La Mesera Parte II
(RECOMIENDO LEER PARTE 1)
Al llegar a mi casa estaba muy nerviosa, abrí como pude y cuando entre mi marido estaba dándose una ducha.
Me cambie e intente disimular, el luego que salio vino como si nada a saludarme y se acostó a dormir al lado mío como siempre cansado de su trabajo.
Toda la noche estuve mirando el techo, me sentía que una basura, me sentía culpable pero al mismo tiempo por mi cabeza pasaban las imágenes de la tarde que había tenido y me excitaba, era una sensación muy rara.
En algunos momentos pensaba para sacarme culpa que también era culpa de mi marido por estar roncando al lado mío y no tocarme ni un pelo, pero al rato me volvía la culpa de lo que había hecho.
Al otro día me puse un pantalón de Jean azul ajustado como siempre y fui a trabajar. Salude a Mario aunque un tanto nerviosa, pero no me pregunto nada dado que empezó a entrar mucha gente desde temprano.
Entre tanta gente no me di cuenta que entro Roberto con sus amigos y se sentaron donde habitualmente se sentaba el viejo.
Cuando de pronto escucho un silbido, levanto la vista y estaba el mirándome desde lejos con esa cara de libido y me llama.
Me acerco temerosa no se bien como tratarlo aunque obviamente disimulando lo mas posible, les tomo el pedido y me retiro.
Cuando me iba escucho cuchicheos y uno que dice fuerte
¿Le comiste ese orto cabrón? No mientas más…
Yo camine apurada y desde la barra contemple como me miraban y algunos se reían. Me sentía un poco incomoda.
Cuando volví, les fui sirviendo a cada uno su café y tenía que estirarme demasiado para llegar a servirles a todos, así que mi culo quedo muy cerca de Roberto. El cual sin perder el tiempo agarro la parte de arriba de mis piernas y me acaricio hasta casi mi culo, yo estaba por reaccionar pero me quede paralizada y seguí.
Termine de servirles a todo y me fui lo mas rápido posible mientras escuchaba sus risas y sentía mucha vergüenza.
Aunque empecé a pensar en lo que me había llevado a entregándome a ese gordo asqueroso. La culpa era de mi esposo ya que yo había perdido mucho cariño, pero todavía lo quería, a pesar de todo, y eso me hacia sentir culpable.
Sin embargo, algo que me animaba y levantaba el animo, lo cual empecé a notar desde que comencé a trabajar de mesera era sentirme observada, deseada, no por uno sino por muchos hombres que a diario me veían, me hacían algún comentario, a veces un piropo halagador, a veces una mirada morbosa o vulgar y volvían al día siguiente.
Eso me hacia sentir como una hembra lujuriosa, contrario a lo que me esperaba cada noche al volver con mi marido, empecé a buscar el amor en los ojos libidinosos de los extraños.
Es mas, cuando la mirada se volvía sucia y morbosa, lejos de molestarme como al principio, terminaba gustándome, es por eso que me entregue a los "encantos" del gordo Roberto, por lo bajo de sus comentarios y la forma tan vil que me trataba, era como romper con ese mundo prefabricado que había formado con mi marido, era como querer acabar con la antigua yo, confinada y dedicada al hogar y sin siquiera ser valorada o atendida como se merece.
Al rato Mario me pidió que fuera a algunos bancos a hacer el reparto y eso me hizo safar de tener que llevarles la cuenta y sentir seguramente sus cargadas nuevamente.
Subí al departamento del viejo, como siempre me desnudo con la mirada, cuando pase a dejar el café sentí su mirada fija en mi culo, nuevamente empecé a sentir aquel calor recorrer mi cuerpo, tanto el como Roberto me despertaban deseos de provocarlos mas y mas.
Cuando estaba por dejar el café en la mesita donde el viejo me hacia poner siempre el café me dijo.
-No Pame hoy llevamelo a la cocina que después lo voy a tomar. Y me indico donde estaba la misma.
Yo no pensé nada raro así que me dirigí hacia donde me indicaba.
-Dejalo allá en el fondo. Me dijo
Era una cocina como un pasillo poco menos de medio metro para pasar, el viejo se fue tras de mi y cuando deje el café y fui de vuelta nos topamos en tan pequeño espacio, el aprovecho para pasar por atrás mío y apoyarme, sentí su erección dada la fina tela de mi pantalón. No se porque en lugar de desagradarme me gusto, la cercanía de su cuerpo, su olor agrio y sobre todo por su entrepierna punteando mi cola notando un bulto considerable. Aun con todo trate de reponerme. Su brazo no me dejaba pasar, y la verdad mi cuerpo iba encendiéndose ante tanta osadía del viejo que podría llevarme fácilmente una treintena de años.
Como pude fui saliendo de esa cocina tan pequeña casi empujándolo y salí de su departamento con el corazón a mil.
Solo atino a decirme cuando me iba.
-Olvidas tu propina
Me extendió un billete y cuando lo tome, aprovecho para acariciarme la mano con sus dedos
-Hasta luego hermosa. Me dijo casi babeando.
Yo agradecí el gesto parando mas la cola al retirarme, era aun mas perturbador que las miradas y trato de Roberto, el viejo aparentemente inofensivo me hacia perder un poco la cordura, pues no podía concebir tanta perversión en su pensamiento.
Dado que me daba buenas propinas procure seguirle aun más el juego y provocarlo más.
así que un día me fui a comprar un pantalón blanco bien finito y muy ajustados, me puse unas botas con tacos altos para parar mas la cola.
Mi ego de hembra se sintió complacido con la cantidad de piropos que recibí ese día, al rato Mario me pidió que subiera ha hacer el reparto y yo sabia que tenia que ir a lo del viejo. En los últimos días cuando subía a verlo o subía a dejarle algún pedido siempre procuraba accidentalmente dejar caer algo, o simplemente hacerme la desentendida cuando me iba y sentía sus ojos fijos en mi cola.
