Esto que voy a contar es de esas cosas que suceden sólo una vez en la vida. Las fantasías sobran en nuestra mente, lo que no sobra, son los eventos semejantes a dichos deseos que vuelan por nuestra cabeza.
Quizás lo más extraño de todo es la forma en como todo empezó y como terminó. Apenas un mensaje cordial en Poringa, desencadenó una tormenta de emociones y sensaciones nuevas. Me voy a quedar con el aspecto sexual del hecho, el resto me lo reservo para mí.
Que me sucedió, es verdad, que la historia es increíble, es aún más cierto. Voy a contar tal cual como pasó. Mis palabras queda en ustedes creerlas.
Aproximadamente hace 2 semanas entre a Poringa para ver mis mensajes como de costumbre. Pero ese día tenía un mensaje distinto a los demás, era de PameMorrison30. En ninguna parte del mensaje hacía referencia a mi físico, como suelo mostrar en cada uno de mis post. Este era diferente en el cual lhacía referencia a mi guitarra, mostrando su lado de amante de la música, y me preguntaba si quería conocerla.
No podía negarme a tal extraño pedido, la curiosidad me mataba. No fueron 2 mensajes más a través de Poringa que nos pasamos Skype.
Entramos a conocernos un sábado a las 4 de la tarde, ese día no tenía nada planeado, el tiempo era suficiente (o quizás no). En esa charla, me contaba que era nueva en Poringa, y que había entrado por mera curiosidad.
30 años, casada y con una hija, yo 22 y soltero.
Ella de Mendoza, yo de Buenos Aires.
Por lo que verán mi primera impresión acerca de esto era simplemente una buena charla. Intente desesperanzadoramente ver si tenía algún tipo de posibilidad con ella y le pasé una foto mía. Le gustó, pero ocurrió lo que me temía. Era muy chico para ella.
Desistí de gustarle y hablamos durante 4 horas, sin ningún tipo de connotación sexual en lo más mínimo. Y debo admitir que todo eso jugó en mí de una forma en particular porque jamás había sentido tanta conexión con una persona en la primera charla.
No pude evitar sentirme atraído ante tal mujer, su forma de hablar, de pensar, sus gustos, su vida me gustaban más y más a medida que pasaban las horas.
Luego de todo eso, me atreví a llevar todo a un siguiente nivel, apenas un manotazo de ahogado. Si se habrán alineado los planetas que ella accedió! Usé todo lo que tenía, mis palabras poco a poco hicieron que se entregue a mí, poco a poco estaba más cerca mío.
Habrán sido 2 horas en las cuales quedamos extasiados de tanto placer, sin todavía poder creer cómo un chico de 22 y una de 30 pueden sentir eso el uno por el otro de esa forma.
Nos despedimos. Hasta luego.
El luego llegó a los 2 días, y esta vez los dos sabíamos qué queríamos del otro. Cojernos a pleno, aunque fuese a mil kilómetros, de alguna forma tenía que pasar. Gracias a un amigo conseguí una cámara. Llegué a mi casa a las 12 de la noche, la enchufé y esperé a que se conectase. Apenas unos minutos sucedieron hasta que ella se conectó.
Demás está decir que las palabras y las imágenes sobraron para quedar los dos tendidos sobre nuestras sillas, mirándonos mientras nuestras almas volvían al cuerpo.
Pasó de nuevo.
Y de nuevo.
Y de nuevo.
La distancia, nuestras vidas, hacía imposible el encuentro, pero el deseo y la pasión por el otro, les aseguro, podía romper cualquier barrera. Amaba su mente, su alma y su cuerpo. Brotó en mí una locura por verla. No podía aguantar un minuto más sin estar a su lado.
Un miércoles arreglamos de vernos, el jueves me tomé un avión a Mendoza.
14.15 llegué al aeropuerto.
14.55 me buscó en remís (un beso en la boca inició nuestro encuentro)
15.10 llegamos a su casa.
No había nadie, su esposo se había ido por trabajo unos días.
Nos abrazamos, nos miramos, apenas unas palabras intentaban describir lo que estaba sucediendo. Le pedí si podía bañarme, y además si lo hacía conmigo.
