Hola mis amores, acá les traigo otro de mis relatos, en este se desprenden personajes que estan relacionados con el relato anterior, así que seria bueno que primero lean "Amigas, vestidos y algo mas". Espero que les agrade y les despierte tantas calientes sensaciones como a mi, si recibo buenas criticas por supuesto habrá mas!!
Mariano miro a través del portero eléctrico del gimnasio y vio a Hiedra parada en la puerta, vestía unas calzas deportivas azules, remera blanca y zapatillas, de su hombro colgaba un bolso en el que llevaba todo lo necesario para el gimnasio incluyendo para ducharse. Eran las 20:24 hs demostrando con ello no solo puntualidad sino también interés en la clase, presuroso abrió la puerta y saludándola con un beso dijo:
- Hola hermosa, que puntualidad.
- Hola morocho, es que soy una alumna muy aplicada- dijo sonriendo.
Mariano es un hombre de 36 años, morocho de cabello corto rizado, de 1,81 mts de contextura atlética y ancha espalda debido a la natación, era totalmente lampiño en parte y depilado en otras, como en sus musculosas piernas ya que practicaba ciclismo. Demostraba tener buen carácter y madurez, sereno para hablar y de buena paciencia para enseñar, Hiedra se sentía con el muy cómoda...y algo mas.
Una vez adentro el le mostro el cambiador femenino y el pasillo hacia la pileta y dijo:
- Cámbiate tranquila que yo te espero en la pileta.
- Dale, en 10 estoy ahí.
Hiedra se desnudó, se metió en la ducha, se higienizo rápidamente y secándose apenas, se puso el traje de baño que consistía en una malla de una sola pieza de color azul con detalles en rojo y que a pesar de ser sobria, por su físico esbelto la hacia muy atractiva. Tomo su gorra de natación y las antiparras, se calzo unas ojotas y se dirigió a la pileta.
Al llegar a ella se encontró con el profe y Maxi, el otro alumno del que Mariano le había hablado. Maxi era también morocho de 1,78 mts, de contextura física normal, de vientre plano, pechos marcados, grandes manos y unas piernas que a ella la fascinaron, todo cubierto por una sombra prolija de bellos y adornando es obra de arte, un masculino rostro de barba rala con una sonrisa que marcaba dos largos hoyuelos en sus mejillas, ambos estaban vestidos aun, ella se acerco y Mariano dijo:
- Hiedra, te presento a Maxi, del que te hable por teléfono, Maxi ella es Hiedra, tu compañerita de
clases.
- Hola Hiedra, dijo el y tomándola de los hombro, le dio un beso.
- Hola Maxi, un gusto conocerte- replico ella y no mentía.
Tal vez el beso, tal vez sus firmes manos el los hombros o tal vez el conjunto pero ella sintió un cosquilleo especial por ese hombre, y aunque trato de disimular, no pudo evitar volver a mirarlo.
Una vez hechas las presentaciones Mariano golpeo las manos y dijo:
- Bueno chicos, a movernos, Maxi ven conmigo así te cambias y vos Hiedra entra a la pileta así te aclimatas.
Hiedra se zambullo en la pileta y ellos se dirigieron al cambiador de hombres que estaba directamente al frente del de mujeres. Luego de unos minutos ella escucho voces y parándose en la parte mas baja de la pileta, levanto las antiparras sobre su cabeza, apoyo los brazos en el borde de la misma y miro la puerta de entrada y ahí los vio. Dos torres esbeltas y semi desnudas, cubiertas tan solo con ajustadas zungas, la de Mariano celeste, color que resaltaba el contorno de un aparentemente largo miembro acomodada hacia un costado y la de Maxi roja, nunca mejor elegido el color para advertir a todos que ese hombre, en esa zona, era realmente peligroso.
Mariano les hizo hacer a ambos varias piletas para observar la técnica y ver que era lo que había que corregir, luego de examinarlos un rato le dio unos ejercicios a Maxi y llamo a Hiedra.
- Ven Hiedra, quiero que corrijas un poco tu pataleo.
