Hola comunidad, comparto otro relato propio con ustedes. Como siempre me zarpo y lo hago muy largo, si quieren ir a lo concreto lean solo lo que está en negrita abajo. Espero sus comentarios
Seducir a una mujer es un arte, una expedición, una aventura; por eso
me apasiona el proceso de cortejo hacia una dama, mas allá del resultado
de concresión sexual o fracaso rotundo. Me exita mas el avance paso a
paso, el mágico momento en que te das cuenta que la otra persona te
habilita el nivel de confianza suficiente para avanzar a la siguiente
etapa. Es un proceso lento, muy lento, demasiado quizás para alguien
ansioso como yo, pero las recompenzas y los resultados son inmejorables.
Antes de comenzar el relato, cabe aclarar que la mujer en cuestión no
era legalmente mi tía, sino mas bien la cuñada de mi tío. Sanguíneamente
alejada de mí, pero le digo tía de todos modos (aún hoy)
No hace mucho, Elena, de 46 años, castaña, estatura media, de
contextura física robusta, ni flaca ni gorda, para que me entiendan y
salvando las distancias un cuerpo carnoso comparable a la Coca Sarli o
Moria Casán, todos sabemos que la vida es injusta y en este caso falta
carne donde en los otros sobra... y viceversa. Pero sólo para ponerse
exigente, no deja de ser una mujer atractiva y deseable. No podría
asegurar hace cuanto que le tengo ganas, ni el por qúe, será la forma en
que mira al hablar, serán sus escotes de tetotas haciendo fuerza para
salir, sus caderas anchas de hembra reproductora, algún desvío mío del
complejo de edipo, no se, solo recuerdo pajas circunstanciales dedicadas
en mis tiernos 14, que luego fueron reemplazadas por imágenes explícitas
de revistas porno, pero mi fantasía retomó a mis 17 cuando ella se
separa. Nada alimenta más un morbo que cuando es lo mas realizable
posible, y mi tia solterita se fué volviendo una obsesión para mi pija.
Cagón e inexperto, nunca me había zarpado, la veía frecuentemente en
casa de mis primos ya que vivian cerca de la mía. Me aterraba la idea
que note lo exitado que me ponía tenerla cerca. Así y todo buscaba
excusas para estar cerca de ella, le buscaba charla y ella siempre
respondía amablemente.
Odio cocinar y todo lo que tenga que ver, pero una vez me pregutó si
quería ayudarla a hacer empanadas y asistí inmediatamente. Yo le hice
algunos repulgues e iba acomodando las empanadas en la asadera.
Si existiera un aparato para leer la mente se hubiera derretido de lo
caliente que estaba y lo cochino de mis fantasías, ni sé lo que hacía,
sólo la miraba de reojo, oliendo su perfume e imaginando como me la
empalaría ahi mismo con mis primitos cerca.
Esperé como un depredador, me fuí acercando fingiendo que ponía interés
en lo que hacía y me dice:
_Bárbaro, ahora las ponemos en el horno ¿Lo querés hacer vos?
_No, prefiero ver como lo hacés por las dudas
Se inclina hacia adelante para poner la bandeja y su culo gigante quedó
a 10cm de mi verga dura que recorría hacia abajo pegada a mi pierna. El
ser humano lucha todo el tiempo con su instinto animal, y en ese momento
el instinto me venció y no titubee. Avancé mi cadera frotando de costado
ese culo irresistible. Antes de que esa acción primitiva me regale
alguna sensación de placer, ella se asusta, grita, cae hacia adelante y
se quema la muñeca. Yo salté hacia atrás pretendiendo inocencia y luego
me acerco lentamente para ver si estaba bien. Casi me pasa por ensima
cuando sale corriendo al baño con la quemadura apoyada en su boca.
Luego de eso me sentí culpable y mis fantasias menguaron, ella nunca
dijo nada a nadie, y no supe si se dió cuenta de mis reales intenciones.
Perder mi interés sexual en ella me permitió hacercarme más pero de otra
manera, no sentía culpa en abrazarla o apoyarle la cabeza en el hombro y
a ella la hacía muy feliz las demostraciones de afecto.
Pasaron los años, mi posición de volver a ganarme su confianza fué
constante y ascendente, pero sin intención de nada. A cierto punto mi
acercamiento y confianza con ella eran enormes, me permitía recostarme
en sus piernas en esas calurosas tardes de verano en el patio. Ella
comenzó a acariciarme afectuosamente los pelos de la nuca y de un
momento a otro, como el fulgor de un rayo, mis deseos sexuales hacia
ella volvieron. Sus caricias comenzaron a revivir esos antiguos
calentamientos entre mis piernas. Aprovechando el nivel de acercamiento
que había alcanzado decidí seguir incrementando las etapas de confianza
hasta el final: Cogermela.
