Si bien no me gusta contar esta parte de la historia, ustedes deben saberla por completo y bueno aca esta:
Pase toda la noche sin dormir pensando en que podría haber hecho para que mi amada Yanina se sintiera así como estaba pero por más que lo pensara no encontré razones o motivos para que ella estuviera así por culpa mía o si?
Al levantarme, por la ventana podía apreciar un cielo gris oscuro como si estuvieran presagiando algo malo, en esta provincia no llueve mucho una o dos veces al año con ganas pero solo en cierta época y esta no era época de lluvias, fui a la cocina todavía en bóxer y remera, me preparé un café y me senté a contemplar la casa medio a oscuras ya que el sol que filtraba por las nubes no iluminaba mucho, al pasar la mirada por la puerta de la habitación de Yanina mis ojos quedaron clavados en la puerta largo tiempo como queriendo atravesarla y ver que le sucedía a mi ángel para comportarse así. El silencio era total no se sentía el menor ruido, al cabo de horas de estar mirando con el café a medio terminar y sin moverme, la puerta finalmente se abrió, Yanina salió de su habitación con la cabeza gacha los pelos tapándole la cara, vestida con su pijama enterizo de color azul que le quedaba medio suelto, fue a la cocina, tomó un vaso lo lleno de agua y volvió nuevamente a su habitación sin inmutarse por mi presencia y cerro la puerta, yo helado como si hubiera visto un fantasma pasar no alcance a decir palabra alguna, volví a recorrer la casa con la mirada y mis ojos se detuvieron una vez más sobre la puerta, esta vez un pequeño sonido salía de su habitación como un sollozo al parecer.
Al medio, día cuando ya estaba haciendo de comer, ella sale de su habitación ya vestida pero todavía con los pelos sobre la cara, se sienta en la mesa y ahí se queda, yo como pude me acerco a ella y le pongo un plato para que coma, estaba como sedada, no se movía, ambas manos sobre la mesa, tiesa, yo me senté en la cabecera de la mesa a su derecha, mirándola, lentamente lleve mi mano sobre la suya y la tome con delicadeza, ella no intento sacarla pero unas lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, lo único que apreciaba debajo de su pelo
- Perdóname - me dijo con la voz rasposa en casi un susurro – perdóname, no puedo seguir con vos, no lo merezco.
- Cómo? Pero qué pasa? contame por favor, decime que pasa
- Anoche, lo volví a ver, me encontré con él o mejor dicho el me atrapo, por eso no merezco estar con vos.
Levanto su cabeza y sus ojos azules estaban inundados de lágrimas y rojos de tanto llorar.
- Quien es él? Y seguro que no es tan importante para meterse entre vos y yo
- Ramiro – fue todo lo que contesto
Se levantó de la silla y acurrucándose como se le diera frio, se sentó en el sillón grande, yo me levante, ninguno toco la comida, me senté a su lado y pase mi brazo por sobre su cabeza apoyando mi mano en su hombro, ella como fue agachándose hasta que su cabeza se apoyó en mi pecho, un relámpago iluminó todo, un trueno sonó en el aire y la lluvia comenzó a caer en forma torrencial
“Cuando llegue a la provincia, no conocía a nadie” me contaba en susurro. “Entonces conocí a Mónica mi amiga la rubia, ella estaba por empezar a cursar segundo año y yo estaba en el cursillo de psicología, empezamos a salir juntas, me presento a varios amigos y amigas suyas pero yo no compartía mucho sus gustos, Mónica es una mina muy liberal y se parte cuanto tipo bien parecido pilla, sus amigos eran iguales todos con todos, entre ellos estaba Ramiro, me gustaba y yo a él aunque me dijeron que ya estaba de novio, coqueteábamos, una noche llego a una fiesta solo y nos contó a todos como gritándolo que se había peleado con su novia, esa noche fue nuestra primera noche juntos, por un tiempo se comportó como todo un buen novio, pero después solo me buscaba para tener sexo, en cualquier lado y con cualquier excusa, yo por ahí me negaba pero otras veces me tomaba con tanta fuerza que me obligaba a hacerlo, Mónica me contaba que el tenia a otra mina de mejor posición y a mí me tenía solo para quitarse las ganas que esa pendeja no le daba, yo le decía que era huevadas suyas y cuando le preguntaba a él se ponía como loco y terminaba mandando todo a la mierda. Una tarde Mónica me fue a buscar y nos fuimos a dar una vuelta al parque, hay estaba el con su novia muy arruma cados dándose besos. Me morí por dentro sentía que me secaba, esa noche él fue a mi casa y lo recibí sin ninguna expresión, tuvimos sexo el parece que lo disfrutó, yo no sentía nada, cuando termino se vistió y se fue.
