Uno de los últimos capítulos de esta saga. Ya se termina y viene el final.
Acá una descripción de mi ex por si es la primera vez que lees la historia:
Claudia
Ella es hermosa, es alta, mide 1,75 m. es bastante flaca, pesa cerca de 52 kg, tiene un pelo precioso castaño obscuro que le llega hasta los pechos, su piel es clara, tiene un buen tono brillante sin llegar a estar bronceada. Sus ojos son marrones y profundos, tiene cejas prominentes que hacen sus ojos más llamativos, tiene la nariz finita y una boca pequeña. Su cuerpo es un párrafo aparte: Al ser delgada y alta, y al tener su pelo negro y largo, recuerda mucho a la figura de una modelo. Unas piernas largas y carnosas, y más allá de que es flaca, tiene muy buen culo, blanquito pomposo y redondito. Su cinturita es una ricura, finita, y sus tetas son como el tamaño de limones, tiene los pezones chiquitos y morados. Cabe destacar que se viste muy bien, siempre lleva ropa de marca, remeras sueltas, chupines ajustados y zapatillas convers.
Todos los capítulos de la saga para que estén al tanto:
Primera parte.
Segunda parte.
Tercera parte, capítulo 1.
Tercera parte, capítulo 2.
Cuarta parte.
Quinta parte.
Mi novia, la puta de la ley.
Había pasado una semana de la enfiestada que le habían pegado a mi novia los dos viejos y me había puesto obsesivo. Quería saber todo el tiempo en donde andaba ella y con quien. En unas semanas se iba a ir a otra ciudad a seguir con sus estudios y yo me iba a quedar a más de 200 Km. de distancia por lo cual ya no podía saber que iba a hacer.
En uno de esos días de obsesión, sabiendo que en la tarde era el tiempo que en que más libidinosa se ponía, pedí el auto de un amigo con la excusa de que tenía que trasladar un montón de cosas, y además me llevé una cámara para poder vigilar a Claudia de lejos sin ser visto. Me podría haber llevado el auto de mi vieja, pero era más detectable que el de mi amigo.
Salí de mi casa tipo 14 hs de un miércoles, mi viejo trabajaba pero estaba seguro que se iba a pegar una vuelta para ver a Claudia.
Me estacioné con el auto de mi amigo a unos 50 m. de la casa de mi novia y mientras escuchaba algo de música hacía guardia esperando que algo pasara.
Cerca de una hora y media después la veo a Claudia salir de su casa vestida de manera muy provocativa. Con unos shorts de Jean muy cortos y ajustados, una musculosa blanca normal y sus clásicas zapatillas convers blancas caña alta.
Claudia salió en la dirección contraria a la que estaba yo por lo cual me permitió seguirla de manera más discreta en el auto. Además decidí seguirla porque por el horario y por la manera que salió vestida era obvio que se iba a ver con mi viejo. Una vez que ella llegó a una esquina esperó unos pocos minutos y llegó mi viejo en su camioneta. Ella ingresó al vehículo e hicieron un par de cuadras hasta llegar detrás de un jardín de infantes, que como no era época de clases estaba deshabitado.
Después de que los seguí, di una vuelta a la manzana y me estacioné a unos 40 m. de ellos, en diagonal y de frente. Con la cámara filmadora podía ver a la interacción entre ellos dentro de la camioneta, aunque no de manera total.
Los primeros minutos de la pareja eran de charla, un poco de risa, y caricias en zonas inofensivas como la cara y el cuello. Un tiempo después el viejo corrió un poco para atrás su asiento y ella se sentó arriba de él para besarlo. El viejo levantó la musculosa de ella, le desabrochó el corpiño y le comió las tetas un buen rato. Luego le ordenó que volviera a su lugar y por los movimientos que se veían, sacó su verga, e inmediatamente perdí de vista a Claudia, ya que se inclinó para chuparle la verga al viejo.
Esta situación no duró mucho ya que el viejo se estremeció y miró para abajó donde estaba la cabeza de Claudia, ella se levantó inmediatamente y se limpió la boca con su brazo como secándose la saliva y también los fluidos del viejo. Se acomodó el corpiño, se bajó la musculosa que él le había levantado, el viejo hizo movimientos como que se subía el Jean y conversaron un rato más.
