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Mi debilidad TA 3

Después de anoche es distinto… ya no me esquivas la mirada, es más, buscas la mía y generamos esa intimidad a la vista de todo el mundo… buscamos el roce aparentemente inocente y con un sms te pregunto si esta noche te quedas, me decís que no, que estas apurada y que estas empezando a creer que esto es una locura… ante la respuesta inesperada decido insistir, y te pido que solo me des cinco minutos… haces silencio y mi cabeza empieza a desesperar, me acerco y por lo bajo te pido que te quedes, ahora tu respuesta es “no se” y de a uno empiezan a partir nuestros compañeros hasta que solo quedamos vos y yo en la oficina…
En esta situación no sabía cómo reaccionar, te pregunto si ya te vas, tenía miedo a que me rechaces… - me estas corriendo? Me decís y fue suficiente para que corra hasta la puerta de entrada a poner llave…
Una vez más me acerco y en un acto reflejo te resistís a ser tocada y ensayas un escape, mi instinto esta desbocado, logro atrapar tu brazo y volves a zafarte, me desconcertas, tu cuerpo se escapa pero tu mirada me invita a la locura, creo entender tu juego, entonces arremeto y te robo un beso brusco que hace que nuestros dientes choquen, volves a retirarte violentamente de mi alcance y esta vez capturo tu cintura con mi mano izquierda y aprisiono tu nuca con la derecha, mi boca te consume con un beso violento y tu lengua me recibe de igual manera, con cada intento de escapar, mi cuerpo se quema, la pija totalmente lubricada y lista para penetrarte, no quiero esperar más, no puedo esperar. Trato de dominarte con mi mirada caliente y que destila el deseo de poseerte, vos me la sostenes y aprobas mis intenciones… sin más y después de pasar por tus tetas que son un manjar, desprendo de un tiron tu pantalón y lo bajo al unisono con la tu ropa interior de color blanca… en un flash me alejo los suficiente para admirarte, estabas preciosa, tu cara desencajada por las ganas de ser poseída, la respiración por la boca y yo que me entregaba al trabajo de dejarte sin ningún obstáculo para que mi boca te recorra, quedaste desnuda y al hundir mis dos dedos en tu concha supe que no debía esperar más, que era el momento.
Sin sacarte de mi boca fuimos desplazándonos hasta caer en aquel sillón rojo de esa oficina …con una mano desabroche mi pantalón hasta sacármelo de una pierna… viniste hacia mi y dejaste que mi verga te penetre muy suavemente… comenzamos a movernos al compas de cada bocado que le hacía a tus pechos, yo sentía como tu interior me quemaba y tu flujo corria por mis piernas mojándo por completo mi sexo… era una escena deliciosa, por fin te poseía, de a poco empezaste a acelerar el ritmo de tus caderas, nuestras pelvis chocaban y no podía evitar manifestar el placer que me dabas cada vez que los labios de tu vagina me devoraban la pija, estabas extasiada, la velocidad y el rio que emanabas me decían que estabas a punto de darme ese primer orgasmo mío… empezaste a gemir y ahí estaba, de pronto vino y bajo la velocidad a tus movimientos, del vaivén pasaste a hacer movimientos circulares exprimiendo tu útero y dejando todas tus ganas encima mío, fuiste muy dulce en tu derrame… después de esperar unos minutos volviste a empezar, aceleraste y era obvio que querías mi leche, tu interior estaba sediento y no tardaste en ponerme al límite de la explosión, no daba más y te pregunte si la querías dentro y como música a mis oídos, me dijiste que sí, que te llenara de mi esperma y así lo hice… explote dentro de tus entrañas e inunde hasta el último rincón, enmarcados en un fuerte abrazo… así nos quedamos unos minutos y la llamada en mi teléfono nos volvió a la realidad que nos esperaba tras las puertas de aquella oficina… al levantarnos vimos que habíamos manchado el sillón, intentamos limpiar pero al otro día vimos que la mancha seguía ahí como lo hace hasta hoy… recordando esa primera vez que fuiste mía…

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