Hizo poner a Hiedra boca abajo sobre el agua y pasando sus manos por debajo del vientre de ella, la sostenía para ayudarla a flotar sin que esta avanzara.
- ahora comienza a patalear lentamente- dijo Mariano.
Y ella lo hizo, mientras el le daba indicaciones no paraba de mirarle la cola que por la posición de ella quedaba bien levantada y a la altura de su pecho. Los movimientos de las piernas de Hiedra hacían que la malla se metiera lentamente en su mojado trasero, dejando poco a poco sus redondos glúteos al descubierto, que por supuesto no pasaron desapercibidos por su dedicado profe. Esta imagen no solo excito a el, sino que le hizo perder la concentración aflojando un poco las manos, y con los movimientos, el cuerpo de ella avanzo escasos centímetros que fueron suficientes para que una de las manos que la sostenían quedara a la altura del nacimiento de su vagina. Ella nunca supo si el se dio cuenta o no, pero ella si lo hizo, porque podía sentir el dedo índice de la mano izquierda frotar suavemente su clítoris, y mas se movía, mas la frotaba, intencional o no Hiedra comenzó a excitarse.
Mariano se sentó en el borde de la pileta junto a la escalera y con los pies en el agua mientras controlaba a sus alumnos que iban y venían a lo largo de la misma, fijando su mirada en la cola de ella, que sobresalía excitantemente sobre el nivel del agua y le provocaba una leve erección. En una de las venidas a la parte baja de la pileta, Hiedra llego hasta donde el se encontraba y por la posición de la cabeza dentro del agua al nadar, no lo vio y sin querer toco una de sus piernas, ella se incorporo, levanto sus antiparras, seco el agua de su cara y lo miro, el estaba sentado, con las manos apoyadas detrás de su cuerpo en el piso lo que dejaba mas visible su entrepierna, a lo que ella no pudo evitar mirar, observando un bulto que nacía en el centro y se desviaba notoriamente hacia la izquierda marcándose visiblemente la protuberancia de la cabeza de la verga, ella levanto la vista y el con una sonrisa le dijo:
-Hacete una pileta más y mientras decidí si queres lo que estas mirando…yo espero.
Hiedra sonrió, se puso las antiparras y comenzó a nadar sin pensar en nada, tratando de ser ella misma y dejándose llevar por sus impulsos. Cuando volvió a estar frente a el repitió la operación, se saco las antiparras, se seco la cara, se quito la gorra dejando su largo y húmedo cabello suelto y en forma sensual con cara picara se paro entre sus piernas y dijo:
-La oferta sigue en pie?- al tiempo que acariciaba sus piernas hasta llegar a su miembro que empezaba a ser cada vez mas abultado.
-Por supuesto bebe, es todo tuyo, inclinando el cuerpo aun mas hacia atrás.
Hiedra comenzó a acariciarle la verga a lo largo y por sobre la zunga mientras lo miraba y sonreía, lentamente inclino su cabeza y empezó a besar sus piernas hasta que su nariz hizo tope con ese duro bulto, al que comenzó a darle pequeños mordiscos. Sus manos buscaron el elástico superior de la ajustada prenda y comenzó a bajarla, el para colaborar, levanto la pelvis y ella pudo deslizarla mejor hasta dejar al descubierto una rosa, suave y depilada verga de unos 20 cm que nacía en un buen par de bolas y terminaba con una cabeza de tamaño normal y estéticamente perfecta. La tomo con una mano, y sin dejar de mirarlo comenzó a darle lamidas desde las bolas y deteniéndose unos instantes en esa cabeza que tanto la atraía, en tanto el la miraba y mordía su labio inferior en muestra de placer.
Maxi por su parte pudo observar la situación y por supuesto le provoco excitación, tratando de no molestar, salió de la pileta y se dirigía hacia las duchas cuando escucho la voz de Hiedra que decía:
-Por que te vas Maxi, no tenes nada que ofrecer? Dijo con tono lascivo.