Si se habrá parado el mundo en ese momento por unos minutos! Mis manos no creían aún estar abrazando todo ese cuerpo, esa cola y esas tetas! No podía parar de besarla, ella no dejaba de tocarme. Jamás había visto dos personas tan deseosas la una de la otra. Poco a poco besaba mi boca, mi cuello. Bajaba lentamente, mi pecho, mi panza. Me mira, mete mi pija en su boca.
Qué mujer! Jamás en mi vida me habían chupado tan bien la verga! No podía creer que ella, la que en un principio era un imposible, estuviese lamiendo cada parte de mí.
La di vuelta y apoyó sus manos contra la pared. Metí mi pija en su concha, por demás húmeda, despacio hasta quedar completamente adentro de ella. Me pedía que la cojiese, quería sentirme adentro y yo moría por eso. Toda la calentura de los días previos estaba concluyendo en ese momento. Mis manos sobre su cadera, su espalda arqueada, sus ojos mirándome, los dos cojiéndonos el uno al otro. Quería llenarla de mí, ella bajó y con su boca recibió cada gota que tenía dentro mío.
Nos terminamos de bañar, nos cambiamos y nos fuimos al cuarto.
Nuestras ropas habrán durado 5 minutos puestas, no podíamos hacer otra cosa más que sacarnos más y más las ganas que teníamos. Nos chupamos todo el cuerpo, cada parte de mí y cada parte de ella estaba mojada con nuestra saliva.
Pasó de nuevo.
Y de nuevo.
Y de nuevo.
A la noche fuimos al centro a buscar algo para fumar y tomar. Volvimos a las 2 horas aproximadamente, fumamos y después cenamos mientras tomábamos las cervezas que habíamos comprado.
Suficiente fueron esas 2 horas como para volver el hambre de nuestros cuerpos. Mientras escuchábamos música de fondo, me acerqué y la besé. Ella se paró y empezamos a entrelazarnos con nuestros brazos mientras nos ibamos sacando la ropa.
Subimos al cuarto.
Si estaban esperando para leer algo más fuerte, préndanse un cigarrillo que es el momento. El mejor sexo de nuestras vidas estaba por suceder.
02/08/2013 00.30 de la madrugada.
Desnudos, en la cama donde ella duerme con otro hombre hace 12 años rompimos de placer. Mojé cada centímetro de su cuerpo con mi saliva, su cuello y sus orejas eran mi perdición. Su espalda y su cintura eran perfectas. Su cola y sus piernas dobladas cada vez más y más se entregan a mi lengua.
Besé los cachetes de su culo mientras la agarraba con las manos. Mi lengua cada vez más cerca, acariciaba sus muslos y de a poco me fui acercando a los labios de su concha. Sabrán ustedes lo mojada y rica que era esa concha! Me tragaba todo de ella, la amaba con locura y a su culo también, no podía parar de chupárselos. Ella era una leona que acababa de salir de su jaula, hambrienta.
Me tiró sobre la cama, me abrió las piernas y empezó a comerme la verga, la cabeza de mi pija llenaba su boca. Su lengua la lamía toda, bajaba por el resto de mi pija, besaba mis venas. Se la volvía a meter en la boca.
Nunca vi a nadie que disfrute chupar tanto una pija como lo hacía ella. Me volvía loco y yo no podía creer como una mujer de 30 pudiese estar haciéndome sentir así. Metía mis huevos en su boca y los chupaba mientras pasaba su lengua. Me masturbaba con las manos y gemía como nunca escuché gemir a nadie. Disfrutaba con la vida chupármela y yo no bajaba del cielo. Era completamente de ella, cada parte de mi cuerpo.
Me pidió chuparme el culo. Juro que me hubiese negado ante cualquier persona, pero esta mujer se había ganado cada parte de mí. Empezó con su lengua a lamerme desde la punta de mi verga hasta el culo, estaba lleno de saliva, de su saliva. Metía su lengua adentro mío y debo admitir que eso que jamás había vivido, en ese momento me dejó completamente imbécil. Ya no sabía que sentir. Una sensación de calor pasaba por mi pecho y me quemaba. Me di vuelta y me puse en cuatro entregándole todo de mí.
