Centrifugada de argolla en el Laverrap
Parte I[Latoyasexy]
Parte I[Latoyasexy]
Un mensaje se puede enviar de muchas maneras. Las palabras no siempre son necesarias, las acciones muchas veces dicen mas que nuestros labios. A Franco lo venía junando desde hacía bastante tiempo. Fran es el chico del Laverrap , un morocho flaquito, de rulos y con los brazos tatuados que se partía de lo "papito" que estaba.
(Para los lectores extranjeros aclaro; el Laverrap es una lavandería)
Mi estrategia con el arrancó de casualidad, el día que me olvidé una prenda en una de las máquinas lavadoras. Cuando regresé con mas ropa para lavar, me recibió con una sonrisa y un brillo en los ojitos que leí al toque: me tenía ganas.
-Por casualidad Lu.-Me dice después de saludarnos.
-"Esto"...-agrega; sosteniendo con los dedos índice y pulgar, apenas tomándola por el delicado encaje, una bombachita rosa con transparencias, híper hot.
-...puede ser tuyo?.-Pregunta poniendo carita de boludo.
Me lo quedé mirando sonriente. Sabía que la moral y las buenas costumbres le indicaban consultarme con respeto acerca de dicha prenda íntima, pero en el fondo, ese brillo en sus ojos me decia que el loco se moría de ganas de tirarme un "Hija de puta, vos te clavás esta tanga asesina? Me pajeé toda la semana esperando que la vinieras a reclamar!".
Por supuesto, sus buenos modales fueron correspondidos.
-Ay siii Fran! Gracias por guardármela! Qué vergüenza!.-Disimulé bajando la mirada.
Ya lo dije antes y lo digo de nuevo; una mujer no debe hacérsela fácil a ningún tipo, por más que te incendie la cajeta con sólo mirarte, por mas que te coma las gomas y el orto con miradas lascivas. Una tiene que ponerse la coraza y jugar el juego de la seducción. Me achicharraba la argolla el deseo de zambullirme a comerle la chota, a subirme al mostrador y abrirme de gambas para que me diera bomba durante 5 ciclos de lavado! Pero una dama sabe contener todo ese fuego que brota de entre las piernas.
Lo que quiero decir es que NO vale regalarse.
Yo se que si en ese momento pelo la perra y le saco la tanga de las manos, arrancándosela con los dientes, le guiño un ojo meneándole el orto y le muestro mi lengua humedeciendo los labios sensulamente; seguro que terminamos cogiendo en una montaña de remeras, buzos, pantalones, corpiños y calzoncillos. Pero el truco es "cocinarlo a fuego lento". No forzar la situación, simplemente ir dejando migajas en el camino, cual fuckings Hansel y Gretel, para guiar al machito a Villa Orgasmo.
A veces jodo con mis amigas diciendo que soy como cualquier superheroína; preservo mi identidad, finjo ser una "Señora-señora", tranqui, fiel. Perfil bajo. Pero, cuando en el cielo de la excitación se recorta la "chotaseñal", me pongo el traje de Superputita y parto a combatir y amansar porongas. Deliré no? Jijiji!
No les voy contar los pormenores de ese "trabajo fino" que fui realizando durante semanas con el flaco, porque tendría que escribir un post de 14 partes, jeje.
Ir a la lavandería se convirtió en un ritual, en una expedición de caza a la cual concurría para estudiar a mi presa y "cebarla", esperando "EL" momento.
Obviamente, mientras tanto volteaba algún que otro muñeco por ahí. Las mujeres también podemos funcionar con ese Chip que los hombres creen exclusivo de ellos; es decir, contar con varios "proyectos" al mismo tiempo, mas los histeriqueos y levantes fortuitos que surgen por ahí. Abriendo el juego, bah.
Muchachos, LEAN, tipos y vergas sobran, no hay que confiarse, no sean boludos, al mas "banana" también se le escapa la tortuga, jijiji. Aprendan a cuidarnos, a tenernos bien atendidas en todos los aspectos, porque si no, una mañana se van a levantar y notarán que el "adorno" en vuestras cabezas, son unos cuernos ya añejos.
Sigo; andar caliente con un tipo no significa otorgarle "derechos de exclusividad", una siempre esta "abierta" a nuevas experiencias. Amén de eso, sabía que Fran en ese laburo tendría mas de un tiroteo con las clientas, porque convengamos que el 95% de la gente que acude a Lavanderías, son mujeres. Por lo tanto, a pesar de las mojadas de calzones que me pegaba cada vez que iba, de ninguna manera pensaba facilitarle las cosas. El quiera concha celeste, que le cueste, enarbolaba como estandarte.
