Por supuesto una que otra vez había fantaseado con Bella, pero esto me superaba, había perdido a mi mejor amigo y nos encontraríamos viviendo ella y yo solos, un mes en casa.
Tendría que manejar mis impulsos, no quiero mancillar la memoria de mi querido amigo. Y esperaba que ella también pudiera mantenerse en el respeto de su difunto marido...
La mañana que la esperé en Ezeiza era absolutamente gris y otoñal, el cajón fue directo a la sala velatoria donde lo esperaba la familia de Marcos, amigos no tenía ya que su comportamiento nunca había sido ejemplar como para cosechar demasiado.
Anabella salió detrás de la puerta corrediza caminando lentamente y con la cara muy pálida. Estaba, aunque demacrada, deslumbrantemente hermosa. Vestía de negro y se acaba de maquillar un poco en el baño del aeropuerto.
Nos fundimos en un abrazo interminable, sin decirnos nada, sólo se oía mi respiración contenida y su llanto ahogado.
Directamente fuimos en mi auto para el velatorio. Ella sentada a mi lado sin pronunciar palabra y yo relojeandola cada tanto. Mantenía ese cuerpo turgente que siempre la había hecho única, piernas como esculpidas en mármol, y una cola de ensueño. No podía creer que estuviera pensando en esto. Será que en momentos difíciles uno se aferra a la vida? y bueno, el sexo es vida...
La familia de Marcos despreciaba a Bella, apenas la saludaron al llegar, mientras que a mi me abrazaron emocionados. Por esa razón se mantuvo casi todo el tiempo a mi lado, enigmática. Cada tanto iba hacia donde estaba el cajón y volvía adonde estaba yo, como oscilando entre los dos.
Ese día fue larguísimo y más para Bella que llevaba días sin apenas dormir. A la noche nos dirigimos a casa y al llegar le indiqué dónde estaba su cuarto, el baño y le dejé toallas para que se duchara y relajara. Al sentarse en la cama, se derrumbó. Comenzó a llorar de una manera desconsolada, rápidamente me senté a su lado y la abracé fuerte para que llorara en un pecho de hombre. Me abrazó fuerte y así estuvo un largo rato mientras la besaba suavemente en la frente y secaba sus lágrimas con mi mano.
Al salir del baño lucía hermosa, relajada, envuelta en una bata de seda, descalza y más tranquila. La esperé con una cena rápida y un buen vino, como el que tomábamos en los buenos tiempos.
Cenamos en el sofá, bebimos, fumamos y charlamos. Ella con las piernas recogidas sobre el sofá se veía majestuosa, la piel rosa, sensual y su cutis angelical, aunque sabía que era muy perversa por medio de marcos, parecía una santa.
- Gracias Poro... no sabes lo que significa esto para mi...
- Bella por favor! es lo mínimo que puedo hacer por ustedes.
-Sabés que?- preguntó enigmática
- Qué?
- Marcos me engañaba...
- Cómo?
-Sí..., cuando le dio el infarto estaba con una amiga mía, mi mejor amiga...vos podés creer?
(Continuará...)
Tendría que manejar mis impulsos, no quiero mancillar la memoria de mi querido amigo. Y esperaba que ella también pudiera mantenerse en el respeto de su difunto marido...
La mañana que la esperé en Ezeiza era absolutamente gris y otoñal, el cajón fue directo a la sala velatoria donde lo esperaba la familia de Marcos, amigos no tenía ya que su comportamiento nunca había sido ejemplar como para cosechar demasiado.
Anabella salió detrás de la puerta corrediza caminando lentamente y con la cara muy pálida. Estaba, aunque demacrada, deslumbrantemente hermosa. Vestía de negro y se acaba de maquillar un poco en el baño del aeropuerto.
Nos fundimos en un abrazo interminable, sin decirnos nada, sólo se oía mi respiración contenida y su llanto ahogado.
Directamente fuimos en mi auto para el velatorio. Ella sentada a mi lado sin pronunciar palabra y yo relojeandola cada tanto. Mantenía ese cuerpo turgente que siempre la había hecho única, piernas como esculpidas en mármol, y una cola de ensueño. No podía creer que estuviera pensando en esto. Será que en momentos difíciles uno se aferra a la vida? y bueno, el sexo es vida...
La familia de Marcos despreciaba a Bella, apenas la saludaron al llegar, mientras que a mi me abrazaron emocionados. Por esa razón se mantuvo casi todo el tiempo a mi lado, enigmática. Cada tanto iba hacia donde estaba el cajón y volvía adonde estaba yo, como oscilando entre los dos.
Ese día fue larguísimo y más para Bella que llevaba días sin apenas dormir. A la noche nos dirigimos a casa y al llegar le indiqué dónde estaba su cuarto, el baño y le dejé toallas para que se duchara y relajara. Al sentarse en la cama, se derrumbó. Comenzó a llorar de una manera desconsolada, rápidamente me senté a su lado y la abracé fuerte para que llorara en un pecho de hombre. Me abrazó fuerte y así estuvo un largo rato mientras la besaba suavemente en la frente y secaba sus lágrimas con mi mano.
Al salir del baño lucía hermosa, relajada, envuelta en una bata de seda, descalza y más tranquila. La esperé con una cena rápida y un buen vino, como el que tomábamos en los buenos tiempos.
Cenamos en el sofá, bebimos, fumamos y charlamos. Ella con las piernas recogidas sobre el sofá se veía majestuosa, la piel rosa, sensual y su cutis angelical, aunque sabía que era muy perversa por medio de marcos, parecía una santa.
- Gracias Poro... no sabes lo que significa esto para mi...
- Bella por favor! es lo mínimo que puedo hacer por ustedes.
-Sabés que?- preguntó enigmática
- Qué?
- Marcos me engañaba...
- Cómo?
-Sí..., cuando le dio el infarto estaba con una amiga mía, mi mejor amiga...vos podés creer?
(Continuará...)
9 comentarios - La viuda de mi mejor amigo (Qepd) EP.2
van puntos. y reco
Ansioso por la tercera.
Muy buen relato
Gracias por compartir