas cuanto cobras- dijo nuevamente el conductor
- no soy……
- ¡que te subas putita!- dijo animadamente un joven gordo que se asomó desde atrás de asiento
-Lo siento pero no soy prostituta, vengo de una fiesta y…..

Sin dejarme terminar la frase la camioneta arranco y me dejo ahí parada y un poco perturbada por la situación , aunque también bastante pensativa….
Estuve esperando unos cuantos minutos mas y empezaba a plantearme seriamente volver a la fiesta cuando un taxi se acercó y rápidamente le hice la parada
-¿Cuánto me cobras por un servicio ?- pregunto a secas
- yo no….. - No lo podía creer
- ¿no eres sexoservidora? Pregunto frunciendo el ceño
- No, vengo de una fiesta y esperaba encontrar transporte, eso es todo – dije indignada
-Pues, tú disculparas pero una chica como tu y vestida asi, sinceramente no tendrías que ofenderte y mas bien entender que te confundiera.
-Ahh – fue todo lo que pude decir mientras sentía mi vestido más corto que nunca y note mis pezones erectos por el frio
- ¿y a dónde vas amiga? Tal vez te pueda acercar.
-Voy al sur de la ciudad - dije con desconfianza
-No pues lo siento amiga, es una lástima que no te pueda llevar, con ese vestidito que traes seguro que podría haberme dado un rico espectáculo por el retrovisor- dijo sínicamente dejándome nuevamente sin palabras - pero si quieres puedo hacer una excepción y te llevo hasta la puerta de tu casa por una buena mamada-
-¿qué? Dije al mismo tiempo que sentí como mi estómago se llenaba inexplicablemente de emoción y sentía como el alcohol me calentaba la sangre
-Una mamada y te llevo- repitió
-lo siento pero no creo que suceda- dije sonriéndole
- bueno ,súbete y enséñame tus tetas y con eso te llevo….te parece?
-¿hasta mi casa? Le dije al tiempo que sentía un ligero calor en el estómago y notaba como empezaba a excitarme
-Así es, a menos que quieras pasar a otro lugar antes….dijo al tiempo que metía una mano debajo de mi falda y me acariciaba el muslo. Fue ahí cuando reaccione y di un paso atrás.
-Lo siento pero,no,no quiero-
Creo que fue el tono ligeramente histérico lo que hizo notar al taxista que hablaba en serio asi que solo me miro despectivamente , y dijo ¨bien que quieres putita¨ al tiempo que arranaba.
Me quede ahí parada unos segundos que mas bien me parecieron horas, pensando en que me había pasado y como casi me le ofrecí a un desconocido, la idea me parecía francamente excitante ,pero también muy peligrosa. Después de unos instantes decidí volver a la fiesta y comencé a caminar, me encontraba a solo unas pocas cuadras de llegar cuando un taxi paso por la calle, se detuvo cerca de mi y un señor maduro asomo su cara por la ventana, tenia un bigote negro bañado de canas ,un rostro moreno y francamente feo ;parecía alto y un poco gordo.

-¿busca transporte señorita?
De inmediato sentí una emoción que me embargaba, tal vez por el alcohol, en conjunto con lo que acababa de suceder.
-Voy hacia el sur – dije contradiciendo a mi sentido común y sonriéndole
-la llevo señorita, tarifa normal- me dijo.
Me limite a sonreír y a subir al taxi, note como miraba mis piernas mientras entraba en el auto, lo cual me alegro y me calentó aun mas.
-y que hace una mujer tan hermosa a estas horas de la noche -
-vengo de una fiesta , es muy difícil encontrar transporte a estas horas- dije mientras cruzaba las piernas, pensé que solo jugaría en el camino, seria coqueta y llegaría a masturbarme imaginando otros finales para mi coquetería.
-¿ y sola?
-Quede de verme con mis amigas ,pero no llegaron, me dejaron solita…jaja
-bueno yo pensaba mas en compañía masculina- se apresuró a decir el taxista
- En la fiesta no conocí a nadie interesante- dije mientras le sonreía -¿y cuánto me va cobrar?- añadí para cambiar de tema al tiempo que buscaba distraídamente mi cartera en mi bolso.
