Este relato tambien es un poco viejo, pero vale!!!
Mi vecina
Hace ya algún tiempo, mi vecina, que es una mujer de unos 50 años, me llamó para que fuera a verla porque no le funcionaba bien un ventilador de techo. Fui a verlo y me encontré que ella me estaba esperando vestida con un mini short y un top, los cuales no concordaban mucho con su edad, pero si con su físico, que pese a su edad, estaba bastante firme.
Me subí a una escalera pera ver el ventilador, y cuando reaccioné ella estaba con un buen vaso de jugo de naranjas frío y mirando a mi bulto. Hacía mucho calor, y ella estaba transpirada, se notaba en su piel que estaba brillosa. Solo tenía un cable suelto el cuál conecté sin que ella viera, le dije que debía seguir buscando el problema. Esto lo hice para poder seguir viéndola un rato más. Desde arriba de las escaleras se podían ver bien sus pechos, yo los miraba fijamente para que ella lo notara y así poder ver su reacción.
Cuando bajé de las escaleras ella me dio el vaso de jugo y me llevó a la cocina para que me sentara un rato. Ella tomó un trozo de hielo y comenzó a pasárselo por su pecho y luego lo echó en mi vaso diciendome:
-¡Sé que me tenés ganas!
Yo no sabía cómo reaccionar, entonces ella se me acercó y me besó llevando su mano derecha a mi verga, la cual estaba bien dura. Yo le agarré uno de sus pechos y lo comencé a acariciar, ella se sacó el top y sus pechos saltaron como resortes. Entonces pude ver unos pezones rojos como fuego. Ella me dijo: -Desde que murió mi marido que no me como ninguna verga.
Acto seguido se arrodilló, me desabrochó el pantalón y me comenzó a chupar la verga. Era una maestra en el arte de mamar, su lengua recorría la cabeza de mi choto, y se la mandaba a fondo hasta que mi verga desaparecía completamente dentro de su boca. Ya estaba a punto de acabar, le dije que parara, la hice ponerse de pie y recostar sobre la mesa de la cocina. Le bajé el mini short, no llevaba bikini, y comencé a lamerle la concha. Para ese momento ella estaba completamente húmeda, mientras con mi dedo índice empecé a dilatarle el culo.
Ella gemía como loca, sus gritos se oían en toda la casa, mi lengua entraba y salía de su concha, en un momento me tomó por la nuca y hundió mi cara en su concha hasta que acabó, me incorporé y guíe mi poronga a su concha, parecía tener una aspiradora ya que literalmente la absorbió.
Allí comencé el mete y saca que la hizo estremecer, comencé a bombear frenéticamente hasta el punto que ella comenzó a pedir que parar por que le estaba haciendo daño, al lo que hice caso omiso, y seguí dándole igual. Yo estaba a mil y por fin acabé cayendo encima de ella.
Cuando me repuse miré su culo un poco dilatado y mi verga ya repuesta lo que me llevó a metérsela en el culo sin previo aviso. Ella pegó un salto, me miró y me dijo que siguiera, retomé el pone y saca.
Mi vecina gritaba como enloquecida mientras se metía la mano en la concha, el esfínter lo apretó, mi verga estaba que estallaba, por sus gemidos y alaridos noté que otra vez se estaba corriendo. Vibraba como una anguila, lloraba, gemía, gritaba, y yo feliz le estaba rompiendo el culo…
Mis huevos pegaban contra su concha chorreante de flujo que los pegoteaba. Se movía como si tuviera electricidad en el cuerpo, al parecer gozaba mucho con mi pija en el orto, otra vez apretó el culo, le agarré las tetas y se la metí bien hasta el fondo, para uq4e sintiera el rigor de mi instrumento, mi vecina susurraba, así mi machito, así que veo las estrellas de colores…
Continúe hasta que acabamos, le dejé bien llenito el culo con toda mi leche caliente, ella había tenido tres orgasmos, saqué mi verga y ella tomó una toallita, la limpió y me volvió a chupar la verga, los huevos mientras decía, gracias, gracias…
Luego de eso, su ventilador se descomponía todas las semanas.
