TIA Y SOBRINO, AHORA AMANTES
Después de poringuear hasta la madrugada
Guille se quedó dormido, harto de matarse a pajas.
Se había quedado en casa de sus tíos ese finde
para salir de paseo, pero el plan se complicó.
Su tío recibió un llamado urgente de la oficina
que sospechosamente demandaba su presencia
para "resolver una compleja situación", según afirmó.
Se fué de madrugada casi, aún no amanecía.
Ni se despidió, dejando a la siempre caliente
Tía Betty sola en casa con el joven semental.
Un par de horas después, salía el sol cuando
Betty se levantó, no podía dormir pensando;
convencida de ser la nueva cornuda del edificio.
Su marido estaba raro; olfateaba trampa en el aire.
Y le hirvió la sangre. No iba a quedar asi la cosa!
Se la iba a hacer pagar al forro! Lo tenía que cagar.
Le pondría los cuernos, asi tuviera que cogerse
a su propio sobrino, el macho que tenía mas a mano.
"Un plan sencillo; calentar al sobrino, provocarlo
y pegarle una olímpica garchada", pensó.
"Un polvazo para emparejar cuentas!".
Pero dudaba, el péndex era familia y no se decidía,
aunque sólo pensar en esa posibilidad la excitó,
Le mojó la bombacha, la dejó alzadísima.
Pensó en enchufar a 220v el consolador mas grande
que tenía y darse murra hasta desmayarse.
Pero quería algo mas que una verga de goma.
Sin importarle parentescos, se decidió a buscar
a su sobrinito, y provocarlo con todas sus dotes
y artimañas de golfa, ramera, trotacalles, tiragomas.
Puta, bah! Puta, veterana en las lides del sexo.
Betty asomó la cabeza y se le hizo agua la boquita...
Acercándose en puntas de pie, ebria de deseo,
Betty quedó al pie de la cama admirándolo.
-"Cómo te cogería pendejito!!!".-Pensó para sí.
Se arrimó despacito y apoyándole sus ricas tetas
en la espalda sintió como le palpitaba el ojete.
Ahí nomás arrancó a chuparle el lóbulo de la oreja,
lamerle el cuello y susurrarle groserías al oído.
Guille sólo se dió vuelta, dormido, y quedó boca arriba.
Betty sintió un río de lava fundida
bajándole por entre las piernas.
Se había mojado de una manera increíble.
No pudo resistir la tentación
No pudo aguantarse las ganas de mirársela
Sospechó que debajo de esas sábanas
Guille dormía en pelotas y no le erró.
Con delicadeza, levantó la tela floreada
Su pulso se aceleró, estaba desnudito!
Ya no había vuelta atrás...
Descansaba el guerrero, fláccido, entre las piernas
Los ojos de Betty se desorbitaron ante el espectáculo
El pedazo de carne, ahora fofa, aletargada,
debía ser suyo a toda costa.
Ya no alcanzaba con mirar, quería mas.
Tocar, besar, chupar, lamer, succionar, tragar.
Acercó la mano al pelado con polera
era momento de despertarlo y llevarlo al ring.
Betty estaba lanzada, acomodó la verga
y de una se la tragó, asi desinfladita como estaba.
La salivó con ganas, se adivinaba dentro de su boca
la lengua furiosa luchando con el glande
zamarreándolo a lengüetazos certeros y afiebrados
Esa poronga no tardaría en despertarse
La vete puso todo su repertorio bucal en escena,
se desafió a sí misma a poner rígida aquella polla.
Ahora el ataque de Betty era arrollador!
Rato después decidió darle tregüa al miembro.
Quería a Guille despierto, consciente de su suerte
Quería que gozaran juntos este momento sublime
Comenzó a ascender dibujando un surco de besos
y lamidas en la piel, hizo una pausa para que sus tetas
cobijaran un instante, aquella verga que la emputecía.
Casi llegando a la tetilla, lo sintió despertar al fin
-Eh? Qué? Tía? Ahhh! Tía? Seee! Seee Tíaaa!!!.
El pendejo no podía creerlo.
Tantas veces había soñado con aquel día!!!
Tantas veces había soñado cogerse a su Tía!
-Asee Tia! Haceme de todo Tía, te voy a coger tanto!
Desencajado, estremeciéndose entero, él suplicaba mas.
Y ella respondía. Cachonda y salvaje, hecha una leona
lamiéndole el pecho, besando y mordisqueando.
Betty no le hablaba. Pero su cuerpo ya pedía a gritos
que saciaran su irrefrenable ansia de sexo...
Fue a buscar desesperada la boca del mancebo
hundiendo la lengua en sus humedades bucales.
La mano izquierda atrapó al pájaro con fuerza
y lo zarandeó con el mismo ímpetu
con el cual se morreaban sus bocas.
Sintió la carne endurecer irremediablemente
la bombachita desbordada, excedidamente lubricada
Ella simplemente se acomodó para un 69
Le puso el culo, paradito, en la cara.
