Mi pequeño morbo (Parte II)

Pasa por la primera parte : http://www.poringa.net/posts/relatos/2373068/Mi-pequeno-morbo.html



En un movimiento estratégico, él la sentó en medio nuestro y comenzó a acariciarla, no voy a negar que ver esa situación, mi hombre con otra, me dio celos, envidia y una sensación extraña por querer tocarla y estimularla mientras el la besaba...La escena era rara…

Nunca había estado en esa situación

Ese hombre que genera morbos en mi esta con la mujer en mis fantasías… Y yo ahí... contemplando como se besan… se tocan… gozan el uno del otro.

Y no me animo a romper la burbuja que crearon.

Sin querer me encuentro jugando con mi pezón. Mi piel se eriza.

La imagen es más que excitante. Puedo ver el juego de sus lenguas, ir y venir.

Es como mirar una porno pero ahí... frente tuyo y casi tocar.

Él juega con ella, deslizando la mano entras sus piernas, mientras ella se retuerce de placer. El me mira de reojo y se sonríe. No puedo distinguir que es lo que le dice.

Ella me mira una mirada desafiante. Se me acerca. La tengo a menos de un dedo de distancia.

Mi respiración va en aumento. Me excita tenerla tan cerca, pero a la misma vez estoy frustrada porque no sé qué hacer. Siento que es ella quien manda y eso me desespera. Mi instintos quiere que sea yo quien la domine pero su mirada me puede más y debo ceder. Al menos ahora... al menos un momento.

Dejarme llevar...

Ese perfume embriagador hace que mis sentidos vuelen. Quiero besarla. Pero en algo la conozco y se va a hacer desear. Va a jugar hasta no aguantar más. Hasta que no pueda más.

Él nos contempla desde afuera. Prácticamente no es parte de la acción. Mejor... aun no lo quiero entre nosotras.

Me va sacando el vestido mientras besa mi piel, suave... gentil. Juega con mi cuello y yo me dejo hacer. Mientras lo miro a él, buscando aprobación? Complicidad?. Siento el fuego salir de sus ojos.

Pero está en la misma postura que opte yo segundos atrás… Inmóvil… observando.
Mi boca es besada por esa criatura increíble. No me puedo negar. La agarro del pelo y la traigo para mí. Es mi turno y no voy a dejarla ir.

Es ella quien veo que se derrite en mis manos. Y degusto ese placer.

Es el momento en que él no aguanta más y se acerca. Lo noto dubitativo y no sabe a cuál de las dos encarar. Ella es de más fácil acceso. Está en el medio de los dos.

Pero su mano lo detiene. Ella domina hoy. Va a hacer conmigo lo que desee mientras el observa y disfruta de ese espectáculo único. Su mirada lo decía todo, definitivamente, íbamos a ser suyos esa noche.



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