Con el correr de las semanas, como quien no quiere la cosa, como al descuido, fui llevando toda una colección de mis mas osadas, diminutas y minúsculas tanguitas. Creo necesario aclarar como funcionaba el servicio de lavandería; como autoservice, es decir, uno compra un par de fichas y lava, enjuaga, centrifuga y seca. O bien puede dejar el canasto de ropa, para que el personal la lave y entregue lista para usar en el día o en la semana. Asi es que reincidía en mis "olvidos" tangueros, para jugar a la "nena vergonzosa" cuando Fran me las devolvía. Me hacía tiempo para ir y quedarme a boludear, ya teníamos cierta confianza, compartíamos charlas, algún café de la máquina, anécdotas, etc.
Un día estábamos hablando animadamente cuando llega una clienta. Una mujer de unos 50 años, con un buen cuerpo, lolas hechas y un ojete laburado en gimnasio. (Sino tenía algún toquecito en quirófano, que sospeché por lo levantadito y bien formado que estaba). Cuestión que vino a retirar la ropa, pagó y se fue zarandeando el ojete.
-Esta Jovata es tremenda!.-Me confiesa Fran en voz baja.
-Ay boludo contame, contame!.-Le pido.
Si señores, ustedes los hombres pueden ser mas chusmas y hacer mas puterío que nosotras las minas! Basta de achacarnos el monopolio del chisme! No se les escapa una a ustedes tampoco! Cada vez pelan mas seguido el Rial o el Polino que llevan adentro!
Sigo, Fran me tira la data de la veterana:
-No sabés esta mina las cosas que me ha traído! Corsets, trajecitos de mucama, tangas de cuero, portaligas, lencería erótica y ropita que te hace volar los ratones! Re fiestera la viejarda! La semana pasada me trajo entre la ropa una polera negra, la estaba por meter en la lavadora cuando veo que estaba manchada desde el cuello hacia el pecho, con gotas de algún líquido blancuzco. Me pareció extraño, lo olisqueé y era semen!.-Me cuenta agrandando los ojos.
-Ah bueno, que malo que sos!.-Le reprocho.
-Seguro que si a tu chica le ensuciás la ropa asi después de "ya sabés que", vos mismo le lavarías la ropa para que el pajero del Laverrap no la vaya a descubrir!.-Le retruqué.
Nos cagamos de risa.
-Qué guacho que sos Fran! Ahora que lo pienso, las cosas que dirías o pensarías de mi cuando mirás mi ropita!.-Le dije en un tono entre risueño y ofendido. Franco se puso colorado. Se había mandado al frente solito.
-Eh! Nah! Nada que ver!.-Trató de disculparse. Y agregó:
-Sólo te lo contaba porque que esta señora, por su edad me llamó la atención por su gusto tan...sexy.
Lo miré con malicia, fingiendo escandalizarme;
-Ahhhh que bonito!!! O sea que yo no traigo "ropita sexy"??? Qué onda? Me visto como una vieja?.-Lo apuré.
Franco se había metido en un embrollo de aquellos por bocón. Lo había puesto nervioso.
-Perdón Luli, no quise decir eso! Vos usas linda ropa también...-Ensayó una disculpa.
Venía lento el asunto, asi que decidí acelerar.
-Tanguitas papi! Uso tanguitas!.-Le aclaré mostrándole como se me marcaba la tirita bajo la tela del ajustado pantalón deportivo y se notaba patente el triangulito que se me hundía en el orto.
-Y seguro que mas de una vez habrás quedado loquito contemplándolas!.-Le tiré, ya deshinibida.
Franco tragó saliva. Le relojeé el bulto disimuladamente. Estaba al 80% y Loading (Cargando) sangre en los cuerpos cavernosos de su miembro viril (qué definición de la puta madre!)
-No te voy a negar que me pusiste loquito mas de una vez.-Dijo envalentonado.
-Sería imposible no ver esas tanguitas sin imaginarte como te quedarían.-Agregó bajando la voz y haciéndola más grave, a lo Cacho Castaña jugando al seductor, jiji!
-Y cómo me quedaban en tu imaginación?.-Le pregunté mordiéndome el dedo índice, con carita de nena traviesa, bien putona.
