De souvenir, mi tanga, de regalo, mi cola
Laburaba en esa época en una compañía de Auditores. Era recepcionista, trabajo tranqui, atendía teléfonos, anunciaba clientes, recibía correspondencia, etc. Siempre fui de vestirme sexy, no atorranta, sexy.
La diferencia, creo, es que la atorranta se pasa una vuelta de rosca en querer exhibirse, se zarpa, se disfraza de gato. Yo iba a laburar con minifaldas no muy cortas, pero pegaditas al cuerpo, que resaltaban mi pulposa cola. Siempre de camisa, dejaba un par de botones sin cerrar para lucir el escote. Maquillaje ahí, apenas, sin exageraciones. Taquitos altos y alguna media tipo red.
Muchos tipos se me tiraron lances en esos días, los reboté cual pared de frontón. No estaba interesada en romper el código que regía mi vida por aquellos años: "dónde se come no se caga!".
Okey, ya los metí en situación, pasemos a los hechos.
La oficina de Correspondencia era territorio de los Cadetes de la empresa, muchachos entre 19 y 22 años que hacían su primer trabajo mientras estudiaban (la mayoría) y que iban y venían todo el día con sobres, encargos, cobranzas, etc.
En esa oficina estaban las fotocopiadoras, y era la mas cercana a la recepción, por lo cual tenía que pasar por allí cada tanto a copiar alguna factura o remito o lo que fuera.
La cuestión fue ese día que entré y saludé en general a todos, pero en especial a Mariano, un flaquito copado, simpático y muy respetuoso, siempre se acercaba para ver si precisaba alguna cosa, no tenía dramas en alcanzarme un café o ir al kiosco a comprarme pastillas o un analgésico.
-Hola Marian!.-Le dije risueña
-Hola Luli, como estas?.- Me preguntó con la simpatía de siempre.
-Bien, Todo bien.- respondí mientras seguía fotocopiando.
Estaba Marcos, otro de los cadetes, el mas odioso, sentado con el diario en la mano y se quejó con su habitual sarcasmo:
-Ah que lindo! Sólo existe Mariano acá! Qué onda ché? están curtiendo?
Esto lo vociferó a los 4 vientos, con la impunidad que le daba ser "el hijo de", porque Marcos era hijo de uno de los socios de la firma, bastante malcriado el pendejo, forrito, bocón, desagradable.
Mariano lo cortó en seco:
-No te zarpés loco! Luli es casada y es buena onda!
Yo ni lo miré, para no mandarlo a la mierda. Puse cara de orto e hice con la cabeza el ademán de; "no podés" sin decir una palabra. El aire se tensó. Marcos se levantó para irse.
La fotocopiadora estaba en el pasillito que daba a la puerta, había espacio para que pasara aún estando yo contra la máquina, dejándole lugar mas que suficiente, pero el hijo de puta pasó apoyándome la verga groseramente y diciéndome al oído;
-Si te gusta putita!
Me rayé. Le puse un sopapo, dos, tres, mil. Mis gritos se escucharon en toda la empresa. Kilombo, pero flor de kilombo! Mariano voló a separarnos y lo puso de una, tirándolo al piso. Por poco no lo recagó a trompadas, lo salvaron los chicos de sistemas que acudieron con los gritos, al igual que los de Central Files, los de administración, etc.
Separaron a Marcos y a Mariano, yo estaba en una crisis de nervios. A medida que se enteraban de los hechos, a Marcos mas de uno lo quería cagar a golpes, así que se lo llevaron a la oficinita de seguridad.
La hago corta; mi jefe me pidió que me tomara el día, y a Mariano y a Marcos los suspendió hasta aclarar las cosas. Yo temblaba de la bronca y la impotencia. No quise llamar a mi marido, no quería que supiera algo así.
Mariano me trajo una Sprite y como se tenía que ir obligadamente, me preguntó si no quería que me acompañara a mi casa.
-Si, por favor Mariano, acompañame porque no se si me desmayo por ahí.
Salimos.
A las 2 cuadras me colgué de su brazo y caminamos así hasta el subterráneo. Bajamos en Pueyrredón y le pedí ir a caminar para despejarnos.
