Bueno como parece que os ha gustado.. os continuo poniendo el relatooo... os aseguro que todavia mejora...
-“Está bien que alguien me pida a mi”
-“Vale. Laura escoge”-pidió Eva.
-“Yo también me reservo. Pregunta”.
-“Sexualmente hablando, ¿Qué es lo que más te apetece hacer? Y sea aquí o no. Es decir tu mayor fantasía.
-“Bueno, se supone que debo ser sincera, que no se enfade nadie. Me muero de ganas de comerle la polla a mi hermanito y no se como pedirle que me deje”.
Todos nos quedamos algo estupefactos y Nuria dijo:
-“Coño, que novedad. Como todas”.
Y le quitó importancia al asunto si tengo que ser sincero porque todas rieron y asintieron menos Cristina que dijo:
-“Yo no quiero chupársela. Quiero que bombee de una vez coño”.
Siguieron riendo y mi hermana dijo:
-“Te vas a tener que esperar un rato. A ver Nuria, que quieres?”
-“Acción. Quiero acción de una vez”.
-“Está bien. Te vas a sentar en la piedra del borde de las piscina y te vas a masturbar durante toda la ronda hasta que llegue de nuevo a ti”.
-“Joder, ¿sola?”
-“Sí, sola”.
A regañadientes aceptó y empezó a masturbarse.
-“Cristina. Sal que le toca pedir a mi hermano”.
-“Que putada. ¿Me lo acabarás luego?”-me susurró al oído.
-“Será un placer”.
-“Está bien tete, ¿Qué quieres?”
-“Beso, vamos a ir poco a poco”.
-“Como favor porque he sido algo injusta con ella quiero que beses con todas tus ganas a Nuria”.
Nuria sonrió, pareció ser la mujer más feliz del mundo y sin que dejara de masturbarse la besé con toda mi alma, queriendo comérmela.
-“Eva, tu dirás”
-“No me quiero quedar atrás, “¿que hago?”
-“Le vas a comer el chirri a Bárbara”.
-“Mola. Anda reina súbete a la piedra que te voy a pegar unos lametazos que vas a ver”.
-“Uyyy, cuanto vales…”
Que espectáculo. Le abrió su conchita con los dedos y empezó a lamer como una posesa mientras Bárbara jadeaba todo lo bajito que podía.
-“Va a durar poco, Bárbara, pide”.
-“Coño. Beso”.
-“Bueno, seré buena, besa a Eva como gratitud”.
Se besaron un buen rato y supongo que a Bárbara le gustó sentir su propio sabor en la boca.
-“Cristina, tu dirás”.
-“No se. Pregunta”.
-“Está bien. Ahora seremos cotillas. ¿Quien te desvirgó?”
-“Nadie. Se podría decir que soy virgen”.
-“¿Que? No cuela.”
-“Vamos a ver. Físicamente no. Me desvirgué con un trozo de plástico, con un vibrador. Pero nunca me he atrevido a estar con un hombre y ser una guarra. El único hombre que ha estado dentro de mi es tu hermano hace un momento y por dios que eso no se puede decir “echar un polvo”.
Nos quedamos todos mudos y no supimos que decir. Suerte que mi hermana llevaba la cosa muy por la mano y siguió en seguida:
-“¿quien me pide?”
-“Yo misma”-gritó Cristina casi desde la otra punta-“¿Qué quieres?”
-“Un beso”.
-“Vale. Pues vas a besar a tu hermano”-yo puse cara rara-“pero no en la boca. Le vas a dar un beso en la punta del capullo. Y fuera de la piscina que lo veamos todos”.
Mi hermana le dijo a Nuria vocalizando en voz muy baja “gracias”, y salió de la piscina.
-“Venga tete, sal”.
-“No”.
-“Oye, sal. No seas así”-dijo alguna de ellas.
Salí y me quedé de pie delante de Laura. No quería mirar y cerré los ojos. Al momento sentí un besito muy dulce en la punta de mi capullo y luego oí a mi hermana que decía:
-“Bueno, puede ser un beso con lengua, ¿no?”
Y me dio un par de lametazos en el capullo que no lo voy a negar. Me gustaron y no osé apartarme. Eso supongo que la animó y se la metió en la boca, como si fuera una pirueta y empezó a chupar.
-“Oye”-dijo Eva”-sueltalo que eso ya no es un besito”.
-“Perdon. Sabes rico tete”.
-“Ya…”-contesté desanimado
-“Bueno tete, ¿que quieres hacer?”
-Solo me queda pedir una acción.
-“Tambien seré buena. Mira a Eva, está buena, ¿no?”
-“Joder, de muerte”.
-“Pues se va a tumbar en el suelo y le vas a dar diez embestidas. Diez, ni una más”.
Eva salió del agua muy deprisa y se tumbó delante de mí. Las demás también salieron para poderlo ver bien.
-“Me voy a poner enfermo. Podré acabar alguna”.
-“Ya veremos, venga que contamos”.