-Te quedaban perfectas Lu, me quemabas la cabeza.-Respondió con su mirada clavada en la mía, acercando su rostro al mío.
-Asi que te quemaba la cabeza papi? Cuál de ellas?.-Agregué mientras con el dedo recorría su nariz hasta dejarlo apoyado en sus labios. No dejábamos de mirarnos.
Ya no hablamos. Se acercó y me comió la boca. Un beso que arrancó cachondo, sensual, humedeció mis labios despacito, y fue entreabriendo mi boca con calma, metiéndome la lengua poco a poco, mientras su mano me acariciaba el rostro. Un divino el!
Noté como lamía la entrada de mi boca, mis dientes, buscando mi lengua, invitándola a una danza voraz. La intensidad crecía, al igual que la humedad. El flaco era un típico Besador.
Los hombres suelen tener (la mayoría si?) al menos UNA especialidad. Algunos son grandes chupadores de concha, en tres lamidas les acabás en la jeta; otros se especializan en hacer el orto, y te deshacen en anales memorables; hay quienes saben moverse para arrancar orgasmos cabalgando una argolla, no olvidemos los chupa-tetas, que te aflojan las patitas mamándote los pechos salvajemente. Estan los que pueden retener la leche casi a voluntad, y bombearte hasta dejarte boluda de tanta verga. Y están los besadores. Su arma es el beso, te comen tan fabulosamente la trucha que sentís, allá en el sur, bien abajo, que se te empapa la cajeta por su técnica y maestría. Atienden la boca de un modo tan especial que no podés evitar imaginarte esa lengua entre las piernas.
Pero ojo! Ahí es donde nos venden gato por liebre los guachos. No siempre un buen besador es un buen chupa-chichi. Los labios inferiores difieren mucho de los superiores. El talento requerido, por ende, es distinto, y muchos buenos besadores hacen agua cuando bajan a la cajeta, se les va el encanto, son torpes. Cabe aclarar que en contadas excepciones, estas habilidades pueden venir en combos extraordinarios, encontrando tipos que conjugan en su currículum amatorio, mas de una especialidad, pero no es lo común, si?
No obstante, de vez en cuando te los cruzás. Y por último, hay poca evidencia documental que atestigüe el hallazgo de TODAS estas destrezas en un sólo espécimen masculino, pero no por eso una se rinde, sino que prueba y prueba y prueba, buscando el santo grial del sexo, el macho que nos de vuelta como una media y nos implosione la argolla a orgasmos cada vez que nos toca! Ya ven, es un fin puramente científico el que nos mueve a voltear tantos muñecos como sea posible en esta corta vida.
Retomo el hilo de la historia gente, Fran me besaba maravillosamente, pronto mi boca aprendió a moverse al ritmo de la suya, era una coreografía de labios, lenguas y salivas. Sus labios eran gruesos, dos churrascos pulposos entre los que se perdía mi pequeña boca, su lengua era indescifrable. Intensa y rápida por momentos, ansiosa e inquieta al rato, lenta y sensual cambiando el ritmo de pronto, generosa e indomable invadiéndome cual serpiente obscena y desenfrenada. Obviamente no dejó las manos quietas mucho tiempo. Primero bajaron a mi cola, agarrándome las nalgas a manos llenas, manoseándome por encima del pantalón. De ahí subieron a mis lolas, masajeándolas de lo lindo, sin dejar de atenderme la boca. De pronto se detuvo. Fue a la puerta del negocio, cerró con llave y puso el cartelito "enseguida vuelvo". Me tomó de la mano y me llevó a un cuartito trasero, en el cual había una mesada, una pileta para lavar ropa y los canastos con prendas ya lavadas. Entramos y cerró la puerta. Me tomó de la cintura y me volvió a comer la boca, mientras me arrastraba hacia la mesada, a la cual me subió levantándome en el aire con delicadeza. Lo tomé de los pelos, enredando mis dedos en sus rulos, ya volaba de deseo, y le chupé la lengua con una calentura tremenda. Quedé sentada en el borde del mármol, abierta de piernas y él se acomodó allí, a la altura justa para refregarme la poronga mientras me tranzaba.
Tenía puestos unos pantalones náuticos el muchacho lavandero, por lo que sólo le tuve que bajar los lienzos y los calzones de una y su pija saltó como impulsada por un invisible resorte. No era un pedazo gigante de 25x8, típico de relato erótico, viste?