A esa altura yo ya tenía 25, tenia novia, pero le habia agarrado el
gusto a la seducción y el chichoneo. En adición siempre fuí un
anti-rutina y me aburro rápido de todo. Por eso me gusta más el camino
que la meta, el desafío me atrae más que el éxito. Por eso mismo, cada
paso que daba requería de meses de trabajo fino. Regalarle plantitas que
le encantaban, pedirle consejos, hablar de sexo, aproximarme de atrás y
abrazarla, halagarle el físico de manera sostenida o simplemente mirarla
hasta justo antes de ponerla incómoda.
Lamentablemente mi plan perverso se obligó truncado, ya que ella sin
divulgarlo mantenía contacto vía e-mail con su ex que vivia en Brasil, y
aparentemente habia decidido darle otra oportunidad lléndose a vivir con
él. No voy a negar que me molesté, pero tampoco me corté las venas, mi
tia Elena era un proyecto de tantos en mi lista de fantasías, y no
todos, o mejor dicho, casi ninguno se concretaba.
Igualmente sostenía contacto eventual con ella vía e-mail, nunca
renuncié al proyecto por más imposible que se tornaba. Le escribía
indirectas del tipo:
"Conocí a una chica con el mismo físico que vos, me fascinan las mujeres
voluptuosas, hace que te extrañe menos"
Ella contestaba secamente "Me alegro que todos estén bien, saludos,
chau" Yo me imaginaba que el tipo le revisaba la casilla.
Elena vivió en Brasil sin mucho detalle o descripción por unos años y
como adivinaría cualquiera con experiencia en parejas, las segundas
partes tienden al fracaso, consecuentemente el año pasado volvió a
Buenos Aires, desecha pero con su fuerza característica de salir
adelante y rehacerse.
Yo ya con 29, me empeñé en ser su soporte sentimental en los momentos en
que le hiciera falta, sin condicionar mi vida, claro, pero decidido a
culminar mi plan a toda costa.
Una noche de Julio, luego del cumpleaños de mi tío, el cuñado de Elena, en el que
estábamos todos los familiares, ella anuncia que se retira. Estaba alquilando un
departamento por el centro que yo aún no conocía. Yo vi la chance y dije:
_Yo voy para allá, si querés te alcanzo_ ella titubeó y dijo
_Bueno... dale
Era mentira que iba al centro, me quedaba malísimo, pero ni en pedo
desperdiciaba la oportunidad. Durante el viaje le decía que tenía que
hacer tiempo hasta verme con unos amigos, que podíamos aprovechar para
hacerme conocer el depto. Ella se negó rotundamente, argumentando que lo
tenía desordenado y sucio. Yo simulé desinterés mientras rechinaba mis
dientes. Me señaló la esquina donde vivía y me detuve:
_Muchas gracias, chau_ Me dice y me besa la mejilla, yo le tomo la mano
y digo:
_Esperá, te jode si me tomo un té rapido en tu casa, creo que me cayó
mal la torta_ mientras me agarraba la panza
_Uh, me comprometés...
_Dale, un toque, te juro que no miro nada y no te juzgo de sucia o
desprolija_ Ella se ríe y dice
_Bueno, estacioná allá y vamos
Con esa frase di por concluida la etapa de confianza que quería
alcanzar. Mientras subíamos en el ascensor la miraba con una inocultable
sonrisa mientras disimulaba dolor abdominal. Abajo mi pene comenzó a
hincharse por la emoción.
Abre la puerta y sólo enciende las luces necesarias para no llevarse un
mueble por delante y ocultar el desorden... que era pura exageración,
claro.
_Sentate ahí que ahora te traigo_ dice ella señalando la mesa del
comedor. Yo obedecí y empecé a planificar rápidamente la fase final de
mi plan. Calentó el agua al microondas, lo que me dió muy poco tiempo y
cuando me trajo la taza humeante mi mente aún estaba vacía
_¿Azucar o miel querés?
_A vos te quiero_ Contesté inconcientemente
_¿Eh?
_Miel, gracias_ Haciéndome el boludo olímpico
Mientras se vá le miro ese culo increíble con el pantalón de gasa al que
se distinguía un culotte por debajo. Mi poronga, tieza e impaciente
hacía fuerza para vencer la bragueta y yo rogando que se me caiga una
idea para aplicar y tener altas chances de concretar. Pensé en tirármele
ensima de una, en volcarme el té en mi jean como excusa para desnudarme,
en decirle alguna poesía cursi de esas miles que tengo memorizadas para
pendejas idiotas... nada me convencía; mi corazón estresado y mi pija
bombeando adrenalina me distraían.
