Para los que no leyeron la primer parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2378714/Alejandra-mi-vecina-1.html
Sobre Alejandra:
Morocha de ojos verdes, bien claros, metro sesenta, 34 años, piel bien blanca, sus pechos no son de grán tamaño, pero pese a su edad se mantienen exactamente donde debrían estar. De cara es hermosa y cuando se va te enamora.
Yo: Mido 1,75, volví hace poco al gimnasio y ya estoy recuperando la forma que mis músculos solían tener, pelo castaño oscuro y ojos verdes casi marrones.
Después de esa historia dejé pasar el fin de semana y el lunes. El martes salí temprano del trabajo y me fui para su librería para invitarla a salir, me dijo que esa noche no podía, pero que el miércoles estaba libre, pero que esta vez no me haga el boludo y cocine algo.
Al otro día yo tenía la cabeza a 1000 y ya cuando llegué de la oficina mi pija era un yunque. Como un poco de maña me doy en la cocina preparé unos medallones de bondiola con salsa improvisada, sonó el timbre y ahí estaba Alejandra, vestida con una camisa negra, un saquito gris, una pollera tubo negra, medias oscuras y unos tacos que hacían que su culito llame más la atención.
Dentro mio ya estaba que explotaba.
-Hola Santi. como andas?
-Mejor ahora que te veo tan sexy, vos?
-Bien, cansada del día laboral, pero con energias reservadas para la noche.
-Me alegro porque las vas a necesitar, pero primero, ya que esta vez me obligaste a cocinar, vamos a tener que comer.
Comimos charlando de la vida, del laburo, nada del otro mundo, terminamos y ella fue al baño, yo levanté las cosas imaginando como la iba a abordar para dar comienzo a la festiva noche, cuando...
-Santi, date vuelta.
Me di vuelta y la camisa y la pollera ya no estaban más, tenía un bustier negro y un culotte de puntilla con portaligas y las medias. Creo que mi cara expresó todo, me abalancé sobre ella, que fiel a su estilo me frenó y me fue sacando la ropa hasta dejarme en boxer (negros para no variar) y ahí di vuelta la ecuación, la levanté y me la llevé al cuarto, la tire sobre la cama y empecé a besarla mientras le frotaba mi cuerpo sobre el suyo. Pasé a su cuello, descubrí que eso la vuelve loca, me agarraba fuerte, me arañaba la espalda.
Nos dimos vuelta, quedó ella arriba, me arrancó el boxer y sacó sus pequeñas, pero hermosas tetas al aire, se notaba en sus rosados pezones la exitación y empezó a devolverme el favor besandome y chupandome el cuello, fue bajando por mi pecho, luego mis piernas, luego volvió a subir para divertirse con mis huevos, mientras yo le le agarraba la nuca los lamia, los chupaba, los besaba. Empezó a pasarse mi pija por su cara y despues de una se la tragó toda, hasta el fondo, comenzó a girar para que yo pueda alcanzar su culotte y sacarselo, cosa que hice sin dudarlo y la terminé de girar para quedar en un 69. Ale tiene una conchita hermosa, rosadita, depilada 100%, perfecta para mi, una conchita que me incita a chuparla. Estuvimos unos minutos degustandonos nuestros cuerpos hasta que no aguanté más, la recosté boca arriba, enfundé la espada y empecé a cogermela, increibles esos gemidos. Acabamos muy rápido, creo que ambos teníamos mucha calentura acumulada.
Hicimos un descanso de unos minutos y ella empezó a chuparmela otra vez, increible, hasta que la sintió completamente dura y de vuelta a coger, esta vez con ella arriba, yo de abajo chupandole las tetas y agarranole el culo hasta que ella acabó. Le tenía ganas a ese culito, pero no me dejó romperselo, igual la puse en 4 y le di asi, admirando la hermosura de sus nalgas, la acosté con el culito para arriba y segui hasta que acabé así.