-No se, pide y se te concederá- dijo sonriendo al tiempo que se daba vuelta y dejaba ver una prominente erección.
-Uy bebe, quiero todo eso que esta chorreando agua- replico ella sin dejar de pajear la ya durísima verga de Mariano.
Maxi se acerco y se arrodillo frente a Hiedra ofreciendo todo ese pedazo de el que parecía tratar de escapar, ella, sin dejar de mamar la verga de Mariano comenzó a acariciar la de Maxi por encima de la mojada tela haciéndola crecer mas y mas. Cuando creyó que ya estaba lista, saco la pija de Mariano de su boca con un fuerte ruido a chupón y se dispuso a bajar la zunga de Maxi. A medida que la bajaba comenzó a asomarse una ingle con una sombra de bellos oscuros y el nacimiento de un grueso miembro que de repente y como un resorte salto desde adentro de la prenda y golpeo el bajo vientre de el. Duro y altivo, quedo expuesto un miembro de unos 19 cm de largo y notablemente mas grueso que el de Mariano, de piel apenas mas oscura, de escaso bello y de prominente cabeza con un “sombrerito” de exquisita forma y textura, a lo que Hiedra dijo
-Wooow que hermoso animal bebe!- mientras lo tomaba con sus manos y tiraba toda la piel hacia abajo dejando mas expuesta su gruesa cabeza.
-Te gusta- dijo el
-Me encanta!- exclamo ella mientras apoyaba sus labios en ese palpitante miembro.
Y en verdad le gustaba, el grueso y largo ideal, de buen color y una cabecita tallada a mano, no pudo evitar metérsela toda en la boca. Después de uno instantes de dedicación a esa torre de carne volvió a darle atención a Mariano y mirándolo a los dos con su traviesa sonrisa los pajeaba, luego Maxi se sentó pegado a Mariano y le facilito a ella la excitante tarea de mamar y pajear a las dos alternadamente.
-Mmmm, que bien chupa esta putita - dijo Mariano
-Me encanta como enriada su lengua en la cabeza de mi verga- agrego Maxi.
Ella solo se limitaba a mirarlos y mamarlos con una expresión de excitación en su rostro, tener semejantes pedazos de verga a su disposición la desesperaban y no lo disimulaba para nada, refregándolas por su boca, su cara, su cuello. Ellos se inclinaron hacia ella hasta hacer frotar las cabezas entre si arrancadodoles suspiros a ambos y eso, eso la incentivo a llevárselas juntas a la boca dándole fuertes y apasionados chupones en esos hinchados glandes.
-Shhhhhh pero que puta que sos nena- dijo Maxi
-Seeee es una putita muy zarpada- agrego Mariano
-Mmmm y recién estoy calentando- dijo Hiedra con una sonrisa provocadora.
Maxi se metió al agua y fue por detrás de Hiedra, la abrazo por la cintura, metió una mano por el costado de la malla y comenzó a frotar con su dedo mayor la rayita de la concha, esto a ella la calentó mucho e hizo que dejara un instante a Maxi y tirando la cabeza hacia atrás, bajo los breteles de la maya y dejo salir unos pequeños pero tentadores pechos de duros pezones, a los que Maxi deseo besar al instante y así lo hizo. Se metió en el agua y entre los dos la dejaron completamente desnuda al tiempo que la manoseaban la concha, la cola y besaban su cuello y pechos llevándola al límite, sacándole un primer y apasionado orgasmo.
Lejos de apaciguar su excitación, Hiedra se siguió entregando a los calientes deseos de esos machos, la llevaron fuera del agua y la recostaron cobre una colchoneta que se encontraba a un lado de la piscina. Maxi se puso a un lado dejándole a su disposición su gruesa verga mientras Mariano recostado en otra colchoneta, le abrió las piernas y comenzó a chuparle la concha limpiando todos los jugos del anterior orgasmo que había aun en ella.