Mientras charlaban al viejo le sonó el celular y atendió. Cuando cortó charlaron un rato más, se dieron un beso largo y apasionado y se despidieron. Para mi sorpresa el viejo no la fue a dejar hasta su casa por lo que ella se bajó y comenzó a caminar las pocas cuadras que la separaban de su hogar.
Ella caminaba tranquilamente por un boulevard que conectaba la calle del Jardín de infantes con las calle de su casa, cuando pasó lentamente al lado de ella una camioneta de la policía de mi provincia, esas que tienen una cúpula grande atrás y se las denominan “chanchas” por su forma.
La camioneta transitaba lento, acompañando el caminar de ella y se veía que desde el interior le decían cosas. Ella al principio se asustó un poco pero después sonreía y contestaba.
Después de unos metros la camioneta se detuvo, ella se dirigió al lado del acompañante y se subió sin dudarlo mucho tiempo.
Uno de los milicos que iba dentro del móvil era José, el amigo de mi viejo que ya se la había movido a la trola de mi novia. El policía estaba patrullando con dos ratis más, los dos pibitos que recién habían arrancado en la fuerza al parecer. Uno de ellos manejaba, el otro se tuvo que ir a la parte de atrás de la camioneta cuando mi novia subió, y José estaba del lado de la ventanilla del acompañante.
Yo no podía ver nada porque con el auto iba detrás de la camioneta y trataba de mantener distancia para no ser descubierto. Estaba algo nervioso y no sabía que hacer ya que la camioneta siguió su marcha y yo me estaba perdiendo detalles de lo que estaba pasando. En un instante la camioneta giró y se introdujo en una parte del barrio de mi novia poco transitado por lo que aproveché para dar la vuelta y quedar de frente.
Cuando logré hacer esto, encendí la cámara de video, y use el zoom para ver que pasaba, mi novia ya estaba con las tetas al aire, sentada al lado de José y besándose con este. Al parecer el poli le bajó la musculosa hasta la panza y le desabrochó el corpiño. Se besaban apasionadamente y las manos del cana tocaban de las tetas de Claudia y después se perdían de la visión de mi cámara, seguramente le tocaba las piernas de ella que estaban al descubierto por sus shorts. El cana que estaba del lado del conductor miraba de vez en cuando y después observada el exterior del móvil para alertar de cualquier peligro de ser vistos, además se notaba incomodidad en sus gestos, más allá de que le miraba las tetas a mi novia.
De tanto franeleo ella se sentó en las pernas del rati viejo por lo que pude ver un poco más. Se seguían besando, pero el viejo aprovechaba para manosearle la zorra a Claudia que se ponía cada vez más loca.
Al cabo de un rato José le dijo algo al poli más joven, este puso en marcha la camioneta y arrancó nuevamente mientras Claudia traba de acomodarse la ropa y se sentó nuevamente en su lugar.
Me dispuse a seguirlos sin que se den cuenta de mi presencia, algo que era muy difícil. Me di cuenta que no se dirigían a dejar a Claudia, ni siquiera a un hotel, sino más bien a los límites de la ciudad, un lugar por donde no hay controles, ojos vigilantes y la policía podía hacer cualquier cosa, incluso se sabe que muchas veces la policía cuando agarra a un tipo que se hace el vivo, lo lleva a las afueras de la ciudad y lo caga bien a piñas, cosa de dejarlo tirado, semi muerto y sin posibilidad de tener testigos que lo defiendan.
La camioneta llegó a una especie de cantera que es un lugar profundo y que no se puede llegar con facilidad. Yo tuve la surte de encontrar un camino que me dejaba por encima de esa cantera para poder ver todo desde arriba y sin ser visto.
Una vez que la camioneta se detuvo, el poli que manejaba se bajó y fue a la parte de atrás y sacó al otro poli joven y se pusieron a fumar, charlar y a cagarse de risa de lo que pasaba. Mientras que dentro de la camioneta los dos protagonistas seguían precalentando.
Al cabo de unos momentos se bajaron los dos cogedores del vehículo, se dirigieron a la parte de enfrente de la camioneta, José se apoyó contra el móvil y Claudia se paró enfrente y volvieron a besarse. José se sacó el cinturón de la policía se desabrochó el pantalón y sacó su verga. Claudia instintivamente se puso de rodillas y comenzó a mamarle la chota al viejo.