Ese día lo encontré sentado en el sofá abrió mucho los ojos cuando me vio, se levanto y me pidió que dejara el pedido en la cocinita al fondo, en un lugar bajo para que aprovechara para deleitarse con mi paso por su departamento y comerme con los ojos.
Estaba dejando todo en una mesita del rincón cuando escuche un ruido raro, me voltee y lo vi al viejo, estaba con una cámara digital apuntando hacia mi cola.
-Recuerdos para cuando se vaya. Me dijo el desubicado.
Me quede helada no sabia que hacer tembló todo mi cuerpo en ese momento. Y el prosiguió.
-¡¡Vamos Pame no querrá que todos se enteren de los servicios especiales que presta a algunos privilegiados cuando esta en el trabajo!!
Yo me quede excitada y sorprendida, no pude disimular lo suficiente aunque trataba de guardar la cordura
-¿¡No se de que me habla!? Conteste en seco.
-Claro, yo se sobre tus entregas especiales a mi colega de piso en el edificio ¿Que tiene que hacer uno para tener esa clase de privilegios?
Me quede helada, sin poder moverme mientras el seguía sacando fotos de mis piernas y mi cuerpo mientras se acercaba un poco.
-No te preocupes por mi, yo guardare el secreto, solo te pido a cambio modeles para mi, acerco el lente enfocándolo a mi escote, viendo el inicio de mis tetas.
-¡¿De veras!? ¡No quiero perder a mi esposo!
-Bueno Pame, la verdad es que me deleita mucho tenerte aquí, pero es tan breve que quisiera guardarte por más tiempo, sobre todo ahora que vienes tan preciosa.
Así tan perverso como imagine a este hombre pensé que me pediría sexo sin dar rodeos, por eso cuando me dijo lo que quería me quede sorprendida.
-¡¡Solo quiero tomarte unas fotos a diario, siempre que vengas así de yegua, para poder verte cuando yo quiera!!
Me pareció de lo mas simple su petición, por lo cual acepte casi de inmediato, ante una propuesta que parecía mucho mejor que acostarme con el. Su mirada y hacer tantos click con la cámara me llenaba de morbo.
-¡¡Así Pame, que linda te ves!!
Fui cambiando de ángulo y me di vuelta aganchandome un poco. Parando mi culo para el viejo.
-¡¡Vamos, quiero ver ese culazo que tenes, no te sientas incomoda, como no lo sentiste con mi vecino!!
Maldito chantajista pensé, pero la verdad el exponerme a este hombre, ante el cual le iba mostrando poco a poco mi cuerpo me pareció un precio bajo pues podía haberme pedido algo mas fuerte.
-¡¡Ahora tocate las tetas dejame verlas!!
Yo solo baje un poco el escote y le mostré hasta el inicio del pezón
-¡¡MMMh, muy bien Pame, por hoy tenemos suficiente, nos vemos mañana!!
Yo me arregle un poco la ropa, no me quite nada, pero le deje ver mucho más que a cualquier cliente, sin contar a Roberto, claro.
-¡¡Me retiro, y gracias de nuevo por guardar mi secreto!!
-¡¡A vos Pame, por lo preciosa que sos!!
Salí de ahí violentada pero a la vez excitada por estar tan expuesta ante un hombre mayor, y sin haber sido tocada.
Pasaron un par de días y el viejo no pedía nada eso me hacia sentir aliviada, Roberto seguía sin aparecer y mi marido como siempre.
Recuerdo ese día que tenia puesto un pantalón de vestir bien ajustado color chocolate y una remerita negra, como siempre a media mañana Mario me pidió iniciar la ronda de pedidos.
Yo sabia que cuando el viejo me viera con ese pantalón me pediría fotografías, dado que era muy ajustado y dibuja mi cola a la perfección. Por eso mismo lo deje para lo último.
Cuando subo en el ascensor para ir a lo del viejo una mano impide que se cierre la puerta automática y alcanza a entrar Roberto.
Mi cuerpo tembló de arriba abajo en un instante, el me devoro con la mirada, eran solo 2 pisos pero sabia que algo me diría.
Ni me saludo, eso me extraño, llegamos al piso y el hizo el ademán para que pasara yo obvio las mujeres primero. Baje y en ese instante Roberto paso toda su mano por mi culo casi levantándome del manoton.
Como yo tenia las cosas me di vuelta a penas y lo mire nerviosa, no sabia que hacer ni que decir, el solo se rió y entro a su departamento.
Llegue totalmente perturbada al departamento del viejo, estaba nerviosa, exaltada y excitada a la vez.
Golpe y entre, el viejo me desvistió con la mirada como siempre, pase directamente a la cocina sentí toda su mirada en mi culo, volví al living y el estaba tocándose por arriba del pantalón, se le marcaba un buen aparato y para su edad debía estar a mil ese viejito.
Sentí que mi entre piernas se humedecía de solo mirarlo, entonces el me dijo.
-¡¡Que lindo pantalón tenes hoy Pame, ponete en ese sillón que quiero recordarlo siempre!!
Yo camine sugerentemente y me acomode quebrando mi cintura y sacando mucho mi cola, sentía sus suspiros y la cámara activarse, me estaba gustando mucho. Entonces el dijo.
-¡¡Vamos Pame bajate un poco el pantalón!!
Lo pensé por dos segundos, pero la excitación era tal que obedecí, mostrandole mi ropa interior blanca.
Después de varios clicks de su cámara me dijo
-¡¡Gracias preciosa, espero verte mañana!! Me dio su propina y me retire muy excitada.
