Duermo profundamente hasta que escucho un susurrar en mis oídos, tu dulce voz, tu delicioso respirar... Aclamando por nuestro amor...
Me volteo, miro tu penetrante mirada, tan dulce, tan amorosa, pero tan atrevida, con ganas de jugar...
Ese deseo, la excitación mutua que corre por nuestras venas se despierta.
Acaricio tu cabello, mientras anhelo un beso... Te veo, te beso... Mis manos comienzan a recorrer tu dorado cuerpo, suave, lentamente, mientras mis labios besan, acarician a los tuyos...
Bajo un poco hacia el cuello mientras me abrazas, mientras exclamas que me amas.
Poco a poco, minuto a minuto, entre caricia y caricia, la ropa nos comienza a estorbar... Veo tu cuerpo desnudo, excitante, misterioso, provocativo, pero desconocido...
No tengo nada puesto, sin embargo frente a ti, es algo distinto... Ambos nos sentimos imponentes, la euforia nos come a pocos...
Mis dedos acarician con cuidado tu clítoris, mientras expreso con otro idioma el que te amo, el idioma del instinto, lo salvaje que nos queda.
En un momento me quitas la mano, te giras y me dejas inmóvil, mientras comienzas a darme caricias, demostrándome una manera inexplorada de hacerme ver el cielo..
De caricia en caricia, sonrisa en sonrisa, me decido... Me decido en pasar a otro nivel.
Acerco mi miembro lentamente a tu zona inexplorada... no se que hacer, pero el instinto me lleva allí... Lentamente, con miedo, aunque confiado, te penetro; Sale un pequeño gemido de ti, demostrando un agudo, pero pequeño dolor, aunque a su vez, un placer inmenso, era, nuestra primera vez.
Aumenta el calor, aumenta la pasión, aumenta la velocidad, Somos uno solo, en cuerpo como en alma. Entre Sexo y caricias, siento tu sudor, veo tu excitación, escucho un pequeño grito, y algo que sale de ti, Un orgasmo, que me dice que no me detenga...
Tras esto, tu orgasmo, como el mío, se juntan en uno solo, que da fin a un acto, pero no a nuestro amor, no a nuestra unión, ni a nuestra vida...
Nos abre una puerta a un mundo, Un mundo de maravillas, nuestros cuerpos, nuestro sexo...
Me volteo, miro tu penetrante mirada, tan dulce, tan amorosa, pero tan atrevida, con ganas de jugar...
Ese deseo, la excitación mutua que corre por nuestras venas se despierta.
Acaricio tu cabello, mientras anhelo un beso... Te veo, te beso... Mis manos comienzan a recorrer tu dorado cuerpo, suave, lentamente, mientras mis labios besan, acarician a los tuyos...
Bajo un poco hacia el cuello mientras me abrazas, mientras exclamas que me amas.
Poco a poco, minuto a minuto, entre caricia y caricia, la ropa nos comienza a estorbar... Veo tu cuerpo desnudo, excitante, misterioso, provocativo, pero desconocido...
No tengo nada puesto, sin embargo frente a ti, es algo distinto... Ambos nos sentimos imponentes, la euforia nos come a pocos...
Mis dedos acarician con cuidado tu clítoris, mientras expreso con otro idioma el que te amo, el idioma del instinto, lo salvaje que nos queda.
En un momento me quitas la mano, te giras y me dejas inmóvil, mientras comienzas a darme caricias, demostrándome una manera inexplorada de hacerme ver el cielo..
De caricia en caricia, sonrisa en sonrisa, me decido... Me decido en pasar a otro nivel.
Acerco mi miembro lentamente a tu zona inexplorada... no se que hacer, pero el instinto me lleva allí... Lentamente, con miedo, aunque confiado, te penetro; Sale un pequeño gemido de ti, demostrando un agudo, pero pequeño dolor, aunque a su vez, un placer inmenso, era, nuestra primera vez.
Aumenta el calor, aumenta la pasión, aumenta la velocidad, Somos uno solo, en cuerpo como en alma. Entre Sexo y caricias, siento tu sudor, veo tu excitación, escucho un pequeño grito, y algo que sale de ti, Un orgasmo, que me dice que no me detenga...
Tras esto, tu orgasmo, como el mío, se juntan en uno solo, que da fin a un acto, pero no a nuestro amor, no a nuestra unión, ni a nuestra vida...
Nos abre una puerta a un mundo, Un mundo de maravillas, nuestros cuerpos, nuestro sexo...
0 comentarios - Una noche de locuras.