Nunca había pensado en sacarme el carné de conducir, pero con las facilidades que me dio mi familia no dudé en hacerlo, así que me apunté a la autoescuela. Empecé a ir a las clases teóricas que impartía una profesora, pero luego ésta se fue de vacaciones y vino un profesor. La verdad me llamó la atención a primera vista, pero no me convenció su forma de dar la clase, por lo que no fui más hasta que volvió la otra profesora.
Nunca fui de las personas que tenía vida social (por llamarlo de alguna forma) en la autoescuela, así que yo iba estudiaba un rato y me iba. Unos meses después aprobé el examen teórico sin ninguna dificultad. A la semana siguiente ya puse las dos primeras prácticas con la profesora que me recomendó la secretaria. La verdad no me gustó nada, no me hacía caso y pasaba un poco de todo.
Un par de semanas después llegué a la autoescuela y cuando esperaba para hacer la práctica la secretaria me dijo que se había equivocado de profesor, que me puso con el chico, que probara con él ese día y si quería me cambiaba o me dejaba con él. A los minutos vi llegar el coche y nerviosa, más de lo normal, por el cambio de profesor me subí en el coche. Ahí estaba él, un hombre de unos treinta y poco años que yo le echaba en ese momento, con unas gafas oscuras que apenas se le veían los ojos y con una voz...muy imponente.
-Hola, tu eres Celia (por poner un nombre no)?
-Si, soy yo. (le contesté tímidamente).
-Por tu nombre no eres de aquí no? (él)
-No, soy de latinoamérica. (yo)
Lo siguiente fue comenzar la práctica. Todo muy normal pero día a día y semana trás semana nos fuimos conociendo más. En las prácticas hablábamos mucho. Él sabía que yo tenía novio, y también sabía de mis problemas con él. Los temas de conversación eran diversos, y muchas veces temas un tanto provocativos, calientes o como se pueda llamar.
Un día al llegar a la autoescuela ve vio bastante bronceada y me dijo:
-Que guapa te hacen ver esos rallitos de sol (él)
-Gracias. (le contesté sin apenas mirarlo).
Ese mismo día me preguntó que a qué playa había ido, le dije el nombre de una playa nudista, a los que me contestó ah! ¿que haces nudismo? le contesté que no, y me respondió: Con esos pechos tan bonitos y grandes que tienes! Cuando me dijo eso me sorprendió tanto que di mal una curva con el coche que el tuvo que corregirme y no hablamos más del tema. También me estuvo contando de cuando tenía 20 años y hacía nudismo...lo que me hizo imaginarmelo totalmente desnudo, y no me degradaba nada la idea de llevármelo a la cama.
A partir de ahí empecé a pensar día y noche en él, aunque no era guapo su gran atractivo me llamaba demasiado la atención. Era un hombre solo un poco más alto que yo, no de complexión fuerte, ni tampoco débil, con una barba de unos días pero muy bien perfilada y cuidada, y sobre todo unos ojos marrones muy profundos que seducirían a cualquiera, unos labios no muy gruesos ni tampoco muy finos pero que daban ganas de lamer... Lo más llamativo para mi era su aptitud, tal vez un poco chula lo que lo hacía más tentador, eran en plan "aquí estoy yo y soy el que mando".
Sus comentarios cada vez eran mas subiditos de tono, no desperdiciaba ocasión para decirme lo guapa que le parecía, o el cuerpazo que tenía, hasta se eprcataba de averiguar la edad de mis padres, porque algún que otro día iba con vestidos bastante cortos y me preguntó que si había quedado con mi novio, yo le contesté que no, que ya no estaba con él, a lo que me respondió "si tuviera 20 añitos menos te tiraría los trastos, pero seguro que tus padres tienen mi edad..." lo que me hacía dejar volar aún más mi imaginación ya que me daba posibilidades de poder probarlo en la cama. Con los días se me había hecho costumbre arrecostarme sobre él para alcanzar a acomodar el retrovisor derecho, hasta que un día me dijo : "a mi me encanta que te tumbres sobre mi, pero mejor para ti si me dices como aomodarte el retrovisor" yo, avergonzada asentí. Otras veces el freno de mano estaba tan duro que necesitaba ayuda. Me decía: "Pon la mano aquí" y yo cogía el freno, luego él cogía mi mano y entre los dos lo quitábamos, pero lo hacía de una forma tan delicada, y rozándome la mano de tal forma que me provocaba aún más.
