Natalia dormía profundamente, era pleno verano y esa nube gigante llamada noche cubría el mundo por completo, su cuerpo descansaba sobre las sábanas blancas de la cama de su novio; solamente su negro y largo cabello, y su remera, también negra, cubrían su cuerpo; la luz ténue y blanca completaba aquel paisaje nocturno, cálido y tranquilo, aunque esto último muy pronto cambiaría…
La puerta de la habitación se abrió lentamente, un hombre se dirigió hacia ella, de repente el silencio enmudeció aún mas la ciudad, el tiempo pareció detenerse en aquel instante, la brisa que entraba por la ventana parecía presagiar una tormenta que tendría lugar en esa habitación, en esa cama, y en cada rincón de la piel de Natalia. El hombre se sentó en la cama, corrió el cabello de la cara de Natalia, ella se movió apenas, acomodó su cuerpo y abrió lentamente los ojos. Era su novio, la miraba fijamente, extrañamente, acercó sus labios y la besó, el beso se prolongó por varios minutos, el deseo comenzó a fluir por todo el cuerpo de ella, el calor aumentaba, sus lenguas se entrelazaban. Él la tomó de las manos y la llevó cerca de la ventana, donde comenzó a desnudarla. Su escasa ropa cayó al piso, la luz de la luna bañaba su espalda, acto seguido comenzó a desnudarse él también. El tiempo se había detenido, la noche también, inclusive la brisa y el silencio, todo parecía pendiente de ellos, serían los protagonistas principales de aquella noche, pero no los únicos…
Ya desnudo completamente, instó a Natalia a arrodillarse, ella lo hizo lentamente, delante de sus ojos, a escasos centímetros, se erguía su miembro, casi erecto, esperándola. Ella se acercó aún mas, abrazó las piernas de su hombre apoyando sus manos en los glúteos, comenzó a rozar su lengua tímidamente por ambos lados de aquel pene, que crecía más y más. Él apoyó sus manos en su cabeza, y revolviendo sus cabellos la empujaba hacia su miembro, Natalia cumplía su misión con total placer y devoción, deslizó su lengua por toda la superficie del pene, llenándolo de saliva, preparándolo para su degustación, acarició y lamió también los testículos. Tomando el pene con su mano derecha lo introdujo lentamente en su boca, apenas podía mover su lengua, miró a su novio, él quería mas y su mirada así se lo hizo entender, cada milímetro de él que entraba en su boca dificultaba mas sus movimientos y su respiración, el la ayudaba tomándola de la cabeza, la saliva se acumulaba en la boca de Natalia y empezaba a caer, todos los músculos de su cara estaban invadidos por aquel miembro viril, imponente, y delicioso; comenzó a moverlo dentro de su boca, a saborearlo, pese a las dificultades prácticas sentía mucho placer al hacerlo, aquella cosa hostil en su boca la excitaba demasiado, cerró los ojos e intensificó sus movimientos, tragando por completo aquel pene, ensimismada en el acto, logró abstraerse de la realidad por unos segundos, cuando un sonido la sobresaltó, giró la cabeza como pudo, aún con el pene de su novio dentro de la boca, y asistió atónita a un espectáculo jamás imaginado: la puerta de la habitación volvía a abrirse y por ella entraba un hombre, otro hombre, también desnudo, con una videocámara en las manos…
Natalia quiso levantarse pero su novio se lo impidió sujetándola de los hombros…
- Está todo bien mi amor, no te preocupes, te va a gustar… - le dijo.