Hiedra mamaba y pajeaba a Maxi con desesperación mientras meneaba la cintura en forma ondulante para que Mariano pudiera acceder tanto a su caliente vagina como a su hambrienta cola, arrancándole gemidos de placer que retumbaban en la inmensidad del natatorio, este ultimo una vez que noto que esa deliciosa concha estaba lista le dijo a Maxi:
-Recostaste Maxi, esta puta esta a lista para que se la cojan.
-Si, quiero que me cojan toda- dijo Hiedra con voz entrecortada.
Maxi obediente, ayudo a pararse a Hiedra y tomo su lugar en la colchoneta dejando a disposición de ella un duro y erecto pedazo de carne. Ella abrió las piernas dejándolo a el en el medio, se arrodillo y tomando la verga con su mano la froto unos instantes entre los mojados labios vaginales para luego introducir la punta lentamente. El grosor de esa pija hacia que la misma ejerciera una excitante presión sobre las paredes de la concha y eso la volvió loca y dijo
-Uy bebe, que pedazo de verga!
-Te gusta perrita- dijo el
-Me encanta, gruesa y cabezona.
-Sigo?- dijo el sonriendo a lo que ella, con vos que evidenciaba excitación, respondió.
-Siiii, la quiero toda!.
Hiedra se sentó de lleno en esa dura carne y comenzó a cabalgarlo a ritmo acompasado, subía y bajaba de esa verga que por el grosor le producía una fricción exquisita en el clítoris, en tanto Mariano se agacho detrás de ella, abrió sus glúteos y puso su lengua en la raya de su cola, que por el movimiento de ella hacia que le lamiera desde el final de la ocupada conchita hasta el ano, esto a Hiedra la súper calentó y inclinando el cuerpo hacia a delante le entrego sus turgentes pechos a la caliente boca de Maxi, que chupaba y mordía los pezones delicadamente. Esta postura la dejaba en una posición más que tentadora para Mariano que tenía la verga en su máxima expresión y dijo:
-Me parece a mi o esa colita esta hambrienta?
-Seee bebe, y es re golosa, la queres?- dijo Hiedra que estaba re caliente.
-Obvio putita- dijo Mariano mientras le frotaba la verga por la cola.
Hiedra detuvo su cabalgata un instante para dejarlo a Mariano que la penetrara, lo que este hizo en forma lenta y pausada. Primero apoyo la mojada cabecita de la pija en su ano y comenzó a presionar para que entrara haciéndola gemir de dolor y placer. Hiedra poco a poco se relajaba y dejaba entrar todo el resto de ese duro tronco de carne. Una vez que tenía los dos pijas adentro ella se quedo quieta, entregada y dispuesta a todo, y ellos, machos calientes, empezaron a cojerla frenéticamente, saliendo y entrando de su dolorida cola y su mojada concha. Los gemidos se intensificaron, los cuerpos mojados se rozaban, brazos que enredaban, bocas que besan, las carnes calientes se buscaban, se deseaban, se fundían y el ritmo se volvía alocado, ya se venia el momento sublime y Maxi dijo:
-Te acabo putita, no aguanto mas
-Siiii, dámela bebe, lléname la conchita.
Y así fue, sintió como la verga de Maxi se hinchaba exageradamente, el apretó sus hombros y la trajo hacia si y mientras le chupaba las tetas su verga entro en erupción como un volcán, llenando sus entrañas de un liquido tibio que empezó a deslizarse por la verga y las bolas de ese voraz hombre.
Mariano por su parte, la tomo de las caderas y dándole unas firmes arremetidas le dijo:
-Ahí viene la mía, donde la queres puta?
-La quiero afuera, ensúciame toda- dijo Hiedra entre gemidos y alaridos.
Mariano dio los últimos bombazos, la saco y pajeandola dos o tres veces exploto en largos y abundantes chorros que salpicaron su cola, su espalda y parte de su concha mezclándose con lo que salía de su interior y eso la llevo a un orgasmo desesperado que la dejo exhausta.
Los dos hombres ayudaron a incorporarse a Hiedra, ella los beso en los labios a ambos y completamente desnuda, con la malla en la mano, se dirigió hacia las duchas del cambiador de damas, en tanto ellos se quedaron mirándola con una sonrisa cómplice, hasta que la perdieron de vista.