Eva se abrió todo lo que pudo y yo me paré un momento a observar lo que me ofrecía. Empecé a meterla suavemente mientras oía “una”, la saqué lentamente y la volví a meter “dos” y así fueron cantando a coro todos mis movimientos.
“Nueve” “y diez” pero no pude parar. Todo lo contrario, aceleré el ritmo y aumenté la fuerza de mis envestidas, pero Nuria se abalanzó sobre mi y me tiró al suelo para que parara:
-“Te has descontrolado un poco hermanito, pero te perdonamos”.
-“Está bien, vamos por ti Bárbara”.
-“Acción, y que sea igual de buena”.
-“Por supuesto. Ofrécele el culo a mi hermano que te va a dar quince embestidas”.
-“A mi solo han sido diez”
-“No han sido más y por eso a Bárbara le da más”
-“Vale”.
-“Portate Arny, que mi culo no lo prueba cualquiera”.
Se puso abierta de piernas, de rodillas y con la cara tocando al suelo y sin esperar más empecé. Me encantaba que estuviese tan apretado y tan caliente pero conseguí salir a las quince aunque tuve que reconocerlo:
-“Chicas, o meto un polvo como dios manda o me voy a poner enfermo”.
-“Tranquilo hermanito”.
-“A ver, Cristina, ¿que quieres?”
-“Yo acción”.
-“Está bien. Como no ha echado nunca un buen polvo mi hermanito te va a dar treinta envestidas. Son pocas para acabar, pero al igual lo consigues. ¿Os parece bien?”.
Todas contestaron que si al unísono, y ella no tardó mucho en sentarse sobre mi y se abrazó muy fuete y me susurró al oído:
-“Portate bien mi amor”.
-“Lo intentaré”.
Yo mismo con la mano se la metí dentro y dejé que ella se moviera y marcase el ritmo. Seguía abrazada y empezó a jadear mordiéndose los labios.
-“No te cortes”-le susurré-“chilla si quieres”.
Creo que sintió un gran alivio y cambió los jadeos por pequeños gritos que le salían del alma. Vi como mi hermana les hacía un gesto a las otras chicas para que se callaran y nos dejaran hacer. En el fondo era buena chica y quería que Cristina acabara su primer polvo.
No se cuantas envestidas llevaba cuando noté que Cristina aceleró el ritmo y me mordió el hombro con más fuerza de lo que debiera haber hecho, aunque no me importó. El sudor se le volvió frío y entendí que había acabado.
Se dejó caer de espaldas sobre el césped y yo salí para correrme sobre su vientre. Todas aplaudieron y besaron a Cristina felicitándola.
-“¿Cómo ha ido con mi hermanito?”
-“Glorioso”-dijo levantándose y dándome un pequeño beso en los labios-“Ha sido increíble”.
-“No dirás que no somos buenas”-continuó Bárbara-“Haces trampas pidiendo dos veces acción y aún así le dejamos dar más embestidas para que puedas acabar”.
-“¿Os habéis dado cuenta que ya había pedido acción?”
-“Sí, pero necesitabas un buen polvete y no nos ha importado”.
-“Soys las mejores chicas. Os quiero”.
-“Nosotras también”.dijo mi hermana.
-“Claro que ahora esto va estar muerto un rato”-dijo Nuria tocándome la polla con un dedo. Me hubiese frustrado si no fuese por la sonrisa que me dedicó al decirlo.
-“Bueno chicas, estoy rendido. Voy a merendar algo”.
-“Vale tete, te esperamos aquí”.
Reconozco que las cinco de la tarde no es una hora normal para la merienda y aunque mi presencia ahí era más que aceptada tuve que hacer un hueco en mi agenda para comer algo. Estaba muerto de hambre, y eso que pocas horas antes nos hinchamos de pizza. Además, debía alejarme de esos vampiros antes que me chupasen toda mi sangre y me viese obligado a huir de mi propia casa.
Meriendas las hay de muchos tipos, pero sobretodo se pueden clasificar en dulces y saladas. ¿Qué tipo de gente merienda dulce? Que tipo de sacrilegio es eso, la merienda es el momento de comerse un buen bocadillo. Hagamos apología del jamón y el chorizo ibérico. Mucho no viene a cuento ¿no?. La verdad es que no. No se que coño hago hablando de chorizos, lo de jamones tenía un pase.
En fin, retomemos el ritmo normal de la historia, que si bien la merienda no era una vil mentira, si estoy seguro que resulta menos interesante.
No daba crédito a mis ojos. Cuando salí al jardín me encontré con cinco ninfas entrelazadas y con los cuerpos mezclados de tal manera que podrían haber llegado a perder la noción de su propio cuerpo e incluso a desconocer de quien coño era ese ídem.
Algunos dirán que ese era el momento de apuntarse a la fiesta pero seguro que de haberlo hecho nunca jamás habría podido disfrutar de semejante espectáculo.
Imaginaros estar tumbados en una maca comiéndoos un buen bocadillo, con una cerveza helada en la mano mientras cinco tías se están quedando sin saliva de tanto lamer a escasos centímetros. Dulces recuerdos…, si señor. Pero no me explayaré en las aventuras de los demás que suficiente hay con las mías.