A la noche siguiente el volvió, al abrirle la puerta el entró deprisa tratando de besarme, rápidamente lo detuve, le dije que quería hablar con él, después de la conversación en la que le expuse todo y que la había visto con otra, él ponía todo tipo de escusas, hasta que perdió la calma, se abalanzo sobre mí y me arrancó la ropa, me tomaba con fuerza yo no podía pelear contra él, me tomo del cuello y me arrastro casi ahorcándome hacia la cama donde me arrogó y se tiró sobre mi sacándose la ropa como podía, yo lloraba y no podía gritar por el dolor que tenía en la garganta me ahogaba al respirar, me tomo de los pelos y llevo su pija a mi boca, yo la cerré fuerte, pero él me apretó la nariz con su otra mano y al no poder respirar tuve que abrirla, en lo que me la metió de una, me ahogue trate de sacarla pero él me tenía fuerte de los pelos y no podía moverme, me pegaba con su mano libre mientras se movía para cogerme la boca con rabia
- Dale puta chupa, y que no sienta un diente porque te mato me escuchas te mato dale así chupa puta, puta
Yo no quería sentir nada no podía, el buscaba algo se detuvo y manteniendo su pija en mi boca ahogándome, la saco un momento, tiró y agarró el pantalón para sacar su celular, todo sin soltarme del pelo con lo cual me sacudía para todos lados, yo gritaba pero parece que nadie escuchaba mis gritos, volvió a meter su pija en mi boca para cogerme con mayor fuerza, con el celular me sacaba fotos
- Ha que rica puta de mierda, vas a ver cómo le muestro esto a todos, vas a ver como quedas como una puta ante todos, mejor te hubieras quedado callada puta de mierda, así te podía coger tranquilo y cuando me cansara de vos te dejaba sin tener que hacerte sufrir tanto, pero no te hagas drama yo lo voy a disfrutar pedazo de mierda
Me cogía con bronca, me saco la pija con lo que pude respirar dejando entrar el aire a bocanadas, pero no me dejo tranquila me tiro de las piernas y se tiró con todo su peso encima mío metía sus dedos en mi concha con fuerza y me mordía los pezones con bronca incluso me lastimo, me metió la pija en la concha con ira y me dolió mucho, no estaba mojada por lo que me desgarro un poco, sentía que me destrozaban por dentro, fue horrible, cuando mi cuerpo comenzó a lubricar pero no por excitada, el ir y venir de su pene dentro mío fue más violento
- Viste que iba a terminar gustándote, si sos una hija de remil puta
Me dijo creyendo que me había calentado, pero nunca fue así, me violaba con furia, con bronca, me dio vuelta y me la enterro hasta el fondo en la concha estando acostada boca abajo, el grito de mi dolor fue muy fuerte
- Hay que perra más puta como le gusta
Pero el hijo de puta no se daba cuenta que no gritaba de placer sino de dolor, se detuvo y me la dejo clavada un tiempo, yo pensé que estaba por acabar y me dije que ya estaba todo por terminar pero me la saco y me la clavo de nuevo, me la saco nuevamente y me la enterró hasta los huevos y así hacia golpeándome con fuerza, con todo su cuerpo al llegar al final, me dolía todo, cuando se detuvo una vez más me dijo:
- Ahora perra de mierda me vas a dar lo que nunca me quisiste dar, te voy a romper ese culo sin lubricar y sin ningún cuidado, ese culo no se va a recuperar mas
Yo lloraba y le pedía que no lo hiciera que me dejara en paz, me siguió violando por la vagina con aun más brutalidad, me la saco y me dio vuelta sobre la cama para quedar nuevamente frente a él, se sentó sobre mí, con todo su cuerpo sobre mi pecho y parte de mi cuello, me aplastaba tanto que me cortaba el aire, se pajeaba su pija sobre mi cara y se vino con potentes chorros en mi cara.
- Como te gusta hija de puta, así te deje la cara llena de leche caliente puta
Se salió y todavía su pija estaba parada
- Ahora ese culito va a sufrir, por todo lo que me has hecho
Pero era él el que me había hecho todo, ese hijo de mil puta me había violado y todavía quería seguir con mi culo.
Con lo que me contaba yo tenía las tripas revueltas y el corazón destrozado, no podía creer que alguien podía lastimar a tan preciosa criatura, ahora la veía como algo tan frágil, como a alguien que debía proteger a toda costa.
“El muy hijo de remil puta, me agarro fuerte por la garganta
- Pero no te puedo coger así con la pija toda sucia, me la vas a chupar y la vas a dejar bien limpita y lubricada para que ese culo.
Nuevamente me metió su pija llena de semen en la boca, era asqueroso, su sabor me pareció lo más horrible del mundo, quería que se terminara pero no lo iba a dejar violarme por el culo, tenia que hacer algo, cuando considero que ya tenía bien limpia y lubricada la chota me la saco, me levanto y me lamio la cara
- Mmm.. seguro te gusto mucho mi leche, a mí me gusta y ahora tu culo la va a probar
Con el pánico que tenía y la ira de pensar que ese pelotudo era quien me rompería el culo, no sé de donde salieron fuerzas, lo golpee en la boca del estómago creo, el me soltó y se dobló un poco, en eso le pague una patada en los huevos, que seguro por la situación debían de estar muy sensibles, el cayó al suelo retorciéndose de dolor, corrí a la puerta, por suerte no estaba con llave y Salí así como estaba a la calle gritando ayuda, desnuda, y hacia un frio de muerte pero eso no lo sentí hasta después, uno de mis vecinos era una pareja de ancianos, que siempre me saludaban y me querían, salieron a la calle cuando yo pensaba que nadie me había escuchado y el muy hijo de puta de Ramiro ya estaba llegando a la puerta, la viejita se devolvió para entrar en su casa, el anciano se me acercó y me dio su campera, lo miró a Ramiro y le empezó a gritar una sarta de puteadas. Ramiro se devolvió a mi departamento tomo su ropa como pudo, salió y se subió a su auto hecho una fiera, la viejita se salió con una frazada diciendo que ya había llamado a la policía.
