Buenas mis amigos de P!, cuando comence a postear la historia nunca pense que tuviera tan buena aceptación de su parte, y agradesco sus comentarios, que me interesan mucho, ya que con ellos se cuanto les gusta a ustedes mi historia. Para ser sincero esta es la parte que mas me gusta y calienta, los dejo a ustedes decidir y espero sus comentarios
Besos
A la mañana siguiente Yanina se levantó antes que yo, me despertó con cálidos besos en mi boca y mi cuello, cuando abrí mis ojos ella estaba con su remera blanca sin sostén y un pantaloncito cortito que apenas la cubría dejando entre ver en la parte de la cintura una delgada bombacha, andaba descalza como le gusta andar por la casa
-Buen día mi amor, ya es hora de levantarse, mira que te traigo
Se movió y me pasó una bandeja con una taza de café y una tortita,
-No encontré una flor – me dijo con una sonrisa dulce
-Buen día mi ángel, que lindo de tu parte, y por la flor mi princesa no te preocupes ya te tengo a vos
-Que dulce – con un beso suave en nuestros labios termino la conversación
Ella también había traído para ella un taza de café con leche, que tomó sentada al borde de la cama, conversábamos de como la habíamos pasado en el bar, ella estaba encantada con todas las cosas que había hecho, yo un poco celoso cuando me contaba cómo le hablaban los clientes pero también feliz de poder tenerla junto a mí en mi trabajo.
Al terminar el desayuno yo me estaba preparando para vestirme, estaba solo con el bóxer para dormir más fresco, ella me miraba mientras me ponía el pantalón
-Antonio
- Si? qué pasa?
-Vos como decís que soy?
-No entiendo
-Anoche, muchos me decían cosas muy lindas aunque otros se propasaban un poco, pero me gustaría saber tu opinión como me describirías
-Bueno, para mi sos hermosa en todo, pero si quieres puedo darte una descripción más detallada de como yo te veo
-Si me gustaría
Sin ponerme la remera que tenía preparada para ponerme esa mañana, me acerqué a ella dando pasos pausados mientras hablaba
-Primero tenes una personalidad única, sos muy dulce con las personas que querés y muy severa cuando te enojas – eso lo he aprendido en los días que anda mal – también sé que sos muy dócil y te adaptas rápido a la situaciones
Ella me miraba con atención sentada en el borde de la cama, con una sonrisa y algo de timidez
-Cuando queres algo lo conseguís, y sos muy inteligente por cómo te va en la facu. Tu voz es muy fina y delicada y aunque te mandas unos insultos que no son de mi agrado es como una melodía. Tu risa es contagiosa hasta incluso en los momentos más tristes y tu llanto desgarra cualquier alma
Llegue junto a ella, tomándola del brazo suavemente la levante, poniéndola frente a mí con la cama a sus espaldas
-Tu pelo negro como el azabache, largo y lacio, es uno de los más lindos que conozco y a nadie le queda mejor
-Que halagador
-Vos me pediste que te describiera, y lo voy a hacer lo mejor que pueda, pero no hables
-Bueno, pero si no me gusta lo que decís me voy – sonriendo en picaría.
