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Trio con desconocidos

A mi marido (Juan Carlos) y a mi nos gusta mucho salir a bailar, pero hay algo que solíamos hacer y nos excitaba sobremanera: que yo baile con otros tipos mientras él nos observa desde un rincón. A él le gustaba ver como yo me debatía entre los intentos de los tipos por “levantarme”, y a mi me encantaba sentir como los hombres se conviertían en verdaderos marmotas, siguiendo un exacto guión de “recetas infalibles”. Como se que soy vistosa, siempre consigo a alguien con quien divertirme, por lo que en general la noche termina con mi marido echándome un polvo de novela. Pero esa noche decidimos cambiar de ambiente con Juan Carlos, y fuimos a un boliche, discoteca, bailable…como quieras llamarlo. El lugar se llama “La reina” y es como le dicen ahora “alternativo”. Lo que significa que nadie cuestiona lo que hacés, por lo que luego de que Juan encontrar el lugar exacto para mirar “mi performance”, yo me dediqué a exhibirme. Te aseguro que sé como hacerlo…tengo con qué (mientras habla toma sus tetas y las mueve un poco con sus manos).
La cuestión es que habían pasado no más de cinco minutos, cuando veo a un tipo alto, pelo oscuro y bastante musculoso, que se me acerca. Me mira fijo y con voz firme me dice
-vamos a bailar-
Te aseguro que no fue una pregunta, fue más bien una orden, que acepté sin pocas posibilidades de resistirme. La sorpresa me la llevé cuando llegamos a la pista, donde el tipo me tomó la mano, quise retirarla, pero no pude, simplemente él con su enorme mano me lo impidió. No te voy a negar que me gustó como el tipo me manejó. Disimuladamente observé a mi esposo, que sonreía desde su posición. Por primera vez tenía ante mí a un tipo con el que me tendría que esforzar.
La música electrónica atronaba en mis oídos, pero estaba buena, por momentos hacía que me evadiera y bailaba olvidándome hasta de mi marido. La música fue cambiando y muy pronto me encontré bailando un ritmo…¿como te diría?, sensual, (como el del tema de 9 semanas y media), bien de strep tease. Su mano ya no me apretaba, simplemente me conducía, me atraía, y yo caí en sus redes. Comencé a moverme sensual…aunque distante.
De pronto surge ante mi, pero desde atrás una mano que me ofrece un trago, pensando que era Juan Carlos lo tomé sin pensar y le dí un largo sorbo, siempre mirando fijamente a mi ocasional pareja y la verdad es que no me di cuenta la cantidad de alcohol que tenía ese trago. La mano que me ofreciera el trago baja directamente a mi vientre, para sostenerme mientras me apoya la verga entre las nalgas. El grandote se acerca a mí, reclama su parte apoyándome la verga un poco más abajo del ombligo (imaginate la altura del tipo). Como veo que Juan no se inmuta y sigue refregándose contra mí, lo miro de reojo para ver su expresión. Allí me llevé la primera sorpresa:
-¡no era Juan Carlos!- me dice mientras abre sus ojos enormes.
Era otro desconocido. Busqué rápidamente a mi marido con la mirada. Estaba en el mismo lugar, pero su gesto era distinto…me miraba fijamente pero no como siempre. Allí me dí cuenta que él también estaba excitado, le gustaba mirar como yo me movía entre dos tipos, dos completos desconocidos.
No se por qué no me sorprendió, o a lo mejor si sé. Yo me había bajado medio vaso del trago y casi de golpe. La cuestión es que el tipo que tenía atrás se apoya más en mí, el grandote también. Ambas pijas están paradas, se clavan contra mí, y yo tratando de seguirles el juego que me estaba calentando tanto comienzo a refregarme. Me sentía…¿Cómo se dice?
-el jamón del medio de un sanguchito- me dice mientras sus ojos se iluminan.
La segunda sorpresa fue que el grandote en un solo movimiento me tomó de la nuca y me besó. Fue arrollador para mi, la verdad que no pensé en alejarlo, por el contrario me sumergí en su boca, ¡me besó con una fuerza!…me mató. Sin pensarlo busqué sobre mi hombro al otro desconocido, y también me besó. Aunque no fue tan fuerte como el grandote, pero me hundió más. Sobre todo el morbo de que me tuvieran entre dos, eso no lo había vivido nunca.