Me chupaba el culo y metía mis huevos en su boca, acariciaba mi verga y la llenaba de saliva. Me metía un dedo mientras cojía mi pija con su boca. Mientras tanto la veía, tomaba un trago de cerveza, esta mujer estaba haciendo un show con mi cuerpo.
Había desatado un infierno en esa cama. Había sacado lo peor de mí. Su cuerpo iba a sentir todo eso que había logrado en mí.
La agarré de los pelos y de la cara y bese sus labios como un animal, me sentía diferente. Sabía perfectamente cada cosa que le iba a hacer y no dude un segundo, la miraba fijamente y entendió que mis ojos transmitían muchísima perversión con ella.
Abrí sus piernas y metí la punta de mi verga adentro de su concha (húmeda y dilatada tan sólo por chupármela). La metía y la sacaba, y ella se volvía loca. Mientras tanto mi pija crecía viendo como con tan sólo la punta de mi verga la hacía gozar hasta el límite. Fui metiéndola de a poco, sus ojos y su boca no podían expresar más asombro a medida que se la metía.
Cojimos durante horas, de mil formas, violentamente. Movía mi verga dentro de ella, ella movía su cuerpo arriba mío. Mis manos apretaban ese culo y agarraban todo lo que podía de él. Mi pija cojía su concha, mis dedos su cola, mi boca la suya. Me la volvía a chupar y el culo también. Su concha estaba más abierta y mi pija más grande que nunca. Bombeaba muchísima leche para ella. Me estaban cojiendo la verga como nunca. Le pegaba en el orto y a ella la volvía loca.
Estabamos desatados los dos. Ya no pasaba por acabar, simplemente disfrutábamos cojer. Acabar era simplemente algo secundario, hasta que pasó.
Ella se encontraba tendida sobre la cama mientras mi pija estaba a punto de llenarla de leche. Saqué mi verga y quise acabar sobre su pelvis. Llegó hasta su cara. Un camino de semen cubría su cuerpo.
Nos miramos fijamente, no dijimos nada. Ya habíamos dicho todo.
Quizás lo más extraño de todo es la forma en como todo empezó y como terminó. Apenas un mensaje cordial en Poringa, desencadenó una tormenta de emociones y sensaciones nuevas. Me voy a quedar con el aspecto sexual del hecho, el resto me lo reservo para mí.
Que me sucedió, es verdad, que la historia es increíble, es aún más cierto. Voy a contar tal cual como pasó. Mis palabras queda en ustedes creerlas.
Aproximadamente hace 2 semanas entre a Poringa para ver mis mensajes como de costumbre. Pero ese día tenía un mensaje distinto a los demás, era de PameMorrison30. En ninguna parte del mensaje hacía referencia a mi físico, como suelo mostrar en cada uno de mis post. Este era diferente en el cual lhacía referencia a mi guitarra, mostrando su lado de amante de la música, y me preguntaba si quería conocerla.
No podía negarme a tal extraño pedido, la curiosidad me mataba. No fueron 2 mensajes más a través de Poringa que nos pasamos Skype.
Entramos a conocernos un sábado a las 4 de la tarde, ese día no tenía nada planeado, el tiempo era suficiente (o quizás no). En esa charla, me contaba que era nueva en Poringa, y que había entrado por mera curiosidad.
30 años, casada y con una hija, yo 22 y soltero.
Ella de Mendoza, yo de Buenos Aires.
Por lo que verán mi primera impresión acerca de esto era simplemente una buena charla. Intente desesperanzadoramente ver si tenía algún tipo de posibilidad con ella y le pasé una foto mía. Le gustó, pero ocurrió lo que me temía. Era muy chico para ella.
Desistí de gustarle y hablamos durante 4 horas, sin ningún tipo de connotación sexual en lo más mínimo. Y debo admitir que todo eso jugó en mí de una forma en particular porque jamás había sentido tanta conexión con una persona en la primera charla.
No pude evitar sentirme atraído ante tal mujer, su forma de hablar, de pensar, sus gustos, su vida me gustaban más y más a medida que pasaban las horas.
