Hace bastante calor en el salón. A sus padres les gusta tener la calefacción muy fuerte, según dicen, porque si no, no se caldea la casa… Es sábado y hemos venido a comer con sus padres, ahora estamos viendo una película, de acción, no es gran cosa, pero para pasar el rato… Los padres de Oli no me tienen demasiado aprecio porque piensan que soy muy joven para él (él tiene 33 años y me saca cinco) y que llamo demasiado la atención. Me llamo Irina, tengo los ojos azules muy grandes y el cabello castaño claro, me gusta arreglarme y antes de estar con Oli he tenido muchas aventuras… Eso a él no le importa, pero a sus padres sí. No es que les caiga mal ni que me odien, ellos ven que su hijo es feliz conmigo y eso les basta… pero supongo que hubieran deseado tener como nuera a una chica más parecida a ellos. Y sobre todo, tenerla como “nuera oficial”, y no como “la chica que vive con su hijo”. Oli y yo llevamos poco tiempo, pero ya vivimos juntos y somos pareja formal; de aquí a un año más o menos, nos casaremos, pero mientras tanto, ¿porqué vivir separados…?
En el caldeado salón de la casa de sus padres, hay tres sillones de tres plazas, dispuestos en forma de U. En el tresillo derecho están mis suegros, ella hace punto y mira la tele, él sólo mira la tele y de vez en cuando a nosotros… supongo que no le acaba de gustar la postura que hemos cogido. Estamos tumbados en el tresillo, Oli a mi espalda, abrazándome por la cintura, los dos descalzos… así dormimos la siesta y al despertarnos, la verdad que no nos apeteció cambiar de postura. Por respeto a sus padres, llevo una falda tan larga que me llega casi a los tobillos, muy suelta, y un jersey de punto también bastante holgado. Oli se apoya en el otro brazo para mirar la tele por encima de mí, mientras yo estoy acostada sobre un cojín. Si la peli no fuera tan aburrida, si no hiciera tanto calor, y sobre todo, si no tuviera miedo de que a sus padres le pueda sentar mal algo de lo que yo diga o haga, estaría a gustísimo… La mano derecha de Oli, donde apoya la cabeza, me acaricia suavemente el pelo del flequillo, la frente… le miro. Veo ternura en sus ojos, cariño… pero también una puntita de deseo. Su pierna se desliza sobre las mías y me acaricia los pies con los suyos. Me sonríe. Inclina lentamente su cabeza sobre la mía, entornando los ojos y sus labios se posan castamente en mi boca, sin ruido…
-Oliveeeerio… – su padre nos mira con reconvención.
-¿Qué, papá?
-Que ya tenemos puesta la tele, no hace falta que representes tú el Tenooorio…
Oli carraspea y parece azorado, mientras yo intento que mi cara no refleje el fastidio que siento, ¡no era más que beso! Si le hubiera metido la lengua en la boca, lo entendería, pero no ha sido más que un pico inocente… vistas las cosas en su casa, no me extraña que Oli llegara virgen a los 33 tacos… Sé que ese comportamiento tan rígido de sus padres le exaspera; para ellos, las demostraciones de cariño más nimias, son cosa que sucede sólo en el dormitorio, jamás delante de terceros… En fin. Oli resopla detrás de mí, sé que está molesto, y lo está más aún porque sabe que yo lo estoy. No le gusta que su padre le regañe, pero le gusta menos que lo haga delante de mí, porque yo directamente lo detesto, y cualquier día voy a saltar como un fulminante… Oli coge otro par de cojines del suelo y se los pone bajo la cabeza para poder ver sobre mí y descansar el brazo en el que hasta ahora ha apoyado la cabeza. Su brazo se pega a mi espalda, me da aún más calor, pero es un calor agradable… El brazo que descansaba en mi cintura me aprieta un poco más contra él, y su mano oculta empieza a acariciar suavemente mis nalgas… Oli, ¿…qué haces…? Vuelvo la cara hacia él para interrogarle con la mirada, pero su cara está completamente inexpresiva, sólo una chispa de picardía se enciende en sus ojos… Esa misma mano busca el cierre trasero de mi larga y holgada falda, baja la cremallera y se introduce por la abertura sin ningún reparo… Yo casi no me atrevo a respirar…
