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cuando era estudiante

cuando era estudiante

HOLA GENTE P, MUCHOS HAN LEIDO MIS RELATOS Y AVENTURAS COMO PROFE, SIN EMBARGO ESTE RELATO SUCEDIO CUANDO ERA ESTUDIANTE, ASI QUE DISFRUTENLO


Hola gente P, les platico una de mis anécdotas muy especiales. Aún estaba en la universidad, cursando los últimos semestres de mi carrera cuando ingresó una nueva maestra, que comenzó a darme clases en ese semestre. Era una maestra chaparrita, de complexión normal, de 38 años, divorciada, muy coqueta y alegre pero su mayor atributo físico eran sus senos, ¡uuufff, son hermosos!, de talla 38C.
Al transcurrir de los días, comenzó a llamarme más la atención ese hermoso par de bubis, a tal grado que me comenzó a causar una rica erección, más aún cuando llevaba escotes, ¡woow!. Un día, al estar sin algo qué hacer en la casa, decidí mandarle un correo para pedirle que saliera conmigo, lo hice de la manera más delicada posible pero su respuesta fue negativa, aduciendo que su ética no se lo permitía pero que a su vez, le halagaba que un joven se interesara en ella. En el salón de clases, no perdía detalle de ella, quien lo notaba y solo sonreía coquetamente.
Pasado un tiempo, le volví a escribir un segundo mensaje de correo, que me respondió de manera semejante al primero, posteriormente, luego del final del semestre y al inicio del siguiente, en el que ya no me daría clases, le volví a escribir otro correo y como dicen “la tercera es la vencida”, pues aceptó a salir a tomarse un café conmigo. Cuando leí el correo con su aceptación, tuve una erección inmediata, je, je, je.
Ese día, llegué puntual, esperándola nerviosamente y al llegar, me saludó de beso en la mejilla, luego se sentó y comenzamos a charlar de cosas en general hasta que tocamos el punto del por qué le había insistido tanto en salir con ella, le respondí que me atraía mucho y que me agradaba su forma de ser. La charla se volvió amena, luego pareciera que éramos muy amigos y al final, ese día no sucedió algo hasta que en otra ocasión, salimos de nuevo a tomarnos unos cafés por el malecón y posteriormente, al llevarla a su casa y despedirme, la besé en los labios, por lo que se sorprendió pero le gustó y sólo sonrió coquetamente.
A los ocho días de lo sucedido, la invité a pasar el fin de semana a cuernavaca, lo que aceptó y me emocioné, pensando “esta es mi oportunidad”. Llegado el día, cruzamos por la noche y nos fuimos a un hotelito cómodo, el plan era hospedarnos, arreglarnos, salir a cenar, luego a bailar y después, lo que se diera. Cuando llegamos al hotel, entramos al cuarto y ella se metió al baño, a cambiarse para poder ir a cenar y al salir, tenía puesto un vestido coqueto, con un escote ¡uuufff!.
Yo estaba sentado en la cama, esperándola, enseguida se me acercó, se dio la vuelta y me pidió que le cerrara el cierre de su vestido, que llegaba al final de su espalda y al inicio de sus glúteos; obvio, mi reacción fue una erección inmediata. A continuación, me puse de pie, tomé el cierre y comencé a subírselo lentamente pero solo pude llegar a la mitad y me detuve, comenzando a besarle su cuello y a descender por su espalda. Con eso, ella simplemente se relajó, lo que fue la clara señal que siguiera adelante, entonces le bajé el cierre de nuevo y continúe besándole los hombros, el cuello y la espalda.
Entre caricias y besos, le comencé a deslizar el vestido de los hombros hasta caer, quedando simplemente con una tanguita roja, bien linda, enseguida la abracé, repegándome a ella, acariciándole sus muslos y subiendo hasta llegar a sus senos, que por fin tenía a mi disposición. Eran tal como me las imaginaba, hermosas, grandes, con unos pezones color café claro, de tamaño mediano y con una textura increíble. El aroma de su piel era delicioso y mi pene estaba por reventar, de pronto sentí sus manos jalarme más hacia sí, luego deslizar una de ellas hacia mi pene, apretándomelo bien rico sobre mi pantalón y comenzando a abrir el cierre hasta sacármela.
Inmediatamente, ella se volteó, me miró fijamente a los ojos con una mirada de lujuria, de complicidad y de excitación que me fascinó, su mirada permaneció fija a la mía por un momento mientras me acariciaba el pene, luego sonrió y se agachó a chupármela. Al sentir sus labios envolver mi pene, ¡wow, fue lo máximo! y a su vez, el ver esa escena, me excitó aún más y sentía que no aguantaría mucho en venirme pero hice lo posible por retardarla y casi cuando sentía que se aproximaba, me soltó, se puso de pie y aproveché para chuparle los pechos con los que tanto había fantaseado y a su vez, acariciarle el trasero y esa cosita rica que ya se encontraba súper húmeda, a tal grado que su tanguita se sentía bien mojada.
A continuación, deslicé mis manos entre su tanguita y por fin, le toqué directamente su conchita húmeda y sentí su calor, de nuevo me paré, la giré y la coloqué sobre la cama, enseguida le quité la tanga y le abrí las piernas, para introducir mi rostro en medio de ellas y comenzar a comerme esos juguitos tan ricos, el escuchar sus gemidos y sentir sus contracciones me hacían excitarme más y más. Así se la estuve comiendo por unos minutos, en los que tuvo un par de orgasmos bien ricos hasta que ya no aguantaba más, quería estar adentro de ella, entonces me puse un condón y estando de pie y ella a la orilla de la cama, con sus piernitas en mis hombros, la penetré lentamente, para ir sintiendo cómo se iba introduciendo mi pene, para posteriormente ir empezando el mete y saca, lento, luego más y más rápido y fuerte, ¡uuufff, qué delicia!.
El chasquido de la penetración producido por el impacto de los cuerpos y de la humedad, además de sus gemidos pidiendo más y que continuara de ese modo, predominaban en la habitación, aunque a ese ritmo y a ese nivel de excitación, la eyaculación se hizo presente pronto, con estocadas profundas y gran enjundia, sintiendo los chorros de semen salir de mi pene y entre gemidos y alaridos, terminamos en un gran orgasmos y sudando de placer. No lo podría creer, al fin me había logrado acostar con mi maestra y estaba exhausto pero feliz, entonces reposamos durante un rato, luego nos metimos al baño, nos bañamos, nos besábamos y todo bien rico.
Ya que salimos, nos arreglamos y nos fuimos a cenar, toda la noche anduvimos caminando tomados de las manos, como si fuéramos novios, también fuimos a bailar y nos besábamos en la pista, además le apretaba las nalgas y me la repegaba mientras bailábamos en medio de tanta gente, sin importarnos nada ni nadie. Esa noche, al llegar al hotel, se podrán imaginar lo que sucedió pero esa es otra historia.

COMO SIEMPRE AGRADESCO SUS COMENTARIOS, PUNTOS Y DEMAS
sexy

4 comentarios - cuando era estudiante

angieyruben
Que buena aventura de estudiante !
Muy bueno el recuerdo hecho relato !!!


Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!

alumno
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
lalocadelpizarron +1
excelente relato!!!!!! y pensar que yo iba a la escuela a estudiar
ah! no ya se porqeu era. porque mis profesores eran reliquias y yo no sabia apresiar la experiencia. en fin... +3
Mariacandelaria
Una experiencia muy placentera, como todas las que has tenido eh