Decidí relajarme, tomar el té despacio y charlar con ella un poco más
_¿A donde vas con tus amigos ahora?_ Me pregunta, pienso yo, en un
intento para que me valla rápido
_A un club swinger ¿Querés venir?
_¿Que? No... estás loco, como te metés en lugares asi
_Mentira, vamos a un pool, pero si te copabas cambiaba mis planes
inmediatamente
_Jajaja, que boludo que sos
_Ahora que pienso, imaginate, todos se te van a querer tirar ensima,
mejor no, no te compartiría
Ella muda, desvía la mirada al piso, como para salir del momento
incómodo.
_Elena, te veo tenza ¿Querés que te haga un masaje? Soy muy bueno
_No te agradezco, estoy canzada, me quiero ir a dormir
Mis chances se aproximaban a cero, se me cerraban todos los accesos y mi
infantería comenzaba a retraerse. Como luchador que soy decidí combatir
hasta la última gota de sangre y no estirar más la agonía que me
generaba las ganas de montarme a mi tía. Para una situacíon extrema, hay
que tomar medidas extremas, decidí entonces jugar sucio como última
chance:
_Bueno Elena, antes de irme quería hacerte un comentario
_Si, decime
_Hace ya casi 2 meses que estoy llendo al psicólogo por voluntad propia
por mis problemas de depresión
_Ah, no sabia_ Obvio que no sabía, era mentira
_Si, obvio que no sabias, no se lo conté ni a mis viejos. Lo que te voy a
contar es un secreto y te lo digo por recomendación de mi médico, te
pido respeto y por favor no le cuentes a nadie
_Quedate tranquilo, contame_ Me dice abriendo los ojos, ya había caido
en mi trampa, ninguna mujer resiste la curiosidad, continué:
_Me da mucha vergüenza pero ahí va. Resulta que desde que volviste de
Brasil empecé a tener sueños eróticos con vos, muy pero muy zarpados; yo
le pregunté al médico como puede ser que tenga fantasias con mi tía y me
dijo que me quede tranquilo que era el síndrome de Babilonia (Que no se
ría ningún psicologo, me lo inventé en el momento) y que era un síntoma
de que me estoy curando. Ló unico que me dijo es que para asentar la
depuración de la terapia era preciso que te lo cuente y como tengo
confianza con vos y somos tan unidos se que te puedo pedir ayuda
_Me querés decir que para curarte me tenés que coger? No querido,
olvidate
_Ja, ja; no, que desubicada, tranquila que es mucho mas simple
_¿Que onda?
_Te vuelvo a repetir, me da mucha vergüenza y te pido respeto. Solamente
te cuento esto por la confianza que tenemos y es todo estrictamente
terapéutico. Paso numero uno, necesito un abrazo.
Me pongo de pié, abro los brazos y pongo la cara más amistosa que puedo.
Ella sonríe, se acerca y me abraza como cualquier tía. Nos quedamos asi
un rato, ella me empieza a rascar la nuca en señal de afecto, a mi se me
empieza a parar y le respiro cerca de la oreja, ella se pone incómoda y
hace el ademán de alejarse. Yo la aprieto fuerte y le digo:
_Un ratito más
Voy bajando mi mano por su espalda con unas ganas incontenibles de
agararle todo ese culo, pero algo me dice que si lo hacía cagaba todo el
trabajo de hasta ahora, se me pone bien dura y se la apoyo un ratito,
pretendiendo que es sin querer, ella seguía haciendo fuerza para
alejarse y la solté:
_Gracias Elena, ahora lo último y te dejo tranquila
_¿Ahora qué?
_El doctor me dijo que vea si te abrazaba y tenia una erección es buena
señal, así que en teoria ahora me masturbo, mis traumas se acomodan y ya
quedamos los dos liberados de este momento incómodo
_OK, allá está el baño_ me dice toda colorada
_Ojalá fuera tan simple bombon, pero es preciso estimularme con tu
imagen, date vuelta un ratito asi te veo la cola, por el bien de la
ciencia
_¡Que vergüenza por dios!_ Dice dándose vuelta y tapándose la cara
_Perfecto, quedate así_ Me la empiezo a amazar pero no me masturbo, es
todo parte del plan. Le empiezo a decir cosas chanchas como "Que buen
culo", "sacalo un poquito para afuera que me pongo loco", "como me la
ponés dura" y cosas así mientras pretendía que me pajeaba. La tuve de
espaldas un buen rato hasta que le dije:
_Algo no está funcionando, no puedo acabar
_Bueno basta, ya fué
_Para... ya llegamos hasta acá, no quiero volver a hacerlo de nuevo, el
doctor me previno que podria pasar.