Sus padres miran la tele en la que los típicos policías superduros visitan un club de striptease, algo que, lo sabemos todos, es imprescindible en toda investigación que se precie… Están ajenos a todo lo que sucede fuera de la pantalla, pero yo estoy temblando de nervios al sentir la mano de Oli, cálida, ardiente, acariciando la cara interna de mis muslos, y mis nalgas, protegidas sólo por la suave tela de las bragas… Mi Oli juega con la tela, sus dedos se introducen y salen de ella, acariciando alternativamente tela y piel… no, no… por favor, no lo hagas… ¡aquí no! Su mano aprieta mis nalgas alternativamente, pero con toda calma… está ya por dentro de mis bragas, y tengo que tensar mis piernas para evitar un respingo cuando sus dedos rozan mis labios… estás loco… ¡delante de tus padres…! No me acaricies así… no seas cruel… sabes que me gusta mucho… sus dedos hacen deliciosas cosquillas en mi vulva. Estoy aterrada porque se pueda notar, pero sé que mi falda es lo bastante holgada para que no se vea nada en absoluto… aún sabiendo esto, estoy muy nerviosa… quisiera que parara…
Pero Oli no se detiene. Acaricia de modo exasperantemente lento… lento y delicioso, me está haciendo “sufrir” muchísimo… Mis pezones están erectos y duros, me duelen… pero mi coñito no aguanta más el dulcísimo cosquilleo y empieza a mojarse… los dedos de Oli bajan hasta mi agujerito para empaparse en mis jugos… aaah… sentir sus dedos en mi entradita me vuelve loca de deseo… Sus dedos, bien mojados, suben de nuevo, ahora abriendo mis labios… ¡mmmh! Mis nalgas tiemblan al sentir que han rozado mi perlita… para, por favor… Oli, basta… no, no quiero… me gusta, pero no quiero… mmmmh… su dedo corazón acaricia mi clítoris, ya chorreante y deseoso… Lo mueve en círculos, muy despacito, sobre él, cada roce me hace sentir indefiniblemente bien… ooh… por favor, Oli… no… no… no pares… lo admito, he pasado el punto en el cual podía tener control sobre mí misma o podía pensar con sensatez… ahora sólo pienso en placer, sentir, sentir… sííííí…. Su dedo cambia el ritmo de las caricias… de lento a lentísimo, recreándose en cada giro…. ¡oh, sí…! ¡Ahora lo está haciendo de arriba abajo…! Mmmmmh…. Más, sí…. Dame más, hazme más cosquillas, cariño….
Sus padres siguen mirando la tele… yo lucho por no moverme, por no hacer ningún gesto, porque no se me escape ningún gemido de gustito… y es difícil, terriblemente difícil… aaah… Oli, eres un capullo, ¿lo sabías…? ¡Qué bien me lo estás haciendoooo….! ¡Me encanta…! Sigue así… Tu dedo corazón sigue en mi clítoris, ahora en círculos, ahora de arriba abajo… tus otros dedos acarician más abajo, intentando llegar a mi agujerito… me noto literalmente empapada, tienes que tener la mano chorreando hasta la muñeca…. Mmmmh…. Más, más… aaaah…. ¿Cómo… cómo puedes estar tan sereno…? Miro tu cara… con la vista fija en la pantalla del televisor… inexpresivo… y sin embargo, tu verga erecta se clava entre mis nalgas… ooh… sé que así no me la puedes meter, pero, Dios, daría cualquier cosa porque lo hicieras, porque ahora mismo me taladraras sin piedad… sigue, sigueee… mi placer va en aumento… tus caricias no suben de ritmo, pretendes torturarme… lo haces deliciosamente… así tan despacitooo… qué dulce…
Mis manos se crispan sobre la tela del cojín en el que estoy apoyada. Intento relajarme, pero el placer que sube desde mi coñito me lo impide… mis piernas se tensan para apresar la mano de Oli, cuyos dedos siguen acariciando sin compasión mi indefensa perlita que se estremece de gusto a cada suave frote… aaah… qué calor… no voy a poder aguantar mucho más…. Oli sigue variando el sentido de las caricias… de arriba abajo… en círculos… a veces, da golpecitos… cada rato su dedo baja a mi agujerito para mojarse más, y sube otra vez, rozando por mi coñito…. Oooh, qué fuerza de voluntad necesito para reprimirme…. Mmmmmmmmmh…. Quisiera gemir, quisiera mover las caderas…. Quisiera ponerme encima de mi Oli y cabalgarle hasta el orgasmooo… por favor, qué placer…. No pares, Oli, no…te…pares….
