Hace días me venía insistiendo y calentando con sus mensajes violentos y sucios.
Ya me había acostumbrado a ese estilo salvaje y la tentación de algo distinto hacía que le siguiera el juego, total, en el anonimato y la protección de internet, estaba segura, disfrutando en la vida real de mis pijas abundantes.
Pero un día me tentó una frase de uno de sus mensajes, me decía si yo me animaba a caminar sobre el filo de un cuchillo...me estremecí en el momento, pero no pude sacarme la idea de la cabeza.
Pensé que era una exageración de su parte y que en realidad lo que este flaco quería era enlecharme y ortearme como todos. Finalmente, llevada por la curiosidad y el morbo, arreglamos un encuentro.
Me encontré con un tipo grandote y un poco mayor que yo, nos saludamos y encaramos directo a un hotel de mala muerte en la zona de la terminal, ahí mismo debí darme cuenta que esto iba para mal.
Al entrar a la habitación, me tapó la boca y antes de que pudiera reaccionar o defenderme me amordazó y me ató de pies y manos, vendándome también los ojos.
Mi corazón galopaba frenéticamente y el terror me superó cuando sentí algo frío y punzante que desgarraba mi ropa. El no emitía palabra, sólo sentía su respiación y sus bufidos. siento su lengua pasar por mi cara y mojar mis labios, con una baba espesa. Metió la punta de la lengua en mi boca, mordiendo mis labios para obligarme a abrirlos. La siento dentro de mi boca, lamiendo como lame una serpiente. Sus manos estrujaban mis tetas hasta hacerme retorcer de dolor. Rogaba que termine pronto...
En eso sus manos vuelven a estrujarme y una se detiene en mi cuello. El pánico que sentía se transformó en entrega y sumisión, sabía que no podía luchar, debía encontrar la forma de sufrir el menor daño posible.
Apenas puedo respirar y su otra mano se aferra a mi muslo, clavando tus uñas. Su lengua se pasea por mi boca otra vez y se introduce hasta darme ganas de vomitar. No le importaría, creo que le gustaría eso porque así está obteniendo placer.
Saca la lengua y la pasa por mi cuello, me muerde salvajemente las tetas, ahora me pone boca abajo y así con las piernas atadas me entierra la verga el en culo.
El dolor y el miedo me marean. Sin soltar mi garganta aprieta mas y mas fuerte mientras me arremete sin piedad.
Aprieta con fuerza mi cara contra la almohada, con tanta fuerza que, por un instante, pienso en que allí terminaba todo para mí. Pero no sucede. Justo cuando estoy sintiendo la asfixia final me suelta, se aparta de encima de mí y me pone otra vez boca arriba. Pensé que me iba a poner la pija en la boca, pero no, no quiso arriesgarse a que lo mordiera para defenderme.
Me sacó la venda de los ojos y la mordaza, veo su mirada infernal una risa lasciva, termina de pajearse allí mismo mojándome con unos chorros interminables de leche espesa y maligna.
Apoya su glande, aún soltando gotitas, en mi nariz y en mi cara, pasa la verga por mis labios y por mi cuello, la baja hasta mis pezones y me dice, preparate que esto recién empieza...
Ya me había acostumbrado a ese estilo salvaje y la tentación de algo distinto hacía que le siguiera el juego, total, en el anonimato y la protección de internet, estaba segura, disfrutando en la vida real de mis pijas abundantes.
Pero un día me tentó una frase de uno de sus mensajes, me decía si yo me animaba a caminar sobre el filo de un cuchillo...me estremecí en el momento, pero no pude sacarme la idea de la cabeza.
Pensé que era una exageración de su parte y que en realidad lo que este flaco quería era enlecharme y ortearme como todos. Finalmente, llevada por la curiosidad y el morbo, arreglamos un encuentro.
Me encontré con un tipo grandote y un poco mayor que yo, nos saludamos y encaramos directo a un hotel de mala muerte en la zona de la terminal, ahí mismo debí darme cuenta que esto iba para mal.
Al entrar a la habitación, me tapó la boca y antes de que pudiera reaccionar o defenderme me amordazó y me ató de pies y manos, vendándome también los ojos.
Mi corazón galopaba frenéticamente y el terror me superó cuando sentí algo frío y punzante que desgarraba mi ropa. El no emitía palabra, sólo sentía su respiación y sus bufidos. siento su lengua pasar por mi cara y mojar mis labios, con una baba espesa. Metió la punta de la lengua en mi boca, mordiendo mis labios para obligarme a abrirlos. La siento dentro de mi boca, lamiendo como lame una serpiente. Sus manos estrujaban mis tetas hasta hacerme retorcer de dolor. Rogaba que termine pronto...
En eso sus manos vuelven a estrujarme y una se detiene en mi cuello. El pánico que sentía se transformó en entrega y sumisión, sabía que no podía luchar, debía encontrar la forma de sufrir el menor daño posible.
Apenas puedo respirar y su otra mano se aferra a mi muslo, clavando tus uñas. Su lengua se pasea por mi boca otra vez y se introduce hasta darme ganas de vomitar. No le importaría, creo que le gustaría eso porque así está obteniendo placer.
Saca la lengua y la pasa por mi cuello, me muerde salvajemente las tetas, ahora me pone boca abajo y así con las piernas atadas me entierra la verga el en culo.
El dolor y el miedo me marean. Sin soltar mi garganta aprieta mas y mas fuerte mientras me arremete sin piedad.
Aprieta con fuerza mi cara contra la almohada, con tanta fuerza que, por un instante, pienso en que allí terminaba todo para mí. Pero no sucede. Justo cuando estoy sintiendo la asfixia final me suelta, se aparta de encima de mí y me pone otra vez boca arriba. Pensé que me iba a poner la pija en la boca, pero no, no quiso arriesgarse a que lo mordiera para defenderme.
Me sacó la venda de los ojos y la mordaza, veo su mirada infernal una risa lasciva, termina de pajearse allí mismo mojándome con unos chorros interminables de leche espesa y maligna.
Apoya su glande, aún soltando gotitas, en mi nariz y en mi cara, pasa la verga por mis labios y por mi cuello, la baja hasta mis pezones y me dice, preparate que esto recién empieza...
12 comentarios - Mi morbo, la trampa
Muuuy caliente
Gracias por compartir