Cuando llego la policía yo todavía estaba con la frazada en la casa de los viejitos sin nada de ropa, no quería volver a entrar al departamento, me tomaron declaración, una milica forense me reviso para comprobar la violación, les dije que no conocía al sujeto y les di una descripción muy general del violador, no sé porque, creo porque el hijo de mil puta me decía que tenía amigos en la policía y que era intocable, la policía que me había revisado fue a mi casa y me trajo ropa limpia pidiéndole a los viejitos si podía quedarme con ellos para no tener que llevarme a la comisaria, ellos no tuvieron problemas, incluso me prestaron su baño para bañarme, lloré todo el tiempo que estuve duchándome y limpiando, cuando salí me tenían preparada una taza de té de manzanilla, me prestaron una cama para pasar la noche, igual no pude dormir, me dolía todo, tanto el cuerpo como el alma. Al otro día, volví a mi casa, tome unas cosas, y volví a la casa de los ancianos, cuando veo el celular habían mensajes de él diciéndome que volvería a terminar lo que habíamos hecho, que mi culo seria de el a toda costa, y que si no accedía le iba a decir a todo el mundo lo puta que era. Lloraba con cada letra que leía. En los días que le siguieron, la policía hacia un recorrido y pasaban por la puerta del departamento, pero comenzaron a llamar a mi celular, algunos conocidos de esa mierda y otros que no sabía quiénes eran. Sus amigos me decían huevadas, me pedían que se las chupara que fuera a coger con ellos, los desconocidos preguntaban por “mis servicios” cuanto cobrara y cosas parecidas. Yo no aguantaba, lloraba todas las noches y los días, entonces les llame a mis viejos diciendo que no quería seguir acá que quería volverme a casa, ellos pensando que sería que los extrañaba y no aguantaba me decían que siguiera que el tiempo pasaría rápido y pronto estaría con ellos otra vez, entonces decidí cambiarme, irme a otro departamento, también cambie el número de celular, como por decir así cambiar mi vida, lo único que continúe teniendo fue la relación con los ancianos, los cuales visitaba todo el tiempo que podía, el viejito murió tiempo después y la viejita se fue a vivir con su hija a Buenos Aires, pero nos hablábamos por teléfono y conversábamos horas sobre su vida y la mía, también, mantuve una relación si bien no de amiga, como conocida de Mónica ya que ella me ayudó mucho en esos momentos y con la facultad. Nadie más sabe de esto. Pasé mucho tiempo hasta que volví a salir con mis amigas, estaba destruida, no permitía que ningún tipo se me acercara, incluso pensaban que era lesbiana, pero no entienden y por lo tanto no lo cuento, hasta que un día fuimos a un bar, y hay estabas vos, sentía una fuerza nueva en mi cuerpo con solo mirarte, parecía que todo lo demás solo había sido un sueño malo, cuando sonreías me encantaba pero sos mayor y no sabía de cómo era tu vida, pero acá estamos, pasando los mejores momentos de mi vida a tu lado.”
- Pero entonces. Porque esta así? Que paso anoche para que te pusieras de esa forma?
- Paso él me entiendes, me encontré o mejor dicho el me encontró a mí.
- Que paso?
“Después del bar cuando nos fuimos con las chicas al boliche, estábamos bailando, y lo veo del brazo de una mina, parecía su novia por como la tenía, yo pensé en irme, ir al bar y quedarme con vos hasta que cerraras, pero como él estaba con otra nunca pensé que podía hacer algo, la cuestión es que cuando la pendeja se fue, Ramiro enfilo hacia mí y me arrastro del brazo, mis amigas ni se percataron, me llevó para los sillones esos de la vip que le dicen los reservados, me tiro al sillón sentándome con fuerza, se sentó a mi lado sujetándome fuerte para que no me escapara
- No creas que me he olvidado de vos, todavía voy a romperte ese culo si es que no te lo rompió otro ya aunque no creo si me estas esperando a mí, en todo caso es lo mismo, te lo voy a dejar inservible
Las lágrimas ya corrían por mi cara, me llevo al piso, sacó su pija y me obligo a chupársela mientras él estaba sentado
- Chupa puta, dale que sé que te gusta
Yo no podía hacer nada me había bloqueado completamente, solo hacia lo que él me decía.
- Así puta chupa mierda, dale que te la quiero enterrar toda hasta la garganta
Estuvimos así un rato pero para mí fue eterno, fue como revivir todo esa noche otra vez. Me daba asco, me ahogaba, no podía respirar.
Para mi suerte la pendeja con la que andaba lo andaba buscando, cuando entro al vip, él me tomo del pelo y me tiro con fuerzas a un costado sin tener el menor reparo
- Ándate preparando porque si te vuelvo a pillar te voy a destrozar – me grito
Se arregló y se fue a ver a la mina con una sonrisa de pelotudo.”
- Por eso no puedo seguir con vos no estoy limpia me siento sucia, me siento como una mierda, todo por su culpa, entiendo si querés que me valla y no volverme a ver más
- irte? pero no puedo permitirlo, no puedo dejarte sola y menos si esa mierda te puede andar buscando.
- Sos demasiado bueno, no te mereces cuidar de una puta como yo
- No voy a permitir que te creas lo que los demás dicen de vos, ensima lo dice un pelotudo que no tiene nada de hombre, sos una flor de mujer, vos te quedas conmigo y si algo te llega a pasar te juro que a ese pendejo lo cazo como si fuera una rata.
