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Ella 39 y yo 21

Buenas, voy con otra aventura con una veterana, uno de los perfiles de mujer que más me calienta. Su nombre comenzaba con la letra I, 39 años, morocha, flaquita, muy linda, estéticamente se la veía con una cola deseable y pechos pequeños; la conocí en una página de amigos; empecé a hablarle y al principio fue medio tajante, me dijo que no quería una historia con un bebe que buscaba algo serio; hasta que de la nada un día charlando me confesó: “Quiero estar con alguien más chico”, le dije que quería ser el afortunado me pregunto cómo haríamos; fui simple y concreto: “Tomemos un café a la noche, hablamos, nos conocemos… Si hay onda, vamos al telo y te hago gritar, sino la dejamos ahí” Pasaron los días y finalmente llego el día de la cita, me afeite, me vestí bien, perfume y partí; maneje unos 30 minutos hasta una lugar cerca de Ezeiza; pase por su casa, estaba muy linda, sexy pero sin ser una zorra. Fuimos a un bar; tomamos un café, charlamos de la vida una hora y un ratito; hasta que le dije tajante: ¿vamos? Subió al auto y me dio indicaciones para conducir a un lugar más tranquilo. Llegamos; pagué la habitación, un poco de charla espere que fume un cigarro y comenzó la acción. La apoye con fuerza así sentía como me ponía bien caliente mientas le comía el cuello a besos, mis manos jugaban con sus pezones, su respiración se aceleraba y la mía también. Me senté en el borde de la cama y le pedí que se sacara el jean para tener un primer plano de su cola; tenía enfrente una cola muy bonita con una diminuta tanga blanca, se saco la parte de arriba y su corpiño hacía juego; quedo frente a mi desnuda una veterana hermosa con ganas de recibir una buena cogida. Estaba muy caliente, me saque toda la ropa en 2 minutos, la puse de rodillas y empezó a darle lamidas muy suaves a mi pija, la chupaba de una manera muy sutil; no se la metía toda la en la boca sino que recorría todo el tronco de arriba abajo con su lengua, lamiendo despacito, dando besos, volviendo a lamer, durante unos minutos me chupo bien la pija de esa manera exquisita hasta que se me puso bien gruesa a punto de explotar entonces comencé con el juego de pegarle con la pija en su legua reiteradas veces produciendo un sonido muy excitante, luego en su rostro y finalmente en su lengua otra vez, ella de rodillas con las manos a los costados esperando que le pase la pija por la hacía ver muy puta, así que decidí hacer lo que más me gusta; comerle la conchita a una mujer. Le dije que se pusiera en cuatro y así empezaba a realizar mi trabajo fino. Le corrí la tanga a un lado y le metí dos dedos, pude sentir esa conchita bien caliente y mojadita; en un segundo se la saque y le metí la lengua hasta el fondo, le comía la concha con desesperación, la recorría toda de arriba abajo, bajaba buscando su clítoris y subía hundiéndome bien en el fondo mientras escuchaba sus gemidos, seguí así durante varios minutos hasta tener toda mi boca llena de sus jugos; me hice hacía atrás y con mis manos abrí bien su cola, con fuerza y tenía frente mi una exquisita imagen; ella como una perra en cuatro, su cintura era muy delgada y su conchita abierta, calentita, latiendo sin embargo su cola estaba totalmente cerrada; cambie la dirección de mi lengua y empecé a comerle la cola con el mismo entusiasmo que le dedique a su conchita, utilizaba mis manos para abrirla bien y mi lengua se recorría todo su agujerito de arriba abajo, bien despacito, arriba, abajo, en círculos y finalmente penetrándola, puse mis dedos en “V” para hacerle una suave doble penetración, su cola sin ninguna resistencia acepto mi dedo hasta el fondo, sacaba y metía mis dedos para que su excitación aumentara aún más, no aguante más; era tan flaca, quería sentir como al penetrarla con fuerza la partía a la mitad; su conchita y cola estaban completamente abiertas; llego la hora de que mi pija la penetre por ambos lados. Me puse un preservativo con tachas para darle más placer, le dije que se pusiera boca arriba y manteniéndome de pie le frote la punta despacito sobre el clítoris, baje un poco y la penetre con fuerza hasta el fondo lo que produzco un gemido hermoso en ella, con mis manos presionaba en sus muslos, y sus pies llegaban sus hombros la cogía con fuerza, sentía que la estaba partiendo, aumentaba el ritmo de mis penetraciones, mi pija entraba y sentía sus jugos calentitos, podía ver sus pezones duros y su cara de puta gozando, estuve así pocos minutos por que acababa en cualquier momento; así que volvió a ponerse en cuatro. Metí la pija nuevamente y agarrándola de la cintura la cogí con ganas, entraba y salía, y con mis manos le pegaba en la cola, cada vez cogía más fuerte, tenía una conchita apretadita, divina; la metía hasta el fondo y la sacaba, cambiaba el ritmo de mis penetraciones la sacaba despacito hasta la punta y después la enterraba con fuerza otra vez; y con mis manos seguía pegándole hasta que se marcaron mis dedos. Le dije que quería su cola y me contesto: “¿te gusto no?” mi respuesta es obvia, tome un poco de gel me lo pase por mi herramienta le tire un poco en su cola, metí un dedito para ir calentando y mande la pija. Me sorprendió la facilidad con la que entro y como se abría su culo, la penetre un ratito hasta que me cambie de posición; estando en cuatro me monte sobre ella y empezar a cogerla como a una perra en celo, fue increíble estar encima de ella y coger así, sentía que la sometía, que la pija entraba con fuerza, escuchar sus gemidos, ver su rostro, romperle bien el culo; no sé cuánto tiempo estuve así hasta que no aguante más porque estaba a punto de acabar. Saque la pija y me di el gusto de abrirla bien y apreciar su culo bien roto, tenía el agujero bien grueso y rojo de tanto penetrarlo, un lujo. La puse otra vez boca arriba y le comí con mucha delicadeza su conchita hasta hacerla acabar; mi lengua pasaba por sus labios, entraba dentro de ella, salía y se movía rápidamente sobre su clítoris hasta que se comenzó a arquear su espalda hacía arriba, movimientos fuertes en su pelvis, gemidos fuertes y el sabor en mi boca indicaban que había tenido un orgasmo bien fuerte. Me indico que le tire la leche sobre la espalda arriba de la cola, así lo hice: mirando su cola, rozando la pija un poquito, pajeandome con fuerza hasta que salió un chorro abundante de leche bien potente y calentita. Le alcance una toalla se limpio; charla posterior al encuentro. Se termino el turno y la lleve a su casa; tuvimos un par de encuentros más pero este fue increíble, la primera vez que le rompía el culo un pendejo a esta madurita hermosa.

4 comentarios - Ella 39 y yo 21

Ferroyyo
Exelente relato. Vamos por otro....