Una amiga de la cual soy confidente, me contó que la relación con su marido estaba atravesando una etapa algo conflictiva, por lo que decidieron hacer un viaje juntos para ver si podían salvar su matrimonio.
Como tienen un buen pasar eligieron la Riviera Maya con su belleza salvaje y sus playas paradisíacas, un lugar romántico propicio para un reencuentro y reconciliación (al menos eso pensaba mi amiga).
Durante el viaje el se mostró poco comunicativo y la mayor parte se la paso viendo películas o durmiendo, cuando llegaron al hotel, rápidamente se registraron y fueron a la habitación, la misma tenia en medio un jacuzzi y un amplio balcón que daba a la playa con su arena blanca que hace contraste con el celeste intenso del agua, ella muy entusiasmada le ofrece una bebida, se desnudaba sensualmente y lo abraza por la espalda apoyando sus pechos firmes, acariciándole los pectorales y bajando hacia genitales, rápidamente el zafa del abrazo y con la excusa que esta cansado por el viaje, se mete al baño a tomar una ducha, cuando sale a pesar de la invitación de ella para comparta el baño de espuma que estaba tomando en el jacuzzi, se acuesta y a los pocos minutos empieza a roncar sonoramente, ella con gran desilusión decide salir de la habitación a dar un paseo, se pone un lindo vestido blanco algo transparente que dejaba traslucir su ropa interior, y un cuerpo encantador que no delata los 47 años de edad que tiene mi amiga, se sienta en la terraza que da al mar, cae el atardecer con una suave brisa que invita a tomar un trago exótico y refrescante.
Después de que el mozo le sirviera la bebida, comienza a mirar a su alrededor y advierte la presencia de un hombre en otra mesa que esta solo al igual que ella, le llama la atención por que el la miraba insistentemente, es un hombre maduro, cabello corto canoso, su piel muy bronceada, como si fuera del lugar, rasgos muy masculinos, alto pero no musculoso, su corazón se acelero al sentirse incómodamente observada, pero a la vez le gustaba y excitaba la situación, su cuerpo sintió después de mucho tiempo un calor intenso, el roce de su vestido la hizo imaginar que eran sus manos las que recorrían su cuerpo tocando cada punto sensible, llegando a sus lugares mas íntimos, sintió que su piel se erizaba imaginando tan dulce contacto, de pronto el se levanto, ella quedo paralizada y se sonrojo pensando que el se acercaría, pero no fue así, se perdió entre medio de un grupo de personas que se acercaba al lugar.
Estaba anocheciendo cuando regreso a su habitación, lo hacia despacio buscando con su mirada al hombre que tanto la había perturbado, con la secreta esperanza de encontrarse con el, entro a la habitación que estaba en penumbras, su marido dormía profundamente, se acostó sigilosamente a su lado, en su mente estaba la imagen del hombre misterioso que la había cautivado y conseguido excitarla con solo mirarla, cerros su ojos y sus manos empezaron a acariciar su cuerpo, sus dedos apretaban los pezones que estaban cada vez mas duros, bajo lentamente una de sus manos recorriendo su vientre hasta llegar a su vagina, la sintió totalmente mojada, introdujo sus dedos en lo mas profundo moviéndolos como si fuera un pene, entraban y salían vertiginosamente, no tardo en sentir esa electricidad recorriendo su cuerpo que precedía al orgasmo, gimiendo calladamente sintió sus dedos inundamos por una terrible acabada como hacia mucho tiempo no experimentaba, exhausta por tan placentero orgasmo se sumió en un profundo sueño.
Al otro día después del desayuno fueron a la playa con su marido, estaban de muy buen humor jugaron en el agua animadamente como dos adolescentes, ella se sintió entusiasmada por que presentía que las cosas estaban mejorando con su marido y que las cosas volverían a ser como antes, ansiaba volver a la habitación para tener sexo y sentirlo dentro suyo, salieron del agua y ella advirtió que su cuerpo era atravesado por una mirada acariciante, levanto la cabeza y sus ojos se encontraron con los ojos de aquel hombre que la había perturbado tanto la noche anterior, desde la terraza la observaba casi desnudándola, sintió cierta incomodidad por la presencia de su esposo, este ajeno a todo se tumbo en una reposera, ella hizo lo mismo, al rato con la excusa de buscar una crema se levanto para ver si el hombre misterioso aun seguía en la terraza, con gran desilusión comprobó que ya se había ido.
Los días transcurrieron con gran pena de mi amiga, ya que su marido no cumplió con sus deberes conyugales a pesar de las constantes invitaciones al amor, esto hacia presagiar el fin del matrimonio, intento dialogar con el pero siempre de una manera u otra desviaba la conversación hacia otros temas, no queriendo arruinar los que quizás serian las ultimas vacaciones juntos, decidió resolver el problema cuando volvieran de viaje.