Miré hacia Juan Carlos, estaba como viento, en su frente me pareció un cartel virtual que decía “estoy caliente”. La mano que tenía en mi panza baja un poco más, y allí entre el amontonadero de gente me tocó…la concha. Su palma abarcó toda la zona, hasta podría jurar que con la punta de uno de sus dedos me tocó el ano. Ahora fui yo quien avanzó contra la boca del grandote, me lo comí con ansias, yo también estaba caliente…excitada.
Por eso es que mi mano bajó sin dudar hasta la pija del grandote. La verdad es que allí me di cuenta que su verga también era grande…muy grande (sonríe con cara de viciosa). La agarré con fuerza y se me estremeció el culo cuando la sentí en mi mano. Con la otra mano busqué hacia atrás, en la entrepierna del otro tipo y también le sentí la pija parada.
Imaginate como estaba yo, para colmo el grandote me tocaba las tetas con un morbo, que yo pensé que íbamos a explotar, ellos y yo.
-¿conocés Jaimito?- me preguntó el tipo que tenía atrás.
-¿a quien?- pregunté yo un tanto sorprendida.
Yo pensaba que se iba a agregar un tipo más
-jaimito, la pista de atrás- me señaló el tipo
-nnno, no la conozco- respondí yo inocente
Sin pensarlo el tipo me tomó de la mano y me condujo en medio del atoyadero de parejas que intentaban bailar, detrás nuestro el grandote caminaba mientras me acariciaba el culo. Intenté mirar a Juan Carlos, pero lo perdí de vista y la verdad es que no me importó demasiado.
Allí me di cuenta de que estaba más en pedo de lo que yo pensaba, el piso se me movía un poco, yo me sentía entre nubes y todo me resbalaba. Solamente pensaba en esas dos vergas que había agarrado.
A todo esto, cuando Juan vio que yo me iba, intentó seguirme, pensando que iba solamente a cambiar de lugar en la pista, pero la cuestión es que eligió mal el camino y cuando nosotros entramos por una disimulada puerta donde un pequeño cartel indicaba que allí era Jaimito, él nos perdió de vista.
Cuando entramos a la pista, me dí cuenta que poco tenía de bailable, estaba todo muy oscuro, apenas se veía donde caminar. Podía adivinar por las luces audiorítmicas algunos cuerpos que se movían en un ir y venir incesante, incluso ví como un par de minas hacían petes, otra más allá cabalgaba casi en bolas. “esto es un cojedero” me dije.
Mientras una parte de mi mente me gritaba que saliera de allí corriendo, mi vagina me rogaba que me quedara. Ganó mi vagina porque apenas encontramos un lugar donde acomodarnos dejé que los tipos me colocaran en medio de ellos, en un sillón largo donde la gente se daba con todo, y había de todo: mujer hombre, hombre hombre, mujer mujer, un trío y hasta un amontonadero en medio del lugar, donde un grupo se daba sin control, era un verdadero quilombo.
La cuestión es que quise reiniciar el tacto, mientras besaba al grandote busqué con mis manos las vergas de los dos, y ambas estaban ya afuera. Te digo que si antes me había impresionado la verga del grandote, ahora me impresionó más todavía. Con mis dedos no alcanzaba a rodearla. ¡tenía un grosor, era enorme!, parecía un caballo el hijo de puta.
La cuestión es que allí estaba yo, pajeando a dos desconocidos, mientras uno me besaba y el otro me abría la blusa y ya descubría una de mis tetas. El más petiso se puso a chapármela. La cosa es que no me di cuenta cuando el grandote empezó a tocarme entre las piernas, pero dado un momento me hizo perder el control, solté las vergas y comencé a gozar de veras. El grandote me pajeaba, lo hacía con fuerza, pero lento…muy lento. Me hizo ver las estrellas el hijo de puta y me hizo acabar como una colegiala. En dos minutos tuve mi primer orgasmo. Entonces el tipo me agarra y hace que me siente sobre él, en el movimiento me desgarró la tanga que quedó sostenida en una de mis piernas, pero liberó mi concha. Yo estaba a mil, quería más…quería verga.