_¿Entonces?
_Dame tu mano
_¡No, salí!
_Dejate de joder Elena, a mi tampoco me gusta, me haces mal si te pones
así. Simplemente poneme tu mano en el pene, que es igual a cualquier
otro, necesito tu contacto
_Ya te estás zarpando
_Es raro lo sé, pero es psicológico, yo lo aprendí hace poco y no lo
podia creer, hacelo por mí y nadie se va a enterar de esto
La agarro la mano que se resistía y la obligo a acariciarme la punta de
la chota, y luego el tronco, y la punta otra vez, todo lento. Comencé a
hervir de la calentura, ella comenzó a ceder y me empecé a acercar.
Seguí todavía con cara de que era todo por mi salud mental y le dije:
_Perfecto, viste que no es tan traumático, si compartimos de todo
nosotros
Le solté la mano de a poco y ella siguó sola, mientras que dirigí la mia
por fin a su culo pulposo, se lo acaricié muy superficialmente primero
y de a poco lo fuí apretando. Dejé caer mis jeans para que su mano
tenga más recorrido. Yo le metí la mano por adentro del pantalón, le
recorrí la raya del culo y le tanteé el orto con mi dedo mayor mientras le
besaba el cuello. Ellá amagó en soltarme pero le sostuve su mano. Seguí .
bajando mi otra mano hasta apenas alcanzar la entrada de su concha, ella
me besuqueó el cuello a mí y luego la hice que se sentara en una silla. Le
agarré la nuca y la obliqué a que me chupara la pija, me comió un rato
la cabeza luego lengueteó el tronco y los huevos como si fuera una
paleta, la volví a levantar de la mano y la tiré arriba de la mesa. Le
bajé el pantalón hasta media pierna, le levanté las gambas y le dí una
buena chupada de concha. Mientras jugueteaba con mi lengua por sus
labios vaginales y le sacaba por competo el pantalón, me dice entre
gemidos:
_Metemelá, cojeme toda
Así como estaba, panza arriba con las piernas desparramadas, le pincelo
la concha a lo largo con la verga buscando la entrada, sólo como un
juego sexual porque estaba más que marcada, le faltaba una flecha con
luces para que sea más evidente. La hago sufrir un ratito taladrandola sólo
con la puntita mientras le saco la blusa, prácticamente le arranco el
corpiño y entierro la cabeza en sus tetas. Al tiempo que le chupo el
pezón, le entierro la pija entera, ella grita muy fuerte del placer, le
doy unas estocadas más y se la saco. Su concha hervía y goteaba de jugos.
Ya sentía que me hacía acabar la muy puta. Tanto trabajo para 5 minutos de
garche, no, encima después seguro le agarra la culpa y no lo quiere volver a
hacer. Le digo:
_Te quiero cojer en cuatro
Ella me agarra de la mano y me lleva a su habitación, se acomoda en la
punta y me pone adelante su tremendo culo pidiendo pija a gritos. Yo le chupo
el orto y la concha un rato mientras se me terminaba de bajar la leche, se
la meto por adelante un ratito y mientras me la estoy cabalgando veo un
consolador en su mesa de luz. Seguramente era la razón por la que no me
quería mostrar el depto. Lo agarro con un poco de asquito y se lo hago
chupar. Me lo devuelve todo baboseado y se lo empiezo a frotar por la
concha hasta enterrárselo por completo, mientras con mi otra mano iba
embocando la chota en su culo cerradito. Ella se mojaba y gemía como una
yegua con el juguetito mientras me ofrecia el culo. Logro poner la
cabeza entera y lo empiezo a clavar despacito. Ella aprieta las sábanas
a los gritos y se la empiezo a dar cada vez mas fuerte, al punto que me
dolía la panza de tanto empujársela, ella gritaba "Ay si, asi, cojeme
por favor..!" olvidándose por completo que atrás suyo tenía a su
sobrino, yo sentí que me venía y no la aguanté más, se la largué toda y
le inundé el culo; ella se siguió moviendo sola hasta que mi pija murió
por completo y se salió de ese hoyo tan deseado, desmayada pero
triunfantemente feliz. Ella se sacó el juguetito y se lo fue a lavar
al baño. También se videtteó el orto supuse por el ruido.
Yo me limpié con sus sábanas y me empecé a vestir. Antes de abrirme para
salir ella me dice:
_Decime la verdad ¿Era cierto eso del trauma psicoligico o me re
chamuyaste?
Yo seré pajero pero nunca dejo de ser un caballero. El respeto a una dama
ante todo. Le contesto:
_Obvio tia, como te voy a mentir, ya me siento curado
Nunca sean tan boludos de decirle toda la verdad a una mujer
Saludos!