Mientras Claudia chupaba de arriba abajo la pija del poli, el viejo la agarraba de la nuca para acompañar los movimientos de su cabeza. El viejo le tocaba las tetas y de un momento a otro le logró sacar la musculosa y ella atinó a sacarse el Push Up para dejar sus hermosos pechos blancos y duros a la intemperie. El poli miraba hipnotizado como la pendeja le mamaba la verga y tomó su gorra de policía y para aumentar el morbo se la puso a la petera de turno que le encantó el gesto, y comenzó a tirarle miradas lascivas mientras lengüeteaba el trozo rojo del policía. Ella le dijo algo y él se puso rápidamente en campaña. El rati agarró las esposas de su cinturón y se las puso a Claudia por detrás de la espalda. Ella estaba de rodillas, con las manos esposadas detrás de la espalda y con el gorro reglamentario mientras peteaba al cana que estaba en el paraíso.
Después del pete José ayudó a la puta a ponerse de pie ya que con las manos atadas detrás de la espalda se le hacía muy difícil. La puta quedó parada con la panza apoyada en la camioneta como si estuviese detenida, el cana se paró detrás de ella, le bajó el short lentamente admirando el culito de la pendeja, le bajó el culot que tenía puesto y la dejó totalmente en bolas. Se acercó por detrás y lentamente le metió su pija hasta el fondo. La tomó de la cintura y le dio masa un buen rato de forma moderada. La puta estaba extasiada y miraba para atrás para ver como se la daban, y no podía hacer nada más que ver ya que tenía las manos esposadas.
El cana se entusiasmó y empezó a coger brutalmente a Claudia desde atrás, el culo de la puta rebotaba duramente contra la pelvis del viejo cana que no daba más. De pronto el viejo la tomó del cuello a ella, la arrodilló y comenzó a meterle la poronga en su boca, se la hizo tragar en tres embestidas e inmediatamente agarró su chota y comenzó a acabar en la cara de Claudia.
La puta de mi novia tenía la cara enchastrada de leche del viejo y no podía limpiarse, mientras el viejo todavía recuperaba el aliento por la cogida. José se subió los pantalones y se reía de Claudia, así que para que esta no se enoje le limpió el semen con su mano, aunque de todas maneras no quedó del todo limpia.
Ella seguía desnuda y el viejo se puso a fumar, los llamó a los pendejos y les dijo algo. Los policías más jóvenes se miraron sorprendidos y no actuaron rápidamente. Hasta que uno de ellos se acercó a Claudia que estaba un poco dubitativa, y se desabrochó el cinturón, hizo lo mismo con el pantalón, sacó su miembro y le ordenó a ella que se lo chupara. Ella un poco sorprendida accedió y comenzó a mamarle la verga al cana sin mucha convicción. El otro rati tomó valor y también se sacó el cinto reglamentario, se acercó por detrás de Claudia y comenzó a manosearle la concha y el ojete.
José fumaba y se cagaba de risa mientras se violaban a la puta de su pendeja. La mamada de Claudia empezó a tomar más convicción y velocidad, aun que el miembro de su nuevo amante no era la gran cosa. El otro milico seguía entretenido metiéndole los dedos en el ano y en la vagina a mi novia. Después de un rato sacó su pija y comenzó a meterla en la concha de Claudia que estaba arrodillada recibiendo carne desde atrás y desde adelante.
El milico que estaba recibiendo la mamada se puso un poco loco y agarró a mi novia de la cabeza y comenzó a cogerla por la boca mientras que el otro cana se entusiasmó dándole masa desde atrás.
El cana que estaba explorando la vagina de Claudia se paró y fue a recibir una mamada, por lo que se turnaban entro los dos para que la puta se las mame. Ella accedía a los movimientos que le imponían y mamaba de a una verga a la vez.
El milico que había comenzado, se arrodilló detrás de Claudia y comenzó cogerla violentamente, ella desistió de mamarle la pija al otro y trato de darse vuelta. El cana que estaba arrodillado se acostó boca arriba y la tomó a Claudia de la cintura para que esta no se desacomodara y logró sentarla arriba de él y así logró que ella lo cabalgara. Se notaba que Claudia ya no estaba conforme con la situación. El otro cana no se hizo esperar y se arrodilló detrás de ella y comenzó a hacerle el orto.
La trola estaba siendo penetrada doblemente mientras aún tenías las manos esposadas. José se apiadó de la puta y le sacó las esposas, en ese momento sacó sus brazos hacia delante y se recostó encima del poli mientras que el otro le perforaba el ojete.