Otros días me decía que los minutos que me quedaban me los daba al día siguiente que era la última. Yo aprovechándome me arreglé un poco más de lo normal, y como ya era costumbre me dijo que venía muy guapa. Ese día me tenía que dar los minutos de más del día anterior, pero a mi me pareció muy larga y le pregunté, me dijo que si tenía cosas que hacer? le dije que no, que nadie me esparaba. Este día había como tensión entre los dos, evidentemente yo no me iba a lanzar sin saber si yo le gustaba. Seguramente lo hizo adredes porque era una de mis últimas prácticas.
A la semana siguiente hice alguna práctica más, estaba muy serio y distante conmigo, no sabía si tenía mal día o porque no quería que me fuera. El día del examen aprobé y cuando llegamos a la autoecuela todos, me dijeron que pasara unos días después le dije que me iba y me dijo "ya te vas? con tanta prisa?" le dije que sí aunque me moría por hablar con él o algo, pero había tanta gente que no fui capaz de decirle nada.
Cada día loe chaba más de menos, me moría por verlo, por tenerlo cerca, oler su perfume y sobre todo me moría por besarlo hasta que no pudiera resistirse y me hiciera suya. Eso no podía quedar ahí, así que busqué la forma de contactar con él, yo tenía que saciar las ganas que tenia de tenerlo dentro de mi. Cuando chateamos por primera vez me dijo que se alegraba se saber de mi, que me echaba de menos tenerme como alumna, que quería verme algún día, por supuesto le dije que si, que nos veríamos. Hablábamos bastante a menudo y la conversación eran un poco subiditas de tono.
Una noche estuvimos chateando muy tarde, él no tenía sueño, yo ya estaba en la cama, y me estaba poniendo mal solo de imaginármelo solo, en su casa, sin camisa, a oscuras, yo tenía que conseguir algo... Así que le escribía lo más insinuante que se me ocurría, él me entendió y me dijo que si lo ayudaba a que le diera sueño, le dije que me buscara, y eso hizo.
Me puse uno de mis mejores conjutos de ropa interior y salí. Habíamos quedados unas calles más abajo,a parte de estar muy exitada estaba muy nerviosa y no quería llegar antes que él. A los minutos se me paró un coche al lado mio, era el Mercedes último modelo que yo sabía que él tenía. No soy nada materialista pero verlo llegar a esas horas de la noche, en ese coche y a buscarme a mi... Me lo hubiera tirado en aquel mismo momento y en aquel mismo lugar, pero n, tenía que aguantarme. Lo saludé con un "Hola" muy tímido, por el camino fuimos hablando pero había mucha tensión, los dos sabíamos lo que iba a pasar y aunque los dos lo deseábamos nos daba vergüenza.
Su caballerosidad al abrirme las puertas y dejarme pasar yo primero me provocaba aún más. Al llegar a su casa apagó el ordenador, lo que me demostró que salió con mucha prisa, también estaba ansioso por tenerme allí con él. Nos sentamos en el sillón en la salón a ver tele, más bien a hablar de todo un poco excepto de las ganas que teníamos por devorarnos.
Al rato le dije: "tu no duermes?" y me contestó: "si si, vamos". Me hizo levantarme delante de él y me agarró por la cintura, y me empujaba hacia la habitación dándome besos en el cuello y oliéndome el pelo. Nos quedamos de pie al lado de la cama, se me puso cerca, cara a cara mientras me tenía agarrada por la cintura, nunca había sentido eso que sentía en ese momento, las ganas me comían por dentro, su miradaba y sus besos me quemaban la piel de deseo... Quería que sus manos recorrieran todo mi cuerpo.
No aguanté más las ganas, y por primera vez fui yo la que me lancé... Lo agarré por la cara y lo besé, sentí un gran alivio, sabía que ya no se me iba a escapar tenerlo como hace tiempo quería. Él metió su mano por la parte de atrás de mi ajustado pantalón, notaba como él también estaba loco por tocar mi cuerpo, por sentir mi piel. Luego de haber sentido mis nalgas, y de darse cuenta que todo eso que tantas veces deseó al darme clases iba a ser verdad, respiró un poco y me subió la camisa. Su timidez no lo dejó tocar mis pechos, así que prefirió tocarme la espalda hasta que me terminó de quitar la camisa.