Me voy a correr… puedo sentirlo…. El placer no deja de aumentar… me siento tan bien, y al mismo tiempo sufro tanto… ¡tengo fuego en el coño! Sigue… sigue…. Noto cómo el calor se expande desde mi perlita por todo mi coño… cada vez es mejor…. Un poquito más, por favor…. Un poquito más…. ¡sííííí……..! Pasas tu pierna sobre las mías, intentando que no se note la convulsión…. Mis manos aferran el cojín… mi coño suelta jugos y mis ojos se cierran sin que pueda evitarlo, noto que mi boca se curva en una sonrisa de gustito mientras el placer delicioso inunda mi cuerpo de pies a cabeza y mi sexo se contrae… mi clítoris tiembla y se estremece, tus dedos siguen acariciando mientras mis labios vaginales los abrazan suavemente… qué gusto…. Qué bueno ha sido… qué maravilla….
-¿Estás bien, Irina? Sudas mucho… – la pregunta de la madre de Oli tiene algo más de metódico que de preocupado, pero aún así se nota su interés. En un descansillo de la película se han vuelto a mirarnos.
-Es que hace bastante calor aquí, mamá… – dice enseguida mi Oli. Mientras su madre va a la cocina a apagar la calefacción, yo voy tomando aire y él se limpia los dedos empapados en mis bragas, saca la mano y cierra la cremallera. Su padre aprovecha para ir al baño durante los anuncios, y Oli y yo podemos besarnos… ésta te la debo, cielo… en cuanto lleguemos a casa esta noche…
En el caldeado salón de la casa de sus padres, hay tres sillones de tres plazas, dispuestos en forma de U. En el tresillo derecho están mis suegros, ella hace punto y mira la tele, él sólo mira la tele y de vez en cuando a nosotros… supongo que no le acaba de gustar la postura que hemos cogido. Estamos tumbados en el tresillo, Oli a mi espalda, abrazándome por la cintura, los dos descalzos… así dormimos la siesta y al despertarnos, la verdad que no nos apeteció cambiar de postura. Por respeto a sus padres, llevo una falda tan larga que me llega casi a los tobillos, muy suelta, y un jersey de punto también bastante holgado. Oli se apoya en el otro brazo para mirar la tele por encima de mí, mientras yo estoy acostada sobre un cojín. Si la peli no fuera tan aburrida, si no hiciera tanto calor, y sobre todo, si no tuviera miedo de que a sus padres le pueda sentar mal algo de lo que yo diga o haga, estaría a gustísimo… La mano derecha de Oli, donde apoya la cabeza, me acaricia suavemente el pelo del flequillo, la frente… le miro. Veo ternura en sus ojos, cariño… pero también una puntita de deseo. Su pierna se desliza sobre las mías y me acaricia los pies con los suyos. Me sonríe. Inclina lentamente su cabeza sobre la mía, entornando los ojos y sus labios se posan castamente en mi boca, sin ruido…
-Oliveeeerio… – su padre nos mira con reconvención.