Se me mezclaban muchas cosas pero la excitación era tal que estaba desconcentrada, no coordinaba, muchos clientes me decían cosas y yo sonreía con gusto casi calentandolos a propósito, no sabia que me estaba pasando pero me sentía viva y bien conmigo.
Cuando ya estaba por terminar mi jornada, Mario mi jefe me dice si me puedo quedar a cubrir a la chica de la tarde porque se había enfermado.
Yo dude por cinco minutos, estaba media cansada y con lo excitada que estaba no podría seguir así pensé.
Mario como siempre tan bueno conmigo me dijo insistiendo
-Por favor Pame no me falles, te pago doble por hoy, y después te acerco a tu casa.
Las ideas en mi cabeza se atropellaron y le dije
-Gracias Mario, pero espera llamo a mi marido y le consulto si me puede venir a buscar el no te preocupes.
Llame a mi marido, y la charla fue mas o menos la siguiente.
-¿Hola amor como estas? Dije yo.
-Ah hola, ocupadísimo ¿Que paso?
-Mira me pidieron si me podía quedar a trabajar a la tarde ¿Vos me podrías venir a buscar?
Pasó 1 minuto en silencio y me dijo
-No puedo, mira tomate un taxi o fijate porque yo voy a llegar tarde hoy, no me puedo ir. Chau.
Y me corto. Eso me hirvió la sangre, como podía ser tan desconsiderado conmigo. Me arruino el día.
Entre y le dije a Mario.
-Si Mario me quedo y si todavía sigue en pie que me acerques te lo acepto.
El sonrió y me dijo
-Si obviamente Pame.
Al terminar la jornada laboral, no daba más entre las miradas que estuvieron toda la tarde en mí y como estaba yo, solo quería irme a casa a desahogarme al menos manualmente si mi marido seguía igual que siempre.
Cuando estábamos haciendo caja Mario preparo algo para comer y me dijo
-Hoy nos ha ido excelente, comamos algo y después te llevo ¿Te parece?
Yo dude, pero que podía hacer, comimos mientras hablamos temas sin sentido y después Mario destapo un champagne diciendo
-¡Porque has cambiado este bar desde tu llegada!
Yo me sonroje y brinde con el, así rápidamente el champagne se fue bajando de la botella y yo me sentí un poco con sueño y un poco mareada, cuando me pare para que nos fuéramos, Mario me ayudo a caminar.
De pronto Mario en un movimiento rápido me agarro por la cintura y mordió levemente uno mis labios y yo me quede como suspendida en el aire, solo salio un pequeño gemido
-¡¡AAHhh!!
No se si era el momento de excitación o que, pero sus labios que eran muy suaves, nunca nadie me había besado así, todo en ese momento se junto y fue una descarga de éxtasis que ya no pude contener mas, había estado excitada todo el día y esta situación en la que estaba mezclada con el alcohol en sangre me había hecho perder la cabeza.
Cerré los ojos y Mario me besaba mientras sus manos acariciaban mis pechos por encima de mi ropa, al rato una de sus manos empezó a bajar por mi cintura hasta empezar a tocar con desesperación mi cola por encima del pantalón, yo estaba gozando aquella tremenda manoseada que me estaba dando mi jefe Mario.
El se me venia encima y yo iba retrocediendo, así como estábamos llegamos a una pequeña mesita me subí a ella y seguimos besándonos apasionadamente sentí como sus manos soltaron mi cola y las llevo donde estaba el botón de mi pantalón yo como un reflejo de la poca dignidad que me quedaba detuve sus manos, pero el me dio un leve mordisco y saque mis manos, luego sus manos subieron hacia mis pechos y los manoseo con pasión. Se separo de mí por un minuto y me dijo
-¡¡Que bonitas tetas tenes Pame, me encantas!!
Yo estaba excitadísima agarro con sus manos mis tetas, yo observaba como locamente no paraba de manosearme, de pronto en un movimiento rápido agarro mi pantalón y lo bajo completamente y levanto cada una de mis piernas y lo quito completamente quedando yo solo en tanga quedando ante el semidesnuda.
Se acerco hacia mi vagina y le pego un beso por encima de la tanga que fue que yo me prendiera aun mas, después de eso se levanto.
Me quede ahi recargada en la mesa mirándolo solo con una tanga esperando para que me siguiera gozando ya no había vuelta atrás yo estaba excitada y muy caliente, Mario me miro a los ojos y me dijo
-¡¡Pame no sabes el tiempo que espere para este momento, no he parado de mirarte y desearte desde que entraste a trabajar acá, te voy a gozar hermosa!!
Yo solo lo mire pero no dije nada, entonces el bajo hacia mi vagina he hizo a un lado mi tanga
-¡¡Mmmm esta bien depiladita te voy a chupar como nadie lo ha hecho!!
Empezó a succionar y a meter su lengua en mí, yo gemía y con mis manos tome su cabeza y lo empujaba para que siguiera chupando más
-¡¡AAhhhha ahhh ahhgg ayyyy!! Los gemidos salían de mi garganta, estuvo así haciéndome disfrutar como unos 10 minutos chupaba mis jugos seguía lamiendo.
Yo estaba en el cielo, cuando de pronto empecé a escuchar que mi celular sonaba, por el ringtones sabia que era mi marido, estuve por decirle a Mario que parara, pero el placer pudo más y no lo hice.
Mario se aparto de mi, desabrocho su pantalón, se lo quito y solo quedo con boxer, yo voltee a ver hacia abajo y vi su bulto queriendo salir, se acerco a mi y me empezó a besar nuevamente, la situación tan apasionada me hizo empezar a menear mis caderas intentando sentir cada vez mas su bulto que se refregaba en mi, estuvimos así un rato hasta que se aparto de mi y se bajo el boxer ante mi apareció una gorda verga, no muy larga pero si ancha y con una cabeza brillante debido al liquido preseminal que había arrojado me miro y me dijo
-¡¿Te gusta lo que ves Pame?!
