Gracias a todos los que pasaron por mis post, dejaron mensajes, puntos, me siguieron y demás cosas que me ayudaron para avanzar dentro de Poringa!
Debido a eso es que posteo este pequeño relato!
Me llaman Osky, tengo 37 años y estoy divorciado, no tengo hijos y mi mayor pasión es coger, me gustan todas y no desperdicio ni una ocasión, me conservo en forma, bastante ejercitado.
Estaba en el mismo hotel que Stefi y más de una vez la había invitado (junto con su novio) en el bar, no nos tuteábamos porque decía que su novio, le había dicho que tenga poca confianza con los hombres, pero yo sabía que acercándome al hermanito, también me acercaba a ella. Me gustaba con locura y estaba deseando comérmela toda.
Aquel día estaba la mar con olas y como es lógico, me ofrecí para ayudarla, nos metimos los tres, yo con el niño en brazos y le dije a Stefi que se agarrara por detrás a mi cintura.
- No te preocupes, que el niño no se cae… Dije cuando una ola un poco más fuerte, nos dio de lleno.
La tomé por la cintura y la arrimé a mi verga que estaba totalmente parada, no dijo nada ni tampoco se retiró, es más, una de las veces su mano se posó más de la cuenta encima de mi estaca, pasados unos minutos, en los cuales tuve una monumental erección al bajar la mano y posarla en su concha, salimos y sin decir palabra, nos tumbamos cada uno en una hamaca del hotel.
El niño, jugaba en la arena con su palita y su cubo, cuando Stefi, me dijo si podía ponerle crema en la espalda. Me quedé helado, nunca me lo había pedido antes, así que mientras ella se daba la vuelta, me embadurné bien las dos manos y suavemente las deposité encima de su cuerpo, nuevamente mi pija se puso tiesa y viendo tan cerca esas cachas y ese culo, a punto estuve de acabar.
Stefi, no decía nada y mis manos cada vez se hacían más atrevidas, le acariciaba toda la espalda, los hombros, el cuello, una de mis manos había bajado hasta la canal de sus pechos y ella con los ojos cerrados, se dejaba hacer, sin pensármelo dos veces, bajé mis manos hasta sus muslos y mientras los masajeaba, me cambié de postura, apoyando mi mástil, sobre una de sus manos.
Cuando más entusiasmado estaba y estando a punto de meterle la mano en su concha, una carga de arena caliente cayó sobre los dos, mientras que el niño se mataba de risa, Stefi se levantaba indicándole que eso no se hacía. Mientras me dirigía hacia el agua, diciéndole a su hermana que no tenía importancia, intentaba por todos los medios tapar el bulto que tenía en el short.
Nadé durante media hora hasta que aquello se puso normal y el resto de la mañana no ocurrió nada digno de ser contado. Stefi se ocupaba de su hermanito y cuando nos despedimos para el almuerzo, le miré descaradamente la concha, mientras me pasaba la lengua por los labios, ella se puso un poco nerviosa y la cara roja como un tomate.
Aquella noche, estaba en la discoteca del hotel, bailando cuando un trueno potente anunció lo que sería una tormenta de verano, la lluvia azotaba los cristales mientras un fuerte viento tiraba manteles, hojas, macetas etc. Un camarero, me dio un suave golpe en el hombro, haciendo que me apartara de la jugosa boca de una mujer con quien bailaba, saqué mi mano de debajo de la falda y con cara de fastidio, tomé el teléfono que este me tendía.
Era Stefi con un ataque de histeria, me pedía que fuese a su habitación ya que la tormenta la tenía muy asustada, con una excusa, me despedí de mi linda “amiga” y subí al décimo piso, justamente estaba llamando a su puerta cuando un trueno horrendo sonó como un cañonazo. Stefi, con una remera larga color carne por encima de las rodillas y con un gran escote que dejaban ver sus pechos, abrió la puerta y se abalanzó a mis brazos, mientras pegaba un grito que casi me deja sordo.