Habremos hecho unas 20 cuadras así. Vi un barcito con sillas en la vereda, piola, tranqui, lo invité a tomar un café. Nos quedamos charlando, ya mas distendidos.
Eran casi las 2 de la tarde cuando llegamos a mi departamento. Subimos. Lo abracé en el ascensor y le dí las gracias de nuevo. Entramos y le dije que se ponga cómodo, que tomaríamos algo. Me fuí a mi alcoba y me cambié. Elegí unas calzas de esas talle 4º piso, porque entran tan profundamente cavadas en el ojete que te tenés que tirar de un 4º piso para enchufártela. Una remerita casi pupera al cuerpo, sin corpiño y me volví a calzar los tacos.
A ver si me explico; No planeaba cogerme al flaco, no quería calentarlo, al menos NO conscientemente. Simplemente me vestí como me gusta andar en casa. Si, leyeron bien, en mi casa me gusta andar con los tacos altos!
Asi que salí y pasé por el baño a mojarme la cara y un poco el pelo, me sequé y regresé con mi invitado:
-Gracias Marian! En serio, sos un dulce!.-Le dije agarrándole el rostro con ambas manos.
Se puso colorado, me sonrió y me dijo:
-De nada Luli, vos sos una copada y me diste la excusa para ponerle un bife a ese pelotudo!
Nos reímos. No se porqué, creo que fue una muestra mas de cariño que de calentura, le dí un piquito y salí corriendo a la heladera, a buscar algo para convidarle. Dos latitas de cerveza. Quería servirlas en un vaso y eso estaba buscando cuando de pronto lo veo en un espejo, como me devoraba con la mirada, cómo cerraba los ojitos y se mordía el labio inferior, cómo se manifestaba el bulto, duro y al parecer bastante incómodo para el, tanto que se revolvía en el sofá buscando una posición donde su creciente pito no sufriera la asfixia del bóxer y los pantalones.
Ahí recién caí. Me dí cuenta que estaba tuneada cual promotora de TC, puro orto y gomas, bien perra! Le estaba poniendo las hormonas a full, lo estaba cebando de una manera brutal, y el pibe me encantaba, pero no fue sino hasta ese momento en el que lo ví como hombre, como un tipo al que me podía tranquilamente voltear.
Para sumarle atenuantes al asunto, anadaba enculada con mi marido por unos llamados a casa, que cuando atendía yo me cortaban el teléfono al toque. Sospechaba que el forro me cagaba, asi que hacía 10 días fácilmente que no cogíamos. Y ahora estaba con un joven excitado y buen mozo a mi disposición en mi propio living!
Ya con esta certeza en mi cabecita loca, me agaché levantando bien el culito mientras revolvía los cajones buscando... Buscando dije? Nah!!!! Me hacía la boluda y lo junaba de refilón.
Mariano se animó y se mandó mano a la bragueta para acomodar el pájaro y el nido; igualito al Diego en el Mundial, se acuerdan?
Me mordí los labios. Me latió la concha de repente. Hice agua bah!
Hagamos un breve paréntesis. Creo necesario aclarar algo:
Venía de pasar una situación fea, donde un forro se propasó, y horas después estaba con ganas de voltearme a mi defensor. Esto podría llevar a pensar; "Qué puta, tenía razón el tipo que la apoyó, le gusta la pija".
Se como funciona la mente masculina, por eso aclaro; Una es puta con quien se le canta el orto. Si venís de prepo a apoyarme la verga y tratarme de putita; NO BOLUDO, te comiste cualquiera, yo me hago respetar. Soy una mujer, una dama. En la intimidad, cuando me cabe un hombre, ahí si, soy todo lo puta que quiero, pero porque YO LO ELIJO. Entonces, en ese momento, ya pasado el mal trago, la malasangre, estaba con ganas de sacarme la mufa y me pintó el deseo con Mariano. Y ambos lo quisimos y se dió DE MUTUO ACUERDO.
Hecha la aclaración (valedera para mí) sigamos con la historia.
Con las latitas de cerveza en la mano (me pareció una boludez servirlas en vaso) volví al living y dándole una pregunté:
-Por qué brindamos bombón?