Y las mía no tardaron en volver. Bárbara me las trajo. Muy disimuladamente se apartó del grupo a la que pudo y se puso al lado de mi hamaca a escasos centímetros de mí:
-“¿No se suficiente buena fiesta para ti?”
-“No es eso mujer. Pero la vista también es buena”.
-“Bueno, supongo que no te podemos exigir más”.
-“Por lo que a mi respecta tendréis más”.
-“Me alegra oír eso. ¿está fría la cerveza?”
-“Si, ¿quieres?”
-“Dame un traguito, aunque no me gusta mucho”-vevió un poco-“uafffff. ¿Como te puede gustar esto?”
-“Esrá buena, más en verano y fría”.
-“A lo mejor te gusta más así”-y empezó a echársela por las tetas resbalando por todo su cuerpo-“Veveme”.
Fue una orden más que una petición y como buen ciudadano me sentí con la obligación de cumplir y empecé a darle unos lametazos de escándalo. Quiero que quede claro que en esa posición resultaba realmente complicado y auque el mismo frío de la cerveza ya conseguía hacerla estremecer no creo que recordase eso como uno de los momentos más excitantes de su vida.
-“Tengo que devolverte el favor”.
¿Y que hizo? Pues eso, devolverme el favor. Se puso de rodillas en la punta de la hamaca y empezó a hacer faena. Lengua por aquí, lengua por allí y yo como una moto. No iba a resistir mucho. Cerré los ojos y me dejé llevar, convirtiendo su lengua en mi única realidad.
-“¿Qué haces?”
-“Yo, nada”.
-“Maldito cerdo. Eres un chico malo. Ibas a dejarme sin mi ración de sexo”.
-“Yo…”
-“Nada. Ni se te ocurra dar una excusa. Ahora mismo me echas un polvete”.
Se sentó encima de mí y después de darme un beso muy cariñoso me cogió la polla con la mano y empezó a menearla, como si comprobase que la rigidez era la necesaria para los menesteres que nos iban a entretener. Que nadie dude que existía tal rigidez o consistencia.
Muy suavemente se la metió y se me quedó mirando con una sonrisa que aún no se como calificarla. Medio pícara, medio endiablada…, como posesa. Yo esperaba que empezase a moverse, pero parecía querer hacerse esperar. Simplemente me miraba y sonreía:
-“Ya eres mío me dijo”.
Y empezó a moverse. Arriba y abajo. Adelante y atrás. Apretando las piernas y aflojando. En fin, no sabía donde coño estaba ni donde la tenía. Notaba tal cantidad de sensaciones en mi hermanito que mi joven celebro no podía captar ni computar más información que no fuera lo que aquella mujer me estaba haciendo sentir.
Oímos unas quejas por lo que estábamos haciendo, pero no les hicimos mucho caso. Supongo que nos reprocharon que alguien se me tirase sin ganárselo de modo alguno, con algún tipo de juego. Y aunque reconozco que yo era el único ganador de cualquier juego que propusiesen no estaba decidido a someter todos mis polvotes a la voluntad de mi hermana. Coño, aquello estaba de puta madre y me daba igual no haber pasado ningún puto trámite.
¡Que gritos! Menudo espectáculo ver a esa mujer corriéndose. Menudo escándalo armó. Al principio hasta me asusté y llegué a pensar que le pasaba algo malo, cuando lo único malo que pasó fue la envidia de las demás:
-“¿Yo que pasa? No tengo derecho a lo mismo”.
-“Eva. No te lo tomes mal. Pero entenderás que la cosa ya no está para más por ahora”.
-“Lo entiendo. Pero tanto Bárbara, como Cristina, como Nuria han tenido su parte”.
-“Bien, tu también la tendrás. Aunque no ahora, por favor”.
-“Tranquilo. Solo propongo una cosa. No se te tira nadie hasta que lo haga yo”.
-“Je, je. No se que pensarán ellas, a mi me parece bien. ¿Chicas?”
-“Después de esto”-contestó Bárbara-“puedo esperar, j eje”.
-“Sí, casi nos rompes los oídos”-interrumpió Nuria-“Pero yo también quiero un polvo como dios manda, pero esperaré. Ya he tenido mi ración. Triste, pero algo es algo”.
-“Por mi bien”-consintió Cristina.
-“Pues yo no estoy de acuerdo”.
-“Coño Laura, que soy tu hermana”.
-“Tete, me da igual. Tengo mis derechos como parte de la fiesta”.
-“Laura…”- debéis entender que lo importante fue mi mirada.
-“Vale, vale. Supongo que tienes razón”.
-“Pobrecita Laura”-dijo Nuria.
-“Bueno”-dije-“hacemos algo que no canse tanto”.
-“¿Cómo que?”
-“¿Miramos una peli?”-propuse
-“Por mi vale”-dijo Nuria.