Luego de todo eso, me atreví a llevar todo a un siguiente nivel, apenas un manotazo de ahogado. Si se habrán alineado los planetas que ella accedió! Usé todo lo que tenía, mis palabras poco a poco hicieron que se entregue a mí, poco a poco estaba más cerca mío.
Habrán sido 2 horas en las cuales quedamos extasiados de tanto placer, sin todavía poder creer cómo un chico de 22 y una de 30 pueden sentir eso el uno por el otro de esa forma.
Nos despedimos. Hasta luego.
El luego llegó a los 2 días, y esta vez los dos sabíamos qué queríamos del otro. Cojernos a pleno, aunque fuese a mil kilómetros, de alguna forma tenía que pasar. Gracias a un amigo conseguí una cámara. Llegué a mi casa a las 12 de la noche, la enchufé y esperé a que se conectase. Apenas unos minutos sucedieron hasta que ella se conectó.
Demás está decir que las palabras y las imágenes sobraron para quedar los dos tendidos sobre nuestras sillas, mirándonos mientras nuestras almas volvían al cuerpo.
Pasó de nuevo.
Y de nuevo.
Y de nuevo.
La distancia, nuestras vidas, hacía imposible el encuentro, pero el deseo y la pasión por el otro, les aseguro, podía romper cualquier barrera. Amaba su mente, su alma y su cuerpo. Brotó en mí una locura por verla. No podía aguantar un minuto más sin estar a su lado.
Un miércoles arreglamos de vernos, el jueves me tomé un avión a Mendoza.
14.15 llegué al aeropuerto.
14.55 me buscó en remís (un beso en la boca inició nuestro encuentro)
15.10 llegamos a su casa.
No había nadie, su esposo se había ido por trabajo unos días.
Nos abrazamos, nos miramos, apenas unas palabras intentaban describir lo que estaba sucediendo. Le pedí si podía bañarme, y además si lo hacía conmigo.
Si se habrá parado el mundo en ese momento por unos minutos! Mis manos no creían aún estar abrazando todo ese cuerpo, esa cola y esas tetas! No podía parar de besarla, ella no dejaba de tocarme. Jamás había visto dos personas tan deseosas la una de la otra. Poco a poco besaba mi boca, mi cuello. Bajaba lentamente, mi pecho, mi panza. Me mira, mete mi pija en su boca.
Qué mujer! Jamás en mi vida me habían chupado tan bien la verga! No podía creer que ella, la que en un principio era un imposible, estuviese lamiendo cada parte de mí.
La di vuelta y apoyó sus manos contra la pared. Metí mi pija en su concha, por demás húmeda, despacio hasta quedar completamente adentro de ella. Me pedía que la cojiese, quería sentirme adentro y yo moría por eso. Toda la calentura de los días previos estaba concluyendo en ese momento. Mis manos sobre su cadera, su espalda arqueada, sus ojos mirándome, los dos cojiéndonos el uno al otro. Quería llenarla de mí, ella bajó y con su boca recibió cada gota que tenía dentro mío.
Nos terminamos de bañar, nos cambiamos y nos fuimos al cuarto.
Nuestras ropas habrán durado 5 minutos puestas, no podíamos hacer otra cosa más que sacarnos más y más las ganas que teníamos. Nos chupamos todo el cuerpo, cada parte de mí y cada parte de ella estaba mojada con nuestra saliva.
Pasó de nuevo.
Y de nuevo.
Y de nuevo.
A la noche fuimos al centro a buscar algo para fumar y tomar. Volvimos a las 2 horas aproximadamente, fumamos y después cenamos mientras tomábamos las cervezas que habíamos comprado.
Suficiente fueron esas 2 horas como para volver el hambre de nuestros cuerpos. Mientras escuchábamos música de fondo, me acerqué y la besé. Ella se paró y empezamos a entrelazarnos con nuestros brazos mientras nos ibamos sacando la ropa.
Subimos al cuarto.
Si estaban esperando para leer algo más fuerte, préndanse un cigarrillo que es el momento. El mejor sexo de nuestras vidas estaba por suceder.
02/08/2013 00.30 de la madrugada.