-Tu piel blanca es tan suave y delicada que se eriza con el mínimo toque de mis manos – tome las suyas y fui subiendo por sus brazos con delicadeza, con lo que sentía como se erizaba tal como había descripto
-Tu cara es casi perfecta – lleve suavemente mis manos por su cuello tomando delicadamente su cabeza entre ellas – tus pómulos son muy suaves y se sonrojan cuando te emocionas - mis dedos pulgares recorrieron sus pómulos. Me acerque un poco más, ella abrió su boca como para besarme, pero yo simplemente bese sus pómulos con cariño
-Tus ojos son grandes y en ellos está escrita tu vida – los bese el derecho primero luego el izquierdo – son celestes como el cielo en un día muy claro y sin nubes
-Tu nariz del tamaño justo coincide completamente con tus ojos es preciosa con una pequeña inclinación, terminando en una punta muy llamativa – bese la puntita de su nariz
-Tu cuello es fino y delicado y guarda el olor de tu cuerpo – puse mi cabeza en su cuello mientras lo decía, disfrutando de su perfume, dejando que mi aliento se deslice por su cuello provocando un estremecimiento en su cuerpo, dando un suave beso con mi boca abierta
-Tu boca muy bella y termina de dar perfección a tu cara, tus labios finos de color rosa que más de una persona debe de desear besar – tome su barbilla con mi mano y lentamente lleve mis labios hasta los suyos haciéndola vibrar de placer, en un beso cálido y cargado de amor que duro un momento
-Tu pecho - dije levantando su remera y sacándola, llevando mi cara hasta el final de su cuello – es del tamaño perfecto – llevé mis manos por debajo del final de su pecho – cada uno de tus pechos tienen un aroma delicado y son muy dulces – mis besos comenzaron al comienzo de sus pechos recorriéndolos en toda su extensión primero con el derecho, con mis manos subía lentamente tomándolos en el momento exacto en que termina de besar el izquierdo – tus pezones son una delicia, rosados, responden inmediatamente al contacto con mi piel, duros firmes – bese sus pezones y los lamí un poco, luego cambiando los succionaba con delicadeza, ella gimió levemente casi en un suspiro,
-Tu abdomen plano, es suave y delicado, se siente el calor cuando pongo mi mano y sientes coquillas cuando le doy besos – mis besos recorrían su panza yendo de arriba abajo y en círculos alrededor de su ombligo
Me levante, la bese suavemente en los labios lo que le provocó un largo suspiro. La hice voltear suavemente mientras mis ojos la comían, le desprendí el pantalón desde atrás, y lo baje hasta el suelo dejándola solo con su tanga blanca que no era más que un hilo con algo de tela adelante, me enderecé
-Tu espalda es el camino de los dioses, tan fina, suave y delicada – mis manos la recorrieron entera y le di un beso en el final de su cuello.
Bajé un poco más mis manos y acaricie suavemente su cola
-Tu cola igual que el resto de tu cuerpo es suave, bien paradita y durita, el deseo de muchos y la envidia de otros – me agache y le empecé a besar la cola
-No.. – dijo cuando sintió el primer beso
-Shh.., tranquila – le dije en un susurro
Sabía que ella no me dejaría llegar muy lejos con su cola, para ella era más un martirio que un tabú, pero igual separe un poco sus nalgas y le di un suave beso en el agujerito de su ano, eso la estremeció entera, podía ver como temblaban sus piernas con aquel suave y delicado beso.
-No, por favor para – me dijo con un temblor en la voz
Inmediatamente me levente, la volví a poner frente a mí y la apreté con fuerzas contra mi cuerpo, nuestros labios apenas se rozaron, en un suave beso, que nos hizo calentar más.
La tome con una mano del cuello por la nuca y la otra en el medio de la espalda y la recosté en la cama, con las piernas colgando en el borde.
-Todavía no he terminado, sigo?
-Si – casi en un susurro
Tomé sus piernas y las levanté con delicadeza
-Tu pies son tan delicados, suaves pero también fuertes – bese uno por uno los dedos de cada pie
-Tus piernas, son hechas por las manos de un dios amante – mis mano las recorrían desde los tobillos hasta el comienzo de los muslos, besaba con pequeños besos sus muslos mientras mis manos se dirigían hacia su entrepierna.
-Tu vagina bien cuidada como lo sabes hacer, es dulce y suave como el resto de tu cuerpo, sus tonos rosados le dan una belleza única – mis manos la tomaron de los muslos muy cerca de su entrepierna, con un dedo pulgar separé aquella delgada tela que cubría su hermosa femineidad, y le bese, bese toda su vagina deleitándome con su dulzura, sintiendo como sus jugos salían los cuales sorbía con amor.