-“¿Qué queréis? ¿Algún tipo en especial?”-pregunté esperando poder complacerlas con mi colección de películas VHS.
-“A mi cualquier cosa menos algo romántico”-dijo Nuria-“no quiero ponerme sentimental”.
-“No se te ocurra poner ninguna de esas pelis serias que te hacen replantearte la sociedad en la que vivimos ni nada de eso”-continuó Cristina-“No quiero rallarme, una peli sin sentido, de las de pasar el rato, estaría bien”.
-“Ni de tortazos. No quiero un peli de esas tete”.
-“Me lo ponéis difícil. Básicamente queréis una peli mala, sin sentido que no sea romántica…”
-“Y si puede ser que no sea una comedia”-petición de Bárbara.
-“Joder. Está difícil la cosa. Por eliminación me estáis pidiendo a James Bond”.
-“Las hemos visto todas”.
-“El secreto de Thomas Crown. En parte también es James Bond. ¿La tienes? Yo no la he visto”.
-“Para ti sí la tengo. Vas a ser mi cuñadita”.
-“¿A sí?
-“Lo más seguro. Pero no avancemos acontecimientos. Sentaros en los sofás que ahora voy con la peli”.
La película estuvo bien. Yo ya la había visto pero, sin ser crítico de cine, es una película que aunque no dice nada y no tiene mucho sentido, entretiene. Lo malo de las películas no es que no tengan sentido, lo peor es cuando intentan dárselo sin conseguirlo. La peor película es una con pretensiones de ser más de lo que es, un quiero y no puedo, y la que veíamos solo se proponía entretener y lo hacía, así que ya me estaba bien.
En fin, no me voy a poner a contar la película solo el final, cuando mi hermana se levanta y dice:
-“Ala. Todos a la ducha”.
Y quien va a desobedecer. Cualquier día de mi vida hubiese pagado lo que fuera por meterme en la ducha con esas mujeres, pero no le di la más mínima importancia.
Lógicamente nos duchamos en los vestuarios del gimnasio, todos juntitos…, y como las chicas empezaron a animarse …, no me quedó mas remedio que animarme con ellas.
Al principio no éramos más que unos chicos dándose una ducha pero a la que Laura le dijo a Bárbara que le enjabonase la espalda empezó el show. Bárbara no iba a quedarse solo con la espalda y continuó con el culo. Claro, que Laura no tubo suficiente y se giró para que continuase también por delante, cosa que supo agradecerle.
Nuria y Cristina no tardaron a apuntase al jueguecito y yo me limité a convertirme en un espectador de ese espectáculo. Y menudo espectáculo. No tardé en ponerme morcillón.
-“Atención chicas”-interrumpió Eva-“Ya es mío”.
Todas me miraban curioseadas y entendieron a que se refería Eva. Yo parecía estar pidiendo guerra, con el arma apuntando. Era una situación muy violenta. No mola cuando te están mirando un montón de mujeres como si fueras carnaza…, y menos en esa situación. Aunque tendría mi premio por ser bueno.
Eva se acercó a mi y me dio un beso. Me empezó a masturbar suavemente, no pudiendo evitar llevarse a su mano mi verga.
-“Antes de empezar te voy a dar un regalito”.
Se agachó y empezó a chapármela realmente despacio. El regalo era para mi pero parecía estar disfrutándolo ella más que yo, degustando cada centímetro, saboreándolo.
-“Ya hay suficiente”-dijo tumbándose en el suelo de la ducha-“tendrás que dejarme tan contenta como a Bárbara”.
-“Ganas hay las mismas. Te lo aseguro”.
Me puse delante de ella, que ya tenía su chochete pelirrojo abierto esperándome. La miré a los ojos (ya os he comentado que me volvían loco) y empecé a clavársela muy despacio, como me gusta a mi, y empezamos con la típica postura del misionero.
Alrededor nuestro se formó un coro de gente expectante mientras yo seguía con mi ritmo lento, sin prisa pero sin pausa. Eva lo estaba disfrutando pero chilló:
-“Más fuerte por favor”.
No me gusta demasiado hacerlo que parezca que la quieres atravesar pero sus palabras me animaron y empecé a ir más deprisa y a darle más fuerza a mis embestidas.
-“Dame fuerte por favor”
Empecé a meterla casi con rabia. Creía que le haría daño, pero cuanto más fuerza ponía más jadeaba y más parecía disfrutar. Me excitaba mucho oírla jadear así y me animaba a continuar con fuerza.
No se si por casualidad o por excitación al notar que se corría pero creo que nos corrimos a la vez. Ella no me lo pidió, pero decidí correrme fuera, al menos que las otras vieran algo para entretenerse.
Y así terminó el día. Por lo menos a lo que sexo se refiere. Cenamos, charlamos y miramos algún programa de marujeo pero pedí explícitamente que no hubiesen más juegos por esa noche y aceptaron. Sabían que si ninguna empezaba yo estaría más fresco y era lo que querían. Claro que si una hubiese empezado dios sabe que nada las habría parado
Umm comentarme y darme algun puntito y os seguiere contando como sigue...
