Bueno, pues está historia es verídica y ciertamente es algo que jamás olvidaré. Sin más preámbulos espero disfruten este relato.
Mi nombre es Bruno y tengo 22 años, estudio la Universidad y lo que les voy a relatar a continuación me paso cuando tenía 19 años.
Eran las 2 de la tarde y como siempre yo llegaba a mi casa después de la escuela, llegue y me senté en el sillón a reposar un momento cuando escucho llegar a la camioneta de mi madre, algo que ciertamente me sorprendió, pues ella trabajaba por las mañanas y no llegaba sino hasta ya pasadas las 5 de la tarde. Pero de igual forma no le preste mucha atención hasta que se abrió la puerta y entraron mi madre (Se llamaba Sonia por cierto) y mi tía Marina con todo y maletas, cosa que me causo cierto asombro, me levante y salude a mi mamá y a mi tía:
Yo- ¡Hola mamá!
Mamá- Hola Bruno, por lo que veo ya llegaste.
Yo- Si, no tiene mucho que llegué, por cierto ¡Hola tía Marina!
Tía- Hola Bruno, cuánto tiempo sin verte.
Mi madre y mi tía me respondieron de una manera peculiar, mi madre lo hizo con cara como de enojo y tristeza.
Mientras que mi tía Marina lo hizo con una cara sólo de tristeza. No pregunte más porque pensé que no era el momento así que me subí a mi cuarto.
Lo que pude notar es que mi tía se instalo en el cuarto que sobraba de la casa, mientras se instalaba fui con mi madre y le pregunte que qué pasaba:
Yo- Mamá, ¿por qué vino la tía Marina con todo y sus cosas? ¿Qué paso?
Mamá- Hay hijo, si supieras. Verás ayer en la noche tu tía descubrió que tu tío la estaba engañando con otra mujer mucho más joven que ella y eso la destrozo, es por eso que me llamo y le ofrecí asilo en la casa mientras arregla lo del divorcio y todo eso. La verdad es que no puedo creer que ese desgraciado haya sido capaz de hacerle tal canallada.
Yo- No lo puedo creer, respondí. Jamás lo hubiera imaginado de mi tío, si siempre se vio como alguien incapaz de hacer eso.
Mamá- Lo sé, pero ya no podemos hacer nada ese desgraciado ha lastimado mucho a tu tía, por cierto ¿puedes quedarte con ella un rato? Es que tengo que hacer unas compras en el súper y no creo que ella quiera acompañarme.
Yo- Si mamá, no te preocupes. Yo cuidare a mi tía en lo que regresas.
Mamá- Muy bien, gracias. Entonces los dejo, regreso en unas horas.
Así mi madre se fue al súper y yo me quede sólo con mi tía.
Subí a la habitación de mi tía para ver si se le ofrecía algo cuando de repente escuche la llave de la regadera, su puerta estaba medio abierta, así que entre sigilosamente y cual fue mi sorpresa. Afuera del baño estaba la canasta con su ropa sucia y encima estaba su ropa interior, un sostén bastante grande de color blanco y una tanga negra transparente. No lo soporte, tome su tanga y salí de su cuarto, ahí afuera la olí y fue tan excitante que afuera de su cuarto me baje los pantalones y me masturbe de una forma infernal, como jamás me había masturbado. Los olores que emanaban de esa tanga eran tan embriagantes, olían a hembra. Seguí masturbándome frotando su tanga contra mi pene hasta que me vine; su tanga se mancho un poco de mi leche pero no me importo.
De pronto escuche como la regadera se cerraba y rápidamente entre y puse la tanga de nuevo en el cesto de su ropa.
Apenas logre salir de su cuarto cuando ella salió de bañarse; esa fue la sensación más excitante que había sentido en mi vida.
Me relaje y toca su puerta:
Tía Marina- ¿Quién es?
Yo- Soy yo tía, Bruno.
Tía Marina- Espera un momento.
Tía Marina- Pasa.
Entre a su cuarto y lo que vi fue algo hermoso, era mi tía sólo con su bata de baño. Se las describiré, era bajita como de 1.65, tenía alrededor de 45 años y lo que más restaba eran esas enormes tetas que aún con la toalla puesta se le notaban enormes. Era de piel morena clara y unos ojos encantadores.
Yo- Hola tía, pasaba para ver si se te ofrecía algo.
Tía Marina- No, muchas gracias pero estoy bien.
Yo- Si, eso es lo que veo.
Tía Marina- ¿Qué clase de respuesta fue esa? Me respondió en tono picarón.
Yo- No pues es que si se ve que pues estás muy, pero muy bien.
Tía Marina- Gracias por el cumplido, pero aún así eso no evito que me fueran infiel, tu madre ya me dijo que te lo contó.
Yo- Si, me lo contó y no sabes cómo lo siento tía, pero ya verás que pronto encontrarás a alguien que sepa apreciar todo eso que tienes.
Tía Marina- No creo, ya estoy vieja como para poder gustarle a algún hombre.
Yo- No tía, como crees. Si tienes un cuerpo que le gustaría a cualquier hombre.
Tía Marina- ¿Tú crees?
Yo- Sí tía, no lo dudes.
Tía Marina- A ti ¿te gusta?
Yo con una cara sonrojada sólo asentí con la cabeza.
Tía Marina- Jaja, no tienes por qué avergonzarte, si sólo me estás diciendo la verdad o ¿no?
Yo- No pues sí, eso ni lo dudes.