Dude un instante, pero Mario con su delicadeza como siempre me tomo mi mano y la puso en su miembro, estaba caliente me empezó a dirigir mi mando hacia arriba y abajo, yo solo miraba como mi mano ahi pegada en su verga que no era la de mi esposo.
Me tomo mis hombros y los hizo hacia abajo yo sin resistencia me arrodille como el quería ya mi mano por si solo subía y bajaba de su verga, me dio un poco cosa pero mi excitación era mayor, así que abrí mi boca y empecé a chupársela, el sabor en ese momento estando excitada no me desagrado así que empecé a chupar fuertemente ese pedazo de carne.
Solo escuchaba los gemidos de mario y que entre gemido y gemido me decía
-¡¡Ohhhh ogggg que bien lo haces Pame, seguí, seguí!!
Acariciaba mi cabeza y el dirigía mis movimiento mas rápidos mientras gemía y yo estaba chupando lamiendo succionando esa verga, por momentos pensaba que diría mi esposo si me viera ahí arrodillada solo en tanga mamándole la verga a mi jefe dándole placer con mi boca, algo que con el casi nunca había hecho, en ese momento sentí un orgasmo porque esa verga me estaba dando el placer que nunca había imaginado así que pare de chupar.
Mario se dio cuenta y me levanto, me agarro de mi cintura y me volteo hacia la mesa de espaldas a el me hizo ponerme empinada sosteniéndome yo de la mesa y el atrás mío.
-¡¡Que precioso culo tenes pamela!! ¡¡Bien grande y parado!!
Me llamo la atención el comentario obsceno de Mario pero su calentura debía ser igual o más que la mía.
Yo empecé a menear mi culo en círculos levemente, Mario me manoseaba el culo con fuerza, sentí como se arrodillo su boca pegando pequeños mordiscos en mis nalgas y pasando su lengua por todas ellas yo pare mi cola muy excitada sintiendo mucho placer estuvo así como 10 minutos yo estaba cada vez mas excitada, no daba mas, en ese momento Mario se paro y dijo
-¡Pame voy por un condón!!
Y en ese momento salieron palabras de mi boca que nunca pensé decir
-¡¡Noo Mario no me dejes así, tomo pastillas!!
El se acerco, yo pare mi culo, con sus manos jalo de los tirantes de mi tanga y los bajos a medio muslo sentí como la punta de su verga estaba en la entrada de mi vagina empezando abrirse paso yo me quede estática esperando que el hiciera todo, así que poco a poco fue metiendo su miembro dentro de mi vagina.
-¡¡Ahhhhaa que calentita estas Pame!!
Yo empecé a sentir una ola de calor y empecé a gemir dar pequeños grititos me movía hasta que sentí de golpe su verga como entraba hasta el fondo de mi ser.
-¡¡AHHH Mariooooo como me gusta!!
-¡¡Ahhh mi también Pame, sentila toda!!
En ese momento me tomo por las caderas y empezó a bombearme lentamente yo lo acompañaba con los movimientos
Por momentos pensaba, ahí estaba mi jefe bombeándome disfrutandome y yo disfrutando como una loca gimiendo
-¡¡Ahha mas Mario ahhh ahhh así!!
Mis gemidos motivan a Mario que empezaba un vaivén mas rápido y con mas fuerza, yo mas excitada aun sacaba mas mi culo para que lo pudiera agarrar, Mario al darse cuenta paro sus movimientos agarro bien fuerte mis nalgas y empezó a moverla rítmicamente hacia el clavándome con mucha fuerza mientras gemía y decía
-¡¡Aaahhgggg Pamela ahh ahha!!
Así estuvimos cerca varios minutos entre gemidos y los ruidos que provocaban los golpes de mis nalgas en su vientre
Yo solo gemía
-¡¡Ah ahh ahh ahh más más más haa haa haaa haah ohhh oohhh!!
De pronto mi cuerpo se convulsionó y tuve el orgasmo más grande hasta ese momento de mi vida
-¡¡AAaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhgggggg!!
Solo salio de mi garganta ese gemido y cesaron sus movimientos, no sabia si el había acabado o no, solo sentí que saco su verga, yo estaba perdida, recuperándome del orgasmo cuando empecé a sentir golpes en mis nalgas productos de su verga
-¿¡Te gusto Pame!?
-¡¡Ssii Mario!! Respondí aun recuperando el aliento.
Agarrándome por la cintura me levanto de la mesa y me giro, yo mire su verga seguía parada, casi instintivamente me arrodille ante el, la tome con una mano y la empecé a chupar sin pensar
-¡¡AAahhhhhhhhhhh ahhhhhhhh mas rápido mas!! Decía mario mientras me agarraba de la cabeza
Mis mejillas empezaron a dolerme y de pronto sentí el cuerpo de Mario convulsionarse, intente salirme, pero el me retuvo y sentí los chorros de liquido caliente y viscoso en mi garganta estaba tan caliente que lo trague en gran parte otra parte al ser tanta cantidad goteo por la cosidura de mis labios cayendo al piso y manchándome un poco.
Trague todo como nunca lo había hecho, fue algo increíble, me senté en una silla, mientras que Mario hacia lo mismo en otra y nos mirábamos como dos enamorados, ambos agitados y semi desnudos.
Cuando recupere el aliento, me vestí casi sin mirar a Mario, sentía vergüenza, pero el me trato tan bien que rápidamente me sentí mas tranquila. Aunque el viaje hasta mi casa fuimos sin hablarnos.
Llegue a mi casa, entre en silencio, mi marido dormía, pensé en bañarme, pero el no notaria nada, así que me acosté así como estaba, pensando.
Agradecimientos a
Vane M.