La cogida siguió así durante un rato hasta que el poli que estaba abajó se paró apurado sabiendo que iba a acabar, el otro quedó un poco descolocada por lo que se comenzó a pajear. Claudia quedó de rodillas nuevamente mientras tenía a los dos agentes enfrente de ella apunto de lanzar sus fluidos. El que estaba apunto de acabar no aguantó más y arrojó su semen en la cara de Claudia que cansada pero puta sacaba la lengua para esperar. La lenfa del primero cayó un poco en la cara de la puta y el resto en el pecho de esta. El otro estaba lejos de terminar por lo que le volvió a ordenar a mi novia que le succionara la pija, ella accedió un poco asqueada pero la chupó de todas maneras. El poli se calentó y la agarró de la nuca para meterle su pene más profundo, ella se resistía pero no lograba mantener ese trozo fuera de su garganta.
Después de violarle la garganta a mi novia, el poli sacó su pene de la boca de ella, se pejeó un poco y le tiró toda la lenfa en el interior de su boca. Claudia mantenía la boca abierta mientras el rati sacaba las últimas gotas de leche de su miembro para ofrecérsela a ella. Cuando terminó verificó que Claudia se haya tragado toda la mema y después intentó meter nuevamente su pene, pero ella se rehusó.
Los policías se vistieron rápidamente mientras que ella cansada, demacrada y sucia empezó a buscar todas sus ropas que habían sido desperdigadas por el campo.
Ella se terminó de vestir y trato de no ser tocada nuevamente por ninguno de los tipos. Uno de los polis se fue al fondo para viajar en la parte de atrás, el conductor se dirigió a su puesto y Claudia se subió a la camioneta. A tras de ella fue José tratando de tocarla, pero ella se mostró un poco arisca y le sacaba las manos.
Yo me fui inmediatamente a la casa de Claudia a esperar que llegue y marque en mi celular el teléfono de la policía en caso de que se tardarán. Pero en pocos minutos llegó el móvil hasta la esquina de la cuadra de mi novia. Ella se bajó sin dar demasiados saludos y se dirigió inmediatamente al interior de su casa.
Acá una descripción de mi ex por si es la primera vez que lees la historia:
Claudia
Ella es hermosa, es alta, mide 1,75 m. es bastante flaca, pesa cerca de 52 kg, tiene un pelo precioso castaño obscuro que le llega hasta los pechos, su piel es clara, tiene un buen tono brillante sin llegar a estar bronceada. Sus ojos son marrones y profundos, tiene cejas prominentes que hacen sus ojos más llamativos, tiene la nariz finita y una boca pequeña. Su cuerpo es un párrafo aparte: Al ser delgada y alta, y al tener su pelo negro y largo, recuerda mucho a la figura de una modelo. Unas piernas largas y carnosas, y más allá de que es flaca, tiene muy buen culo, blanquito pomposo y redondito. Su cinturita es una ricura, finita, y sus tetas son como el tamaño de limones, tiene los pezones chiquitos y morados. Cabe destacar que se viste muy bien, siempre lleva ropa de marca, remeras sueltas, chupines ajustados y zapatillas convers.
Todos los capítulos de la saga para que estén al tanto:
Primera parte.
Segunda parte.
Tercera parte, capítulo 1.
Tercera parte, capítulo 2.
Cuarta parte.
Quinta parte.
Mi novia, la puta de la ley.
Había pasado una semana de la enfiestada que le habían pegado a mi novia los dos viejos y me había puesto obsesivo. Quería saber todo el tiempo en donde andaba ella y con quien. En unas semanas se iba a ir a otra ciudad a seguir con sus estudios y yo me iba a quedar a más de 200 Km. de distancia por lo cual ya no podía saber que iba a hacer.
En uno de esos días de obsesión, sabiendo que en la tarde era el tiempo que en que más libidinosa se ponía, pedí el auto de un amigo con la excusa de que tenía que trasladar un montón de cosas, y además me llevé una cámara para poder vigilar a Claudia de lejos sin ser visto. Me podría haber llevado el auto de mi vieja, pero era más detectable que el de mi amigo.
Salí de mi casa tipo 14 hs de un miércoles, mi viejo trabajaba pero estaba seguro que se iba a pegar una vuelta para ver a Claudia.
