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Mi secreto mejor guardado.

Una vecina medio amiga me había invitado a su cumpleaños. Se trataba de una cena en un lugar que después se volvía boliche conocido como Rey Castro. Parecía que era para ponerla pero después de llegar y ver el panorama descrubrí que había sido usado. Al parecer, si superaba cierto número de invitados ella no pagaba.
La onda del lugar no me iba así que cuando terminé de comer me tomé dos mojitos y me fui.
Estaba un poco caliente, tenía ganas de ponerla o que me la pongan. Decidí caminar unas cuadras para tentar a la suerte. Quizás llegar hasta el boliche de Cerrito y Santa Fe para ver que onda. Agarré la peatonal Florida y cuando estaba llegando a la Avenida Corrientes me acordé de algo que me había pasado. http://www.poringa.net/posts/gay/2232559/Una-punk-enfiestada-en-el-cine.html
Decidí probar suerte así que cuando llegué a Lavalle doblé en busca del cine. Llegando a la puerta descubro un grupito de pibes medio barderitos, no peligrosos ni nada de ese estilo, pero me pareció conveniente seguir de largo. Al llegar a la esquina descubro que sobre la calle Esmeralda había otro cine continuado.
Un tipo se me acercó y me ofreció una tarjeta de descuento.
-¿Cine pibe? Hay tres salas, bar, shows... Con esta tarjeta pagás menos y tenés una consumición. Entraron un par de parejas... A veces hay parejas pero estan en otro sector; son parejas onda swinger. Si la pareja te llama le das unos mangos al de la barra y pasas al lugar exclusivo de parejas.
-¿Hay que pagar más?
-Si. Pero a veces algunas parejas pasan a las salas comunes... A veces pasa... Es cuestión de suerte.
Decidí entrar. Era todo subterráneo. Primero la boletería, después un bar y más abajo las salas de cine. El lugar medio medio, muchos tipos que se conocían y muchos recovecos de donde venía mucho olor a culo roto y semen. También había minitas laburando y algún trava.
Me asomé a la primera sala, nada. Busqué la segunda, en el camino, que eran apenas unos pocos metros, me tocaron el culo no menos de diez veces unos siete tipos (algunos con mucha decisión).
La segunda sala no eras mejor que la primera así que busqué la tercera, uf!, la tercera era la gay y era un bardo. Mucho movimiento, mucho olor, podía notar que habían tipos completemente desnudos; no daba. Me arrepentí de haber entrado, no sólo a la sala sino al cine entero.
Salí, me sentí un poco atraído por un misterioso pasillo lleno de recovecos de donde venían olores poco agradables y sonidos sugerentes.
Creí escuchar un jadeo femenino, pero no hay que confiarse, he escuchado tipos muy machitos gemir como la más puta de las mujeres. Entré. Oscuridad casi total, me acariciaron un par de veces, pero estaba decidido a descifrar la proveniencia de los sonidos femeninos. A medida que me acercaba me convencía más que los gemidos eran de mujer. Casi llegando al fondo del túnel la visibilidad mejoraba bastante y los movimientos y las siluetas que podía ver claramente describían a una chica en medio de un mar de hombres.
Admito que la situación me asustó e impresionó mucho: Un pibe con la camisa abierta y con la verga afuera de su pantalón ofrecía el cuerpo de la chica con la que estaba a un grupo de seis tipos (si, los conté), algunos con el torso desnudo y otros sin el pantalón, un verdadero gangbang.
Me alejé, y después de unos minutos (viendo que algunos de los tipos se retiraban tras eyacular) decidí volver.
Mire la escena un largo rato. A la piba se la estaban culeando dos viejos de parada que se turnaban sistemáticamente mientras le chupaba la verga a un pibe joven. El chico de la camisa abierta le dio su pija desnuda y sin preservativo y la chica titubeó.