-¿Qué, papá?
-Que ya tenemos puesta la tele, no hace falta que representes tú el Tenooorio…
Oli carraspea y parece azorado, mientras yo intento que mi cara no refleje el fastidio que siento, ¡no era más que beso! Si le hubiera metido la lengua en la boca, lo entendería, pero no ha sido más que un pico inocente… vistas las cosas en su casa, no me extraña que Oli llegara virgen a los 33 tacos… Sé que ese comportamiento tan rígido de sus padres le exaspera; para ellos, las demostraciones de cariño más nimias, son cosa que sucede sólo en el dormitorio, jamás delante de terceros… En fin. Oli resopla detrás de mí, sé que está molesto, y lo está más aún porque sabe que yo lo estoy. No le gusta que su padre le regañe, pero le gusta menos que lo haga delante de mí, porque yo directamente lo detesto, y cualquier día voy a saltar como un fulminante… Oli coge otro par de cojines del suelo y se los pone bajo la cabeza para poder ver sobre mí y descansar el brazo en el que hasta ahora ha apoyado la cabeza. Su brazo se pega a mi espalda, me da aún más calor, pero es un calor agradable… El brazo que descansaba en mi cintura me aprieta un poco más contra él, y su mano oculta empieza a acariciar suavemente mis nalgas… Oli, ¿…qué haces…? Vuelvo la cara hacia él para interrogarle con la mirada, pero su cara está completamente inexpresiva, sólo una chispa de picardía se enciende en sus ojos… Esa misma mano busca el cierre trasero de mi larga y holgada falda, baja la cremallera y se introduce por la abertura sin ningún reparo… Yo casi no me atrevo a respirar…
Sus padres miran la tele en la que los típicos policías superduros visitan un club de striptease, algo que, lo sabemos todos, es imprescindible en toda investigación que se precie… Están ajenos a todo lo que sucede fuera de la pantalla, pero yo estoy temblando de nervios al sentir la mano de Oli, cálida, ardiente, acariciando la cara interna de mis muslos, y mis nalgas, protegidas sólo por la suave tela de las bragas… Mi Oli juega con la tela, sus dedos se introducen y salen de ella, acariciando alternativamente tela y piel… no, no… por favor, no lo hagas… ¡aquí no! Su mano aprieta mis nalgas alternativamente, pero con toda calma… está ya por dentro de mis bragas, y tengo que tensar mis piernas para evitar un respingo cuando sus dedos rozan mis labios… estás loco… ¡delante de tus padres…! No me acaricies así… no seas cruel… sabes que me gusta mucho… sus dedos hacen deliciosas cosquillas en mi vulva. Estoy aterrada porque se pueda notar, pero sé que mi falda es lo bastante holgada para que no se vea nada en absoluto… aún sabiendo esto, estoy muy nerviosa… quisiera que parara…
Pero Oli no se detiene. Acaricia de modo exasperantemente lento… lento y delicioso, me está haciendo “sufrir” muchísimo… Mis pezones están erectos y duros, me duelen… pero mi coñito no aguanta más el dulcísimo cosquilleo y empieza a mojarse… los dedos de Oli bajan hasta mi agujerito para empaparse en mis jugos… aaah… sentir sus dedos en mi entradita me vuelve loca de deseo… Sus dedos, bien mojados, suben de nuevo, ahora abriendo mis labios… ¡mmmh! Mis nalgas tiemblan al sentir que han rozado mi perlita… para, por favor… Oli, basta… no, no quiero… me gusta, pero no quiero… mmmmh… su dedo corazón acaricia mi clítoris, ya chorreante y deseoso… Lo mueve en círculos, muy despacito, sobre él, cada roce me hace sentir indefiniblemente bien… ooh… por favor, Oli… no… no… no pares… lo admito, he pasado el punto en el cual podía tener control sobre mí misma o podía pensar con sensatez… ahora sólo pienso en placer, sentir, sentir… sííííí…. Su dedo cambia el ritmo de las caricias… de lento a lentísimo, recreándose en cada giro…. ¡oh, sí…! ¡Ahora lo está haciendo de arriba abajo…! Mmmmmh…. Más, sí…. Dame más, hazme más cosquillas, cariño….