Onda que en los relatos Nadie, Nunca, se come Jamás una verguita de 12x4, todos los tipos tienen una nutria muerta entre las patas y te hacen acabar 8 veces en una encamada! Jijiji!
Esto era una pija real, mas común que envolver huevos con diario.
La típica poronga standard, unos 15 cm a ojo de buen petera. Mas bien flaquita, con unos bellos suaves al tacto, y el prepucio escondía la cabeza. La manoteé y le dí unas cuantas sacudidas. Fran bajó de mi boca. Ya se le escapaban los primeros gemidos.
-Ahhh! Ah! Uff! Ahmm!
Me ardían los oídos y me latía la cajeta escuchándolo. No le aflojé el el ritmo. El me pasaba la lengua por el cuello, abriéndose camino hacia las tetas. Mi campera voló en segundos, me levantó la remera y lo ayudé a terminar de sacármela. Quedé en corpiño. Este es uno de esos momentos clave, en el que puede bajar la líbido y poner freno a una excitación importante; cuando ellos nos tienen que sacar el ñocorpi.
Como todo hombre, quiso hacerse el canchero. Mientras me besaba las tetas, que rebosaban del sujetador, con una mano, a tientas, sin poder ver lo que hacía en mi espalda, intentaba desabrocharlo, sin éxito claro está. Se le dificultaba hacer dos cosas al mismo tiempo, hombres! Jijiji
Batalló un buen rato, mientras mis manos seguían ocupadas con su verga, lo dejé hacer hasta que comenzó a fastidiarme su torpeza, solté el falo, y con ambas manos solté la prenda que aprisionaba mis deseosas tetas. El chico se lanzó de una, capturó un pezón entre los dientes y noté como rotaba la lengua, humedeciéndolo, antes de succionarlo tirando con fuerza de él. El flaco devoraba sin piedad mis pezones, la aureola y todo lo que quedaba a su paso. Me sacó un gemido cachondo, ya me sabía mojada y la sensibilidad de mis pechos sumada a sus mordisqueos, me hicieron estremecer rico.
Sentí que el deseo empezaba a convertirse en una bola de fuego en mis entrañas. El iba de una teta a otra y yo había logrado descapuchar la cabeza de su verga tirando el prepucio hacia atrás. No me van mucho las vergas así. Nunca me volteé un circuncidado, pero he visto fotos y me gusta el look del pene sin esa pielcita. No por ese detalle iba a dejar de gozar aquel miembro. Franco metió sus pulgares por los costados de mis pantalones, aferrando el elástico, para bajármelos. No lo dejé. Lo empujé un poco y me bajé de la mesada . Cambiamos de posición. Lo arrinconé contra los cajones de ropa y me arrodillé para petearlo. Primero le dediqué toda mi habilidad bucal al glande, aprisionándolo entre mis labios y atacándolo a lenguetazos veloces y certeros, que lo envolvían, lo golpeteaban incesantemente en la puntita y bajaban hasta los bordes del "honguito", recovecos que recorría salivándolo abundantemente. Mis labios siguieron jugaron lujuriosamente con el falo, mi lengua lo recorría y lo masajeaba por todos lados, sentí como su respiración aumentaba, pude ver como se transfiguraba su rostro, porque cuando la peteo me gusta clavarles la mirada, bien putona, bien guarra. Le mostraba su verga empujando mi mejilla, como se contorneaba su poronga en cada mete-saca, mientras sus bolas me pegaban en el mentón.
Su tamaño me permitía meterla entera en la boca, sentía su pubis chocar con mi nariz en cada vaivén. Con toda su verga dentro de mi boca, como pude, saqué la lengua para lamerle el escroto y mimar sus pelotas.
-Ahhh! Ahhh! Mmmmm!!! Ufff! Ufff! Uhhh!!!.-Gozaba el.
Se aferraba con ambas manos de la pila de cajones, porque las piernas le temblaban de tanta excitación.
-Pará! Pará por favor porque te lleno la boca!.-Me pidió.
Le dí tregüa. Me la saqué de la boca y le encajé un chuponazo en el ojete, que lo hizo estremecer. Me incorporé mientras me quitaba las zapatillas y los pantalones. Me odié por no estar con mis zapatitos de taco aguja, como me gusta a mí. El me ayudó a bajarme la tanguita, cosa que me recalienta que un tipo me baje la bombachita! Me pasó la mano abierta por toda la concha, rozando los labios húmedos, hundiendo el dedo mayor en la rajita y frotando apenas el clítoris a la pasada. Lo miré mordiéndome el labio inferior. Nos besamos desesperados, me llevó de nuevo a la mesada y me subió, abriéndome las piernas. Bajó acomodándose mis gambas en los hombros para saborearme la cajeta.