El día que se disponían a partir, sentados en el lobby del hotel, el marido advierte que su reloj quedo en la habitación, pide al conserje le facilite la lave magnética para buscarlo, ella se dirige a la habitación antes que entre el servicio de limpieza, grande fue su sorpresa cuando en el pasillo encontró a aquel hombre misterioso e intimidante, no había nadie, se miraron en silencio, y el se acerco a ella dándole un beso profundamente apasionado que la dejo sin aliento ni reacción, mientras acariciaba su cuerpo a través del vestido, la tomo entre sus brazos y entraron en la habitación, ella sin poner resistencia lo dejo hacer, suavemente comenzó a subirle el vestido, sintiendo como sus manos subían por sus piernas, las recorrió con firmeza hasta llegar a su prenda intima, quitándosela con un movimiento experto, mientras sus labios seguían pegados a los suyos y sus lenguas entrelazadas en un apasionado beso, no supo en que momento se encontraba desnuda recostada sobre un hermoso sillón blanco, sin sacar los ojos de los suyos comenzó a recorrer su vagina con la lengua, ella gimió de placer eran tan suaves y dulces sus caricias que provocaron su primer orgasmo, sintió explotar su vientre como un volcán en erupción, sintiendo correr piernas abajo su dulce emisión cual fuera lava candente, después el saco del pantalón su miembro dejándolo a merced de ella, que lo tomo ávidamente entre sus manos acariciándolo cuan largo era, lo introdujo en su boca succionando firmemente, mientras el la observaba como lo chupaba golosamente gimiendo de placer, ninguno de los dos quería que todo acabase allí, derramando la leche en la boca que tenia prisionera su pija, el se monto sobre ella fundiendo sus bocas y sus cuerpos en uno solo, su verga presionaba los labios de su vagina, y de un golpe se la introdujo hasta la raíz, fue tan apasionado y vehemente el movimiento y tal el grado de excitación que ambos tenían, que los dos llegaron al unísono al éxtasis infinitos, sus cuerpos se mantenían unidos ardiendo de pasión, sentía como se inundaba su vagina de leche espesa y caliente, ella respondió con un generoso tributo que se mezclo con la abundante eyaculacion, llenando el aire de un olor dulzón a sexo.
Sin decir palabras, ella se vistió, recogió el reloj y salio de la habitación, sabia que su vida había cambiado para siempre, y que ella no volvería a ser la misma.
Como tienen un buen pasar eligieron la Riviera Maya con su belleza salvaje y sus playas paradisíacas, un lugar romántico propicio para un reencuentro y reconciliación (al menos eso pensaba mi amiga).
Durante el viaje el se mostró poco comunicativo y la mayor parte se la paso viendo películas o durmiendo, cuando llegaron al hotel, rápidamente se registraron y fueron a la habitación, la misma tenia en medio un jacuzzi y un amplio balcón que daba a la playa con su arena blanca que hace contraste con el celeste intenso del agua, ella muy entusiasmada le ofrece una bebida, se desnudaba sensualmente y lo abraza por la espalda apoyando sus pechos firmes, acariciándole los pectorales y bajando hacia genitales, rápidamente el zafa del abrazo y con la excusa que esta cansado por el viaje, se mete al baño a tomar una ducha, cuando sale a pesar de la invitación de ella para comparta el baño de espuma que estaba tomando en el jacuzzi, se acuesta y a los pocos minutos empieza a roncar sonoramente, ella con gran desilusión decide salir de la habitación a dar un paseo, se pone un lindo vestido blanco algo transparente que dejaba traslucir su ropa interior, y un cuerpo encantador que no delata los 47 años de edad que tiene mi amiga, se sienta en la terraza que da al mar, cae el atardecer con una suave brisa que invita a tomar un trago exótico y refrescante.
Después de que el mozo le sirviera la bebida, comienza a mirar a su alrededor y advierte la presencia de un hombre en otra mesa que esta solo al igual que ella, le llama la atención por que el la miraba insistentemente, es un hombre maduro, cabello corto canoso, su piel muy bronceada, como si fuera del lugar, rasgos muy masculinos, alto pero no musculoso, su corazón se acelero al sentirse incómodamente observada, pero a la vez le gustaba y excitaba la situación, su cuerpo sintió después de mucho tiempo un calor intenso, el roce de su vestido la hizo imaginar que eran sus manos las que recorrían su cuerpo tocando cada punto sensible, llegando a sus lugares mas íntimos, sintió que su piel se erizaba imaginando tan dulce contacto, de pronto el se levanto, ella quedo paralizada y se sonrojo pensando que el se acercaría, pero no fue así, se perdió entre medio de un grupo de personas que se acercaba al lugar.