Nos seguíamos besando como locos, su lengua y la mia iban al mismo ritmo, teníamos las mismas ganas... De repente se apartó de mi y me miraba a los ojos, me tocaba el pelo, no quería romper el exitante silencio pero su mirada me incitaba a preguntarle por qué me miraba así y me contestó: "es que eres muy guapa, me gustas mucho y me exitas aún más", sonreí y lo besé con todas mis ganas, con tanta exitación y deseo como mi cuerpo era capaz de soportar. Con mucha delicadeza se decidió a desabrocharme el sujetador, pero aún así me seguía tocando la espalda aunque yo me moría por sentir su lengua en mis erizados pezones, quería saber que se sentía tener su lengua sobre mi cuerpo... Él se eprcató de eso, me bajó las asillas y dejó caer el sujetador al suelo... Se quitó él mismo la camiseta dejando al descubierto su pecho, que era tal y como me había imaginado. No estaba muy musculado ni marcado, tampoco estaba depilado ni lleno de bello. Era como a mi me gustaba, fuerte y se matcaba pero solo un poco. Al verlo me excité mucho más.
Nos besábamos cada vez con más ganas. Parecía que el tiempo de había detenido en esa habitación, y así hubiera deseado que fuese. Después con mucha delicadeza me tumbó en la cama, como si de una figurita de cristal que se puede romper se tratara. Su mirada al verme en su cama y medio desnuda era intensa, me comía con los ojos, así que me empezó a besar por el cuello lo que me hizo casi correrme de placer, luego mi bonito pecho, lo que hizo que mis pezones se pusieran aún más duros, luego el vientre lo que ya me confirmó que el placer que iba a recibir iba a ser inimaginable. Al llegar al pantalón quiso desabrochar el cinto y le dije que lo hacía yo porque era un poco difícil, y justo se lo dije consiguió desabrocharlo ya lo había hecho, me miró sonriendo, diciéndome con la mirada "tu a mi no te me escapas!" y me quitó el pantalón, incluso se bajo de la cama para quitarme los zapatos y se volvió a poner encima mio rozando su ardiente cuerpo con el mio. Quiso saborear mi cuerpo y besarme toda de nuevo.
Ya yo no aguantaba más, mi punto de exitación había llegado a su punto máximo, no aguantaba las ganas de ser oenetrada por mi adorado profe, por lo que me quise poner encima de él para controlarlo yo, y me tocaba todo a su antojo. Pero quería ser él el que tuviera el control, así que se puso de nuevo encima mio y me quitó la tanga, dejando al decubierto mi joven y resurado coñito. Me quedé medio sentada, ya que al ver su cara de exitación no podía dejar que se apartara de mi, le agarré la cara, lo besé y me empujó hacia atrás. Al ver mis ganas y mis ansias por todo su cuerpo, me besó con más ganas todavía, me mordía me subcionaba mi piel, como con ganas de querer arrancarme cada pedacito de mi. Sus besos llegaron hasta mi jugoso y empapado coñito. Lentamente pasó su lengua por mi clítoris, llevándome a ver el cielo de tal forma que me parecía estar flotando de placer. Siguió bajando, como era de esperar mi rajita estaba muy mojada, por lo que le resbalaba su lengua más de lo normal. Metió su lengua todo lo que pudo, lamiendo cada parte de mi vagina. Volvió a mi clítoris, e introdujo sus dedos en mi coño, esto me hizo gemir de una forma muy exagerada, y al escucharme más ganas de hacerme disfrutar le dieron.
Ya con su lengua en mi clítoris y sus dos dedos en mi vagina, se atrevió a meter su dedo pulgar en mi ano. Al oirme gemir de placer, me preguntó si me dolía, le contesté entre susurros: "me encanta" Me dio tanto placer que si no hubiera sido porque ansiaba saborear su miembro hubiera quedado más que satisfecha. Se incorporó, me besó otra vez con sus labios húmedos, llenos de mis jugos, se quitó los slips Calvin Klein, que le quedaban super bien, se colocó de nuevo sobre mi y rozaba su flamante polla (que no era ni demasiado grande ni demasiado pequeña, tenía el temaño ideal, de los miembros mas apetecibles que he visto) con mi abultado y rosado coño. Estuvo así unos segundos, yo estaba poca por ser penetrada por esa polla que hace tiempo deseaba, pero que lo hiciera cuando él no aguantara más.