Me estacioné con el auto de mi amigo a unos 50 m. de la casa de mi novia y mientras escuchaba algo de música hacía guardia esperando que algo pasara.
Cerca de una hora y media después la veo a Claudia salir de su casa vestida de manera muy provocativa. Con unos shorts de Jean muy cortos y ajustados, una musculosa blanca normal y sus clásicas zapatillas convers blancas caña alta.
Claudia salió en la dirección contraria a la que estaba yo por lo cual me permitió seguirla de manera más discreta en el auto. Además decidí seguirla porque por el horario y por la manera que salió vestida era obvio que se iba a ver con mi viejo. Una vez que ella llegó a una esquina esperó unos pocos minutos y llegó mi viejo en su camioneta. Ella ingresó al vehículo e hicieron un par de cuadras hasta llegar detrás de un jardín de infantes, que como no era época de clases estaba deshabitado.
Después de que los seguí, di una vuelta a la manzana y me estacioné a unos 40 m. de ellos, en diagonal y de frente. Con la cámara filmadora podía ver a la interacción entre ellos dentro de la camioneta, aunque no de manera total.
Los primeros minutos de la pareja eran de charla, un poco de risa, y caricias en zonas inofensivas como la cara y el cuello. Un tiempo después el viejo corrió un poco para atrás su asiento y ella se sentó arriba de él para besarlo. El viejo levantó la musculosa de ella, le desabrochó el corpiño y le comió las tetas un buen rato. Luego le ordenó que volviera a su lugar y por los movimientos que se veían, sacó su verga, e inmediatamente perdí de vista a Claudia, ya que se inclinó para chuparle la verga al viejo.
Esta situación no duró mucho ya que el viejo se estremeció y miró para abajó donde estaba la cabeza de Claudia, ella se levantó inmediatamente y se limpió la boca con su brazo como secándose la saliva y también los fluidos del viejo. Se acomodó el corpiño, se bajó la musculosa que él le había levantado, el viejo hizo movimientos como que se subía el Jean y conversaron un rato más.
Mientras charlaban al viejo le sonó el celular y atendió. Cuando cortó charlaron un rato más, se dieron un beso largo y apasionado y se despidieron. Para mi sorpresa el viejo no la fue a dejar hasta su casa por lo que ella se bajó y comenzó a caminar las pocas cuadras que la separaban de su hogar.
Ella caminaba tranquilamente por un boulevard que conectaba la calle del Jardín de infantes con las calle de su casa, cuando pasó lentamente al lado de ella una camioneta de la policía de mi provincia, esas que tienen una cúpula grande atrás y se las denominan “chanchas” por su forma.
La camioneta transitaba lento, acompañando el caminar de ella y se veía que desde el interior le decían cosas. Ella al principio se asustó un poco pero después sonreía y contestaba.
Después de unos metros la camioneta se detuvo, ella se dirigió al lado del acompañante y se subió sin dudarlo mucho tiempo.
Uno de los milicos que iba dentro del móvil era José, el amigo de mi viejo que ya se la había movido a la trola de mi novia. El policía estaba patrullando con dos ratis más, los dos pibitos que recién habían arrancado en la fuerza al parecer. Uno de ellos manejaba, el otro se tuvo que ir a la parte de atrás de la camioneta cuando mi novia subió, y José estaba del lado de la ventanilla del acompañante.
Yo no podía ver nada porque con el auto iba detrás de la camioneta y trataba de mantener distancia para no ser descubierto. Estaba algo nervioso y no sabía que hacer ya que la camioneta siguió su marcha y yo me estaba perdiendo detalles de lo que estaba pasando. En un instante la camioneta giró y se introdujo en una parte del barrio de mi novia poco transitado por lo que aproveché para dar la vuelta y quedar de frente.
Cuando logré hacer esto, encendí la cámara de video, y use el zoom para ver que pasaba, mi novia ya estaba con las tetas al aire, sentada al lado de José y besándose con este. Al parecer el poli le bajó la musculosa hasta la panza y le desabrochó el corpiño. Se besaban apasionadamente y las manos del cana tocaban de las tetas de Claudia y después se perdían de la visión de mi cámara, seguramente le tocaba las piernas de ella que estaban al descubierto por sus shorts. El cana que estaba del lado del conductor miraba de vez en cuando y después observada el exterior del móvil para alertar de cualquier peligro de ser vistos, además se notaba incomodidad en sus gestos, más allá de que le miraba las tetas a mi novia.