Mariano sonrió, tímido el pendejo, pero bonito, morocho, ojos claros, espaldas anchas...
-Bueno, mañana es mi cumpleaños!.- Me respondió.
-Uy!!!! Siiii! Dale! brindemos! que lindo!!!
Le festejé abrazándolo.Pensé que mi héroe merecía algo especial, pero dudaba. Fué entonces que pasó. Su notoria erección, la sentí patente rozar contra mis muslos. Mariano estaba al palo y yo me lubriqué, irremediablemente me mojé toda.
Ya los dados estaban lanzados. "A la mierda el código" pensé. Estaba caliente y necesitaba desahogarme con un buen polvo.
Hicimos el brindis, "chin-chin" y un trago. Puse música. El universo conspiraba para que todo "acabara" en lo que acabaría. Sonaba un lentazo en la radio.
-Bailamos?.-Propuse.
Nos pegamos al toque. Mariano ya estaba menos tímido, pero noté como puso distancia entre su pedazo y mi figura, todo un caballero, y además parecía aborchonado, indeciso.
Pero no le duró mucho; lo atraje hacia mí agarrándolo de las nalgas y volví a sentir esa poronga, esta vez frotándose de mi entrepierna a mi muslo, mientras bailábamos super-pegaditos. Apoyé mi cabeza en su pecho y disfruté ese miembro restregándose contra mí.
Llevabámos bailado mas de medio tema, y, pensé que ya no se iba a animar a dar un paso mas, cuando de una, su mano bajó de mi cadera a mi nalga, primero apenas apoyada, palpando, pero enseguida me sobó el cachete y coló, tanteando la profundidad, los dedos en la rajita del culo.
Me lancé con todo. Le puse un chupón en el cuello mientras mis dedos se enredaban en sus cabellos. Gemí.
-Luli...-Me dijo en un susurro
-No digas nada hermoso.-Lo interrumpí con otro pico.
Ahora ya sentía ambas manos manosear mi cola. La calza se me hundía en el ojete, empujada por sus ansiosos deditos. Los pezones se me pusieron como piedritas, le comí la boca de una, mandándole la lengua hasta la garaganta.
Me lo trancé de una forma bestial, manchándolo con mi lápiz labial rojo desde el cuello hasta la boca.
Me dejó una mano en el orto y la otra se fue a visitar mis tetas, me sorprendió como me acarició, con una suavidad y ternura que me hicieron hervir la cajeta.
Yo estaba encendida, una loba dispuesta a todo, quería arrancarle la ropa a manotazos y cogérmelo a lo animal, pero el me tocaba de una manera tan sensual que no hacía mas que ponerme a mil.
Lo llevé al sofá. Lo senté y me arrodillé delante de él.
-Voy a darte tu merecido premio bombón!
Le desabroché la bragueta, y saqué su verga por el agujerito del bóxer. No le saqué la mirada de la suya ni un instante. Le pasé la lengua desde el nacimiento del tronco, casi tocando las peludas bolas, hasta la cabecita.
Gemía desesperado pobrecito.
Se agarró como clavando las uñas en el cuero del sofá y me dejó hacer.
Tenía una verga mas que respetable, bien venosa, respingadita, con un tronco grueso y cabezona, tipo honguito, esas cabecitas en las que se separa bien el glande del tronco y el "sombrerito" se destaca y se saborea mejor. Me explico? Las que chupamos pijas me sabrán entender!
A mi me gusta jugar con la lengua en esa zona. Sujetar con firmeza la poronga con la boca, a la altura donde nace la cabeza, y darle al glande una pulida importante con lenguetazos rapidísimos que rozan provocando un cosquilleo que los enloquece. Le daba y la daba hasta que me dolían los músculos de la lengua.
Entonces volvía a felarlo tragando todo lo que podía y aplicándole el sube y baja, que de a poco aumentaba en intensidad y rapidez. Mariano no decía palabra. Sólo lo escuchaba gemir y exclamar largos;
-Aaaahhhh!!! Aaaahhh!!!