De depente me penetró suavemente, ya que no quería que me doliera, lo que él no sabía es que en ese momento podía sentir de todo excepto dolor. Sentí como su miembro de introducí dentro de mi y rozaba las paredes de mi vagina, haciéndome sentir un placer infinito. Para su edad no esperaba tanto, no paraba se moverse, introducía una y otra vez su miembro en mi vagina haciendo gritar de placer, que aunque me daba vergüenza gritar tanto, lo que estaba haciendome sentir mi profe no era fácil de disimular. No me dejó hacer nada, así que hice por levantarme y lo conseguí, le dije: "no me vas a dejar hacer nada?" se rio y me dejó poner encima. Desde ese ángulo disfrutaba se su cara de placer y sobre todo de su polla, desde la punta hasta los testículos. Me moví como mis pocos años de experiencia en el sexo me habían enseñado, para hacerlo disfrutar tanto como él me había hecho disfrutar a mi... hasta que me dijo: "me voy a ir" y con más ganas lo hice, estaba loca por sentir su semen recorrer mi coño, por ver su cara se exitación, por hacerlo gemir de placer...y así fue, se agarró a mis nalgas y a mis pechos con fuerza, y dio un gemido que le salio del alma, yo seguía moviéndome, no quería dejarlo ni una gota de su semen dentro, así que yo aprovechando que yo disfrutabaa tanto o más que él lo hice correrse todo, hasta quedarnos como muertos, yo encima de él, abrazados, agarrados, como si aquello que acababa de ocurrir hubiera sido un sueño.
Unos minutos después, cuando ya habíamos cogido aire y nos habíamos repuesto de sentir tanto placer, me dijo:"qué bien te mueves" a lo que yo sonreí con cara de satisfacción. Él se quedó con una carita... le dije que me preocupaba que no durmiera, que tenía que madrugar, me contestó que no importaba. Al rato cogí mi ropa y me dijo: "te la vas a poner toda?" así queme quedé en ropa interior y él también, se acostó y me dijo que me acostara al lado de él. Me miraba fijamente, por lo que le dije: "por qué me miras así?" "en las prácticas ya lo hacía" me contestó, "no me daba cuenta" le dije, "ya lo sé" contestó. Le dije que durmiera que yo me iba, me dijo que él me llevaba cuando yo quisiera. En el ascensor me miraba fijo, como pensando en si lo acaba de pasar era un sueño. Nos despedimso con un beso en los labios...Hasta que no dejó de verme no arrancó el coche, observando el cuerpo que había tenido en sus brazos.
Nunca fui de las personas que tenía vida social (por llamarlo de alguna forma) en la autoescuela, así que yo iba estudiaba un rato y me iba. Unos meses después aprobé el examen teórico sin ninguna dificultad. A la semana siguiente ya puse las dos primeras prácticas con la profesora que me recomendó la secretaria. La verdad no me gustó nada, no me hacía caso y pasaba un poco de todo.
Un par de semanas después llegué a la autoescuela y cuando esperaba para hacer la práctica la secretaria me dijo que se había equivocado de profesor, que me puso con el chico, que probara con él ese día y si quería me cambiaba o me dejaba con él. A los minutos vi llegar el coche y nerviosa, más de lo normal, por el cambio de profesor me subí en el coche. Ahí estaba él, un hombre de unos treinta y poco años que yo le echaba en ese momento, con unas gafas oscuras que apenas se le veían los ojos y con una voz...muy imponente.
-Hola, tu eres Celia (por poner un nombre no)?
-Si, soy yo. (le contesté tímidamente).
-Por tu nombre no eres de aquí no? (él)
-No, soy de latinoamérica. (yo)
Lo siguiente fue comenzar la práctica. Todo muy normal pero día a día y semana trás semana nos fuimos conociendo más. En las prácticas hablábamos mucho. Él sabía que yo tenía novio, y también sabía de mis problemas con él. Los temas de conversación eran diversos, y muchas veces temas un tanto provocativos, calientes o como se pueda llamar.
Un día al llegar a la autoescuela ve vio bastante bronceada y me dijo:
-Que guapa te hacen ver esos rallitos de sol (él)
-Gracias. (le contesté sin apenas mirarlo).
Ese mismo día me preguntó que a qué playa había ido, le dije el nombre de una playa nudista, a los que me contestó ah! ¿que haces nudismo? le contesté que no, y me respondió: Con esos pechos tan bonitos y grandes que tienes! Cuando me dijo eso me sorprendió tanto que di mal una curva con el coche que el tuvo que corregirme y no hablamos más del tema. También me estuvo contando de cuando tenía 20 años y hacía nudismo...lo que me hizo imaginarmelo totalmente desnudo, y no me degradaba nada la idea de llevármelo a la cama.