-“Está bien que alguien me pida a mi”
-“Vale. Laura escoge”-pidió Eva.
-“Yo también me reservo. Pregunta”.
-“Sexualmente hablando, ¿Qué es lo que más te apetece hacer? Y sea aquí o no. Es decir tu mayor fantasía.
-“Bueno, se supone que debo ser sincera, que no se enfade nadie. Me muero de ganas de comerle la polla a mi hermanito y no se como pedirle que me deje”.
Todos nos quedamos algo estupefactos y Nuria dijo:
-“Coño, que novedad. Como todas”.
Y le quitó importancia al asunto si tengo que ser sincero porque todas rieron y asintieron menos Cristina que dijo:
-“Yo no quiero chupársela. Quiero que bombee de una vez coño”.
Siguieron riendo y mi hermana dijo:
-“Te vas a tener que esperar un rato. A ver Nuria, que quieres?”
-“Acción. Quiero acción de una vez”.
-“Está bien. Te vas a sentar en la piedra del borde de las piscina y te vas a masturbar durante toda la ronda hasta que llegue de nuevo a ti”.
-“Joder, ¿sola?”
-“Sí, sola”.
A regañadientes aceptó y empezó a masturbarse.
-“Cristina. Sal que le toca pedir a mi hermano”.
-“Que putada. ¿Me lo acabarás luego?”-me susurró al oído.
-“Será un placer”.
-“Está bien tete, ¿Qué quieres?”
-“Beso, vamos a ir poco a poco”.
-“Como favor porque he sido algo injusta con ella quiero que beses con todas tus ganas a Nuria”.
Nuria sonrió, pareció ser la mujer más feliz del mundo y sin que dejara de masturbarse la besé con toda mi alma, queriendo comérmela.
-“Eva, tu dirás”
-“No me quiero quedar atrás, “¿que hago?”
-“Le vas a comer el chirri a Bárbara”.
-“Mola. Anda reina súbete a la piedra que te voy a pegar unos lametazos que vas a ver”.
-“Uyyy, cuanto vales…”
Que espectáculo. Le abrió su conchita con los dedos y empezó a lamer como una posesa mientras Bárbara jadeaba todo lo bajito que podía.
-“Va a durar poco, Bárbara, pide”.
-“Coño. Beso”.
-“Bueno, seré buena, besa a Eva como gratitud”.
Se besaron un buen rato y supongo que a Bárbara le gustó sentir su propio sabor en la boca.
-“Cristina, tu dirás”.
-“No se. Pregunta”.
-“Está bien. Ahora seremos cotillas. ¿Quien te desvirgó?”
-“Nadie. Se podría decir que soy virgen”.
-“¿Que? No cuela.”
-“Vamos a ver. Físicamente no. Me desvirgué con un trozo de plástico, con un vibrador. Pero nunca me he atrevido a estar con un hombre y ser una guarra. El único hombre que ha estado dentro de mi es tu hermano hace un momento y por dios que eso no se puede decir “echar un polvo”.
Nos quedamos todos mudos y no supimos que decir. Suerte que mi hermana llevaba la cosa muy por la mano y siguió en seguida:
-“¿quien me pide?”
-“Yo misma”-gritó Cristina casi desde la otra punta-“¿Qué quieres?”
-“Un beso”.
-“Vale. Pues vas a besar a tu hermano”-yo puse cara rara-“pero no en la boca. Le vas a dar un beso en la punta del capullo. Y fuera de la piscina que lo veamos todos”.
Mi hermana le dijo a Nuria vocalizando en voz muy baja “gracias”, y salió de la piscina.
-“Venga tete, sal”.
-“No”.
-“Oye, sal. No seas así”-dijo alguna de ellas.
Salí y me quedé de pie delante de Laura. No quería mirar y cerré los ojos. Al momento sentí un besito muy dulce en la punta de mi capullo y luego oí a mi hermana que decía:
-“Bueno, puede ser un beso con lengua, ¿no?”
Y me dio un par de lametazos en el capullo que no lo voy a negar. Me gustaron y no osé apartarme. Eso supongo que la animó y se la metió en la boca, como si fuera una pirueta y empezó a chupar.
-“Oye”-dijo Eva”-sueltalo que eso ya no es un besito”.
-“Perdon. Sabes rico tete”.
-“Ya…”-contesté desanimado
-“Bueno tete, ¿que quieres hacer?”
-Solo me queda pedir una acción.
-“Tambien seré buena. Mira a Eva, está buena, ¿no?”
-“Joder, de muerte”.
-“Pues se va a tumbar en el suelo y le vas a dar diez embestidas. Diez, ni una más”.
Eva salió del agua muy deprisa y se tumbó delante de mí. Las demás también salieron para poderlo ver bien.
-“Me voy a poner enfermo. Podré acabar alguna”.
-“Ya veremos, venga que contamos”.
Eva se abrió todo lo que pudo y yo me paré un momento a observar lo que me ofrecía. Empecé a meterla suavemente mientras oía “una”, la saqué lentamente y la volví a meter “dos” y así fueron cantando a coro todos mis movimientos.
