Hoy, me reconozco y autodefino como una señora, casi cuarentona, segura y autosuficiente. Una hembra, que con sólo algunos comparte quien le gusta ser en la intimidad absoluta.
No son pocos los que se sorprenden al descubrir mi tremenda devoción por mamar descontroladamente pijas duras y venosas… como buena puta que soy, adoro chuparlas y atragantarme con ellas hasta inundar de leche mi boca carnosa ( aunque ella sea un tanto pequeña para mi gusto)
Hacía tiempo que andaba necesitando algo que fuera especial, algo que fuera “inmune al olvido”… tampoco es que llevara un aviso adosado a mi espalda, pero…. digamos que buscaba una experiencia distinta, en rigor…. tenía más ganas de coger que de vivir!!
Fue así que, uno de esos días en que acostumbro tenderme en mi sofá (testigo fiel de todo cuanto hago para autoconocerme) me sorprendí riendo pícaramente al recordar las veces que de chica fantaseaba con descubrir el impacto de mi primer beso, en la boca de ese adolescente apenas mayor que yo, que con sus sueños de pintor prestigioso, en ese entonces oscilaba entre el descontrol y las pinturas. No fueron escasas las veces en que sentí tremendo impulso de sujetarlo de su bufanda de jersey negro, lamerlo íntegro y sacarme las ganas de una vez y para siempre. Aunque en realidad siempre terminábamos en un abrazo tan impresionantemente cálido y contenedor como frío y vacío a la vez.
Decidiendo no seguir prendada a los recuerdos y buscando satisfacer aparentes necesidades busqué distracción e inspiración en uno de mis jueguitos favoritos… una verga de goma descomunal!!!! la adquirí en mi último viaje a capital y su compra es digna realmente de otro capítulo de esta historia… De sólo tenerla entre mis manos e imaginar la cara de su dueño de turno; comenzó a elevarse mi temperatura, mis pezones se erizaron, mi boca repleta de baba y mi bajo vientre húmedo se la disputaban… me calentaba escupirla y luego sentir esa baba hirviendo dentro de mi concha; en sólo un minuto me encontré estrangulando un almohadón con mi mano, hundiendo mi cabeza en otro… por momentos lo mordía fuertemente como si tuviera que contener ese increíble orgasmo que estaba sintiendo… fue precisamente en ese instante en que la puta reventada que vive dentro de mí, sintió la necesidad de un buen macho, de un macho con todas las letras, uno que me cogiera como hacía rato que no lo hacían o lo que es mejor aún… uno que me empernara como ningún otro lo había hecho…
Enloquecida, recurrí a un amigo que hacía tiempo no veía; tenía ganas de jugar un rato y le propuse encontrarnos en el festejo del carnaval del pueblo… le pedí se disfrazara y me sorprendiera……. Vaya si lo hizo ¡!! El muy hijo de puta divisó mi pollera de jeans cortona, mis sandalias tan altas como llamativas combinadas con una romántica blusa blanca que, humedecida por la espuma dejaba traslucir el encaje de mi ropa….se puso detrás de mí, no entendí el susurro pero reconocí su voz y al girar desconcertada, me impactó enfundado en una sábana blanca que lo cubría de pies a cabeza… más impacto recibí el comprobar que una malla enteriza de color celeste no alcanzaba para ocultar su pecho de macho cogedor y mucho menos lograba disimular su tremendo bulto hinchado. La sorpresa inicial comenzó a transformarse en incontrolable calentura cuando abrió sus brazos nuevamente para abrazarme y envolverme junto a él….. inexplicable la sensación que me embargó el sentirlo apretado a mí…. Con disimulo levante mi pollerita, me entregué al roce tan profundo como desubicado… amparada por su tela blanca… osé agacharme para enloquecerlo con una incipiente mamada de niña inocente…. El lugar no era el apropiado para que embadurnara mi cara, entonces, ofrecí esperarlo en unos minutos en la antigua estación junto al carromato del cuidador de trenes… Quería impacientarlo para que su calentura pudiera dominarlo… escondida …lo ví llegar acomodándose la entrepierna …. una música suave comenzó a sonar desde el viejo carromato…
Continuará…
No son pocos los que se sorprenden al descubrir mi tremenda devoción por mamar descontroladamente pijas duras y venosas… como buena puta que soy, adoro chuparlas y atragantarme con ellas hasta inundar de leche mi boca carnosa ( aunque ella sea un tanto pequeña para mi gusto)
Hacía tiempo que andaba necesitando algo que fuera especial, algo que fuera “inmune al olvido”… tampoco es que llevara un aviso adosado a mi espalda, pero…. digamos que buscaba una experiencia distinta, en rigor…. tenía más ganas de coger que de vivir!!