- Pero igual no estoy bien, me abrazas más fuerte? Vos me haces muy bien. Anoche no dormí pensando en cómo decírtelo, en como podías llegar a reaccionar, me preocupaba mas eso que el hecho de reencontrarme con ese mal parido. En verdad me sorprendes como lo has tomado, creí que me ibas a rajar
- Nunca aria eso, sos muy importante para mí, ahora sé que debo cuidarte más, nunca te voy a dejar ir, ahora vamos a comer un poco.
- No quiero que me dejes ir, pero no quiero comer, quiero dormir un rato, tampoco quiero hacerlo sola, todavía estoy algo asustada.
- Entonces vamos a mi cama, no voy a hacerte nada, solo a cuidarte como lo merece un ángel tan hermoso como vos.
Su rostro se ruborizo y recobro un poco de color, sus ojos estaban rojos e hinchados pero ya no lloraba. Nos levantamos del sillón, yo tomándola del brazo y llevándola apretada contra mi, como protegiéndola de algún mal que podía hacecharla. Afuera llovia a cantaros todavia escuchaba el golpeteo de las gotas en el techo, recostado en la cama con Yanina a mi lado, tenía su rostro muy cercano y, en la oscuridad, sentía su cálido aliento en mi mejilla.
Después de todo lo que me había contado, resultaba desconcertante tanta serenidad, estar allí tendido escuchando la tormenta con esa angelical dama tan lastimada a mi lado.
Yanina se movió.
— ¿tenes frío?
— Un poco.
Se acercó más, le pasé un brazo por debajo del cuello y la atraje hacia el pecho para prestarle calor con todo mi cuerpo. Mi boca se apretaba contra su mejilla.
— Antonio... —pronunció en un susurro.
—Qué pasa?. —Se quedó acurrucada contra mí—. No digáis nada, está todo bien.
Continuamos en esa postura un tiempo; la lluvia repiqueteaba y de vez en cuando un trueno rugía en la distancia como un tambor.
Le besé la cara; mi poca barba le cosquilleó la mandíbula al parecer. Hice girar su cabeza y nuestros labios se encontraron. Otra fuerte descarga volvió a retumbar, más lejos, como si cayera sobre otro lugar, en otro tiempo.
¿Por qué tiene que complicarse tanto las cosas? La rodeaba ya con ambos brazos, suave pero insistente, y nuestros cuerpos estaban muy unidos, uno contra otro. Sentía sus brazos, delgados, y mi torso contra su estómago, contra el pecho. ¡Si el tiempo pudiera detenerse...!
Cada vez la besaba con más ímpetu; levantó mi cabeza y la hundí entre sus cabellos.
—Yanina —susurre despacio.
—Oh! Oh, Antonio! —musitó ella a su vez.
No sabía con seguridad qué quería, pero tenía la certeza de que sería feliz sólo con besarla, con abrazarla. Apoyé la cara en su garganta, Yanina se estremeció de arriba abajo. Era maravilloso, sentir como ella me aceptaba.
Se puso en tensión, volví a acercar mi cara a la de ella. La besé una vez más, ardiente, apasionado, presionando tal vez un poco más de lo deseable porque ella levantó una mano hasta mi rostro y lo calmó, para que nuestros labios se encontraran y se tocaran... que dulzura!
Mientras compartíamos el aliento, le acariciaba la cara y el cuello, la tocaba por todas partes sin perder la calidez que los unía, rozándola con los dedos la curva de la cadera, posando mi mano en el hueco de la axila. Ella se estremeció, ansiosa, yo al mismo tiempo sentía una extraña suavidad, como si estuviéramos ahogándonos juntos, hundiéndonos en las oscuras profundidades del océano. Oía el latir de mi corazón por encima del repiqueteo de la lluvia en el techo.
Rodé un poco, hasta casi ponerme encima de ella, después me retiró unos milímetros, No era mas que un fantasma tendida en mi cama. Ella me rozó la mejilla. Yanina movía la boca.
— te amo, Antonio.
Contuve el aliento. Un repentino nudo frío se me instaló en el estómago.
— No —murmuré, no entendia —. que estas diciendo?.
— Pero es cierto, nunca me había sentido así con nadie, y a pesar de todo lo que ayer pasé y reviví, todavía me siento tuya, definitivamente estoy enamorada de vos.
Mi felicidad no podía ser más grande, una carcajada salió desde las profundidades de mi ser, ella me miraba con sus ojos que me atrapaban, y sonrió tal vez sabiendo que mi risa era de felicidad
- Yo también te amo, jamás amé a nadie como a vos, desde que llegaste mi vida se ha llenado de felicidad
- La mía también, quiero vivir para siempre con vos
- Yo no pienso dejarte ir, voy a hacer todo lo posible para hacerte feliz
- Con solo estar a tu lado ya soy feliz.
Volví a recostarme a su lado. Con mi cara muy cerca de la suya, nos fundimos en un beso eterno, en una letanía de amor interminable. Al rato ella se durmió acurrucada entre mis brazos. Yo no podía dejar de mirarla y tratar de comprender lo mucho que había sufrido, pero eso ya había pasado ahora la protegería a capa y espada, ella me amaba y no importaba nada más.