-lo que me quiera dar esta bien- dijo y yo entendí perfectamente el juego que me planteaba
-es que acabo de darme cuenta que extravié mi cartera- le dije mientras descruzaba las piernas y las volvía a cruzar a contrapierna, sabiendo que estaba entrando en un terreno peligroso.
-y entonces- se limitó a decir, aunque me molestaba un poco su pasividad decidí encausar el asunto. Sentía mi corazón latiendo con muchísima fuerza y una emoción de vacío en el estomago, no podía creer lo que yo misma estaba haciendo, pero aun asi lo dije:
-¿una mamada le parece un buen pago? Dije al tiempo que pensaba ¨¿que demonios haces?¨
-buen pago- se limitó a asentir – pero me tengo que detener por que si nos llegara a ver alguna patrulla a ambos nos iría mal , por aquí hay un deposito donde guardamos las flotillas, meto el taxi, me paga y luego la llevo ¿le parece bien?-.
-de acuerdo – dije más excitada que prudente.
Sentía como mi cuerpo tenia espasmos, temblaba como solo pasa cuando uno experimenta experiencias por primera vez, estaba asustada y al mismo tiempo sumamente excitada por la situación que yo misma había creado.
No tardamos en llegar al almacen de taxis; se trataba de un terreno sin construcción alguna, ni siquiera tenía suelo, solo un poco de tierra mojada lo que ocasionaba un poco de lodo de apariencia pegajosa, había varios taxis estacionados, y fue en medio de dos de ellos que el taxista se estaciono. Me encontraba cada segundo mas nerviosa, pero también bastante excitada cuando su voz interrumpió mis pensamientos.
-Entonces primero me cobro y luego la llevo,¿ esta bien?
-Si….- dije al tiempo que empezaba a moverme del asiento trasero del auto hacia al de adelante, pero antes de que pudiera lograr mi meta el taxista me dijo
-Mejor afuera ,para no ensuciar, además me gusta estar parado.
Le sonreí y me salí y camine rodeando al taxi y me encontré con el taxista a la altura del cofre del carro, el simplemente me miro, sonrió y se sacó la verga por el cierre del pantalón. La tenia de buen tamaño, no demasiado grande ni demasiado gruesa, era de un color moreno oscuro.
Empecé a masturbarlo con mis manos mientras él me sobaba las nalgas por encima del vestido, las amasaba mas que acariciarlas, yo sentía su miembro duro y seco entre mis manos, asi que moje la punta de mis dedos con saliva y empecé a sobar su glande al tiempo que él empezaba a sobar mis tetas con una mano, mientras la otra la mantuvo en mi culo. A cada instante se volvía mas atrevido asi que no tardo en introducir sus dedos bajo la pequeña tanga que usaba, sentí como sus dedos resbalaban debido a mi humedad, tenía las manos duras y rasposas; deje que me dedeara por uno o dos minutos hasta que con un pequeño empujón y una sonrisa coqueta le dije:
-Dedearme no era parte del trato, así que mejor empezamos con lo que acordamos-

Me agache con las piernas abiertas para también darle un gusto visual, baje hasta quedar a la altura de su pene, tenía un aroma amargo, pero no desagradable. Zafe su cinturón, luego el botón de su pantalón y empecé a hacer mi trabajo.
Introduje su miembro entero en mi boca hasta sentir como me llegaba al fondo de la garganta, subí y baje varias veces, y volví a introducirlo hasta el fondo de mi garganta y presione unos cuantos segundos, mientras tenía su miembro dentro saque mi lengua por debajo para para rozar con ella sus testículos . Eso lo volvió loco asi que repetí el juego varias veces mientras me masturbaba con una de mis manos. Me encontraba excitadísima, mucho mas mojada que las veces que me masturbo sola y cada roce de mis dedos con mi clítoris me hacia temblar las piernas. Empezaba a gemir y a introducir mis dedos cada vez mas dentro, la situación era tan excitante que si en ese justo momento el taxista me hubiera querido penetrar habría cedido……y lo hizo…..