Kiki
Seducir a una mujer es un arte, una expedición, una aventura; por eso
me apasiona el proceso de cortejo hacia una dama, mas allá del resultado
de concresión sexual o fracaso rotundo. Me exita mas el avance paso a
paso, el mágico momento en que te das cuenta que la otra persona te
habilita el nivel de confianza suficiente para avanzar a la siguiente
etapa. Es un proceso lento, muy lento, demasiado quizás para alguien
ansioso como yo, pero las recompenzas y los resultados son inmejorables.
Antes de comenzar el relato, cabe aclarar que la mujer en cuestión no
era legalmente mi tía, sino mas bien la cuñada de mi tío. Sanguíneamente
alejada de mí, pero le digo tía de todos modos (aún hoy)
No hace mucho, Elena, de 46 años, castaña, estatura media, de
contextura física robusta, ni flaca ni gorda, para que me entiendan y
salvando las distancias un cuerpo carnoso comparable a la Coca Sarli o
Moria Casán, todos sabemos que la vida es injusta y en este caso falta
carne donde en los otros sobra... y viceversa. Pero sólo para ponerse
exigente, no deja de ser una mujer atractiva y deseable. No podría
asegurar hace cuanto que le tengo ganas, ni el por qúe, será la forma en
que mira al hablar, serán sus escotes de tetotas haciendo fuerza para
salir, sus caderas anchas de hembra reproductora, algún desvío mío del
complejo de edipo, no se, solo recuerdo pajas circunstanciales dedicadas
en mis tiernos 14, que luego fueron reemplazadas por imágenes explícitas
de revistas porno, pero mi fantasía retomó a mis 17 cuando ella se
separa. Nada alimenta más un morbo que cuando es lo mas realizable
posible, y mi tia solterita se fué volviendo una obsesión para mi pija.
Cagón e inexperto, nunca me había zarpado, la veía frecuentemente en
casa de mis primos ya que vivian cerca de la mía. Me aterraba la idea
que note lo exitado que me ponía tenerla cerca. Así y todo buscaba
excusas para estar cerca de ella, le buscaba charla y ella siempre
respondía amablemente.
Odio cocinar y todo lo que tenga que ver, pero una vez me pregutó si
quería ayudarla a hacer empanadas y asistí inmediatamente. Yo le hice
algunos repulgues e iba acomodando las empanadas en la asadera.
Si existiera un aparato para leer la mente se hubiera derretido de lo
caliente que estaba y lo cochino de mis fantasías, ni sé lo que hacía,
sólo la miraba de reojo, oliendo su perfume e imaginando como me la
empalaría ahi mismo con mis primitos cerca.
Esperé como un depredador, me fuí acercando fingiendo que ponía interés
en lo que hacía y me dice:
_Bárbaro, ahora las ponemos en el horno ¿Lo querés hacer vos?
_No, prefiero ver como lo hacés por las dudas
Se inclina hacia adelante para poner la bandeja y su culo gigante quedó
a 10cm de mi verga dura que recorría hacia abajo pegada a mi pierna. El
ser humano lucha todo el tiempo con su instinto animal, y en ese momento
el instinto me venció y no titubee. Avancé mi cadera frotando de costado
ese culo irresistible. Antes de que esa acción primitiva me regale
alguna sensación de placer, ella se asusta, grita, cae hacia adelante y
se quema la muñeca. Yo salté hacia atrás pretendiendo inocencia y luego
me acerco lentamente para ver si estaba bien. Casi me pasa por ensima
cuando sale corriendo al baño con la quemadura apoyada en su boca.
Luego de eso me sentí culpable y mis fantasias menguaron, ella nunca
dijo nada a nadie, y no supe si se dió cuenta de mis reales intenciones.
Perder mi interés sexual en ella me permitió hacercarme más pero de otra
manera, no sentía culpa en abrazarla o apoyarle la cabeza en el hombro y
a ella la hacía muy feliz las demostraciones de afecto.
Pasaron los años, mi posición de volver a ganarme su confianza fué
constante y ascendente, pero sin intención de nada. A cierto punto mi
acercamiento y confianza con ella eran enormes, me permitía recostarme
en sus piernas en esas calurosas tardes de verano en el patio. Ella
comenzó a acariciarme afectuosamente los pelos de la nuca y de un
momento a otro, como el fulgor de un rayo, mis deseos sexuales hacia
ella volvieron. Sus caricias comenzaron a revivir esos antiguos
calentamientos entre mis piernas. Aprovechando el nivel de acercamiento
que había alcanzado decidí seguir incrementando las etapas de confianza
hasta el final: Cogermela.