Pase toda la noche sin dormir pensando en que podría haber hecho para que mi amada Yanina se sintiera así como estaba pero por más que lo pensara no encontré razones o motivos para que ella estuviera así por culpa mía o si?
Al levantarme, por la ventana podía apreciar un cielo gris oscuro como si estuvieran presagiando algo malo, en esta provincia no llueve mucho una o dos veces al año con ganas pero solo en cierta época y esta no era época de lluvias, fui a la cocina todavía en bóxer y remera, me preparé un café y me senté a contemplar la casa medio a oscuras ya que el sol que filtraba por las nubes no iluminaba mucho, al pasar la mirada por la puerta de la habitación de Yanina mis ojos quedaron clavados en la puerta largo tiempo como queriendo atravesarla y ver que le sucedía a mi ángel para comportarse así. El silencio era total no se sentía el menor ruido, al cabo de horas de estar mirando con el café a medio terminar y sin moverme, la puerta finalmente se abrió, Yanina salió de su habitación con la cabeza gacha los pelos tapándole la cara, vestida con su pijama enterizo de color azul que le quedaba medio suelto, fue a la cocina, tomó un vaso lo lleno de agua y volvió nuevamente a su habitación sin inmutarse por mi presencia y cerro la puerta, yo helado como si hubiera visto un fantasma pasar no alcance a decir palabra alguna, volví a recorrer la casa con la mirada y mis ojos se detuvieron una vez más sobre la puerta, esta vez un pequeño sonido salía de su habitación como un sollozo al parecer.
Al medio, día cuando ya estaba haciendo de comer, ella sale de su habitación ya vestida pero todavía con los pelos sobre la cara, se sienta en la mesa y ahí se queda, yo como pude me acerco a ella y le pongo un plato para que coma, estaba como sedada, no se movía, ambas manos sobre la mesa, tiesa, yo me senté en la cabecera de la mesa a su derecha, mirándola, lentamente lleve mi mano sobre la suya y la tome con delicadeza, ella no intento sacarla pero unas lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, lo único que apreciaba debajo de su pelo
- Perdóname - me dijo con la voz rasposa en casi un susurro – perdóname, no puedo seguir con vos, no lo merezco.
- Cómo? Pero qué pasa? contame por favor, decime que pasa
- Anoche, lo volví a ver, me encontré con él o mejor dicho el me atrapo, por eso no merezco estar con vos.
Levanto su cabeza y sus ojos azules estaban inundados de lágrimas y rojos de tanto llorar.
- Quien es él? Y seguro que no es tan importante para meterse entre vos y yo
- Ramiro – fue todo lo que contesto
Se levantó de la silla y acurrucándose como se le diera frio, se sentó en el sillón grande, yo me levante, ninguno toco la comida, me senté a su lado y pase mi brazo por sobre su cabeza apoyando mi mano en su hombro, ella como fue agachándose hasta que su cabeza se apoyó en mi pecho, un relámpago iluminó todo, un trueno sonó en el aire y la lluvia comenzó a caer en forma torrencial
“Cuando llegue a la provincia, no conocía a nadie” me contaba en susurro. “Entonces conocí a Mónica mi amiga la rubia, ella estaba por empezar a cursar segundo año y yo estaba en el cursillo de psicología, empezamos a salir juntas, me presento a varios amigos y amigas suyas pero yo no compartía mucho sus gustos, Mónica es una mina muy liberal y se parte cuanto tipo bien parecido pilla, sus amigos eran iguales todos con todos, entre ellos estaba Ramiro, me gustaba y yo a él aunque me dijeron que ya estaba de novio, coqueteábamos, una noche llego a una fiesta solo y nos contó a todos como gritándolo que se había peleado con su novia, esa noche fue nuestra primera noche juntos, por un tiempo se comportó como todo un buen novio, pero después solo me buscaba para tener sexo, en cualquier lado y con cualquier excusa, yo por ahí me negaba pero otras veces me tomaba con tanta fuerza que me obligaba a hacerlo, Mónica me contaba que el tenia a otra mina de mejor posición y a mí me tenía solo para quitarse las ganas que esa pendeja no le daba, yo le decía que era huevadas suyas y cuando le preguntaba a él se ponía como loco y terminaba mandando todo a la mierda. Una tarde Mónica me fue a buscar y nos fuimos a dar una vuelta al parque, hay estaba el con su novia muy arruma cados dándose besos. Me morí por dentro sentía que me secaba, esa noche él fue a mi casa y lo recibí sin ninguna expresión, tuvimos sexo el parece que lo disfrutó, yo no sentía nada, cuando termino se vistió y se fue.