Me levanto con gran facilidad y fuerza, lo que ocasiono que su miembro se escapara de mi boca, en ese momento lo mire a los ojos y me di cuenta que realmente era un hombre muy feo; el pareció leer mis pensamientos y me dijo :

-Aunque yo no te guste se que lo deseas, asi que para que no te moleste la vista…-
Saco una franela sucia de su bolsillo y me la amarro de tal modo que tapo mis ojos, acto seguido se limitó a empinarme contra el cofre de su auto de tal forma que mi boca casi beso el auto…
Sentí el frio del metal atravesar la ropa y llegar hasta mi piel, mis pezones estaban cada vez mas duros, un poco por el frio y bastante más por la forma en la que el taxista introducía sus manos rasposas en mi. Estuvo dedeandome unos momentos que me parecieron deliciosas horas, después sentí como su boca se colocaba a la altura de mis nalgas y empezaba a chuparme, su bigote me raspaba mientras su lengua recorría mi vagina, mi clítoris y ano a placer. Yo no paraba de gemir y mi cuerpo no paraba de temblar, aun así le murmure en voz muy baja,casi inaudible:
-Nada de penetración-
A lo que respondió con dos deliciosas nalgadas, sentí como mi piel se calentaba por los impactos y deje escapar un ligero pujido. Ya estaba casi resignada a que me penetrara cuando una voz interrumpió la situación…

-Vaya, vaya, así que tu si la convenciste eh? Debí haber insistido más-
La reconocí de inmediato, era la voz del primer taxista que me había confundido con una sexoservidora.
-pues no será prostituta, pero si que es una puta- dijo animadamente –
Yo no la convencí de nada - gruño el taxista del bigote – ella lo propuso
-jajaja , que cosas suceden, como eres suertudo viejo-
Yo me encontraba mas nerviosa que nunca,solo podía escuchar lo que pasaba, en una posición por demás vulnerable, empinada en el cofre del carro, con la falda levantada, la tanga echada a un lago y la verga de un hombre maduro a punto de introducirse en mi. Sentía mi cuerpo temblar de pies a cabeza y sin duda ambos hombres lo notaron.
-Creo que mejor me retiro- murmure
De inmediato sentí como la enorme mano del taxista me presionaba la espalda contra el auto
-Tenemos un trato, te pienso llevar hasta tu casa esta noche pequeña-
-jaja, viejo, me pregunto que opinara tu esposa de ese trato, jaja- dijo la otra voz de forma amigable – No te preocupes niña, yo no te hare nada, si me conformaba con verte las tetas y te llevaba ,cuanto mejor si puedo ver como te follan y por nada a cambio, solo seré espectador-
-Como quieras- murmuro de malas el taxista maduro y de inmediato sentí como volvía a colocar su boca en mi ano eh intentaba introducir su lengua. La situación había dado un giro inesperado pero mientras el otro hombre se mantuviera al margen todo estaba bien, eh incluso el acento de estar siendo observada y yo sin poder ver me causaba un gran morbo.
Sentí como el taxista se levantó y como coloco su glande hinchado en la entrada de mi vagina, lo dejo ahí unos instantes y pude sentir como palpitaba. Fue empujando poco a poco mientras sentía como su miembro me iba abriendo lentamente , con una de sus manos comenzó a bajarme el cierre del vestido, lo que dejo casi desnuda mi espalda . Su miembro ya tenia casi la mitad de su tamaño dentro de mi cuando de un solo empujón clavo el resto, sentí un ligero dolor delicioso. Así empezó a embestirme con coraje , yo al principio trate de pujar lo menos posible, pero no pude resistir por mucho tiempo y después de unos minutos pujaba escandalosamente, gemía concentrada en las enormes manos de mi taxista y como me tomaban de las nalgas jalándome asi su miembro.