Bija
"Los comentarios ayudan a mejorar o motivar a uno, junto con las valoraciones. Gracias"
(RECOMIENDO LEER PARTE 1)
Al llegar a mi casa estaba muy nerviosa, abrí como pude y cuando entre mi marido estaba dándose una ducha.
Me cambie e intente disimular, el luego que salio vino como si nada a saludarme y se acostó a dormir al lado mío como siempre cansado de su trabajo.
Toda la noche estuve mirando el techo, me sentía que una basura, me sentía culpable pero al mismo tiempo por mi cabeza pasaban las imágenes de la tarde que había tenido y me excitaba, era una sensación muy rara.
En algunos momentos pensaba para sacarme culpa que también era culpa de mi marido por estar roncando al lado mío y no tocarme ni un pelo, pero al rato me volvía la culpa de lo que había hecho.
Al otro día me puse un pantalón de Jean azul ajustado como siempre y fui a trabajar. Salude a Mario aunque un tanto nerviosa, pero no me pregunto nada dado que empezó a entrar mucha gente desde temprano.
Entre tanta gente no me di cuenta que entro Roberto con sus amigos y se sentaron donde habitualmente se sentaba el viejo.
Cuando de pronto escucho un silbido, levanto la vista y estaba el mirándome desde lejos con esa cara de libido y me llama.
Me acerco temerosa no se bien como tratarlo aunque obviamente disimulando lo mas posible, les tomo el pedido y me retiro.
Cuando me iba escucho cuchicheos y uno que dice fuerte
¿Le comiste ese orto cabrón? No mientas más…
Yo camine apurada y desde la barra contemple como me miraban y algunos se reían. Me sentía un poco incomoda.
Cuando volví, les fui sirviendo a cada uno su café y tenía que estirarme demasiado para llegar a servirles a todos, así que mi culo quedo muy cerca de Roberto. El cual sin perder el tiempo agarro la parte de arriba de mis piernas y me acaricio hasta casi mi culo, yo estaba por reaccionar pero me quede paralizada y seguí.
Termine de servirles a todo y me fui lo mas rápido posible mientras escuchaba sus risas y sentía mucha vergüenza.
Aunque empecé a pensar en lo que me había llevado a entregándome a ese gordo asqueroso. La culpa era de mi esposo ya que yo había perdido mucho cariño, pero todavía lo quería, a pesar de todo, y eso me hacia sentir culpable.
Sin embargo, algo que me animaba y levantaba el animo, lo cual empecé a notar desde que comencé a trabajar de mesera era sentirme observada, deseada, no por uno sino por muchos hombres que a diario me veían, me hacían algún comentario, a veces un piropo halagador, a veces una mirada morbosa o vulgar y volvían al día siguiente.
Eso me hacia sentir como una hembra lujuriosa, contrario a lo que me esperaba cada noche al volver con mi marido, empecé a buscar el amor en los ojos libidinosos de los extraños.
Es mas, cuando la mirada se volvía sucia y morbosa, lejos de molestarme como al principio, terminaba gustándome, es por eso que me entregue a los "encantos" del gordo Roberto, por lo bajo de sus comentarios y la forma tan vil que me trataba, era como romper con ese mundo prefabricado que había formado con mi marido, era como querer acabar con la antigua yo, confinada y dedicada al hogar y sin siquiera ser valorada o atendida como se merece.
Al rato Mario me pidió que fuera a algunos bancos a hacer el reparto y eso me hizo safar de tener que llevarles la cuenta y sentir seguramente sus cargadas nuevamente.
Subí al departamento del viejo, como siempre me desnudo con la mirada, cuando pase a dejar el café sentí su mirada fija en mi culo, nuevamente empecé a sentir aquel calor recorrer mi cuerpo, tanto el como Roberto me despertaban deseos de provocarlos mas y mas.
Cuando estaba por dejar el café en la mesita donde el viejo me hacia poner siempre el café me dijo.
-No Pame hoy llevamelo a la cocina que después lo voy a tomar. Y me indico donde estaba la misma.
Yo no pensé nada raro así que me dirigí hacia donde me indicaba.
-Dejalo allá en el fondo. Me dijo
Era una cocina como un pasillo poco menos de medio metro para pasar, el viejo se fue tras de mi y cuando deje el café y fui de vuelta nos topamos en tan pequeño espacio, el aprovecho para pasar por atrás mío y apoyarme, sentí su erección dada la fina tela de mi pantalón. No se porque en lugar de desagradarme me gusto, la cercanía de su cuerpo, su olor agrio y sobre todo por su entrepierna punteando mi cola notando un bulto considerable. Aun con todo trate de reponerme. Su brazo no me dejaba pasar, y la verdad mi cuerpo iba encendiéndose ante tanta osadía del viejo que podría llevarme fácilmente una treintena de años.
Como pude fui saliendo de esa cocina tan pequeña casi empujándolo y salí de su departamento con el corazón a mil.
Solo atino a decirme cuando me iba.
-Olvidas tu propina
Me extendió un billete y cuando lo tome, aprovecho para acariciarme la mano con sus dedos
-Hasta luego hermosa. Me dijo casi babeando.
Yo agradecí el gesto parando mas la cola al retirarme, era aun mas perturbador que las miradas y trato de Roberto, el viejo aparentemente inofensivo me hacia perder un poco la cordura, pues no podía concebir tanta perversión en su pensamiento.
Dado que me daba buenas propinas procure seguirle aun más el juego y provocarlo más.
así que un día me fui a comprar un pantalón blanco bien finito y muy ajustados, me puse unas botas con tacos altos para parar mas la cola.
Mi ego de hembra se sintió complacido con la cantidad de piropos que recibí ese día, al rato Mario me pidió que subiera ha hacer el reparto y yo sabia que tenia que ir a lo del viejo. En los últimos días cuando subía a verlo o subía a dejarle algún pedido siempre procuraba accidentalmente dejar caer algo, o simplemente hacerme la desentendida cuando me iba y sentía sus ojos fijos en mi cola.