“Nueve” “y diez” pero no pude parar. Todo lo contrario, aceleré el ritmo y aumenté la fuerza de mis envestidas, pero Nuria se abalanzó sobre mi y me tiró al suelo para que parara:
-“Te has descontrolado un poco hermanito, pero te perdonamos”.
-“Está bien, vamos por ti Bárbara”.
-“Acción, y que sea igual de buena”.
-“Por supuesto. Ofrécele el culo a mi hermano que te va a dar quince embestidas”.
-“A mi solo han sido diez”
-“No han sido más y por eso a Bárbara le da más”
-“Vale”.
-“Portate Arny, que mi culo no lo prueba cualquiera”.
Se puso abierta de piernas, de rodillas y con la cara tocando al suelo y sin esperar más empecé. Me encantaba que estuviese tan apretado y tan caliente pero conseguí salir a las quince aunque tuve que reconocerlo:
-“Chicas, o meto un polvo como dios manda o me voy a poner enfermo”.
-“Tranquilo hermanito”.
-“A ver, Cristina, ¿que quieres?”
-“Yo acción”.
-“Está bien. Como no ha echado nunca un buen polvo mi hermanito te va a dar treinta envestidas. Son pocas para acabar, pero al igual lo consigues. ¿Os parece bien?”.
Todas contestaron que si al unísono, y ella no tardó mucho en sentarse sobre mi y se abrazó muy fuete y me susurró al oído:
-“Portate bien mi amor”.
-“Lo intentaré”.
Yo mismo con la mano se la metí dentro y dejé que ella se moviera y marcase el ritmo. Seguía abrazada y empezó a jadear mordiéndose los labios.
-“No te cortes”-le susurré-“chilla si quieres”.
Creo que sintió un gran alivio y cambió los jadeos por pequeños gritos que le salían del alma. Vi como mi hermana les hacía un gesto a las otras chicas para que se callaran y nos dejaran hacer. En el fondo era buena chica y quería que Cristina acabara su primer polvo.
No se cuantas envestidas llevaba cuando noté que Cristina aceleró el ritmo y me mordió el hombro con más fuerza de lo que debiera haber hecho, aunque no me importó. El sudor se le volvió frío y entendí que había acabado.
Se dejó caer de espaldas sobre el césped y yo salí para correrme sobre su vientre. Todas aplaudieron y besaron a Cristina felicitándola.
-“¿Cómo ha ido con mi hermanito?”
-“Glorioso”-dijo levantándose y dándome un pequeño beso en los labios-“Ha sido increíble”.
-“No dirás que no somos buenas”-continuó Bárbara-“Haces trampas pidiendo dos veces acción y aún así le dejamos dar más embestidas para que puedas acabar”.
-“¿Os habéis dado cuenta que ya había pedido acción?”
-“Sí, pero necesitabas un buen polvete y no nos ha importado”.
-“Soys las mejores chicas. Os quiero”.
-“Nosotras también”.dijo mi hermana.
-“Claro que ahora esto va estar muerto un rato”-dijo Nuria tocándome la polla con un dedo. Me hubiese frustrado si no fuese por la sonrisa que me dedicó al decirlo.
-“Bueno chicas, estoy rendido. Voy a merendar algo”.
-“Vale tete, te esperamos aquí”.
Reconozco que las cinco de la tarde no es una hora normal para la merienda y aunque mi presencia ahí era más que aceptada tuve que hacer un hueco en mi agenda para comer algo. Estaba muerto de hambre, y eso que pocas horas antes nos hinchamos de pizza. Además, debía alejarme de esos vampiros antes que me chupasen toda mi sangre y me viese obligado a huir de mi propia casa.
Meriendas las hay de muchos tipos, pero sobretodo se pueden clasificar en dulces y saladas. ¿Qué tipo de gente merienda dulce? Que tipo de sacrilegio es eso, la merienda es el momento de comerse un buen bocadillo. Hagamos apología del jamón y el chorizo ibérico. Mucho no viene a cuento ¿no?. La verdad es que no. No se que coño hago hablando de chorizos, lo de jamones tenía un pase.
En fin, retomemos el ritmo normal de la historia, que si bien la merienda no era una vil mentira, si estoy seguro que resulta menos interesante.
No daba crédito a mis ojos. Cuando salí al jardín me encontré con cinco ninfas entrelazadas y con los cuerpos mezclados de tal manera que podrían haber llegado a perder la noción de su propio cuerpo e incluso a desconocer de quien coño era ese ídem.
Algunos dirán que ese era el momento de apuntarse a la fiesta pero seguro que de haberlo hecho nunca jamás habría podido disfrutar de semejante espectáculo.
Imaginaros estar tumbados en una maca comiéndoos un buen bocadillo, con una cerveza helada en la mano mientras cinco tías se están quedando sin saliva de tanto lamer a escasos centímetros. Dulces recuerdos…, si señor. Pero no me explayaré en las aventuras de los demás que suficiente hay con las mías.