Continuara…?
Cuentos Calientes
JUEGOS MOJADOS
Mariano miro a través del portero eléctrico del gimnasio y vio a Hiedra parada en la puerta, vestía unas calzas deportivas azules, remera blanca y zapatillas, de su hombro colgaba un bolso en el que llevaba todo lo necesario para el gimnasio incluyendo para ducharse. Eran las 20:24 hs demostrando con ello no solo puntualidad sino también interés en la clase, presuroso abrió la puerta y saludándola con un beso dijo:
- Hola hermosa, que puntualidad.
- Hola morocho, es que soy una alumna muy aplicada- dijo sonriendo.
Mariano es un hombre de 36 años, morocho de cabello corto rizado, de 1,81 mts de contextura atlética y ancha espalda debido a la natación, era totalmente lampiño en parte y depilado en otras, como en sus musculosas piernas ya que practicaba ciclismo. Demostraba tener buen carácter y madurez, sereno para hablar y de buena paciencia para enseñar, Hiedra se sentía con el muy cómoda...y algo mas.
Una vez adentro el le mostro el cambiador femenino y el pasillo hacia la pileta y dijo:
- Cámbiate tranquila que yo te espero en la pileta.
- Dale, en 10 estoy ahí.
Hiedra se desnudó, se metió en la ducha, se higienizo rápidamente y secándose apenas, se puso el traje de baño que consistía en una malla de una sola pieza de color azul con detalles en rojo y que a pesar de ser sobria, por su físico esbelto la hacia muy atractiva. Tomo su gorra de natación y las antiparras, se calzo unas ojotas y se dirigió a la pileta.
Al llegar a ella se encontró con el profe y Maxi, el otro alumno del que Mariano le había hablado. Maxi era también morocho de 1,78 mts, de contextura física normal, de vientre plano, pechos marcados, grandes manos y unas piernas que a ella la fascinaron, todo cubierto por una sombra prolija de bellos y adornando es obra de arte, un masculino rostro de barba rala con una sonrisa que marcaba dos largos hoyuelos en sus mejillas, ambos estaban vestidos aun, ella se acerco y Mariano dijo:
- Hiedra, te presento a Maxi, del que te hable por teléfono, Maxi ella es Hiedra, tu compañerita de
clases.
- Hola Hiedra, dijo el y tomándola de los hombro, le dio un beso.
- Hola Maxi, un gusto conocerte- replico ella y no mentía.
Tal vez el beso, tal vez sus firmes manos el los hombros o tal vez el conjunto pero ella sintió un cosquilleo especial por ese hombre, y aunque trato de disimular, no pudo evitar volver a mirarlo.
Una vez hechas las presentaciones Mariano golpeo las manos y dijo:
- Bueno chicos, a movernos, Maxi ven conmigo así te cambias y vos Hiedra entra a la pileta así te aclimatas.
Hiedra se zambullo en la pileta y ellos se dirigieron al cambiador de hombres que estaba directamente al frente del de mujeres. Luego de unos minutos ella escucho voces y parándose en la parte mas baja de la pileta, levanto las antiparras sobre su cabeza, apoyo los brazos en el borde de la misma y miro la puerta de entrada y ahí los vio. Dos torres esbeltas y semi desnudas, cubiertas tan solo con ajustadas zungas, la de Mariano celeste, color que resaltaba el contorno de un aparentemente largo miembro acomodada hacia un costado y la de Maxi roja, nunca mejor elegido el color para advertir a todos que ese hombre, en esa zona, era realmente peligroso.
Mariano les hizo hacer a ambos varias piletas para observar la técnica y ver que era lo que había que corregir, luego de examinarlos un rato le dio unos ejercicios a Maxi y llamo a Hiedra.
- Ven Hiedra, quiero que corrijas un poco tu pataleo.
Hizo poner a Hiedra boca abajo sobre el agua y pasando sus manos por debajo del vientre de ella, la sostenía para ayudarla a flotar sin que esta avanzara.