Lo sentí acariciar mi cabeza, un tierno el!!! Me gustó el hecho de que no se dejó llevar por el "sindrome del pornostar", ese raro mal que afecta a los hombres y por el cual creen que agarrándonos de la nuca o de los pelos cual estúpidos cavernícolas y empujándonos la cabeza con todas sus fuerzas, vamos a hacerles una garganta profunda de lo mas contentas! Manga de pelotudos; LEAN ESTO: NO disfrutamos tragar una verga de prepo y quedar al borde de la arcada.
Nos gusta saborearla y buscar la profundidad en la cual nos sentimos bien, a gusto, "llenitas", por eso no sean bestias, dejen que el ritmo lo llevemos nosotras, no necesitamos esa clase de "ayuda"!
Vuelvo gente, les decía que le estaba peteando la pija al cadete de la empresa en el living de mi casa, arrodillada ante el, sacando bien el orto que tenía encarnado en unas calzas de esas que te marcan hasta los pendejos de la concha.
Me sobresalía el triángulito de la tanga, ya que en esa pose, la calcita se me bajó varios centímetros y la vista no hacía mas que enfermar de calentura a mi héroe.
-Luli acaboooo!!!
Por supuesto que Mariano me avisó! No esperaba otra cosa de un caballero.
Me encanta recibir la lechita en la boca, pero siempre me gusta que me avisen cuando llega la hora del ordeñe final. Una sabe prepararse para ese lechazo que, según los que saben y hacen estudios pelotudos, sale a 45 Km/hora aproximadamente y te puede ahogar si no estas lista para "acogerlo" como se debe!
Cuestión que puse la lengua como escudo delante de mi garganta, para frenar la andanada de lechazos y al toque sentí el manjar acuoso, espeso, tibiecito, inundando mis boca.
Se retorció incontrolablemente, meneaba el pubis como en espasmos, mis dedos acariciaban sus pelotas.
-Toda bebé, toda la quiero. Le supliqué cuando los chorros lácteos iban perdiendo fuerzas.
Me encantó verlo morderse otra vez el labio inferior, con los ojos cerrados, temblando! Porque le temblaron las patitas mientras se corría todo en mi boca.
Se la lamí hasta que empezó a bajársele.
Me incorporé. Le metí un chuponazo en la boca, el busco meter su lengua, otro detalle que le sumó puntos, porque a los tipos les gusta que le mamen la pija y les traguen la leche, pero te levantás de esa grata tarea y los hijos de puta TE SACAN LA BOCA!!!!
La puta madre que los parió!!! Es SU leche la que me acabo de tragar, por lo menos dame un beso pedazo de forro!, Comeme bien la jeta, meteme lengua y saliva!
Pero no se imaginan cuántos boludos me encontré que me pedían que me vaya a enjuagar la boca!
Los sacaba cagando!!! NO sean FORROS chicos! El sabor a leche no los va a volver putos!!!! Nunca supe de una mina que le diga a un tipo; "anda a lavarte la boca" después de que le coma la cajeta, pero sí al revés, y es indignante!
Una vez mas, regresemos, jijiji, me fui al pasto no? Derrapé!
Me tranza ahí sentadito, con el pito fofo, muerto de costado sobre el pantalón. Me separo. Me bajo las calzas hasta los tobillos. Como puedo, maniobro hasta el sofá y me siento, abriendo bien las piernas, con la diminuta tanga mostrando mucho mas de lo que tapaba.
-Vení Marian; te toca a vos!.-Lo invité con mi voz bien sugerente, bien de trola.
Continuará, sé que les da paja leer mucho,
por eso va en 2 episodios
por eso va en 2 episodios
😉
AQUI LA PARTE II CHICOS!
18 comentarios - De souvenir, mi tanga, de regalo, mi cola
preciosa
PD: quien es la señorita?
Tenemos pequeñas diferencias físicas, pero
en actitud somos gemelas! 😉
Es cierto da pereza leer los largos, pero este es uno de esos relatos qe te enganchan y quieres leer mas.
Gracias 🙂
PD: te dejo puntitos...
exitante
Lo de que te empujen la cabeza para que les hagas garganta profunda, a algunas mujeres si les gusta, hasta las arcadas les gustan. Pero como cuando yo chupo una verga no me gusta que me empujen yo tampoco empujo jjajjjaja
Deberias pensar seriamente..en ser ewcritora...si es q ya no lo eres