Desnudos, en la cama donde ella duerme con otro hombre hace 12 años rompimos de placer. Mojé cada centímetro de su cuerpo con mi saliva, su cuello y sus orejas eran mi perdición. Su espalda y su cintura eran perfectas. Su cola y sus piernas dobladas cada vez más y más se entregan a mi lengua.
Besé los cachetes de su culo mientras la agarraba con las manos. Mi lengua cada vez más cerca, acariciaba sus muslos y de a poco me fui acercando a los labios de su concha. Sabrán ustedes lo mojada y rica que era esa concha! Me tragaba todo de ella, la amaba con locura y a su culo también, no podía parar de chupárselos. Ella era una leona que acababa de salir de su jaula, hambrienta.
Me tiró sobre la cama, me abrió las piernas y empezó a comerme la verga, la cabeza de mi pija llenaba su boca. Su lengua la lamía toda, bajaba por el resto de mi pija, besaba mis venas. Se la volvía a meter en la boca.
Nunca vi a nadie que disfrute chupar tanto una pija como lo hacía ella. Me volvía loco y yo no podía creer como una mujer de 30 pudiese estar haciéndome sentir así. Metía mis huevos en su boca y los chupaba mientras pasaba su lengua. Me masturbaba con las manos y gemía como nunca escuché gemir a nadie. Disfrutaba con la vida chupármela y yo no bajaba del cielo. Era completamente de ella, cada parte de mi cuerpo.
Me pidió chuparme el culo. Juro que me hubiese negado ante cualquier persona, pero esta mujer se había ganado cada parte de mí. Empezó con su lengua a lamerme desde la punta de mi verga hasta el culo, estaba lleno de saliva, de su saliva. Metía su lengua adentro mío y debo admitir que eso que jamás había vivido, en ese momento me dejó completamente imbécil. Ya no sabía que sentir. Una sensación de calor pasaba por mi pecho y me quemaba. Me di vuelta y me puse en cuatro entregándole todo de mí.
Me chupaba el culo y metía mis huevos en su boca, acariciaba mi verga y la llenaba de saliva. Me metía un dedo mientras cojía mi pija con su boca. Mientras tanto la veía, tomaba un trago de cerveza, esta mujer estaba haciendo un show con mi cuerpo.
Había desatado un infierno en esa cama. Había sacado lo peor de mí. Su cuerpo iba a sentir todo eso que había logrado en mí.
La agarré de los pelos y de la cara y bese sus labios como un animal, me sentía diferente. Sabía perfectamente cada cosa que le iba a hacer y no dude un segundo, la miraba fijamente y entendió que mis ojos transmitían muchísima perversión con ella.
Abrí sus piernas y metí la punta de mi verga adentro de su concha (húmeda y dilatada tan sólo por chupármela). La metía y la sacaba, y ella se volvía loca. Mientras tanto mi pija crecía viendo como con tan sólo la punta de mi verga la hacía gozar hasta el límite. Fui metiéndola de a poco, sus ojos y su boca no podían expresar más asombro a medida que se la metía.
Cojimos durante horas, de mil formas, violentamente. Movía mi verga dentro de ella, ella movía su cuerpo arriba mío. Mis manos apretaban ese culo y agarraban todo lo que podía de él. Mi pija cojía su concha, mis dedos su cola, mi boca la suya. Me la volvía a chupar y el culo también. Su concha estaba más abierta y mi pija más grande que nunca. Bombeaba muchísima leche para ella. Me estaban cojiendo la verga como nunca. Le pegaba en el orto y a ella la volvía loca.
Estabamos desatados los dos. Ya no pasaba por acabar, simplemente disfrutábamos cojer. Acabar era simplemente algo secundario, hasta que pasó.
Ella se encontraba tendida sobre la cama mientras mi pija estaba a punto de llenarla de leche. Saqué mi verga y quise acabar sobre su pelvis. Llegó hasta su cara. Un camino de semen cubría su cuerpo.
Nos miramos fijamente, no dijimos nada. Ya habíamos dicho todo.
8 comentarios - Encuentro de Hotmassive y PameMorrison30 [Relato]
que hermosa cola