A partir de ahí empecé a pensar día y noche en él, aunque no era guapo su gran atractivo me llamaba demasiado la atención. Era un hombre solo un poco más alto que yo, no de complexión fuerte, ni tampoco débil, con una barba de unos días pero muy bien perfilada y cuidada, y sobre todo unos ojos marrones muy profundos que seducirían a cualquiera, unos labios no muy gruesos ni tampoco muy finos pero que daban ganas de lamer... Lo más llamativo para mi era su aptitud, tal vez un poco chula lo que lo hacía más tentador, eran en plan "aquí estoy yo y soy el que mando".
Sus comentarios cada vez eran mas subiditos de tono, no desperdiciaba ocasión para decirme lo guapa que le parecía, o el cuerpazo que tenía, hasta se eprcataba de averiguar la edad de mis padres, porque algún que otro día iba con vestidos bastante cortos y me preguntó que si había quedado con mi novio, yo le contesté que no, que ya no estaba con él, a lo que me respondió "si tuviera 20 añitos menos te tiraría los trastos, pero seguro que tus padres tienen mi edad..." lo que me hacía dejar volar aún más mi imaginación ya que me daba posibilidades de poder probarlo en la cama. Con los días se me había hecho costumbre arrecostarme sobre él para alcanzar a acomodar el retrovisor derecho, hasta que un día me dijo : "a mi me encanta que te tumbres sobre mi, pero mejor para ti si me dices como aomodarte el retrovisor" yo, avergonzada asentí. Otras veces el freno de mano estaba tan duro que necesitaba ayuda. Me decía: "Pon la mano aquí" y yo cogía el freno, luego él cogía mi mano y entre los dos lo quitábamos, pero lo hacía de una forma tan delicada, y rozándome la mano de tal forma que me provocaba aún más.
Otros días me decía que los minutos que me quedaban me los daba al día siguiente que era la última. Yo aprovechándome me arreglé un poco más de lo normal, y como ya era costumbre me dijo que venía muy guapa. Ese día me tenía que dar los minutos de más del día anterior, pero a mi me pareció muy larga y le pregunté, me dijo que si tenía cosas que hacer? le dije que no, que nadie me esparaba. Este día había como tensión entre los dos, evidentemente yo no me iba a lanzar sin saber si yo le gustaba. Seguramente lo hizo adredes porque era una de mis últimas prácticas.
A la semana siguiente hice alguna práctica más, estaba muy serio y distante conmigo, no sabía si tenía mal día o porque no quería que me fuera. El día del examen aprobé y cuando llegamos a la autoecuela todos, me dijeron que pasara unos días después le dije que me iba y me dijo "ya te vas? con tanta prisa?" le dije que sí aunque me moría por hablar con él o algo, pero había tanta gente que no fui capaz de decirle nada.
Cada día loe chaba más de menos, me moría por verlo, por tenerlo cerca, oler su perfume y sobre todo me moría por besarlo hasta que no pudiera resistirse y me hiciera suya. Eso no podía quedar ahí, así que busqué la forma de contactar con él, yo tenía que saciar las ganas que tenia de tenerlo dentro de mi. Cuando chateamos por primera vez me dijo que se alegraba se saber de mi, que me echaba de menos tenerme como alumna, que quería verme algún día, por supuesto le dije que si, que nos veríamos. Hablábamos bastante a menudo y la conversación eran un poco subiditas de tono.
Una noche estuvimos chateando muy tarde, él no tenía sueño, yo ya estaba en la cama, y me estaba poniendo mal solo de imaginármelo solo, en su casa, sin camisa, a oscuras, yo tenía que conseguir algo... Así que le escribía lo más insinuante que se me ocurría, él me entendió y me dijo que si lo ayudaba a que le diera sueño, le dije que me buscara, y eso hizo.
Me puse uno de mis mejores conjutos de ropa interior y salí. Habíamos quedados unas calles más abajo,a parte de estar muy exitada estaba muy nerviosa y no quería llegar antes que él. A los minutos se me paró un coche al lado mio, era el Mercedes último modelo que yo sabía que él tenía. No soy nada materialista pero verlo llegar a esas horas de la noche, en ese coche y a buscarme a mi... Me lo hubiera tirado en aquel mismo momento y en aquel mismo lugar, pero n, tenía que aguantarme. Lo saludé con un "Hola" muy tímido, por el camino fuimos hablando pero había mucha tensión, los dos sabíamos lo que iba a pasar y aunque los dos lo deseábamos nos daba vergüenza.