-Shhh muchacha, vas a despertar a todos- bromeo nuestro voyerista
Su voz me recordó que de alguna u otra manera, esto era lo mas cercano que había estado de estar con dos hombres a la vez. Ese pensamiento me excito y comencé a mover mis caderas para ser yo la que propiciara la penetración, mientras con una de mis manos acariciaba mi clítoris. Así pasaron minutos y el primer orgasmo me llego, arquee la espalda tanto que creí que me iba a tronar; sentí como me mojaba como nunca antes lo había hecho, pero también sentí como mi hombre se echaba hacia atrás dejándome cansada y chorreada, recargada en el metal.
-no me quiero correr aun- dijo -te quiero seguir dando, por eso me despegue pequeña- explico
En seguida sentí como volvía a poner su glande en mi vagina, empujo y sentí un dolor, sentí como me abría nuevamente, esta vez me dolió un poco , pero no me importo, quería mas y mis caderas lo demostraban, movía mi culo y mi taxista me embestía con suavidad pero intensamente.
-Puedo?- dijo la voz del espectador, a lo que yo sencillamente no negué permiso, al mismo tiempo que sentí una enorme mano en mi espalda y como empezaba a acariciármela hasta de vez en cuando bajar hasta mis nalgas. Mientras la penetración cada vez se volvía más violenta, pero cada vez mas satisfactoria, en una de esas embestidas sentí como el enorme pene que me penetraba llegaba hasta el fondo de mi, un dolor exquisito me recorrió y ese enorme miembro siguió embistiéndome descaradamente.
El hombre que sobaba mi espalda me levanto ligeramente, me zafó el vestido de los hombros de tal modo que solo tenia tela alrededor del abdomen y dejo expuestos mis pechos por primera vez en la noche, los acaricio rápidamente y apretó mis pezones con unos dedos rasposos; creí que los sobaría pero por el contrario su peso se apoyo en mi espalda lo que me llevo hacia el metal, que al contacto con la piel de mis senos desnudos me causo una sensación sumamente fría, por lo que lance un pequeño grito. Al mismo tiempo la verga que me bombeaba por atrás cada instante se sentía mas profunda y mi embestidor no reparaba en la cantidad de nalgadas que me proporcionada, sentía la piel de mi culo caliente; me daba un par de nalgadas y después me sobaba el trasero como tratando de reparar el daño hecho a mi piel. Yo pujaba sin reparos y no tardó en llegarme otro orgasmo, casi al mismo tiempo que una nueva ronda de nalgadas. Mi cara estampada contra el metal tenía frio y el pequeño charco de saliva que había dejado en el cofre del auto empeoraba el frio aún más. Sentí como unos dedos enormes empezaban a juguetear con mi legua lo que aumentó la cantidad de saliva que había dejado caer, mientras unas manos más pequeñas me sobaban cariñosamente las nalgas que unos segundos atrás acababan de castigar.
Fue en ese instante cuando me di cuenta, los dos taxistas habían cambiado de posiciones cuando tuve mi primer orgasmo, por eso había sentido dolor en la segunda penetración, sencillamente era un pene más grande el que me estaba follando esta vez. Ningún reproche salió de mi boca, solo gemidos que más bien eran gritos, mis manos buscaron a tientas el pene del primer taxista que me había follado, lo encontraron sin dificultad, ni siquiera se había molestado en volverse a poner los pantalones, empecé a masturbarlo con mis manos tan bien como podía en la posición que estaba.
