Esta historia es de mi primo, la adapte un poco como para no quemar a nadie, ja ja ja... Que la disfruten...
Mi nombre es Esteban, cuando estudiaba en la Universidad, antes de recibirme de abogado, tenía una hermosa profesora de Derecho Romano que se hacía llamar Katy.
Todos estaban absolutamente locos por esa mujer, aunque era seria pero hermosa no era joven, en aquel entonces tenía unos 50 años, debía medir algo así como 1,70 cabello ondulado; castaño oscuro; hasta media espalda, Sin embargo, era increíblemente sensual tanto por su lenguaje corporal como por las curvas que se insinuaban debajo de sus largas polleras y blusas floreadas que dejaban mucho lugar a la imaginación.
Lo cierto es que yo no era un buen alumno y estaba a punto de reprobar esa materia. Luego de varios exámenes, mis calificaciones no había mejorado y esto me demoraría para seguir avanzando con mis estudios, me faltaban unas pocas asignaturas para obtener mi título y Derecho Romano se había convertido en una de las principales trabas para que pudiera avanzar.
Fue así que un día, decidí permanecer hasta el final de la clase para poder conversar con mi profesora y pedirle que me diera una nueva oportunidad de realizar el último examen y así poder mejorar mis calificaciones. Una vez que se habían retirado todos los alumnos me acerqué a ella y le pregunté si podíamos conversar.
Katy era una persona muy accesible, por lo que me dijo que no había ningún problema y que le comentara cuál era el inconveniente, ya que había notado que mis calificaciones no eran para nada buenas. Le comenté que su asignatura me costaba bastante y que deseaba mejorar dado que quería graduarme ese semestre, y si no lograba aprobar, debería cursar un semestre más.
Katy se cruzo de brazos, me miró a los ojos por unos instantes, me pidió que tomara asiento y me dijo:
Está bien Esteban, no tenés de qué preocuparte. Voy a darte la oportunidad de realizar nuevamente el examen, aunque deberás estudiar. Por otro lado, a cambio de ello, ya que se trata de una oportunidad única, vos también deberías darme algo a mi.
Lo que sea Katy, dígame qué puedo hacer por usted, con mucho gusto – le dije totalmente complacido por su respuesta.
Bajate los pantalones y tu ropa interior.- dijo, para mi sorpresa. No podía creer lo que ella me estaba diciendo, y; lejos de ofenderme, me puse muy muy caliente.
Sin dudarlo ni un instante, mire a mi alrededor, tratando de que no hubiera miradas indiscretas, me bajé pantalones y mis bóxers dejando expuesto mi pene totalmente erecto.
Masturbate para mí- dijo Katy mientras desabotonaba su blusa, bajaba su larga pollera y me dejaba contemplar su hermosa figura totalmente desnuda , en ese momento sentí como un temblor interno en mi cuerpo, no entendía lo que me pasaba, era muy extraño, el que siempre avanzaba a las chicas era yó, estaba comenzando a transpirar sin hacer ningun esfuerzo, de repente ella bajo una de sus manos y comenzó a frotar su clítoris mientras me miraba intensamente.
Los nervios me estaban matando, por suerte mi amigo respondía de acuerdo a la situación; comencé a masturbarme sin quitarle los ojos encima. Ella hacía lo mismo y luego de un rato me dijo que me acercara hacia ella. Katy se sentó sobre el borde de su escritorio con las piernas bien abiertas y sutilmente con una seña me invito a penetrarla, comencé suavemente temiendo que pudiera dolerle o que no estuviera bien lubricada, pero para mi sorpresa su coño estaba hirviendo y totalmente empapado, entonces empecé a cogerla con mas rapidez e intensidad y tapé su boca para que sus gemidos no despertaran la curiosidad de terceros. Era lo mas exitante que me había pasado, no se comparaba con coger en el boliche, ni en la casa de alguna de las chicas con sus padres en la otra habitación, era lo más como dicen los chicos ahora.
Luego de un rato ella me sacó, se dio media vuelta, se apoyó sobre el escritorio quedando practicamente en cuatro patas y mirando sobre su hombro me invitó nuevamente con un guiño de ojo, la tomé de las caderas y comencé a penetrarla en esa terrible concha mojada que tenía, un par de embestidas y dejo a relucir un hermoso ano rosado que estaba totalmente dilatado, cosa que no dudé, me tiré para atras y agarrando mi pija dura y muy mojada por sus flujos se la apoyé en ese culito delicioso. Apenas hice presión con la punta de mi pene, ella se tiró para atras y su culo se tragó todo, en ese momento ella lanzó un grito de dolor y placer que no pudo controlar.
Minutos después de unos cuantos bombazos su concha y su ano comenzaron a latir con fuerza; el punto cúlmine para mí que me hizo acabarle toda mi leche dentro de ese terrible culo, exhaustos nos volcamos sobre el escritorio, como podíamos; ya sin fuerza; nos vestimos y cuando recuperamos el aliento, Katy me dijo:
Ahora podes irte, no le tomo a cualquiera un examen así, estas aprobado.
En las sucesivas veces que nos cruzamos en los pasillos de la universidad, nos saludamos como dos conocidos, sin hacer notar a nadie nuestro examen.