Le dejó la concha embadurnada en flujos
a merced de su boca. Guille sintió el aroma
el inconfundible olor a hembra, a sexo empapado
Tuvo que correr la bombacha a un costado
para observarla en todo su esplendor.
Enterró su lengua en las profundidades de la cuevita
y entonces supo lo que siempre se preguntó;
Betty tenía la argolla peludita, menuda, saladita.
El asterisco del orto no se salvó de sus lamidas.
Mientras tanto, al sur del rostro de Guille
Betty sostenía la verga dura y venosa
chorreante de su propia saliva
Le propinaba una mamada frenética
acariciándole las pelotas con las uñas
succionando el glande con fuerza,
Subía y bajaba la cabeza en infernal vaivén
Retiró la veterana su sexo de la boca del sobrino
deslizándolo hasta quedar sobre el enhiesto miembro.
De espaldas a Guille se enterró la chota de una
sin sacarse la bombachita floja, apenas apartándola
sintió abrirse paso en su interior aquel pedazo
y no pudo reprimir un estruendoso gemido
-Ahhh!!! Siiii!!! Cogemeeeee!!! Asiiiiiiiiii!!! Ahhhhh!!!
Montada al muchacho, cabalgando fuera de si,
sentía las manos de Guille atenazándole la cintura
para acentuar la violencia del frenético sube y baja.
Crujía el sillón al compás de las recias embestidas.
Cerró los ojos, tembló entera, arqueó la espalda,
sintió llegar el primer orgasmo. Se sintió derretir.
Los pezones sobresalían del desordenado corpiño
su piel se erizaba en cada estremecimiento bestial
-Cogeme nene! Cogeme bebe! Asi, asi, asi! Dame! Dame!
Adéntrase, erguido, férreo, el tenaz ariete de carne
entre los resbalosos pliegues de la candente vulva,
doblegando la cordura de la ardiente amazona.
-Cogeme pendejo y la reputa madre que te parió!
Brama, trastornada por la lujuria, Lady Betty.
Él, sin sacársela, maniobra y entrecruza las piernas,
acomodándola en una perfecta "tijereta".
El bombeo avasallador se reanuda sin respiros.
-Splachs! splash! splashs!.- Sólo se oía el chapoteo.
Más y más fuerte, serruchábanse los sexos encendidos.
Betty estaba prácticamente vestida, ni los zapatos
alcanzó a quitarse ante tamaña calentura
y llevaba un par de gloriosos orgasmos en su haber.
De pronto; levantó en el aire el vigoroso sobrino
a la promiscua Tía, aferrándole las pulposas nalgas.
La ubicó en el piso, sobre la suave alfombra, y siguió;
más rápido, más intenso, cada vez mas y mas fuerte.
Ahora podía lamer y morder sus erectos pezones
mientras la bombeaba, mientras la miraba perderse
en ese violentamente dulce mar de indecencia filial
-Cogeme todaaaaa!!! Si! Si! Si papito!!!.-desesperaba ella
El joven la sorprendió. Tenía un aguante inusitado
-Ahhh!!! Siiiii!!!.- Los gritos llenaban la habitación
desgarrándose en mórbidos alaridos de hembra en celo
Sin mediar palabra, como ensayada coreografía,
ambos se separaron, ella se puso en cuatro
levantando bien el culo, a la altura de la verga
de Guille, que se sentó en el borde del sillón.
-Juguemos a la Basurita.- propuso ella, cachonda.
-Yo me tiro al piso; vos me RECOGÉSSSS!!!.- acentuó
esto último con voz aguardentosa de rea cabaretera.
Apoyó manos y cabeza en el suelo, regalando culo.
Guille bombeaba desesperado, dolíanle los huevos
de chocar la vulva. Estaba a punto caramelo.
Ella advirtió los inconfundibles latidos de la verga
esos espasmos tan particulares que anuncian el clímax
-No me acabes adentro papito! No me estoy cuidando!
Son eternos los segundos entre la palabra y la acción.
Guille intenta obedecer pero el primer lechazo inunda
irremediablemente el útero de la hermana de su madre.
Quita la poronga de la infernal cueva nerviosamente
la leche brota con menos fuerza, formando
un lácteo río entre los canales de las nalgas,
arriba, donde nace esa voluptuosa cola.
El final no fue el soñado. El esperma bulle
en el interior de Betty; que sin embargo,
llega a un nuevo e inesperado orgasmo.
-Ahhh!!! Siiiiiiii!!! AHHHHH!!! Ahhh!!!! Si! SI!
Tiembla, incontrolablemente, la sensual veterana
Betty capta la incomodidad de su sobrino
e intenta soslayar lo ocurrido:
-No te preocupes mi amor. Esto podía pasar.
tomaré la pastilla del día después y si eso
no resulta, lo hacemos cargo a tu tiíto!!!.-Bromeó.
-Sos mi semental pendejo, sos todo mío
y me vas a coger cuando quieras.-Le avisó.
Se besaron, cómplices, cansados, con la
piel aún abrasada en las llamas del pecado.
FIN
4 comentarios - Tía y sobrino, ahora amantes