Ella comenzó a gemir un poco más fuerte cuando mi lengua sustituyo los besos, llevo sus manos hasta mi cabeza y tiró de mis pelos para hundirme más en su ser. Yo disfrutaba de su fluidos y su vaginita con mi lengua entrando y saliendo entre sus labios, con mis manos separé sus partes y me encontré con su pequeño botón rosado casi rojo y duro de excitación, me dedique a lamer su clítoris con avidez, luego lo besaba y jugaba con él con mis labios, incluso lo mordí suavemente, sacando grititos de placera su dueña, de repente sus piernas se tensaron, su mano en mi pelo me agarro con fuerza y me hundió todavía más, ya sabía que venía, mi boca rodeo toda su vagina mientras mi lengua continuaba dándole placer, un gemido largo y fuerte salió de du soca, sus fluidos se desbordaron en la mía, dándome de beber todo el néctar de su pasión, ya estaba como loco con el pene tan tieso que me dolía, salí de entre sus piernas y me puse a su lado, ella todavía temblaba de placer,
-Te amo – me dijo apenas en un susurro entrecortado
-Y yo también te amo a vos mi ángel
Sus pómulos se sonrojaron, y sus ojos me recorrieron el cuerpo, cuando se posaron en mi pantalón con un prominente bulto marcado, se quedaron un rato contemplándolo
-Ahora me toca a mí?
-No, no hace falta, además ya es tarde tenemos cosas que hacer
-Pero no podemos dejarte así
A lo que llevo su pequeña mano por debajo de mi pantalón y acaricio mi pene
-Huy como estamos
-Y como queres que este
Me ayudo a sacarme el pantalón y se puso sobre mí, su conchita mojaba todo el largo de mi pene mientras nuestras bocas se devoraban sin pausa, fue enterrándose de a poco, sus gemidos eran fuertes tapando los míos que solo eran un jadeo. Al llegar a la mitad de la empalada, se lanzó con fuerza enterrándose todo mi miembro en su interior, un grito de dolor y placer salió de su boca
-Huich, que grande que estamos hoy
Comenzó su cabalgata, sin detenerse, yo juagaba con sus pechos, los amasaba, los lamia y le mordía sus pezones. Se detuvo y cambio de posición, esta vez me dio la espalda, yo amasaba su cola le di un pequeño golpe por mi calentura, ella se detuvo y me miro con sus ojos celeste como rogando que no lo hiciera, un escalofrió me recorrió al contemplar su mirada, con lo que solo me dedique a amasar su cola y tomar desde atrás sus pechos, pellizcando sus pezones.
Cabalgaba como desaforada, nuestros fluidos se mezclaban y me corrían por los testículos, ella llevo sus manos a estos, los acariciaba y jugaba con ellos, la sensación era enloquecedora, no aguante mucho tiempo el jueguito y me vine sin avisarle, llenándola, sorprendida se enterró cuando sintió mi primer chorro salir, y no se movió hasta que sintió el último en su interior, sin dejar que se me bajara, se abalanzo sobre mi pene y lo limpio todo, dejándolo brillante de su saliva,
Se acostó a mi lado y nuestras bocas, se devoraron mutuamente.