A esa altura yo ya tenía 25, tenia novia, pero le habia agarrado el
gusto a la seducción y el chichoneo. En adición siempre fuí un
anti-rutina y me aburro rápido de todo. Por eso me gusta más el camino
que la meta, el desafío me atrae más que el éxito. Por eso mismo, cada
paso que daba requería de meses de trabajo fino. Regalarle plantitas que
le encantaban, pedirle consejos, hablar de sexo, aproximarme de atrás y
abrazarla, halagarle el físico de manera sostenida o simplemente mirarla
hasta justo antes de ponerla incómoda.
Lamentablemente mi plan perverso se obligó truncado, ya que ella sin
divulgarlo mantenía contacto vía e-mail con su ex que vivia en Brasil, y
aparentemente habia decidido darle otra oportunidad lléndose a vivir con
él. No voy a negar que me molesté, pero tampoco me corté las venas, mi
tia Elena era un proyecto de tantos en mi lista de fantasías, y no
todos, o mejor dicho, casi ninguno se concretaba.
Igualmente sostenía contacto eventual con ella vía e-mail, nunca
renuncié al proyecto por más imposible que se tornaba. Le escribía
indirectas del tipo:
"Conocí a una chica con el mismo físico que vos, me fascinan las mujeres
voluptuosas, hace que te extrañe menos"
Ella contestaba secamente "Me alegro que todos estén bien, saludos,
chau" Yo me imaginaba que el tipo le revisaba la casilla.
Elena vivió en Brasil sin mucho detalle o descripción por unos años y
como adivinaría cualquiera con experiencia en parejas, las segundas
partes tienden al fracaso, consecuentemente el año pasado volvió a
Buenos Aires, desecha pero con su fuerza característica de salir
adelante y rehacerse.
Yo ya con 29, me empeñé en ser su soporte sentimental en los momentos en
que le hiciera falta, sin condicionar mi vida, claro, pero decidido a
culminar mi plan a toda costa.
Una noche de Julio, luego del cumpleaños de mi tío, el cuñado de Elena, en el que
estábamos todos los familiares, ella anuncia que se retira. Estaba alquilando un
departamento por el centro que yo aún no conocía. Yo vi la chance y dije:
_Yo voy para allá, si querés te alcanzo_ ella titubeó y dijo
_Bueno... dale
Era mentira que iba al centro, me quedaba malísimo, pero ni en pedo
desperdiciaba la oportunidad. Durante el viaje le decía que tenía que
hacer tiempo hasta verme con unos amigos, que podíamos aprovechar para
hacerme conocer el depto. Ella se negó rotundamente, argumentando que lo
tenía desordenado y sucio. Yo simulé desinterés mientras rechinaba mis
dientes. Me señaló la esquina donde vivía y me detuve:
_Muchas gracias, chau_ Me dice y me besa la mejilla, yo le tomo la mano
y digo:
_Esperá, te jode si me tomo un té rapido en tu casa, creo que me cayó
mal la torta_ mientras me agarraba la panza
_Uh, me comprometés...
_Dale, un toque, te juro que no miro nada y no te juzgo de sucia o
desprolija_ Ella se ríe y dice
_Bueno, estacioná allá y vamos
Con esa frase di por concluida la etapa de confianza que quería
alcanzar. Mientras subíamos en el ascensor la miraba con una inocultable
sonrisa mientras disimulaba dolor abdominal. Abajo mi pene comenzó a
hincharse por la emoción.
Abre la puerta y sólo enciende las luces necesarias para no llevarse un
mueble por delante y ocultar el desorden... que era pura exageración,
claro.
_Sentate ahí que ahora te traigo_ dice ella señalando la mesa del
comedor. Yo obedecí y empecé a planificar rápidamente la fase final de
mi plan. Calentó el agua al microondas, lo que me dió muy poco tiempo y
cuando me trajo la taza humeante mi mente aún estaba vacía
_¿Azucar o miel querés?
_A vos te quiero_ Contesté inconcientemente
_¿Eh?
_Miel, gracias_ Haciéndome el boludo olímpico
Mientras se vá le miro ese culo increíble con el pantalón de gasa al que
se distinguía un culotte por debajo. Mi poronga, tieza e impaciente
hacía fuerza para vencer la bragueta y yo rogando que se me caiga una
idea para aplicar y tener altas chances de concretar. Pensé en tirármele
ensima de una, en volcarme el té en mi jean como excusa para desnudarme,
en decirle alguna poesía cursi de esas miles que tengo memorizadas para
pendejas idiotas... nada me convencía; mi corazón estresado y mi pija
bombeando adrenalina me distraían.