Y las mía no tardaron en volver. Bárbara me las trajo. Muy disimuladamente se apartó del grupo a la que pudo y se puso al lado de mi hamaca a escasos centímetros de mí:
-“¿No se suficiente buena fiesta para ti?”
-“No es eso mujer. Pero la vista también es buena”.
-“Bueno, supongo que no te podemos exigir más”.
-“Por lo que a mi respecta tendréis más”.
-“Me alegra oír eso. ¿está fría la cerveza?”
-“Si, ¿quieres?”
-“Dame un traguito, aunque no me gusta mucho”-vevió un poco-“uafffff. ¿Como te puede gustar esto?”
-“Esrá buena, más en verano y fría”.
-“A lo mejor te gusta más así”-y empezó a echársela por las tetas resbalando por todo su cuerpo-“Veveme”.
Fue una orden más que una petición y como buen ciudadano me sentí con la obligación de cumplir y empecé a darle unos lametazos de escándalo. Quiero que quede claro que en esa posición resultaba realmente complicado y auque el mismo frío de la cerveza ya conseguía hacerla estremecer no creo que recordase eso como uno de los momentos más excitantes de su vida.
-“Tengo que devolverte el favor”.
¿Y que hizo? Pues eso, devolverme el favor. Se puso de rodillas en la punta de la hamaca y empezó a hacer faena. Lengua por aquí, lengua por allí y yo como una moto. No iba a resistir mucho. Cerré los ojos y me dejé llevar, convirtiendo su lengua en mi única realidad.
-“¿Qué haces?”
-“Yo, nada”.
-“Maldito cerdo. Eres un chico malo. Ibas a dejarme sin mi ración de sexo”.
-“Yo…”
-“Nada. Ni se te ocurra dar una excusa. Ahora mismo me echas un polvete”.
Se sentó encima de mí y después de darme un beso muy cariñoso me cogió la polla con la mano y empezó a menearla, como si comprobase que la rigidez era la necesaria para los menesteres que nos iban a entretener. Que nadie dude que existía tal rigidez o consistencia.
Muy suavemente se la metió y se me quedó mirando con una sonrisa que aún no se como calificarla. Medio pícara, medio endiablada…, como posesa. Yo esperaba que empezase a moverse, pero parecía querer hacerse esperar. Simplemente me miraba y sonreía:
-“Ya eres mío me dijo”.
Y empezó a moverse. Arriba y abajo. Adelante y atrás. Apretando las piernas y aflojando. En fin, no sabía donde coño estaba ni donde la tenía. Notaba tal cantidad de sensaciones en mi hermanito que mi joven celebro no podía captar ni computar más información que no fuera lo que aquella mujer me estaba haciendo sentir.
Oímos unas quejas por lo que estábamos haciendo, pero no les hicimos mucho caso. Supongo que nos reprocharon que alguien se me tirase sin ganárselo de modo alguno, con algún tipo de juego. Y aunque reconozco que yo era el único ganador de cualquier juego que propusiesen no estaba decidido a someter todos mis polvotes a la voluntad de mi hermana. Coño, aquello estaba de puta madre y me daba igual no haber pasado ningún puto trámite.
¡Que gritos! Menudo espectáculo ver a esa mujer corriéndose. Menudo escándalo armó. Al principio hasta me asusté y llegué a pensar que le pasaba algo malo, cuando lo único malo que pasó fue la envidia de las demás:
-“¿Yo que pasa? No tengo derecho a lo mismo”.
-“Eva. No te lo tomes mal. Pero entenderás que la cosa ya no está para más por ahora”.
-“Lo entiendo. Pero tanto Bárbara, como Cristina, como Nuria han tenido su parte”.
-“Bien, tu también la tendrás. Aunque no ahora, por favor”.
-“Tranquilo. Solo propongo una cosa. No se te tira nadie hasta que lo haga yo”.
-“Je, je. No se que pensarán ellas, a mi me parece bien. ¿Chicas?”
-“Después de esto”-contestó Bárbara-“puedo esperar, j eje”.
-“Sí, casi nos rompes los oídos”-interrumpió Nuria-“Pero yo también quiero un polvo como dios manda, pero esperaré. Ya he tenido mi ración. Triste, pero algo es algo”.
-“Por mi bien”-consintió Cristina.
-“Pues yo no estoy de acuerdo”.
-“Coño Laura, que soy tu hermana”.
-“Tete, me da igual. Tengo mis derechos como parte de la fiesta”.
-“Laura…”- debéis entender que lo importante fue mi mirada.
-“Vale, vale. Supongo que tienes razón”.
-“Pobrecita Laura”-dijo Nuria.
-“Bueno”-dije-“hacemos algo que no canse tanto”.
-“¿Cómo que?”
-“¿Miramos una peli?”-propuse
-“Por mi vale”-dijo Nuria.
-“¿Qué queréis? ¿Algún tipo en especial?”-pregunté esperando poder complacerlas con mi colección de películas VHS.