El invitado se acercó lentamente a ella y comenzó a filmar, el miembro de su novio parecía ahora mas grande que antes, volvió a introducirlo en su boca mientras la cámara la tomaba en primer plano, esto la hacía excitarse más y más, e intentaba saborear con toda su boca aquel manjar. Su novio tomó el mando de la cámara y el “invitado” llevó a Natalia hacia la cama, se sentaron en ella y comenzó a besarla, la acostó sobre las sábanas y besó cada centímetro de su cuerpo, deslizaba su lengua por su cuello, recorría sus senos llenándolos de saliva, acariciaba el cuerpo de Natalia con firmeza y devoción, todo esto ante la mirada pasiva de su novio, que se concentraba en filmar el acto. La humedad en el sexo de ella era ya imposible de disimular, el extraño lo advirtió y comenzó a descender, separó sus piernas tomándola delicadamente de sus muslos e internó su rostro entre sus piernas, ese olor a excitación lo volvía loco, comenzó a lamer la entrada de su vagina lentamente, de abajo hacia arriba, ella se movía y abría mas sus piernas, sus ojos estaban entrecerrados, el placer la dominaba, estaba completamente a merced de aquellos dos hombres y no oponía resistencia, le fascinaba ser el blanco de todas las miradas, manos, dedos y miembros de esos hombres, y de la cámara. La saliva del extraño ya cubría la totalidad de la vagina de Natalia, entonces él comenzó a acariciarla, tomó con sus dedos pulgares los labios vaginales y los abrió, ella movía sus caderas, retorciéndose, él adentró su rostro sobre ella, succionó con sus labios e introdujo su lengua lo mas adentro posible, ella se movía cada vez mas, sus jugos se desbordaban, su mente volaba, tomó al extraño del cabello y con fuerza lo empujaba hacia ella, cerraba sus piernas atrapándolo, sus gemidos comenzaban a escucharse, el fuego en sus entrañas era inaguantable…
- Quiero que acabes en mi boca, voy a tragarme tu orgasmo… - le dijo él, mirándola a los ojos.
Aquellas palabras sonaron como un trueno que la atravesó, desde su cabeza hasta su vagina, y un orgasmo furioso, un océano de calentura y éxtasis salpicó el rostro de aquel hombre.
Tirada en la cama, aún temblando, Natalia observaba como su novio apoyaba la cámara sobre una de las mesitas de luz. Acto seguido se dirigió a la cama, la besó nuevamente mordió su cuello, jugó con su lengua en el lóbulo de su oreja y le dijo al oído:
- Ahora quiero que se la chupes a él…
Su mirada se desvió hacia el “invitado”, estaba sentado en la cama, apoyado sobre el espaldar, y la miraba lascivamente mientras se masturbaba. Natalia se colocó en cuatro patas, se acercó a él, comenzó a jugar con su lengua sobre su pene, la movía en círculos alrededor del glande mientras lo miraba, lo atrapó con su boca, esta vez sin ayudarse con las manos, lo introdujo por completo en su boca, casi atragantándose, mientras lo devoraba, y volvía a excitarse, sintió las manos de su novio jugando en su trasero, manoseándola, se agachó y comenzó a lamerla, su vagina todavía temblaba, seguía afiebrada, caliente, estaba a merced de esos dos hombres nuevamente, indefensa, era la mujer mas deseada del mundo en ese momento, y también la mas puta. Su novio separó sus nalgas con las manos y comenzó a penetrarla sin mediar palabra, hundió su miembro en ella, poseyéndola por completo, atravesándola, el cuerpo de Natalia se estremecía, sentía todo ese pene entrando en ella, el placer se adueñaba de ella, el dolor también, quería gritar pero no podía, su boca estaba llena y con cada embestida de su novio en su trasero la enorme pija del invitado golpeaba en su garganta, el éxtasis se aproximaba, su cuerpo iba a estallar, sentía como si fuese a romperse, el invitado tomó a Natalia poniendo ambas manos en sus orejas y comenzó a penetrarla con mas fuerza, violando su boca
- Te la vas a tragar toda. – sentenció.
El semen de aquel extraño comenzaba a invadir su boca, salpicaba su paladar, se esparcía por su lengua, ella obedeció y lo tragó de a poco, estaba tibio, y a pesar de la incomodidad y la violencia le gustaba hacerlo, tragó hasta la última gota, se relamió una y otra vez, y miró por última vez a aquel tercero, sonriéndole. Éste se retiró de la escena, su novio se dejó caer sobre ella, y agarrándola del cabello empezó a penetrarla con mas velocidad, hasta descargar todo su semen en su trasero, ella aún recuperada y todavía con su boca llena de sabor a semen, sintió como él eyaculaba dentro suyo, una sensación estridente sacudía sus caderas, un nuevo orgasmo explotaba contra las sábanas. Ambos se dejaron caer sobre las sábanas, temblando. Él la abrazó, secó la transpiración de su rostro y la besó tiernamente, ella miró por última vez a la cámara y se durmió. Jamás volvieron a hablar del tema, aunque a veces veían juntos el video, y esbozaban una sonrisa plácida y cómplice.