Decidí relajarme, tomar el té despacio y charlar con ella un poco más
_¿A donde vas con tus amigos ahora?_ Me pregunta, pienso yo, en un
intento para que me valla rápido
_A un club swinger ¿Querés venir?
_¿Que? No... estás loco, como te metés en lugares asi
_Mentira, vamos a un pool, pero si te copabas cambiaba mis planes
inmediatamente
_Jajaja, que boludo que sos
_Ahora que pienso, imaginate, todos se te van a querer tirar ensima,
mejor no, no te compartiría
Ella muda, desvía la mirada al piso, como para salir del momento
incómodo.
_Elena, te veo tenza ¿Querés que te haga un masaje? Soy muy bueno
_No te agradezco, estoy canzada, me quiero ir a dormir
Mis chances se aproximaban a cero, se me cerraban todos los accesos y mi
infantería comenzaba a retraerse. Como luchador que soy decidí combatir
hasta la última gota de sangre y no estirar más la agonía que me
generaba las ganas de montarme a mi tía. Para una situacíon extrema, hay
que tomar medidas extremas, decidí entonces jugar sucio como última
chance:
_Bueno Elena, antes de irme quería hacerte un comentario
_Si, decime
_Hace ya casi 2 meses que estoy llendo al psicólogo por voluntad propia
por mis problemas de depresión
_Ah, no sabia_ Obvio que no sabía, era mentira
_Si, obvio que no sabias, no se lo conté ni a mis viejos. Lo que te voy a
contar es un secreto y te lo digo por recomendación de mi médico, te
pido respeto y por favor no le cuentes a nadie
_Quedate tranquilo, contame_ Me dice abriendo los ojos, ya había caido
en mi trampa, ninguna mujer resiste la curiosidad, continué:
_Me da mucha vergüenza pero ahí va. Resulta que desde que volviste de
Brasil empecé a tener sueños eróticos con vos, muy pero muy zarpados; yo
le pregunté al médico como puede ser que tenga fantasias con mi tía y me
dijo que me quede tranquilo que era el síndrome de Babilonia (Que no se
ría ningún psicologo, me lo inventé en el momento) y que era un síntoma
de que me estoy curando. Ló unico que me dijo es que para asentar la
depuración de la terapia era preciso que te lo cuente y como tengo
confianza con vos y somos tan unidos se que te puedo pedir ayuda
_Me querés decir que para curarte me tenés que coger? No querido,
olvidate
_Ja, ja; no, que desubicada, tranquila que es mucho mas simple
_¿Que onda?
_Te vuelvo a repetir, me da mucha vergüenza y te pido respeto. Solamente
te cuento esto por la confianza que tenemos y es todo estrictamente
terapéutico. Paso numero uno, necesito un abrazo.
Me pongo de pié, abro los brazos y pongo la cara más amistosa que puedo.
Ella sonríe, se acerca y me abraza como cualquier tía. Nos quedamos asi
un rato, ella me empieza a rascar la nuca en señal de afecto, a mi se me
empieza a parar y le respiro cerca de la oreja, ella se pone incómoda y
hace el ademán de alejarse. Yo la aprieto fuerte y le digo:
_Un ratito más
Voy bajando mi mano por su espalda con unas ganas incontenibles de
agararle todo ese culo, pero algo me dice que si lo hacía cagaba todo el
trabajo de hasta ahora, se me pone bien dura y se la apoyo un ratito,
pretendiendo que es sin querer, ella seguía haciendo fuerza para
alejarse y la solté:
_Gracias Elena, ahora lo último y te dejo tranquila
_¿Ahora qué?
_El doctor me dijo que vea si te abrazaba y tenia una erección es buena
señal, así que en teoria ahora me masturbo, mis traumas se acomodan y ya
quedamos los dos liberados de este momento incómodo
_OK, allá está el baño_ me dice toda colorada
_Ojalá fuera tan simple bombon, pero es preciso estimularme con tu
imagen, date vuelta un ratito asi te veo la cola, por el bien de la
ciencia
_¡Que vergüenza por dios!_ Dice dándose vuelta y tapándose la cara
_Perfecto, quedate así_ Me la empiezo a amazar pero no me masturbo, es
todo parte del plan. Le empiezo a decir cosas chanchas como "Que buen
culo", "sacalo un poquito para afuera que me pongo loco", "como me la
ponés dura" y cosas así mientras pretendía que me pajeaba. La tuve de
espaldas un buen rato hasta que le dije:
_Algo no está funcionando, no puedo acabar
_Bueno basta, ya fué
_Para... ya llegamos hasta acá, no quiero volver a hacerlo de nuevo, el
doctor me previno que podria pasar.
_¿Entonces?
_Dame tu mano
_¡No, salí!