-¡anda si quiere que yo también participe!- dijo el que me estaba penetrando pretendiendo que siguiera creyendo que era su polla la que tenía en mi mano, pero esta vez fue tan claro como el agua ya que note de donde venía la voz, no me importo en lo absoluto así que introduje la verga que tenía en la mano en mi boca y empecé a chuparla por segunda vez en la noche. Ahora sentía claramente la enorme verga del hombre más joven, sentía como me rozaba por dentro mientras me la metía cada vez con más fuerza
-Cambiemos de posición- dijo el hombre del bigote
Sentí como la verga enorme resbalaba hacia fuera y luego como caminaban, seguido de eso sentí como me penetraban la boca y la vagina nuevamente, solo que esta ocasión la que se encontraba totalmente llena era mi boca, la verga me llegaba fácilmente a la garganta y aun le sobraba un muy buen pedazo, la chupe con esmero mientras me penetraban con furia y volvía sentir las deliciosas nalgadas que me regalaban esas manos enormes, estaba disfrutando enormemente cuando sentí como las manazas me apretaban las nalgas con una fuerza tremenda, en seguida sentí como me llenaba por dentro de sus fluidos, debía tener bastante tiempo sin hacerlo por que su leche caliente me inundo hasta el punto de escurrirme, pero mi hombre no estaba satisfecho aun, sentí como me agarraba y con gran facilidad me volteaba, me coloco boca arriba de tal modo que mis pechos helados por el metal quedaron libres y viendo al cielo, en seguida me penetro con fuerza mientras el otro hombre me volvía a llenar la boca y esta vez se entretenía con mis pezones, las embestidas no tardaron en hacerme arquear la espalda por tercera vez en la noche, no lo podía creer, estaba teniendo la mejor experiencia sexual de mi vida de parte de dos taxistas , dos hombres totalmente desconocidos, mas que gemir gritaba y cada que mi boca se encontraba libre pedía encarecidamente por más. Volvieron a cambiar posición solo que en esta ocasión el enorme glande del hombre joven se colocó en la entrada de mi ano.
-¡no!-
Alcance a decir antes de que un fuerte empujón hiciera que la cabeza se resbalara directo dentro de mi, todos mis fluidos y la humedad , mezclados con la excitación que sentía fueron el lubricante perfecto, la enorme cabeza se deslizo con dificultad pero constantemente dentro de mi ano, justo antes de que penetrara por completo creí que me rompería, sentía la presión de mi carne estirada al máximo, intente gritar pero una verga dura me entro en la boca casi hasta la garganta y me lo impidió. Unos segundos después tenía una enorme verga bombeándome por el culo mientras mamaba otra como desesperada, empecé a masturbarlo y a chupar alternadamente hasta que sentí como un espeso chorro tibio inundaba mi rostro y pechos; la franela que me cubría el rostro impidió que el semen me callera de lleno en los ojos , seguí mamando hasta que la verga que tenía entre mis manos perdió la erección.
-Métesela tu por adelante- Dijo el taxista joven.
Sentí como me cargaba por los muslos sin siquiera dejar de penetrarme el culo, quede de tal modo que mi espalda quedo pegada a su pecho, unas manos se sumaron y mis brazos rodearon al taxista maduro por el cuello mientras me penetraba también por delante con su verga. Así quede hecha sándwich entre dos hombres que estaban a pie, se sincronizaron perfectamente, sentía como una verga me entraba por el ano abriéndome deliciosamente y cuando esta salía la otra entraba por mi vagina. La sensación fue una mezcla de dolor y placer tan intensa que no tarde en chorrearme y tener el orgasmo más increíble que recuerde. Gemía como loca y les pedía más. Mientras el taxista joven me seguía penetrando el culo y besaba mi cuello yo besaba los labios del taxista del bigote, lo hacia tan encarecidamente que no me había percatado que tal bigote ya no existía, la idea me abrumo pero en la posición que estaba no podía hacer gran cosa, me siguieron bombeando con fuerza hasta que sentí como ambas vergas me llenaban las tripas de liquido caliente. Ambos hombres me dejaron con cuidado en el suelo al tiempo que me agachaba sentí como uno de ellos se masturbaba y me tomaba por las orejas para terminar en mi cara. En ese momento me quite la franela y vi como un tipo gordo de apariencia sucia se masturbaba en mi rostro, no me importo y le lamí los testículos tras lo que el acabo en mi boca.
Observe alrededor y vi a 5 hombres, los dos taxistas que ya conocía y otros tres hombres gordos y todos ellos fácilmente pasaban los 40 años de edad. Algunos se rieron y otros me llamaron ¨putita¨ y me agradecían lo que había sucedido.
Todos se fueron a sus respectivos taxis y yo tras arreglarme las ropas y limpiarme el semen lo mejor que pude subí al taxi del hombre del bigote. Después de un par de horas me encontraba en mi casa recordando lo que había sucedido al tiempo que me masturbaba.