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Rompiendo el deseo [1.- Preambulo]

Les dejo con una seguidilla de textos que espero escribir, esta es la primera parte. Ojalá les guste.


ROMPIENDO EL DESEO

1.- Preambulo

Rompiendo el deseo [1.- Preambulo]


Hace un tiempo me empece a ver con una amiga, bastante linda por lo demás, su nombre es Paz. Con "empezar a ver", obviamente me refiero a que hemos estado teniendo sexo, en varias oportunidades, durante los últimos dos meses.

Todo empezó cuando estábamos de vacaciones de verano y ella se fue junto a su familia a Europa por tres semanas. Ella en ese momento tenía pareja, un antiguo compañero de secundaria, con el que se llevaba bien pero venía teniendo problemas. Por lo mismo yo ya había movido algunas piezas para que me viera como una opción.

Paz es bastante guapa. Es de estatura baja, mide cerca de 1.64, pero tiene todo bien puesto, partiendo con su pelo negro largo hasta la mitad de la espalda, piel blanca y suave, un rostro que cautiva, un par de senos bien puestos con un tamaño sobre la norma y unos pezones deliciosos bien marcados pero no exagerados, si seguimos con sus curvas son muy definidas, delgada y con un trasero redondo que se marca cuando usa unos pantalones cortos de jeans.

Pero bueno, siguiendo con la historia y no con los atributos de Paz, una vez que volvió de Europa, tres semanas, su novio estaba de vacaciones fuera de la ciudad por dos semanas. En un principio yo nunca me había percatado, pero ahora que he estado con ella lo sé, a Paz le gusta disfrutar, básicamente… le gusta tener sexo, bastante sexo.

Como su novio no estaba, y yo ya sabía que las cosas no iban bien entre ellos, la invité a salir el mismo día que llegó de Europa. Ella de inmediato acepto.

Fuimos a una pequeña fiesta donde un amigo, no hicimos más que conversar de su viaje y de lo linda que estaba. Creo que justamente hablarle de lo linda que estaba fue lo que la termino desesperando y deseando tener sexo ese mismo día, ya que como comentaba es deseosa de sexo y llevaba tres semanas sin su deseo.

No habíamos llegado hacía más de dos horas cuando me dijo –Vámonos a mi casa, mis padres salieron y mis hermanas también…– Y yo, por supuesto, acaté de inmediato.

Una vez en su casa todo fue… bueno, llegamos y una vez cruzando la puerta se me lanzo a los brazos y nos besamos, jamás me había esperado esa reacción de ella, pero me encantó. Dos besos en los labios y rápidamente buscó que mi lengua jugara con su lengua, que ya estaba dentro de mi boca. Alcance a cerrar la puerta mientras nos besábamos y, mientras su lengua bailaba con la mía, caminamos torpemente al sofá de su living. Estábamos parado junto a él cuando mis manos empiezan a bajar por su cintura, avanzando en sus curvas, hasta llegar a su trasero. Puedo decir que es un trasero espectacular.

Nos acostamos en el sofá y ella se quitó su remera, mientras yo le besaba su barriguita, suave y tibia, estaba sobre su ombligo cuando sentí que sus pantalones me llamaban. Baje besando su piel, suavemente, mientras mis manos bajaban de su cintura al borde de sus caderas, donde empezaba su jeans. Baje con mis labios hasta chocar con sus pantalones, mi lengua incursiono metiendose bajo ellos todo lo que pudo y Paz empezó a estallar, tomo mi cabeza y la empujó hasta quedar en su entrepiernas, podía oler como su vagina, escondida bajo la ropa, pedía a gritos que la encontrase y entrara entregando el mayor placer posible. Y eso hice.

Mis manos siguieron el borde de su pantalón hasta el broche, y mientras apretaba mis labios contra el lugar donde estaba su vagina, quite el broche lentamente y luego baje le cremallera, todo con una lentitud que la hacía empujar más y más mi cabeza, pero no por ello iba a apurar el ritmo. Paz estaba que estallaba solo por hacerla esperar.

Baje sus pantalones, pero no la tanga que llevaba… mi labios volvieron a su ombligo y empece a bajar lentamente, pero esta vez no me detuvo su pantalón, seguí por sobre su tanga. Mi lengua lentamente se asomó entre mis labios, que acariciaban sus labios vaginales, y presionaba con la punta en la separación de su vagina. En este punto aún se la había visto, pero por sobre el tanga, con mi boca, se notaba que estaba depilada por completo.