A la noche siguiente el volvió, al abrirle la puerta el entró deprisa tratando de besarme, rápidamente lo detuve, le dije que quería hablar con él, después de la conversación en la que le expuse todo y que la había visto con otra, él ponía todo tipo de escusas, hasta que perdió la calma, se abalanzo sobre mí y me arrancó la ropa, me tomaba con fuerza yo no podía pelear contra él, me tomo del cuello y me arrastro casi ahorcándome hacia la cama donde me arrogó y se tiró sobre mi sacándose la ropa como podía, yo lloraba y no podía gritar por el dolor que tenía en la garganta me ahogaba al respirar, me tomo de los pelos y llevo su pija a mi boca, yo la cerré fuerte, pero él me apretó la nariz con su otra mano y al no poder respirar tuve que abrirla, en lo que me la metió de una, me ahogue trate de sacarla pero él me tenía fuerte de los pelos y no podía moverme, me pegaba con su mano libre mientras se movía para cogerme la boca con rabia
- Dale puta chupa, y que no sienta un diente porque te mato me escuchas te mato dale así chupa puta, puta
Yo no quería sentir nada no podía, el buscaba algo se detuvo y manteniendo su pija en mi boca ahogándome, la saco un momento, tiró y agarró el pantalón para sacar su celular, todo sin soltarme del pelo con lo cual me sacudía para todos lados, yo gritaba pero parece que nadie escuchaba mis gritos, volvió a meter su pija en mi boca para cogerme con mayor fuerza, con el celular me sacaba fotos
- Ha que rica puta de mierda, vas a ver cómo le muestro esto a todos, vas a ver como quedas como una puta ante todos, mejor te hubieras quedado callada puta de mierda, así te podía coger tranquilo y cuando me cansara de vos te dejaba sin tener que hacerte sufrir tanto, pero no te hagas drama yo lo voy a disfrutar pedazo de mierda
Me cogía con bronca, me saco la pija con lo que pude respirar dejando entrar el aire a bocanadas, pero no me dejo tranquila me tiro de las piernas y se tiró con todo su peso encima mío metía sus dedos en mi concha con fuerza y me mordía los pezones con bronca incluso me lastimo, me metió la pija en la concha con ira y me dolió mucho, no estaba mojada por lo que me desgarro un poco, sentía que me destrozaban por dentro, fue horrible, cuando mi cuerpo comenzó a lubricar pero no por excitada, el ir y venir de su pene dentro mío fue más violento
- Viste que iba a terminar gustándote, si sos una hija de remil puta
Me dijo creyendo que me había calentado, pero nunca fue así, me violaba con furia, con bronca, me dio vuelta y me la enterro hasta el fondo en la concha estando acostada boca abajo, el grito de mi dolor fue muy fuerte
- Hay que perra más puta como le gusta
Pero el hijo de puta no se daba cuenta que no gritaba de placer sino de dolor, se detuvo y me la dejo clavada un tiempo, yo pensé que estaba por acabar y me dije que ya estaba todo por terminar pero me la saco y me la clavo de nuevo, me la saco nuevamente y me la enterró hasta los huevos y así hacia golpeándome con fuerza, con todo su cuerpo al llegar al final, me dolía todo, cuando se detuvo una vez más me dijo:
- Ahora perra de mierda me vas a dar lo que nunca me quisiste dar, te voy a romper ese culo sin lubricar y sin ningún cuidado, ese culo no se va a recuperar mas
Yo lloraba y le pedía que no lo hiciera que me dejara en paz, me siguió violando por la vagina con aun más brutalidad, me la saco y me dio vuelta sobre la cama para quedar nuevamente frente a él, se sentó sobre mí, con todo su cuerpo sobre mi pecho y parte de mi cuello, me aplastaba tanto que me cortaba el aire, se pajeaba su pija sobre mi cara y se vino con potentes chorros en mi cara.
- Como te gusta hija de puta, así te deje la cara llena de leche caliente puta
Se salió y todavía su pija estaba parada
- Ahora ese culito va a sufrir, por todo lo que me has hecho
Pero era él el que me había hecho todo, ese hijo de mil puta me había violado y todavía quería seguir con mi culo.
Con lo que me contaba yo tenía las tripas revueltas y el corazón destrozado, no podía creer que alguien podía lastimar a tan preciosa criatura, ahora la veía como algo tan frágil, como a alguien que debía proteger a toda costa.
“El muy hijo de remil puta, me agarro fuerte por la garganta
- Pero no te puedo coger así con la pija toda sucia, me la vas a chupar y la vas a dejar bien limpita y lubricada para que ese culo.
Nuevamente me metió su pija llena de semen en la boca, era asqueroso, su sabor me pareció lo más horrible del mundo, quería que se terminara pero no lo iba a dejar violarme por el culo, tenia que hacer algo, cuando considero que ya tenía bien limpia y lubricada la chota me la saco, me levanto y me lamio la cara
- Mmm.. seguro te gusto mucho mi leche, a mí me gusta y ahora tu culo la va a probar
Con el pánico que tenía y la ira de pensar que ese pelotudo era quien me rompería el culo, no sé de donde salieron fuerzas, lo golpee en la boca del estómago creo, el me soltó y se dobló un poco, en eso le pague una patada en los huevos, que seguro por la situación debían de estar muy sensibles, el cayó al suelo retorciéndose de dolor, corrí a la puerta, por suerte no estaba con llave y Salí así como estaba a la calle gritando ayuda, desnuda, y hacia un frio de muerte pero eso no lo sentí hasta después, uno de mis vecinos era una pareja de ancianos, que siempre me saludaban y me querían, salieron a la calle cuando yo pensaba que nadie me había escuchado y el muy hijo de puta de Ramiro ya estaba llegando a la puerta, la viejita se devolvió para entrar en su casa, el anciano se me acercó y me dio su campera, lo miró a Ramiro y le empezó a gritar una sarta de puteadas. Ramiro se devolvió a mi departamento tomo su ropa como pudo, salió y se subió a su auto hecho una fiera, la viejita se salió con una frazada diciendo que ya había llamado a la policía.