Fue así que, uno de esos días en que acostumbro tenderme en mi sofá (testigo fiel de todo cuanto hago para autoconocerme) me sorprendí riendo pícaramente al recordar las veces que de chica fantaseaba con descubrir el impacto de mi primer beso, en la boca de ese adolescente apenas mayor que yo, que con sus sueños de pintor prestigioso, en ese entonces oscilaba entre el descontrol y las pinturas. No fueron escasas las veces en que sentí tremendo impulso de sujetarlo de su bufanda de jersey negro, lamerlo íntegro y sacarme las ganas de una vez y para siempre. Aunque en realidad siempre terminábamos en un abrazo tan impresionantemente cálido y contenedor como frío y vacío a la vez.
Decidiendo no seguir prendada a los recuerdos y buscando satisfacer aparentes necesidades busqué distracción e inspiración en uno de mis jueguitos favoritos… una verga de goma descomunal!!!! la adquirí en mi último viaje a capital y su compra es digna realmente de otro capítulo de esta historia… De sólo tenerla entre mis manos e imaginar la cara de su dueño de turno; comenzó a elevarse mi temperatura, mis pezones se erizaron, mi boca repleta de baba y mi bajo vientre húmedo se la disputaban… me calentaba escupirla y luego sentir esa baba hirviendo dentro de mi concha; en sólo un minuto me encontré estrangulando un almohadón con mi mano, hundiendo mi cabeza en otro… por momentos lo mordía fuertemente como si tuviera que contener ese increíble orgasmo que estaba sintiendo… fue precisamente en ese instante en que la puta reventada que vive dentro de mí, sintió la necesidad de un buen macho, de un macho con todas las letras, uno que me cogiera como hacía rato que no lo hacían o lo que es mejor aún… uno que me empernara como ningún otro lo había hecho…
Enloquecida, recurrí a un amigo que hacía tiempo no veía; tenía ganas de jugar un rato y le propuse encontrarnos en el festejo del carnaval del pueblo… le pedí se disfrazara y me sorprendiera……. Vaya si lo hizo ¡!! El muy hijo de puta divisó mi pollera de jeans cortona, mis sandalias tan altas como llamativas combinadas con una romántica blusa blanca que, humedecida por la espuma dejaba traslucir el encaje de mi ropa….se puso detrás de mí, no entendí el susurro pero reconocí su voz y al girar desconcertada, me impactó enfundado en una sábana blanca que lo cubría de pies a cabeza… más impacto recibí el comprobar que una malla enteriza de color celeste no alcanzaba para ocultar su pecho de macho cogedor y mucho menos lograba disimular su tremendo bulto hinchado. La sorpresa inicial comenzó a transformarse en incontrolable calentura cuando abrió sus brazos nuevamente para abrazarme y envolverme junto a él….. inexplicable la sensación que me embargó el sentirlo apretado a mí…. Con disimulo levante mi pollerita, me entregué al roce tan profundo como desubicado… amparada por su tela blanca… osé agacharme para enloquecerlo con una incipiente mamada de niña inocente…. El lugar no era el apropiado para que embadurnara mi cara, entonces, ofrecí esperarlo en unos minutos en la antigua estación junto al carromato del cuidador de trenes… Quería impacientarlo para que su calentura pudiera dominarlo… escondida …lo ví llegar acomodándose la entrepierna …. una música suave comenzó a sonar desde el viejo carromato…
Continuará…
4 comentarios - Encontré el diario de mi vieja (Ep.1)