- ahora comienza a patalear lentamente- dijo Mariano.
Y ella lo hizo, mientras el le daba indicaciones no paraba de mirarle la cola que por la posición de ella quedaba bien levantada y a la altura de su pecho. Los movimientos de las piernas de Hiedra hacían que la malla se metiera lentamente en su mojado trasero, dejando poco a poco sus redondos glúteos al descubierto, que por supuesto no pasaron desapercibidos por su dedicado profe. Esta imagen no solo excito a el, sino que le hizo perder la concentración aflojando un poco las manos, y con los movimientos, el cuerpo de ella avanzo escasos centímetros que fueron suficientes para que una de las manos que la sostenían quedara a la altura del nacimiento de su vagina. Ella nunca supo si el se dio cuenta o no, pero ella si lo hizo, porque podía sentir el dedo índice de la mano izquierda frotar suavemente su clítoris, y mas se movía, mas la frotaba, intencional o no Hiedra comenzó a excitarse.
Mariano se sentó en el borde de la pileta junto a la escalera y con los pies en el agua mientras controlaba a sus alumnos que iban y venían a lo largo de la misma, fijando su mirada en la cola de ella, que sobresalía excitantemente sobre el nivel del agua y le provocaba una leve erección. En una de las venidas a la parte baja de la pileta, Hiedra llego hasta donde el se encontraba y por la posición de la cabeza dentro del agua al nadar, no lo vio y sin querer toco una de sus piernas, ella se incorporo, levanto sus antiparras, seco el agua de su cara y lo miro, el estaba sentado, con las manos apoyadas detrás de su cuerpo en el piso lo que dejaba mas visible su entrepierna, a lo que ella no pudo evitar mirar, observando un bulto que nacía en el centro y se desviaba notoriamente hacia la izquierda marcándose visiblemente la protuberancia de la cabeza de la verga, ella levanto la vista y el con una sonrisa le dijo:
-Hacete una pileta más y mientras decidí si queres lo que estas mirando…yo espero.
Hiedra sonrió, se puso las antiparras y comenzó a nadar sin pensar en nada, tratando de ser ella misma y dejándose llevar por sus impulsos. Cuando volvió a estar frente a el repitió la operación, se saco las antiparras, se seco la cara, se quito la gorra dejando su largo y húmedo cabello suelto y en forma sensual con cara picara se paro entre sus piernas y dijo:
-La oferta sigue en pie?- al tiempo que acariciaba sus piernas hasta llegar a su miembro que empezaba a ser cada vez mas abultado.
-Por supuesto bebe, es todo tuyo, inclinando el cuerpo aun mas hacia atrás.
Hiedra comenzó a acariciarle la verga a lo largo y por sobre la zunga mientras lo miraba y sonreía, lentamente inclino su cabeza y empezó a besar sus piernas hasta que su nariz hizo tope con ese duro bulto, al que comenzó a darle pequeños mordiscos. Sus manos buscaron el elástico superior de la ajustada prenda y comenzó a bajarla, el para colaborar, levanto la pelvis y ella pudo deslizarla mejor hasta dejar al descubierto una rosa, suave y depilada verga de unos 20 cm que nacía en un buen par de bolas y terminaba con una cabeza de tamaño normal y estéticamente perfecta. La tomo con una mano, y sin dejar de mirarlo comenzó a darle lamidas desde las bolas y deteniéndose unos instantes en esa cabeza que tanto la atraía, en tanto el la miraba y mordía su labio inferior en muestra de placer.
Maxi por su parte pudo observar la situación y por supuesto le provoco excitación, tratando de no molestar, salió de la pileta y se dirigía hacia las duchas cuando escucho la voz de Hiedra que decía:
-Por que te vas Maxi, no tenes nada que ofrecer? Dijo con tono lascivo.
-No se, pide y se te concederá- dijo sonriendo al tiempo que se daba vuelta y dejaba ver una prominente erección.