Ese día lo encontré sentado en el sofá abrió mucho los ojos cuando me vio, se levanto y me pidió que dejara el pedido en la cocinita al fondo, en un lugar bajo para que aprovechara para deleitarse con mi paso por su departamento y comerme con los ojos.
Estaba dejando todo en una mesita del rincón cuando escuche un ruido raro, me voltee y lo vi al viejo, estaba con una cámara digital apuntando hacia mi cola.
-Recuerdos para cuando se vaya. Me dijo el desubicado.
Me quede helada no sabia que hacer tembló todo mi cuerpo en ese momento. Y el prosiguió.
-¡¡Vamos Pame no querrá que todos se enteren de los servicios especiales que presta a algunos privilegiados cuando esta en el trabajo!!
Yo me quede excitada y sorprendida, no pude disimular lo suficiente aunque trataba de guardar la cordura
-¿¡No se de que me habla!? Conteste en seco.
-Claro, yo se sobre tus entregas especiales a mi colega de piso en el edificio ¿Que tiene que hacer uno para tener esa clase de privilegios?
Me quede helada, sin poder moverme mientras el seguía sacando fotos de mis piernas y mi cuerpo mientras se acercaba un poco.
-No te preocupes por mi, yo guardare el secreto, solo te pido a cambio modeles para mi, acerco el lente enfocándolo a mi escote, viendo el inicio de mis tetas.
-¡¿De veras!? ¡No quiero perder a mi esposo!
-Bueno Pame, la verdad es que me deleita mucho tenerte aquí, pero es tan breve que quisiera guardarte por más tiempo, sobre todo ahora que vienes tan preciosa.
Así tan perverso como imagine a este hombre pensé que me pediría sexo sin dar rodeos, por eso cuando me dijo lo que quería me quede sorprendida.
-¡¡Solo quiero tomarte unas fotos a diario, siempre que vengas así de yegua, para poder verte cuando yo quiera!!
Me pareció de lo mas simple su petición, por lo cual acepte casi de inmediato, ante una propuesta que parecía mucho mejor que acostarme con el. Su mirada y hacer tantos click con la cámara me llenaba de morbo.
-¡¡Así Pame, que linda te ves!!
Fui cambiando de ángulo y me di vuelta aganchandome un poco. Parando mi culo para el viejo.
-¡¡Vamos, quiero ver ese culazo que tenes, no te sientas incomoda, como no lo sentiste con mi vecino!!
Maldito chantajista pensé, pero la verdad el exponerme a este hombre, ante el cual le iba mostrando poco a poco mi cuerpo me pareció un precio bajo pues podía haberme pedido algo mas fuerte.
-¡¡Ahora tocate las tetas dejame verlas!!
Yo solo baje un poco el escote y le mostré hasta el inicio del pezón
-¡¡MMMh, muy bien Pame, por hoy tenemos suficiente, nos vemos mañana!!
Yo me arregle un poco la ropa, no me quite nada, pero le deje ver mucho más que a cualquier cliente, sin contar a Roberto, claro.
-¡¡Me retiro, y gracias de nuevo por guardar mi secreto!!
-¡¡A vos Pame, por lo preciosa que sos!!
Salí de ahí violentada pero a la vez excitada por estar tan expuesta ante un hombre mayor, y sin haber sido tocada.
Pasaron un par de días y el viejo no pedía nada eso me hacia sentir aliviada, Roberto seguía sin aparecer y mi marido como siempre.
Recuerdo ese día que tenia puesto un pantalón de vestir bien ajustado color chocolate y una remerita negra, como siempre a media mañana Mario me pidió iniciar la ronda de pedidos.
Yo sabia que cuando el viejo me viera con ese pantalón me pediría fotografías, dado que era muy ajustado y dibuja mi cola a la perfección. Por eso mismo lo deje para lo último.
Cuando subo en el ascensor para ir a lo del viejo una mano impide que se cierre la puerta automática y alcanza a entrar Roberto.
Mi cuerpo tembló de arriba abajo en un instante, el me devoro con la mirada, eran solo 2 pisos pero sabia que algo me diría.
Ni me saludo, eso me extraño, llegamos al piso y el hizo el ademán para que pasara yo obvio las mujeres primero. Baje y en ese instante Roberto paso toda su mano por mi culo casi levantándome del manoton.
Como yo tenia las cosas me di vuelta a penas y lo mire nerviosa, no sabia que hacer ni que decir, el solo se rió y entro a su departamento.
Llegue totalmente perturbada al departamento del viejo, estaba nerviosa, exaltada y excitada a la vez.
Golpe y entre, el viejo me desvistió con la mirada como siempre, pase directamente a la cocina sentí toda su mirada en mi culo, volví al living y el estaba tocándose por arriba del pantalón, se le marcaba un buen aparato y para su edad debía estar a mil ese viejito.
Sentí que mi entre piernas se humedecía de solo mirarlo, entonces el me dijo.
-¡¡Que lindo pantalón tenes hoy Pame, ponete en ese sillón que quiero recordarlo siempre!!
Yo camine sugerentemente y me acomode quebrando mi cintura y sacando mucho mi cola, sentía sus suspiros y la cámara activarse, me estaba gustando mucho. Entonces el dijo.
-¡¡Vamos Pame bajate un poco el pantalón!!
Lo pensé por dos segundos, pero la excitación era tal que obedecí, mostrandole mi ropa interior blanca.
Después de varios clicks de su cámara me dijo
-¡¡Gracias preciosa, espero verte mañana!! Me dio su propina y me retire muy excitada.