Sus padres siguen mirando la tele… yo lucho por no moverme, por no hacer ningún gesto, porque no se me escape ningún gemido de gustito… y es difícil, terriblemente difícil… aaah… Oli, eres un capullo, ¿lo sabías…? ¡Qué bien me lo estás haciendoooo….! ¡Me encanta…! Sigue así… Tu dedo corazón sigue en mi clítoris, ahora en círculos, ahora de arriba abajo… tus otros dedos acarician más abajo, intentando llegar a mi agujerito… me noto literalmente empapada, tienes que tener la mano chorreando hasta la muñeca…. Mmmmh…. Más, más… aaaah…. ¿Cómo… cómo puedes estar tan sereno…? Miro tu cara… con la vista fija en la pantalla del televisor… inexpresivo… y sin embargo, tu verga erecta se clava entre mis nalgas… ooh… sé que así no me la puedes meter, pero, Dios, daría cualquier cosa porque lo hicieras, porque ahora mismo me taladraras sin piedad… sigue, sigueee… mi placer va en aumento… tus caricias no suben de ritmo, pretendes torturarme… lo haces deliciosamente… así tan despacitooo… qué dulce…
Mis manos se crispan sobre la tela del cojín en el que estoy apoyada. Intento relajarme, pero el placer que sube desde mi coñito me lo impide… mis piernas se tensan para apresar la mano de Oli, cuyos dedos siguen acariciando sin compasión mi indefensa perlita que se estremece de gusto a cada suave frote… aaah… qué calor… no voy a poder aguantar mucho más…. Oli sigue variando el sentido de las caricias… de arriba abajo… en círculos… a veces, da golpecitos… cada rato su dedo baja a mi agujerito para mojarse más, y sube otra vez, rozando por mi coñito…. Oooh, qué fuerza de voluntad necesito para reprimirme…. Mmmmmmmmmh…. Quisiera gemir, quisiera mover las caderas…. Quisiera ponerme encima de mi Oli y cabalgarle hasta el orgasmooo… por favor, qué placer…. No pares, Oli, no…te…pares….
Me voy a correr… puedo sentirlo…. El placer no deja de aumentar… me siento tan bien, y al mismo tiempo sufro tanto… ¡tengo fuego en el coño! Sigue… sigue…. Noto cómo el calor se expande desde mi perlita por todo mi coño… cada vez es mejor…. Un poquito más, por favor…. Un poquito más…. ¡sííííí……..! Pasas tu pierna sobre las mías, intentando que no se note la convulsión…. Mis manos aferran el cojín… mi coño suelta jugos y mis ojos se cierran sin que pueda evitarlo, noto que mi boca se curva en una sonrisa de gustito mientras el placer delicioso inunda mi cuerpo de pies a cabeza y mi sexo se contrae… mi clítoris tiembla y se estremece, tus dedos siguen acariciando mientras mis labios vaginales los abrazan suavemente… qué gusto…. Qué bueno ha sido… qué maravilla….
-¿Estás bien, Irina? Sudas mucho… – la pregunta de la madre de Oli tiene algo más de metódico que de preocupado, pero aún así se nota su interés. En un descansillo de la película se han vuelto a mirarnos.
-Es que hace bastante calor aquí, mamá… – dice enseguida mi Oli. Mientras su madre va a la cocina a apagar la calefacción, yo voy tomando aire y él se limpia los dedos empapados en mis bragas, saca la mano y cierra la cremallera. Su padre aprovecha para ir al baño durante los anuncios, y Oli y yo podemos besarnos… ésta te la debo, cielo… en cuanto lleguemos a casa esta noche…
1 comentarios - Una tarde con tus padres ¿qué aburrimiento…?