Hoy me llamó la madre de Patricia, mi alumnita putona de 18 añitos. Se la oía preocupada y me dijo si podía pasarse a conversar sobre su hija. Acepté amablemente.
La esperé a la hora de la siesta, debido al calor mi estudio estaba en penumbras y con el aire puesto a full.
Al abrir me sorprendí al ver una hermosa yegua cuarentona, rubia teñida, cara de putísima y un cuerpo que se notaba que había sido garchado de mil maneras. Llevaba una mini blanca y musculosa, tacones altísimos y bronceada a base de sol y rayos x. Iba casi ridícula. La vieja se vestía igual que su nena. Ya empecé a comprender cual podía ser el problema...
Antes de entrar me miró de arriba a abajo, indudablemente mi atuendo, short y remera, la había sorprendido. Quedó un segundo observando mi bulto y disimulando me dio un beso.
- Soy Alejandra, la madre de Patri... encantada.
- Adelante, Carlos... su profe.
Nos sentamos en el sofá y le ofrecí limonada y un cigarrillo. Fumamos y charlamos de bueyes perdidos, mientras nos observábamos disimulando.
- Estoy preocupada por mi nena, mirá Carlos te voy a ser sincera...- dijo mirándome seria a los ojos.
- Confiá en mi Alejandra- le dije mirándole los labios.
- Está muy distraída ultimamente y creo que va a perder el año, es una edad difícil. Las hormonas...!- dijo abriendo los ojos...
- Si? no me imaginaba tanto...
- Sí, y además anoche pasó algo..., por eso te llamé.
- Contame
- Anoche la oí gemir en su habitación mientras soñaba, repetía tu nombre! jajaja... qué le habrás hecho?- rió la muy puta.
Ahí comprendí la finalidad de la visita de esta veterana. En realidad creo que había venido a buscar otra cosa.
- No sé Ale...- dudé sonriendo pícaramente - Qué pude haberle hecho?- pregunté mientras abrí las piernas un poco para que se notara mi bulto que iba creciendo.
Encendió otro cigarrillo, se acarició el pelo, y la pierna.
- Gemía como una putita...entendés? decía: cojeme Carlos, dale profe, dale...! - la imitó a la perfección....
- Jajajaa...! Cómo hacía?- insistí
- Ay noooo! me da verguenza, ya te lo hice....- disimuló la yegua madura y fibrosa.
- Jajaja, dale... me encantó.
- Ahgggg dale Carlos, cogeme, cogeme hijo de puta, metémela toda ahhhhh!!!! que hermosa pija que tenés....!!! - se estaba enloqueciendo.
- Ah!!! por lo menos en su imaginación tengo una hermosa pija- comenté
- Y se ve que sí..., sólo en su imaginación?- preguntó la zorra
- No entiendo Ale...
- Me refiero a que no le habrás hecho nada no?
(continuará...)
La esperé a la hora de la siesta, debido al calor mi estudio estaba en penumbras y con el aire puesto a full.
Al abrir me sorprendí al ver una hermosa yegua cuarentona, rubia teñida, cara de putísima y un cuerpo que se notaba que había sido garchado de mil maneras. Llevaba una mini blanca y musculosa, tacones altísimos y bronceada a base de sol y rayos x. Iba casi ridícula. La vieja se vestía igual que su nena. Ya empecé a comprender cual podía ser el problema...
Antes de entrar me miró de arriba a abajo, indudablemente mi atuendo, short y remera, la había sorprendido. Quedó un segundo observando mi bulto y disimulando me dio un beso.
- Soy Alejandra, la madre de Patri... encantada.
- Adelante, Carlos... su profe.
Nos sentamos en el sofá y le ofrecí limonada y un cigarrillo. Fumamos y charlamos de bueyes perdidos, mientras nos observábamos disimulando.
- Estoy preocupada por mi nena, mirá Carlos te voy a ser sincera...- dijo mirándome seria a los ojos.
- Confiá en mi Alejandra- le dije mirándole los labios.
- Está muy distraída ultimamente y creo que va a perder el año, es una edad difícil. Las hormonas...!- dijo abriendo los ojos...
- Si? no me imaginaba tanto...
- Sí, y además anoche pasó algo..., por eso te llamé.
- Contame
- Anoche la oí gemir en su habitación mientras soñaba, repetía tu nombre! jajaja... qué le habrás hecho?- rió la muy puta.
Ahí comprendí la finalidad de la visita de esta veterana. En realidad creo que había venido a buscar otra cosa.
- No sé Ale...- dudé sonriendo pícaramente - Qué pude haberle hecho?- pregunté mientras abrí las piernas un poco para que se notara mi bulto que iba creciendo.
Encendió otro cigarrillo, se acarició el pelo, y la pierna.
- Gemía como una putita...entendés? decía: cojeme Carlos, dale profe, dale...! - la imitó a la perfección....
- Jajajaa...! Cómo hacía?- insistí
- Ay noooo! me da verguenza, ya te lo hice....- disimuló la yegua madura y fibrosa.
- Jajaja, dale... me encantó.
- Ahgggg dale Carlos, cogeme, cogeme hijo de puta, metémela toda ahhhhh!!!! que hermosa pija que tenés....!!! - se estaba enloqueciendo.
- Ah!!! por lo menos en su imaginación tengo una hermosa pija- comenté
- Y se ve que sí..., sólo en su imaginación?- preguntó la zorra
- No entiendo Ale...
- Me refiero a que no le habrás hecho nada no?
(continuará...)
2 comentarios - Mi Alumnita (Episodio 5)