Estaba anocheciendo cuando regreso a su habitación, lo hacia despacio buscando con su mirada al hombre que tanto la había perturbado, con la secreta esperanza de encontrarse con el, entro a la habitación que estaba en penumbras, su marido dormía profundamente, se acostó sigilosamente a su lado, en su mente estaba la imagen del hombre misterioso que la había cautivado y conseguido excitarla con solo mirarla, cerros su ojos y sus manos empezaron a acariciar su cuerpo, sus dedos apretaban los pezones que estaban cada vez mas duros, bajo lentamente una de sus manos recorriendo su vientre hasta llegar a su vagina, la sintió totalmente mojada, introdujo sus dedos en lo mas profundo moviéndolos como si fuera un pene, entraban y salían vertiginosamente, no tardo en sentir esa electricidad recorriendo su cuerpo que precedía al orgasmo, gimiendo calladamente sintió sus dedos inundamos por una terrible acabada como hacia mucho tiempo no experimentaba, exhausta por tan placentero orgasmo se sumió en un profundo sueño.
Al otro día después del desayuno fueron a la playa con su marido, estaban de muy buen humor jugaron en el agua animadamente como dos adolescentes, ella se sintió entusiasmada por que presentía que las cosas estaban mejorando con su marido y que las cosas volverían a ser como antes, ansiaba volver a la habitación para tener sexo y sentirlo dentro suyo, salieron del agua y ella advirtió que su cuerpo era atravesado por una mirada acariciante, levanto la cabeza y sus ojos se encontraron con los ojos de aquel hombre que la había perturbado tanto la noche anterior, desde la terraza la observaba casi desnudándola, sintió cierta incomodidad por la presencia de su esposo, este ajeno a todo se tumbo en una reposera, ella hizo lo mismo, al rato con la excusa de buscar una crema se levanto para ver si el hombre misterioso aun seguía en la terraza, con gran desilusión comprobó que ya se había ido.
Los días transcurrieron con gran pena de mi amiga, ya que su marido no cumplió con sus deberes conyugales a pesar de las constantes invitaciones al amor, esto hacia presagiar el fin del matrimonio, intento dialogar con el pero siempre de una manera u otra desviaba la conversación hacia otros temas, no queriendo arruinar los que quizás serian las ultimas vacaciones juntos, decidió resolver el problema cuando volvieran de viaje.
El día que se disponían a partir, sentados en el lobby del hotel, el marido advierte que su reloj quedo en la habitación, pide al conserje le facilite la lave magnética para buscarlo, ella se dirige a la habitación antes que entre el servicio de limpieza, grande fue su sorpresa cuando en el pasillo encontró a aquel hombre misterioso e intimidante, no había nadie, se miraron en silencio, y el se acerco a ella dándole un beso profundamente apasionado que la dejo sin aliento ni reacción, mientras acariciaba su cuerpo a través del vestido, la tomo entre sus brazos y entraron en la habitación, ella sin poner resistencia lo dejo hacer, suavemente comenzó a subirle el vestido, sintiendo como sus manos subían por sus piernas, las recorrió con firmeza hasta llegar a su prenda intima, quitándosela con un movimiento experto, mientras sus labios seguían pegados a los suyos y sus lenguas entrelazadas en un apasionado beso, no supo en que momento se encontraba desnuda recostada sobre un hermoso sillón blanco, sin sacar los ojos de los suyos comenzó a recorrer su vagina con la lengua, ella gimió de placer eran tan suaves y dulces sus caricias que provocaron su primer orgasmo, sintió explotar su vientre como un volcán en erupción, sintiendo correr piernas abajo su dulce emisión cual fuera lava candente, después el saco del pantalón su miembro dejándolo a merced de ella, que lo tomo ávidamente entre sus manos acariciándolo cuan largo era, lo introdujo en su boca succionando firmemente, mientras el la observaba como lo chupaba golosamente gimiendo de placer, ninguno de los dos quería que todo acabase allí, derramando la leche en la boca que tenia prisionera su pija, el se monto sobre ella fundiendo sus bocas y sus cuerpos en uno solo, su verga presionaba los labios de su vagina, y de un golpe se la introdujo hasta la raíz, fue tan apasionado y vehemente el movimiento y tal el grado de excitación que ambos tenían, que los dos llegaron al unísono al éxtasis infinitos, sus cuerpos se mantenían unidos ardiendo de pasión, sentía como se inundaba su vagina de leche espesa y caliente, ella respondió con un generoso tributo que se mezclo con la abundante eyaculacion, llenando el aire de un olor dulzón a sexo.
Sin decir palabras, ella se vistió, recogió el reloj y salio de la habitación, sabia que su vida había cambiado para siempre, y que ella no volvería a ser la misma.
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