De tanto franeleo ella se sentó en las pernas del rati viejo por lo que pude ver un poco más. Se seguían besando, pero el viejo aprovechaba para manosearle la zorra a Claudia que se ponía cada vez más loca.
Al cabo de un rato José le dijo algo al poli más joven, este puso en marcha la camioneta y arrancó nuevamente mientras Claudia traba de acomodarse la ropa y se sentó nuevamente en su lugar.
Me dispuse a seguirlos sin que se den cuenta de mi presencia, algo que era muy difícil. Me di cuenta que no se dirigían a dejar a Claudia, ni siquiera a un hotel, sino más bien a los límites de la ciudad, un lugar por donde no hay controles, ojos vigilantes y la policía podía hacer cualquier cosa, incluso se sabe que muchas veces la policía cuando agarra a un tipo que se hace el vivo, lo lleva a las afueras de la ciudad y lo caga bien a piñas, cosa de dejarlo tirado, semi muerto y sin posibilidad de tener testigos que lo defiendan.
La camioneta llegó a una especie de cantera que es un lugar profundo y que no se puede llegar con facilidad. Yo tuve la surte de encontrar un camino que me dejaba por encima de esa cantera para poder ver todo desde arriba y sin ser visto.
Una vez que la camioneta se detuvo, el poli que manejaba se bajó y fue a la parte de atrás y sacó al otro poli joven y se pusieron a fumar, charlar y a cagarse de risa de lo que pasaba. Mientras que dentro de la camioneta los dos protagonistas seguían precalentando.
Al cabo de unos momentos se bajaron los dos cogedores del vehículo, se dirigieron a la parte de enfrente de la camioneta, José se apoyó contra el móvil y Claudia se paró enfrente y volvieron a besarse. José se sacó el cinturón de la policía se desabrochó el pantalón y sacó su verga. Claudia instintivamente se puso de rodillas y comenzó a mamarle la chota al viejo.
Mientras Claudia chupaba de arriba abajo la pija del poli, el viejo la agarraba de la nuca para acompañar los movimientos de su cabeza. El viejo le tocaba las tetas y de un momento a otro le logró sacar la musculosa y ella atinó a sacarse el Push Up para dejar sus hermosos pechos blancos y duros a la intemperie. El poli miraba hipnotizado como la pendeja le mamaba la verga y tomó su gorra de policía y para aumentar el morbo se la puso a la petera de turno que le encantó el gesto, y comenzó a tirarle miradas lascivas mientras lengüeteaba el trozo rojo del policía. Ella le dijo algo y él se puso rápidamente en campaña. El rati agarró las esposas de su cinturón y se las puso a Claudia por detrás de la espalda. Ella estaba de rodillas, con las manos esposadas detrás de la espalda y con el gorro reglamentario mientras peteaba al cana que estaba en el paraíso.
Después del pete José ayudó a la puta a ponerse de pie ya que con las manos atadas detrás de la espalda se le hacía muy difícil. La puta quedó parada con la panza apoyada en la camioneta como si estuviese detenida, el cana se paró detrás de ella, le bajó el short lentamente admirando el culito de la pendeja, le bajó el culot que tenía puesto y la dejó totalmente en bolas. Se acercó por detrás y lentamente le metió su pija hasta el fondo. La tomó de la cintura y le dio masa un buen rato de forma moderada. La puta estaba extasiada y miraba para atrás para ver como se la daban, y no podía hacer nada más que ver ya que tenía las manos esposadas.
El cana se entusiasmó y empezó a coger brutalmente a Claudia desde atrás, el culo de la puta rebotaba duramente contra la pelvis del viejo cana que no daba más. De pronto el viejo la tomó del cuello a ella, la arrodilló y comenzó a meterle la poronga en su boca, se la hizo tragar en tres embestidas e inmediatamente agarró su chota y comenzó a acabar en la cara de Claudia.
La puta de mi novia tenía la cara enchastrada de leche del viejo y no podía limpiarse, mientras el viejo todavía recuperaba el aliento por la cogida. José se subió los pantalones y se reía de Claudia, así que para que esta no se enoje le limpió el semen con su mano, aunque de todas maneras no quedó del todo limpia.