Una vez dentro de la habitación y mientras intentaba calmarla diciéndole palabras en su oído, le acariciaba el pelo que lo tenía suelto, estábamos los dos en el centro de la habitación, abrazados, pegados de tal manera que sus pezones me hacían daño, mientras mi pija, que ya estaba en forma, estaba incrustada entre sus piernas.
Hubiese estado toda la noche así, no sentía la tormenta ni la lluvia ni los truenos, solamente sentía el calor de su cuerpo, su intenso perfume, sus carnes duras que mis dedos acariciaban, le besaba su cuello, su oreja, la mejilla, me parece que así será el paraíso. Stefi, al cabo de unos minutos, mucho más tranquila, se separa y tomándome de la mano me llevó hasta la habitación, donde su hermanito dormía a placer en la inmensa cama de matrimonio, luego de darle un beso en la frente y apagar la luz, salimos hacia el saloncito entornando la puerta para poder oírle caso de que se despertase.
Afuera, la tormenta poco a poco iba perdiendo intensidad, descorrimos las cortinas y apagamos la luz, las olas rompían en la playa, salpicando de espuma hasta la piscina del hotel, las hojas de las palmeras, bailaban una danza sin parar.
Tenía nuevamente abrazada a Stefi, pero esta vez totalmente desnuda, le besaba sus labios, ella me los mordía, su lengua me hacía cosquillas en el paladar, mis manos masajeaban su espalda, su culo, sus nalgas, mi pija, apoyada en su hermosa vagina, cuando una de mis manos, se desplazó hasta sus pechos y comencé a apretarlos, noté como con un suspiro y unas convulsiones, Stefi había tenido un orgasmo.
La tendí en la alfombra con las piernas abiertas y colocándome de forma invertida para hacer un 69, le comía su clítoris, que tenía un sabor dulce a mi paladar, su poca cantidad de vello púbico, no me dificultaba encontrar su clítoris, mi lengua que estaba dentro de su vagina, no paraba de lamer, mientras, ella me chupaba la verga, su lengua me producía un gran placer, mientras que sus manos manoseaban mis huevos.
Con un grito ronco, apagado por el ruido de la lluvia, acabé en la boca de Stefi, mientras ella, moviendo el culo, también acabó. No sé qué me pasaba, quería más y más, volví a besarla después de unos instantes de tranquilidad, la olía por todos lados, mi verga que no se había desplomado, seguía en plena forma, me coloqué encima y se la metí con mucha tranquilidad, poco a poco, sus paredes vaginales me apretaban dándome un masaje que me transportaban al séptimo cielo, terminé nuevamente pero seguía metiéndola y sacándola, Stefi me pellizcaba el culo y yo mientras tanto le mordía sus pezones.
Sus jadeos y suspiros, me daban más ganas, quería que aquello durara toda la vida, no me cansaba de su cuerpo, el sudor corría por mi cara, pero una fuerza interior muy poderosa me obligaba a cogerla cada vez con más pasión. Unas fuertes convulsiones, de la mujer, seguidas de un:
- Para, para me vas a destrozar… indicaron que había llegado al clímax.
Stefi, lloraba y reía al mismo tiempo. Me dijo que nunca se había sentido tan satisfecha, yo que había tenido otra alegría, me encontraba al límite de mis fuerzas.
Nos quedamos tendidos, mientras la tormenta definitivamente se alejaba mar adentro.
Un rayo de sol en plena cara, me despertó, Stefi, tendida a mi lado, dormía placenteramente, pude admirar su cuerpo desnudo, su melena negra, le tapaba un pecho y su argolla, sus muslos, morenos y hermosos, acababan en unos pies menudos y sin ningún defecto, su cara bellísima, reflejaba una paz y tranquilidad propia de una hembra feliz.
En la mesa había un mensaje del novio diciendo que ya no quería saber nada con ella. Sí, nos vio acostados desnudos y por eso la abandonaba, ahora somos pareja con vista a formar algo serio.
Gracias especiales a @Stefimarinera por las noches que me haces pasar! Tqm nena 😉
7 comentarios - Relato por el cambio de rango.
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
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