_Dejate de joder Elena, a mi tampoco me gusta, me haces mal si te pones
así. Simplemente poneme tu mano en el pene, que es igual a cualquier
otro, necesito tu contacto
_Ya te estás zarpando
_Es raro lo sé, pero es psicológico, yo lo aprendí hace poco y no lo
podia creer, hacelo por mí y nadie se va a enterar de esto
La agarro la mano que se resistía y la obligo a acariciarme la punta de
la chota, y luego el tronco, y la punta otra vez, todo lento. Comencé a
hervir de la calentura, ella comenzó a ceder y me empecé a acercar.
Seguí todavía con cara de que era todo por mi salud mental y le dije:
_Perfecto, viste que no es tan traumático, si compartimos de todo
nosotros
Le solté la mano de a poco y ella siguó sola, mientras que dirigí la mia
por fin a su culo pulposo, se lo acaricié muy superficialmente primero
y de a poco lo fuí apretando. Dejé caer mis jeans para que su mano
tenga más recorrido. Yo le metí la mano por adentro del pantalón, le
recorrí la raya del culo y le tanteé el orto con mi dedo mayor mientras le
besaba el cuello. Ellá amagó en soltarme pero le sostuve su mano. Seguí .
bajando mi otra mano hasta apenas alcanzar la entrada de su concha, ella
me besuqueó el cuello a mí y luego la hice que se sentara en una silla. Le
agarré la nuca y la obliqué a que me chupara la pija, me comió un rato
la cabeza luego lengueteó el tronco y los huevos como si fuera una
paleta, la volví a levantar de la mano y la tiré arriba de la mesa. Le
bajé el pantalón hasta media pierna, le levanté las gambas y le dí una
buena chupada de concha. Mientras jugueteaba con mi lengua por sus
labios vaginales y le sacaba por competo el pantalón, me dice entre
gemidos:
_Metemelá, cojeme toda
Así como estaba, panza arriba con las piernas desparramadas, le pincelo
la concha a lo largo con la verga buscando la entrada, sólo como un
juego sexual porque estaba más que marcada, le faltaba una flecha con
luces para que sea más evidente. La hago sufrir un ratito taladrandola sólo
con la puntita mientras le saco la blusa, prácticamente le arranco el
corpiño y entierro la cabeza en sus tetas. Al tiempo que le chupo el
pezón, le entierro la pija entera, ella grita muy fuerte del placer, le
doy unas estocadas más y se la saco. Su concha hervía y goteaba de jugos.
Ya sentía que me hacía acabar la muy puta. Tanto trabajo para 5 minutos de
garche, no, encima después seguro le agarra la culpa y no lo quiere volver a
hacer. Le digo:
_Te quiero cojer en cuatro
Ella me agarra de la mano y me lleva a su habitación, se acomoda en la
punta y me pone adelante su tremendo culo pidiendo pija a gritos. Yo le chupo
el orto y la concha un rato mientras se me terminaba de bajar la leche, se
la meto por adelante un ratito y mientras me la estoy cabalgando veo un
consolador en su mesa de luz. Seguramente era la razón por la que no me
quería mostrar el depto. Lo agarro con un poco de asquito y se lo hago
chupar. Me lo devuelve todo baboseado y se lo empiezo a frotar por la
concha hasta enterrárselo por completo, mientras con mi otra mano iba
embocando la chota en su culo cerradito. Ella se mojaba y gemía como una
yegua con el juguetito mientras me ofrecia el culo. Logro poner la
cabeza entera y lo empiezo a clavar despacito. Ella aprieta las sábanas
a los gritos y se la empiezo a dar cada vez mas fuerte, al punto que me
dolía la panza de tanto empujársela, ella gritaba "Ay si, asi, cojeme
por favor..!" olvidándose por completo que atrás suyo tenía a su
sobrino, yo sentí que me venía y no la aguanté más, se la largué toda y
le inundé el culo; ella se siguió moviendo sola hasta que mi pija murió
por completo y se salió de ese hoyo tan deseado, desmayada pero
triunfantemente feliz. Ella se sacó el juguetito y se lo fue a lavar
al baño. También se videtteó el orto supuse por el ruido.
Yo me limpié con sus sábanas y me empecé a vestir. Antes de abrirme para
salir ella me dice:
_Decime la verdad ¿Era cierto eso del trauma psicoligico o me re
chamuyaste?
Yo seré pajero pero nunca dejo de ser un caballero. El respeto a una dama
ante todo. Le contesto:
_Obvio tia, como te voy a mentir, ya me siento curado
Nunca sean tan boludos de decirle toda la verdad a una mujer
Saludos!
Kiki
6 comentarios - Como cogerte a tu tía