-Yo quería tomarme toda la lechita – me dijo haciendo puchero con su boca en forma de pico, que me enternece
- Para la próxima mi vida, siempre hay una próxima
Puso su cabeza en mi pecho y los dos nos quedamos tirados, con nuestros cuerpos compartiendo su calor, al cabo de un rato, sentía como su respiración era muy pausada con lo que deduje que se había quedado dormida, la separe y me levante, la contemple, la viva imagen de la perfección, totalmente desnuda durmiendo plácidamente, con la cola parada, daban ganas de comérsela, su rostro tranquilo y sereno, no quise molestarla y me fui a dar un baño, mientras estaba en ello no dejaba de pensar en Yanina y en cómo estaba ella dormida en estos momentos, mi pene se puso duro nuevamente de pensar en su cuerpo y me masturbe con el agua cayendo en mi cuerpo, estuve un rato largo meneando, hasta que al fin acabé, al salir ella continuaba durmiendo esta vez en posición fetal, le tape con una sábana, y me fui a hacer mis labores
Besos
A la mañana siguiente Yanina se levantó antes que yo, me despertó con cálidos besos en mi boca y mi cuello, cuando abrí mis ojos ella estaba con su remera blanca sin sostén y un pantaloncito cortito que apenas la cubría dejando entre ver en la parte de la cintura una delgada bombacha, andaba descalza como le gusta andar por la casa
-Buen día mi amor, ya es hora de levantarse, mira que te traigo
Se movió y me pasó una bandeja con una taza de café y una tortita,
-No encontré una flor – me dijo con una sonrisa dulce
-Buen día mi ángel, que lindo de tu parte, y por la flor mi princesa no te preocupes ya te tengo a vos
-Que dulce – con un beso suave en nuestros labios termino la conversación
Ella también había traído para ella un taza de café con leche, que tomó sentada al borde de la cama, conversábamos de como la habíamos pasado en el bar, ella estaba encantada con todas las cosas que había hecho, yo un poco celoso cuando me contaba cómo le hablaban los clientes pero también feliz de poder tenerla junto a mí en mi trabajo.
Al terminar el desayuno yo me estaba preparando para vestirme, estaba solo con el bóxer para dormir más fresco, ella me miraba mientras me ponía el pantalón
-Antonio
- Si? qué pasa?
-Vos como decís que soy?
-No entiendo
-Anoche, muchos me decían cosas muy lindas aunque otros se propasaban un poco, pero me gustaría saber tu opinión como me describirías
-Bueno, para mi sos hermosa en todo, pero si quieres puedo darte una descripción más detallada de como yo te veo
-Si me gustaría
Sin ponerme la remera que tenía preparada para ponerme esa mañana, me acerqué a ella dando pasos pausados mientras hablaba
-Primero tenes una personalidad única, sos muy dulce con las personas que querés y muy severa cuando te enojas – eso lo he aprendido en los días que anda mal – también sé que sos muy dócil y te adaptas rápido a la situaciones
Ella me miraba con atención sentada en el borde de la cama, con una sonrisa y algo de timidez
-Cuando queres algo lo conseguís, y sos muy inteligente por cómo te va en la facu. Tu voz es muy fina y delicada y aunque te mandas unos insultos que no son de mi agrado es como una melodía. Tu risa es contagiosa hasta incluso en los momentos más tristes y tu llanto desgarra cualquier alma
Llegue junto a ella, tomándola del brazo suavemente la levante, poniéndola frente a mí con la cama a sus espaldas
-Tu pelo negro como el azabache, largo y lacio, es uno de los más lindos que conozco y a nadie le queda mejor
-Que halagador
-Vos me pediste que te describiera, y lo voy a hacer lo mejor que pueda, pero no hables
-Bueno, pero si no me gusta lo que decís me voy – sonriendo en picaría.