Tía Marina- Bueno, si me disculpas me quiero terminar de vestir.
Yo (todo sonrojado)- Si tía, perdón. Ya me voy.
Ya por la noche al terminar de cenar mi tía y mi madre subieron a dormir. Yo por otro lado me quede lavando los
platos para así poder ir al cuarto de lavado y que no me vieran.
Ya en el cuarto de lavado vi de nuevo la ropa interior de mi tía, la tome y me empecé a masturbar frenéticamente como en la tarde. Así estuve hasta que de repente se abrió la puerta y entro mi tía, yo sólo alcancé a medio
subirme los pantalones y a tratar de disculparme:
Yo- Tía, esto no es lo que piensas, yo…
Tía Marina- No te apures, ya sabía lo que asías.
Yo- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo?!
Tía Marina- ¿Crees que no me iba a dar cuenta de que dejaste mi tanga con manchas de tu semen?
Yo- En serio lo siento, no quería…
Tía Marina- No te preocupes, yo quiero que tú quieras.
Anonadado por sus palabras me tomo de la mano y nos dirigimos a su cuarto en silencio, al entrar me dijo:
Tía Marina- ¿Así que te gusta oler mi ropa interior? Pues mejor ven aquí y huéleme directamente.
Me dirigí hacía ella y acerque mi cara a sus rico sexo, era un olor abrumador a mujer, se notaba que ya estaba mojada. Entonces me tomo de la cabeza me hundió la cara en su vagina, sin esperar más hice a un lado aquella tanga, saque mi lengua y comencé a pasarla por toda su vagina, era una vagina peluda, se notaba que no se la rasuraba en meses pero eso solo único que hizo mi verga se pusiera más dura, cosa que mi tía noto.
Ella- Sigue chupándomela, no pares para nada. Querías cogerte a tu tía pues ahora te la vasa coger.
Yo- Si tía, eso quería.
Ella- ¡Sigue así! Méteme tu lengua hasta el fondo de mi vagina, ¡chúpala así!
Ella paso a estar debajo de mí y saco mi verga de mi bóxer, y entonces me dijo:
Ella- Tienes una verga enorme, la quiero toda en mi boca.
Esto me prendió más y comencé a penetrarla por la boca mientras me seguía comiendo esa rica vagina. Así estuvimos como por 10 minutos, en el vaivén de mi verga a su boca y mi boca a su concha.
Me levanté y le dije:
Yo- Tía, ya quiero cogerte, ¿puedo?
Ella- Claro que si mi Rey, está noche soy tu gatita y quiero que me des leche.
Se recostó en la cama y abrió sus piernas, n o perdí tiempo y se la clave de un solo golpe, ella grito en cuento la sintió adentro y me amarro con sus piernas, no me dejaba sacarla. Entonces comencé a penetrarla frenéticamente mientras hundía mi cara en esas enormes tetas con pezones tan duros y de color marrón. Se las comía tanto que ella gemía y gemía de placer.
Ella- ¡Sigue! ¡No pares! Esta gatita quiere que la castigues con tu enorme verga.
Yo- ¿Mi gatita quiere leche? ¿En dónde la quiere mi gatita?
Ella- ¡Quiero que me la des por mi colita!
Entonces ella se saco mi verga y se puso en cuatro mostrándome toda su cola, se chupo dos dedos y se los metió en ese pequeño ano suyo. Tomo mi verga y se la clavo sólita, hacía gestos de dolor pero poco a poco se la iba metiendo más y más hasta que no pude más y se la termine de meter, sólo se escucho un: ¡Ahhh!
Ella- Ya, comienza a moverte, quiero sentir toda tu verga entrando y saliendo de mi cola.
Yo- Claro que si mi gatita, lo que tú quieras.
Entonces comencé a romperle aquella hermosa cola, sentía como su ano me comía mi verga y no me la dejaba ir.
La estuve penetrando así mientras le apretaba aquellas hermosas y grandes tetas suyas, ella mientras tanto de masturbaba, se frotaba su erecto clítoris hasta que sin pensarlo tuvo un orgasmo y sentí como un líquido caliente salía de su vagina, ella lo tomo con su mano y lo llevo a mi boca diciéndome:
Ella- ¿Esto es lo que querías no? ¿Querías cogerte a la vieja tetona de tu tía?
Yo- Si, eso es lo que quería, estás bien buena tía.
Ella- Si, que rico lo haces. Quiero que me vacíes toda tu leche en mi cola, quiero sentirla fluyendo dentro de mí.
La empine más, su cara ya estaba contra la almohada y la embestí como si ni hubiera mañana hasta que le dije:
Yo- Tía, ya no aguanto.
Ella- Si, déjala salir toda dentro de mí.
Así que enseguida me vine dentro de ella, poco a poco mi verga perdió fuerza y salió de su cola, sólo veía como su ano chorreaba mi leche. Ella se volteo y me dio una mamada para limpiar toda la leche que había expulsado.
Ella- Que rico, hacía mucho tiempo que no me cogían de esa manera, gracias sobrino por hacerme sentir mujer de nuevo.
Yo- A ti tía, la verdad es que estás bien buena y coges como una puta.
Ella- Gracias por el cumplido sobrino.
Nos recostamos y descansamos mientras yo le mamaba una de sus tetas.
1 comentarios - Mi Tía Marina
Terrible puta la tia, q delicia q ella se chupe los dedos y se los alla metido en su cola
Parece q tenia el culito cerradito