Ella seguía desnuda y el viejo se puso a fumar, los llamó a los pendejos y les dijo algo. Los policías más jóvenes se miraron sorprendidos y no actuaron rápidamente. Hasta que uno de ellos se acercó a Claudia que estaba un poco dubitativa, y se desabrochó el cinturón, hizo lo mismo con el pantalón, sacó su miembro y le ordenó a ella que se lo chupara. Ella un poco sorprendida accedió y comenzó a mamarle la verga al cana sin mucha convicción. El otro rati tomó valor y también se sacó el cinto reglamentario, se acercó por detrás de Claudia y comenzó a manosearle la concha y el ojete.
José fumaba y se cagaba de risa mientras se violaban a la puta de su pendeja. La mamada de Claudia empezó a tomar más convicción y velocidad, aun que el miembro de su nuevo amante no era la gran cosa. El otro milico seguía entretenido metiéndole los dedos en el ano y en la vagina a mi novia. Después de un rato sacó su pija y comenzó a meterla en la concha de Claudia que estaba arrodillada recibiendo carne desde atrás y desde adelante.
El milico que estaba recibiendo la mamada se puso un poco loco y agarró a mi novia de la cabeza y comenzó a cogerla por la boca mientras que el otro cana se entusiasmó dándole masa desde atrás.
El cana que estaba explorando la vagina de Claudia se paró y fue a recibir una mamada, por lo que se turnaban entro los dos para que la puta se las mame. Ella accedía a los movimientos que le imponían y mamaba de a una verga a la vez.
El milico que había comenzado, se arrodilló detrás de Claudia y comenzó cogerla violentamente, ella desistió de mamarle la pija al otro y trato de darse vuelta. El cana que estaba arrodillado se acostó boca arriba y la tomó a Claudia de la cintura para que esta no se desacomodara y logró sentarla arriba de él y así logró que ella lo cabalgara. Se notaba que Claudia ya no estaba conforme con la situación. El otro cana no se hizo esperar y se arrodilló detrás de ella y comenzó a hacerle el orto.
La trola estaba siendo penetrada doblemente mientras aún tenías las manos esposadas. José se apiadó de la puta y le sacó las esposas, en ese momento sacó sus brazos hacia delante y se recostó encima del poli mientras que el otro le perforaba el ojete.
La cogida siguió así durante un rato hasta que el poli que estaba abajó se paró apurado sabiendo que iba a acabar, el otro quedó un poco descolocada por lo que se comenzó a pajear. Claudia quedó de rodillas nuevamente mientras tenía a los dos agentes enfrente de ella apunto de lanzar sus fluidos. El que estaba apunto de acabar no aguantó más y arrojó su semen en la cara de Claudia que cansada pero puta sacaba la lengua para esperar. La lenfa del primero cayó un poco en la cara de la puta y el resto en el pecho de esta. El otro estaba lejos de terminar por lo que le volvió a ordenar a mi novia que le succionara la pija, ella accedió un poco asqueada pero la chupó de todas maneras. El poli se calentó y la agarró de la nuca para meterle su pene más profundo, ella se resistía pero no lograba mantener ese trozo fuera de su garganta.
Después de violarle la garganta a mi novia, el poli sacó su pene de la boca de ella, se pejeó un poco y le tiró toda la lenfa en el interior de su boca. Claudia mantenía la boca abierta mientras el rati sacaba las últimas gotas de leche de su miembro para ofrecérsela a ella. Cuando terminó verificó que Claudia se haya tragado toda la mema y después intentó meter nuevamente su pene, pero ella se rehusó.
Los policías se vistieron rápidamente mientras que ella cansada, demacrada y sucia empezó a buscar todas sus ropas que habían sido desperdigadas por el campo.
Ella se terminó de vestir y trato de no ser tocada nuevamente por ninguno de los tipos. Uno de los polis se fue al fondo para viajar en la parte de atrás, el conductor se dirigió a su puesto y Claudia se subió a la camioneta. A tras de ella fue José tratando de tocarla, pero ella se mostró un poco arisca y le sacaba las manos.
Yo me fui inmediatamente a la casa de Claudia a esperar que llegue y marque en mi celular el teléfono de la policía en caso de que se tardarán. Pero en pocos minutos llegó el móvil hasta la esquina de la cuadra de mi novia. Ella se bajó sin dar demasiados saludos y se dirigió inmediatamente al interior de su casa.
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