Se me mezclaban muchas cosas pero la excitación era tal que estaba desconcentrada, no coordinaba, muchos clientes me decían cosas y yo sonreía con gusto casi calentandolos a propósito, no sabia que me estaba pasando pero me sentía viva y bien conmigo.
Cuando ya estaba por terminar mi jornada, Mario mi jefe me dice si me puedo quedar a cubrir a la chica de la tarde porque se había enfermado.
Yo dude por cinco minutos, estaba media cansada y con lo excitada que estaba no podría seguir así pensé.
Mario como siempre tan bueno conmigo me dijo insistiendo
-Por favor Pame no me falles, te pago doble por hoy, y después te acerco a tu casa.
Las ideas en mi cabeza se atropellaron y le dije
-Gracias Mario, pero espera llamo a mi marido y le consulto si me puede venir a buscar el no te preocupes.
Llame a mi marido, y la charla fue mas o menos la siguiente.
-¿Hola amor como estas? Dije yo.
-Ah hola, ocupadísimo ¿Que paso?
-Mira me pidieron si me podía quedar a trabajar a la tarde ¿Vos me podrías venir a buscar?
Pasó 1 minuto en silencio y me dijo
-No puedo, mira tomate un taxi o fijate porque yo voy a llegar tarde hoy, no me puedo ir. Chau.
Y me corto. Eso me hirvió la sangre, como podía ser tan desconsiderado conmigo. Me arruino el día.
Entre y le dije a Mario.
-Si Mario me quedo y si todavía sigue en pie que me acerques te lo acepto.
El sonrió y me dijo
-Si obviamente Pame.
Al terminar la jornada laboral, no daba más entre las miradas que estuvieron toda la tarde en mí y como estaba yo, solo quería irme a casa a desahogarme al menos manualmente si mi marido seguía igual que siempre.
Cuando estábamos haciendo caja Mario preparo algo para comer y me dijo
-Hoy nos ha ido excelente, comamos algo y después te llevo ¿Te parece?
Yo dude, pero que podía hacer, comimos mientras hablamos temas sin sentido y después Mario destapo un champagne diciendo
-¡Porque has cambiado este bar desde tu llegada!
Yo me sonroje y brinde con el, así rápidamente el champagne se fue bajando de la botella y yo me sentí un poco con sueño y un poco mareada, cuando me pare para que nos fuéramos, Mario me ayudo a caminar.
De pronto Mario en un movimiento rápido me agarro por la cintura y mordió levemente uno mis labios y yo me quede como suspendida en el aire, solo salio un pequeño gemido
-¡¡AAHhh!!
No se si era el momento de excitación o que, pero sus labios que eran muy suaves, nunca nadie me había besado así, todo en ese momento se junto y fue una descarga de éxtasis que ya no pude contener mas, había estado excitada todo el día y esta situación en la que estaba mezclada con el alcohol en sangre me había hecho perder la cabeza.
Cerré los ojos y Mario me besaba mientras sus manos acariciaban mis pechos por encima de mi ropa, al rato una de sus manos empezó a bajar por mi cintura hasta empezar a tocar con desesperación mi cola por encima del pantalón, yo estaba gozando aquella tremenda manoseada que me estaba dando mi jefe Mario.
El se me venia encima y yo iba retrocediendo, así como estábamos llegamos a una pequeña mesita me subí a ella y seguimos besándonos apasionadamente sentí como sus manos soltaron mi cola y las llevo donde estaba el botón de mi pantalón yo como un reflejo de la poca dignidad que me quedaba detuve sus manos, pero el me dio un leve mordisco y saque mis manos, luego sus manos subieron hacia mis pechos y los manoseo con pasión. Se separo de mí por un minuto y me dijo
-¡¡Que bonitas tetas tenes Pame, me encantas!!
Yo estaba excitadísima agarro con sus manos mis tetas, yo observaba como locamente no paraba de manosearme, de pronto en un movimiento rápido agarro mi pantalón y lo bajo completamente y levanto cada una de mis piernas y lo quito completamente quedando yo solo en tanga quedando ante el semidesnuda.
Se acerco hacia mi vagina y le pego un beso por encima de la tanga que fue que yo me prendiera aun mas, después de eso se levanto.
Me quede ahi recargada en la mesa mirándolo solo con una tanga esperando para que me siguiera gozando ya no había vuelta atrás yo estaba excitada y muy caliente, Mario me miro a los ojos y me dijo
-¡¡Pame no sabes el tiempo que espere para este momento, no he parado de mirarte y desearte desde que entraste a trabajar acá, te voy a gozar hermosa!!
Yo solo lo mire pero no dije nada, entonces el bajo hacia mi vagina he hizo a un lado mi tanga
-¡¡Mmmm esta bien depiladita te voy a chupar como nadie lo ha hecho!!
Empezó a succionar y a meter su lengua en mí, yo gemía y con mis manos tome su cabeza y lo empujaba para que siguiera chupando más
-¡¡AAhhhha ahhh ahhgg ayyyy!! Los gemidos salían de mi garganta, estuvo así haciéndome disfrutar como unos 10 minutos chupaba mis jugos seguía lamiendo.
Yo estaba en el cielo, cuando de pronto empecé a escuchar que mi celular sonaba, por el ringtones sabia que era mi marido, estuve por decirle a Mario que parara, pero el placer pudo más y no lo hice.
Mario se aparto de mi, desabrocho su pantalón, se lo quito y solo quedo con boxer, yo voltee a ver hacia abajo y vi su bulto queriendo salir, se acerco a mi y me empezó a besar nuevamente, la situación tan apasionada me hizo empezar a menear mis caderas intentando sentir cada vez mas su bulto que se refregaba en mi, estuvimos así un rato hasta que se aparto de mi y se bajo el boxer ante mi apareció una gorda verga, no muy larga pero si ancha y con una cabeza brillante debido al liquido preseminal que había arrojado me miro y me dijo
-¡¿Te gusta lo que ves Pame?!