Su caballerosidad al abrirme las puertas y dejarme pasar yo primero me provocaba aún más. Al llegar a su casa apagó el ordenador, lo que me demostró que salió con mucha prisa, también estaba ansioso por tenerme allí con él. Nos sentamos en el sillón en la salón a ver tele, más bien a hablar de todo un poco excepto de las ganas que teníamos por devorarnos.
Al rato le dije: "tu no duermes?" y me contestó: "si si, vamos". Me hizo levantarme delante de él y me agarró por la cintura, y me empujaba hacia la habitación dándome besos en el cuello y oliéndome el pelo. Nos quedamos de pie al lado de la cama, se me puso cerca, cara a cara mientras me tenía agarrada por la cintura, nunca había sentido eso que sentía en ese momento, las ganas me comían por dentro, su miradaba y sus besos me quemaban la piel de deseo... Quería que sus manos recorrieran todo mi cuerpo.
No aguanté más las ganas, y por primera vez fui yo la que me lancé... Lo agarré por la cara y lo besé, sentí un gran alivio, sabía que ya no se me iba a escapar tenerlo como hace tiempo quería. Él metió su mano por la parte de atrás de mi ajustado pantalón, notaba como él también estaba loco por tocar mi cuerpo, por sentir mi piel. Luego de haber sentido mis nalgas, y de darse cuenta que todo eso que tantas veces deseó al darme clases iba a ser verdad, respiró un poco y me subió la camisa. Su timidez no lo dejó tocar mis pechos, así que prefirió tocarme la espalda hasta que me terminó de quitar la camisa.
Nos seguíamos besando como locos, su lengua y la mia iban al mismo ritmo, teníamos las mismas ganas... De repente se apartó de mi y me miraba a los ojos, me tocaba el pelo, no quería romper el exitante silencio pero su mirada me incitaba a preguntarle por qué me miraba así y me contestó: "es que eres muy guapa, me gustas mucho y me exitas aún más", sonreí y lo besé con todas mis ganas, con tanta exitación y deseo como mi cuerpo era capaz de soportar. Con mucha delicadeza se decidió a desabrocharme el sujetador, pero aún así me seguía tocando la espalda aunque yo me moría por sentir su lengua en mis erizados pezones, quería saber que se sentía tener su lengua sobre mi cuerpo... Él se eprcató de eso, me bajó las asillas y dejó caer el sujetador al suelo... Se quitó él mismo la camiseta dejando al descubierto su pecho, que era tal y como me había imaginado. No estaba muy musculado ni marcado, tampoco estaba depilado ni lleno de bello. Era como a mi me gustaba, fuerte y se matcaba pero solo un poco. Al verlo me excité mucho más.
Nos besábamos cada vez con más ganas. Parecía que el tiempo de había detenido en esa habitación, y así hubiera deseado que fuese. Después con mucha delicadeza me tumbó en la cama, como si de una figurita de cristal que se puede romper se tratara. Su mirada al verme en su cama y medio desnuda era intensa, me comía con los ojos, así que me empezó a besar por el cuello lo que me hizo casi correrme de placer, luego mi bonito pecho, lo que hizo que mis pezones se pusieran aún más duros, luego el vientre lo que ya me confirmó que el placer que iba a recibir iba a ser inimaginable. Al llegar al pantalón quiso desabrochar el cinto y le dije que lo hacía yo porque era un poco difícil, y justo se lo dije consiguió desabrocharlo ya lo había hecho, me miró sonriendo, diciéndome con la mirada "tu a mi no te me escapas!" y me quitó el pantalón, incluso se bajo de la cama para quitarme los zapatos y se volvió a poner encima mio rozando su ardiente cuerpo con el mio. Quiso saborear mi cuerpo y besarme toda de nuevo.