La puerta de la habitación se abrió lentamente, un hombre se dirigió hacia ella, de repente el silencio enmudeció aún mas la ciudad, el tiempo pareció detenerse en aquel instante, la brisa que entraba por la ventana parecía presagiar una tormenta que tendría lugar en esa habitación, en esa cama, y en cada rincón de la piel de Natalia. El hombre se sentó en la cama, corrió el cabello de la cara de Natalia, ella se movió apenas, acomodó su cuerpo y abrió lentamente los ojos. Era su novio, la miraba fijamente, extrañamente, acercó sus labios y la besó, el beso se prolongó por varios minutos, el deseo comenzó a fluir por todo el cuerpo de ella, el calor aumentaba, sus lenguas se entrelazaban. Él la tomó de las manos y la llevó cerca de la ventana, donde comenzó a desnudarla. Su escasa ropa cayó al piso, la luz de la luna bañaba su espalda, acto seguido comenzó a desnudarse él también. El tiempo se había detenido, la noche también, inclusive la brisa y el silencio, todo parecía pendiente de ellos, serían los protagonistas principales de aquella noche, pero no los únicos…
Ya desnudo completamente, instó a Natalia a arrodillarse, ella lo hizo lentamente, delante de sus ojos, a escasos centímetros, se erguía su miembro, casi erecto, esperándola. Ella se acercó aún mas, abrazó las piernas de su hombre apoyando sus manos en los glúteos, comenzó a rozar su lengua tímidamente por ambos lados de aquel pene, que crecía más y más. Él apoyó sus manos en su cabeza, y revolviendo sus cabellos la empujaba hacia su miembro, Natalia cumplía su misión con total placer y devoción, deslizó su lengua por toda la superficie del pene, llenándolo de saliva, preparándolo para su degustación, acarició y lamió también los testículos. Tomando el pene con su mano derecha lo introdujo lentamente en su boca, apenas podía mover su lengua, miró a su novio, él quería mas y su mirada así se lo hizo entender, cada milímetro de él que entraba en su boca dificultaba mas sus movimientos y su respiración, el la ayudaba tomándola de la cabeza, la saliva se acumulaba en la boca de Natalia y empezaba a caer, todos los músculos de su cara estaban invadidos por aquel miembro viril, imponente, y delicioso; comenzó a moverlo dentro de su boca, a saborearlo, pese a las dificultades prácticas sentía mucho placer al hacerlo, aquella cosa hostil en su boca la excitaba demasiado, cerró los ojos e intensificó sus movimientos, tragando por completo aquel pene, ensimismada en el acto, logró abstraerse de la realidad por unos segundos, cuando un sonido la sobresaltó, giró la cabeza como pudo, aún con el pene de su novio dentro de la boca, y asistió atónita a un espectáculo jamás imaginado: la puerta de la habitación volvía a abrirse y por ella entraba un hombre, otro hombre, también desnudo, con una videocámara en las manos…
Natalia quiso levantarse pero su novio se lo impidió sujetándola de los hombros…
- Está todo bien mi amor, no te preocupes, te va a gustar… - le dijo.