Esto es todo por hoy, más adelante seguiré con mi vecinita....
http://www.poringa.net/posts/relatos/2378714/Alejandra-mi-vecina-1.html
Sobre Alejandra:
Morocha de ojos verdes, bien claros, metro sesenta, 34 años, piel bien blanca, sus pechos no son de grán tamaño, pero pese a su edad se mantienen exactamente donde debrían estar. De cara es hermosa y cuando se va te enamora.
Yo: Mido 1,75, volví hace poco al gimnasio y ya estoy recuperando la forma que mis músculos solían tener, pelo castaño oscuro y ojos verdes casi marrones.
Después de esa historia dejé pasar el fin de semana y el lunes. El martes salí temprano del trabajo y me fui para su librería para invitarla a salir, me dijo que esa noche no podía, pero que el miércoles estaba libre, pero que esta vez no me haga el boludo y cocine algo.
Al otro día yo tenía la cabeza a 1000 y ya cuando llegué de la oficina mi pija era un yunque. Como un poco de maña me doy en la cocina preparé unos medallones de bondiola con salsa improvisada, sonó el timbre y ahí estaba Alejandra, vestida con una camisa negra, un saquito gris, una pollera tubo negra, medias oscuras y unos tacos que hacían que su culito llame más la atención.
Dentro mio ya estaba que explotaba.
-Hola Santi. como andas?
-Mejor ahora que te veo tan sexy, vos?
-Bien, cansada del día laboral, pero con energias reservadas para la noche.
-Me alegro porque las vas a necesitar, pero primero, ya que esta vez me obligaste a cocinar, vamos a tener que comer.
Comimos charlando de la vida, del laburo, nada del otro mundo, terminamos y ella fue al baño, yo levanté las cosas imaginando como la iba a abordar para dar comienzo a la festiva noche, cuando...
-Santi, date vuelta.
Me di vuelta y la camisa y la pollera ya no estaban más, tenía un bustier negro y un culotte de puntilla con portaligas y las medias. Creo que mi cara expresó todo, me abalancé sobre ella, que fiel a su estilo me frenó y me fue sacando la ropa hasta dejarme en boxer (negros para no variar) y ahí di vuelta la ecuación, la levanté y me la llevé al cuarto, la tire sobre la cama y empecé a besarla mientras le frotaba mi cuerpo sobre el suyo. Pasé a su cuello, descubrí que eso la vuelve loca, me agarraba fuerte, me arañaba la espalda.
Nos dimos vuelta, quedó ella arriba, me arrancó el boxer y sacó sus pequeñas, pero hermosas tetas al aire, se notaba en sus rosados pezones la exitación y empezó a devolverme el favor besandome y chupandome el cuello, fue bajando por mi pecho, luego mis piernas, luego volvió a subir para divertirse con mis huevos, mientras yo le le agarraba la nuca los lamia, los chupaba, los besaba. Empezó a pasarse mi pija por su cara y despues de una se la tragó toda, hasta el fondo, comenzó a girar para que yo pueda alcanzar su culotte y sacarselo, cosa que hice sin dudarlo y la terminé de girar para quedar en un 69. Ale tiene una conchita hermosa, rosadita, depilada 100%, perfecta para mi, una conchita que me incita a chuparla. Estuvimos unos minutos degustandonos nuestros cuerpos hasta que no aguanté más, la recosté boca arriba, enfundé la espada y empecé a cogermela, increibles esos gemidos. Acabamos muy rápido, creo que ambos teníamos mucha calentura acumulada.
Hicimos un descanso de unos minutos y ella empezó a chuparmela otra vez, increible, hasta que la sintió completamente dura y de vuelta a coger, esta vez con ella arriba, yo de abajo chupandole las tetas y agarranole el culo hasta que ella acabó. Le tenía ganas a ese culito, pero no me dejó romperselo, igual la puse en 4 y le di asi, admirando la hermosura de sus nalgas, la acosté con el culito para arriba y segui hasta que acabé así.
Esto es todo por hoy, más adelante seguiré con mi vecinita....
1 comentarios - Alejandra, mi vecina (2)