Como te decía, el tipo me hace sentar sobre él, yo me olvidé del tamaño de la verga, por lo que el primer movimiento fue sin pensar, pero apenas sentí que se me metía, pensé que me iba a desgarrar, pero el placer era mayor, creí que me iba a llegar hasta la garganta, jaja (se ríe). Me tuve que agarrar fuerte de sus hombros y comencé a moverme despacio, por un momento me olvidé del otro tipo, pero él se encargó de hacerse notar, se puso de pie sobre el sillón, la verga me daba justo a la altura de la boca y sin demora empecé a chupársela.
Allí estaba yo, cabalgando a un desconocido que me estaba partiendo y chupándosela a otro. Otra vez el orgasmo, otra vez los temblores, ya la verga del grandote ni me duele, solamente me hace gozar…¡y como!. Creo que debo haber gritado más de una vez, pues varias veces me sorprendí por el volumen de mi propia voz.
El grandote se queja, también está acabando y siento como la concha se me llena de leche que se mezcla con mis propios flujos.
Ahí me apiolé de que el otro también iba a acabar, por lo que dejé de chupársela y comienzo a pajearlo mientras apunto a mis tetas.
-yo te voy a sacar la leche- dije
Y así fue, el pobre acabó en mis tetas, me enchastró entera. Yo pensé que allí terminaba todo. Entre ellos se dijeron algo que no escuché, solo se que me miraron esperando una respuesta, y yo asentí, inconciente de lo que querían.
Me quise mover, pero el grandote me sostuvo, aplastó mis tetas contra él. No le importó que se manchara con la leche del otro tipo. Quedé con el culo en alto, y con la verga del grandote aún dentro mío. El otro se acomodó detrás de mí, sus manos me tomaron de la cadera. Entre los dos me inmovilizaron completamente. Después una de las manos de otro tipo me separa las nalgas. Mi culo queda indefenso, expuesto. Sentí como la verga comenzaba a presionar, yo supe que tenía que relajarme por lo que comencé a besarle el cuello al grandote, y mientras mi concha volvía cerrarse sobre la pija del grandote, el otro me perforaba el culo.
Me dieron masita entre los dos para tenga, guarde y reparta. ¡Que polvo por favor! (mientras habla se tapa la boca en señal de admiración).
Mirá, debo haber acabado como mil veces, pero siempre quería más, yo estaba insaciable.
Me cogieron de todas la maneras posibles. Yo en cuatro, mientras uno me daba yo se la chupaba al otro, yo sentada sobre uno de ellos, de espaldas mientras chupaba la otra verga. Que se yo, no podría contarte todo lo que me enfiestaron esos cabrones.
Yo ya estaba agotada, pero no podía parar de coger, acababa a repetición. De pronto veo a Juan Carlos parado ante mí, me toma del brazo y me saca de en medio de los dos desconocidos.
-te cogieron- exclamó mientras me lleva a la rastra. Yo intentaba acomodarme las ropas.
-si, no pude evitarlo- me disculpé
-si, ya lo se- dijo y guardó silencio hasta que salimos del boliche o como mierda se llame eso.
Estábamos por subir al auto cuando me preguntó
-¿te gustó?-
Te juro que iba a mentirle, a decirle que me habían forzado y cuantas cosas más, pero opté por decirle la verdad.
-si, me encantó, gocé mucho- dije preparándome para la discusión que se avecinaba.
-a mi también me gustó, me calentó verte mientras te cogían- dijo él
Quise besarlo, pero el me detuvo en seco
-ni en pedo, se la chupaste a esos tipos- dijo seriamente
Primero me reí yo, luego él se contagió.
Esa fue la primera vez que hicimos algo por el estilo. Después vinieron otras, donde a veces le tocó a él. Pero esa es la que yo recuerdo más.
Me gustaría que lo publicaras, y si el grandote se reconoce en el relato, que se contacte conmigo, a través tuyo.

3 comentarios - Trio con desconocidos

angieyruben -1
Se ve que tenía ganas de "su" propia fiestita !!!
Muy caliente el relato !


Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!

Trio con desconocidos
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
duopimponela
Muy buen relato!!!! nos encanto... pasen y lean los nuestros si lo desean, besos!
enriquerosillo
bravo quiero conocerlos soy de santa fe capital