Cuando llego la policía yo todavía estaba con la frazada en la casa de los viejitos sin nada de ropa, no quería volver a entrar al departamento, me tomaron declaración, una milica forense me reviso para comprobar la violación, les dije que no conocía al sujeto y les di una descripción muy general del violador, no sé porque, creo porque el hijo de mil puta me decía que tenía amigos en la policía y que era intocable, la policía que me había revisado fue a mi casa y me trajo ropa limpia pidiéndole a los viejitos si podía quedarme con ellos para no tener que llevarme a la comisaria, ellos no tuvieron problemas, incluso me prestaron su baño para bañarme, lloré todo el tiempo que estuve duchándome y limpiando, cuando salí me tenían preparada una taza de té de manzanilla, me prestaron una cama para pasar la noche, igual no pude dormir, me dolía todo, tanto el cuerpo como el alma. Al otro día, volví a mi casa, tome unas cosas, y volví a la casa de los ancianos, cuando veo el celular habían mensajes de él diciéndome que volvería a terminar lo que habíamos hecho, que mi culo seria de el a toda costa, y que si no accedía le iba a decir a todo el mundo lo puta que era. Lloraba con cada letra que leía. En los días que le siguieron, la policía hacia un recorrido y pasaban por la puerta del departamento, pero comenzaron a llamar a mi celular, algunos conocidos de esa mierda y otros que no sabía quiénes eran. Sus amigos me decían huevadas, me pedían que se las chupara que fuera a coger con ellos, los desconocidos preguntaban por “mis servicios” cuanto cobrara y cosas parecidas. Yo no aguantaba, lloraba todas las noches y los días, entonces les llame a mis viejos diciendo que no quería seguir acá que quería volverme a casa, ellos pensando que sería que los extrañaba y no aguantaba me decían que siguiera que el tiempo pasaría rápido y pronto estaría con ellos otra vez, entonces decidí cambiarme, irme a otro departamento, también cambie el número de celular, como por decir así cambiar mi vida, lo único que continúe teniendo fue la relación con los ancianos, los cuales visitaba todo el tiempo que podía, el viejito murió tiempo después y la viejita se fue a vivir con su hija a Buenos Aires, pero nos hablábamos por teléfono y conversábamos horas sobre su vida y la mía, también, mantuve una relación si bien no de amiga, como conocida de Mónica ya que ella me ayudó mucho en esos momentos y con la facultad. Nadie más sabe de esto. Pasé mucho tiempo hasta que volví a salir con mis amigas, estaba destruida, no permitía que ningún tipo se me acercara, incluso pensaban que era lesbiana, pero no entienden y por lo tanto no lo cuento, hasta que un día fuimos a un bar, y hay estabas vos, sentía una fuerza nueva en mi cuerpo con solo mirarte, parecía que todo lo demás solo había sido un sueño malo, cuando sonreías me encantaba pero sos mayor y no sabía de cómo era tu vida, pero acá estamos, pasando los mejores momentos de mi vida a tu lado.”
- Pero entonces. Porque esta así? Que paso anoche para que te pusieras de esa forma?
- Paso él me entiendes, me encontré o mejor dicho el me encontró a mí.
- Que paso?
“Después del bar cuando nos fuimos con las chicas al boliche, estábamos bailando, y lo veo del brazo de una mina, parecía su novia por como la tenía, yo pensé en irme, ir al bar y quedarme con vos hasta que cerraras, pero como él estaba con otra nunca pensé que podía hacer algo, la cuestión es que cuando la pendeja se fue, Ramiro enfilo hacia mí y me arrastro del brazo, mis amigas ni se percataron, me llevó para los sillones esos de la vip que le dicen los reservados, me tiro al sillón sentándome con fuerza, se sentó a mi lado sujetándome fuerte para que no me escapara
- No creas que me he olvidado de vos, todavía voy a romperte ese culo si es que no te lo rompió otro ya aunque no creo si me estas esperando a mí, en todo caso es lo mismo, te lo voy a dejar inservible
Las lágrimas ya corrían por mi cara, me llevo al piso, sacó su pija y me obligo a chupársela mientras él estaba sentado
- Chupa puta, dale que sé que te gusta
Yo no podía hacer nada me había bloqueado completamente, solo hacia lo que él me decía.
- Así puta chupa mierda, dale que te la quiero enterrar toda hasta la garganta
Estuvimos así un rato pero para mí fue eterno, fue como revivir todo esa noche otra vez. Me daba asco, me ahogaba, no podía respirar.
Para mi suerte la pendeja con la que andaba lo andaba buscando, cuando entro al vip, él me tomo del pelo y me tiro con fuerzas a un costado sin tener el menor reparo
- Ándate preparando porque si te vuelvo a pillar te voy a destrozar – me grito
Se arregló y se fue a ver a la mina con una sonrisa de pelotudo.”
- Por eso no puedo seguir con vos no estoy limpia me siento sucia, me siento como una mierda, todo por su culpa, entiendo si querés que me valla y no volverme a ver más
- irte? pero no puedo permitirlo, no puedo dejarte sola y menos si esa mierda te puede andar buscando.
- Sos demasiado bueno, no te mereces cuidar de una puta como yo
- No voy a permitir que te creas lo que los demás dicen de vos, ensima lo dice un pelotudo que no tiene nada de hombre, sos una flor de mujer, vos te quedas conmigo y si algo te llega a pasar te juro que a ese pendejo lo cazo como si fuera una rata.