Alcance a recorrer una vez, primero hacia abajo y luego subir hasta su ombligo, cuando ya su tanga estaba muy mojada, no sólo por mi saliva, Paz ya estaba a mil.

Mis manos subieron lentamente por sus muslos, presionando suavemente mis dedos contra su piel como si tocase delicadamente las teclas de un piano. Desde sus rodillas fui subiendo hasta llegar al borde de su tanga, mientras mis labios y mi cara acariciaban su vientre. Flecté mis dedos y entre ellos quedaba arrugado el borde de su tanga, que con movimientos irregulares le comencé a quitar al mismo tiempo que mis labios bajaban acariciando y besando su piel que antes estaba escondida.

Es bella. Su vagina. Efectivamente estaba depilada por completo, muy tierna, en el borde de sus labios vaginales estaba más suave y brillante. Mi lengua fue bajando, aplicando presión, desde su vientre hasta cerca de su ano, introduciendo levemente la punta de mi lengua entre sus labios vaginales. Estaban tibios y húmedos, suave.

Mis manos siguieron bajando su tanga hasta llegar a sus rodillas. No aguantaban, mis manos querían tocar esa vagina. Subí rápidamente mis manos por su piel hasta tomarla firmemente de sus caderas, mi nariz presionaba sobre su vientre mientras mi lengua acariciaba, subiendo y bajando, la parte media de su vagina, entrando más que antes. Ahí fue cuando lo sentí. Estiró sus piernas, sus caderas intentaron levantarse del sofá y su cuerpo se estremeció. Una larga y fuerte respiración, acompañada de un ligero movimiento horizontal de su cuerpo, fue el preámbulo para un "¡sigue!" que se dejaba escapar en mientras exhalaba de forma entrecortada. De verdad que necesitaba sexo.

Con mis manos en su cadera, mis dedos pulgares se estiraban para tocarla, suavemente acaricié sus labios vaginales con mis dedos, mientras mi lengua subía hasta su clítoris, que sin tocarlo empecé a rodearlo. Mis dedos colaboraban no sólo con caricias, de a poco separaban sus labios vaginales y me dejaban ver su rosada vagina. Húmeda, brillante y deseosa. Podía sentir como palpitaba y cada vez estaba más caliente.

Una de sus manos seguía sobre me cabeza, mientras con la otra se apretaba los hermosos senos que tiene.

Ver su vagina fue espectacular, mi boca la reclamaba de mi propiedad. Mi lengua bajo, rápidamente desde su clítoris para entrar en su vagina. Mis dedos separaban sus labios vaginales, mis labios se posaron sobre su vagina y mi lengua entro con pequeños movimientos circulares, estiré toda mi lengua dentro de ella, con apagados gemidos y una fuerte respiración me daba a entender que estaba haciendo lo que ella quería.

Mi lengua salía para que mis labios se entretuviesen, suavemente mordían la piel dentro de su vagina y la tiraba hasta que se solara de entre mis labios, dando espacio para que mi lengua también jugueteara con ella. Mis dedos aprovechaban para frotar su clítoris con desordenados movimientos. Toda su vagina estaba mojada, muy mojada.

Mi lengua volvía a embestir hasta entrar por completo, movimientos circulares y luego verticales la hacían retorcerse y mojarse. Flectaba mi lengua y la llevaba hacia arriba por dentro de ella, eso la volvía loca hasta el punto de dar pequeños gritos de placer que sentía que rebotaba en los muros de la casa.

Despegué mi cara de su vagina y la miré. Su carita agitada, sus ojos vidriosos que me deseaban, sus pómulos sonrojados y su boca entreabierta que inhalaba y exhalaba con fuerza pero de forma entrecortada.

Mi mano derecha se deslizó suavemente por su muslo hasta su vagina. Mis ojos seguían viendo su cara, que aún hoy recuerdo claramente. Mi dedo indice recorrió su vagina, de arriba hacia abajo, introduciendo mi dedo cada vez más en cada nuevo recorrido.

Sus ojos cerrados, sus dientes mordiendo su labio y una fuerte inhalación fue su reacción cuando mi dedo se flectaba dentro de ella. Movimientos circulares mientras mi dedo permanece flectado la hacían retorcerse. Una de sus manos apretaba su muslo derecho y la otra apretaba sus senos, todo entre movimientos de sus caderas, sus hombros y su cabeza.


Siguientes textos:
2.- Pasión.

3.- Deseos.

4.- Olvido.

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