Un gran saludo a toda la comunidad Poringuera, comenten que no cuesta nada, gracias. 😃 ;)
Mi nombre es Esteban, cuando estudiaba en la Universidad, antes de recibirme de abogado, tenía una hermosa profesora de Derecho Romano que se hacía llamar Katy.
Todos estaban absolutamente locos por esa mujer, aunque era seria pero hermosa no era joven, en aquel entonces tenía unos 50 años, debía medir algo así como 1,70 cabello ondulado; castaño oscuro; hasta media espalda, Sin embargo, era increíblemente sensual tanto por su lenguaje corporal como por las curvas que se insinuaban debajo de sus largas polleras y blusas floreadas que dejaban mucho lugar a la imaginación.
Lo cierto es que yo no era un buen alumno y estaba a punto de reprobar esa materia. Luego de varios exámenes, mis calificaciones no había mejorado y esto me demoraría para seguir avanzando con mis estudios, me faltaban unas pocas asignaturas para obtener mi título y Derecho Romano se había convertido en una de las principales trabas para que pudiera avanzar.
Fue así que un día, decidí permanecer hasta el final de la clase para poder conversar con mi profesora y pedirle que me diera una nueva oportunidad de realizar el último examen y así poder mejorar mis calificaciones. Una vez que se habían retirado todos los alumnos me acerqué a ella y le pregunté si podíamos conversar.
Katy era una persona muy accesible, por lo que me dijo que no había ningún problema y que le comentara cuál era el inconveniente, ya que había notado que mis calificaciones no eran para nada buenas. Le comenté que su asignatura me costaba bastante y que deseaba mejorar dado que quería graduarme ese semestre, y si no lograba aprobar, debería cursar un semestre más.
Katy se cruzo de brazos, me miró a los ojos por unos instantes, me pidió que tomara asiento y me dijo:
Está bien Esteban, no tenés de qué preocuparte. Voy a darte la oportunidad de realizar nuevamente el examen, aunque deberás estudiar. Por otro lado, a cambio de ello, ya que se trata de una oportunidad única, vos también deberías darme algo a mi.
Lo que sea Katy, dígame qué puedo hacer por usted, con mucho gusto – le dije totalmente complacido por su respuesta.
Bajate los pantalones y tu ropa interior.- dijo, para mi sorpresa. No podía creer lo que ella me estaba diciendo, y; lejos de ofenderme, me puse muy muy caliente.
Sin dudarlo ni un instante, mire a mi alrededor, tratando de que no hubiera miradas indiscretas, me bajé pantalones y mis bóxers dejando expuesto mi pene totalmente erecto.
Masturbate para mí- dijo Katy mientras desabotonaba su blusa, bajaba su larga pollera y me dejaba contemplar su hermosa figura totalmente desnuda , en ese momento sentí como un temblor interno en mi cuerpo, no entendía lo que me pasaba, era muy extraño, el que siempre avanzaba a las chicas era yó, estaba comenzando a transpirar sin hacer ningun esfuerzo, de repente ella bajo una de sus manos y comenzó a frotar su clítoris mientras me miraba intensamente.
Los nervios me estaban matando, por suerte mi amigo respondía de acuerdo a la situación; comencé a masturbarme sin quitarle los ojos encima. Ella hacía lo mismo y luego de un rato me dijo que me acercara hacia ella. Katy se sentó sobre el borde de su escritorio con las piernas bien abiertas y sutilmente con una seña me invito a penetrarla, comencé suavemente temiendo que pudiera dolerle o que no estuviera bien lubricada, pero para mi sorpresa su coño estaba hirviendo y totalmente empapado, entonces empecé a cogerla con mas rapidez e intensidad y tapé su boca para que sus gemidos no despertaran la curiosidad de terceros. Era lo mas exitante que me había pasado, no se comparaba con coger en el boliche, ni en la casa de alguna de las chicas con sus padres en la otra habitación, era lo más como dicen los chicos ahora.
Luego de un rato ella me sacó, se dio media vuelta, se apoyó sobre el escritorio quedando practicamente en cuatro patas y mirando sobre su hombro me invitó nuevamente con un guiño de ojo, la tomé de las caderas y comencé a penetrarla en esa terrible concha mojada que tenía, un par de embestidas y dejo a relucir un hermoso ano rosado que estaba totalmente dilatado, cosa que no dudé, me tiré para atras y agarrando mi pija dura y muy mojada por sus flujos se la apoyé en ese culito delicioso. Apenas hice presión con la punta de mi pene, ella se tiró para atras y su culo se tragó todo, en ese momento ella lanzó un grito de dolor y placer que no pudo controlar.
Minutos después de unos cuantos bombazos su concha y su ano comenzaron a latir con fuerza; el punto cúlmine para mí que me hizo acabarle toda mi leche dentro de ese terrible culo, exhaustos nos volcamos sobre el escritorio, como podíamos; ya sin fuerza; nos vestimos y cuando recuperamos el aliento, Katy me dijo:
Ahora podes irte, no le tomo a cualquiera un examen así, estas aprobado.
En las sucesivas veces que nos cruzamos en los pasillos de la universidad, nos saludamos como dos conocidos, sin hacer notar a nadie nuestro examen.
Un gran saludo a toda la comunidad Poringuera, comenten que no cuesta nada, gracias. 😃 ;)
0 comentarios - Aprobe con una cogida.