- Pero igual no estoy bien, me abrazas más fuerte? Vos me haces muy bien. Anoche no dormí pensando en cómo decírtelo, en como podías llegar a reaccionar, me preocupaba mas eso que el hecho de reencontrarme con ese mal parido. En verdad me sorprendes como lo has tomado, creí que me ibas a rajar
- Nunca aria eso, sos muy importante para mí, ahora sé que debo cuidarte más, nunca te voy a dejar ir, ahora vamos a comer un poco.
- No quiero que me dejes ir, pero no quiero comer, quiero dormir un rato, tampoco quiero hacerlo sola, todavía estoy algo asustada.
- Entonces vamos a mi cama, no voy a hacerte nada, solo a cuidarte como lo merece un ángel tan hermoso como vos.
Su rostro se ruborizo y recobro un poco de color, sus ojos estaban rojos e hinchados pero ya no lloraba. Nos levantamos del sillón, yo tomándola del brazo y llevándola apretada contra mi, como protegiéndola de algún mal que podía hacecharla. Afuera llovia a cantaros todavia escuchaba el golpeteo de las gotas en el techo, recostado en la cama con Yanina a mi lado, tenía su rostro muy cercano y, en la oscuridad, sentía su cálido aliento en mi mejilla.
Después de todo lo que me había contado, resultaba desconcertante tanta serenidad, estar allí tendido escuchando la tormenta con esa angelical dama tan lastimada a mi lado.
Yanina se movió.
— ¿tenes frío?
— Un poco.
Se acercó más, le pasé un brazo por debajo del cuello y la atraje hacia el pecho para prestarle calor con todo mi cuerpo. Mi boca se apretaba contra su mejilla.
— Antonio... —pronunció en un susurro.
—Qué pasa?. —Se quedó acurrucada contra mí—. No digáis nada, está todo bien.
Continuamos en esa postura un tiempo; la lluvia repiqueteaba y de vez en cuando un trueno rugía en la distancia como un tambor.
Le besé la cara; mi poca barba le cosquilleó la mandíbula al parecer. Hice girar su cabeza y nuestros labios se encontraron. Otra fuerte descarga volvió a retumbar, más lejos, como si cayera sobre otro lugar, en otro tiempo.
¿Por qué tiene que complicarse tanto las cosas? La rodeaba ya con ambos brazos, suave pero insistente, y nuestros cuerpos estaban muy unidos, uno contra otro. Sentía sus brazos, delgados, y mi torso contra su estómago, contra el pecho. ¡Si el tiempo pudiera detenerse...!
Cada vez la besaba con más ímpetu; levantó mi cabeza y la hundí entre sus cabellos.
—Yanina —susurre despacio.
—Oh! Oh, Antonio! —musitó ella a su vez.
No sabía con seguridad qué quería, pero tenía la certeza de que sería feliz sólo con besarla, con abrazarla. Apoyé la cara en su garganta, Yanina se estremeció de arriba abajo. Era maravilloso, sentir como ella me aceptaba.
Se puso en tensión, volví a acercar mi cara a la de ella. La besé una vez más, ardiente, apasionado, presionando tal vez un poco más de lo deseable porque ella levantó una mano hasta mi rostro y lo calmó, para que nuestros labios se encontraran y se tocaran... que dulzura!
Mientras compartíamos el aliento, le acariciaba la cara y el cuello, la tocaba por todas partes sin perder la calidez que los unía, rozándola con los dedos la curva de la cadera, posando mi mano en el hueco de la axila. Ella se estremeció, ansiosa, yo al mismo tiempo sentía una extraña suavidad, como si estuviéramos ahogándonos juntos, hundiéndonos en las oscuras profundidades del océano. Oía el latir de mi corazón por encima del repiqueteo de la lluvia en el techo.
Rodé un poco, hasta casi ponerme encima de ella, después me retiró unos milímetros, No era mas que un fantasma tendida en mi cama. Ella me rozó la mejilla. Yanina movía la boca.
— te amo, Antonio.
Contuve el aliento. Un repentino nudo frío se me instaló en el estómago.
— No —murmuré, no entendia —. que estas diciendo?.
— Pero es cierto, nunca me había sentido así con nadie, y a pesar de todo lo que ayer pasé y reviví, todavía me siento tuya, definitivamente estoy enamorada de vos.
Mi felicidad no podía ser más grande, una carcajada salió desde las profundidades de mi ser, ella me miraba con sus ojos que me atrapaban, y sonrió tal vez sabiendo que mi risa era de felicidad
- Yo también te amo, jamás amé a nadie como a vos, desde que llegaste mi vida se ha llenado de felicidad
- La mía también, quiero vivir para siempre con vos
- Yo no pienso dejarte ir, voy a hacer todo lo posible para hacerte feliz
- Con solo estar a tu lado ya soy feliz.
Volví a recostarme a su lado. Con mi cara muy cerca de la suya, nos fundimos en un beso eterno, en una letanía de amor interminable. Al rato ella se durmió acurrucada entre mis brazos. Yo no podía dejar de mirarla y tratar de comprender lo mucho que había sufrido, pero eso ya había pasado ahora la protegería a capa y espada, ella me amaba y no importaba nada más.
7 comentarios - Una Historia para contar (parte III)
Esperando el restooo
Van puntines y te sigo
Exelente relato!!!