Ya yo no aguantaba más, mi punto de exitación había llegado a su punto máximo, no aguantaba las ganas de ser oenetrada por mi adorado profe, por lo que me quise poner encima de él para controlarlo yo, y me tocaba todo a su antojo. Pero quería ser él el que tuviera el control, así que se puso de nuevo encima mio y me quitó la tanga, dejando al decubierto mi joven y resurado coñito. Me quedé medio sentada, ya que al ver su cara de exitación no podía dejar que se apartara de mi, le agarré la cara, lo besé y me empujó hacia atrás. Al ver mis ganas y mis ansias por todo su cuerpo, me besó con más ganas todavía, me mordía me subcionaba mi piel, como con ganas de querer arrancarme cada pedacito de mi. Sus besos llegaron hasta mi jugoso y empapado coñito. Lentamente pasó su lengua por mi clítoris, llevándome a ver el cielo de tal forma que me parecía estar flotando de placer. Siguió bajando, como era de esperar mi rajita estaba muy mojada, por lo que le resbalaba su lengua más de lo normal. Metió su lengua todo lo que pudo, lamiendo cada parte de mi vagina. Volvió a mi clítoris, e introdujo sus dedos en mi coño, esto me hizo gemir de una forma muy exagerada, y al escucharme más ganas de hacerme disfrutar le dieron.
Ya con su lengua en mi clítoris y sus dos dedos en mi vagina, se atrevió a meter su dedo pulgar en mi ano. Al oirme gemir de placer, me preguntó si me dolía, le contesté entre susurros: "me encanta" Me dio tanto placer que si no hubiera sido porque ansiaba saborear su miembro hubiera quedado más que satisfecha. Se incorporó, me besó otra vez con sus labios húmedos, llenos de mis jugos, se quitó los slips Calvin Klein, que le quedaban super bien, se colocó de nuevo sobre mi y rozaba su flamante polla (que no era ni demasiado grande ni demasiado pequeña, tenía el temaño ideal, de los miembros mas apetecibles que he visto) con mi abultado y rosado coño. Estuvo así unos segundos, yo estaba poca por ser penetrada por esa polla que hace tiempo deseaba, pero que lo hiciera cuando él no aguantara más.
De depente me penetró suavemente, ya que no quería que me doliera, lo que él no sabía es que en ese momento podía sentir de todo excepto dolor. Sentí como su miembro de introducí dentro de mi y rozaba las paredes de mi vagina, haciéndome sentir un placer infinito. Para su edad no esperaba tanto, no paraba se moverse, introducía una y otra vez su miembro en mi vagina haciendo gritar de placer, que aunque me daba vergüenza gritar tanto, lo que estaba haciendome sentir mi profe no era fácil de disimular. No me dejó hacer nada, así que hice por levantarme y lo conseguí, le dije: "no me vas a dejar hacer nada?" se rio y me dejó poner encima. Desde ese ángulo disfrutaba se su cara de placer y sobre todo de su polla, desde la punta hasta los testículos. Me moví como mis pocos años de experiencia en el sexo me habían enseñado, para hacerlo disfrutar tanto como él me había hecho disfrutar a mi... hasta que me dijo: "me voy a ir" y con más ganas lo hice, estaba loca por sentir su semen recorrer mi coño, por ver su cara se exitación, por hacerlo gemir de placer...y así fue, se agarró a mis nalgas y a mis pechos con fuerza, y dio un gemido que le salio del alma, yo seguía moviéndome, no quería dejarlo ni una gota de su semen dentro, así que yo aprovechando que yo disfrutabaa tanto o más que él lo hice correrse todo, hasta quedarnos como muertos, yo encima de él, abrazados, agarrados, como si aquello que acababa de ocurrir hubiera sido un sueño.
Unos minutos después, cuando ya habíamos cogido aire y nos habíamos repuesto de sentir tanto placer, me dijo:"qué bien te mueves" a lo que yo sonreí con cara de satisfacción. Él se quedó con una carita... le dije que me preocupaba que no durmiera, que tenía que madrugar, me contestó que no importaba. Al rato cogí mi ropa y me dijo: "te la vas a poner toda?" así queme quedé en ropa interior y él también, se acostó y me dijo que me acostara al lado de él. Me miraba fijamente, por lo que le dije: "por qué me miras así?" "en las prácticas ya lo hacía" me contestó, "no me daba cuenta" le dije, "ya lo sé" contestó. Le dije que durmiera que yo me iba, me dijo que él me llevaba cuando yo quisiera. En el ascensor me miraba fijo, como pensando en si lo acaba de pasar era un sueño. Nos despedimso con un beso en los labios...Hasta que no dejó de verme no arrancó el coche, observando el cuerpo que había tenido en sus brazos.
3 comentarios - Sexo con el profe con conduccion