Dude un instante, pero Mario con su delicadeza como siempre me tomo mi mano y la puso en su miembro, estaba caliente me empezó a dirigir mi mando hacia arriba y abajo, yo solo miraba como mi mano ahi pegada en su verga que no era la de mi esposo.
Me tomo mis hombros y los hizo hacia abajo yo sin resistencia me arrodille como el quería ya mi mano por si solo subía y bajaba de su verga, me dio un poco cosa pero mi excitación era mayor, así que abrí mi boca y empecé a chupársela, el sabor en ese momento estando excitada no me desagrado así que empecé a chupar fuertemente ese pedazo de carne.
Solo escuchaba los gemidos de mario y que entre gemido y gemido me decía
-¡¡Ohhhh ogggg que bien lo haces Pame, seguí, seguí!!
Acariciaba mi cabeza y el dirigía mis movimiento mas rápidos mientras gemía y yo estaba chupando lamiendo succionando esa verga, por momentos pensaba que diría mi esposo si me viera ahí arrodillada solo en tanga mamándole la verga a mi jefe dándole placer con mi boca, algo que con el casi nunca había hecho, en ese momento sentí un orgasmo porque esa verga me estaba dando el placer que nunca había imaginado así que pare de chupar.
Mario se dio cuenta y me levanto, me agarro de mi cintura y me volteo hacia la mesa de espaldas a el me hizo ponerme empinada sosteniéndome yo de la mesa y el atrás mío.
-¡¡Que precioso culo tenes pamela!! ¡¡Bien grande y parado!!
Me llamo la atención el comentario obsceno de Mario pero su calentura debía ser igual o más que la mía.
Yo empecé a menear mi culo en círculos levemente, Mario me manoseaba el culo con fuerza, sentí como se arrodillo su boca pegando pequeños mordiscos en mis nalgas y pasando su lengua por todas ellas yo pare mi cola muy excitada sintiendo mucho placer estuvo así como 10 minutos yo estaba cada vez mas excitada, no daba mas, en ese momento Mario se paro y dijo
-¡Pame voy por un condón!!
Y en ese momento salieron palabras de mi boca que nunca pensé decir
-¡¡Noo Mario no me dejes así, tomo pastillas!!
El se acerco, yo pare mi culo, con sus manos jalo de los tirantes de mi tanga y los bajos a medio muslo sentí como la punta de su verga estaba en la entrada de mi vagina empezando abrirse paso yo me quede estática esperando que el hiciera todo, así que poco a poco fue metiendo su miembro dentro de mi vagina.
-¡¡Ahhhhaa que calentita estas Pame!!
Yo empecé a sentir una ola de calor y empecé a gemir dar pequeños grititos me movía hasta que sentí de golpe su verga como entraba hasta el fondo de mi ser.
-¡¡AHHH Mariooooo como me gusta!!
-¡¡Ahhh mi también Pame, sentila toda!!
En ese momento me tomo por las caderas y empezó a bombearme lentamente yo lo acompañaba con los movimientos
Por momentos pensaba, ahí estaba mi jefe bombeándome disfrutandome y yo disfrutando como una loca gimiendo
-¡¡Ahha mas Mario ahhh ahhh así!!
Mis gemidos motivan a Mario que empezaba un vaivén mas rápido y con mas fuerza, yo mas excitada aun sacaba mas mi culo para que lo pudiera agarrar, Mario al darse cuenta paro sus movimientos agarro bien fuerte mis nalgas y empezó a moverla rítmicamente hacia el clavándome con mucha fuerza mientras gemía y decía
-¡¡Aaahhgggg Pamela ahh ahha!!
Así estuvimos cerca varios minutos entre gemidos y los ruidos que provocaban los golpes de mis nalgas en su vientre
Yo solo gemía
-¡¡Ah ahh ahh ahh más más más haa haa haaa haah ohhh oohhh!!
De pronto mi cuerpo se convulsionó y tuve el orgasmo más grande hasta ese momento de mi vida
-¡¡AAaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhgggggg!!
Solo salio de mi garganta ese gemido y cesaron sus movimientos, no sabia si el había acabado o no, solo sentí que saco su verga, yo estaba perdida, recuperándome del orgasmo cuando empecé a sentir golpes en mis nalgas productos de su verga
-¿¡Te gusto Pame!?
-¡¡Ssii Mario!! Respondí aun recuperando el aliento.
Agarrándome por la cintura me levanto de la mesa y me giro, yo mire su verga seguía parada, casi instintivamente me arrodille ante el, la tome con una mano y la empecé a chupar sin pensar
-¡¡AAahhhhhhhhhhh ahhhhhhhh mas rápido mas!! Decía mario mientras me agarraba de la cabeza
Mis mejillas empezaron a dolerme y de pronto sentí el cuerpo de Mario convulsionarse, intente salirme, pero el me retuvo y sentí los chorros de liquido caliente y viscoso en mi garganta estaba tan caliente que lo trague en gran parte otra parte al ser tanta cantidad goteo por la cosidura de mis labios cayendo al piso y manchándome un poco.
Trague todo como nunca lo había hecho, fue algo increíble, me senté en una silla, mientras que Mario hacia lo mismo en otra y nos mirábamos como dos enamorados, ambos agitados y semi desnudos.
Cuando recupere el aliento, me vestí casi sin mirar a Mario, sentía vergüenza, pero el me trato tan bien que rápidamente me sentí mas tranquila. Aunque el viaje hasta mi casa fuimos sin hablarnos.
Llegue a mi casa, entre en silencio, mi marido dormía, pensé en bañarme, pero el no notaria nada, así que me acosté así como estaba, pensando.
Agradecimientos a
Vane M.
Bija
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1 comentarios - La mesera del cafe 2