-Uy bebe, quiero todo eso que esta chorreando agua- replico ella sin dejar de pajear la ya durísima verga de Mariano.
Maxi se acerco y se arrodillo frente a Hiedra ofreciendo todo ese pedazo de el que parecía tratar de escapar, ella, sin dejar de mamar la verga de Mariano comenzó a acariciar la de Maxi por encima de la mojada tela haciéndola crecer mas y mas. Cuando creyó que ya estaba lista, saco la pija de Mariano de su boca con un fuerte ruido a chupón y se dispuso a bajar la zunga de Maxi. A medida que la bajaba comenzó a asomarse una ingle con una sombra de bellos oscuros y el nacimiento de un grueso miembro que de repente y como un resorte salto desde adentro de la prenda y golpeo el bajo vientre de el. Duro y altivo, quedo expuesto un miembro de unos 19 cm de largo y notablemente mas grueso que el de Mariano, de piel apenas mas oscura, de escaso bello y de prominente cabeza con un “sombrerito” de exquisita forma y textura, a lo que Hiedra dijo
-Wooow que hermoso animal bebe!- mientras lo tomaba con sus manos y tiraba toda la piel hacia abajo dejando mas expuesta su gruesa cabeza.
-Te gusta- dijo el
-Me encanta!- exclamo ella mientras apoyaba sus labios en ese palpitante miembro.
Y en verdad le gustaba, el grueso y largo ideal, de buen color y una cabecita tallada a mano, no pudo evitar metérsela toda en la boca. Después de uno instantes de dedicación a esa torre de carne volvió a darle atención a Mariano y mirándolo a los dos con su traviesa sonrisa los pajeaba, luego Maxi se sentó pegado a Mariano y le facilito a ella la excitante tarea de mamar y pajear a las dos alternadamente.
-Mmmm, que bien chupa esta putita - dijo Mariano
-Me encanta como enriada su lengua en la cabeza de mi verga- agrego Maxi.
Ella solo se limitaba a mirarlos y mamarlos con una expresión de excitación en su rostro, tener semejantes pedazos de verga a su disposición la desesperaban y no lo disimulaba para nada, refregándolas por su boca, su cara, su cuello. Ellos se inclinaron hacia ella hasta hacer frotar las cabezas entre si arrancadodoles suspiros a ambos y eso, eso la incentivo a llevárselas juntas a la boca dándole fuertes y apasionados chupones en esos hinchados glandes.
-Shhhhhh pero que puta que sos nena- dijo Maxi
-Seeee es una putita muy zarpada- agrego Mariano
-Mmmm y recién estoy calentando- dijo Hiedra con una sonrisa provocadora.
Maxi se metió al agua y fue por detrás de Hiedra, la abrazo por la cintura, metió una mano por el costado de la malla y comenzó a frotar con su dedo mayor la rayita de la concha, esto a ella la calentó mucho e hizo que dejara un instante a Maxi y tirando la cabeza hacia atrás, bajo los breteles de la maya y dejo salir unos pequeños pero tentadores pechos de duros pezones, a los que Maxi deseo besar al instante y así lo hizo. Se metió en el agua y entre los dos la dejaron completamente desnuda al tiempo que la manoseaban la concha, la cola y besaban su cuello y pechos llevándola al límite, sacándole un primer y apasionado orgasmo.
Lejos de apaciguar su excitación, Hiedra se siguió entregando a los calientes deseos de esos machos, la llevaron fuera del agua y la recostaron cobre una colchoneta que se encontraba a un lado de la piscina. Maxi se puso a un lado dejándole a su disposición su gruesa verga mientras Mariano recostado en otra colchoneta, le abrió las piernas y comenzó a chuparle la concha limpiando todos los jugos del anterior orgasmo que había aun en ella.
Hiedra mamaba y pajeaba a Maxi con desesperación mientras meneaba la cintura en forma ondulante para que Mariano pudiera acceder tanto a su caliente vagina como a su hambrienta cola, arrancándole gemidos de placer que retumbaban en la inmensidad del natatorio, este ultimo una vez que noto que esa deliciosa concha estaba lista le dijo a Maxi:
-Recostaste Maxi, esta puta esta a lista para que se la cojan.
