Una fantasía respecto del cambio de sexo de un navy seals
Kristen Beck decidió retirarse de la milicia a los 20 años de servicio. Cambio de sexo al que se sometió luego de recibir dos medallas por su desempeño como soldado de élite de las Fuerzas Militares, Navy Seal, de Estados Unidos. (Hecho realmente ocurrido)
Desembarcamos en Irak a las 1500, traía la impronta de ser el jefe de mi escuadrón de tropa de elite, eramos los primeros que llegamos. Es importante que diga esto porque era para nuestra formación el primer contacto en suelo enemigo. Bajamos de un avión C130 que y luego nos dirigimos a un Chinook de la Armada Inglesa que estaba esperándonos en el aeropuerto y fuimos hasta el pueblo de Istinik, a penas unos 20 km de aeropuerto. Lejos de lo que se suponía una ráfaga de Ak 47 nos recibió, por lo que nos arrojamos pronto de la aeronave y nos dispersamos a posiciones defensivas. El helicóptero partió y quedamos a merced del fuego enemigo. 12 hs costo salir de la amenaza, sufrimos algunas bajas, pero heridas menores, nada que no pudiera ser atendido en el lugar o que necesitara evacuación. Avanzamos hasta el caserío ametrallando todo.
Fue ahí donde una mujer joven con su chador, apareció levantando las manos, tarde para sus intenciones. Mis dedos jalaron fuerte el gatillo de M16 y su cuerpo se cubrió de agujeros cayendo pesadamente al suelo. No pude menos que acercarme al cadáver, lo que conmociono todo mi ser y me puse a llorar como un niño hasta olvidándome que estaba al mando de tropa.
Este daño colateral fue decisivo para mí. Recuerdo que le corrí el chador a la mujer y mostraba un rostro hermoso, una belleza, que estremeció en mí, un verdadero heterosexual, mi parte femenina.
Fue todo un cambio, a partir de ese día, como si fuera poseído por su espíritu, empezaron a aparecer los cambios.
Me afeite la larga barba que tenia. Fui dejando crecer mi pelo, en las fiestas de los francos empecé a mirar hombres y sentir sensaciones estremecedoras.
En el baño del bar Casablanca, permití que un sargento me hiciera el amor. Durante mi estadía en Irak puedo decir que fui casi promiscuo.
Al fin de mi contrato regrese a mi país, y ahí empezó la verdadera transformación, deje crecer mi senos, el pelo largo y lacio. Lo que a este cuerpo trabajado y metro se le fue gradualmente apareciendo una forma femenina y sensual. Puse un poco de botox en mis labios para que supieran que chupar la pija de mis parejas era lo que más quería. Y que mi culo estaba dispuesto a todo por dar placer, quería ser ramera, una mujer ardiente, pero totalmente pasiva. Mi corazón mostraba su herida abierta y dolorosa y pagaba mi pecado con lo único que tenia, asumiendo su identidad.
Y mucho más en una sociedad occidental. Lo femenino me había transformado totalmente.
Vida y muerte.
Kristen Beck decidió retirarse de la milicia a los 20 años de servicio. Cambio de sexo al que se sometió luego de recibir dos medallas por su desempeño como soldado de élite de las Fuerzas Militares, Navy Seal, de Estados Unidos. (Hecho realmente ocurrido)
Desembarcamos en Irak a las 1500, traía la impronta de ser el jefe de mi escuadrón de tropa de elite, eramos los primeros que llegamos. Es importante que diga esto porque era para nuestra formación el primer contacto en suelo enemigo. Bajamos de un avión C130 que y luego nos dirigimos a un Chinook de la Armada Inglesa que estaba esperándonos en el aeropuerto y fuimos hasta el pueblo de Istinik, a penas unos 20 km de aeropuerto. Lejos de lo que se suponía una ráfaga de Ak 47 nos recibió, por lo que nos arrojamos pronto de la aeronave y nos dispersamos a posiciones defensivas. El helicóptero partió y quedamos a merced del fuego enemigo. 12 hs costo salir de la amenaza, sufrimos algunas bajas, pero heridas menores, nada que no pudiera ser atendido en el lugar o que necesitara evacuación. Avanzamos hasta el caserío ametrallando todo.
Fue ahí donde una mujer joven con su chador, apareció levantando las manos, tarde para sus intenciones. Mis dedos jalaron fuerte el gatillo de M16 y su cuerpo se cubrió de agujeros cayendo pesadamente al suelo. No pude menos que acercarme al cadáver, lo que conmociono todo mi ser y me puse a llorar como un niño hasta olvidándome que estaba al mando de tropa.
Este daño colateral fue decisivo para mí. Recuerdo que le corrí el chador a la mujer y mostraba un rostro hermoso, una belleza, que estremeció en mí, un verdadero heterosexual, mi parte femenina.
Fue todo un cambio, a partir de ese día, como si fuera poseído por su espíritu, empezaron a aparecer los cambios.
Me afeite la larga barba que tenia. Fui dejando crecer mi pelo, en las fiestas de los francos empecé a mirar hombres y sentir sensaciones estremecedoras.
En el baño del bar Casablanca, permití que un sargento me hiciera el amor. Durante mi estadía en Irak puedo decir que fui casi promiscuo.
Al fin de mi contrato regrese a mi país, y ahí empezó la verdadera transformación, deje crecer mi senos, el pelo largo y lacio. Lo que a este cuerpo trabajado y metro se le fue gradualmente apareciendo una forma femenina y sensual. Puse un poco de botox en mis labios para que supieran que chupar la pija de mis parejas era lo que más quería. Y que mi culo estaba dispuesto a todo por dar placer, quería ser ramera, una mujer ardiente, pero totalmente pasiva. Mi corazón mostraba su herida abierta y dolorosa y pagaba mi pecado con lo único que tenia, asumiendo su identidad.
Y mucho más en una sociedad occidental. Lo femenino me había transformado totalmente.
Vida y muerte.
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