Su boca y lengua iban y venían, al principio sentí el cosquilleo y la electricidad de la estimulación, pero pronto quedó en evidencia que lo suyo no era el cunnilingus. Chupar una concha es un arte, al igual que chupar una pija. Debe hacerse con inspiración, destreza y coordinación entre manos, boca y lengua.
A ver MUCHACHOS, LEAN PLEASE!
Un buen movimiento de dedos y una lengua que sepa captar el gusto de la dama, son factores indispensables a la hora de bajar al pesebre. A algunas nos mata el movimiento vertical, de arriba hacia abajo, que crece en rapidez y roce sobre el botoncito del clítoris, otras prefieren el lenguetazo con desplazamiento circular, bien babeadito, intenso, que las hace delirar de gozo. Vale el recurso de alternar ambas técnicas, e ir imprimiéndoles velocidad, y POR DIOS, NO paren cuando empezamos a convulsionarnos y darles "conchazos" en la boca. Sujétennos con fuerza y decisión, sin dejar de chuparnos la argolla, y van a lograr hacernos acabar como yegüas!
La cuestión es que Fran me estaba bajando de la cima de la excitación con su pobre desempeño chupa-concha. Me agarré una teta y me llevé el pezón a la boca, no quería "enfriarme", asi que mientras me mamaba una lola, mi otra mano bajó a frotar el clítoris, mientras Franco hundía la lengua sin mucha convicción, entre los labios mayores de mi vagina. Al toque regresé a los niveles de calentura aceptables, lo agarré de los pelos y le grité:
-Vení, cogeme, poneme la verga papi!
No tuve que repetirlo. Fran subió y se clavó de una adentro mío. Lo abracé con las piernas de la cintura, quedando apenas apoyada en el borde de la mesada con las nalgas. El me sostuvo por debajo de los muslos, para evitar que caiga, mientras bombeaba dentro mío su miembro, una y otra vez. Me incliné hacia atrás entrelazando los dedos detrás de su cuello, para dar lugar a mis tetas, que se bamboleaban con vida propia, y mirar su falo perderse entre mis piernas.
Mis escasos bellos púbicos se confundían con los suyos en la danza mas enloquecedora, su vaivén tenía un ritmo impresionante, lo cual me enardeció y me lubricó aún mas, pero a la vez no pude evitar preguntarme si el flaco soportaría mucho tiempo a esa velocidad.
Preferí concentrarme en gozarlo. Me lo garchaba con todos los sentidos, le clavaba la mirada de puta perdida, le jadeaba tirando la cabeza hacia atrás y hacia adelante, alborotando mis cabellos en el aire. Lo sentía penetrarme con vigorosas estocadas mientras escuchaba el sonido de su chota invadiéndome, ese fantástico:
-Splasch! Splasch! Splasch!
Varias veces lo atraje hacia mi y le metí la lengua hasta lo más profundo que llegaba dentro de su boca, saboreándolo. Se percibía ese aroma a sexos lubricados, que se acentuaba con el sabor a pija que aún tenía en la boca. Franco gritaba:
-Ahhh!!! Ahhh!!!Siii mi amor! Tomá, tomá, tomá pija guacha! Seee! Seee!
-Cogeme puto, cogemeee!!! Asiii! Ahhh! Asii! Dale putito, metemela toda, toda todaaa!!!.-Le retruqué
Fran me volvió a sorprender levantándome en el aire, sin sacarla, y llevándome hacia la pila de ropa. Me apoyó contra la pared y con una mano desparramó las prendas en el suelo, improvisándonos un colchón. Nos acomodamos allí, acostados entre ropa limpia, Fran arriba mío, me puso "patita al hombro" y me daba murra sin parar.
-Ahhh!!! Seee papito!!! Cogeme todaaa!.-Le gritaba con furia. Me mandé los dedos al clítoris, porque me encantaba la poronga entrando y saliendo de mi a toda máquina, pero no me iba a hacer acabar. No todo está en la velocidad, hay que saber mover la cadera, cambiar el ritmo, "atornillar" en cada embestida, aumentando así el roce con partes sensibles que se quedan fuera de la joda en el simple y llano mete-saca. Me puse a mil y no sabía que hacer, solo me agarré una teta y me la lamia caliente pidiendo mas y mas.