-Tranquila bebé soy yo.- Dijo, y la chica se comió ese pedazo de carne despreocupada. Era evidente que a pesar de todo eran bastante cuidadosos.
De a poco comencé a acercarme, cuando me vio, el pibe me preguntó como venía de pija: si la tenía grande y dura...
-¡Claro!- Contesté.
-¿Y qué esperas? Veni, cogétela boludo.
La verga estaba a punto de estallarme, me puse un forro y se a ofrecí. La pendeja chupaba lindo.
-¿Te animás a hacerle el orto?- Me dijo el flaco. -Ninguno de estos boludos pudo, tiene el orto estrecho y necesita una pija bien dura.
-Si.- Contesté. -La tengo bastante dura.
-A ver amor, dale el orto al pibe.- Dijo agarrándola de la cabeza para alejarla de mi, al tiempo que me agarraba la pija para sacársela de la boca (así es, el pibe me agarró la pija que estaba dentro de la boca de su novia). -No la quiere largar. Le encanta la pija. De verdad la tenés bien dura. -Comento entre risas.
Con la chica cruzamos miradas y mi corazón se aceleró. Estaba convencido que la conocía, aunque me parecía imposible. Continué con mis movimientos y me ubiqué detrás. Apoyé la cabeza entre los labios de su concha y le entré duro. La bombeé un buen rato, lo suficiente para hacerla gritar.
-¿Le estas haciendo el orto?- Me preguntó el flaco.
-Ya se lo hago.- Contesté. -Es que quería probar esta concha.
Le saqué la verga de la concha y con cuidado se la metí por el orto. El pibe no mentía, era un orto estrecho. Empecé despacio, pero después aumenté la fuerza de los embates. La piba gemía de placer (creo), ese culo apretaba lo justo. Ni mucho ni poco. El chabón calló sus gritos metiéndole la pija en la boca.
Me estiré hacia adelante y la tomé de sus tetas, tetas divinas, y la traje hacia mi poniéndola casi en posición vertical. Besé su cuello y acariaba su cuerpo. Mis dedos resbalaron alrededor de su vulva y ella los condujo hacia adentro. Su concha estaba tibia y húmeda. Una delicia de concha.
El sonido de su voz me era familiar y todo esto terminó confirmando mis sospechas. Conocía a esa chica que me estaba cogiendo en la oscuridad de un cine porno un viernes por la noche, no puedo decir su nombre, es una compañera de trabajo. ¡Una compañera de trabajo! Y no cualquier compañera de trabajo, justo es una que me encanta, que esta de novia hace tiempo y que le es muy fiel a su novio.
Mis besos buscaron los suyos, y mientras me estiraba nuestros labios se encontraron. Mi excitación era tal que poco pude hacer para detener el lechazo dentro de ese orto. Mis movimientos espasmódicos y mis gemidos se lo hicieron saber. Nos besamos y nos miramos a los ojos. Soltamos una sonrisa cómplice.
Nos habíamos reconocido desde el principio pero la situación no nos permitió detenernos.
Días después hablamos del tema durante el horario de almuerzo. Nadie más que nosotros sabe lo que pasó. Ni siquiera su novio, el muchacho de la camisa abierta, con el que cada tanto practica esa actividad. Le tiré onda varias veces. Intenté llevármela a la cama uno contra uno, pero sigue asegurándome que le es fiel a su novio y por tal motivo no podemos coger estando los dos solos.
Me prometió avisarme de su próxima excursión sexual para volver a tenerme dentro de ella y tratamos de no cambiar nuestra realción laboral. Aunque esto último sea dificilísimo.

4 comentarios - Mi secreto mejor guardado.

toritonegroqac
fua que loco hermano, que mierda va a ser fiel, despues que se la garcharon en un bang tirales todos los chiguaguas, papa con calidad la podes hacer caer en el uno contra uno, suerte y va puntosssss
Barish3
excelente relato. Siempre tuve la fantasia de encontrarme con alguien conocido en esos lugares, no importa quien la verdad, solo alguien.
Buen aporte
kramalo
mostrale la pija bien parada, en el trabajo, vas a ver que se olvida del novio....jeje. muy buen relato.... van mis puntillos.