-Si, quiero que me cojan toda- dijo Hiedra con voz entrecortada.
Maxi obediente, ayudo a pararse a Hiedra y tomo su lugar en la colchoneta dejando a disposición de ella un duro y erecto pedazo de carne. Ella abrió las piernas dejándolo a el en el medio, se arrodillo y tomando la verga con su mano la froto unos instantes entre los mojados labios vaginales para luego introducir la punta lentamente. El grosor de esa pija hacia que la misma ejerciera una excitante presión sobre las paredes de la concha y eso la volvió loca y dijo
-Uy bebe, que pedazo de verga!
-Te gusta perrita- dijo el
-Me encanta, gruesa y cabezona.
-Sigo?- dijo el sonriendo a lo que ella, con vos que evidenciaba excitación, respondió.
-Siiii, la quiero toda!.
Hiedra se sentó de lleno en esa dura carne y comenzó a cabalgarlo a ritmo acompasado, subía y bajaba de esa verga que por el grosor le producía una fricción exquisita en el clítoris, en tanto Mariano se agacho detrás de ella, abrió sus glúteos y puso su lengua en la raya de su cola, que por el movimiento de ella hacia que le lamiera desde el final de la ocupada conchita hasta el ano, esto a Hiedra la súper calentó y inclinando el cuerpo hacia a delante le entrego sus turgentes pechos a la caliente boca de Maxi, que chupaba y mordía los pezones delicadamente. Esta postura la dejaba en una posición más que tentadora para Mariano que tenía la verga en su máxima expresión y dijo:
-Me parece a mi o esa colita esta hambrienta?
-Seee bebe, y es re golosa, la queres?- dijo Hiedra que estaba re caliente.
-Obvio putita- dijo Mariano mientras le frotaba la verga por la cola.
Hiedra detuvo su cabalgata un instante para dejarlo a Mariano que la penetrara, lo que este hizo en forma lenta y pausada. Primero apoyo la mojada cabecita de la pija en su ano y comenzó a presionar para que entrara haciéndola gemir de dolor y placer. Hiedra poco a poco se relajaba y dejaba entrar todo el resto de ese duro tronco de carne. Una vez que tenía los dos pijas adentro ella se quedo quieta, entregada y dispuesta a todo, y ellos, machos calientes, empezaron a cojerla frenéticamente, saliendo y entrando de su dolorida cola y su mojada concha. Los gemidos se intensificaron, los cuerpos mojados se rozaban, brazos que enredaban, bocas que besan, las carnes calientes se buscaban, se deseaban, se fundían y el ritmo se volvía alocado, ya se venia el momento sublime y Maxi dijo:
-Te acabo putita, no aguanto mas
-Siiii, dámela bebe, lléname la conchita.
Y así fue, sintió como la verga de Maxi se hinchaba exageradamente, el apretó sus hombros y la trajo hacia si y mientras le chupaba las tetas su verga entro en erupción como un volcán, llenando sus entrañas de un liquido tibio que empezó a deslizarse por la verga y las bolas de ese voraz hombre.
Mariano por su parte, la tomo de las caderas y dándole unas firmes arremetidas le dijo:
-Ahí viene la mía, donde la queres puta?
-La quiero afuera, ensúciame toda- dijo Hiedra entre gemidos y alaridos.
Mariano dio los últimos bombazos, la saco y pajeandola dos o tres veces exploto en largos y abundantes chorros que salpicaron su cola, su espalda y parte de su concha mezclándose con lo que salía de su interior y eso la llevo a un orgasmo desesperado que la dejo exhausta.
Los dos hombres ayudaron a incorporarse a Hiedra, ella los beso en los labios a ambos y completamente desnuda, con la malla en la mano, se dirigió hacia las duchas del cambiador de damas, en tanto ellos se quedaron mirándola con una sonrisa cómplice, hasta que la perdieron de vista.
Continuara…?
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