Fran frenó de golpe. Se quedó quietito.
-Ahhh! Cogeme papu, no pares!.-Le ordené mientras seguía pajeándome.
-Dame un segundo, necesito concentrarme porque sino te acabo ya!.-Me respondió agitado. Lo deje reponerse un ratito. Mi concha latía con su pedazo adentro y las bolas rozandome la entrada de la cajeta. No esperé mas.
Lo atraje hacia mi y le encajé un chupón en la boca. Le lamí el lóbulo de la oreja y le susurré:
-Avisame cuando llegue la lechita nene, la quiero tomar toda!
Y eso lo encendió instantáneamente, otra vez volvió a embestir descontrolado. Con una mano me retorcía un pezón y me manoseaba las tetas, alternando mimos.
Bajé las piernas y le pedí que me dejara montarlo. No se opuso; se acomodó en segundos y pude enterrarme su chota a gusto, en ese momento comencé a gozarlo realmente.
-Cogeme papi!!! Cogeme todaaaaaaaaa!!! Dame pija!!! Ahhh!!! Ahh!!! Siiiiiiiiiii!!!!
Manejaba el ritmo y la cadencia de la cabalgata, y mi clítoris se frotaba rico, estimulándose sabrosamente. Me tenía sujeta de las nalgas, con un dedo travieso que había resbalado al ojo del cíclope. Ahora sí, se me almibaró la concha de nuevo, quedando super resbaladiza. Mis tetas rebotaban, pero él no sacaba su boca de mis pezones, chupándolos y mordiéndolos.
-Splach! Splasch! Splasch!.-Sonaba en la pequeña habitación. Sólo eso y el sonido de respiraciones entrecortadas, agitadas, anhelantes. Sólo eso y los jadeos que se confundían en la arrebatadora banda de sonido sexual.
Me estremecí con la sensación que envuelve a una cuando se avecina un tremendo orgasmo. Su dedo se introdujo aún mas en mi culo, por lo que sentía ambos agujeros llenitos.
Fran me estaba aguantando demasiado pero no duraría. Yo estaba a medio camino, ¡No me podía abandonar en ese momento!
Pero eso hizo.
-Ahhh!!! Acabo Lu! Acabooo!!!
Salté de su verga, y me arrojé a beber su néctar. Me le fuí encima a exprimirle la pija con mi boca. El primer chorro se me anticipó mientras acudía raudamente al encuentro del esperma, y lo recibí de lleno en el ojo y parte de la mejilla. El antíquisimo "lechazo en el ojo", jiji, un peligro al que estoy acostumbrada y que se pilotear. Para el segundo chorro ya la tenía varios centímetros adentro de la boca, así que pudo terminar de estallar con mi lengua batallando con ese glande escupidor. Era una leche bastante diluida, no abundante como me gusta a mi, pero era MI lechita, asi que la disfruté. Se la chupé y succioné con ímpetu, como para que no me olvidara mas. Hasta que recibi sus últimas gotas, no la dejé en paz. Esa reserva que no la iba a dejar allí, no señor! Eso no se desperdicia! No me gusta me cojan y no me den a tomar lechita!!!
Pero me había dejado "a punto caramelo" y me hervía la concha de excitación. Terminé de limpiarle la verga y me le senté en la cara, de una, sin preguntar nada.
-Chupá forro! Ahhh! Chupalaaaa!!! Haceme acabar putooo!!!Daleee!!!.-Le ordené.
Seguía el hermoso -Splasch! splasch! splasch! de mi argolla chapoteando en sus labios. Le estaba cabalgando la cara, frotándome toda, enloquecida. Le bailaba el "meneaíto" en el rostro, cada vez mas rápido, me "centrifugaba" la cajeta bamboleándome encima suyo.
Su lengua y parte de su nariz se enterraron entre mis labios vaginales y senti como me lamía toda, como me chupaba con ganas y entusiasmo, pero sin "punch".
