Yo antes trabajaba en un museo, y como todos, tenia una tienda de regalos, ahí conocía a bastantes chicas, por lo general sólo hablábamos un rato, ellas solían ser siempre mucho mayores que yo.
Una mañana llegó una chica nueva, tenia 32 años, 7 más que yo, y no paraba de hablar, estuvimos varias horas hablando por el aburrimiento y eso, pero yo notaba que ella se me insinuaba cada vez más, haciendo comentarios más picantes cada vez cuando apenas nos conocíamos.
Yo no le seguía el juego, ella no me llamaba demasiado la atención, estaba bastante gorda y de cara no era nada especial.
Pero llegó un momento en el que ya empezó a hablar de sexo directamente cuando no había nadie cerca escuchando, la conversación se hizo bastante excitante porque se quedaba siempre a medias mientras atendíamos a la gente y bueno, yo estoy muy salido, ella parecía que también y empezó a contarme como le gustaba follar.
Aunque me excitaba yo no llegué a tomármelo en serio hasta que me dijo que le encantaba practicar el sexo anal, que siempre que tenía una oportunidad lo quería dentro de su culo. Me contó que tenía el ano muy dilatado de todas las veces que lo había hecho y que le resultaba muy fácil hacerlo por atrás, que sólo chupaba un poco el pene, se metía unos dedos y ya entraba.
Claro, a mí eso ya me hizo excitarme bastante y le pregunté de broma que si me estaba proponiendo algo, ella sonrió y me dijo:
- Ya te he dicho que aprovecho cualquier oportunidad
Así que le dije que aceptaba, decidimos esperar hasta la comida, para comer teníamos 1 hora libre, y todo el mundo a esa hora comía en la cafetería, nadie bajaba a los vestuarios, pasamos el rato que faltaba prácticamente sin hablarnos pues estábamos bastante nerviosos.
A mí ella seguía sin atraerme físicamente pero cuando se agachaba y veía su gordo culo, sólo pensaba en que dentro de poco estaría follándomela entre sus grandes nalgas.
A la hora de la comida, cerramos y bajamos por separado a la zona de los vestuarios, ella esperaba en el mío, la besé y ella en lugar de seguirme el beso me dijo que lo quería todo y me desabrochó el pantalón.
Cogí y bloqueé con uno de los bancos del vestuario la puerta por si acaso alguien bajaba y entraba, nos desnudamos y ella empezó a pajearme, al principio con la mano, luego se la metí un poco en la boca mientras estaba sentada en el otro banco y yo de pie en frente.
Le dije q se levantara y le metí los dedos en el coño y luego en su ano, tenía razón, entraron fácilmente los dedos, yo nunca lo había hecho por ahí pero sí q había metido dedos y sabía que costaba más.
Ella escupió encima de mi pene y lo extendió con su mano, se dió la vuelta, puso un pie encima del banco y otro en el suelo, así que yo directamente desde detrás la penetré sin pensarlo y bastante fuerte.
Entró la mitad bastante fácil, luego fui empujando mientras sacaba y metía hasta que entró entera y cada vez íbamos más rápido.
Mientras follábamos pensé en que no me había puesto condón pero estaba demasiado excitado para pensar mucho más.
No tardé mucho en sentir que me iba a correr, así que aceleré y la metí todo lo que pude mientras me corría, ella parecía bastante contenta.
Cuando la saqué estaba un poco manchada y me tuve que lavar por encima con jabón, ella se colocó una compresa debajo del culo porque me dijo que sino iba a estar goteando un buen rato y manchando.
Después de ese día la vi algún día, aunque nuestros horarios no coincidían y no volvimos a hacerlo,
Una mañana llegó una chica nueva, tenia 32 años, 7 más que yo, y no paraba de hablar, estuvimos varias horas hablando por el aburrimiento y eso, pero yo notaba que ella se me insinuaba cada vez más, haciendo comentarios más picantes cada vez cuando apenas nos conocíamos.
Yo no le seguía el juego, ella no me llamaba demasiado la atención, estaba bastante gorda y de cara no era nada especial.
Pero llegó un momento en el que ya empezó a hablar de sexo directamente cuando no había nadie cerca escuchando, la conversación se hizo bastante excitante porque se quedaba siempre a medias mientras atendíamos a la gente y bueno, yo estoy muy salido, ella parecía que también y empezó a contarme como le gustaba follar.
Aunque me excitaba yo no llegué a tomármelo en serio hasta que me dijo que le encantaba practicar el sexo anal, que siempre que tenía una oportunidad lo quería dentro de su culo. Me contó que tenía el ano muy dilatado de todas las veces que lo había hecho y que le resultaba muy fácil hacerlo por atrás, que sólo chupaba un poco el pene, se metía unos dedos y ya entraba.
Claro, a mí eso ya me hizo excitarme bastante y le pregunté de broma que si me estaba proponiendo algo, ella sonrió y me dijo:
- Ya te he dicho que aprovecho cualquier oportunidad
Así que le dije que aceptaba, decidimos esperar hasta la comida, para comer teníamos 1 hora libre, y todo el mundo a esa hora comía en la cafetería, nadie bajaba a los vestuarios, pasamos el rato que faltaba prácticamente sin hablarnos pues estábamos bastante nerviosos.
A mí ella seguía sin atraerme físicamente pero cuando se agachaba y veía su gordo culo, sólo pensaba en que dentro de poco estaría follándomela entre sus grandes nalgas.
A la hora de la comida, cerramos y bajamos por separado a la zona de los vestuarios, ella esperaba en el mío, la besé y ella en lugar de seguirme el beso me dijo que lo quería todo y me desabrochó el pantalón.
Cogí y bloqueé con uno de los bancos del vestuario la puerta por si acaso alguien bajaba y entraba, nos desnudamos y ella empezó a pajearme, al principio con la mano, luego se la metí un poco en la boca mientras estaba sentada en el otro banco y yo de pie en frente.
Le dije q se levantara y le metí los dedos en el coño y luego en su ano, tenía razón, entraron fácilmente los dedos, yo nunca lo había hecho por ahí pero sí q había metido dedos y sabía que costaba más.
Ella escupió encima de mi pene y lo extendió con su mano, se dió la vuelta, puso un pie encima del banco y otro en el suelo, así que yo directamente desde detrás la penetré sin pensarlo y bastante fuerte.
Entró la mitad bastante fácil, luego fui empujando mientras sacaba y metía hasta que entró entera y cada vez íbamos más rápido.
Mientras follábamos pensé en que no me había puesto condón pero estaba demasiado excitado para pensar mucho más.
No tardé mucho en sentir que me iba a correr, así que aceleré y la metí todo lo que pude mientras me corría, ella parecía bastante contenta.
Cuando la saqué estaba un poco manchada y me tuve que lavar por encima con jabón, ella se colocó una compresa debajo del culo porque me dijo que sino iba a estar goteando un buen rato y manchando.
Después de ese día la vi algún día, aunque nuestros horarios no coincidían y no volvimos a hacerlo,
7 comentarios - [Relato] Anal Con Una Gorda Compañera De Trabajo