El invitado se acercó lentamente a ella y comenzó a filmar, el miembro de su novio parecía ahora mas grande que antes, volvió a introducirlo en su boca mientras la cámara la tomaba en primer plano, esto la hacía excitarse más y más, e intentaba saborear con toda su boca aquel manjar. Su novio tomó el mando de la cámara y el “invitado” llevó a Natalia hacia la cama, se sentaron en ella y comenzó a besarla, la acostó sobre las sábanas y besó cada centímetro de su cuerpo, deslizaba su lengua por su cuello, recorría sus senos llenándolos de saliva, acariciaba el cuerpo de Natalia con firmeza y devoción, todo esto ante la mirada pasiva de su novio, que se concentraba en filmar el acto. La humedad en el sexo de ella era ya imposible de disimular, el extraño lo advirtió y comenzó a descender, separó sus piernas tomándola delicadamente de sus muslos e internó su rostro entre sus piernas, ese olor a excitación lo volvía loco, comenzó a lamer la entrada de su vagina lentamente, de abajo hacia arriba, ella se movía y abría mas sus piernas, sus ojos estaban entrecerrados, el placer la dominaba, estaba completamente a merced de aquellos dos hombres y no oponía resistencia, le fascinaba ser el blanco de todas las miradas, manos, dedos y miembros de esos hombres, y de la cámara. La saliva del extraño ya cubría la totalidad de la vagina de Natalia, entonces él comenzó a acariciarla, tomó con sus dedos pulgares los labios vaginales y los abrió, ella movía sus caderas, retorciéndose, él adentró su rostro sobre ella, succionó con sus labios e introdujo su lengua lo mas adentro posible, ella se movía cada vez mas, sus jugos se desbordaban, su mente volaba, tomó al extraño del cabello y con fuerza lo empujaba hacia ella, cerraba sus piernas atrapándolo, sus gemidos comenzaban a escucharse, el fuego en sus entrañas era inaguantable…
- Quiero que acabes en mi boca, voy a tragarme tu orgasmo… - le dijo él, mirándola a los ojos.
Aquellas palabras sonaron como un trueno que la atravesó, desde su cabeza hasta su vagina, y un orgasmo furioso, un océano de calentura y éxtasis salpicó el rostro de aquel hombre.
Tirada en la cama, aún temblando, Natalia observaba como su novio apoyaba la cámara sobre una de las mesitas de luz. Acto seguido se dirigió a la cama, la besó nuevamente mordió su cuello, jugó con su lengua en el lóbulo de su oreja y le dijo al oído:
- Ahora quiero que se la chupes a él…
Su mirada se desvió hacia el “invitado”, estaba sentado en la cama, apoyado sobre el espaldar, y la miraba lascivamente mientras se masturbaba. Natalia se colocó en cuatro patas, se acercó a él, comenzó a jugar con su lengua sobre su pene, la movía en círculos alrededor del glande mientras lo miraba, lo atrapó con su boca, esta vez sin ayudarse con las manos, lo introdujo por completo en su boca, casi atragantándose, mientras lo devoraba, y volvía a excitarse, sintió las manos de su novio jugando en su trasero, manoseándola, se agachó y comenzó a lamerla, su vagina todavía temblaba, seguía afiebrada, caliente, estaba a merced de esos dos hombres nuevamente, indefensa, era la mujer mas deseada del mundo en ese momento, y también la mas puta. Su novio separó sus nalgas con las manos y comenzó a penetrarla sin mediar palabra, hundió su miembro en ella, poseyéndola por completo, atravesándola, el cuerpo de Natalia se estremecía, sentía todo ese pene entrando en ella, el placer se adueñaba de ella, el dolor también, quería gritar pero no podía, su boca estaba llena y con cada embestida de su novio en su trasero la enorme pija del invitado golpeaba en su garganta, el éxtasis se aproximaba, su cuerpo iba a estallar, sentía como si fuese a romperse, el invitado tomó a Natalia poniendo ambas manos en sus orejas y comenzó a penetrarla con mas fuerza, violando su boca
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El semen de aquel extraño comenzaba a invadir su boca, salpicaba su paladar, se esparcía por su lengua, ella obedeció y lo tragó de a poco, estaba tibio, y a pesar de la incomodidad y la violencia le gustaba hacerlo, tragó hasta la última gota, se relamió una y otra vez, y miró por última vez a aquel tercero, sonriéndole. Éste se retiró de la escena, su novio se dejó caer sobre ella, y agarrándola del cabello empezó a penetrarla con mas velocidad, hasta descargar todo su semen en su trasero, ella aún recuperada y todavía con su boca llena de sabor a semen, sintió como él eyaculaba dentro suyo, una sensación estridente sacudía sus caderas, un nuevo orgasmo explotaba contra las sábanas. Ambos se dejaron caer sobre las sábanas, temblando. Él la abrazó, secó la transpiración de su rostro y la besó tiernamente, ella miró por última vez a la cámara y se durmió. Jamás volvieron a hablar del tema, aunque a veces veían juntos el video, y esbozaban una sonrisa plácida y cómplice.
8 comentarios - Mi primer relato
Muy bueno 👍