Otra vez los deditos al rescate. Me pajeé sentada en su rostro, me dedeaba mientras le frotaba la cajeta y el orto en la boca hasta que acabé como una leona. Creo que él me metió dedos en ano y vagina, pero no los registré. Sólo me embriagó la oleada de estremecimientos y temblores del orgasmo, arrancando de lo mas profundo de mi ser los gritos de una hembra gozando, y no aguanté más, grité, supliqué, casi me meo de calentura cuando llegó mi gloriosa acabada;
-Ahhhhhhhh!!! Ahh!!! Ohhh!!! Siii!!! Ahhhhhhhhhhh!!!!!!! Ah! Ah! Ah! Ahhhhhhhh!!!! Ayyy!!! Ah! Ah!
Le embarré la cara con mis jugos, le froté mi sexo desde la frente hasta el mentón, casi lo ahogo a conchazo limpio. Me lo tuve que garchar así para poder tener mi recompensa. Estuve sentada asi un rato, desarmada encima de su rostro, hasta que el me empujó. Emergió de allí con las mejillas coloradas y aspirando aire a grandes bocanadas.
-Ahhh!!! Ahhh!!! Casi... casi que... me asfixio... con...con tu concha hija de puta!!!.-Me dijo mientras trataba de reponerse.
Me limpié la cajeta con una remera que encontré en los canastos para entregar, y me empecé a vestir. Fue un polvo mediocre que recuperé a pulmón para llegar a una acabada decente. Fran era un dulce, pero le faltaba mucho para hacer gozar a una hembra.
Creo que el estaba avergonzado con su performance, porque no me invitó a quedarme y repetir. Simplemente se levantó y se vistió. Me abrazó desde atrás y me dio un beso en el cuello. Me estaba por mandar a mudar cuando escuchamos que golpeaban la puerta. Era su hermano mayor y socio en el negocio, que venía caliente porque no le gustó ni medio encontrar el local cerrado y se avivó al toque que estuvimos cogiendo atrás.
Robert se presentó, lo conocía de vista nomás, y le dedicó una mirada a Fran que lo liquidó.
-Justo me iba a hacer las entregas.- Se disculpó encogiéndose de hombros el hombrecito con los rulos aun húmedos por mis jugos vaginales.
Robert era grandote, con brazos peludos y morocho. De pecho ancho y mirada fuerte. Un hombre bien machito, lo contrario a Fran que tenía una onda mas metrosexual.
En 2 minutos mi fallido amante cargó todo en la camioneta y se fue, no sin antes ofrecerme llevarme.
Decliné su invitación, ya que me faltaba lavar mis prendas aun. Me quedé apoyada en el mostrador ojeando una revista y sacando culo, provocativamente. El hermano mayor estaba para comérselo.
Robert me miró sonriendo. Me tiró de una, apenas Fran se fue;
-Te volteaste a mi hermano vos?
-Perrrrdón????.-Le respondí indignada.
-Ya me oíste nena. Me distraés a este pelotudo en mi negocio. Vayan a un telo, pero no me jodan acá!.-Me apuró.
Me miraba desnudándome, el tipo irradiaba una energía sexual tremenda. O yo estaba todavía caliente, no se que mierda fué, pero nos leímos la mente. En el apuro me puse la remera sin corpiño, y los pezones se me notaban duros y ansiosos a través de la tela. Sentía como sus ojos me recorrían lascivamente.
Me tiré a la pileta.
-Estás celoso?.-Lo desafié.
-Mas de una vez te vi calándome el orto a vos!.-Lo acusé.
Le brillaron los ojos. Sonrió malicioso. Se pasó la mano por encima de la bragueta. El bulto era importante.
-Siempre seducís asi nene? A lo Cavernícola?
Sin decirme nada fue hasta la puerta y la cerró con llave.
-Quien sabe cuantos clientes me hicieron perder ustedes con su "travesura".-Me dijo.
-Ahora me vas a tener que indemnizar!.-Agregó.
Teníamos una cuenta pendiente, era un buen momento para saldarla. 😉
La próxima les cuento!
Besitos chicos!
23 comentarios - Centrifugada de argolla en el Laverrap Parte I(Latoyasexy)
Muy caliente!
Y con muchos datos para tener en cuenta, je!
Gracias por compartir
Muy bueno lu!!!!
Te extrañe!!! Donde andabas?
Soñé con vos haciendo Splach! Splasch! Splasch! 😉
a fav y recomiendo sexy!
Y cuantas verdades decis...jajaja
Me encanto...te dejo puntitos y besitos...
impresionante
me dejaste mis 21cm de verga al palooooooooo
Con proteccion te la meto y te hago disfrutar