-Tu piel blanca es tan suave y delicada que se eriza con el mínimo toque de mis manos – tome las suyas y fui subiendo por sus brazos con delicadeza, con lo que sentía como se erizaba tal como había descripto
-Tu cara es casi perfecta – lleve suavemente mis manos por su cuello tomando delicadamente su cabeza entre ellas – tus pómulos son muy suaves y se sonrojan cuando te emocionas - mis dedos pulgares recorrieron sus pómulos. Me acerque un poco más, ella abrió su boca como para besarme, pero yo simplemente bese sus pómulos con cariño
-Tus ojos son grandes y en ellos está escrita tu vida – los bese el derecho primero luego el izquierdo – son celestes como el cielo en un día muy claro y sin nubes
-Tu nariz del tamaño justo coincide completamente con tus ojos es preciosa con una pequeña inclinación, terminando en una punta muy llamativa – bese la puntita de su nariz
-Tu cuello es fino y delicado y guarda el olor de tu cuerpo – puse mi cabeza en su cuello mientras lo decía, disfrutando de su perfume, dejando que mi aliento se deslice por su cuello provocando un estremecimiento en su cuerpo, dando un suave beso con mi boca abierta
-Tu boca muy bella y termina de dar perfección a tu cara, tus labios finos de color rosa que más de una persona debe de desear besar – tome su barbilla con mi mano y lentamente lleve mis labios hasta los suyos haciéndola vibrar de placer, en un beso cálido y cargado de amor que duro un momento
-Tu pecho - dije levantando su remera y sacándola, llevando mi cara hasta el final de su cuello – es del tamaño perfecto – llevé mis manos por debajo del final de su pecho – cada uno de tus pechos tienen un aroma delicado y son muy dulces – mis besos comenzaron al comienzo de sus pechos recorriéndolos en toda su extensión primero con el derecho, con mis manos subía lentamente tomándolos en el momento exacto en que termina de besar el izquierdo – tus pezones son una delicia, rosados, responden inmediatamente al contacto con mi piel, duros firmes – bese sus pezones y los lamí un poco, luego cambiando los succionaba con delicadeza, ella gimió levemente casi en un suspiro,
-Tu abdomen plano, es suave y delicado, se siente el calor cuando pongo mi mano y sientes coquillas cuando le doy besos – mis besos recorrían su panza yendo de arriba abajo y en círculos alrededor de su ombligo
Me levante, la bese suavemente en los labios lo que le provocó un largo suspiro. La hice voltear suavemente mientras mis ojos la comían, le desprendí el pantalón desde atrás, y lo baje hasta el suelo dejándola solo con su tanga blanca que no era más que un hilo con algo de tela adelante, me enderecé
-Tu espalda es el camino de los dioses, tan fina, suave y delicada – mis manos la recorrieron entera y le di un beso en el final de su cuello.
Bajé un poco más mis manos y acaricie suavemente su cola
-Tu cola igual que el resto de tu cuerpo es suave, bien paradita y durita, el deseo de muchos y la envidia de otros – me agache y le empecé a besar la cola
-No.. – dijo cuando sintió el primer beso
-Shh.., tranquila – le dije en un susurro
Sabía que ella no me dejaría llegar muy lejos con su cola, para ella era más un martirio que un tabú, pero igual separe un poco sus nalgas y le di un suave beso en el agujerito de su ano, eso la estremeció entera, podía ver como temblaban sus piernas con aquel suave y delicado beso.
-No, por favor para – me dijo con un temblor en la voz
Inmediatamente me levente, la volví a poner frente a mí y la apreté con fuerzas contra mi cuerpo, nuestros labios apenas se rozaron, en un suave beso, que nos hizo calentar más.
La tome con una mano del cuello por la nuca y la otra en el medio de la espalda y la recosté en la cama, con las piernas colgando en el borde.
-Todavía no he terminado, sigo?
-Si – casi en un susurro
Tomé sus piernas y las levanté con delicadeza
-Tu pies son tan delicados, suaves pero también fuertes – bese uno por uno los dedos de cada pie
-Tus piernas, son hechas por las manos de un dios amante – mis mano las recorrían desde los tobillos hasta el comienzo de los muslos, besaba con pequeños besos sus muslos mientras mis manos se dirigían hacia su entrepierna.
-Tu vagina bien cuidada como lo sabes hacer, es dulce y suave como el resto de tu cuerpo, sus tonos rosados le dan una belleza única – mis manos la tomaron de los muslos muy cerca de su entrepierna, con un dedo pulgar separé aquella delgada tela que cubría su hermosa femineidad, y le bese, bese toda su vagina deleitándome con su dulzura, sintiendo como sus jugos salían los cuales sorbía con amor.