Mi vecina
Hace ya algún tiempo, mi vecina, que es una mujer de unos 50 años, me llamó para que fuera a verla porque no le funcionaba bien un ventilador de techo. Fui a verlo y me encontré que ella me estaba esperando vestida con un mini short y un top, los cuales no concordaban mucho con su edad, pero si con su físico, que pese a su edad, estaba bastante firme.
Me subí a una escalera pera ver el ventilador, y cuando reaccioné ella estaba con un buen vaso de jugo de naranjas frío y mirando a mi bulto. Hacía mucho calor, y ella estaba transpirada, se notaba en su piel que estaba brillosa. Solo tenía un cable suelto el cuál conecté sin que ella viera, le dije que debía seguir buscando el problema. Esto lo hice para poder seguir viéndola un rato más. Desde arriba de las escaleras se podían ver bien sus pechos, yo los miraba fijamente para que ella lo notara y así poder ver su reacción.
Cuando bajé de las escaleras ella me dio el vaso de jugo y me llevó a la cocina para que me sentara un rato. Ella tomó un trozo de hielo y comenzó a pasárselo por su pecho y luego lo echó en mi vaso diciendome:
-¡Sé que me tenés ganas!
Yo no sabía cómo reaccionar, entonces ella se me acercó y me besó llevando su mano derecha a mi verga, la cual estaba bien dura. Yo le agarré uno de sus pechos y lo comencé a acariciar, ella se sacó el top y sus pechos saltaron como resortes. Entonces pude ver unos pezones rojos como fuego. Ella me dijo: -Desde que murió mi marido que no me como ninguna verga.
Acto seguido se arrodilló, me desabrochó el pantalón y me comenzó a chupar la verga. Era una maestra en el arte de mamar, su lengua recorría la cabeza de mi choto, y se la mandaba a fondo hasta que mi verga desaparecía completamente dentro de su boca. Ya estaba a punto de acabar, le dije que parara, la hice ponerse de pie y recostar sobre la mesa de la cocina. Le bajé el mini short, no llevaba bikini, y comencé a lamerle la concha. Para ese momento ella estaba completamente húmeda, mientras con mi dedo índice empecé a dilatarle el culo.
Ella gemía como loca, sus gritos se oían en toda la casa, mi lengua entraba y salía de su concha, en un momento me tomó por la nuca y hundió mi cara en su concha hasta que acabó, me incorporé y guíe mi poronga a su concha, parecía tener una aspiradora ya que literalmente la absorbió.
Allí comencé el mete y saca que la hizo estremecer, comencé a bombear frenéticamente hasta el punto que ella comenzó a pedir que parar por que le estaba haciendo daño, al lo que hice caso omiso, y seguí dándole igual. Yo estaba a mil y por fin acabé cayendo encima de ella.
Cuando me repuse miré su culo un poco dilatado y mi verga ya repuesta lo que me llevó a metérsela en el culo sin previo aviso. Ella pegó un salto, me miró y me dijo que siguiera, retomé el pone y saca.
Mi vecina gritaba como enloquecida mientras se metía la mano en la concha, el esfínter lo apretó, mi verga estaba que estallaba, por sus gemidos y alaridos noté que otra vez se estaba corriendo. Vibraba como una anguila, lloraba, gemía, gritaba, y yo feliz le estaba rompiendo el culo…
Mis huevos pegaban contra su concha chorreante de flujo que los pegoteaba. Se movía como si tuviera electricidad en el cuerpo, al parecer gozaba mucho con mi pija en el orto, otra vez apretó el culo, le agarré las tetas y se la metí bien hasta el fondo, para uq4e sintiera el rigor de mi instrumento, mi vecina susurraba, así mi machito, así que veo las estrellas de colores…
Continúe hasta que acabamos, le dejé bien llenito el culo con toda mi leche caliente, ella había tenido tres orgasmos, saqué mi verga y ella tomó una toallita, la limpió y me volvió a chupar la verga, los huevos mientras decía, gracias, gracias…
Luego de eso, su ventilador se descomponía todas las semanas.
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