-“A mi cualquier cosa menos algo romántico”-dijo Nuria-“no quiero ponerme sentimental”.
-“No se te ocurra poner ninguna de esas pelis serias que te hacen replantearte la sociedad en la que vivimos ni nada de eso”-continuó Cristina-“No quiero rallarme, una peli sin sentido, de las de pasar el rato, estaría bien”.
-“Ni de tortazos. No quiero un peli de esas tete”.
-“Me lo ponéis difícil. Básicamente queréis una peli mala, sin sentido que no sea romántica…”
-“Y si puede ser que no sea una comedia”-petición de Bárbara.
-“Joder. Está difícil la cosa. Por eliminación me estáis pidiendo a James Bond”.
-“Las hemos visto todas”.
-“El secreto de Thomas Crown. En parte también es James Bond. ¿La tienes? Yo no la he visto”.
-“Para ti sí la tengo. Vas a ser mi cuñadita”.
-“¿A sí?
-“Lo más seguro. Pero no avancemos acontecimientos. Sentaros en los sofás que ahora voy con la peli”.
La película estuvo bien. Yo ya la había visto pero, sin ser crítico de cine, es una película que aunque no dice nada y no tiene mucho sentido, entretiene. Lo malo de las películas no es que no tengan sentido, lo peor es cuando intentan dárselo sin conseguirlo. La peor película es una con pretensiones de ser más de lo que es, un quiero y no puedo, y la que veíamos solo se proponía entretener y lo hacía, así que ya me estaba bien.
En fin, no me voy a poner a contar la película solo el final, cuando mi hermana se levanta y dice:
-“Ala. Todos a la ducha”.
Y quien va a desobedecer. Cualquier día de mi vida hubiese pagado lo que fuera por meterme en la ducha con esas mujeres, pero no le di la más mínima importancia.
Lógicamente nos duchamos en los vestuarios del gimnasio, todos juntitos…, y como las chicas empezaron a animarse …, no me quedó mas remedio que animarme con ellas.
Al principio no éramos más que unos chicos dándose una ducha pero a la que Laura le dijo a Bárbara que le enjabonase la espalda empezó el show. Bárbara no iba a quedarse solo con la espalda y continuó con el culo. Claro, que Laura no tubo suficiente y se giró para que continuase también por delante, cosa que supo agradecerle.
Nuria y Cristina no tardaron a apuntase al jueguecito y yo me limité a convertirme en un espectador de ese espectáculo. Y menudo espectáculo. No tardé en ponerme morcillón.
-“Atención chicas”-interrumpió Eva-“Ya es mío”.
Todas me miraban curioseadas y entendieron a que se refería Eva. Yo parecía estar pidiendo guerra, con el arma apuntando. Era una situación muy violenta. No mola cuando te están mirando un montón de mujeres como si fueras carnaza…, y menos en esa situación. Aunque tendría mi premio por ser bueno.
Eva se acercó a mi y me dio un beso. Me empezó a masturbar suavemente, no pudiendo evitar llevarse a su mano mi verga.
-“Antes de empezar te voy a dar un regalito”.
Se agachó y empezó a chapármela realmente despacio. El regalo era para mi pero parecía estar disfrutándolo ella más que yo, degustando cada centímetro, saboreándolo.
-“Ya hay suficiente”-dijo tumbándose en el suelo de la ducha-“tendrás que dejarme tan contenta como a Bárbara”.
-“Ganas hay las mismas. Te lo aseguro”.
Me puse delante de ella, que ya tenía su chochete pelirrojo abierto esperándome. La miré a los ojos (ya os he comentado que me volvían loco) y empecé a clavársela muy despacio, como me gusta a mi, y empezamos con la típica postura del misionero.
Alrededor nuestro se formó un coro de gente expectante mientras yo seguía con mi ritmo lento, sin prisa pero sin pausa. Eva lo estaba disfrutando pero chilló:
-“Más fuerte por favor”.
No me gusta demasiado hacerlo que parezca que la quieres atravesar pero sus palabras me animaron y empecé a ir más deprisa y a darle más fuerza a mis embestidas.
-“Dame fuerte por favor”
Empecé a meterla casi con rabia. Creía que le haría daño, pero cuanto más fuerza ponía más jadeaba y más parecía disfrutar. Me excitaba mucho oírla jadear así y me animaba a continuar con fuerza.
No se si por casualidad o por excitación al notar que se corría pero creo que nos corrimos a la vez. Ella no me lo pidió, pero decidí correrme fuera, al menos que las otras vieran algo para entretenerse.
Y así terminó el día. Por lo menos a lo que sexo se refiere. Cenamos, charlamos y miramos algún programa de marujeo pero pedí explícitamente que no hubiesen más juegos por esa noche y aceptaron. Sabían que si ninguna empezaba yo estaría más fresco y era lo que querían. Claro que si una hubiese empezado dios sabe que nada las habría parado
Umm comentarme y darme algun puntito y os seguiere contando como sigue...
6 comentarios - Joven descubre placeres por una amiga de sus padres (4)