Ella comenzó a gemir un poco más fuerte cuando mi lengua sustituyo los besos, llevo sus manos hasta mi cabeza y tiró de mis pelos para hundirme más en su ser. Yo disfrutaba de su fluidos y su vaginita con mi lengua entrando y saliendo entre sus labios, con mis manos separé sus partes y me encontré con su pequeño botón rosado casi rojo y duro de excitación, me dedique a lamer su clítoris con avidez, luego lo besaba y jugaba con él con mis labios, incluso lo mordí suavemente, sacando grititos de placera su dueña, de repente sus piernas se tensaron, su mano en mi pelo me agarro con fuerza y me hundió todavía más, ya sabía que venía, mi boca rodeo toda su vagina mientras mi lengua continuaba dándole placer, un gemido largo y fuerte salió de du soca, sus fluidos se desbordaron en la mía, dándome de beber todo el néctar de su pasión, ya estaba como loco con el pene tan tieso que me dolía, salí de entre sus piernas y me puse a su lado, ella todavía temblaba de placer,
-Te amo – me dijo apenas en un susurro entrecortado
-Y yo también te amo a vos mi ángel
Sus pómulos se sonrojaron, y sus ojos me recorrieron el cuerpo, cuando se posaron en mi pantalón con un prominente bulto marcado, se quedaron un rato contemplándolo
-Ahora me toca a mí?
-No, no hace falta, además ya es tarde tenemos cosas que hacer
-Pero no podemos dejarte así
A lo que llevo su pequeña mano por debajo de mi pantalón y acaricio mi pene
-Huy como estamos
-Y como queres que este
Me ayudo a sacarme el pantalón y se puso sobre mí, su conchita mojaba todo el largo de mi pene mientras nuestras bocas se devoraban sin pausa, fue enterrándose de a poco, sus gemidos eran fuertes tapando los míos que solo eran un jadeo. Al llegar a la mitad de la empalada, se lanzó con fuerza enterrándose todo mi miembro en su interior, un grito de dolor y placer salió de su boca
-Huich, que grande que estamos hoy
Comenzó su cabalgata, sin detenerse, yo juagaba con sus pechos, los amasaba, los lamia y le mordía sus pezones. Se detuvo y cambio de posición, esta vez me dio la espalda, yo amasaba su cola le di un pequeño golpe por mi calentura, ella se detuvo y me miro con sus ojos celeste como rogando que no lo hiciera, un escalofrió me recorrió al contemplar su mirada, con lo que solo me dedique a amasar su cola y tomar desde atrás sus pechos, pellizcando sus pezones.
Cabalgaba como desaforada, nuestros fluidos se mezclaban y me corrían por los testículos, ella llevo sus manos a estos, los acariciaba y jugaba con ellos, la sensación era enloquecedora, no aguante mucho tiempo el jueguito y me vine sin avisarle, llenándola, sorprendida se enterró cuando sintió mi primer chorro salir, y no se movió hasta que sintió el último en su interior, sin dejar que se me bajara, se abalanzo sobre mi pene y lo limpio todo, dejándolo brillante de su saliva,
Se acostó a mi lado y nuestras bocas, se devoraron mutuamente.
-Yo quería tomarme toda la lechita – me dijo haciendo puchero con su boca en forma de pico, que me enternece
- Para la próxima mi vida, siempre hay una próxima
Puso su cabeza en mi pecho y los dos nos quedamos tirados, con nuestros cuerpos compartiendo su calor, al cabo de un rato, sentía como su respiración era muy pausada con lo que deduje que se había quedado dormida, la separe y me levante, la contemple, la viva imagen de la perfección, totalmente desnuda durmiendo plácidamente, con la cola parada, daban ganas de comérsela, su rostro tranquilo y sereno, no quise molestarla y me fui a dar un baño, mientras estaba en ello no dejaba de pensar en Yanina y en cómo estaba ella dormida en estos momentos, mi pene se puso duro nuevamente de pensar en su cuerpo y me masturbe con el agua cayendo en mi cuerpo, estuve un rato largo meneando, hasta que al fin acabé, al salir ella continuaba durmiendo esta vez en posición fetal, le tape con una sábana, y me fui a hacer mis labores
4 comentarios - Una historia para contar (parte V)
te felicito por poder hacerlo.
saludos.
puntos y reco